El Sagaz Teniente Alférez

Page 231

230

pues cuando se dirigía al lugar en donde se encontraban los presos, la Guardia, así llamada, causaba alegría en los detenidos, pues el General mandaba soltar luego los de culpas leves, y los otros luego después de un ligero castigo o sin él”, (citación de Magalhães, 1978:122). Los crímenes sin solución eran frecuentes en los campos de batalla, y asesinatos y robos difícilmente eran solucionados debido a la propia dinámica de un acampamento militar. Para ejemplificar, cito aquí lo que Cerqueira nos dice: “El joven e ilustre capitán João Dias Cardoso de Mello fue traicioneramente asesinado por un aliado, a la noche, en su rancho en Tuyutí. El amigo Bormann me contó el horroroso crimen con detalles de erizar”. Cerqueira cita también otro caso: “de un oficial muerto, este, por accidente, en que, un soldado dejó caer el arma al bajarse de su puesto, hiriendo mortalmente el oficial”. Pero en ambos casos, Cerqueira no revela las puniciones y ni si hubo juzgamiento. También cabe destacar que había bastante indulgencia por parte del emperador Don Pedro II que interfería, por ejemplo, mandando soltar a 51 presos el 28 de abril de1869 en el campamento de Humaitá, y otros 12 más de Asunción, todos los que, sin haber posibilidad de le ser instaurado proceso penal, no tenían culpa formada, lo que para el emperador representaba que, “los crímenes eran de El Sagaz Teniente Alférez José Cavallheiro Leite


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.