por los turcos. Se sabe que muchos de ellos buscaron refugio en Europa Occidental, especialmente en Italia, llevando con ellos textos griegos, y de esa manera terminaros promoviendo la difusión de la cultura, los valores y el idioma griego. -Yo diría más, -interrumpió Marlowe-, como por ejemplo,
Manuel
Crisoloras,
erudito
griego
de
Constantinopla, que enseñó griego en Florencia desde el año 1396 al 1400 y escribió para uso de sus discípulos la obra Cuestiones de la Lengua Griega, basándose en la Gramática de Dionisio Tracio; y de su discípulo Leonardo Bruni, que allá por el 1400, fue el primero que hizo traducciones del griego al latín a gran escala, como también Ambrosio Traversario, quien además recomendó a Cosme de Médici que adquiriera doscientos códices griegos de Bizancio de Francesco Filelfo. -Ya que usted levantó ese punto, don Marlowe, mencioné al pedir la venia-, y no después de grandes debates y polémicas, hay que considerar que a partir del siglo XV el movimiento humanista se vio favorecido por la invención de la imprenta, pues este iniciativa de Gutenberg permitió el abaratamiento del costo y la difusión de los libros, garantizando la difusión masiva de las ideas humanistas y la aparición del sentido crítico Logogrifos en el Vagón del “The Ghan”
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