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Fábulas

Fábulas

Las fábulas son historias en las que animales u objetos adquieren características antropomórficas (lucen y/o se comportan como seres humanos). Generalmente dejan una moraleja o enseñanza. Las fábulas de Tío Tigre y Tío Conejo, del autor venezolano Antonio Arráiz, pertenecen a esta clasificación. Cuentos de costumbres Se trata de cuentos cuyo objetivo es bien reflejar a las sociedades agrarias o feudales. En este tipo de historias son comunes las doncellas, los príncipes, el rey, los campesinos, etc. Un ejemplo de cuentos de costumbres son las historias de Garbancito, un personaje de la tradición oral española, hijo de unos campesinos y cuya principal característica es que es tan pequeño como un garbanzo. Los cuentos de La cenicienta y La bella durmiente, recopiladas por los hermanos Grimm, son quizá los ejemplos más populares de cuentos de costumbres.

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Cuento literario

Es una historia ficticia que, a diferencia del cuento popular, cuyo origen y difusión se basa en la tradición oral, ha sido creada directamente en formato escrito, y en la mayoría de los casos tiene un autor conocido. El gato negro, de Edgar Allan Poe es un ejemplo de cuento literario Cuentos para niños Los cuentos para niños no son en sí mismos un tipo de cuento, ya que pueden ser cuentos populares o literarios. Sin embargo, tienen una gran relevancia en el proceso de aprendizaje, ya que estimulan la imaginación con el uso de imágenes y suelen dejar un mensaje ejemplarizante. Algunos de los cuentos para niños clásicos son El flautista de Hamelin y Hansel y Gretel de los hermanos Grimm, Las aventuras de Pinocho o simplemente Pinocho de Carlo Collodi. Mientras que algunos ejemplos más actuales pueden ser La pequeña oruga glotona de Eric Dale y Donde habitan los monstruos de Maurice Sendak. Ejemplo.

EL GRILLO MAESTRO

Escritor. Augusto Monterroso Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno, el Director de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento de la exposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bella entre todas las voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.

Al escuchar aquello, el director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio, asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todo siguiera como en sus tiempos.

¿Qué es la fábula?

La fábula es un tipo de relato breve de ficción que tiene una intención didáctica y moralizante. Por eso, suele estar acompañado de una moraleja, es decir, una enseñanza explícita sobre la interpretación del relato. Este género literario sirve para divulgar y enseñar valores, así como para sancionar aquellas conductas que resultan antisociales. Es frecuente que las fábulas estén orientadas a los niños por su carácter didáctico. Cuando esto ocurre se habla de fábula infantil. La fábula es un género muy antiguo, que antes de la escritura se transmitía por tradición oral. En Grecia encontramos los registros escritos más antiguos, recopilados en la célebre obra Fábulas de Esopo. La palabra fábula procede del latín fabula, que tiene el mismo origen que "habla". De allí que el término se relacione con el acto de contar historias, normalmente inventadas, es decir, de ficción. Se llama fábula también a los relatos de la mitología clásica. Fábula también puede referirse a una historia falsa, una invención, un rumor o habladuría.

Características de la fábula

Dentro de los rasgos más característicos de las fábulas, podemos mencionar los siguientes: Son populares. Son breves. Pueden comunicarse en verso o en prosa. El orden del relato es lineal, sin saltos temporales. Son educativas o moralizantes. Son atemporales. Los personajes representan arquetipos. Predominan los personajes de animales u objetos humanizados (personificados), aunque también hay fábulas con personajes humanos y divinos.

Estructura de la fábula

En términos generales, se conocen las siguientes partes de la fábula o estructura del relato: Situación inicial. Conflicto. Desenlace o solución. Moraleja (esta puede ir antes o después del relato).

Elementos de la fábula

La fábula posee los siguientes elementos. Narrador en tercera persona, el cual actúa también como un sancionador. Personajes (humanos, divinos, animales u objetos animados). Acontecimientos.

Tipos de fábula

Existen diversos tipos de fábula. Vamos a conocer los más difundidos: Según el tipo de relato. Fábulas de situación: son aquellas fábulas en que un personaje se enfrenta solo a un dilema, mientras otro que lo observa sanciona la escena sin participar en ella.

Fábulas agonales: consta de tres momentos. Primero, la situación inicial donde dos personajes; segundo, el agón o evaluación donde cada personaje expresa su posición; tercero, la enseñanza o conclusión. Por ejemplo, El hombre y la culebra, de Esopo. Fábulas etiológicas: son aquellas fábulas de muy breve duración, que se encabezan o rematan con una moraleja. Por ejemplo, Los cuadrúpedos y las aves, de Esopo.

Según el tipo de personajes

Fábulas mitológicas: protagonizadas por dioses. Suelen relacionarse a los mitos. Por ejemplo, Fábula de Píramo y Tisbe, de Luis de Góngora. Fábulas humanas: protagonizadas por personajes humanos. Por ejemplo, El pastor mentiroso, de Esopo. Fábulas animales: protagonizadas por animales humanizados. Por ejemplo, El cuervo y la zorra, de Esopo. Fábulas del reino vegetal: son aquellas protagonizadas por plantas. Por ejemplo, El abeto y el espino, de Esopo. Fábulas de objetos inanimados o seres inertes: aquellas donde los objetos se animan. Por ejemplo, El clavo y la pared, de Esopo. Ejemplo.

El lobo con piel de cordero.

Para poder comerse a los corderos del rebaño, un lobo decidió meterse dentro de una piel de cordero y para despistar al pastor. Al atardecer, el granjero lo llevó junto al rebaño y cerró la puerta para que no pudiera entrar ningún lobo. Sin embargo, a la noche el pastor entró al rebaño para tomar un cordero para la cena para el día siguiente, tomó al lobo creyendo que era un cordero y lo sacrificó al instante.

Moraleja: Quien hace el engaño, recibe el daño.

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