Los grandes misterios de la historia

Page 57

Canal de Historia

Los Grandes Misterios de la Historia

los occidentales debido a la peligrosidad del viaje. Allí, cerca de la pequeña localidad de Shibargan estaba Yemshi Tepe, una gran ciudad que los kushan heredaron de los griegos, por lo que había restos tanto de una como de la otra civilización. Según avanzaba la investigación, los arqueólogos se dieron cuenta de que se trataba de un emplazamiento clave en la organización del Imperio kushan. Como ocurrió anteriormente en Ai Janum, apareció también un gran palacio; éste estaba rodeado de edificios que ocupaban una superficie de unas veinte hectáreas —entre ellos un cementerio—, así como de altas murallas formando un anillo impenetrable de unos seiscientos metros de diámetro. El palacio se hallaba sobre una elevación del terreno y podía verse desde todas las direcciones, de lo que se deducía que Yemshi Tepe era una capital. Victor Sarianidi y los demás del equipo comenzaron a trabajar sobre restos medievales en busca de los reyes kushan. En una colina llamada Tilya Tepe —que significa la colina dorada—, encontraron unos alentadores fragmentos de cerámica pintada. Ahondando en sus excavaciones dieron con lo que parecían las ruinas de un templo, donde había numerosas piezas de hierro angulares que resultaron ser parte del ensamblaje de ataúdes. En ese momento comenzó a llover y los trabajos tuvieron que suspenderse hasta que escampara. Además de la lluvia, los señores de la guerra afganos vigilaban estrechamente al grupo. El 15 de noviembre, cuando reanudaron las excavaciones, uno de los trabajadores distinguió una pieza brillante en su pala. Había encontrado una cámara funeraria y los restos de una mujer cubierta de oro de los pies a la cabeza y rodeada de una variada colección de objetos que representaban las grandes culturas de su época. Llevaba un espejo de bronce de la dinastía china Jan, una moneda del Imperio parto, una moneda de oro del emperador Tiberio de Roma, un colgante de la diosa griega Atenea y una peineta de marfil india. Los kushan no reparaban en gastos a la hora de honrar a sus muertos: vestían sus mejores ropas, salpicadas de oro con frecuencia, y enterraban muy rápidamente los cadáveres por la noche, de forma que a la mañana siguiente nadie supiera dónde estaban, para proteger así las tumbas de los saqueadores. Abrumado ante su sensacional descubrimiento, Sarianidi viajó con algunas piezas a Kabul para compartir su hallazgo y buscar consejo de otros arqueólogos. Uno de los presentes era Paul Bérnard, que había estado buscando sin éxito durante diez años lo que Sarianidi había encontrado en uno. Pero el gran tesoro no quedaba reducido a una tumba, puesto que la zona resultó ser un emplazamiento funerario en el que llegaron a excavarse seis enterramientos, uno de los mayores yacimientos arqueológicos de objetos de oro jamás encontrados. Los mismos afganos llegaban a Tilya Tepe en cualquier medio de transporte para ver la «colina dorada», y la prensa comparó el descubrimiento con el de la tumba de Tuntakhamón. Quienes creían que éste era el oro que mató a Alejandro, pensaron ahora que se había vuelto a destapar la maldición. LA MALDICIÓN DE LA GUERRA Maldito o no, lo cierto es que Afganistán se encontraba en el año 1978 en uno de sus momentos políticos más tensos, y esta situación de inestabilidad afectó profundamente al curso de las excavaciones de Sarianidi. El gobierno filosoviético encontró una fuerte resistencia en 57


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.