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ensemble R E V I S T A

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A R G E N T I N A

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P A R I S

2015 - Año 7 ARGENTINA - FRANCIA N˚14

E D I C I Ó N

E S P E C I A L

La Cuestión Malvinas

A 50 AÑOS DE LA RESOLUCIÓN 2065 DE LA ONU


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AUTORIDADES Presidenta de la Nación Dra. Cristina Fernández de Kirchner Jefe de Gabinete de Ministros Cr./Dr. Aníbal Domingo Fernández Ministro de Educación de la Nación Prof. Alberto Sileoni Jefe de Gabinete A. S. Pablo Urquiza Secretario de Educación Lic. Jaime Perczyk Directora de Cooperación Internacional Lic. Juliana Burton Director de la Casa Argentina en París Prof. Marcelo Balsells Personal Casa Argentina – CIUP Administradora Julia Bernardi Asistente Administrativo Gregory Gamonal Secretaria Isabelle Turquand D'Auzay Responsables Cultura Agustina Primo Lorena Gabelloni


EQUIPO EDITORIAL Editor Responsable Marcelo Balsells Comité Editorial Rocío Annunziata Federico Ariel Enzo Ferrante Laura Gentilezza Pamela Morales Violeta Ramírez Darío Rodríguez María Romé Ariana Saenz Espinoza Coordinadora Técnica Julia Bernardi Coordinador del dossier de este número Pedro Munaretto Diagramación y edición Carla Beatriz Gonzales


© Matías Romano

© Foto de Portada Matías Romano

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Introducción La revista Ensemble, voz de la Casa Argentina en la Ciudad Universitaria de París, ha logrado construir un perfil y una presencia singular, a lo largo de sus trece números. En ella han publicado becarios, profesores e invitados escogidos entre las más diversas ramas del conocimiento, y de esa forma se está cumpliendo con el propósito de su creación, que la concibió como puente de diálogo entre culturas, como un espacio para la reflexión y la creación, en ese particular rincón parisino de nuestra patria. Este número, dedicado a nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, constituye para el Ministerio de Educación de la Nación un aporte valioso para seguir avanzando en la afirmación de nuestros derechos sobre este territorio argentino, arrebatado por la fuerza imperial británica hace ya 182 años. Nuestro Ministerio, en cumplimento del doble mandato impuesto por la Constitución Nacional y por la Ley de Educación Nacional, llega con contenidos referidos a nuestros derechos soberanos en el Atlántico Sur, a todos los niveles y modalidades de la educación pública. Un grupo de especialistas, nucleados en nuestro Programa de Educación y Memoria es el encargado de producir los materiales adecuados para tal fin y con ello realiza cientos de capacitaciones de alumnos y docentes a lo largo y ancho de la patria. Como Ministro de Educación ansío, por tanto, que nuestra revista Ensemble, siga cumpliendo su misión de vínculo entre culturas diversas, y que este número pueda constituirse en una muestra más de los propósitos que guían al pueblo y al Estado argentinos: la recuperación de nuestra soberanía allí donde ha sido arrebatada por la fuerza, por medio del diálogo franco y abierto, tal como lo expresa nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Somos un pueblo que ama la paz y que educa a sus ciudadanos para la paz, una paz que sólo es posible, completa y sincera, con diálogo, verdad y justicia. Prof. Alberto Sileoni Ministro de Educación de la Nación

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Índice Dossier

Artículos de investigación

Primera Persona

7 Introducción ALBERTO SILEONI

16 Introducción al Dossier PEDRO MUNARETTO

60 Malvinas: la solicitada de París PEDRO MUNARETTO

11 Editorial DANIEL FILMUS

18 La II Cumbre UE-CELAC y la cuestión de la soberanía de Malvinas OBEY AMENT

34 De énfasis y omisiones. Un estudio sobre la "cuestión Malvinas" en las propuestas pedagógicas argentinas (2003 – 2013) MANUELA BELINCHE MONTEQUÍN

Las Malvinas en el pensamiento francés contemporáneo

42 La Causa Malvinas. La construcción de la figura del adversario en los discursos de Carlos Menem (1989-1995) y Néstor Kirchner (2003-2005) MORGAN DONOT

20 Malvinas, 2012 ANTOINE GINDT 22 Las Malvinas son Argentinas PIERRE KALFON

48 La importancia del mar argentino y sus recursos RAMIRO FERRARI

24 El diálogo, el derecho y la paz. Carta abierta a un amigo británico GABRIEL PÉRIÈS

52 “¡Qué bendición! La recuperación de las Islas Malvinas entre los actores de la vida judía en Argentina” EMMANUEL N. KAHAN

26 Las Malvinas : Un conflicto secular JAQUES SOPPELSA 28 Groussac, el argentino cautivado por las Islas Malvinas: los hechos de la historia en correspondencia con los de la geografía HORACIO GONZÁLEZ PATRICE VERMEREN

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Ensemble, revista electrónica de la Casa Argentina en París, ISSN: 1852-5911, que nació de una iniciativa de los residentes que viven o vivieron en la Casa, en esta oportunidad llega a ustedes en formato impreso.

Entrevista

66 ALICIA CASTRO

Malvinas en la literatura y en la crítica

El copyright de los textos, fotografías e ilustraciones es propiedad exclusiva de cada autor.

70 Cruz del Sur, Cruz en el Sur RODOLFO BRACELI

80 Grupo Francés de apoyo al diálogo sobre la cuestión de Las Malvinas MARÍA DEL CARMEN SQUEFF MIGUEL ÁNGEL ESTRELLA MARCELO BALSELLS GABRIEL PÉRIÈS PEDRO MUNARETTO

74 El ahorcado JUAN DIEGO INCARDONA 75 La Guerra de Malvinas: Contrarrelatos (fragmento) MARTÍN KOHAN

84 Malvinas y la Escuela Argentina ALBERTO SILEONI

76 Al gran pueblo argentino HERNÁN RONSINO

El copyright de la revista es propiedad de la Casa Argentina de París. La misma es distribuída bajo los términos de la Licencia Creative Commons – Atribución – No comercial – Sin Derivadas 3.0 Unported. Es decir que usted puede copiar y distribuir, por cualquier medio, esta obra, siempre que respete las condiciones de la licencia listadas en el siguiente enlace http://creativecommons.org/ licences/by-nc-nd/3.0/deed. es_AR Agradecimientos

90 Museo Malvinas, un epílogo lleno de vida JORGE GILES

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A las Autoridades y personal del Ministerio de Educación de la Nación, al Ministerio de C u l t u ra d e l a N a c i ó n , a l Ministerio de Relaciones E x te r i o re s y C u l to d e l a Nación, a las autoridades y personal de la Embajada Argentina en París, a los trabajadores y trabajadoras de la Casa Argentina en París,a M a n u e l C a n ce l , R i ca rd o Mosner, Hugo Passarello Luna, Roberto Platé y Alexandra Verga, artistas argentinos residentes en París, que generosamente realizaron las obras para este número de Ensemble.


© Imagen satelital gentileza de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), obtenida el 13 de enero de 2008 por el satélite Terra MODIS de NASA.

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Editorial El 16 de diciembre se cumplirán 50 años de la adopción de la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como expresión de la voluntad mundial representó un hito en la historia de la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, un nuevo camino a seguir para la recuperación del ejercicio pleno de soberanía argentina sobre las Islas. Ella determinó que el Reino Unido, que hasta entonces se había negado a dialogar sobre el tema, encarase las negociaciones con nuestro país, como único modo indicado por todas las naciones del mundo para resolver la controversia. Las negociaciones se iniciaron en enero de 1966 y se consideraron diversas modalidades de solución de la disputa.

constituye un valioso aporte en favor de la solución de la disputa. Agradezco también el honor y el enorme placer de compartir este valiosísimo espacio que reúne en su Dossier central, coordinado por Pedro Munaretto, a personalidades tales como Patrice Vermeren, Horacio González, Antoine Gindt, Jacques Soppelsa, Pierre Kalfon, Obey Ament y Gabriel Périès; además de la destacada participación de Morgan Donot, Emmanuel Kahan, Manuela Montequin y Ramiro Ferrari con sus respectivos artículos de investigación, de Alejandro Maudet con su testimonio sobre lo vivido entre los exiliados argentinos en tiempos de guerra y de la colaboración del Grupo francés de apoyo al diálogo sobre la cuestión de las Islas Malvinas. Como si fuera poco, este número de Ensemble cuenta con el aporte de Martín Kohan, Juan Diego Incardona, Rodolfo Braceli y Hernán Ronsino desde la literatura, así como de los artistas plásticos argentinos residentes en Francia Alexandra Verga, Hugo Passarello Luna, Ricardo Mosner, Manuel Cancel y Roberto Plate con obras alusivas a nuestras Islas. Una publicación dinámica y diversa, con una introducción del Ministro de Educación de la Nación Alberto Sileoni y la palabra de figuras clave para el avance de esta causa en Europa: la Embajadora Argentina en Francia, María del Carmen Squeff, del Embajador Argentino ante la UNESCO, Miguel Ángel Estrella y una entrevista a la Embajadora Argentina en el Reino Unido, Alicia Castro. El cierre de este número consiste en un texto que invita a conservar viva la memoria: el epílogo del director del joven Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, Jorge Giles.

Desde 1965 la labor de las Naciones Unidas continuó con más de 40 resoluciones de la Asamblea General y del Comité Especial de Descolonización favorables a la posición argentina que año tras año instan a las dos Partes a reanudar las negociaciones “...a fin de encontrar a la mayor brevedad posible una solución pacífica, justa y duradera de la controversia sobre soberanía relacionada con las Cuestión de las Islas Malvinas [...] teniendo en cuenta los intereses de la población de las islas...” Al referirse todos estos pronunciamientos a los “intereses” de la población de las islas y no a sus “deseos” confirman que el derecho a la libre determinación no es aplicable a los isleños. Este juicio fue explicitado en 1985, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas rechazó dos propuestas de enmiendas británicas pretendiendo incluir el principio de libre determinación en el proyecto de resolución sobre la Cuestión Malvinas.

Ha sido Francia, una de las Naciones que protagonizaron los comienzos de esta historia, a quien se debe la denominación del archipiélago en honor a los habitantes de Saint Malo. En 1764, el navegante francés Antoine de Bouganville concibió crear en el archipiélago malvino un puerto de abastecimiento y una colonia activa y próspera. Esta colonización fue auspiciada por el Duque de Choiseul, Ministro de Marina de Luis XV y por el propio Rey. No tardaría mucho tiempo España en elevar una protesta al Ministerio francés por haber invadido territorios que se consideraban una dependencia de sus dominios continentales. En efecto desde el siglo XVI España ejercía sus derechos de soberanía sobre toda la parte sur del continente americano hasta el Estrecho de Magallanes, considerando incluidas en sus adyacencias todas las islas vecinas descubiertas y por descubrir. Estos derechos habían sido reconocidos contractualmente por Gran Bretaña al firmar el Tratado de Utrech en 1713 entre otros. Francia reconoció amigablemente el derecho de dominio

Si bien a partir de 1982 la Parte británica se ha negado a conversar sobre soberanía, la realidad es que la resolución 2065 (XX) significó un punto de no retorno para la diplomacia británica. Sus preceptos -avalados por el peso de toda la comunidad internacional- siguen plenamente vigentes. La perseverancia de la política de Estado argentina hará que los mismos continúen renovando el vigor de su mandato y que la otra Parte se avenga a negociar para restituir lo que por el derecho y la historia nos pertenece. En el contexto de este importante aniversario, deseo agradecer la iniciativa de esta publicación en Francia sobre la Cuestión Malvinas. Este impulso es fundamental para llevar la cuestión a otros países, convocar pensadores y personalidades y así poder darla a conocer en su cabalidad. Su difusión

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de España y Bouganville cedió a ésta la colonia que había fundado, permaneciendo allí algunas familias francesas bajo el dominio del Rey Católico. Así lo relata Paul Groussac, un francés amigo de la Argentina, que consagró gran parte de su vida a investigar documentos probatorios de los derechos argentinos en su célebre libro “Las Islas Malvinas, nueva exposición de un viejo litigio”.

apropiación de recursos naturales. El artículo de investigación del Oceanógrafo Ramiro Ferrari publicado en este número de Ensemble ilustra a la perfección la riqueza y el potencial económico sustentable que nos ofrece el Mar Argentino. El colonialismo de ayer persiste y se intenta esconder hoy en pretendidos reclamos de libre determinación para una población que el Reino Unido ha venido trasplantando, desde 1833, luego de expulsar a los pobladores y autoridades argentinas, hasta el presente, mediante un control migratorio cerrado y poco transparente. De esa forma se promueve la inmigración de pobladores británicos, de sus colonias, ex colonias u otros miembros del Commonwealth. Ello determina que el 90% de los 2840 habitantes de las islas tengan ciudadanía británica o de algún territorio de ultramar británico y que solo el 47% hayan nacido en ellas. Estos hechos confirman que no existe en las islas un pueblo y menos aún un pueblo colonizado sometido al poder colonial que pueda ser sujeto titular del derecho a la libre determinación de los pueblos como alega la parte británica. Ello pondría el destino del territorio en manos de súbditos de la misma potencia que se ha instalado allí por la fuerza. Perpetuaría el colonialismo en detrimento de la integridad territorial de la Argentina y desnaturalizaría el principio de la libre determinación. En Malvinas hay un territorio colonial pero no un pueblo colonizado, tal como lo señalan todas las resoluciones de las Naciones Unidas que se han pronunciado al respecto. El accionar británico de apropiación de recursos naturales y estratégicos en desmedro de la Argentina ha ido incentivando la preocupación de múltiples foros internacionales que hoy acuden en defensa de nuestro país convirtiendo la Cuestión Malvinas en una causa global.

Este historiador, pedagogo y periodista, oriundo de Toulouse, se sentía un hijo adoptivo de nuestro país y ocupó un lugar clave en el mundo intelectual argentino a fines del siglo XIX y principios del XX. Tuvo entre otros cargos, el de Director de la Biblioteca Nacional. Quiso volcar en idioma francés el resultado de sus investigaciones agudas para que todas las Naciones supieran en lengua diplomática que tanto Francia como Inglaterra habían reconocido los derechos de España a estas islas, que heredamos de esta última cuando surgimos a la vida independiente como una Nación soberana. Escribe este ensayo en 1898 y se publica en 1910 en la República Argentina en idioma francés para celebrar el primer centenario de la Revolución de Mayo. En 1936, por iniciativa del Senador socialista Alfredo Palacios, fue también publicado en castellano, con el objeto de que, como sostuvo dicho parlamentario desde su banca en el Senado, y cito: “todos los habitantes de la República sepan que las Islas Malvinas son argentinas, y que la Gran Bretaña, sin título de soberanía se apoderó de ellas por un abuso de la fuerza”. Esta misma edición, que incluye la ley de 1934 que le dio origen, fue reeditada en mayo de este año por la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina. Además, en el año 2012 el texto original de Paul Groussac fue reeditado en francés y difundido en Europa, con un prólogo redactado por el pensador francés Patrice Vermeren junto al actual director de la Biblioteca Nacional, Horacio González. Este número especial de la Revista Ensemble sobre la Causa Malvinas incluye la traducción al español de aquel prólogo para acercarlo al público argentino.

La solidaridad regional se ha expresado en el fuerte respaldo a los legítimos derechos de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes del Mercado Común del Sur y Estados asociados (MERCOSUR), de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Pero también los foros birregionales se hacen eco del fortalecimiento de las voces de América Latina. Así las 54 naciones africanas también apoyan los derechos argentinos en la disputa en el marco de las Cumbres de Países Sudamericanos y Africanos (ASA).

Paul Groussac ofrendó la primera obra escrita con una perspectiva científica y moderna sobre el tema como una contribución francesa a esta causa tan importante. No serían, sin embargo, los sólidos argumentos difundidos por Paul Groussac ni el reconocimiento de los derechos españoles por la Nación Gala su única contribución a la solución de esta disputa. Francia apoyó reiteradamente a la Argentina en las Naciones Unidas cuando el mundo llamó a las dos Partes a reanudar las negociaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

Al igual que la Organización de Estados Americanos, también llaman a ambas partes al diálogo la Cumbre de Países Sudamericanos y Países Árabes (ASPA), la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (ZPCAS), el Grupo de los 77 y China y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA). En el transcurso de los últimos meses, el Atlántico Sur ha sido testigo de actividades británicas de exploración hidrocarburífera

La falta de acatamiento del mandato de la comunidad internacional por parte del Reino Unido al negarse a reiniciar las negociaciones indicadas obedece, al igual que en el momento de la usurpación, a un objetivo de ocupación estratégica y de

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en proximidades de Malvinas. Ante esta situación de ilegalidad manifiesta, la Argentina lleva adelante un plan de acciones legales y penales dirigido a proteger sus recursos hidrocarburíferos que cuenta con la solidaridad política de todos los Estados de la región. Los Ministros de Energía de América Latina y el Caribe manifestaron en el marco de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) el carácter estratégico de los recursos naturales energéticos, destacando el derecho de las naciones a la soberanía permanente sobre los mismos, de acuerdo con sus respectivos marcos jurídicos. Foros como el MERCOSUR, la OLADE, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) y el Grupo de los 77 y China han reconocido explícitamente el derecho de la Argentina a emprender acciones legales con pleno respeto del Derecho Internacional y de las resoluciones pertinentes contra las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos no autorizadas en las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

que habría sido llevada adelante por la inteligencia británica. El Reino Unido debe una explicación a la Argentina al respecto. Como bien ha demostrado Paul Groussac, las Islas Malvinas fueron territorio legítimo de España. Los títulos hispánicos tenían la fuerza del derecho público español proclamado en instrumentos internacionales válidos, que fueron reconocidos por todas las Naciones, incluido el Reino Unido luego del descubrimiento y de repetidos actos de soberanía que lo precedieron. Argentina heredó este territorio al independizarse de España. La ocupación militar que de él hizo el Reino Unido no configuró causa legítima de anexión ni para el derecho internacional vigente al momento de la ocupación ni para el derecho internacional vigente al día de hoy. La persistencia actual del colonialismo británico sigue siendo un ilícito internacional que menoscaba los derechos argentinos, quiebra la integridad territorial de nuestro país e impide a nuestro pueblo el verdadero ejercicio del derecho de libre determinación en esa parte de su territorio. El imperio de la justicia y del derecho, la igualdad jurídica, la integridad territorial de los Estados y el respeto a la soberanía nacional, forman parte de un plexo de valores, cuya vigencia, que es de la esencia misma del respeto a los derechos humanos, compartimos con Francia. Con este país que hoy nos acoge y nos ayuda a difundir esta causa justa, juntos presentamos todos los años a la Asamblea General de las Naciones Unidas una resolución que insta a la universalización de la Convención internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas e integramos el Grupo de Apoyo de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte (CIPM) de este mismo organismo.

Más recientemente, en la Declaración Presidencial Conjunta suscripta el 15 de julio con motivo de su visita oficial a la Argentina, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, al ratificar la solidaridad de su país con la República, declaró su compromiso de cooperar, de conformidad con el derecho internacional, los acuerdos internacionales vigentes y las respectivas legislaciones internas, en la aplicación de dichas acciones legales. Asimismo, se comprometió a tomar en consideración la nómina de empresas involucradas en tales actividades ilegales al momento de autorizar a empresas petroleras en su país. Las consecuencias de los actos unilaterales británicos no se limitan al tiempo presente, sino que se proyectan sobre las futuras generaciones. Los recursos pesqueros podrían ser sobreexplotados y los yacimientos de hidrocarburos agotados. Un derrame de petróleo de gran magnitud en el área tendría un impacto significativo en el ecosistema, que podría perdurar durante décadas.

Por ello quisiera también aquí resaltar el caluroso recibimiento que se me ha brindado recientemente en París, en Toulouse, en Rennes y en Saint Malo. Particularmente con la organización de jornadas de actividades dedicadas a la difusión y a la promoción del diálogo en la Cuestión de las Islas Malvinas en 2014 y 2015. Contribuyeron a su exitoso desarrollo la Alcaldía del 5to distrito de París, la Maison de l´Amerique Latine, la Universidad de Toulouse Jean Jaurés y la de Rennes. Mención aparte deseo hacer de la actuación en esto de todos los integrantes del Grupo local de Apoyo al Diálogo en la Cuestión de las Islas Malvinas, Sophie Thonon, Jacques Soppelsa, Marcello Balcells, Lucrecia Escudero Chauvel, Bruno Susani, Patrice Vermeren, José Wesfrreid, Federico Ariel, Enzo Ferrante, Rosario Gomez Molla, Pedro Munaretto, Obey Ament, Michel Anfrol, Michel Boudeau, Francois Jost, Pierre Kalfon, Gabriel Peries, Miguel Rojas Mix y María Angélica Semilla Durán. Estas jornadas incluyeron una muestra de fotografías, lectura de poemas y varias conferencias de gran nivel llevadas a cabo por destacadas personalidades públicas como el Profesor Soppelsa y miembros del Parlamento como el Senador Billout y el Diputado Sergio Coronado. A todos ellos en nombre de la Argentina deseo expresar un profundo agradecimiento.

A todo ello se agrega el reforzado despliegue militar del Reino Unido en el Atlántico Sur. Ello no puede sino leerse como una provocación y un factor desestabilizador en la región. La Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, el MERCOSUR, la UNASUR, el Grupo de Río, la Cumbre Iberoamericana, la Cumbre de Países Sudamericanos y Países Árabes han rechazado contundentemente esta presencia armada. Carece de propósito y de proporcionalidad que el Reino Unido cuente con la mayor instalación militar existente al sur del paralelo de 50 Sur y que su despliegue incluya el patrullaje de submarinos atómicos con capacidad de portar armas nucleares. Dentro de las medidas unilaterales que han generado un fuerte respaldo a la Argentina y el rechazo explícito de toda la región debe incluirse una operación masiva de espionaje electrónico sobre líderes políticos y estructuras militares de la Argentina

Daniel Filmus

Secretario de Asuntos relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur

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Manuel Cancel

Nombre de la obra: Ballena Azul Medidas: 50 x 70cm TĂŠcnica: pintura sobre papel canson

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Las Malvinas en el pensamiento francĂŠs contemporĂĄneo

Dossier 15

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Introducción al DOSSIER

Malvinas, con sus complejidades y simplificaciones, es quizá una de las metáforas más ricas de la historia argentina en cuanto a los diversos mecanismos que construyeron y construyen realidades e imaginarios colectivos. Su esencia geográfica ya nos dice algo de su complejidad política e histórica. Las miradas que incorporan los textos incluidos en este dossier intentan agregar valor diferencial a esta constitución real-imaginaria de las islas: la perspectiva francesa, que se inscribe en el trayecto de la recuperación de la mitología sobre los orígenes de Malvinas, propone, a través de personalidades de las más diversas y renombradas, un conjunto de notas sobre el imperialismo, los países periféricos, el rol de la dictadura argentina, los excombatientes, Malvinas en la coyuntura política internacional actual, el uso de la fuerza y la razón del Derecho. Esta constelación de apreciaciones permite guardar la diversidad en la unidad, al mismo tiempo que responder algunas preguntas y dejar abiertos otros interrogantes. La variedad de los autores coadyuva a su vez a cultivar una variedad en las perspectivas, y representa una puerta que se abre tanto para el público argentino, que puede encontrarse reflejado/pensado en otros y por otros, como para el público francés, que quizá lea por primera vez análisis locales y actuales sobre unas islas tan remotas y tan ajenas como las Malvinas. Uno de los denominadores comunes es el colonialismo, que como concepto atraviesa a sangre y fuego toda la historia que en esta publicación nos concierne, y es una de las llaves que posibilita abrir ciertas puertas, así como dejar cerradas otras. Entre estas últimas no pueden dejar de mencionarse aquellas que allanan el camino hacia una introspección general sobre el papel de Francia como potencia colonial pretérita y presente. Los datos del Comité de Descolonización de la ONU son potentes, ya que ponen en perspectiva la problemática global del yugo colonial que aún pesa sobre 17 territorios:1 10 bajo administración británica, 3 bajo la estadounidense, 2 bajo la francesa, 1 bajo la neozelandesa y el caso particular del Sahara Occidental. En total representan una población de 1.611.952 personas, de las cuales un tercio corresponde a las colonias

(1) Comité de Descolonización de la ONU, estadísticas sobre Territorios no Autónomos, disponible en http://www.un.org/es/decolonization/nonselfgovterritories.shtml

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francesas – prácticamente igual a la suma de las poblaciones bajo la égida británica y estadounidense. Por otro lado, la superficie total de dichos territorios constituye 303.825,5 km², de los cuales el 87,55% es el caso especial del Sahara Occidental, mientras que el 7,43% es controlado por Francia, es decir, más que el resto de las potencias occidentales juntas. Finalmente, si consideramos que el total de la superficie de la zona económica exclusiva de dichos territorios – esto es, las aguas circundantes, que en la mayoría de los casos encarnan el principal núcleo del valor geoestratégico de la dominación colonial, como vemos que hoy en día sucede en Malvinas – es de 11.357.240 km², nos encontramos con que un abrumador 54,5% corresponde a los territorios de Nueva Caledonia y la Polinesia Francesa, dominios coloniales franceses. Y sin embargo, Francia cumplió simultáneamente un rol vital en el nacimiento de Malvinas: desde la etimología de su nombre y su primer asentamiento, ambos responsabilidad del espíritu aventurero de Antoine de Bougainville, hasta el gran escrito e investigación histórica del francés y tolosano Paul Groussac, 16° Director de la Biblioteca Nacional, “Les Îles Malouines. Nouvel exposé d'un vieux litige” (1910). En sus palabras, “nous n'espérons pas convaincre le gouvernement anglais de la valeur de nos raisons […] Il est de ceux qu'on ne persuade pas... surtout quand ils sont d'avance persuadés. Ce n'est donc pas pour lui que nous avons écrit, mais pour tous les hommes de bonne volonté qui, peut-être, n'attendent que de connaître la cause de la vérité et de la justice pour s'y intéresser” [“no esperamos convencer al gobierno inglés del valor de nuestras razones (…) Es de aquellos a los cuales no se persuade... sobre todo cuando están persuadidos de antemano. No es entonces a él a quien hemos escrito, sino a todos los hombres de buena voluntad quienes, quizás, no esperan otra cosa que conocer la causa de la verdad y la justicia para interesarse en ella”]. Es esta tensión entre la razón colonial y la sed de liberación e independencia la que deseamos que sobrevuele la lectura, no para pasar revista a conocimientos dados, ordenados y clausurados, sino como puertas que puedan potencialmente abrirse al infinito, camino a un debate creciente sobre la Cuestión Malvinas en este nuestro mundo de hoy.

Pedro Munaretto

Es estudiante de Máster en Ciencia Política en la Universidad de Paris 8 Vincennes - Saint Denis. Cursó sus estudios de Licenciatura en Ciencia Política en la UBA, y actualmente investiga sobre Malvinas y los derechos humanos. 17

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La II Cumbre UE/CELAC y la cuestión de la soberanía sobre

las Malvinas

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os procesos de integración que se llevan a cabo en América latina desde la llegada al gobierno de las fuerzas progresistas han favorecido un nivel de cohesión entre los países latinoamericanos, sin precedentes en la región. La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos Caribeños (CELAC) es un hecho mayor en la historia de un continente marcado en su trayectoria por las políticas hegemónicas y de dominación de las grandes potencias.

a la autodeterminación” que habría sido obtenida con el “referéndum” de 2013 con el que la población implantada en las Islas Malvinas fue invitada a pronunciarse para ser reconocida como sujetos británicos. Esta aparente consulta nunca ha sido reconocida por la ONU y queda sin valor desde el punto de vista del derecho internacional. Hector Timerman recentró la discusión recordando cómo “hace mas de 50 años que (la ONU) afirma que la controversia se trata sobre la soberanía y no la autodeterminación.” Los jefes de Estado participantes en la II Cumbre UE/CELAC eligieron el derecho internacional, integrando en el punto 5 de su declaración final una reafirmación de su “apoyo a todos los esfuerzos a favor de la defensa de la igualdad soberana entre todos los Estados para respetar su integridad territorial y su independencia política”. Afirman su voluntad de “abstenerse en recurrir a la amenaza o la utilización de la fuerza, incompatible desde todo punto de vista con los fines y los principios de las Naciones Unidas” y se pronuncian a favor de “la solución de los litigios por medios pacíficos y en conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional”.

Esta cohesión política compartida por países latinoamericanos muy diversos en torno a determinados asuntos claves se reafirmó durante la II Cumbre Unión Europea/Comunidad de los Estados latinoamericanos que tuvo lugar los días 10 y 11 de junio pasado en Bruselas. Determinados puntos fundamentales establecidos en la última reunión de la CELAC fueron retomados por los países latinoamericanos para integrarlos en la “Declaración de Bruselas” adoptada durante la cumbre UE/CELAC. Se trata del rechazo de las medidas unilaterales contra Venezuela por parte de Estados Unidos, la necesidad del levantamiento del bloqueo económico contra Cuba y el rechazo de las leyes de carácter extra-territorial (por ejemplo la Ley Helms-Burton), así como la solicitud de que se tomaran en cuenta, en los tratados internacionales, los mecanismos que regulan las deudas soberanas al amparo de los especuladores y la mención de los debates para alcanzar consensos en cuanto a la reestructuración de las deudas soberanas.

La presencia de dicho párrafo en la “Declaración de Bruselas” es más el reflejo de la autoridad tomada por la CELAC que la expresión de una voluntad común, europea y latinoamericana, de hacer avanzar conjuntamente el diálogo en este conflicto que opone Gran Bretaña y Argentina desde hace dos siglos. Pocos días tras la adopción de este documento, el Ministro británico de Relaciones Exteriores, Hugo Swire, reiteró el menosprecio de Gran Bretaña por el derecho internacional y las resoluciones de la ONU. Durante la recepción anual organizada por las autoridades nombradas por Londres en las Islas Malvinas, Hugo Swire afirmó que “el mismo espíritu de las Falklands que existía en 1982, sigue existiendo”, queriendo cimentar la historia de las islas basándose en hechos que no remontan a más de treinta años. La manipulación de la historia para legitimar una ocupación es flagrante.

La cuestión de la soberanía de las Malvinas fue evocada por Héctor Timerman, el Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina durante el plenario de la Cumbre de Bruselas. Expresó su esperanza de poder ver a los países de la Unión Europea retomar el llamado de la ONU respecto de las resoluciones que llaman al diálogo y a la negociación, alrededor del conflicto por la soberanía de las Malvinas. “La resolución pacífica de los conflictos demanda la reafirmación de la decisión de respetar la integralidad territorial de los Estados”, afirmó en el marco de la II Cumbre en Bruselas. Recordó cómo “hace 182 años, el Reino Unido expulsó la población y las autoridades argentinas legitimas de las Islas Malvinas”, acto que calificó de “ colonialismo que persiste” todavía hoy y que vemos reafirmarse con la creciente apropiación de los recursos naturales por parte de compañías británicas y una presencia militar reforzada. La reacción del Primer Ministro británico David Cameron calificó la intervención del ministro argentino de “amenaza” y expresó su enojo con argumentos defensivos que invocaban el “derecho

Muy lejos de esta lógica imperial, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner se expresó durante la jornada para las Malvinas que tuvo lugar en el Museo Malvinas al mismo tiempo que la cumbre de Bruselas. Declaró en esta ocasión: “La única arma de la que disponemos y a la cual nunca vamos a renunciar es la palabra”. Una vez más invitó a Gran Bretaña a sentarse a la mesa de las negociaciones en el marco establecido por las resoluciones de la ONU. El Museo Malvinas, abierto un año antes, “ni festeja ni conmemora la guerra” afirmó Cristina Fernández de Kirchner, “es el reflejo de lo que fue una historia de espoliación colonial”.

Obey Ament

Es Responsable para América Latina del Partido Comunista Francés; Coordinador del Grupo de Trabajo América Latina – El Caribe del Partido de la Izquierda Europea; y miembro del Consejo Científico de Espaces Marx. Traducido al español por Ariana Saenz Espinoza

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Le II Sommet UE/ CELAC et la question de la souveraineté sur

les Malouines

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es processus d'intégration qui se développent en Amérique latine depuis l'arrivée au gouvernement des forces progressistes a favorisé un niveau de cohésion entre les pays latino-américains inédit dans la région. La création de la Communauté d'États latino-américains et caraïbes (CELAC) est un fait majeur dans l'histoire d'un continent marqué dans son histoire par les politiques hégémoniques et de domination exercées par les grandes puissances.

les Iles Malouines a se prononcer pour être reconnus en tant que sujets britanniques. Ce semblant de consultation n'a jamais été reconnu par l'ONU et reste sans valeur du point de vue du droit international.

Cette cohésion politique partagée par des pays latino-américains très divers autour de certains questions clefs s'est réaffirmé une nouvelle fois lors du II Sommet Union européenne/ Communauté des États latino-américains qui a lieu les 10 et 11 juin derniers à Bruxelles.

Les Chefs d’État et de gouvernement participant au II Sommet UE/CELAC ont fait le choix du droit international en intégrant à leur déclaration finale dans son 5eme point une réaffirmation au «soutien à tous les efforts en faveur de la défense de l'égalité souveraine entre tous les États, pour respecter leur intégrité territoriale et leur indépendance politique». Ils affirment leur volonté de «s'abstenir de recourir à la menace ou à l'utilisation de la force, incompatible de tout point de vue avec les fins et les principes des Nations unies» et se prononcent en faveur de la solution des litiges par des moyens pacifiques et en conformité avec les principes de la justice et du droit international».

Hector Timerman a recadré la dispute en rappelant comment «Il y a plus de 50 ans que (l'ONU) dit que la controverse porte sur la souveraineté et non pas sur l'auto-détermination».

Des points fondamentaux établis lors de la dernière réunion de la CELAC ont été repris par les pays latino-américains pour les intégrer dans la «Déclaration de Bruxelles» adopté lors du sommet UE/CELAC. Il s'agît du rejet des mesures unilatérales contre le Venezuela par les États-Unis, la nécessité de la levée du blocus contre Cuba et le rejet des lois à caractère extra-territoriales (comme la Loi Helms-Burton), la demande de la prise en compte dans les traités internationaux des mécanismes qui régulent les dettes souveraines à l'abri des spéculateurs et la mention faite des débats pour arriver à des consensus sur la restructuration des dettes souveraines.

La présence de ce paragraphe dans la «Déclaration de Bruxelles» est plus le reflet de l'autorité prise par la CELAC que l'expression d'une volonté commune, européenne et latino-américaine, de faire avancer ensemble le dialogue dans ce conflit qui oppose la Grande Bretagne et l'Argentine depuis deux siècles. Quelques jours après l'adoption de ce document, le Ministre britannique des Affaires étrangères, Hugo Swire, s'est chargé de réaffirmer le peu de cas que la Grande Bretagne fait du droit international et des résolutions de l'ONU. Lors de la réception annuelle organisé par les autorités nommées par Londres aux Iles Malouines, Hugo Swire a évoqué «le même esprit des Falklands qui existait en 1982, existe aujourd'hui» en voulant cimenter l'histoire des îles sur des faits qui ne remontent au-delà de trente ans. La manipulation de l'histoire pour légitimer une occupation est flagrante.

La question de la souveraineté des Malouines, a été évoqué par Hector Timerman, le Ministre des Affaires étrangères de l'Argentine pendant la plénière de la rencontre de Bruxelles. Il a exprimé son espoir de voir les pays de l'UE reprendre l'appel de l'ONU au respect des résolutions de l'ONU appelant au dialogue et à la négociation autour du conflit sur la souveraineté sur les Malouines. «La résolution pacifique des conflits demande la réaffirmation de la décision de respecter l'intégrité territoriale des États» a-t-il affirmé lors de la deuxième plénière du sommet de Bruxelles.

Très loin de cette logique impériale, la présidente argentine Cristina Fernandez de Kirchner, s'est exprimé lors de la journée pour les Malouines qui a eu lieu au Musée des Malouines au même temps que le sommet de Bruxelles avait lieu. Elle a déclaré à cette occasion: «La seule arme que nous avons et à laquelle nous n'allons jamais renoncer est la parole». Elle a encore une fois appelé la Grande Bretagne à s'assoir à la table des négociations dans le cadre établi par les résolutions de l'ONU.

Il a rappelé comme «il y a 182 ans, le Royaume Uni a expulsé la population et les autorités argentines légitimes des Iles Malouines» acte qu'il a qualifié de «colonialisme qui persiste» encore aujourd'hui et qu'on voit s'affirmer avec l’appropriation croissante des ressources naturelles par des compagnies britanniques et une présence militaire renforcée. La réaction du Premier Ministre britannique David Cameron a qualifié l'intervention du ministre argentin de «menace» et a exprimé sa colère avec des arguments défensifs qui évoquaient le «droit à l'autodétermination» qui aurait été obtenu lors du «référendum» de 2013 qui a amené la population implantée sur

Le Musée des Malouines, ouvert un an avant, «ni fête ni commémore la guerre» a affirmé Cristina Fernandez de Kirchner, il est «le reflet de ce qui a été une histoire de spoliation coloniale».

Obey Ament

Responsable pour l'Amérique latine du Parti Communiste Français; Coordinateur du Groupe de Travail Amérique latine – Caraïbes du Parti de la Gauche Européenne; et membre du Conseil Scientifique des Espaces Marx.

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Malvinas, 2012

or una extraña serie de circunstancias, me encontraba en Buenos Aires a mediados del mes de marzo de 2015, apenas tres semanas antes del trigésimo aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas. Tenía dos proyectos en mente: el primero era una invitación al Teatro Colón para la observación y seguimiento de la ópera de Olivier Messiaen San Francisco de Asís, una producción que nunca se realizaría; y el otro, del que venía hablando desde hacía ya unos meses con Sebastián Rivas y Esteban Buch, era Aliados, una opéra en tiempo real. El dictador chileno Augusto Pinochet y la antigua primera ministra británica Margaret Thatcher son los protagonistas seniles de esta obra, en la que ambos tartamudean sus alianzas y recuerdos de la guerra de Malvinas. La obra, creada en junio de 2013 en el Teatro de Gennevilliers, fue desde entonces ampliamente representada en Francia y en Europa.

Desplegadas por los mismos que habían combatido allá, reclutas sin duda involuntarios de la causa de la dictadura, combates y sufrimientos estaban expuestos en una mescolanza bastante triste, entre stands explicativos y exposiciones de fotos en blanco y negro. Difícil de percibir la prioridad de lo expresado en estas reivindicaciones: honor, desesperación, espíritu de revancha, reivindicación patriótica o, de manera más prosaica, reconocimiento de un estatus de combatiente. Más allá, delante de la Casa Rosada, bastante indiferentes, en definitiva, a esta manifestación, flotaban las banderas azules diseñadas por el General Belgrano, héroe fundador de la independencia argentina, que en esta guerra del siglo XX habría prestado, a pesar suyo, su nombre al crucero hundido por el ejército británico. Más de 300 soldados fallecieron en este naufragio del 3 de mayo de 1982. Mi recuerdo personal de la guerra de Malvinas, me refiero al que me quedó intacto de esos años ochenta es, a decir verdad, bastante vago. Casi exclusivamente atado al nombre de los misiles exocet que Francia le vendió a la Argentina. Irónica inversión del vendedor de cañones, burlador-burlado… cuidando las dos partes, dos alianzas que se vuelven contradictorias, confusión de lo que está en juego: una guerra por un territorio tan lejano, tan hostil, poblado de ovejas balando. Vista desde Francia, desde Europa, la reivindicación nacionalis-ta de Galtieri, al igual que el contraataque encarnizado de la Dama de Hierro, aparecían como otra de tantas manipulaciones políticas.

A pesar de la brevedad de la estadía, tuve tiempo para visitar la iglesia San Francisco de Buenos Aires y su museo. Por curiosidad, fui entonces al 380 de la calle Alsina, situado precisamente– por supuesto, yo lo ignoraba – enfrente de un memorial en honor de los veteranos de las Malvinas. ¿Sería un signo? ¿Y qué signo? ¿Qué podía aportar Francisco a las Malvinas? En el museo, primero me topé con un Cristo sangriento, con las manos atadas a la cruz por dos cintas albicelestes… A sus pies (inexistentes), una inscripción precisa: “Crucifijo que estuvo presente en la guerra de las Malvinas. Donado al convento por un coronel. Origen: Norte Argentino. Siglo XVII”. Un poco más lejos, en medio de los monjes vestidos con sayales y de los múltiples objetos piadosos, un cartel explica la llegada de los capellanes franciscanos venidos de Buenos Aires justo después del desembarco español en 1767; la conquista de las islas por los ingleses en 1832 y el primer pedido de recuperación de las Malvinas formulado por la Argentina en 1833. No soy especialista y, ante la Historia, suelo desconfiar de las simplificaciones y de las certezas. En todo el mundo, orientados por fines propagandísticos, existen partidos tomados. Dejando atrás estas reliquias franciscanas exóticas, seguí con mi recorrido y desde la calle Defensa, que desemboca en la plaza de Mayo, descubrí las primeras pancartas:

Desde entonces, evidentemente he aprendido mucho sobre el tema. Para poner en escena la ópera de Sebastián Rivas, me documenté, intenté apartarme de los atajos de la historia, intenté comprender los desafíos políticos y partidarios. Pero en Buenos Aires, 30 años más tarde, aquel 14 de marzo de 2012, mientras los restos de la dictadura todavía retumban aquí o allá, mientras las palabras nacionalistas siguen encendidas a flor de piel, me sorprendió la miseria de estos olvidados que patean la calle en Plaza de Mayo, estos harkis1 de la Argentina, sin derechos ni consideración, víctimas de aquel entonces, y cuyos torpes discursos habrían de ser, sin duda, objeto de interés. La guerra se resumía como siempre en un recuerdo cansino, en una suma de sufrimientos molestos, los de de los soldados rasos. “Milicos asesinos todos”, como dice el recluta de la obra, ese personaje de voz ronca que le da a Aliados su dimensión trágica, su valor de ópera del tiempo concreto.

“LA UNICA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE SE ABANDONA Y NO ESTA EN NUESTRAS MENTES POR LA PATRIA, LA VIDA Y NUESTRO HONOR SIN TRANZA, NI ESTAFA, NI TRAICION ¡BASTA! DE QUE MALVINAS SIGA SIENDO UN TEMA TABU PARA LOS ARGENTINOS”

Antoine Gidnt

Es director y productor de teatro, desarrollando su actividad artística principalmente en el campo del teatro musical. Entre las obras que dirigió se encuentran Medea (2005), Ring Saga (2011), y Aliados (2013). Traducido al español por Ariana Saenz Espinoza

(1) Militares argelinos que lucharon con las tropas francesas durante la guerra de Argelia de 1954 a 1962. 100 000 fueron abandonados por las autoridades francesas y masacrados por el ejército de liberación nacional argelino (ALN) tras el acuerdo de Evian, el 18 de marzo de 1962, que dió lugar a la independencia de Argelia. Sólo 20 000 fueron repatriados a Francia, donde vivieron marginados y en condiciones muy precarias.

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Malouines, 2012

ar un étrange concours de circonstance, mi-mars 2012, trois semaines à peine avant le 30ème anniversaire du début de la Guerre des Malouines, je me suis trouvé quelques jours à Buenos Aires. Avec en tête deux projets de mise en scène: celui pour lequel j’étais invité en repérage au Teatro Colon (l’opéra d’Olivier Messiaen Saint-François d’Assise, production qui ne verra jamais le jour) et celui dont nous discutions depuis quelques mois déjà avec Sebastian Rivas et Esteban Buch, Aliados, un opéra du temps réel. Le dictateur chilien Augusto Pinochet et l’ancienne premier ministre britannique Margaret Thatcher en sont les protagonistes séniles, bégayant leur alliance et leurs souvenirs de guerre des Malouines (le spectacle, créé en juin 2013 au Théâtre de Gennevilliers, a depuis largement tourné en France et en Europe).

Déployées par ceux-là même qui avaient combattu là bas, conscrits sans doute involontaires à la cause de la dictature, elles s’exposaient dans un bric-à-brac assez triste, entre stands explicatifs et exposition de photos noires et blanches, combats et souffrances. Difficile de percevoir ce que ces revendications exprimaient en priorité : honneur, désespoir, esprit de revanche, revendication patriotique ou plus prosaïquement reconnaissance du statut d’ancien combattant. Plus loin devant la Casa Rosada, , somme toute assez indifférents à cette manifestation, flottaient les drapeaux azurs dessinés par le Général Belgrano, héro fondateur de l’indépendance argentine, qui dans cette guerre du XXème siècle aura malgré lui prêté son nom au croiseur coulé par l’armada britannique. Plus de 300 soldats ont péri dans ce naufrage du 3 mai 1982. Mon souvenir personnel de la guerre des Malouines, je veux dire celui qui me reste intact de ces années quatre-vingt, est à vrai dire assez vague. Presque exclusivement attaché au nom des missiles exocet que la France avait vendu à l’Argentine. Ironique retournement de marchand de canon, arroseur-arrosé… ménageant les deux parties, deux alliances devenues contradictoires, confusion des enjeux: une guerre pour un territoire si lointain, si hostile, peuplé de moutons bêlant. Vue de France, vue d’Europe, la revendication nationaliste de Galtieri, comme la riposte acharnée de la Dame de Fer, apparaissaient comme autant de manipulation politique.

Malgré la brièveté du séjour, j’avais un peu de temps pour visiter l’église San Francisco de Buenos Aires et son musée. Par curiosité, j’ai donc été rue Alsina, 380, précisément situé – je l’ignorais évidemment - en face d’un mémorial en l’honneur des vétérans des Malouines. Etait-ce un signe? Et quel signe? De quel secours François était-il donc aux Malouines? Dans le musée je suis d’abord tombé face à un christ sanguinolent, dont les mains sont sanglées à la croix par deux bandes albicelestes… Il est précisé à ses pieds (manquants) : «Crucifijo que estuvo presente en la guerra de Malvinas. Donado al convento por un coronel. Origen: Norte Argentino. Siglo XVIII». 1 Un peu plus loin, au milieu de moines en bure et de multiples objets pieux, un panneau explique l’arrivée des aumôniers franciscains venus de Buenos Aires juste après le débarquement espagnol en 1767; et puis la conquête des îles par les anglais en 1832 et la première demande de récupération des Malouines formulée par l’Argentine en 1833. Je ne suis pas spécialiste, et comme souvent face à l’Histoire, je me méfie des raccourcis et des certitudes. Ils sont partout dans le monde des partis pris orientés à des fins de propagande.

Depuis, j’ai évidemment appris beaucoup sur le sujet. Pour mettre en scène l’opéra de Sebastian Rivas, je me suis documenté, j’ai tenté de sortir des raccourcis de l’histoire, tenté de comprendre les enjeux politiques et partisans. Mais à Buenos Aires, 30 ans plus tard, ce 14 mars 2012, alors que les restes de la dictature résonnent encore parfois ici ou là, que les propos nationalistes enflammés sont toujours à fleur, j’étais d’abord frappé par la misère de ces oubliés qui battaient le pavé place de mai, ces «harkis» de l’Argentine, sans droits ni considération, victimes d’alors et dont les discours maladroits feraient sans doutes l’objet de récupérations. La guerre se résumait comme toujours à un souvenir lassant, à une somme de souffrances dérangeantes, celles des sans grade. «Milicos asesinos todos», comme dit le conscrit du spectacle, ce personnage qui de sa voix éraillée donne à Aliados sa dimension tragique, sa valeur d’opéra du temps concret.

Abandonnant ces reliques franciscaines exotiques, j’ai poursuivi ma déambulation, et de la rue Defensa qui débouche sur la place de mai, j’ai découvert les premières banderoles:

“LE SEUL COMBAT QUE VOUS PERDEZ EST CELUI QUE VOUS ABANDONNEZ ET NON DANS NOS ESPRITS POUR LA PATRIE, LA VIE ET NOTRE HONNEUR... SANS ESCROQUERIE OU DE FRAUDE OU DE TRAHISON ASSEZ !! QUE MALOUINES RESTE UN SUJET TABOU POUR L'ARGENTINE ”

Antoine Gidnt

Metteur en scène et producteur de théâtre, il a développé son activité artistique principalement dans le domaine du théâtre musical. Il a mis en scène, entre autres, Medea (2005), Ring Saga (2011) et Aliados (2013).

(1) Crucifix qui était présent dans la guerre des Malouines. Donné au couvent par un colonel. Origine Argentine Nord, XVIIIème siècle.

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«Las Malvinas son argentinas»

En cada puesto fronterizo de la República Argentina, se erige un inmenso letrero que proclama: “Las Malvinas son argentinas”.

A los turistas recién llegados a veces les cuesta entender. ¿De qué se trata? En las costas de la Patagonia, azotadas por los vientos enfurecidos del Atlántico Sur, dos islas rodeadas por un centenar de pequeños islotes -17000 km² en totalemergen de la plataforma continental. Registrado en 1520 por Magallanes, primer navegante en dar la vuelta al Cabo de Hornos, el archipiélago se convertirá en tema de controversia en cuanto a su legítimo propietario, tema que desde entonces nunca llegó a resolverse. En 1764, el francés Bougainville fue el primero en dar el nombre “Malvinas” a estas islas, en homenaje a la ciudad de SaintMalo de donde era oriundo. En 1770, la corona española hizo valer sus derechos históricos sobre el archipiélago y, medio siglo después la República Argentina, entre tanto liberada de la tutela española, instaló en 1832 una colonia penitenciaria. Al año siguiente le llegó el turno al gobierno del Reino Unido, quien echó a los argentinos, instalándose a su vez en el archipiélago bautizado Islas Falkland, Sandwich o Georgias del Sur. Desde entonces la Argentina no cesará de reclamar sus territorios denunciando la “colonización”. Al final del siglo pasado, al término de una dictadura militar económica y políticamente acorralada, los generales argentinos imaginaron unificar la opinión nacional en torno a un proyecto desquiciado, mal preparado: la recuperación por vía militar de las Malvinas. Fue un fracaso absoluto. Dos meses de guerra, más de 900 muertos, la dama de hierro Margaret Thacher reforzó la posición británica. Pero la desdicha conlleva su parte positiva. La dictadura militar descompuesta se vio obligada a ceder su puesto a la democracia en 1983. Sin embargo la batalla por las Malvinas está lejos de haber terminado, porque la cuestión figura ahora en la agenda permanente de la comisión de las Naciones Unidas para la descolonización.

Pierre Kalfon

Fue periodista, escritor y diplomático. Es especialista en América Latina, donde trabajó largamente en varios cargos como el de director de la Alliance Française en Argentina, profesor universitario en Chile, y funcionario diplomático Montevideo y en Santiago de Chile. Entre sus escritos se encuentran la biografía de Ernesto Guevara – Che, Ernesto Guevara une légende de siècle (1997) – y Pampa (2007), por el cual fue galardonado con el prestigioso premio Joseph-Kessel. Traducido al español por Ariana Saenz Espinoza

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«Les Malouines sont argentines»

A chaque poste frontière de la République Argentine, se dresse un immense panneau proclamant: «Las Malvinas son argentinas».

Les touristes qui arrivent ont parfois du mal à comprendre. De quoi s’agit-il? Au large des côtes de Patagonie, balayés par les vents furieux de l’Atlantique Sud, émergent de la plate forme continentale deux îles cernées par une centaine de petits îlots - 17000 km² au total. Aperçu déjà en 1520 par Magellan, premier navigateur à contourner le Cap Horn, l’archipel fera désormais l’objet d’une controverse, jamais éteinte depuis lors, quant à son propriétaire légitime. En 1764, le français Bougainville est le premier à donner à ces îles le nom de Malouines en hommage à la ville de Saint-Malo dont il est originaire. Dès 1770, la couronne d’Espagne fait valoir ses droits historiques sur l’archipel et, un demi-siècle plus tard, la république Argentine, libérée entre-temps de la tutelle espagnole, y installe en 1832 une colonie pénitentiaire. L’année suivante, c’est le gouvernement du Royaume Uni, qui chassant les Argentins, s’installe à son tour dans l’archipel baptisé Îles Falkland, ou Sandwich, ou Géorgie du Sud. Désormais, l’Argentine ne cessera de réclamer ses territoires en en dénonçant la «colonisation.» A la fin du siècle dernier, au terme d’une dictature militaire économiquement et politiquement aux abois, les généraux argentins imaginent de rassembler l’opinion nationale autour d’un projet fou, mal préparé: la requête militaire des Malouines. Fiasco absolu. Deux mois de guerre, plus de 900 morts, la dame de fer Margaret Thatcher renforce la position britannique. Mais à quelque chose malheur est bon. La dictature argentine déconfite est contrainte de céder la place à la démocratie dès 1983. La bataille des Malouines est loin d’être terminée cependant, car la question est inscrite à présent sur l’agenda permanent de la commission des Nation Unies pour la décolonisation.

Pierre Kalfon

Journaliste, écrivain et diplomate, il est spécialiste de l'Amérique latine, où il a travaillé plusieurs années en occupant divers postes tels que directeur de l'Alliance Française en Argentine, professeur universitaire au Chili et fonctionnaire diplomatique à Montevideo et Santiago, au Chili. Parmi ses œuvres on trouve la biographie d'Ernesto Guevara – Che, Ernesto Guevara, une légende de siècle (1997) – et Pampa (2007), pour laquelle il a reçu le prix Joseph Kessel 2007. 23

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Diálogo, derecho y paz Carta abierta a un amigo británico

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ué triste es ver cómo un país democrático se hunde en una aventura militar, cómo moviliza fuerzas nucleares para proteger intereses abstractos: los de un poder geopolítico que hoy ha quedado desfasado. La Guerra Fría ha terminado. El Imperio británico ya no existe.

crisis graves: la independencia de la India, las crisis de la descolonización en África, Hong Kong... Siempre supo responder con la negociación y la apertura al derecho, garantizando así la paz antes de sucumbir en una escalada de violencia. ¿Cómo podemos entender que hoy elija una postura imperial propia del pasado justamente en un mundo globalizado?

Nosotros hemos conocido eso, nuestro pueblo argentino, cuando una de las dictaduras militares más terribles que hemos tenido en nuestra historia trató de restaurar la legitimidad del poder de facto, como habían hecho los coroneles griegos en su momento en Chipre... El resultado fue el mismo. Los dictadores siempre caen en el aventurismo militar demostrando su incapacidad para hacer la guerra en contra de otra entidad que no sea su propio pueblo, a quien terminan masacrando.

La militarización de la política relativa a su presencia en el Atlántico Sur, en las Malvinas, ya no cumple con los nuevos imperativos geoestratégicos de la época de la posguerra fría. ¿Cuáles son los intereses británicos en esa región del mundo, situada a más de 14.000 km de Londres? ¿Defender a los kelpers? Pero, ¿de qué y de quién? Acaso su nacionalidad fue negada por la Argentina democrática? Argentina sólo puede respetar a dicho pueblo, así como respeta la expresión del derecho: la palabra normativa de las Naciones Unidas que siempre invita al diálogo. La paz entre los pueblos es mucho más preferible que la postura unilateral y belicosa de un Estado.

Así es que, amigo británico, la Guerra Fría ha terminado. Ya no es necesario movilizar instintos nacionalistas de un pueblo cansado de violencia, ya sea económica o política. Sí, decimos en voz alta y fuerte, se suponía que las dictaduras militares argentinas de la época y los poderes de facto a cargo defendían los valores de Occidente. Ellos eran impostores sangrientos. Forma absurda y cruel que se impusieron en el poder para defender los valores de Occidente, para mantener al pueblo de Gran Bretaña: contra la ley, contra la justicia. La violencia contra la libertad de expresión, con su procesión de torturas, asesinatos y crímenes contra la humanidad. La fuerza patriótica del pueblo argentino fue alineada con el espíritu nacionalista, siempre engañoso porque estaba divorciado del discurso democrático. Entonces ¿por qué negar hoy un lugar al derecho, a la oportunidad de crear la paz? La propuesta de diálogo formulada por Argentina, no proviene acaso de un país democrático? ¿No se toman en cuenta los caminos de la negociación y la madurez internacional? ¿A qué le tiene miedo el gobierno británico? ¿A una pérdida de legitimidad en un contexto de crisis política? Tan fuerte es la necesidad de construir legitimidad que envía submarinos nucleares y aviones de combate y debe amenazar para afirmar su soberanía sobre las Malvinas, la misma que nos fue arrebatada en 1833 durante una campaña colonial marina? Gran Bretaña a menudo nos ha impresionado en situaciones de

Entonces, amigo mío, ¿dónde está el riesgo para el pueblo británico? No tenemos nada en contra de él. Por el contrario, la Argentina muestra que no hay, en este espacio, una voluntad hegemónica sobre dicho pueblo, sino una voluntad de recuperar los derechos que fueron confiscados por la fuerza en una región que, geológicamente, geográfica e históricamente es parte de su territorio de manera objetiva. Argentina desde 1833 nunca ha aceptado esta amputación territorial. Es el derecho internacional que resguarda aquí la palabra y la capacidad de proteger, en una historia que siempre ha sido negada por las potencias hegemónicas, sus derechos inalienables. Hoy en día las políticas imperiales son obsoletas. En consecuencia, amigo británico, ¿por qué una de las primeras democracias del mundo tendría la necesidad de existir a través del peligroso aventurismo militar? Dialoguemos entre naciones soberanas, para demostrar la pertinencia de nuestras posiciones ante la comunidad internacional. La vieja democracia británica no necesita demostrar su vigencia imponiéndose por la fuerza de las armas, ya que corre el riesgo de exhibir su erosión, si no su crisis.

Gabriel Périès

Es Doctor en Ciencia Política y en Ciencias de la Información y la Comunicación por la Universidad Paris I PanthéonSorbonne. Actualmente es profesor en Ciencia Política en el Instituto Mines-Télécom. De familia argentina, supo ser parte junto con sus padres, de una red de contención y recibimiento reconocida por muchos exiliados políticos argentinos y latinoamericanos en París. Traducido al español por Pamela Verónica Morales

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Dialogue, droit et paix

Lettre ouverte à un ami britannique

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uelle tristesse de voir un pays démocratique s’enfoncer dans une aventure militaire, mobiliser des forces nucléaires pour protéger des intérêts abstraits : ceux d’une géopolitique de la puissance aujourd’hui dépassée. La Guerre froide est finie. L’Empire britannique n’existe plus.

La Grande Bretagne nous a souvent impressionné dans des situations de crise grave : l’indépendance de l’Inde, les crises de la décolonisation en Afrique… Hong Kong… Elle a su toujours répondre par la négociation et l’ouverture au Droit qui assurent la paix avant de succomber à l’escalade. Comment comprendre qu’aujourd’hui elle semble choisir une posture impériale appartenant au passé dans un monde justement globalisé ?

Nous avons connu cela, nous peuple argentin, lorsque une des plus terrifiante dictature militaire que nous avons connue dans notre histoire, en fin de course, a tenté de rétablir sa légitimité de pouvoir de facto, comme l’avaient fait les colonels grecs en leur temps, lors de l’affaire de Chypre… le résultat a été le même. Les dictateurs chutent toujours dans l’aventurisme militaire qui démontre leur incapacité à faire la guerre à une entité autre que celle de leur propre peuple qu’ils massacrent. Alors, ami britannique, la Guerre froide est finie. Il n’est plus nécessaire de mobiliser l’instinct nationalistes des peuples fatigués par la violence, quelle soit économique ou politique. Oui, nous le disons haut et fort, les militaires argentins de la période des dictatures et des pouvoirs de facto dépendants étaient censés défendre les valeurs de l’Occident. C’étaient des imposteurs sanglants. De façon absurde et cruelle ils avaient été mis au pouvoir pour défendre les valeurs de l’Occident, donc les tiennent peuple de Grande Bretagne : contre le droit, contre la justice. La violence contre la parole libre, avec son cortège de tortures, d’assassinats, de crimes contre l’humanité. La force patriotique du peuple argentin a été aliénée à un nationalisme, toujours trompeur car dissociée de la parole démocratique.

La militarisation de sa politique relative à sa présence dans l’Atlantique Sud, aux Malouines, ne répond plus aux nouveaux impératifs géostratégiques de la période de la post-Guerre froide. Alors quels sont donc les intérêts britanniques dans cette région du monde, située à plus de 14.000 km de Londres ? Défendre les Kelpers ? Mais de quoi et de qui ? Leur nationalité serait-elle niée par l’Argentine démocratique ? L’Argentine ne peut que respecter ce peuple, tout comme elle respecte l’expression du Droit : la parole normative des Nations Unies qui invite toujours au dialogue. La paix entre les peuples est bien préférable à la gesticulation belliciste et unilatérale d’un Etat. Car, l’ami, où est donc le risque pour le peuple britannique ? Nous n’avons rien contre lui. Bien au contraire : l’Argentine montre qu’il n’y a pas, en l’espèce, de volonté d’une quelconque hégémonie sur un peuple, mais bien une volonté de récupérer des droits qui lui ont été confisqués par la force sur une région qui, du point de vue géologique, géographique et historique fait parti de son territoire en toute objectivité. L’Argentine depuis 1833 n’a jamais accepté cette amputation territoriale. C’est le droit international ici, qui protège la parole et la possibilité de la prendre pour protéger, dans une histoire qui a été longtemps niée par des puissances hégémoniques, des droits inaliénables. Aujourd’hui les politiques impériales sont dépassées. Alors, ami britannique, pourquoi donc une des premières démocraties du monde aurait-elle besoin pour exister du périlleux aventurisme militaire ? Dialogons entre peuples souverains, pour prouver la pertinence de nos positions devant la communauté internationale. La vielle démocratie britannique n’a pas besoin pour démonter qu’elle est vivace, et plus encore, vivante, de s’imposer à travers la force des armes au risque d’exhiber son érosion, si ce n’est sa crise.

Alors pourquoi nier aujourd’hui la place au droit, à la possibilité de créer la paix ? La proposition de dialogue faite par l’Argentine n’émane –t-elle pas d’un pays démocratique ? N’emprunte-telle pas les chemins de la négociation et de la maturité internationale ? Alors de quoi le gouvernement britannique a-t-il peur ? D’une perte de sa légitimité politique en situation de crise ? A-t-il besoin à ce point de se construire une légitimité en envoyant des sous-marins nucléaires, des avions de guerre, de produire de la menace pour revendiquer une souveraineté sur les Malouines qui nous a été simplement volée en 1833 lors d’une campagne maritime coloniale ?

Gabriel Périès

Docteur en Sciences Politiques et en Sciences de l'Information et de la Communication – Université Paris I PanthéonSorbonne. Actuellement, il est professeur des Sciences Politiques à l’Institut Mines-Télécom. Issu d'une famille argentine, il faisait partie avec ses parents d'un réseau de contention et d’accueil, reconnu par de nombreux exilés politiques argentins et latino-américaines à Paris. 25

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Las Islas Malvinas: un conflicto secular

ara un ciudadano de a pie, ¿qué es Malvinas? Un tercio de siglo después de la contienda, y tras la confusión creada por el vocabulario (“Malouines” para los franceses, “Malvinas” para los argentinos, “Falklands” para los británicos) no está de más recordar que, en efecto, este archipiélago que se extiende sobre una superficie de unos 12000 km2, está situado a menos de 470 kilómetros de las costas argentinas. Su contexto geológico, su naturaleza física, su fauna y su flora, son prácticamente idénticos a los de la Patagonia. Sin embargo, entre los argumentos de reivindicación de soberanía de un Estado sobre un territorio dado, las referencias más constantes suelen mencionar ya sea los datos geográficos, ya sea lo relativo a la Historia o, mejor aún, la relación entre ambas cosas. LOS ARGUMENTOS GEOGRÁFICOS coinciden en dar ventaja a la causa argentina: Las islas Malvinas comparten, en efecto, el mismo continuum geológico que la Patagonia, a través de la plataforma continental, recordando, nonens volens, el caso bien conocido de las islas Paracelso o Spratly. En cuanto a la situación biogeográfica, los animales que pueblan el archipiélago son los mismos que los de la Patagonia, desde los cachalotes hasta los leones de mar, desde los pingüinos hasta las ballenas-piloto. Y la flora es idéntica, desde las estepas con gramíneas de “tusok” hasta las algas “cochatyuyo” que revisten los fondos marinos del litoral patagónico así como los de las islas Malvinas. Pero estas consideraciones geográficas, singularmente edificantes, resultan en definitiva secundarias en relación a la gama de argumentos ligados a la Historia favorables a la causa de Buenos Aires. En este plano, los británicos esgrimen, es cierto, la referencia clásica de l’util possidetis juris, la ocupación y el poblamiento. -¿La ocupación? Los ingleses evocan una ocupación continua desde 1833. Dont acte. Pero esta ocupación empezó mediante un golpe de fuerza, Londres expulsó la guarnición argentina instalada en Malvinas, en su capital, Puerto Argentino, de ahí el recordatorio en los manuales escolares argentinos desde hace casi dos siglos: “¡Malvinas, brazo arrancado al cuerpo de la nación!” -¿El poblamiento? Desde aquella fecha, Londres no ha cesado de enviar súbditos británicos, por “rotación”: los “Kelpers”, criadores de ovejas durante mucho tiempo y que ahora cohabitan con un contingente de militares cada vez más denso, lo que convierte a Malvinas en un impresionantes bastión armado inglés en el corazón del Atlántico Sur. Y los resultados del referéndum organizado por Gran Bretaña, en marzo de 2013, eran de esperarse: ¡el 98,8% de los súbditos británicos se declararon “favorables” al mantenimiento del archipiélago en el seno del Reino Unido! A decir verdad, ¡resulta más sorprendente el 1,2%

de votos hostiles! Los argumentos por parte argentina son más numerosos y sin duda más creíbles: -El “descubrimiento” de las islas (aunque refutado por Londres). En 1520, la tripulación de Magallanes señala su descubrimiento, posteriormente confirmado, por Esteban Gómez y luego por Diego de Riberta. En esa época, la zona había sido otorgada a Madrid por el Tratado lusitano-hispánico de Tordesillas, un acuerdo que será confirmado por los mismos ingleses con el Tratado Americano de 1670, entre España y el Reino Unido. Más de un siglo después, fue efectivamente un inglés, John Strong, quien realizó en 1690 una breve escala en el archipiélago, un archipiélago que llamó “Falklands” en homenaje a su almirante. Pero, en 1764, la verdadera primera “ocupación” de dicho archipiélago fue llevada a cabo por Antoine de Bougainville, quien lo bautizó “Îles Malouines” (Islas Malvinas) en honor a uno de sus marineros, nativo de Saint-Malo. Una ocupación que termina en 1765, cuando las Malvinas vuelven a estar bajo tutela española con la aprobación de París. -La ocupación y la herencia: la soberanía hispánica se extiende entonces de manera ininterrumpida de 1765 a 1816, durante más de medio siglo. Y, con el advenimiento de la independencia de la Argentina, las “Malvinas” son consideradas, sin problema, como parte del territorio heredado de la antigua metrópolis. Buenos Aires instala un gobernador (David Jewett) y un mando político y militar, encomendado a Louis Vernet. Durante ese período (más de 150 años) Londres no se manifiesta hasta el golpe de fuerza de enero de 1833, evocado más arriba. El Union Jack flota durante casi dos siglos sobre Puerto Argentino, rebautizado Port Stanley. Si establecemos un balance comparativo de los argumentos de las dos partes (para Londres: ocupación efectiva de Londres en 1833, y poblamiento posterior británico, argumento refutado por las mismas Naciones Unidas en 1989; para Buenos Aires: proximidad geográfica, continuum geológico, comunidad biogeográfica, descubrimiento del archipiélago, derechos de España, herencia hispánica, ocupación efectiva hasta 1833), la balanza se inclina de manera impresionante hacia el lado de la Argentina. Más allá de la desastrosa iniciativa emprendida por la dictadura en 1982 (una iniciativa que tuvo sin embargo el “mérito” – ¡pero a qué precio! – de restablecer la democracia), la parte argentina, más que nunca escuchada por las Naciones Unidas, busca la negociación. La ONU reconoció (Resolución 2065) que “existe un desacuerdo en cuanto a soberanía entre el Reino Unido y la República Argentina” e “invitó a las dos partes a que negociaran con el fin de encontrar una solución política al desacuerdo”. Desde 1989, se ha sometido la cuestión Malvinas al Comité Especial de Descolonización. Londres hace oídos sordos hasta el día de hoy. ¿Intereses estratégicos, comerciales, energéticos? ¡Pero ésa es otra historia!

Jacques Soppelsa

Es Presidente Honorario de la Universidad de Paris I Panthéon-Sorbonne y profesor de Geopolítica. Se desempeñó como Agregado Cultural, Científico y de Cooperación en la Embajada de Francia en Buenos Aires.

Traducido al español por Ariana Saenz Espinoza

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Les Malouines: un contentieux séculaire

our l’homme de la rue, les Îles Malouines, c’est quoi? Un tiers de siècle après le conflit, et au-delà de la confusion sécrétée par le vocabulaire («Malouines» pour les Français, «Malvinas» pour les Argentins, «Falkands» pour les Britanniques) il n’est sans doute pas inutile de rappeler en effet que cet archipel, étalé sur près de 12000 Km2, est situé à moins de 470 kilomètres des côtes argentines. Son contexte géologique,sa nature physique, sa flore, sa faune, sont quasiment identiques à ceux de la Patagonie. Or, parmi les arguments de revendication de la souveraineté d’un État à l’égard de tel ou tel territoire, les références les plus constantes concernent, soit les données liées à la Géographie, soit à celles liées à l’Histoire, soit, mieux encore, à leur conjugaison.

sont les 1,2% de votes hostiles qui peuvent étonner! Les arguments de la partie argentine sont plus nombreux et manifestement plus crédibles: -la «découverte» des îles (bien que contestée par Londres). En 1520, l’équipage de Magellan signale leur découverte, ultérieurement confirmée, par Esteban Gómez puis par Diego de Riberta. A l’époque, la zone a été octroyée à Madrid par le Traité lusitano-hispanique de Tordesillas, un accord qui sera confirmé par les Anglais eux mêmes via le Traité Américain de 1670, entre l’Espagne et le Royaume Uni. Plus d’un siècle plus tard, c’est effectivement un Anglais, John Strong, qui fait une brève escale dans l’archipel, en 1690, un archipel qu’il nomme «Falklands» en hommage à son amiral. Mais, en 1764, la véritable première «occupation» dudit archipel est le fait d’Antoine de Bougainville, qui le baptise «Îles Malouines» en l’honneur de ses marins, natifs de Saint-Malo. Une occupation qui s’achève en 1765, les Malouines repassant sous tutelle espagnole avec la bénédiction de Paris. -l’occupation et l’héritage: la souveraineté hispanique s’étend donc de manière ininterrompue de 1765 à 1816, plus d’un demi siècle. Et, avec l’accession à l’indépendance de l’Argentine, les «Malvinas» sont considérées sans problème comme faisant partie intégrale du territoire hérité de l’ancienne métropole. Buenos Aires y installe un gouverneur (David Jewett) puis un Commandement politique et militaire, confié à Louis Vernet. Durant toute cette période, (près de 150 ans) Londres ne se manifeste pas…jusqu’au coup de force de Janvier 1833, évoqué supra. L’Union Jack flotte pour bientôt deux siècles sur Puerto Argentino, rebaptisé Port Stanley. Si l’on établit un bilan comparatif des arguments des deux parties (pour Londres: occupation effective de Londres en 1833, et peuplement ultérieur britannique, argument réfuté par les Nations Unies elles mêmes en 1989; pour Buenos Aires: proximité géographique, continuum géologique, communauté biogéographique, découverte de l’archipel, droits de l’Espagne, héritage hispanique, occupation effective jusqu’en 1833) le fléau de la balance, c’est le moins que l’on puisse penche de manière impressionnante du coté de l’Argentine.

LES ARGUMENTS GÉOGRAPHIQUES CONVERGENT pour donner l’avantage à la cause argentine: Les Îles Malouines baignent en effet dans le même continuum géologique que la Patagonie, via le plateau continental, rappelant, nonens volens, les cas de figures bien connus des Paracelces ou des Spratleys. Quant à la donne biogéographique, les animaux qui peuplent l’archipel sont les mêmes que ceux de Patagonie, des cachalots aux lions de mer, des manchots aux baleines-pilotes…Et la flore est identique, des steppes graminées de «tusok» aux algues «cochatyuyo» qui tapissent autant les fonds marins du littoral patagon que ceux des îles Malouines. Mais ces considérations géographiques, singulièrement édifiantes, s’avèrent en définitive secondaires par rapport à la gamme des arguments liés à l’Histoire favorables à la cause de Buenos Aires. Sur ce plan, les Britanniques brandissent, certes, la référence, au demeurant classique, de l’util possidetis juris, l’occupation et le peuplement.. -l’occupation? Les Anglais évoquent une occupation continue depuis 1833. Dont acte. Mais cette occupation a démarré par un coup de force, Londres expulsant la garnison argentine installée aux Malouines, dans sa capitale, Puerto Argentino, avec notamment, comme conséquence, le rappel, depuis bientôt deux siècles, dans les manuels scolaires argentins, des «Malouines, bras arrachés au corps de la nation!». -le peuplement? Depuis cette date, Londres n’a cessé d’envoyer ,par «roulements» des sujets britanniques, les «Kelpers», longtemps éleveurs de moutons, et cohabitant désormais avec un contingent de militaires de plus en plus dense, faisant des Malouines un impressionnant bastion armé anglais au cœur de l’Atlantique Sud. Et les résultats du référendum organisé par la Grande Bretagne en Mars 2013 ne pouvaient surprendre: 98,8% des sujets britanniques se sont en effet déclarés «favorables au maintien de l’archipel au sein du Royaume Uni! A vrai dire, ce

Au-delà de la désastreuse initiative entreprise par la dictature en 1982, (une initiative qui eut cependant le «mérite» -mais à quel prix!-de rétablir la démocratie), la partie argentine, plus que jamais écoutée par les Nations Unies, souhaite des négociations. L’ONU a reconnu (Résolution 2065) «qu’il existe un différend de souveraineté entre le Royaume Uni et la République Argentine» et a «invité les deux parties à négocier afin de trouver une solution politique au différend». Et depuis 1989, le Comité Spécial de Décolonisation a été saisi de la question des Malouines. Londres fait jusqu’à ce jour la sourde oreille. Intérêts stratégiques, commerciaux, énergétiques? Mais ceci est une toute autre histoire!

Jacques Soppelsa

Président honoraire de l'Université de Paris I PanthéonSorbonne et professeur de Géopolitique. Il a occupé la fonction d’Attaché Culturel, Scientifique et de Coopération de l'Ambassade de France à Buenos Aires. 27

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Groussac, el argentino cautivado por las Islas Malvinas: Los hechos de la historia en correspondencia con los de la geografía El presente prefacio ha sido publicado originalmente en su versión francesa en 2012 en una obra a cargo de las Ediciones L’Harmattan, intitulada: « Paul Groussac. Les Iles Malouines. Nouvel exposé d'un vieux litige ». Publicamos por primera vez, en esta edición especial de la revista Ensemble, su traducción al español. La présente préface a originellement été publiée en français en 2012 sous le titre "Groussac l’Argentin saisi par les Iles Malouines : Les faits de l’histoire accordés à ceux de la géographie¨ dans un ouvrage aux éditions L'Harmattan, intitulé « Paul Groussac. Les Iles Malouines. Nouvel exposé d'un vieux litige ».

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n doble enigma atraviesa la publicación en extractos, en 1919, de Las islas Malvinas, nueva exposición de un viejo litigio, tomada del tomo VI de los Anales de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires: está escrito en francés, y es dado como apéndice de un conjunto más extenso por venir: La República Argentina, que nunca verá el día.

La inspección rigurosa de las fuentes y el análisis crítico de los documentos no solamente evitan el aspecto cómico y novelesco de la historia, sino, en este caso, también el prejuicio y la toma de partido. Además, si la historia es y debe ser científica, también es narración literaria y tiene efectos políticos. La exactitud histórica en Groussac es indisociable de una atención puesta en la escritura y de una voluntad de pensar en presente. Groussac siempre ha desconfiado del concepto absurdo de la exigencia histórica. Ha leído el prefacio de L’Histoire politique de l’Europe contemporaine de Seignobos: “La metodología rigurosa exige el estudio directo de las fuentes; ahora bien, la vida de un solo hombre no basta para leer los documentos oficiales incluso de un solo país de Europa. Es por tanto materialmente imposible escribir una historia contemporánea de Europa conforme a los principios de la crítica”. Asocia esto con el capítulo IV de Bouvard et Pécuchet, de Flaubert: “(Los dos tontos resolvieron escribir la historia)”. Habría que haber leído todas las historias, todos los diarios y todas las piezas manuscritas; un error puede depender de la mínima omisión, ocasionando otros hasta el infinito. Renunciaron a ello…” Comentando estas citas, Groussac agrega: “Seignobos no renuncia. Escribe en 8 de 800 páginas, compacto y gris, sin haber leído todo (ni siquiera, a juzgar por sus escritos, leyó lo que había que leer) y no se le ocurre que su supuesto método riguroso sea absurdo y deba modificarse”1. En su prólogo de Mendoza y Garay, Groussac teorizará así su crítica del positivismo histórico tal y como se presenta en la Introducción a las ciencias históricas de Langlois y Seignobos, del que este último hizo su propia autocrítica en la “Société française de philosophie” el 28 de mayo de 1908: “Debemos reconocer que la historia tiene como primera razón de ser la búsqueda de la verdad y por consiguiente la necesidad de fundamentar sobre sólidas bases documentales las deducciones posteriores o inferencias; sostenemos que precisamente una verdad buscada y hallada es la que se integra en la expresión, gracias al elemento artístico o subjetivo que solamente lo revela en línea y color, cuando en realidad la vida lo fundamenta en potencia y en acto”2. (Groussac, 1949:21). En el tomo I de los Anales de la Biblioteca Nacional, Groussac escribió: “Despojado de todo tecnicismo, este método se reduce a rechazar toda fuente secundaria para remontar hasta la fuente primaria, a cuestionar todo lo que no ha sido verificado personalmente, a no citar ni informar inverta magistri; a meditar largas horas sobre

Escrito en francés, su lengua natal, por un autor que poco después de su llegada a la Argentina, con 18 años, comenzó a escribir en una lengua argentina reinventada, más pura que la lengua española (González y Vermeren, 2007) y que asumirá el cargo de director de la Biblioteca de la Nación argentina durante cuarenta años sin nunca renunciar a su nacionalidad de origen. Groussac justifica su elección afirmando que el francés es la lengua precisa y clara en la cual se explicitan las doctrinas y se formulan las conclusiones de los congresos internacionales. Es decir, la idea según la cual el tema tratado requiere no solamente ser pensado y expuesto con la gran claridad y distinción propias de la lengua francesa, sino, además, utilizar un idioma de vocación universal. Sin embargo, el argumento que esgrime no es tanto el de que la causa defendida e ilustrada, relativa al derecho internacional, pueda recibir de ese modo mayor difusión, ni es tampoco el alegato de un abogado que hace caso omiso de los errores y sofismas contenidos en la evidencia argentina relativa a su propiedad de las Islas Malvinas. Más bien se trata de que los hechos de la historia, si concuerdan al término de la demostración con los de la geografía, sean establecidos ante los ojos de todos y reconocidos por la mayoría. La ambición confesada por Paul Groussac no es otra que la de ser un historiador. ¿Qué es un historiador? “El verdadero sabio no tiene ningún mérito en mostrarse justo: lo es sin pensar y por el simple hecho de ser exacto. Se lo exige su trabajo, antes de que su conciencia intervenga: la exactitud es la justicia del espíritu. Por mi parte, estudié el caso Malvinas en sí, como un simple punto de historia, según mis procedimientos habituales. El minucioso análisis de los documentos y de los actos históricos es lo que me condujo a la convicción de que la República Argentina, en tanto que heredera de España, tiene sobre las islas disputadas exactamente los mismos derechos que sobre la Patagonia, y éstos derivan de las mismas fuentes”.

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un tema de pequeña dimensión, a volverse, en definitiva, juez severo y no abogado complaciente de la tesis tomada como un todo, y a no dar nada por sentado, sino lo que uno mismo ha descubierto o redescubierto”. Los maestros en los que confiesa haberse apoyado son Macaulay, Renan, Mommsen, Taine y Fustel de Coulange.

de ideas reguladoras subyacentes, dibujando una visión de la Argentina coherente (Romero, 1980). Groussac define así su concepción de la historia: “La filosofía de la historia que, para mi propio uso, he sacado de mis lecturas y de mis reflexiones es que, con respecto a la tradición y las costumbres heredadas, el orden social representa un estado fabricado y precario. Lo natural es el desorden; es como un dique que resiste al empuje externo solo gracias a todo un sistema complejo de presas y de defensas, protegiendo la civilización. Cualquier sociedad –especialmente las más recientes y rudimentarias- es para la moral lo que el sur de Holanda representa para el estado físico. Un territorio conquistado al mar, que husmea el malecón en busca de la brecha abierta por donde se precipitan el desastre y la ruina. En otras palabras, más claro aún: no hay equilibrio estable sin el poderoso ordenamiento de una jerarquía. La única igualdad que no es una quimera resulta la igualdad virtual, es decir la que, substituyendo las castas cerradas por las clases abiertas, permite el libre y fecundo ir y venir de la savia nacional, renovando sin cesar las aristocracias que garantizan la moralidad activa del talento bien entendido, de la fortuna bien empleada. Las agitaciones políticas terminan convirtiéndose en conmoción social porque tienden irreversiblemente a repetirse”. Groussac piensa que la historia de una nación es lo propio de una minoría actuante, cuando no dirigente, pero sin embargo, como lo hizo notar el historiador José Luis Romero, se mantiene al margen de toda hagiografía militante de las minorías intelectuales de su país de adopción: “Nadie ha denunciado con tanta probidad, tanta objetividad, y tanta voluntad de justicia los vicios que, desgraciadamente, pervierten la inteligencia argentina”. La historia que practica Groussac es entonces una historia juzgada: es denuncia y rectificación del error, restablecimiento de la verdad.

En el mismo tomo de los Anales, publica una comunicación en la Sociedad de los Americanistas sobre la Toponimia histórica de las costas de Patagonia, que es esencialmente histórica, aunque roza la lingüística y la filología respecto del término mismo de la Patagonia. Se trata, escribe, “no de seguir el orden material, en el mapa, de las principales denominaciones que organizan el litoral, sino -lo que parece más interesante y más útil a los ojos de Groussac-, “el orden histórico de su aparición: el oyente –o el lector- advertirá así los accidentes en la costa argentina que se levantan poco a poco del Atlántico hasta dibujar el contorno actual de esta parte del nuevo continente”. Groussac tenía el ambicioso proyecto de escribir un libro en varios tomos sobre La República Argentina, susceptible de favorecer la inmigración y la llegada de capitales extranjeros, que debía comprender “además de un resumen descriptivo del país, estudios sobre sus progresos intelectuales, sociológicos y económicos con los antecedentes históricos que convenía establecer en complemento de la obra”, según el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional del 27 de abril de 1900. En una nota en Las Islas Malvinas, indica que la subvención otorgada por el gobierno argentino para realizar y publicar estos trabajos no afecta en absoluto su libertad, que conserva enteramente. Este decreto fue reactivado por segunda vez el 17 de febrero de 1911, por otro firmado de la mano del Presidente Sáenz Peña, que estipula en su artículo primero prolongar el plazo acordado al señor Pablo Groussac por el decreto del 28 de marzo de 1910 para terminar el libro que le fue encargado, sin perjuicio de que su autor ponga a disposición del Ministerio de Agricultura, a lo largo del año, el material de los tomos ya finalizados para su publicación fragmentaria en las condiciones que el mismo Ministerio ha reservado a la nueva documentación relativa a las Islas Malvinas (Benarós, 1998). Con esta obra que permaneció fragmentaria e inacabada, desde Mendoza y Garay hasta Los que pasaban, podemos armar una serie de imágenes del pasado de la Argentina que dan testimonio a los ojos de un observador enterado de la persistencia

Tratándose de las islas Malvinas, se propone llevar a cabo una nueva exposición de un viejo litigio. “Tendremos que examinar –y es el objetivo del presente trabajo- si los hechos de la historia coinciden con los de la geografía”. Groussac establece entonces esos hechos. Su demostración se efectúa en tres etapas, substituyendo el orden cronológico por el orden de las causas lógicas. 1) el origen de la ocupación actual, 2) los viajes de descubrimiento, 3) las primeras ocupaciones. ¿En qué hechos se fundamentan las pretensiones de Inglaterra a la soberanía de las islas Malvinas? Groussac destaca cinco: la prioridad del 29

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descubrimiento de las islas por los ingleses, su ocupación subsiguiente, las reivindicaciones de soberanía de Gran Bretaña adelantadas durante las discusiones en 1771-1779 con España, la restitución del establecimiento de Port Egmond, l’animalus dominandi que, durante la evacuación en 1774 de las islas, se manifiesta por las marcas de posesión y otras formalidades ejecutadas por las autoridades inglesas. Otros tantos tópicos invalidados por Groussac para demoler las pretensiones de soberanía inglesa. Por lo contrario, establece: que corresponde a los holandeses la prioridad absoluta del descubrimiento de las Islas Malvinas; que fue Bougainville, un francés, el primero que fundó una colonia, un año antes de la simple toma de posesión del Comodoro Byron; que la cuestión de la soberanía de Malvinas sólo fue evocada en 1770-1771 y únicamente por España, y que el gesto clandestino del teniente Clayton, exigiéndole símbolos materiales de la supuesta soberanía británica en Port Edgmond, es un acto arbitrario sin alcance internacional: no tuvo efecto, es contrario a la declaración, lo invalida la ocupación ininterrumpida durante sesenta años de Puerto Soledad por España o su heredera, la Argentina. En definitiva, habiendo reconocido Francia, a condición de ser indemnizada, los derechos de España sobre las islas Malvinas, éstas son efectivamente argentinas, por herencia de España cuyos “derechos están contenidos casi enteramente en esta constitución positiva siempre verificable, que el archipiélago de Malvinas es una dependencia de la Patagonia, es decir, en definitiva, una parte del continente”. El territorio que se le cuestiona a la Argentina forma parte de su propio organismo geográfico.

el simple abuso de la fuerza que representa el acto arbitrario de la Inglaterra del 2 de enero de 1823; ni el descubrimiento, ni la toma de posesión, ni la ocupación efectiva de las Malvinas constituyen el derecho en el asunto, pero el hecho geográfico según el que son simples dependencias del continente, en una situación similar a la de Tierra del Fuego, así como el hecho histórico legítimo desde el punto de vista del derecho internacional, de la adquisición legítima de un territorio sin dueño que tuvo lugar el 1ero de abril de 1767, ante Bougainville y el Rey de Francia, a través del Estado Español del que Argentina es heredera. Otro artículo escrito por un prestigioso publicista brasileño, tomado de un diario brasileño en La Nación el 7 de junio de 1910, evoca la singularidad del libro de Groussac, su audacia insolente en lo que se refiere a la incorruptible probidad del autor, y al mismo tiempo su claridad y serenidad procedente de la limpidez diáfana del estilo, y a la serenidad del juicio. El ímpetu con el que Groussac fustiga a diplomáticos y a periodistas argentinos –esos fanfarrones de origen español para quienes las palabras no significan nada y los hechos, poca cosa”- revela bastante libertad respecto del Estado, es un juez implacable, un historiador con todas las cualidades: “En ese sentido”; escribe Jorge Aurojo4, Paul Groussac con su libro “consigue de un solo golpe un lugar de honor entre los artesanos de la grandeza moral de América y escribió unas de las más conmovedoras páginas de la corta pero gloriosa historia de cuatro siglos del Continente”. En 1934, por propuesta de Alfredo Palacios, el Congreso de la Nación Argentina vota la traducción de Las Islas Malvinas al castellano, que Groussac hubiera querido realizar en persona, más no pudo llevarla a cabo antes de su muerte5. No ha vuelto a ser publicado en francés. Borges decía que Groussac era un gran escritor argentino oriundo de Toulouse, que nadie conoce aquí. Al leer Las Islas Malvinas, también puede descubrirse como un escritor francés al que escribe estas líneas:

Fundamentados en la geografía y confirmados por los hechos de la historia, los derechos de la República Argentina resistieron a otro hecho: el período caducado de la usurpación inglesa (“una mera ayuda durante el período demasiado bien pensado de la mayor fragilidad argentina”). La protesta obstinada que la Argentina opuso a esta negación de derecho sella el fracaso de la ocupación inglesa: “después de tres cuartos de siglo ya superados, el despojado todavía no ha tomado el partido de su despojo. Nadie ignora que la República Argentina no ha cesado de protestar contra la usurpación. Se aferra a su derecho y se rehúsa a ceder. La actitud es buena; solo hay que mantenerla”. Groussac establece aquí la estrategia de la pregunta abierta –una expresión tomada del jurista Charles Salomon-, en contra de los ingleses, para quienes debe permanecer cerrada para siempre: “Todo despertar de la discusión beneficia a los expoliados que están seguros de reclamar lo que se les debe” (Salomon, 1889). La demostración contenida en este libro encontró inmediatamente eco en Argentina y en el exterior. La Nación del 15 de abril de 19043 publicó un artículo retomando toda la argumentación de Groussac, con citas de Royer-Collard: “no hay derecho contra el derecho”: nadie ha podido anclar, en el terreno legal,

“Todo el mundo, desde Darwin, ha descrito el carácter desolado de aquel taciturno paisaje antártico, donde la tristeza de un cielo bajo y lluvioso se suma al desenlace de las cosas”. La pluma de Groussac escribió en 1910 la demostración histórica, definitiva y sin posibilidad de apelación, del derecho de la Argentina sobre las Islas Malvinas. En cuanto a los efectos de esta demostración, son más que nunca actuales, a condición de traducirlos en las instituciones de hoy: volver a abrir la vía de la negociación en las instancias internacionales. He aquí el fondo del problema, en tiempos de latinoamericanización de la cuestión Malvinas, y de la construcción de un nuevo modelo de relaciones económicas, comerciales, históricas y culturales entre Latinoamérica y Europa, y en adelante, de una nueva visión del Antártico, a riesgo de la democracia (argentina, latinoamericana, mundial) del porvenir.

Horacio González

Horacio González

Patrice Vermeren

Patrice Vermeren

Es sociólogo y actual director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina.

Est sociologue et directeur de la Bibliothèque National de la République Argentine.

Es filósofo y profesor titular en la Universidad Paris 8.

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Est philosophe et professeur titulaire à l'Université Paris 8. 30


Traducido al español por Ariana Saenz Espinoza (1) Archivo General de la Nación Argentina, Archivos Paul Groussac, caja 4. (2) León Benaros: Paul Groussac en el Archivo General de la Nación, Buenos Aires, 1988, p.102. (3) « Las Islas Malvinas. El libro del Sr Groussac », La Nación, 15 de abril 1910. (4) « El litigio anglo-argentino sobre las Islas Malvinas . Un estudio de Araujo Jorge sobre el libro de Paul Groussac», La Nación, 7 de junio de 1910. (5) Comisión protectora de Bibliotecas Populares: Las Islas Malvinas por Paul Groussac, Buenos Aires, 1936. Ver la reedición de « Les îles Malouines, nouvel exposé d’un vieux litige », por Horacio Gonzalez et Patrice Vermeren, Paris, L’Harmattan 2012.

Bibliografía León BENAROS: Paul Groussac en el Archivo General de la Nación, Buenos Aires 1998, p.102. Jorge-Luis BORGES: « Le goût de l’épopée », citado por Robert Louit, Le Magazine littéraire, N°125, junio 1977. Horacio GONZÁLEZ y Patrice VERMEREN: Paul Groussac. La lengua emigrada. Buenos Aires, Colihue, 2007. Paul GROUSSAC: Mendoza y Garay, Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, 1949, tomo I. José Luis ROMERO: « Paul Groussac », La experiencia argentina y otros ensayos, Buenos Aires, editorial Belgrano, 1980. Charles SALOMON : L’occupation des territoires sans maîtres ; Etude de droit international. Paris, A.Giard, 1889.

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Hugo Passarello Luna

Nombre de la obra: Exocet de peluche Medidas: 21 x 29 cm TĂŠcnica: fotografĂ­a

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Artículos de Investigación Exocet El Exocet es un pez y un misil. El segundo es obra de la ingeniería francesa. Tuvo su bautismo de fuego al ras del mar del Sur, en las Malvinas, del lado argentino. El Exocet fue eficaz, y por eso fue también temible. Tanto que los militares del mundo se agolparon para comprar por lo menos uno. Una guerra deja muertos y abre mercados. “Dispare y olvídese” es el nombre de la tecnología del misil. Si no da en el objetivo, él mismo encontrará un segundo blanco. No hay desperdicio. Dispárelo y olvídese. ¿Cuánto cuesta un Exocet? ¿Puedo adquirir uno y ser patriota? Mi presupuesto no es ni eficaz ni temible. Apenas pude comprar un pez Exocet de peluche. ¿Quién cubre el costo de una guerra? ¿Quién cubre el costo de un soldado y de un misil? Pague y olvídese. Exocet

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De énfasis y omisiones Un estudio sobre la "cuestión Malvinas" en las propuestas pedagógicas argentinas (2003 – 2013)

Resumen La "cuestión Malvinas" -como causa y como guerra- constituye un asunto significativo para la subjetividad social de nuestro tiempo y su presencia en las escuelas repercute en la configuración de memorias y de nuevos relatos del pasado. El histórico reclamo de soberanía, el terrorismo de Estado, la retórica nacionalista, el recuerdo de la experiencia bélica y la derrota impactan hoy en diferentes sectores de la sociedad argentina, en la producción de discursos y en los imaginarios simbólicos que se ponen en juego para su elaboración; los abordajes de esos asuntos en el sistema educativo no devienen neutros. Inscripto en el área de conocimiento vinculada a la enseñanza de la historia reciente, este artículo reflexiona sobre el modo en que la "cuestión Malvinas" es trabajada en la propuesta educativa oficial argentina. Para ello se analiza una selección de materiales pedagógicos sobre Malvinas producidos por historiadores, sociólogos, politólogos, comunicadores sociales y otros profesionales legitimados por el Estado Nacional rastreando en su factura diferentes usos políticos del pasado y confrontando casos específicos de narraciones y representaciones simbólicas en torno a las ideas de Nación, soberanía, guerra y terrorismo de Estado. Palabras clave: Cuestión Malvinas; Usos del pasado; Educación; Discurso oficial.

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Las Islas en la Patria Himno en la escuela Acaso oímos el llanto sagrado el sangrado grito de rotas cabezas? ¿O coronados de gloria vivimos mientras flotan al viento jirones de pueblo perdido salud? ¿Están resecos los laureles escarapelas grises que caen desde las sienes? ¿Y escucharán ellos allá lejos esta tarde el estribillo ahora que mi hijo está vestido de granaderito ahora que canta la inocencia ahora que la bandera se mancha de crepúsculo? Gustavo Caso Ronsendi (2009) Poeta y ex combatiente de Malvinas.

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as Islas Malvinas ocuparon un lugar notorio en el proceso de nacionalización que cimentó el sistema educativo argentino. Cuando la escuela comenzó a tematizar las relaciones de dependencia con el imperio británico, la “cuestión Malvinas" apareció definitivamente en las aulas y su lugar en las áreas curriculares y los rituales escolares creció junto con los reclamos diplomáticos y la centralidad que el tema adquiría para los ciudadanos. En el marco del terrorismo de Estado, la reivindicación de esa causa soberana pudo sostenerse al ser expresada en un idioma considerado legítimo: el idioma de la Nación (Guber, 2001). Durante la concreción del conflicto bélico, Malvinas se convirtió en una referencia cotidiana en muchos establecimientos educativos y se multiplicaron los actos de solidaridad con los soldados. Los niños de las escuelas primarias les enviaban cartas y las aulas lucían en sus carteleras profusa gráfica de las Islas.

En el seno de esta complejidad resulta fundamental preguntarse por los sentidos atribuidos actualmente a Malvinas desde un punto de vista sociológico: ¿de qué modo el histórico reclamo de soberanía, la retórica nacionalista, el terrorismo de Estado, el recuerdo de la experiencia bélica y la derrota impactan hoy en la producción de discursos y en los imaginarios simbólicos que se ponen en juego para su elaboración? Entendiendo la escuela como un espacio privilegiado para reflexionar sobre la materialización de aquellos sentidos, en este artículo nos circunscribiremos al análisis del discurso oficial que se expresa en las producciones pedagógicas de los ámbitos ministeriales. Para ello haremos foco en una selección de materiales escolares sobre Malvinas elaborados por historiadores, sociólogos, politólogos, comunicadores sociales y otros profesionales legitimados por el Estado Nacional rastreando en su factura diferentes usos políticos del pasado. Los ejes a partir de los cuales desarrollaremos el estudio intentan no desvincular los “contenidos” de su tratamiento formal. Estos ejes fueron delimitados con la arbitrariedad que supone todo recorte y la restricción de considerar en ellos núcleos insoslayables y rasgos periféricos. Pueden mencionarse como estructurales, por un lado, el tratamiento de la cuestión de la soberanía, de la Nación y del terrorismo de Estado y, por otro, el análisis de las categorías historiográficas puestas en juego, los asuntos enfatizados u omitidos, la factura estética de los mismos, el modo en que estas configuraciones se hacen presentes y las relaciones que se establecen entre ellas.

El final fue abrupto, igual que la derrota. Y en los años de la transición democrática las contradicciones respecto de lo que era posible reivindicar se manifestaron con crudeza. La asociación dictadura/Malvinas, la incertidumbre que generaba la presencia de caídos en batalla que habían sido identificados como torturadores y los más de 400 suicidios de ex combatientes desdibujaban el límite de lo reivindicable. El lugar común fue la omisión. En estos tiempos signados por nuevos lineamientos en lo que respecta a la política exterior de Argentina se habilita una reconfiguración en distintos planos de los discursos referidos a Malvinas. Asimismo el impulso de políticas de Estado vinculadas a la memoria, la verdad y la justicia por parte de los sucesivos gobiernos kirchneristas repercute también en este tema, dando un marco favorable a muchos ex combatientes para la presentación de denuncias por crímenes de lesa humanidad durante la guerra. No obstante, el repertorio patriótico y la retórica nacionalista que caracterizan al discurso oficial apoyado por buena parte de la izquierda nacional y popular, logran interpelar al mismo tiempo –e incluso tal vez sin proponérselo– a sectores conservadores y reaccionarios que defienden la “causa nacional” al margen de sus circunstancias, es decir, escindida de sus vínculos con el terrorismo de Estado (Lorenz, 2012).

Malvinas como contenido curricular común Desde el retorno a la democracia, en la escuela argentina se recuerda a los caídos y sobrevivientes de la Guerra de Malvinas mediante la conmemoración de las efemérides vinculadas al tema (1), la imposición de nombres a las instituciones y la presencia en las aulas de ex combatientes convocados a conversar con los alumnos en torno a su experiencia. Actualmente, la reinscripción del debate sobre Malvinas es acompañada por la búsqueda de un cambio en el modo en 35

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que su abordaje ingresa en el espacio escolar. La nueva Ley de Educación Nacional 26.206, sancionada en el año 2006, establece la problemática como un contenido curricular común y, en su artículo 92, compromete al Estado nacional y las provincias a sostener el reclamo por la soberanía argentina en las Islas. Asimismo, el Ministerio de Educación de la Nación le ha otorgado centralidad al tema colocándolo como uno de los ejes que definen su política orientada a la historia reciente, los derechos humanos, la restitución de derechos y su ampliación. Los tres ministros de Educación que se sucedieron en la última década –Daniel Filmus, Juan Carlos Tedesco y Alberto Sileoni– mantuvieron, cada uno con su impronta, una constante que podría caracterizarse en tres grandes líneas de acción: la presencia de Malvinas en el discurso político, la promoción de su debate en las escuelas y la edición de materiales específicos, su distribución gratuita y su presentación pública en congresos, actos protocolares e incluso en las mismas instituciones escolares.

redes literarias para relacionar los poemas del libro Soldados -escritos por el poeta y ex combatiente Gustavo Caso Rosendicon cuentos, novelas, películas y poemas de otros autores, propuestas de trabajo con sitios de memoria y consignas para discutir con los estudiantes del tipo “¿Qué papel jugó la escuela en la instalación de Malvinas como metáfora de la Nación?”, “La experiencia del terrorismo de Estado, ¿modificó, transformó, la idea, el sentido de Patria?”, “¿Cuál consideran que es el sentido del término Patria en la actualidad? ¿Cuál el de Malvinas?”, por mencionar algunas. En los textos del Programa Educación y Memoria la "cuestión Malvinas" es abordada a partir de un ejercicio de memoria en dos tiempos: por un lado, como causa de larga data que expresa 180 años de usurpación inglesa y un justo reclamo argentino de soberanía; por otro, como conflicto armado que se desencadena en el contexto del terrorismo de Estado con las consecuencias que eso conlleva. Así, la lectura de estas producciones no resulta teleológica. Pasado, presente y futuro aparecen ensamblados no por un ordenamiento lógico sino por un ir y venir entre lo vivido y sus reflexiones, entre el registro visual y una narrativa que se permite saltos y retornos. Aunque con matices, el intento de tamizar y simplificar la información parece velado y esto hace que por momentos el lector esté, en el buen sentido de la expresión, “abandonado a su propia suerte”. Incluso se generan preguntas que los materiales no responden. Esto queda a exclusiva responsabilidad de quien lee y mira.

En este marco, las producciones del Programa Educación y Memoria -dependiente de la Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación creado en vísperas del 30° aniversario del golpe de 1976– se orientan, en general, a la formación docente y al trabajo en el aula y están compuestos por entrevistas, reseñas históricas, poemas, análisis de publicaciones realizadas durante la Dictadura o en otros gobiernos democráticos, testimonios de ex combatientes, fuentes fotográficas, etcétera. Nos centraremos aquí en los libros, cuadernillos y afiches sobre Malvinas destinados al Nivel Secundario: Pensar Malvinas. Una selección de fuentes documentales, testimoniales, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula; Soldados. Cuadernillo para docentes y Malvinas: educación y memoria. Cuadernillo para docentes de escuelas secundarias.

Algo similar ocurre con el afiche “Malvinas” que forma parte de una serie denominada “Afiches de la memoria” producido por el Programa Derechos Humanos y Educación -dependiente de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires-. Se trata de un póster cuya cara delantera está ilustrada por el artista Pablo Bernasconi. En el dibujo se ve a un hombre con uniforme militar prendiendo fuego a las Islas Malvinas y a partir de ellas a toda la Argentina. El mapa del país está hecho con recortes de diarios y revistas en los que se leen frases como “Estamos ganando”, “The british attack”, “Desembarcaron en las Malvinas” y “Seguimos ganando”. El dorso del afiche presenta una narración del periodista y escritor Juan Duizeide titulada “Si uno se anima” y dentro de un recuadro, se propone una serie de interrogantes para trabajar con el relato: “¿quién narra esta historia?” “¿Cuándo y dónde transcurrieron los hechos?”, etc. También se mencionan películas y textos alusivos y se sugiere que los estudiantes investiguen cómo se vive en Malvinas actualmente, cuántos habitantes hay en la isla, cuál es su procedencia, qué idioma hablan, cuáles son sus

Los textos comparten una matriz conceptual que se despliega haciendo énfasis en diferentes aspectos según el caso: el lugar de Malvinas en el imaginario nacional, la construcción de memorias en torno a la experiencia bélica, sus marcas regionales, las representaciones sobre el tema en el campo de la cultura, la voz de los protagonistas, la potencialidad del arte como herramienta para trabajar la temática en las aulas, etcétera. Todos los materiales aportan propuestas para las clases. En la misma medida incluyen escritos de Roland Barthes acerca de la relación entre las imágenes siempre polisémicas y los textos que las acompañan, narrativas de guerra y de posguerra, fuentes de distintos momentos de la historia, circulares oficiales dirigidas a rectores y directores de instituciones educativas,

Fotografía tomada por Federico Lorenz en Monte Longdon sitio donde se produjeron algunos de los combates más sangrientos que recuerda la Guerra de Malvinas. En el libro Pensar Malvinas... se propone trabajar sobre la imagen en torno a los siguientes interrogantes: “¿Qué imaginamos acerca del territorio que vemos en la imagen? ¿Qué sabemos acerca de ese territorio? ¿Nos dice algo la foto sola? ¿Qué significado tiene? ¿De dónde provienen esos significados? ¿Qué lugar geográfico es el de la foto? ¿Qué otro lugar podría ser? ¿A qué otro paisaje de la Argentina remite? ¿Cómo nos cambia la mirada después de recibir información sobre ese territorio? (…) ¿Qué epígrafe hubieran escrito [sobre la imagen] Mitre, el Gaucho Rivero, Scalabrini Ortiz, Julio y Rodolfo Irazusta, los responsables del Operativo Cóndor, entre otros?” Podemos ver que tanto la fotografía como la propuesta de trabajo conservan el necesario silenciamiento como para que el lector se sumerja en ella sin pretensiones de simplificación.

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“Afiche de la memoria: Malvinas” producido por el Programa Derechos Humanos y Educación de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires e ilustrado por el artista argentino Pablo Bernasconi.

costumbres y cuántas cosas tienen en común con ellos. Se trata en general de consignas que intentan mantener ciertos enigmas cuyo desciframiento le corresponderá al docente o al estudiante. Nuevamente nos encontramos con un material que abre más de lo que cierra. Si bien es claro que el tópico a trabajar es la Guerra de Malvinas en el contexto de la Dictadura, esto no se anuncia ni se explicita. Sin ir más lejos, la palabra “Dictadura” no aparece mencionada en el afiche en ningún momento. Y aún así es posible establecer líneas de implicancia entre la ilustración de Bernasconi y la propuesta de trabajo que conducen a abordar ese eje. El dibujo es portador de una clara intención metafórica e introduce elementos que no están allí casualmente pero que tampoco se subrayan. Es el caso del rol desempeñado por los medios de comunicación durante el terrorismo de Estado al que sin dudas alude de manera sutil aquella cartografía hecha de diarios y revistas. Tanto la ilustración como el relato ficcionalizan más de lo que informan, logrando que la ineludible carga dramática individual y colectiva pueda ser tamizada con cierta distancia.

propone un abordaje “(…) de las dimensiones histórica, geográfica, política, militar e identitaria de la cuestión Malvinas (…)” y advierte, ya en la tercera página, que asumir únicamente el punto de vista de la Guerra de Malvinas vinculada al fin de la Dictadura militar es un error. Esa sentencia, aunque en parte cierta, parece signar la diagramación de toda la obra. La Guerra y el gobierno dictatorial están presentes en el subcapítulo N°16 denominado “El golpe cívico-militar de 1976” pero el relieve de esta acotada referencia en un manual de gran envergadura (310 páginas en total) que le dedica, por ejemplo, 15 páginas al subtema “Ambiente: recursos, problemáticas, características. Aspectos sociales, económicos y políticos” disuelve la importancia de ese tramo. La huella que deja la Guerra de 1982 es una parte de una marca más amplia, de una tragedia estructural para el país y para el pueblo argentino; sus implicancias son recíprocas. El énfasis o el vigor con que son encarados algunos asuntos relevantes pero acaso menores respecto de ese tramo histórico –cuyos ecos y consecuencias aún no se han extinguido– morigera lecturas subyacentes sin las cuales es arduo el intento de comprender el despliegue que presupone este asunto en la actualidad.

Por su parte, “1492. 2010. Malvinas en la historia. Una perspectiva suramericana” es un Manual Multimedia para la Escuela Secundaria elaborado por el Programa de Investigación y Desarrollos Pedagógicos del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús. Este material fue realizado con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación, que luego retiró su sello por desacuerdos con relación al contenido de la propuesta. Consideramos interesante incluir al manual dentro de esta selección por tratarse de una mirada que forma parte de los discursos sobre Malvinas avalados oficialmente, teniendo en cuenta que la Universidad es una agencia estatal reconocida como productora legítima de conocimientos.

En cuanto a las guías de trabajo, algunas de ellas parecen remitirse al lugar común escolar que interroga sobre cuál es el tema central, aún aplicado a veces a producciones donde ese tema central no existe o puede responderse con pocas palabras, por ejemplo: “¿Cuándo fue firmado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y cuál era su finalidad?” o “¿A qué conflicto se denominó Guerra Fría?”. Otras, en cambio, ameritarían formulaciones bastante más complejas. La pregunta “¿Cuál fue la reacción de la sociedad argentina ante la noticia de la recuperación de las Islas?” podría responderse de las siguientes y disímiles maneras: jubilosa, llenando la Plaza de Mayo; apesadumbrada, si se considera que dos días antes se convocó a una

El prólogo del escrito invoca la necesidad de un pensamiento crítico y complejo que contribuya a la afirmación de valores,

Portada del manual “1492.2010. Malvinas en la historia. Una perspectiva suramericana” (Observatorio Malvinas, Universidad Nacional de Lanús) cuya textura recorre casi en su totalidad la historia de Malvinas sin privarse de ningún componente pero omitiendo cualquier referencia a la Dictadura de 1976.

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marcha de la Confederación General del Trabajo (CGT) contra la Dictadura militar en la que tuvo lugar una de las represiones más recordadas de la historia argentina; oportunista, si se atiende al tratamiento que los medios masivos le otorgaron a los primeros días de la Guerra; indiferente, si se registran los niveles de audiencia del Mundial de Fútbol que tuvo lugar pocos años antes; crítica, si se recuerdan algunos de los escritos y los pronunciamientos de los organismos de Derechos Humanos, intelectuales, sindicatos; asombrada, si de igual modo se advierte lo inesperado de la irrupción a las Islas en el contexto crepuscular del gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri. Y se podría continuar. La misma idea de “sociedad” como un estrato unificado, carente de matices, como un abstracto universalizado y homogéneo, traza un concepto un tanto instrumental para simbolizar, sobre todo en ese lapso umbrío y aún difuso, sus alcances. Acaso “¿Cuáles fueron las reacciones de los distintos estamentos de la sociedad argentina ante la noticia de la recuperación de las Islas?” permitiría un abordaje menos estigmatizante. La respuesta a la que alude la grilla está implícita en la pregunta; ella sería “jubilosa”. Un tópico atendible en la elección taxonómica al presentar aspectos polisémicos y a menudo contradictorios es el mote de “héroes” para calificar a los combatientes. En la página 237, un apartado que incluye fotos de los soldados lleva justamente ese título y comienza diciendo:

En primer lugar, descuida parte de las grandes contradicciones humanas e impide distinguir responsabilidades: represores y torturadores enfrentaron también las balas del enemigo. Por otra parte, las líneas citadas presentan un paisaje de reconocimiento público de un optimismo por lo menos llamativo. Fueron más los monumentos que los subsidios, mayor el soslayo que la visibilidad pública. Llevó décadas desandar los silenciamientos y el Informe Rattenbach fue desclasificado recién en 2011. Como es esperable, este análisis no socava la integridad ni el compromiso académico de los responsables de la publicación; resulta estéril no coincidir con buena parte de lo allí expuesto. El proyecto es en varios planos un aporte, fundamentalmente en el tratamiento de la cuestión de la soberanía. A su vez, incorpora profusa información y describe hasta el detalle aristas significativas de la "cuestión Malvinas". El esfuerzo de sus autores entrega pasajes que brindan información relevante y aspira, con diferente éxito, a construir un relato total de la historia. Tal vez, éste se resiente como consecuencia de su propia desmesura: la voluntad de observarlo todo.

Despejar la bruma: el contenido y las formas de la memoria Aquí se ha forzado de manera deliberada el examen de un grupo reducido de casos en cuyo devenir se produjo una fisura. Un manual que fue oficializado y luego dejó de serlo. Y esa anécdota aparente se ungió como una condición necesaria para intentar establecer algunas constantes tanto explícitas como subyacentes de los textos de referencia. Los materiales auspiciados por el Ministerio de Educación de la Nación y la Dirección General de Cultura y Educación reivindican la soberanía sobre las Islas Malvinas, caracterizan al período 73-83 como una Dictadura, rescatan a los soldados sin dejar de lado las distinciones pertinentes, proponen secuencias didácticas y preguntas para acercar el tema a los millones de alumnos del sistema educativo nacional.

APENAS CONCLUIDO EL CONFLICTO BÉLICO DE 1982 POR INICIATIVA DE LA PROPIA COMUNIDAD, COMENZARON A DESIGNARSE CALLES, PLAZAS Y EDIFICIOS CON NOMBRES QUE RECORDABAN A LOS CAÍDOS ARGENTINOS Y A LA CAUSA POR LA QUE HABÍAN DADO SUS VIDAS. ASÍ TAMBIÉN SE LEVANTARON MONUMENTOS Y OTROS LUGARES DE RECORDACIÓN. LA EXTENDIDA PRESENCIA DE ESTOS HOMENAJES EN EL PAISAJE URBANO ES TESTIGO DEL RECONOCIMIENTO CON QUE EL PUEBLO RECUERDA A QUIENES DIERON TODO POR SU PATRIA. (OBSERVATORIO MALVINAS UNLA, 2011)

El texto de la Universidad Nacional de Lanús no se aparta completamente de esta línea aunque hace foco en elementos contextuales escasamente reconocibles en el resto de los materiales. La pretensión de desarrollar la totalidad de la historia de manera casi lineal combinada con cierta reticencia a interrumpir un compás carente de hiatos e incluso desacuerdos que exceden al contenido –como por ejemplo la presencia de imágenes que ilustran más de lo que interpelan– permiten conjeturar discretas desavenencias de matriz conceptual y estética. Aún así, podemos reconocer un aspecto común a todos los materiales analizados que constituye en cierta medida una novedad: el intento de convertir Malvinas en un contenido de aprendizaje. Al ser un núcleo temático que el conjunto social determina como prioritario, el tópico comienza a ser asumido por fuera de las efemérides y su instrumentación habitual en las escuelas. Los docentes pueden trabajar y echar mano de estos textos en asignaturas como historia, geografía, construcción de la ciudadanía, filosofía, literatura y arte en sus distintas disciplinas. La estructura interior de los materiales parece haber tenido en cuenta la necesidad de adaptarse a las características

Este es, sin dudas, un asunto que merece un tono especialmente cuidadoso teniendo en cuenta que un sector de los mismos ex combatientes rechaza en la actualidad esa calificación, desbrozando el hechizo de dejarse llevar por el lugar común. Puede arriesgarse lo siguiente: en efecto a buena parte de quienes combatieron en Malvinas les cabe el adjetivo. Si se considera el coraje con el que los soldados, en su mayoría jóvenes inexpertos, enfrentaron las pésimas condiciones en las que fueron a combatir, la desazón creciente ante el devenir de los hechos desde su cenit hasta su derrumbe, el hecho de ir desarmados –no sólo en términos propiamente bélicos (sin armas) frente a un enemigo profesional y poderoso sino desarmados de toda estrategia, de toda contención política– enfrentando la soledad, la distancia, el hambre, el frío y en muchos casos la muerte, propia o de sus compañeros, indudablemente el mote hace justicia. Pero del mismo modo iguala, como ocurre en otros tramos del material.

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intrínsecas de aquellas cajas curriculares y no invadirlas. Estas producciones oficiales sobre Malvinas, al menos en teoría, se distribuyen en todas las provincias, en la mayor parte de los niveles de las escuelas, se realizan seminarios y cursos para interpretar sus contenidos y elaborar sus secuencias didácticas y se aprueban a nivel nacional en el Consejo Federal de Educación. Sin embargo, su presencia no se concreta de manera mecánica.

ese derrumbe (Martinis, 2006; Redondo, 2004; Reguillo, 2008; Svampa, 2005). Pero esta resistencia puede surgir también como respuesta a intentos de renovación de los contenidos, de aperturas de debates, de cambios de paradigmas. De manera tal que, pese a la mayor hondura con la que el tema Malvinas se ha tratado en las políticas públicas en la última década, es probable que en las instituciones sobrevivan lenguajes, imágenes y prácticas de las décadas pasadas que en ocasiones han resultado estrategias de supervivencia y que tal vez en la actualidad puedan resurgir en forma de estereotipos.

Las dificultades que presupone una escala que abarca todo el país, las tradiciones y prejuicios de algunas escuelas en torno a los temas “que pueden generar conflicto” y las ocasionales implicancias de los mismos textos pueden obturar las buenas intenciones y confinar los libros a un rincón de las bibliotecas escolares. Las aulas son espacios de enorme valor en el tejido social; también, por momentos, resultan inexpugnables. Así, el destino pedagógico de estos materiales discurre por senderos intrincados y lecturas que pueden vascular entre el interés, la sobreinterpretación, la literalidad o la apatía.

Entonces, ¿cómo vincular la aspiración legítima que pretende incluir el tema de la memoria reciente en su vasta complejidad en el mundo cotidiano de las escuelas con la lógica instrumental que muchas veces es característica en los establecimientos educativos? ¿Cómo se configura la relación entre el discurso estatal sobre la "cuestión Malvinas" y las prácticas y concepciones que circulan en la escuela en torno a este asunto? Los textos oficiales son sometidos a instancias de debate y es posible reconocer en su factura un posicionamiento respecto del pasado –en particular del pasado reciente. La escuela, descontando valiosas excepciones, es más proclive a una concepción histórica cuyos aconteceres supuestamente más relevantes se imponen sobre las condiciones contextuales en las que ellos se materializan. En palabras de Inés Dussel (2007):

Esta suerte de impermeabilidad institucional de la escuela la ha puesto a salvo, en otros procesos históricos, de formas de control social en el sentido foucaultiano. En la introducción de Instituciones y formas de control social en América Latina 18401940 Ernesto Bohoslavsky y María Silvia Di Liscia (2005) señalan la importancia de analizar

LA PREGUNTA SOBRE CÓMO SE RECUERDA HOY EN LA ESCUELA NO ES (...) UNA PREGUNTA CUALQUIERA, QUE PUEDA PRESCINDIR DE LAS DISCUSIONES ACTUALES SOBRE LAS POLÍTICAS DE LA MEMORIA NI DE LOS PROBLEMAS Y DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS ARGENTINAS (…) NO ES SÓLO UN PROBLEMA DE LOS CONTENIDOS DE LA MEMORIA, SINO TAMBIÉN DE LAS FORMAS QUE ELLA ASUME, DE LAS RELACIONES CON LA CULTURA QUE PROPONE, DE LAS FORMAS INSTITUCIONALES EN QUE SE LA EJERCITA, Y DE LOS DIÁLOGOS QUE HABILITA CON LO CONTEMPORÁNEO (…) COMO DECÍA WALTER BENJAMIN, CADA GENERACIÓN TIENE UNA CITA PROPIA Y ORIGINAL CON EL PASADO. SE PLANTEA ALLÍ LA CUESTIÓN: ¿QUÉ LUGAR SE LE HACE DESDE LA ESCUELA A QUE ESA CITA, ESE ENCUENTRO DONDE CADA UNO SE APROPIA Y RECREA ESE PASADO, TENGA LUGAR? (P.157)

(…) TANTO LAS PRÁCTICAS COERCITIVAS DE LAS DIRIGENCIAS ESTATALES Y SOCIALES COMO LAS PRÁCTICAS DE LOS SUJETOS SOBRE LOS QUE ESTA COERCIÓN SE EJERCIÓ. SE HABLA DE RESISTENCIAS Y DE LUCHAS, DE NEGOCIACIONES Y DE SUMISIONES. ASÍ, APARECEN EN EL ESCENARIO FIGURAS QUE RARA VEZ LA HISTORIOGRAFÍA ATIENDE A LA HORA DE HABLAR DE INSTITUCIONES DE SUJECIÓN SOCIAL. (P. 13) Si el sistema educativo en general y la escuela en particular, como unidad fáctica y conceptual de ese sistema, han funcionado -y acaso sigan funcionando- como herramientas de control social y, tal lo que plantean los autores, esta relación no puede leerse de manera mecánica, las resistencias a veces anónimas y en muchos casos colectivas suelen desviar el cauce que fluye desde el Estado hacia los individuos, originando fisuras y, en casos excepcionales, la inversión de esa direccionalidad. Durante los años 90 –en los que el tema Malvinas también fue tratado por las políticas oficiales– la escuela fue un lugar de resistencia y en plena crisis de 2001 uno de los pocos ámbitos del Estado que permanecieron de pie. Con sus contradicciones y límites, a menudo convertidas en comedores y refugios mientras el sistema financiero, el poder ejecutivo y el sistema político en general crujían y se desmoronaban, fueron fundamentalmente las escuelas las que sostuvieron en las zonas más pobres de la Argentina una cotidianeidad que funcionó como amparo a

Dos breves comentarios sobre este párrafo. El primero tiene que ver con la interesante y superadora noción de temporalidad que no pretende sustituir a los actores de los hechos sino otorgarles significación en el presente. Si el Estado es heterodoxo y no constituye una totalidad homogénea (Soprano, 2007) ni tampoco impacta en sujetos unívocos y universales desde los grandes centros urbanos a las escuelas rurales que a veces tienen un alumno, la memoria tampoco se puede concebir como

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una categoría universal y abstracta. En su conformación, las omisiones o los subrayados responden a reservorios individuales que se cimientan en la primera infancia y a otros colectivos cuyos gérmenes se remontan a las historias narradas en algunos casos por profesores y en otros por abuelos. Lo heroico y lo épico, entre ellos. El segundo es el modo en que la autora emplea el siempre problemático término “forma” sin escindirlo del no menos viscoso “contenido”. Podría arriesgarse que Malvinas, como un fondo integrado a la idea de patria, está “siempre ahí”, aún si es olvidado porque siguiendo a Sigmund Freud (1930) lo olvidado no es destruido y nada de lo formado puede desaparecer jamás. No obstante, el repertorio patriótico y la retórica nacionalista que caracterizan al discurso oficial apoyado por buena parte de la izquierda nacional y popular, logran interpelar. Comprender el pasado para que este no retorne en forma de pesadilla.

títulos). Ambas dimensiones son las que intervienen en la actual representación sobre Malvinas y, más que sobre Malvinas, sobre las identidades subjetivas y colectivas. La conclusión final entonces está abierta, tan abierta como el futuro de Malvinas. El tema se ha reinstalado y forma parte de las reivindicaciones que laten con más intensidad en el interior de las escuelas argentinas, también por una oportunidad que pocas veces la historia brinda: muchos de quienes la protagonizaron están vivos. Esto plantea un punto de encuentro entre la Sociología y la Historia que vuelve familiar aquello que para las generaciones actuales resulta ya lejano. Para quienes nacieron 20 años después de la guerra y hoy están en primer año de la escuela secundaria y para buena parte de los docentes más jóvenes. La reconquista argentina de ese territorio, tal vez, se dará como consecuencia de una obstinación histórica que va a requerir políticas educativas tangibles, constantes, capaces de despejar la bruma que, como una metáfora, envuelve a las Islas, a su tratamiento académico y a su dimensión simbólica. Para ello será imprescindible anclar en problemas específicos con el único fin de favorecer el análisis y detenerse no sólo en el intento por develar la verdad de la historia sino en hacer evidentes estereotipos y artificios acerca de su narración.

La dicotomía entre contenido y forma, entre ciertos imaginarios en el sentido más amplio del término y el modo en que estos son plasmados en lo que podría llamarse una obra (un texto, un manual, una ilustración) no delimitan planos indiferentes. No existen los “contenidos sociales” (la batalla, la muerte, la Dictadura, los jóvenes, la escuela, la patria, el territorio, la soberanía) y por otro lado los abordajes neutros (las palabras, los énfasis, los silencios, las interpretaciones, las imágenes, los

Manuela Belinche Montequín

Es Licenciada en Sociología. Actualmente es becaria CONICET y está cursando su Doctorado en Historia en la Universidad Nacional de La Plata. Es docente en la Facultad de Bellas Artes de la misma Universidad. Sus investigaciones tratan las representaciones de Malvinas en el currículum escolar.

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LA CAUSA MALVINAS

La construcción de la figura del adversario en los discursos de Carlos Menem (1989-1995) y Néstor Kirchner (2003-2005)

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ecuperando las palabras de Pierre Rosanvallon, “la institución del orden político no puede evitar la puesta en común de valores y menos aún excluir una figuración del ser-juntos” (1998: 439). Con el objeto de resucitar bajo la forma del “Uno” un sentimiento faltante de identidad: “la celebración populista de la Nación produce una identidad a partir de un doble movimiento de ocultamiento de las divisiones internas en la sociedad y de exacerbación de las diferencias respecto de aquello que le es externo o extranjero” (Rosanvallon, 1998: 445-446). En este marco, Carlos Menem y Néstor Kirchner recurrieron a la movilización de adversarios o de enemigos2 presentados como “naturales”, es decir reconocidos de antemano, a priori, como la alteridad o la exterioridad, siendo este modo de construir el antagonismo un recurso poco usual en la búsqueda de todo líder a la hora de imponer y consolidar un cierto orden político. Entre la diversidad de los adversarios puestos en discurso por estos dos líderes, he elegido interesarme aquí en la construcción de la figura del Reino Unido en los discursos de Carlos Menem (1989-1995) y de Néstor Kirchner (2003-2007) sobre la causa Malvinas3.

El corpus de este trabajo está compuesto por una selección de alocuciones de Menem y de Kirchner cubriendo la integralidad de sus mandatos (1989-1995 – 2003-2007), con un acento puesto en los discursos epidícticos teniendo como destinatario un auditorio interno y sobre las alocuciones en la escena internacional en referencia a la causa Malvinas. Este trabajo se organiza en dos partes; en la primera, me centro en la puesta en escena de los británicos en el discurso de Carlos Menem teniendo como destinatario tanto un auditorio nacional como un público externo; en la segunda parte, reproduzco este análisis en las alocuciones de Néstor Kirchner. Pero antes de comenzar con el análisis, quisiera volver brevemente sobre el origen de este conflicto que opone la Argentina al Reino Unido. Hacia 1764 fue fundado en el territorio de las islas el primer establecimiento permanente bajo control de los franceses. Pero, algunos años más tarde, en 1766, los ingleses desembarcaron también en estas inhospitalarias y lejanas tierras y establecieron una nueva base de residencia bautizada Puerto Egmont. Esto provocó la reacción inmediata de la corona española que reclamó a las autoridades francesas e inglesas la propiedad exclusiva de estos territorios. En 1774, los españoles lograron garantizar el control de las islas bajo la autoridad de la Capitanía y del Gobernador general con sede en la capital del Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo, su presencia no duró mucho tiempo puesto que desde el comienzo del proceso de independencia, en las primeras décadas del siglo XIX, la corona española decidió su retiro inmediato de las islas Malvinas, que pasaron a ser, en 1820, propiedad del gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Tres años más tarde, fue nombrado el primer gobernador con sede en las islas hasta que en 1833 los británicos, luego de haber vencido la débil resistencia local, lograron nuevamente controlarlas bajo su dominación. Así, las Provincias Unidas del Río de la Plata tuvieron la posesión formal de las islas entre 1820 y 1833. En 1843, estas últimas fueron consideradas oficialmente como parte de la corona inglesa y Puerto Stanley fue declarado como su capital. Si los reclamos argentinos comenzaron inmediatamente, fue recién en el siglo XX que las Malvinas volvieron a ocupar un lugar importante en la política extranjera del país5.

Respecto de la elección de la terminología “causa Malvinas”, recupero aquí el trabajo de Vicente Palermo para quien si la cuestión Malvinas reenvía a la existencia de un conflicto territorial convencional o de un problema jurídico, la causa hace referencia al ideal -nunca alcanzado- del unanimismo, y entonces a una identidad argentina que se vive como mutilada de una parte de sí misma (Palermo, 2007: 18); razón por la cual la reivindicación de la soberanía por parte de la Argentina sobre los territorios de las islas Malvinas ha dado nacimiento a una “guerra de palabras”4 entre este país y el Reino Unido. Si la dicotomía ellos/nosotros está evidentemente presente en los discursos de Carlos Menem y de Néstor Kirchner, puesto que la misma es necesaria para la constitución de un nuevo orden político (Schmitt, 1992 [1927-1932]: 32), ¿a través de qué formas estos dos presidentes pusieron en escena y en discurso a los británicos en su voluntad de refundar la identidad argentina? Mi supuesto de partida tiene su origen en la idea de que aunque Menem haya identificado un cierto número de adversarios, su retórica puede ser calificada de “pacificadora”, especialmente si la comparamos con las de Juan Domingo Perón o Néstor Kirchner. Esta afirmación nos lleva a pensar que en la escena exterior la disolución del adversario es aún más claramente visible e importante que en el plano interior, en los discursos de este líder, y que, por el contrario, podemos notar una exacerbación de los conflictos y de los antagonismos en la retórica kirchnerista. Mi objetivo es recuperar aquí esta hipótesis y analizar la puesta en discurso de los británicos como enemigos externos en los discursos de Carlos Menem y Néstor Kirchner identificando las diferencias y las similitudes que se revelan en la materialidad discursiva estudiada.

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Sólo a mediados de la década de los sesenta estas demandas fueron tenidas en cuenta en el plano internacional: más particularmente, en 1965, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la resolución 2065 mediante la cual las dos partes en conflicto son invitadas a encaminarse hacia un proceso de negociaciones bilaterales. Concretamente, se reconoce que la cuestión Malvinas podía ser incluida dentro de los procesos de descolonización en curso y que, además, no serían los deseos de sus habitantes sino la consideración de sus intereses la dimensión a tomar en cuenta para arbitrar esta disputa6 . Sin embargo, la incorporación de esta cuestión en la agenda de las instituciones internacionales no llevó a una resolución efectiva del diferendo, como lo ilustró la Guerra de Malvinas que tuvo 42


Resumen El reclamo de la soberanía de la Argentina sobre los territorios de las Islas Malvinas ha dado lugar a una “guerra de palabras” entre este país y el Reino Unido. En este marco, este artículo tiene como objetivo estudiar la construcción del Reino Unido como adversario externo en los discursos de Carlos Menem (1989-1995) y de Néstor Kirchner (2003-2007) sobre la “causa Malvinas”. Este trabajo está organizado en dos partes: en la primera, me focalizo sobre la puesta en escena de los británicos en los discursos de Carlos Menem teniendo como destinatario tanto a un auditorio nacional como a un público externo. En la segunda parte, reproduzco este esquema de análisis en las alocuciones de Néstor Kirchner. Esto me permite de poner en relieve las rupturas y las continuidades en la construcción del Reino Unido y de los británicos en estos dos corpus, y dar cuenta de la pregnancia de la causa Malvinas en el discurso político argentino.

lugar entre el 2 de abril y el 4 de junio de 1982, orquestada por la dictadura militar en el poder en un contexto de pérdida de legitimidad del régimen. Además de las Malvinas, las querellas sobre la cuestión de la soberanía entre el Reino Unido y la Argentina incluyeron también a las islas Orcadas del Sur, Georgias del Sur, Sandwich del Sur, Shetlands del Sur y la Tierra de Graham. Los reclamos sobre la posesión y la soberanía sobre estos territorios, por parte de la Argentina, fueron numerosos desde fines del siglo XIX y se acentuaron luego de la derrota en la Guerra de Malvinas y de la transición hacia la democracia.7

históricos e inalienables a la soberanía”) frente a un Reino Unido que permanece inmóvil en sus posiciones. En este extracto, Menem no se toma el trabajo ni siquiera de defender los fundamentos de la reivindicación argentina argumentando que la Historia le da la razón, del mismo modo que no explica el calibre de los avances realizados en este conflicto, precisando solamente que los mismos se derivan naturalmente del resultado de su acción y son conocidos por todos (“Los pasos concretos, surgidos de nuestra iniciativa, son recientes y conocidos”). Este extracto nos conduce al presupuesto “las Malvinas eran argentinas” y, de esta manera, Carlos Menem presenta la recuperación de la soberanía argentina sobre estos territorios como un hecho, una evidencia aceptada por su auditorio8, en este caso, la comunidad internacional. Mediante la fuerza de la evidencia, las Malvinas eran, son y serán argentinas.

El reclamo eterno sobre el territorio de las islas Malvinas De este modo, a partir de este conflicto entre la Argentina y el Reino Unido, todos los dirigentes argentinos -ya sea los elegidos democráticamente como los que llegaron al poder a través de un golpe de Estado- se declararon favorables a la recuperación de la soberanía sobre estos territorios y buscaron instrumentalizar el debate con el fin de soldar la comunidad de los argentinos sobre valores comunes exacerbando el sentimiento nacional. Carlos Menem no fue la excepción a esta regla, presentando, en numerosas ocasiones, al Reino Unido como un país colonizador:

El ejemplo citado a continuación revela una situación de conflicto exacerbada y provocada por la ocupación de los territorios por parte del Reino Unido:

Quiero referirme ahora a una situación colonial que cercena la integridad territorial de mi patria : las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, continúan siendo ilegítimamente ocupadas por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (4 de septiembre de 1989).

Hemos tendido la mano, expresando nuestra voluntad de diálogo, sin poner en duda alguna, nuestros derechos históricos e inalienables a la soberanía sobre esas usurpadas islas del atlántico sur. Los pasos concretos, surgidos de nuestra iniciativa, son recientes y conocidos. Confiamos de parte del Reino Unido, en una respuesta pronta, coherente y constructiva. A la probable normalización del diálogo bilateral, debe seguir la firme y sensata voluntad de poner término a una situación colonial obsoleta, históricamente insostenible (25 de septiembre de 1989).

Menem no hace mención, en este extracto, a una voluntad conciliadora de la Argentina o de su presidente, por el contrario, el mismo describe una realidad “bruta” en ningún caso atemperada: el Reino Unido es un país colonizador (“una situación colonial”) y esta situación debe ser considerada como ilegítima por parte de la comunidad internacional. El adversario exterior aparece como ese país del primer mundo que se arroga el derecho de ocupar otro país sin respetar ni la ley ni el derecho. Sin embargo, esta puesta en discurso del conflicto es diferente si nos referimos ahora a las alocuciones de Menem dirigidas particularmente a los argentinos, a un auditorio nacional. Tal como en los discursos de Raúl Alfonsín, por ejemplo, la reivindicación de la soberanía sobre el territorio de las islas Malvinas es una constante de la retórica de Carlos Menem, apareciendo esta temática en todos los mensajes presidenciales dirigidos al Congreso de la Nación argentina. En su discurso de investidura, Menem anuncia:

Si durante todo su mandato, Carlos Menem optó por una solución negociada a los fines de resolver el conflicto de Malvinas, no por ello renunció a una “guerra de palabras”. De esta forma, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, presenta paralelamente una Argentina conciliadora, pacífica y constructora del diálogo y la búsqueda de una salida de la crisis (“Hemos tendido la mano, expresando nuestra voluntad de diálogo”, “Los pasos concretos, surgidos de nuestra iniciativa, son recientes y conocidos”), una Argentina cuyos derechos no pueden ni deben ser puestos en cuestión (“nuestros derechos 43

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colectiva y dotar de un sentido a su proyecto de país. La construcción de un adversario externo, en este caso los británicos, en la retórica de Carlos Menem se emparenta a un constante proceso de ida y vuelta, entre la necesidad de identificar los adversarios externos a quienes se responsabiliza por las dificultades que conoce el país, canalizando el descontento de los argentinos, y una voluntad y una capacidad de adaptación a cualquier auditorio.

En mi carácter de presidente de los argentinos, vengo a asumir un irrevocable compromiso. Voy a dedicar el mayor y más importante de mis esfuerzos, en una causa que libraré con la ley y el derecho en la mano. Será la gran causa argentina: la recuperación de nuestras islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur (8 De julio de 1989).

En definitiva, los británicos en tanto adversarios y enemigos externos no están ausentes en la retórica de Carlos Menem, pues ellos se encarnan, según los auditorios y las circunstancias específicas, en identidades colectivas claramente identificadas, aunque son interpelados explícitamente de manera poco frecuente.

Si Carlos Menem hace de la recuperación de las islas Malvinas su principal compromiso, utilizando un vocabulario guerrero o que al menos reenvía a la guerra, al hecho de librar una batalla, éste es contrabalanceado por el uso de los términos de “ley” y de “derecho”. De esta manera, el combate que Menem desea librar se hará a través de la vía diplomática. La política de este presidente oscila siempre entonces entre una actitud cooperativa y pragmática y una voluntad de imponerse discursivamente como un líder que no ofrece concesiones, a través de la puesta en relieve de dos registros de uso de la lengua (el registro diplomático y el registro guerrero). De este modo, podemos notar que, en los discursos frente a un auditorio interno, si la causa Malvinas aparece como la gran causa nacional, los británicos, por su parte, no ocupan un lugar central.

El despertar de la causa Malvinas en el “corpus Kirchner” La reivindicación argentina sobre el territorio de las islas Malvinas y así entonces el conflicto que enfrenta al Reino Unido y a la Argentina en cuanto a la posesión de estas tierras son igualmente recurrentes en el “corpus Kirchner” y, en razón de la reactivación y de la exacerbación de los conflictos bajo el gobierno de Néstor Kirchner, todo nos lleva a pensar que lo mismo sucede en lo que respecta a la causa Malvinas, pero ¿qué nos dice la materialidad discursiva del corpus estudiado? La ocurrencia “Malvinas” aparece 33 veces en el “corpus Menem” y 68 veces en el “corpus Kirchner”; en términos de especificidades11, la palabra “Malvinas” está entonces sobre-representada en el discurso de Kirchner:

Esto aparece nuevamente como el síntoma de la retórica de este presidente: palabras contradictorias y el mantenimiento de la ambigüedad con el fin de adaptarse a todos sus auditorios9. Según la teoría de la argumentación y de la “nueva” retórica (Perelman y Olbretchs-Tyteca, 2008 [1958]), es en función de cada auditorio que se desarrolla toda argumentación y es esto lo que ha llevado a Carlos Menem a prometer, al mismo tiempo, “expropiar propiedades británicas y negociar la soberanía de Malvinas” (citado en Palermo y Novaro, 1996: 211).

Especificidades del término “Malvinas” en el corpus “Menem” y “Kirchner” Fuente: elaboración propia a partir del programa Léxico 3

Especificidades

Sin embargo, luego de los acuerdos firmados en Madrid los días 14 y 15 de febrero de 1990, a través de los cuales se preservan los derechos de la Argentina sobre estos territorios hasta la adopción de una solución a largo plazo entre estos dos países10, Carlos Menem modera sus propósitos. En efecto, el Reino Unido no es más interpelado como el colonizador ilegítimo luego de esta fecha y, por el contrario, Menen alaba el comienzo de un diálogo constructivo y la recreación de un marco de acuerdos bilaterales:

‘Corpus Menem’

No dudamos que con esta política de cooperación y con la fuerza de la razón de nuestro lado, cada vez más visible para la comunidad internacional, las Malvinas, por la vía pacífica, volverán a integrarse plenamente al país, que las espera como al hijo pródigo (1 de mayo de 1994).

‘Corpus Kirchner’

La comparación sobre la presencia del término “Malvinas” en los discursos de Menem y de Kirchner nos revela que las Malvinas ocupan un lugar más importante en las alocuciones de este último y que las mismas están en el centro de sus preocupaciones. La exacerbación de los conflictos que podemos observar durante el mandato de Kirchner se inscribe igualmente

De esta forma, Carlos Menem adapta su discurso a cada auditorio y a cada situación discursiva. Al comienzo de su mandato, el Reino Unido es presentado como un país colonizador frente a la comunidad internacional. Sin embargo, Menem menciona en todos sus discursos, tanto frente a un auditorio interno como externo, la necesidad del diálogo y de la vía diplomática. Desde el comienzo del año 1990 y a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, apoyado en el respaldo de la comunidad internacional, Menem no menciona más este conflicto, o si lo hace es de una manera implícita y moderada en la escena exterior, aunque sí recupera la causa Malvinas en sus discursos dirigidos al pueblo argentino con el objeto de activar o reactivar la fibra patriótica, el valor de la identidad

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Malvinas

3 2 2 1 1 0 -1 -1 -2 -2 -3

En el marco de la vasta operación sobre la memoria histórica en términos de construcción de un « nuevo » relato del pasado impulsando por el presidente Kirchner, enteramente convergente con un refundacionalismo de cuño moral [… y que explica que] la causa malvinas vuelva a ocupar un lugar central (palermo, 2007: 119; subrayado a cargo del propio autor).

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Pero falta examinar si la designación de los adversarios externos, en este caso el Reino Unido, se asemeja en el discurso de Kirchner a la de Menem o si, por el contrario, ella está marcada por una estrategia de descalificación en el construcción del Otro.

Kirchner hace mención aquí, como otros antes que él, a la existencia de una situación colonial (“La persistencia de una situación colonial”), donde el Reino Unido es entonces presentado como un país colonizador que impide la plena realización de la Argentina. Recuperando lo dicho por Vicente Palermo,

Como lo han hecho todos los presidentes desde la transición a la democracia, Néstor Kirchner menciona a las Malvinas en su discurso de investidura: “Venimos desde el sur de la Patria, de la tierra de la cultura malvinera y de los hielos continentales y sostendremos inclaudicablemente nuestro reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas” (25 de mayo de 2003). Este extracto apenas revela la retórica binaria y polarizante de Kirchner tal como ella se manifiesta en la construcción de otros enemigos -externos o internos-, tales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. En efecto, Kirchner sólo menciona aquí que las Malvinas son argentinas sin criticar de manera explícita, sin embargo, su ocupación por parte del Reino Unido. Del mismo modo, Kirchner, durante su mandato, reclama de forma continua el retorno de esos territorios al Estado argentino, como ya lo había hecho Carlos Menem, es decir, mencionando el peso de la ley y buscando la solución pacífica de salida del conflicto, lo que lo lleva a declarar:

La Argentina se vive incompleta, mutilada: Le han cortado un pedazo, no de su tierra sino de sí misma. Estamos acostumbrados a ver en el conflicto malvinas un resabio del colonialismo; pero no es ningún resabio, es el fruto más pesado de nuestro nacionalismo, que hace que nos percibamos a nosotros mismos mutilados, ya no solamente en nuestro territorio sino en nuestra identidad (2007: 20)12 .

Podemos notar aquí la exactitud de esta argumentación siendo el discurso de Kirchner una buena ilustración. Luchar por la recuperación de estos territorios y proclamar a las Malvinas como argentinas le permite soldar la comunidad de los argentinos y devolverle su dignidad, razón por la cual Kirchner interpela a los británicos y les ordena a entrar en razón, es decir a devolver a su propietario legítimo esos territorios. Además, las primeras líneas de este extracto presentan a Kirchner como un presidente fuerte, combatiente, que no está dispuesto a abandonar la lucha sin importar el precio a pagar. Además, este extracto pertenece a un discurso epidíctico dirigido al pueblo argentino y, en un discurso de conmemoración, el orador tiene como objetivo “crear una comunión en torno de diferentes valores reconocidos por el auditorio” (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 2008 [1958]: 66). En este marco, Néstor Kirchner no tiene necesidad de justificar lo bien fundado del reclamo de soberanía de su país sobre estos territorios, “las Malvinas son Argentinas” se presenta como una evidencia compartida.

Nuestro gobierno toma con fuerza ese mandato constitucional y confía fuertemente en que las malvinas volverán a ser argentinas por el diálogo, por la paz; y trabaja para lograrlo con la firmeza de los que no renuncian a sus valores, a sus ideas y a sus principios (2 de abril de 2005).

Este extracto podría ser atribuido a Carlos Menem puesto que, de la misma manera que en los ejemplos analizados precedentemente, se observa una voluntad de reanudar el diálogo entre la Argentina y el Reino Unido, una preocupación de preservar la paz entre las dos naciones, en paralelo con una voluntad inquebrantable de recuperar esos territorios.

Luego de haber analizado los extractos del discurso de Kirchner dirigidos a un auditorio nacional, examinemos ahora los dos ejemplos siguientes, extraídos de las declaraciones frente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU):

Kirchner recuerda también que la recuperación de las Malvinas está inscrita en la Constitución Nacional (“ese mandato constitucional”) y que, en consecuencia, esa lucha es un deber que, en este caso, hay que cumplir con el peso del derecho y con la ley en la mano. Si esta última temática es recurrente, podemos notar un cambio en la retórica de Néstor Kirchner, a partir del año 2005 y más aún durante los dos últimos años de su mandato, que da lugar a un discurso cada vez más excluyente y nacionalista:

No podemos dejar de manifestar que el gobierno británico sigue haciendo caso omiso de las resoluciones de esta asamblea. No obstante, debemos reafirmar una vez más la permanente disposición de nuestro país a un diálogo constructivo con el reino unido y exhortar a ese país a dar pronto cumplimiento al pedido de la comunidad internacional de reanudar las negociaciones (20 de septiembre de 2006).

Hermanos y hermanas: me podrán atacar, descalificar, insultar, intentar cualquier cosa, pero voy a estar siempre al frente por la nueva Argentina y por una patria para todos. No me van a hacer doblar las rodillas, ténganlo absolutamente claro. La persistencia de una situación colonial en las islas, que impide el ejercicio de nuestra soberanía nos patentizan las dificultades que sufrimos para desarrollar en el más amplio arco nacional el empeño que debemos ser capaces de aplicar para el logro de los más altos objetivos nacionales. Por eso […] jamás podrán invalidar el justo reclamo y es justo decir que las Malvinas son nuestras y Argentinas (2 de abril de 2006).

Este extracto presenta una situación dicotómica oponiendo la Argentina y el Reino Unido posible de ser traducida en la ecuación siguiente: los “buenos” / los “malos” aquellos que respetan las resoluciones de la Asamblea de las Naciones Unidas y que son sostenidos por la comunidad internacional contra aquellos que no respetan sus prescripciones (“la permanente disposición de nuestro país a un diálogo constructivo con el Reino Unido” versus “el Gobierno británico sigue haciendo caso omiso de las resoluciones de esta Asamblea”). Esta visión maniquea destaca claramente la adaptación de Kirchner a su auditorio, ante el cual, en este caso, quiere mostrar una imagen de la Argentina preocupada por el respeto de la opinión y las demandas de la comunidad y del derecho internacional. 45

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A modo de conclusión

Si este discurso de 2006 deja ver una clara crítica a los británicos sobre quienes recae la entera responsabilidad de la situación de conflicto, el último mensaje de Kirchner ante la ONU es aún más explícito:

En este artículo, mi objetivo fue comparar la puesta en discurso de la reivindicación argentina sobre los territorios de las islas Malvinas en los discursos de Carlos Menem y de Néstor Kirchner y, más precisamente, la construcción del Reino Unido como adversario externo del menemismo y del kirchnerismo. Luego de un breve análisis, es posible poner de relieve distintas diferencias entre estos dos hombres políticos respecto de la construcción del adversario Reino Unido y de su puesta en discurso de cara a un auditorio nacional y a un auditorio externo.

Este año se cumplen 174 años de la usurpación británica de parte del territorio nacional argentino. Desde el acto de fuerza de 1833 mi país ha protestado siempre esta ocupación ilegal reclamando la restitución del ejercicio pleno de su soberanía. […] La Argentina considera incomprensible la pertinaz renuencia británica a abordar la cuestión de la soberanía, renuencia que viola lo dispuesto por esta asamblea general en la resolución 2065 y numerosas resoluciones concordantes. Es hora ya que el Reino Unido asuma la responsabilidad de poner fin al anacronismo de mantener la ocupación ilegal del territorio de otro estado con un propósito claramente colonial. Mi gobierno manifiesta su enérgico rechazo a la pretensión Británica de establecer espacios marítimos en torno de dichos archipiélagos. (25 De septiembre de 2007).

Si esta temática está presente de forma importante en los discursos de estos líderes, Carlos Menem hizo prueba de une retórica menos confrontativa que la de Néstor Kirchner en la escena internacional y frente a un auditorio nacional. En efecto, respecto a la primera, si al comienzo de su mandato, Menem recurrió a un discurso estigmatizando a los británicos como los únicos responsables de la situación colonial vivida por la Argentina, desde el comienzo del año 1990, su discurso se pretende más conciliador, aunque siempre marcado por las ambigüedades propias a este presidente y a la necesidad de adaptarse a su auditorio. Podemos igualmente notar una diferencia entre la puesta en discurso de los británicos en sus alocuciones ante un auditorio externo y otro nacional. En la escena nacional, Carlos Menem privilegia siempre los valores del reencuentro, de la unión nacional. Así, si la causa Malvinas es una temática presente en sus discursos, los británicos son apenas mencionados a diferencia del lugar que ocupan los valores encarnados por la causa Malvinas, capaces de soldar a los Argentinos en el seno de su comunidad nacional. En lo que respecta al discurso de Néstor Kirchner, la sobre-representación de la problemática de Malvinas respecto del “corpus Menem” supone un enérgico rechazo de los británicos como adversarios. Es decir que su retórica es más binaria y polarizante que la de Menem. Esto no impide que la construcción de Kirchner del adversario, el Reino Unido o los británicos, se aproxime a la de Carlos Menem: así la estrategia de Néstor Kirchner oscila entre una voluntad de intensificar el sentimiento nacional, de presentarse como respetuoso frente a la comunidad internacional y de excluir este adversario externo de la Argentina al estigmatizarlo y presentarlo como el único culpable y responsable de esta situación de conflicto internacional. Los argentinos aparecen entonces como las víctimas del colonialismo aun en plena vigencia, como lo han sido del Fondo Monetario Internacional y de sus organizaciones internacionales asociadas. Podemos además notar otras diferencias, particularmente respecto de la temporalidad, en la puesta en discurso de la causa Malvinas y de la construcción del Reino Unido como enemigo en estos dos corpus. Si los discursos de Carlos Menem son menos vindicativos a partir del comienzo del año 1990, por el contrario, Néstor Kirchner atiza los antagonismos en sus discursos a destinación de un auditorio externo a partir de 2005. De esta manera, el supuesto de partida de este trabajo según el cual la retórica de Menem sería más “pacificadora” que la de Kirchner se verifica en el análisis del corpus estudiado. Sin embargo, cabe precisar que la puesta en discurso de los británicos como adversarios externos apenas difiere al examinar los discursos de Menem y Kirchner tratándose, fundamentalmente, de una cuestión de grado.

Este extracto pone de relieve la retórica de la confrontación de Néstor Kirchner; el Reino Unido es designado mediante palabras cuya orientación emocional es negativa (“usurpación británica”, “acto de fuerza”, “ocupación ilegal”, entre otras). Además, la sola mención de la ilegitimidad de este país es en sí misma un argumento, como lo es también el recuerdo de los hechos históricos que indican que las Malvinas eran argentinas antes de su ocupación por los británicos o incluso el hecho de que estos últimos violan el derecho internacional, pues la resolución 2065 que la ONU reconoce, desde 1965, la existencia de un problema de soberanía entre los dos países implicados. De este modo, Néstor Kirchner presenta a su gobierno y a su país como los detentores exclusivos de la soberanía de las Malvinas y como los únicos que respetan las resoluciones de la comunidad internacional, a diferencia del Reino Unido y de los británicos cuya actitud es incomprensible y contraria al derecho (“anacronismo de mantener la ocupación ilegal del territorio de otro Estado con un propósito claramente colonial”). Es entonces por la fuerza de los hechos que Néstor Kirchner presenta a los británicos como los adversarios externos del alma nacional y los expulsa a las fronteras de la alteridad en tanto colonizadores y usurpadores. De esta manera, y de forma esquemática, en los discursos dirigidos a un auditorio nacional, Kirchner pone de relieve el hecho de que las Malvinas son argentinas y el trabajo realizado por su gobierno para materializar esta “verdad compartida”. En las alocuciones dirigidas a un auditorio externo, Kirchner insiste sobre las resoluciones de las Naciones Unidas -en favor de la reivindicación argentina- y sobre la disposición de su país a respetarlas, a diferencia del Reino Unido, a partir de un clásico esquema binario. Néstor Kirchner elige entonces diferentes estrategias en función de sus adversarios y de sus auditorios.

Otro de los puntos comunes de estos dos presidentes es que la causa Malvinas encarna la promesa de recuperación de una grandeza perdida. Como hemos visto brevemente en este artículo, las promesas sobre las causa Malvinas son innumerables, pero es probable que si estos territorios vuelven un día a ser argentinos, el nacionalismo argentino deberá encontrar otro objeto de deseo, ya que es evidente que la solución de este conflicto territorial no podrá satisfacer dichas promesas. En efecto, esto aparece como un imposible: no hay grandeza pasada que deba ser recuperada (Palermo, 2007: 436 y ss).

Morgan Donot 1

Doctora en Ciencia Politica, CREDA/Paris 3-Sorbonne Nouvelle / CNRS UMR 7227.

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(1) Morgan Donot. Doctora en Ciencia Politica, CREDA/Paris 3-Sorbonne Nouvelle / CNRS UMR 7227. (2) En el marco de este artículo, no me sirvo de la distinción entre las nociones de adversario y de enemigo. Para mayores informaciones sobre esta distinción, ver Mouffe (1994). (3) Este artículo se inscribe en un trabajo más vasto cuyo objetivo es identificar y caracterizar los principales adversarios internos y externos presentes en los discursos de estos dos líderes. Para mayor detalle, ver Donot (2014). (4) La temática de la Guerra de Malvinas vuelve a figurar en las portadas de los principales diarios, ya sea argentinos o del mundo, dada la decidida y más belicosa voluntad de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de afirmar la soberanía de la Argentina sobre estos territorios, sin renunciar por ello a la vía diplomática para resolver el conflicto. (5) El gobierno de Juan Domingo Perón tomó iniciativas en este sentido: en junio de 1948, un decreto del ejecutivo crea la División de la Antártida y de las Malvinas bajo la égida de la subsecretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Culto. A partir de esta fecha, la Argentina contó con una burocracia especializada en el conflicto y que se puso, de forma gradual, al servicio de la causa Malvinas (Palermo, 2007: 157-158). (6) Recordemos que si la Argentina reclama los derechos de soberanía en virtud del principio de haber heredado, luego de su independencia, las antiguas posesiones coloniales de la corona española; del lado inglés, se invoca desde siempre el principio de autodeterminación de los pueblos y el derecho de los habitantes de este territorio a decidir sobre su propio destino. En este sentido, un referéndum tuvo lugar los días 10 y 11 de abril organizado por las autoridades malvinenses con el aval del Reino Unido. Según las cifras oficiales, 99,8 % de los sufragios fueron declarados en favor del mantenimiento del status de las Malvinas como territorio de Alta mar del Reino Unido. (7) La reivindicación de la soberanía sobre las islas Malvinas está inscrita en la constitución de la Argentina, luego de la reforma constitucional de 1994. Desde entonces esta reivindicación de soberanía es una obligación constitucional de todos los gobiernos democráticos argentinos, y ellos deben aplicarla “mediante todos los medios pacíficos” a su disposición, según el mismo principio constitucional. (8) “Introduciendo una idea bajo la forma del presupuesto, yo hago como si mi interlocutor y yo mismo no pudiéramos hacer otra cosa más que aceptarlo. […] El presupuesto es lo que yo presento como común a las dos personas del diálogo, como el objeto de una complicidad fundamental que une a los participantes de la comunicación” (Ducrot, 1972: 24). (9) Es posible que Menem sea apenas consciente de esta postura, puesto que su posición frente a la contradicción es en sí misma contradictoria (Canelo, 2011: 76-77), como bien revela este extracto reproducido en el diario Clarín: “no hay una sola contradicción en lo que vengo diciendo en muchos años; no he variado en lo más mínimo mi línea de pensamiento, tengo una mente muy sistematizada y me cuido de incurrir en el campo de las contradicciones” (22 de noviembre de 1988). (10) De este modo, el 15 de febrero de 1990, ocho años después de la guerra de Malvinas, la Argentina restaura sus relaciones diplomáticas con el Reino Unido y renuncia al uso de la fuerza para hace valer sus reivindicaciones. El restablecimiento de las relaciones fue el resultado de largos meses de negociaciones entre los dos países, y fue logrado gracias a concesiones recíprocas. En razón de un gesto del gobierno británico, la zona de protección militar de 150 millas alrededor de las Malvinas será suprimido a partir del 1 de marzo, pero para asegurar la seguridad de los 2.000 habitantes del archipiélago, el acuerdo prevé un sistema de notificaciones de las maniobras militares en las islas. (11) El cálculo de las especificidades permite por cada ítem dado constatar su frecuencia (f) en una parte de un corpus (t), en función de su frecuencia (F) en el conjunto del corpus (T). Dicha constatación permite establecer un diagnóstico ya sea de especificidad positiva, ya sea de especificidad negativa, ya sea de banalidad en razón de que el ítem considerado sea considerado estadísticamente sobre-utilizado, subutilizado o que sea utilizado en proporciones normales en la parte considerada teniendo en cuenta su frecuencia total en el corpus (T). (12) Esta idea se observa claramente en la editorial del diario Clarín del 3 de abril de 1982 que celebra la ocupación argentina de las Malvinas: “Las tropas argentinas fueron a restaurar el honor nacional… lo que realmente motivo siempre el sentimiento público es la reconquista de un fragmento de la Patria, cuya ausencia era una mutilación”, citado en Palermo, 2007: 21; subrayado a cargo del propio autor.

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La importancia del mar argentino y sus recursos Resumen Generalmente ignoramos la importancia que tienen los océanos en el desarrollo de todas las especies que pueblan el planeta. Los mares son el refugio de la mitad de la biodiversidad mundial, atesoran los mayores recursos naturales de la tierra y regulan el clima del planeta. Teniendo en cuenta que más de un tercio de la población mundial reside en zonas costeras, los océanos son generadores de recursos socioeconómicos muy valiosos. Asimismo, cabe destacar la relevancia geopolítica y el papel de los océanos como vías de comunicación. El cambio climático, el vertiginoso crecimiento demográfico y el agotamiento de las principales fuentes de energía nos obligan a reflexionar acerca de la finitud y fragilidad de los ecosistemas que pueblan nuestros mares. En este contexto, gracias a su capacidad de provisión de recursos naturales y energéticos; y al interés estratégico de sus extensas costas, el Mar Argentino es considerado como un actor crucial. Resulta impostergable establecer políticas de largo plazo que nos permitan aprovechar, de manera eficiente y sustentable, los recursos y beneficios que nos ofrece esta generosa azul inmensidad. Este artículo se propone discutir la trascendencia global del Mar Argentino y la necesidad de preservar su entorno ecológico y su soberanía marítima.

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El océano y el clima l océano desempeña un papel fundamental en los complejos mecanismos que rigen el sistema climático mediante la redistribución de calor en el planeta. Buena parte la radiación solar es absorbida y almacenada en forma de calor por el océano. Los rayos del sol llegan perpendiculares a la superficie terrestre en el ecuador, mientras que a medida que nos acercamos a los polos su incidencia disminuye. De manera que, en promedio, la Tierra recibe más energía solar en las zonas ecuatoriales que en los polos y, en consecuencia, la temperatura media anual del planeta es mayor en el ecuador. Ante este desequilibrio energético, la Tierra responde estableciendo vientos y corrientes marinas con el fin de redistribuir la temperatura. Llevadas por los vientos, las corrientes oceánicas superficiales cálidas provenientes del ecuador son desplazadas hacia regiones polares, donde se sumergen hacia las profundidades*y regresan lentamente a las regiones tropicales (Figura 1). En su recorrido, las masas de agua transportan cantidades enormes de energía en forma de calor alrededor del globo. Este mecanismo, parecido al de una “cinta transportadora”, conecta los océanos de la tierra como un sistema global y convierte al océano en el principal reservorio de calor almacenando mil

veces más calor que la atmósfera. El océano desempeña también un rol muy importante sobre el clima regulando la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera mediante procesos naturales de almacenamiento: retiene una enorme cantidad de este gas en las profundidades producto del hundimiento de las masas de agua en las regiones polares y además secuestra carbono atmosférico mediante la fotosíntesis del fitoplancton1presente en la capa eufótica del océano2. Esta función es fundamental debido a que los gases de invernadero en la atmósfera, como el dióxido de carbono, determinan la temperatura media global del planeta. El aumento de la concentración de dióxido de carbono, que se encuentra en la atmósfera producto de procesos naturales como las erupciones volcánicas y de actividades antropogénicas –producidas por el ser humano- como la quema de combustibles fósiles, produce un incremento de la temperatura media global. La trascendencia de los procesos oceánicos que tienen un impacto en el clima del planeta fue gradualmente reconocida durante las últimas décadas. Comprender de manera integral su evolución y las complejas interacciones entre el océano y la atmósfera resulta esencial para la interpretación del futuro del clima.

*Las variaciones de salinidad y temperatura de la parcela de agua provocan cambios de densidad en el agua oceánica. El agua de los océanos se hace más densa a medida que desciende la temperatura. De manera que mientras más fría esté el agua, más densa es. El aumento en la salinidad también hace que aumente la densidad en el agua de mar. Cerca de los polos, esencialmente en Mar de Labrador y Mar de Groenlandia en el hemisferio Norte y en el Mar de Weddell en el océano austral, el agua se hunde por su alta salinidad y su baja temperatura. (1) El fitoplancton marino constituye el grupo más significativo de productores primarios del planeta. Estos organismos son la base de la cadena alimentaria marina y los responsables del 95% de la fotosíntesis en los océanos por lo que juegan un papel esencial en el flujo de energía utilizable para los ecosistemas oceánicos. (2) Capa eufótica: Se refiere a la capa superficial de océano, aquella en la que penetra la luz del sol imprescindible para el desarrollo del fitoplancton.

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Figura 1 Representación esquemática de la “cinta transportadora oceánica”. Adaptada de NASA.

La productividad del océano La productividad de un ecosistema depende fuertemente del desarrollo del fitoplancton que representa la base de la cadena trófica marina. No todas las regiones del océano son igualmente productivas. Las condiciones de luz y nutrientes necesarias para el desarrollo de estos organismos son moduladas por diferentes procesos oceánicos. Las plataformas continentales - superficies de fondo marino ubicadas cerca de la costa que se extiende desde el litoral hasta profundidades que no superan los 200 m - suelen ser las más fecundas. Por ello mismo, éstas poseen un extraordinario potencial socioeconómico: en sus inmediaciones, se concentran una gran cantidad y variedad de recursos pesqueros, aves y mamíferos.

nutrientes (Figura 2). Este sistema genera condiciones de luz y nutrientes que favorecen procesos ecológicos y permiten la proliferación de abundantes comunidades fitoplanctónicas. Estos organismos secuestran el dióxido de carbono mediante la fotosíntesis. Por lo tanto, a nivel global, nuestra plataforma representa un significativo sumidero y posee una notable capacidad para reciclar este gas que es uno de los más importantes del efecto invernadero. Además, las características dinámicas de las fértiles corrientes oceánicas de esta región crean un hábitat óptimo para la alimentación, la reproducción y el desarrollo de numerosas especies. Entre las especies de la fauna costera hay una variedad considerable de aves y mamíferos marinos. Entre los mamíferos, se destacan la ballena franca austral y las poblaciones de pinnípedos, como el lobo y el elefante marino y focas antárticas. Entre las aves, los petreles, albatros, cormoranes, gaviotas y pingüinos, que anidan en las costas patagónicas e islas del Atlántico sur.

El mar argentino Nuestro mar posee una de las plataformas continentales más ricas y extensas del mundo. La Plataforma Continental Argentina (Figura 2), sobre la cual ejercemos derechos de soberanía para la exploración y explotación de sus recursos naturales, cuenta con una superficie de un millón de kilómetros cuadrados y más de 4.000 km de costas, su extensión es superior a la del territorio continental y tiene una Zona Económica Exclusiva con abundancia y diversidad de recursos. Esta región se caracteriza por su fertilidad producto de las condiciones dinámicas de las corrientes marinas adyacentes generosas en nutrientes. La Plataforma Continental Argentina está influenciada por un sistema de corrientes oceánicas que fluyen a lo largo de su borde exterior o Talud Continental: la Corriente de Brasil y la Corriente de Malvinas. La Corriente de Brasil, es una masa de agua cálida proveniente de la región tropical. La Corriente de Malvinas, que se desplaza de sur a norte y rodea a las Islas Malvinas, es una corriente que transporta aguas frías y ricas en

La riqueza económica de esta región marina es notable. Su vasta producción biológica se traduce en una gran riqueza pesquera. La Plataforma Continental Argentina sostiene importantes pesquerías: en el sector septentrional se destacan, la corvina rubia, la anchoita y el lenguado. Mientras que el sector patagónico se destaca por ser rico en moluscos bivalvos, crustáceos y otros peces comerciales como la merluza y el róbalo. Sin lugar a dudas el Mar Argentino es un activo económico crítico para el país y un enorme reservorio de recursos, no sólo por su diversidad biológica, sino también por claras evidencias de la existencia de reservas energéticas y minerales. Nuestra plataforma continental podría mantener una producción pesquera sostenible comparable con nuestra producción agrícola.

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Figura 2 Esquema representativo de la Plataforma Continental Argentina (blanco), Corriente de Malvinas (negro) y Corriente de Brasil (rojo). ExtraĂ­do de Piola, A.R. y R.P. Matano (2001). Brazil and Falklands (Malvinas) Currents., In J.H. Steele, S.A. Thorpe and K.K. Turekian (eds.) Encyclopedia of Ocean Sciences Vol. 1, pp 340 - 349. London, UK: Academic Press.

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Una cuestión estratégica Las extensas vías fluviales navegables de Argentina, que fluyen hacia el océano a través de los principales ríos, conectan las rutas comerciales internacionales con el corazón de la región más productiva del país. Esta característica, le atribuye una importancia estratégica extraordinaria al Mar Argentino. Por consiguiente, garantizar la soberanía sobre nuestro territorio es fundamental para el análisis de la realidad nacional, regional e internacional.

mercado mundial como una de las principales productoras de alimentos. Su perfil agro exportador se focalizó, incluso desde antes de su organización nacional, en priorizar la producción primaria agrícola. Pareciera así que, desde antaño, estamos irremisiblemente aferrados a vivir en una economía de “tierra adentro”, en un país de evidentes características oceánicas y abierto a todos los continentes. La indiferencia e incomprensión por los asuntos del mar - entre otros - nos ha impedido alcanzar un aprovechamiento eficiente de nuestras vastas posibilidades oceánicas, limitando por lo tanto el desarrollo nacional. Por ello, debemos fijar los ojos hacia el mar - no sólo como una simple atracción turística - y asumir que la investigación científica es imprescindible para profundizar el conocimiento del medio marino y el uso sustentable de sus recursos, fundamentales para el análisis estratégico de un país como el nuestro.

El Reino Unido ejerce su autoproclamada soberanía sobre las Islas Malvinas. Este grupo de islas se encuentra ubicado en la parte sudoccidental del océano Atlántico, enclavado en la Plataforma Continental Argentina. Próximas al continente antártico, las Islas Malvinas representan un territorio estratégico clave, ya que desde sus bases puede ejercerse una efectiva presencia en los pasajes que comunican todos los océanos y actúan como punto de apoyo para las operaciones antárticas por parte de los países que no pertenecen al Cono Sur Americano. Este dominio, garantiza a los británicos el control sobre el Atlántico Sur, hoy revalorizado a partir de la explotación petrolera y pesquera y de las mencionadas vías marítimas alternativas. En este contexto y más allá de los complejos planteos jurisdiccionales que esto supone, el reclamo por la recuperación de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, de manera pacífica, conforme con los principios del Derecho Internacional y teniendo en cuenta los intereses de sus habitantes, resulta perentorio.

De cara al futuro Durante los últimos años algo parece estar cambiando. Por primera vez en su historia, Argentina cuenta con un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) que aparenta ir a contramano respecto de la postura de austero financiamiento que caracterizó la política científica del país durante las últimas cuatro décadas. Este ministerio fue creado en diciembre del 2007 con el fin de incorporar la ciencia y la tecnología al servicio del desarrollo económico y social del país.

El mar y nosotros

Los esfuerzos del MINCYT destinados a enriquecer el conocimiento científico para la conservación y el manejo sustentable de los recursos naturales en el Mar Argentino son canalizados a través del Proyecto Pampa Azul. Por medio de esta iniciativa, el Estado argentino busca incorporar y promover innovaciones tecnológicas dirigidas a un mejor aprovechamiento de los recursos naturales y respaldar con presencia científica la soberanía de nuestro país en Atlántico Sur. Además, mediante la divulgación científica dirigida al público en general, pretende fortalecer y estimular la conciencia social sobre la importancia del mar.

Hoy el planeta atraviesa un momento crucial. Ante un escenario de cambio climático, calentamiento global y crecimiento exponencial de la población mundial, los dilemas que plantean el agotamiento y la pésima redistribución de vitales fuentes de energía y alimentos en el mundo, son considerados como uno de los mayores retos de nuestros tiempos. Durante las últimas décadas, el océano ha sido objeto de crecientes investigaciones científicas con el fin de comprender su dinámica, su naturaleza y sus características. Su función en la configuración de la vida de nuestro planeta se ha ido tornando cada vez más evidente. Aunque aún subsisten grandes problemas, este avance en el conocimiento del océano ha permitido establecer un orden legal que ha hecho posible proteger y preservar el medio ambiente marino, asegurar la conservación de los recursos vivos, facilitar las comunicaciones internacionales y promover los usos pacíficos y eficientes del mar, considerando los intereses y necesidades de la humanidad como un todo.

Jorge Sábato y Natalio Botana 3 sostuvieron que el reconocimiento de la realidad del mundo en que vivimos, junto con acciones decisivas en el campo de la investigación científica-tecnológica como herramienta de transformación de la sociedad, nos ayudará a construir un mejor lugar. Aseguraron, también, que debemos orientar la ciencia, la tecnología y la innovación al fortalecimiento de un nuevo modelo productivo que genere mayor inclusión social y mejore la competitividad de la economía de los países bajo el paradigma del conocimiento como eje del desarrollo. Esta es una deuda pendiente de la mayoría de los países periféricos y de algunas potencias tecnócratas. Sin duda, poner en práctica estas políticas resulta una ardua empresa que requiere mucho trabajo y compromiso de parte de todos los actores sociales. Como joven investigador del océano, anhelo profundamente que algún día se logre acariciar esta utopía y podamos estar un poquito más cerca de la respuesta a la pregunta, que a mediados del siglo XX, formuló Borges**¿Quién es el mar, quién soy?

Sin lugar a dudas, el Mar Argentino posee un enorme potencial para hacer frente a estos desafíos. Nuestro mar representa una de las regiones económicamente más importantes del océano mundial y tiene una capacidad para reciclar gases del efecto invernadero significativa. Lamentablemente, durante más de 200 años hemos vivido de espaldas al mar. El proceso de industrialización europea, a fines del siglo XIX, generó en el viejo continente una sobre oferta de productos manufacturados y demanda de materias primas. Argentina se incorporó al nuevo

Ramiro Ferrari

Se graduó de la carrera de Oceanografía Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Realizó su doctorado en Oceanografía Física analizando la variabilidad de la Corriente Circumpolar Antártica en la Université Pierre et Marie Curie, París XI. Actualmente se desempeña como investigador afiliado al EUMETSAT/ CNES (Francia) y al UMI-IFAECI (Argentina-Francia).

(3) Jorge A. Sábato: físico e intelectual argentino. Natalio R. Botana: politólogo Argentino. "La ciencia y la tecnología en el desarrollo futuro de América Latina", El pensamiento latinoamericano en la problemática ciencia - tecnología - desarrollo – dependencia, 1975. ** Poema de Jorge L. Borges “El Mar”, El otro, el mismo, 1964.

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“¡Qué bendición!

La recuperación de las Islas Malvinas entre los actores de la vida judía en Argentina” Resumen La recuperación de las Islas Malvinas, como sugieren diversos autores, respondió a una estrategia política de la última dictadura militar que, a su vez, se apoyó sobre un amplio, histórico y difuso consenso social acerca de la justa demanda en torno de la soberanía nacional sobre el archipiélago. La “efervescencia popular” acaecida el 2 abril de 1982 ha sido considerada como una muestra de apoyo a la iniciativa de la Junta Militar así como un modo de ocupar el espacio público en post de visibilizar otras demandas hacia la misma dictadura militar. Entre los actores que se movilizaron en torno de la guerra de Malvinas se encontraba un amplio espectro de instituciones y actores autoadscriptos a la representación de lo judío. En un contexto signado por la exaltación de la adherencia a la nación, estos actores se manifestaron públicamente apoyando la recuperación del archipiélago, inscribiendo sus acciones como parte de las comunidades que la construyeron. El presente trabajo busca relevar cuáles fueron los discursos y las prácticas que desarrollaron los actores de la vida judía en Argentina y problematizar de qué modo el discurso sobre Malvinas permitió legitimar en el espacio público otras demandas de este colectivo social en el país.

La recepción de la guerra de Malvinas en el seno de la “comunidad judía”

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l 2 de abril de 1982 la dictadura militar sorprendió con una noticia destacada: una fuerza militar conjunta había desembarcado en las proximidades de Port Stanley- rebautizado “Puerto Argentino”- y recuperado las Islas Malvinas luego de breves combates. Si bien el sentido común post-dictadura ha considerado que la “guerra de Malvinas” fue la estrategia mediante la cual el régimen dictatorial intentaba reaglutinar consensos en torno suyo, estudios más recientes complejizan el tema. La “causa Malvinas” descansaba en una vastísima popularidad, enraizada como “causa popular” en la sociedad argentina1.

ejemplos dos casos diferentes de “reacción popular” en torno del régimen: “Cuando el 30 de marzo reprimió al pueblo se volvió el eje de todas las críticas. Pero, cuando el 2 de abril recuperó la soberanía de las Islas Malvinas, dejando de lado su penoso papel represor y cumplen con virilidad el objetivo que le han asignado la Constitución y el pueblo, es decir, custodiar la soberanía, los argentinos se lanzan a la calle para expresar su adhesión y su cariño”.8

Como señalan Novaro y Palermo, si bien la “causa Malvinas” era un proyecto de larga data, sustentado en motivaciones sinceras del régimen que confiaba en que contaría con un amplio apoyo social, no pueden olvidarse las circunstancias por las que este proyectó encontró, hacia principios de 1982, un camino libre de obstáculos. Entre los motivos que dieron prioridad a la “causa Malvinas”, por parte de las Fuerzas Armadas, se conjugaron la ambición de realizar un proyecto “vital” y consideraciones de política doméstica de corto plazo.2

La tesis sostenida por el semanario Nueva Presencia a lo largo de los meses que duró el conflicto en las islas fue: “la soberanía externa no alcanza si se olvida la soberanía interna”. 9 Sin embargo, desde estas mismas páginas se condenó a los sectores de izquierda que impugnaron la acción perpetrada por las Fuerzas Armadas. Ernesto Guidici, sostuvo que “la toma de Malvinas es un hecho justo”, pese a que entre “alguna izquierda pueda haber temor o reticencia”. 10 Abel Wolfer, por su parte, desaprobaría “la estupidez intelectual de un Cortazar”- que “con su pasaporte francés en la mano izquierda”- había criticado la recuperación de las islas por parte de un gobierno dictatorial. 11Como Guidici y Wolfer, Schiller criticaría a los “bien pensantes” que señalaban que la “gente fue llevada de las narices”: “Se trata de un acontecimiento histórico y legítimo de recuperación de la soberanía de un territorio expropiado por el colonialismo inglés”.12 La crónica de la movilización a Plaza de Mayo ocurrida el 2 de abril de 1982 describiría un aspecto ilustrativo de las tensiones expresadas en aquella jornada. Según Schiller, en la Plaza estuvieron presentes las banderas y cánticos de diversos sectores- peronistas y comunistas, por ejemplo- que hasta hacía poco habían sido objeto de represión por parte de las Fuerzas Armadas. Estos “cánticos” evidenciaban el apoyo a la recuperación de Malvinas, pero también vociferaron consignas contra

La recepción de la noticia acerca del desembarco en Port Stanley fue festejada por los diversos actores de la comunidad judía. No obstante, las primeras editoriales de las publicaciones más reconocidas del amplio campo de organizaciones judías no olvidaron el derrotero que habían iniciado hacia 1981, reclamando la “normalización” institucional y la “apertura” política en el contexto de la dictadura militar. La revista La Luz3 destacó exultante el accionar de las Fuerzas Armadas señalando que “así como los ar-gentinos conservaron su apego por Malvinas durante 150 años, lo judíos lo han tenido con Jerusalem”4. Desde Tiempo5 y Nueva Presencia6 , en cambio, se acompañó con “alegría” pero reconociendo el marco y el contexto en el que la “noticia” había tenido lugar: el incremento del descontento social y la huelga general del 30 de marzo de 19827. Herman Schiller, por ejemplo, destacó que el gobierno, en esta “emergencia histórica”, debería reflexionar tomando por

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el gobierno: “Ya se fueron los ingleses, ahora que se vaya el Alemann”, por ejemplo.

a la comunidad internacional su intercesión para evitar la confrontación bélica; 5) Auspiciar una acción solidaria para la eventualidad de producirse enfrentamientos. 20 El fervor por Malvinas llegó, incluso, a que se incluyera en la campaña publici-taria de la tradicional empresa productora de “Matzá”21, “Hermanos Yanovsky”, una entusiasta leyenda de apoyo a la recuperación de las islas:

No obstante, frente a esta impronta que adquiría la concentración en Plaza de Mayo, destaca la crónica de Nueva Presencia, se impulsó la iniciativa de entonar el “Himno Nacional Argentino” con el objetivo de “unificar el canto para acallar las voces de protesta”. 13 Las movilizaciones populares a Plaza de Mayo en apoyo a la iniciativa del régimen dictatorial serán festejadas como un gesto de madurez de la ciudadanía. Pues, como señalaba Schiller, más allá del desenlace final que pudiera tener el conflicto, la movilización indicaba cuál sería el derrotero del régimen cuando concluyera la contienda:

“¡QUE BENDICIÓN! Podes festejar dos inmensos acontecimientos: un aniversario de la independencia del Estado de Israel; la recuperación de las Islas del Atlántico Sur de la República Argentina. Dos países distantes geográficamente, en los que sus pueblos se autodeterminan y consolidan sus soberanías. Elevamos una plegaria al Todopoderoso, para que guíe y proteja a nuestros soldados argentinos que, unidos todos bajo nuestra bandera Argentina, sin distinción de razas ni credos, dan sus vidas para mantener los ideales que nos legaron Nuestros Próceres desde la Gesta de Mayo. Establecimientos Yanovsky hnos, S.R.L.”.22

“Cuando todo esto pase, seguramente el país volverá otra vez a mirarse a su propio espejo. Desocupación, distribución injusta de la riqueza, desarticulación de la industria, desaparecidos, presos políticos, son los elementos de la contradicción argentina que, urgentemente, habrá que superar. Porque el pueblo- lo ha demostrado en estos días- ya no le teme a los colonialistas de ultramar y tampoco a los represores internos”. 14

Además de estas expresiones que muestra el nivel de aceptación que tuvo la iniciativa del régimen dictatorial, desde la comunidad judía se gestaron distintos actos de apoyo frente a la recuperación de las islas Malvinas. Los miembros de la Comisión Directiva del Hospital Israelita- que continuaba bajo las consecuencias de su crisis financiera- remitieron una nota dirigida al Jefe del Estado Mayor Conjunto, Vicealmirante Leopoldo Suárez del Cerro, señalando que el Hospital había puesto en funcionamiento servicios de emergencia destinados a prestar asistencia ante la eventualidad que enfrenta actualmente nuestro país. En la misiva se expresaba que ponían a disposición de las Fuerzas Armadas todos sus servicios y los modernos equipos que poseía el nosocomio para acudir en auxilio de aquellos combatientes que necesitaran de tratamiento médico o quirúrgico. 23

La noción de un pueblo “sin temor”, que muestra su “madurez” en las movilizaciones por la “causa Malvinas” fue uno de los tópicos que se destacaron en los abordajes realizados por Nueva Presencia y Tiempo.15 No obstante, el carácter de la movilización tuvo un valor agregado para los actores de la comunidad judía: la posibilidad de mostrarse, en un contexto en el que se exaltaba la pertenencia a la nación argentina, como actores consustanciados con el espíritu nacional. Según la crónica de Nueva Presencia, durante una emisión radial conducida por Enrique Llamas de Madariaga, este se preguntó “por qué todas las colectividades se movilizaron menos la judía”16 Si bien las consideraciones de Llamas de Madariaga no fueron ciertas- pues, como veremos más adelante, la “comunidad judía” hizo denodados esfuerzos por mostrarse activa-, la “necesidad de probar que los judíos somos buenos argentinos” provocó la reflexión del, por entonces, joven historiador Leonardo Senk-man. Este se preguntó “por qué los judíos son interpelados o se sienten compelidos a mostrar sus acciones ciudadanas, mientras otras colectividades no”: “En fin, me molesta siempre probar que somos ciudadanos dignos”, sentenció.17

Asimismo, la DAIA otorgó, a pedido de diversos representantes de partidos políticos, “cartas de presentación” para que estos asistieran frente a organizaciones “judías” internacionales y contasen la legitimidad del reclamo argentino. 24La Organización Sionista Femenina Argentina (OSFA) y el Consejo Argentino de Mujeres Israelitas (CAMI), por su parte, concurrieron al acto realizado en el Hotel Sheraton que convocó el Consejo de Coordinación de Obras Privadas (CONDECOORD) y el Comité Argentino de Cooperación de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM /OEA). 25

No obstante, y pese a las consideraciones de Senkman, los actores de la comunidad judíapromovieron una diversa gama de actividades y pronunciamientos para mostrarse consustanciados con el “sentir nacional”. El comunicado de la Delegación de Asociaciones Israelitas de la República Argentina (DAIA), por ejemplo, celebraba, “junto a todos los hijos de esta tierra”, la recuperación de Malvinas, considerándola “como un acto de justicia”.18 El ICUF19, por su parte, convocaría, mediante un comunicado enviado a la DAIA, a la realización de una acción concertada entre todas las insti-tuciones de la comunidad judía. La misma se cimentaba sobre cinco tópicos que, desde el ICUF, consideraban que darían muestras de apoyo frente a los funcionarios militares: 1) realizar a la brevedad una manifestación en la vía pública; 2) dirigir al Estado de Israel un petitorio solicitando apoyo en ONU a las reivindicaciones argentinas; 3) Solicitar la adhesión de otras comunidades judías del mundo; 4) Reclamar

A estas muestras de “apoyo”, se sumaron las convocatorias a entusiastas actos públicos con el objetivo de reafirmar la justeza de la medida adoptada por el gobierno argentino. Uno de los primeros y más concurridos tuvo lugar en el “Templo Puertas de Oración”, una sinagoga sefaradí. La iniciativa, que partió de sectores religiosos ortodoxos, contó con la palabra de Rubén Beraja- presidente del Ente Coordinador Sefaradí Argentinoy los rabinos Isaac Chehebar, Saadia Benzaquén y Shlomo Benhamú. 26Otro, de similares características, se desarrolló en el Templo de la Congregación Israelita de la República Argentina (CIRA), donde el rabino Simón Moguilevsky elevó un ruego por la paz.27 El Templo de la CIRA fue epicentro de otro acto, con la asistencia de más de mil personas- de acuerdo con los cronistas- en el que el primer orador fue el presidente de la DAIA, Mario Gorenstein. 53

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Este, junto a Rubén Beraja y el General de Brigada (Re) Isaías García Enciso, volvería a tomar la palabra durante el “Gran Acto Público por la Paz y la Soberanía de las Malvinas” que tuviera lugar el 23 de mayo en el Teatro El Nacional. La crónica posterior destacaría, nuevamente, la masiva concurrencia.29

en Medio Oriente. Durante la operación “paz para la Galilea”- o “Primera Guerra del Líbano”- el ejército israelí invadió el sur del Líbano con el objetivo de expulsar a los grupos de la OLP que se encontraban en aquel país. 40 El conflicto en el campo local lo motivó la declaración efectuada por el Ministro de Defensa de Israel, Ariel Sharón, señalando que los “jóvenes judíos argentinos” no debían pelear por Malvinas puesto que debían combatir por Israel. En contraste con las actividades y pronunciamientos públicos que fueron efectuados desde la “comunidad judía” reconociendo la “justeza” de la recuperación de las islas del Atlántico sur- llegando a comparar al anhelo argentino por el archipiélago con el vínculo de los judíos con Jerusalem-, las palabras de Sharón volvieron a poner en escena las acusaciones so-bre la “doble lealtad” de los “judíos” y su débil proceso de incorporación a la “argentinidad”.

Por su parte, la Comunidad Bet-El, bajo la dirección del rabino Marshall Meyer, convocaría al atrio, durante la celebración del “kabalat shabat” el viernes 23 de abril, a una figura destacada: el premio Nobel de la paz, Adolfo Pérez Esquivel. 30Esta no sería la única tribuna que daría lugar a Pérez Esquivel: Nueva Presencia publicaría un reportaje en el que aquel reivindicaba el derecho de la Argentina a reclamar su soberanía externa, pero sin descuidar cuáles eran las condiciones actuales en la situación interna que atravesaba el país. 31Como con el caso del premio Nobel de la paz, Nueva Presencia sería la única de las publicaciones judías interesada en conocer las posiciones acerca de la guerra de Malvinas de aquellos que se proclaman detractores del régimen militar. 32

Desde diversos sectores se censuró la declaración de Ariel Sharon. Tiempo41 , La Luz 42y Nueva Presencia43, por ejemplo, coincidieron en condenar el llamamiento realizado por el Ministro de Defensa israelí. A diferencia de las publicaciones citadas, las entidades “centrales”- DAIA, OSA y AMIA-, evitaron realizar declaraciones públicas en torno de las expresiones de Sharón. No obstante, sí promovieron un comunicado tendiente a “esclarecer” a la opinión pública sobre los motivos de la incursión israelí en el sur libanés, sosteniendo que la operación militar no buscaba afectar la soberanía nacional de aquel Estado, sino “destruir las bases militares y a las bandas asesinas que operan las mismas”. 44 La efervescencia por Malvinas, no obstante, no fue de carácter homogéneo. La intervención de un auto-titulado “joven lector” de Nueva Presencia impugnó el apoyo que tenía la recuperación de las islas. Adrián Feldman señaló:

En el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, la masiva concurrencia al acto del Círculo Hebreo Social Argentino fue acompañada por el cierre de comercios y una concentración popular.33Y el acto convocado por el ICUF el 22 de mayo en la Plaza San Martín, según lo testimonia la “carta del lector” Daniel Pernik remitida a Tiempo, contó con la presencia de más de 3000 personas. Finalmente, la Sociedad Hebraica Argentina y el Club Náutico Hacoaj organizaron un acto bajo el lema “Malvinas argentinas, por siempre y en paz” del que participaran destacadas personalidades: Marcos Aguinis, Isidoro Blastein, Alberto Brailowsky, Rudy Chernicoff, Norman Erlich, Alberto Fischerman, Golde Flami, Ricardo Halac, Gregorio Klimovsky, Bernardo Koremblit, Santiago Kovadloff, Sergio Leonardo, Cipe Linconvsky, Rosa Rosen, Berta Singerman, Gregorio Weinberg, entre otros. 34A este acto, realizado en el Estadio de Obras Sanita-rias, asistieron más de 5000 personas. 35 Además de las muestras de “apoyo” a la recuperación de las islas Malvinas, algunas entidades forjaron iniciativas para contribuir al “Fondo Nacional Patriótico” promovido por el régimen militar. La Escuela Sholem Aleijem realizó un festival de danza israelí- del que participaron funcionarios militares como el coronel Dante Bautista Busca (Jefe de la División Acción Cívica del Ejército) y comisario Adolfo Reboredo- y el “Max Nordau” de La Plata organizó un ciclo de cine.36 La AMIA, por su parte, emitió un “comunicado”- frente a la masiva concurrencia de gente a la entidad- para que los asistentes depositaran sus aportes directamente en el “Fondo Patriótico Nacional” y no en la sede de la mutual. 37

“¿Qué le pasa al pueblo argentino? ¿Somos tan mansos como para que una elite gubernamental nos lleve de las narices hacia donde ellos quieren? Formulo estas preguntas, en mi carácter de joven que trata de observar los acontecimientos políticos de nuestro tiempo con un criterio analítico, no entiendo cómo es posible que el mismo pueblo apaleado por las fuerza represivas el 30 de marzo, ahora haya decidido volcarse en cuerpo y alma para llevar agua al molino del régimen”.45

Estas muestras de “apoyo” tuvieron efectos positivos a los ojos de los funcionarios militares. El reconocimiento por parte de las autoridades del “fervor judío” en torno de la recuperación de las Malvinas se tradujo en una invitación por parte del Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército, con asiento en Córdoba, para que los representantes locales de la DAIA visitaran “dicho acantonamiento” militar. 38 Asimismo, la DAIA ob-tuvo el permiso para que un rabino- Baruj Plavnick- celebrase un oficio religioso en Comodoro Rivadavia al que asistieron soldados judíos. Esta ceremonia, festejó el cronista, permitió abrir una sinagoga que había permanecido cerrada por falta de asistentes.39

La reflexión de Feldman interpelaba a Nueva Presencia por considerar que, como el resto de las publicaciones, había celebrado las manifestaciones masivas: “Yo quisiera saber si el apoyo a la recuperación de las Malvinas puede borrar tantos años de dolor, sangre y represión”, concluyó el joven lector. Sin embargo, en detrimento de la crítica realizada por Feldman, el relevamiento documental permite proponer que a diferencia de otros actores de la comunidad judía, el semanario de Schiller fue el que con mayor insistencia señaló que la efusividad popular no debía ser concebida como un apoyo a la dictadura militar. Como en la crónica del 2 de abril de 1982, Nueva Presencia registró los cánticos opositores en cada movilización y brindó sus páginas para que opinaran los detractores del régimen.

Sin embargo, frente a las entusiastas muestras de apoyo a la “causa Malvinas” promovidas por los diversos actores de la comunidad judía, un suceso ocurrido en Me-dio Oriente volvería a poner en el centro del debate el problema de la identificación en-tre “ser judío” y “ser argentino”. El 6 de junio de 1982- una semana antes de que las Fuerzas Armadas firmaran la rendición argentina- comenzó un nuevo episodio del conflicto

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Durante la movilización de fines de abril, Schiller registró, por ejemplo, uno de los slogans vociferados por la multitud“Levadura, levadura, apoyamos las Malvinas pero no la dictadura”- para destacar uno de los aspectos sobresalientes de la línea editorial sostenida durante el conflicto bélico: “La duda existencial básica de este tiempo (“¿cómo apoyar la justa causa de las Malvinas sin que eso sea interpretado como un ofrecimiento de oxígeno para la eventual supervivencia del régimen?”) Fue resuelta por casi todos los sectores democráticos a través de una fórmula consensual: la soberanía no será completa si al mismo tiempo no se dan los pasos necesario para retornar al estado de derecho”.46

A diferencia del resto de los actores de la comunidad judía- a excepción del ICUF- la prédica de Nueva Presencia intentó sostener el reclamo de “normalización” institucional y “apertura” política que caracterizó la narrativa de distanciamiento respec-to de la dictadura militar. Mientras el semanario de Schiller puso en escena cuáles se-guían siendo los problemas del país- la “soberanía interna”-, el resto de las organizaciones de la comunidad judía se sumieron en una “pausa malvinera” que dejó en suspenso todas las polémicas y tensiones en las que se había sumido la comunidad judía durante el año 1981. 47

materializarse. El segundo, consecuencia de este último, se cimentó sobre las formas en que cada actor de la comunidad judía estaba dis-puesto a recorrer ese derrotero hacia la transición democrática. Como se pudo observar en el análisis desarrollado hasta aquí, al menos uno de ellos comenzaría a construir una imagen de sí mismo que lo colocaría como uno de los baluartes contra la dictadura militar: Nueva Presencia. “Hemos puesto la cara durante cinco años en la lucha por una Argentina democrática, inclusive criticando duramente al gobierno”, sostuvo Schiller en su editorial sobre el fin de la guerra. Pero no sería el único. Durante la celebración del V° aniversario de la publicación, Marcos Aguinis, uno de sus primeros colaboradores, ayudaría en la construcción de este relato:

“Ya no es secreto que Nueva Presencia se convirtió en una de las voces más corajudas de una Argentina atada al miedo y la depredación. Cuando se historien los años recientes, sus páginas no sólo serán documentos de expresiones iluminadoras, sino el documento de que existieron argentinos (judíos y no-judíos) que resistieron someterse. […] Y si no igualo en relevancia al Herald, es porque en Argentina continúa existiendo un prejuicio que jerarquiza el origen inglés y degrada el israelita”. 50

El final de la guerra no produjo una transformación radical respecto de este tópico. Nuevamente, sólo Tiempo y Nueva Presencia se pronunciaron críticamente respecto de la “dictadura militar”48, señalando esperanzadamente un inevitable escenario de de-mocratización de la vida pública. Sin embargo, la prédica fue distinta entre una y otra publicación: mientras que Tiempo se caracterizó por una prosa desapasionada que hacía hincapié en la necesidad de cambios en la esfera económica, Nueva Presencia radicalizaría- de ahora en más y sin retorno- su prosa militante:

“Fin de la guerra, para bien y para mal. Para bien, porque deja de ponerse en juego la sangre de la valiosa juventud argentina. Y para mal porque los acontecimientos han sido una cachetada para despertar de la ilusión del “frente único nacional” y para hacerle recordar al pueblo que la lucha contra la feroz agresión colonialista no había sido conducida por un régimen popular y representativo, que gozará del cariño y la confianza de la ciudadanía, sino por un gobierno de facto y represor, surgido de un acto inconstitucional. […] Tras la derrota ¿Hemos vuelto al 1° de Abril- o sea, a la naturaleza misma del régimen, antes de conformarse la unidad nacional requerida por la agresión imperialista- o existen probabilidades de cambio? […] Es inevitable transitar el camino de la apertura democrática y atender el tema de los desaparecidos sobre el que no habrá “un manto de olvido”. 49

Efectivamente, al concluir la guerra de Malvinas, los actores de la comunidad judía retornaron a sus debates y tensiones. Pero dos horizontes no muy lejanos aparecerían a la vista de los actores. El primero era una consecuencia de la derrota argentina en la guerra: el final de “Proceso de Reorganización Nacional” era un destino que, a diferencia de los años anteriores, podía 55

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Algunas reflexiones finales La Guerra de Malvinas tuvo una recepción diferenciada entre los actores del amplio espectro de la comunidad judía-argentina. Si bien, en su conjunto, todos destacaron la iniciativa de la recuperación del archipiélago por parte de las Fuerzas Armadas, algunos actores recuperaron el cúmulo de condenas y demandas a la Junta Militar que habían comenzado a sucederse en los albores de la década del ochenta. Así, la “recuperación” de las Islas no se trató de un “borrón y cuenta nueva” en la legitimidad perdida de la dictadura militar. No obstante, los actores formaron parte del conjunto de organizaciones y ciudadanos que acompañaron la iniciativa de las Fuerzas Armadas confirmando la legitimidad de las acciones desarrolladas y acompañando con diversas iniciativas las muestras de consenso en torno a uno de los últimos jirones del régimen. Estas, como muestra este trabajo, sirvieron, a su vez, para evidenciar en el espacio público el grado de consustanciación de lo “judío” con lo “argentino” que fue puesto antes y entonces en duda por ciertos sectores del nacionalismo de derecha.

Emmanuel Kahan

Es Doctor en Historia por la Universidad Nacional de La Plata. Actualmente se desempeña como investigador CONICET y es Profesor Adjunto de Teoría Política en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UNLP). Brinda, además, cursos de posgrado en diversas Universidades y coordina en Núcleo de Estudios Judíos del Instituto de Desarrollo Económico y Social. Ha publicado algunos libros y artículos siendo el más reciente Recuerdos que mienten un poco. Vida y Memoria de la experiencia judía durante la última dictadura militar en Argentina (Prometeo, 2014)

Sin embargo, estas muestras de efervescencia y participación en la “argentinidad” se vieron opacadas por un nuevo jalón en la contienda que tiene a Israel y algunos países árabes como protagonistas del conflicto en Medio Oriente. La homologación de una demanda- el retorno a la tierra de Israel y la recuperación de las Islas Malvinas- se vieron afectados cuando funcionarios israelíes alertaron que los jóvenes judíos-argentinos debían participar de aquella contienda. Horizontes que se solapan en una narrativa que tiene a la experiencia de incorpora-ción a la nación y la referencia a Israel como dos de sus baluartes.

(1) Ver Novaro, M. y Palermo, V., La dictadura militar 1976/1983. Del golpe de Estado a la restauración democrática., Buenos Aires, Paídos, 2003; Lorenz, F., Malvinas. Una guerra argentina., Buenos Aires, Sudamericana, 2009; Guber, R., ¿Por qué Malvinas? De la causa justa a la guerra absurda., Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2001. (2) Novaro, M. y Palermo, V., La dictadura militar …, Op. Cit., pág.: 411-459. (3) La Luz era una publicación vocera de los sectores sefaradíes de la comunidad judía en Argentina y ali-neada política e ideológicamente con el partido israelí Likud, caracterizados como sionistas revisionistas o de derecha. En las páginas de la revista durante el transcurso de la contienda se apeló a la imagen de una Argentina que durante 150 años recurrió “a todos los medios pacíficos” para zanjar este diferendo. “Pero la llama británica y su táctica de dar largas al asunto rompió la paciencia argentina y el gobierno de Bue-nos Aires hizo lo que debió hacer hace mucho tiempo”. Ver “Las Malvinas 150 años después”, La Luz, 9 de abril de 1982. (4) “Las Malvinas y Jerusalem”, La Luz, 23 de abril de 1982. Sobre este tópico insistiría el periodista Luis Pan durante un acto en la sede local de la Bnei Brith en apoyo a la recuperación de las Malvinas. Ver: “Las Malvinas y los judíos”, Nueva Presencia, 11 de junio de 1982. (5) Tiempo fue el vocero de la Federación de Instituciones Culturales Judías de la Argentina, conocida popularmente como ICUF por las siglas de su denominación en idish: Idisher Cultur Farband. Esta cons-tituyó una organización cercana, aunque no dependiente, del Partido Comunista Argentino (PCA). Ver Kahan, E., “Tiempo a Tiempo. La revista mensual del ICUF entre la primavera camporista y la irrupción militar. (1973-1976)”, en XV Congress of Jewish Studies, Expositor, Hebrew University of Jerusalem, 8 de julio de 2009. (6) Nueva Presencia comenzó siendo un dossier en castellano del periódico idishista Di Presse 1977) que en años posteriores se transformó en un semanario en lengua castellana de la misma empresa. El mismo tuvo relativo protagonismo y un posterior reconocimiento por sus posturas durante la última dictadura militar. Ver Kahan, E., “La construcción de íconos en torno a la resistencia dictatorial. El semanario Nueva Presencia y la resistencia a la dictadura militar en Argentina, 1977-1983”, en Barreneche, Osvaldo y Bisso, Andrés, El tiempo pasa, la historia queda. Ayer, hoy y mañana son contemporáneos, Editorial de la Universidad Nacional de La Plata, 2010. (7) “Las Malvinas redimidas”, Tiempo, N° 156, abril de 1982; Schiller, H., “Una nueva situación”, Nueva Presencia, 8 de abril de 1982. (8) Schiller, H., “Una nueva …”, Op. Cit. (9) Schiller, H., “Si, todo cambio”, Nueva Presencia, 16 de abril de 1982; Monner Sanz, R.,“Soberanía externa y soberanía interna”, Nueva Presencia, 16 de abril de 1982; Schiller, H., “Soberanía externa y soberanía interna”, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982. El ICUF tendría una posición similar; ver: Deutsch, P., “Soberanía”, Tiempo, N° 157, mayo de 1982. (10) Guidici, E., “Malvinas: Argentina enfrenta al colonialismo”, Nueva Presencia, 8 de abril de 1982. (11) Wolfer, A., “Las Malvinas más allá del régimen”, Nueva Presencia, 16 de abril de 1982. (12) Schiller, H., “Si, todo cambio”, Op. Cit. (13) Schiller, H., “Si, todo cambio”, Op. Cit (14) Schiller, H., “Si, todo cambio”, Op. Cit (15) “Las Malvinas redimidas”, Tiempo, N° 156, abril de 1982; Wolfer, A., “Las Malvinas más allá del ré-gimen”, Nueva Presencia, 16 de abril de 1982; Schiller, H., “El colonialismo no pasará”, Nueva Presencia 23 de abril de 1982. Wolfer destacó, por ejemplo, que “ese pueblo ya no podrá ser arrojado a las catacumbas políti-cas. El pueblo esta presente”. Schiller, asimismo,

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criticará la interpretación formulada por algunos que aseveraron que la “reconquista de Malvinas” fue una estrategia del gobierno para desatender los reclamos opositores: “el inicio de la guerra desborda la intencionalidad de sus mismos promotores, y lejos de con-solidar a ninguna dictadura, ha coadyuvado a unificar al pueblo, de tal modo que en las próximas etapas inexorablemente habrá un desemboque democrático, como lo exigen desde hace mucho tiempo todos los sectores de la vida nacional”. (16) “Los judíos se suman a la movilización popular”, Nueva Presencia, 23 de abril de 1982. (17) Senkman, L., “Nuestra eterna hipersensibilidad”, Nueva Presencia, 11 de junio de 1982. (18) “DAIA: solidaridad de la comunidad judía con la recuperación de las Malvinas”, La Luz, 23 de abril de 1982. (19) Ver referencia 5. (20) “Propuesta del ICUF a la DAIA”, Tiempo, N° 157, mayo de 1982. (21) La Matzá es un pan ázimo tradicional en la cultura culinaria judía. Elaborada con harina y agua- sin levaduras- es parte de la “comida oficial” durante la celebración de Pesaj (Festividad conocida como “Pascua Judía” que remite a la conmemoración de la “liberación de los judíos de Egipto” en la antigüedad) (22) Publicidad Establecimientos Yanovsky Hnos. S.R.L, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982. (23) “El Hospital Israelita y las Malvinas”, Nueva Presencia, 16 de abril de 1982. El Ministro de Salud Pú-blica de la Nación agradeció, posteriormente, el ofrecimiento del Hospital Israelita. Ver: “Las Malvinas y los judíos”, Nueva Presencia, 23 de abril de 1982. (24) “La colectividad judía unida en el fervor argentino”, La Luz, 7 de mayo de 1982. (25) “Participación judía en el “Operativo Malvinas” de movilización de las mujeres argentinas”, La Luz, 21 de mayo de 1982 y Publicación OSFA, diciembre de 1982. (26) “Los judíos se suman a la movilización popular”, Nueva Presencia, 23 de abril de 1982 (27) “Las Malvinas y los judíos”, Nueva Presencia, 23 de abril de 1982. (28) “Las Malvinas y los judíos”, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982. (29) “Las entidades sefaradíes efectuaron un masivo acto por la paz y la soberanía Argentina en Malvinas”, La Luz, 4 de junio de 1982 (30) “Paz y libertad. Texto completo de la prédica pronunciada por Pérez Esquivel en la Comunidad Bet-El”, Nueva Presencia, 7 de mayo de 1982 (31) “Pérez Esquivel y la guerra en el Atlántico Sur”, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982. (32) “Derechos Humanos y soberanía. Diversos sectores contestatarios opinan sobre la recuperación de las Malvinas”, Nueva Presencia, 23 de abril de 1982. (33) “Malvinas: sigue la movilización judía”, Nueva Presencia, 14 de mayo de 1982. (34) Malvinas: sigue la …”, Op. Cit. (35) “Se mantiene la movilización judía”, Nueva Presencia, 21 de mayo de 1982. (36) “Las Malvinas y los judíos”, Nueva Presencia, 11 de junio de 1982. (37) Comunicado AMIA, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982. (38) “La colectividad judía unida en el fervor argentino”, La Luz, 7 de mayo de 1982. (39) “Se mantiene la movilización judía”, Nueva Presencia, 21 de mayo de 1982. (40) El Estado de Israel sostuvo que la acción militar era en respuesta al intento de asesinato del embajador israelí en el Reino Unido, Shlomo Argov, por parte del grupo “Abu Nidal”. (41) “¡Esa guerra no es nuestra, señores Beguin-Sharón”, Tiempo, N° 158, junio de 1982. (42) “Una decisión torpe e inconsulta del Ministro de Defensa Israelí”, La Luz, 4 de junio de 1982. (43) “Profundizar nuestra identidad. Reportaje al Ingeniero Jacobo Fiterman, presidente de la Organización Sionista Argentina”, Nueva Presencia, 6 de agosto de 1982. (44) “Declaración de OSA, DAIA y AMIA”, La Luz, 25 de junio de 1982. (45) “Carta de Adrián Feldman en “Voces de Aliento, crítica y comentarios”, Nueva Presencia, 21 de mayo de 1977. (46) “Soberanía externa y soberanía interna”, Nueva Presencia, 30 de abril de 1982 (47) El año 1981 se caracterizó por una fuerte confrontación en el campo político producto de las acciones desarrolladas por la Multipartidaria y la demanda de una “apertura” política así como por una grave crisis inflacionaria. En este contexto, las instituciones de la comunidad judía se vieron inmersas en una profunda crisis económica. Ver Kahan, E., “Se viene el estallido: entre el desmoronamiento del régimen y la(s) fractur(s) al interior de la comunidad judía”, en Kahan, E., Recuerdos que mienten un poco. Vida y memoria de la experiencia judía durante la última dictadura militar., Buenos Aires, Prometeo, 2015. (48) Es interesante destacar que ninguna de las publicaciones del espectro judío-argentino denominó como “dictadura” al gobierno de la Junta Militar hasta la finalización de la Guerra de Malvinas. Solo desde en-tonces comenzaron a hacerlo. (49) “Las lágrimas, históricamente, han fermentado las mejores luchas”, Nueva Presencia, 18 de junio de 1982. (50) Aguinis, M., “Si, claro, ahora es más fácil”, Nueva Presencia, 18 de julio de 1982.

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Alejandra Verga

Nombre de la obra: Cajitas para un discurso de la memoria Medidas: 21 x 29 cm TĂŠcnica: collage sobre papel

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Primera Persona

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AL PUEBLO Y AL GOBIERNO FRANCÉS Nosotros, hombres y mujeres de América Latina, organismos de solidaridad y agrupaciones culturales frente a las reacciones contradictorias manifestadas luego de la recuperación de las islas Malvinas y frente a la actitud belicista anglo-estadounidense, que pone en peligro la paz internacional, declaramos:

y Santo Domingo, sin olvidar las diversas intervenciones contra Chile, Brasil, Panamá, Guatemala, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Paraguay, El Salvador, etc. No hay un sólo país latinoamericano que no haya sufrido alguna agresión directa o indirecta del imperialismo anglo-estadounidense, aliado a las oligarquías locales. La violencia que seguimos soportando no es solamente la ocasionada por las intervenciones armadas o la represión de los ejércitos neocoloniales, sino también aquella ejercida por las potencias industriales del hemisferio Norte. Cada año compramos más caro y vendemos aun más barato, cada dólar invertido en América Latina reporta cuatro dólares a las multinacionales; cada año, en nuestro continente, dos millones de personas mueren de hambre, de enfermedades curables, de vejez prematura.

Los objetivos de esta intervención Esta intervención tuvo lugar en un contexto preciso, que es el de la peor crisis económica, política y social que la Argentina jamás conoció. La intervención de la dictadura militar fue claramente destinada a lograr objetivos de política interior, es decir, a intentar resolver la situación de aislamiento político y social en la cual se encontraba, tender un velo de olvido sobre sus crímenes e imputar a las “cuentas de la guerra” las consecuencias del desastre económico producido por su gestión. Las reacciones del pueblo argentino frente al hecho consumado de la recuperación de las islas Malvinas, más allá de los móviles demagógicos de la dictadura, no pueden ser interpretadas como un apoyo al régimen militar ni como un alto en su lucha por la obtención de las libertades democráticas, los derechos humanos, la independencia y la justicia. Antes y después de este acontecimiento la inmensa mayoría del pueblo, en las calles, repudió la dictadura y exigió el retorno a la soberanía popular, así como ocurrió durante la “Jornada de Protesta Nacional” del 30 de marzo y el 10 de abril en la Plaza de Mayo. Las Madres de Plaza de Mayo afirmaron el 15 de abril: Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también.

La agresión británica No se trata, en lo que concierne a Malvinas, de un conflicto que opone una democracia occidental contra una dictadura militar, sino que se trata de un gobierno reaccionario, aliado a la política de Reagan, defendiendo los restos de uno de los imperios coloniales más arbitrarios y violentos que tolerara el Tercer Mundo, contra un pueblo que, si bien soporta una dictadura despiadada, tiene un deseo ardiente de liberación. Si es lícito que los países europeos pongan en discusión las consecuencias de Yalta, es lícito que los pueblos del Tercer Mundo pongan en cuestión toda la herencia colonial. Un enfrentamiento NORTE-SUR

ARGENTINA: Seis años de terrorismo de Estado

El pueblo latinoamericano no puede más que sorprenderse e indignarse de las sanciones económicas de la C.E.E. contra la Argentina. Pareciera que la violación a los derechos humanos y de los pueblos no constituyó una razón suficiente para tales sanciones; pero ellas sobrevienen en la coyuntura actual. La posición de la C.E.E., en lugar de favorecer una resolución justa y pacífica, estimuló, contrariamente, la acción belicista del gobierno de Thatcher.

Como consecuencia de la intervención permanente del imperialismo, los países de América Latina están bajo el yugo de dictaduras militares. Estas no son el producto de la ignorancia o del desorden de los pueblos de América Latina – como se dice a menudo en los países del Norte -, sino que son el producto de la política neocolonial. En Argentina, cada vez que se quiso implantar un proyecto económico imperialista fue necesario recurrir a la ilegalidad, a la represión o a la dictadura militar. Todo el mundo conoce el resultado de estos seis años de terrorismo de Estado: destrucción de la industria y de la economía nacionales, desempleo y miseria, prohibición del ejercicio de actividades políticas y sindicales, desmantelamiento del sistema educativo y sanitario, treinta mil personas desaparecidas, miles de muertos y de presos políticos, y dos millones de argentinos exiliados, sin mencionar la exportación de esta política represiva a Bolivia y América Central, actuando como gendarme de la política de Reagan.

ES POR TODO ESTO: −Que exigimos el cese al fuego definitivo, la retirada de la flota inglesa del Atlántico Sur, el reconocimiento de la soberanía del pueblo argentino sobre las islas Malvinas. −Expresamos la absoluta condena a la agresión del imperialismo anglo-estadounidense. −Pedimos al pueblo y al gobierno francés, y a los miembros de la C.E.E., que dejen de solidarizarse con la política conducida por el gobierno de Thatcher, y que aporten su contribución a una solución pacífica del conflicto. −Reclamamos la más absoluta solidaridad con la lucha del pueblo argentino contra la dictadura militar y por el restablecimiento de la democracia, la paz, el respeto a los derechos humanos y a los derechos políticos y sociales. −Afirmamos que sólo el pueblo argentino, en pleno ejercicio de la soberanía popular, tiene el derecho de encontrar una solución definitiva al conflicto de las islas Malvinas y a todo otro conflicto que concierna a la soberanía nacional de la República Argentina. PARÍS, 7 de mayo de 1982

Las ISLAS MALVINAS: soberanía argentina Las islas Malvinas, por innumerables razones históricas y geográficas, son parte integrante de la Patria Grande latinoamericana, como la han llamado los héroes de nuestra independencia: Artigas, Bolívar, San Martín, O'Higgins, Solano López, Sucre, Martí, y tantos otros. Las islas Malvinas, gobernadas y pobladas por la Argentina luego de la emancipación de la corona española, fueron invadidas en 1833 por el ejército británico y sus trescientos habitantes deportados a Inglaterra. Desde entonces la Argentina, a través de diversos gobiernos, no cesó de recurrir a todas las instancias pacíficas para obtener la devolución de las islas.

COORDINACIÓN DE LOS COMITÉS ARGENTINOS EN FRANCIA: −COMISIÓN ARGENTINA DE DERECHOS HUMANOS (CADHU). −CENT RO ARGENT I NO DE I NFORMACIÓN Y SOLIDARIDAD (CAIS). −COMISIÓN DE SOLIDARIDAD DE PADRES DE PRESOS, DESAPARECIDOS Y ASESINADOS EN ARGENTINA (COSOFAM) Traducido al español por Pedro Munaretto

Las intervenciones coloniales en América Latina La unidad del pueblo latinoamericano frente a la aventura belicista de la Armada Real, actitud que condena, tiene razones que se remontan muy atrás en el tiempo. Una larga historia de agresiones coloniales está todavía presente en la memoria de los pueblos: desde las invasiones inglesas expulsadas por el pueblo de Buenos Aires en 1806 y 1807, a las invasiones más recientes de los marines estadounidenses en Cuba

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Malvinas, la solicitada de París

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parte de las fuerzas armadas argentinas inundó todas las primeras planas, todas las charlas, todas las reuniones. Con el inicio del conflicto bélico se dio el inicio del debate alrededor del sentido de la guerra, del Terrorismo de Estado, del imperialismo, de las Malvinas argentinas, de los héroes, los traidores y la gesta. Los grupos de argentinos en el exterior cristalizaron desde el momento cero muchos de los conflictos alrededor de cómo interpretar lo que estaba sucediendo, puesto que la paradoja que se abría entre el hecho de haber recuperado las Islas, pero haberlo hecho por iniciativa de la sangrienta dictadura, hacía estallar un sinfín de contradicciones internas. ¿Cómo sentar una posición frente a este escenario?

l segmento “primera persona” denota, simultáneamente, la relevancia del relato íntimo, personal, así como también el lugar privilegiado del protagonista. En este número hemos decidido traer a la superficie un colectivo de voces: aquellas que se mancomunaron para la firma de la solicitada publicada en Le Monde durante la guerra de Malvinas. Un encuentro con Alejandro Maudet en París, uno de sus firmantes y coordinadores, será nuestra llave para lograr entrar en esta edición especial: un recuerdo posible sobre primeras personas. París, Sábado 13 de junio, 11 horas

Alejandro me cuenta que esta tensión se vivió desde el origen, sobre todo en torno de aquellos que, nucleados alrededor de organizaciones como la de las juventudes de los partidos políticos – apadrinadas en las sombras por el Partido Comunista-, tomaron la postura oficial de la Unión Soviética – en ese momento aliada comercial de la dictadura argentina – de no aislar internacionalmente a la Argentina. Por eso no es difícil imaginar la temperatura de los debates, ya que, tanto en el pasado como en el presente, todo lo que toca Malvinas encarna uno de los temas que sintetizan – y/o desagregan, diseccionan- parte de la identidad colectiva argentina.

Una mañana de sol, frente al Centro Pompidou. Alejandro me espera bajo un sombrero sentado en una de las mesas del Café Beaubourg. Habitante de París desde las épocas oscuras de nuestro país, me recuerda de la inconmensurable experiencia del exilio. De sus sinsabores, sus hazañas y de la cotidiana lucha. Militante del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, se vio en la necesidad de salir del país como tantos otros y otras. Era el año 1976, y tras diversos episodios en su núcleo de compañeros, familiares y amigos, el largo camino del desarraigo comenzó por Uruguay, luego unos años en Brasil, para más tarde tomar vuelo definitivo hasta l’hexagone a comienzos de los '80.

Es así que los principales organismos de derechos humanos en Francia, como lo fueron la Commission Argentine des Droits de l'Homme (CADHU), el Centre Argentin d'Information et de Solidarité (CAIS) y la Commission de Solidarité des Parents des Prisonniers, Disparus et Tués en Argentine (COSOFAM), establecieron una mesa conjunta para la redacción de una solicitada que pudiera comprender a las principales organizaciones del exilio argentino y de solidaridad franco-latinoamericanas en torno al conflicto del Atlántico Sur.

La actividad contra la dictadura y la lucha por los derechos humanos fue constante en los exilios argentinos alrededor del mundo, y tuvo en la ciudad de París uno de sus epicentros. Campañas como las denuncias contra las atrocidades que se daban en el país aprovechando el marco del Mundial de 1978, o la presión sobre las Naciones Unidas para que trate la desaparición forzada de personas, en el marco del “Coloquio de París” a principios de 1981, fueron una de sus victorias. Lejos de negar el protagonismo que tenían las organizaciones que luchaban en el país en contra de la dictadura, como las enormes Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, los grupos de argentinos en el exilio en cooperación con organismos internacionales de derechos humanos (como Amnistía Internacional o el protestante Comité Inter-Mouvements Auprès des Évacués - CIMADE) aportaron una presión decisiva desde el frente externo a la dictadura que había llevado a límites insospechados la violencia y la muerte para-estatal iniciada en 1974 con la Triple A.

La solicitada en cuestión sale publicada en Le Monde con el título “Au Peuple et au Gouvernement Français” (“Al pueblo y al gobierno francés”), con fecha del 7 de mayo de 1982. Lleva la firma de las instituciones redactoras CAIS, COSOFAM y CADHU, junto con quince comités de solidaridad latinoamericanos y ciento sesenta y un personas (entre los cuales figuran apellidos de la estatura de Cortázar, Cedrón, Gelman, Estrella y Soriano). Alejandro Maudet estuvo entre los protagonistas que dieron forma a la solicitada y relata las dificultades internas de poder mancomunar un extenso comunicado donde, al mismo tiempo, se pudiera generar una amplia adhesión que fuese lo suficientemente representativa del exilio argentino y del resto de los latinoamericanos en Francia, todo lo cual llevó cerca de un mes de intensa labor y negociación. Las dos posturas que polarizaron la redacción, tanto en el seno de las agrupaciones argentinas como en las latinoamericanas, explica Alejandro, se estructuraron fundamentalmente alrededor de dos ejes: las visiones “universalistas”, que emparejaban los sucesos de Malvinas con lo ocurrido con el fútbol en 1978, dándoles un sentido meramente instrumental – circense - por parte de la dictadura; y por otro lado, las interpretaciones con matices más cercanos al reconocimiento de la legitimidad del reclamo histórico de Malvinas y de la legitimidad cultural del fútbol en la sociedad argentina.

Aunque ya a principios de los '80 la efervescencia política y social en torno a estas urgencias había mermado sensiblemente en París, ocurrió un sobresalto de la historia que puso en vilo a gran parte del mundo. Alejandro relata ese momento como parte de esos eventos disruptivos en la historia, en los cuales la primera respuesta que adviene es la de la incredulidad absoluta, que volvió a sentir con la muerte de Néstor Kirchner. La primera vez que escuchó la noticia ocurrió en el marco de una reunión de exiliados del peronismo en Madrid, días antes del estallido de la guerra, de manera que no dio mayor crédito a lo que le adelantaba su interlocutor, al no verlo replicado por los grandes diarios internacionales. Pero la estupefacción arribó unas jornadas más tarde, cuando la cobertura de la noticia de la invasión de las Islas Malvinas por

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El formato de la solicitada es por demás interesante. Inicia con un preámbulo que reza de la siguiente manera: “Nosotros, hombres y mujeres de América Latina, organismos de solidaridad y agrupaciones culturales, frente a las reacciones contradictorias manifestadas luego de la recuperación las Islas Malvinas y frente a la actitud belicista anglo-estadounidense que pone en peligro la paz internacional, declaramos:”. A continuación le siguen seis apartados de considerandos que llevan por título: “Los objetivos de esta intervención”, “Argentina: seis años de terrorismo de Estado”; “Las Islas Malvinas: soberanía argentina”; “Las intervenciones coloniales en América Latina”; “La agresión británica” y “Un enfrentamiento Norte-Sur”. En dichos apartados se intentan condensar gran parte de datos y hechos históricos que pudieran situar en un contexto complejo el estallido de la guerra, y reflejan a su vez las tensiones alrededor de los debates por el sentido profundo de la guerra de Malvinas. Estas tensiones no son sólo pertenecientes al desafío de redactar un extenso documento con más de un centenar de firmantes, sino que condensan gran parte de las disputas que aún hoy se dan en torno a la guerra de Malvinas. Como símbolo de ello en Argentina se retomó en los últimos años, sobre todo a partir de la labor pedagógica en el Museo Malvinas, el fuerte símbolo de “Las tres plazas”, que ponen de relieve estas tensiones vividas al seno mismo de la sociedad y la política nacionales: la plaza de la manifestación conocida como “Paz, Pan y Trabajo” que protestó frente al autoritarismo y la penuria económica el 30 de marzo; la plaza del 10 de abril donde la multitud vivó la temeraria sentencia “¡Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla!” que lanzó el dictador Leopoldo Galtieri; y la plaza del final, la del 14 de junio, día en que se formalizaba la rendición argentina frente a las fuerzas británicas y en donde multitudes salieron a volcar su congoja y desesperanza contra un gobierno corrupto y sangriento.

de la democracia, la paz y el respeto a los derechos humanos, y a los derechos políticos y sociales.” −“Afirmamos que solamente el pueblo argentino en pleno ejercicio de la soberanía popular tiene el derecho de encontrar una solución definitiva al conflicto de las Islas Malvinas y a todo conflicto que concierna a la soberanía nacional de la República Argentina.” Las apreciaciones de Alejandro en torno a la redacción y el contexto de época de esta solicitada constituyen un testimonio privilegiado. Aún con todas las dificultades nacidas al momento de consensuar todos los puntos y el desafío de interpelar al pueblo y gobierno franceses - tan permeables a interpretaciones que reducían la interpretación de la violencia política argentina a un enfrentamiento entre dos bandas o aparatos equiparables-, la solicitada sigue despertando debates en torno a su composición, prueba de que quizá estos temas sigan pendientes: ideas como democracia, terrorismo de Estado, la guerra, la victoria, la derrota, las multitudes, las pasiones y el dolor son algunas de las que resuenan como un estruendo potente cada vez que se trae a la memoria a Malvinas. Alejandro nos hace recordar - nos trae a la memoria - una parte de esta constelación de interpretaciones, que también tuvo sus ecos bien al norte. Él invita a la mesa del Café Beaubourg a Saavedra Lamas, el primer premio Nobel de la Paz argentino (y latinoamericano), cuando sentenció en torno a la Guerra del Chaco que “la victoria no da derechos” - retomada del canciller de Sarmiento Mariano Varela, luego de la cruenta guerra de la Triple Alianza – para agregar él mismo la continuación de su autoría: “la derrota tampoco”, tal vez como manera de expresar que todo conflicto armado encierra en sí mismo la incongruente búsqueda de un derecho a través de su imposición por la fuerza. Agradecemos a Alejandro Maudet por su testimonio. Actualmente, Alejandro es vicepresidente del Observatoire de l'Argentine Contamporaine en París. Desde principios de la década del '80, mantuvo una activa militancia a partir de su exilio en esta ciudad, donde reside hasta el día de hoy. Entre las acciones de las cuales participó se encuentra la publicación, en Francia, de esta solicitada en torno al estallido de la Guerra de Malvinas.

La parábola de Las Tres Plazas, leída con la ventaja del paso de la historia, puede dejarse también entrever entre las líneas de la solicitada. Sin embargo, el valor agregado de la solicitada está arraigado en la transparentación de estas tensiones, ya que en el mismo momento en Argentina las visiones divergentes que pudieran colocar matices o interrogantes allí donde reinaban la certidumbre y la algarabía eran casi completamente marginales. Entre esos marginales de esta historia, tal y como desde los inicios, no se pueden olvidar a las Madres, que con su proclama “Las Malvinas son argentinas, los desaparecidos también” lograron inspirar con su coraje a la solicitada de París. En la conclusión del escrito, que tomó cuerpo alrededor de cinco puntos declarativos, podemos ver la condensación de la tensión mencionada con anterioridad: −“Exigimos el cese al fuego definitivo, la partida de la flota inglesa del Atlántico Sur, el reconocimiento de la soberanía del pueblo argentino sobre las Islas Malvinas.” −“Expresamos la total condena a la agresión del imperialismo anglo-estadounidense.” −“Pedimos al pueblo y al gobierno francés y a los miembros de la C.E.E. [Comunidad Económica Europea] que no se solidaricen con la política llevada adelante por la Sra. Thatcher, y que aporten su contribución para una solución pacífica del conflicto.” −“Reclamamos la mayor solidaridad para con la lucha del pueblo argentino contra la dictadura militar y por el restablecimiento

Pedro Munaretto

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Ricardo Mosner

Nombre de la obra: Cabecitas vs. Gurkas Medidas: 21 x 29 cm TĂŠcnica: mixta

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Entrevista 65

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Entrevista a la Embajadora Alicia Castro para Ensemble – Casa Argentina de París 1. Al ocupar el cargo de la máxima representación del Estado argentino en Gran Bretaña en 2012 ¿Cómo sintió que influyeron su formación personal y su conocimiento de la cultura británica?

generadas por el Reino Unido. Hoy las acciones de nuestra Embajada se orientan en los siguientes conceptos: -La Argentina no constituye una amenaza bélica para el Reino Unido ni para los habitantes de las Islas Malvinas: nuestro país nunca más irá a una guerra por las Malvinas. -No tenemos un conflicto con los habitantes de las islas Malvinas, se trata de una controversia territorial.

Recordamos que fui Secretaria General del Sindicato de Aeronavegantes y desde 1991 milité también en el sindicalismo internacional. Durante casi 20 años integré el Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF), que nuclea alrededor de 700 sindicatos, que representan a 5 millones de trabajadores y trabajadoras de todas las secciones del transporte en el mundo entero y tiene su sede central en Londres. Todos estos años, viajé a Londres una o dos veces por año para atender reuniones sindicales. Eso me permitió ganar experiencia en materia de campañas internacionales de solidaridad y establecer contactos que, desde la Embajada, aprovechamos para difundir nuestro mensaje de diálogo. Ahora la dirigencia sindical del Reino Unido acompaña activamente nuestra convocatoria al diálogo en la Cuestión Malvinas, como lo han manifestado, entre otros, directivos de UNITE, la mayor organización gremial del Reino Unido. Tenemos también una plataforma de pensamiento y acción entre los británicos que militan en las organizaciones de solidaridad con Venezuela, con Cuba, con Bolivia, con Ecuador. Ahora también acompañan activamente nuestro llamado al diálogo y el rechazo a los fondos buitre. Además, mis ocho años de experiencia como diputada en el Congreso Nacional y la participación en Grupos Parlamentarios de Amistad me ayudaron a comprender el poder de la diplomacia parlamentaria para promover el diálogo político y el entendimiento entre los pueblos. Hemos organizado fructíferos encuentros entre parlamentarios argentinos y británicos.

La gran mayoría de los habitantes de las islas Malvinas son británicos -y pueden seguir siéndolo si así lo desean- pero el territorio en el que habitan no lo es. El derecho de los pueblos a la libre determinación no es aplicable a los habitantes de las Islas Malvinas. En derecho internacional, no toda comunidad humana establecida en un ámbito geográfico dado es titular del derecho de libre determinación, sino únicamente los “pueblos”. Los actuales habitantes de las islas Malvinas no son reconocidos como un “pueblo” por las Naciones Unidas ni han sido víctimas de una dominación colonial. Tienen muchos derechos, pero no el de decidir el destino del territorio en el que habitan. El gobierno del Reino Unido manipula el argumento de la libre determinación como una estrategia para eludir la obligación que le impone el derecho internacional de resolver la controversia por vías pacíficas y diplomáticas. -La presunta “hostilidad” de Argentina hacia los habitantes de las Islas Malvinas es una fabricación mediática; es la burda excusa que esgrime el gobierno británico y el lobby isleño para intentar justificar la ausencia de diálogo y de negociaciones. -El día que la Argentina vuelva a ejercer su soberanía en Malvinas, los habitantes de las Islas Malvinas tendrán una vida mejor: tendrán acceso a un sistema de salud y a la educación universitaria pública y gratuita; podrán elegir a sus autoridades, como cualquier provincia argentina, mientras que hoy su ilegitimo “gobernador” es designado por el Gobierno del Reino Unido en Londres; podrán elegir a sus representantes al Congreso nacional, podrán obtener un pasaporte argentino y mantener, si así lo desean, su nacionalidad e identidad británicas.

2. En torno a la gestión cotidiana de la Embajada Argentina en Londres ¿Cómo incide la cuestión Malvinas en los espacios tradicionales de acción de cualquier Embajada? La Cuestión Malvinas es central en la Embajada Argentina en el Reino Unido1 y desarrollamos nuestras actividades en las cuatro Naciones: Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Además de la promoción comercial de la “marca argentina” hacemos muchos eventos para difundir nuestras industrias creativas y culturales. La cultura es una herramienta eficaz para cambiar las percepciones de un país.

En Argentina continental viven felizmente cerca de 250 mil británicos y descendientes de británicos, a quienes nuestro país brinda oportunidades, respeto y amistad. Entre ellos se cuentan alrededor de 50 mil galeses y descendientes de galeses, en la Patagonia y en otras partes del país. Este año se cumplen 150 años de su llegada, y hemos organizado importantes celebraciones a ambos lados del Atlántico. Los galeses han logrado conservar su modo de vida, sus costumbres, preservar su lengua y su identidad cultural. La colonia galesa de Argentina es un perfecto ejemplo del respeto, la amistad y las oportunidades que brinda nuestro país a los británicos y descendientes de británicos.

3. En 2015 se cumplen 50 años de la Resolución 2065 de las Naciones Unidas instando al diálogo sobre la cuestión Malvinas entre Gran Bretaña y Argentina. Si tuviera que resumir los ejes principales de la posición argentina en el marco de la desarticulación del argumento británico ¿Cuáles serían actualmente y cómo evolucionaron a lo largo de estas seis décadas?

4. Ernesto Alonso, titular de la Comisión Nacional de ex– combatientes de la guerra de Malvinas y miembro del Centro de Ex Combatientes de las Islas Malvinas (CECIM) de la ciudad de La Plata, expresó en una entrevista que "Si algo nos alejó de Malvinas fue esta terrible decisión tomada

Desde la aprobación de la Resolución 2065, nuestro mensaje, basado en el multilateralismo y el derecho internacional, fue incorporando respuestas a las distintas argumentaciones

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por la dictadura”2, en referencia a la decisión de establecer una recuperación por la vía armada. ¿Cómo afecta la guerra en las actuales discusiones respecto a la soberanía de las Islas?

diálogo se encuentra un creciente conjunto de británicos, sobre todo jóvenes y progresistas, que no quieren verse identificados con una política colonialista. Pero también los pacifistas preocupados por la creciente militarización en el Atlántico Sur; las organizaciones ambientalistas que reconocen que la explotación petrolera en las Islas Malvinas podría resultar en un desastre ecológico; los ciudadanos británicos que, como consecuencia de la crisis económica, sufren los ajustes en su sistema de salud, el aumento del costo de la educación, los drásticos recortes a los programas de desempleo, y rechazan que su gobierno haga un gran gasto en defensa, solventando con sus impuestos los crecientes costos de una base militar en Malvinas. ¿Para qué mantener–se preguntan–a 1.500 soldados apoyados por submarinos, helicópteros y misiles sin ningún propósito en unas islas remotas, para afrontar una amenaza que no existe y detener una “invasión” que nunca ocurrirá?

Desde la guerra de 1982 el gobierno británico se niega a negociar sobre la controversia de la soberanía. Algunos sectores políticos y mediáticos británicos intentan imponer la idea de que la guerra habría “resuelto” la Cuestión Malvinas, lo que es absolutamente falso, como quedó demostrado con la Resolución 37/9 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que, a meses de finalizado el conflicto, hizo un nuevo llamado a la Argentina y al Reino Unido a reanudar las negociaciones. 5. El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, expresó lo siguiente respecto de la cuestión Malvinas: "Para articular el habla de los acuerdos a la que la otra parte se niega, es preciso despertar el corazón intrincado de la historia, lo que precisamente Conrad llamó 'el corazón de las tinieblas'"3. Uno de estos puntos intrincados, a colación de la sentencia de Ernesto Alonso, consiste en pensar que la guerra fue llevada adelante por una dictadura, por lo que el pueblo argentino también fue víctima de su accionar. ¿Cómo cree que la sociedad británica contempla esta cuestión?

7. Durante la conferencia que dictaron el pasado 14 de abril en la Embajada argentina de París el secretario Daniel Filmus y el senador francés Michel Billout, se manifestaron dos preguntas entre los asistentes. La primera planteaba la cuestión de una recuperación parcial. Es decir, ante la eventual imposibilidad del reconocimiento total de la soberanía argentina sobre el conjunto de las islas, proponer un reclamo parcial sobre Gran Malvina y los territorios menos habitados por los británicos. ¿Qué piensa usted de este planteo? La segunda pregunta apuntaba a una reflexión sobre la nacionalidad de los isleños en el caso de que la soberanía fuera reconocida. ¿Cómo se articularía administrativamente la nacionalidad y los derechos y obligaciones ciudadanos, sobre todo electorales, de los isleños? ¿Se contemplaría la posibilidad de una doble ciudadanía?

La aventura militar fue decidida por una cruel dictadura, la Junta de genocidas que entonces gobernaba la Argentina, como una maniobra artera para mantenerse en el poder. Por su parte, la actitud del gobierno de Margaret Thatcher impidió toda solución pacífica, buscando también un rédito electoral. Hoy nuestro país vive en un sistema democrático orientado por los valores de verdad y justicia, que asigna un papel central a los derechos humanos. Esta es una realidad que el público británico empieza a reconocer, sobre todo gracias a la política de derechos humanos de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Por eso es inadmisible que el gobierno del Reino Unido, que negoció con dictaduras militares entre 1966-1973 y 1976-1982, se niegue hoy a dialogar con un gobierno democrático y popular.

Lo fundamental aquí es reanudar el diálogo e impulsar la negociación. Como consecuencia de la Resolución 2065, desde 1966 y hasta 1982 ambos países contemplaron diversas soluciones, incluyendo la transferencia del ejercicio de la soberanía a la Argentina, la administración conjunta y el retroarriendo o “leaseback”. En las negociaciones podrían surgir otras alternativas. En cuanto a la nacionalidad de los isleños, tenemos claro que ellos son británicos y quieren seguir siéndolo, pero el territorio en el que habitan no lo es.

6. Malvinas en el ideario colectivo argentino es un tema presente y recurrente. ¿Qué lugar ocupan las Islas en el imaginario colectivo británico? ¿Existe algún tipo de reflexión por parte de la sociedad británica respecto del rol del Reino Unido en la historia del colonialismo?

El Reino Unido y la República Argentina tienen la oportunidad de dar un ejemplo al mundo solucionando la Cuestión de las Islas Malvinas por medios pacíficos y diplomáticos. Por encima de todo, tenemos la obligación y la responsabilidad de no dejar sin resolver la controversia y sus consecuencias a las futuras generaciones.

Malvinas no es un tema central en el ideario colectivo británico. La gran mayoría se enteró de la existencia de las Islas durante la guerra de 1982. Entre los sectores que hoy nos apoyan en nuestro llamado al

Alicia Castro

Es Embajadora de la República Argentina ante el Reino Unido desde el año 2012, donde tiene una voz protagonista en la defensa de los intereses argentinos en torno a las Islas del Atlántico Sur. Previamente se había desempeñado como Embajadora ante la República Bolivariana de Venezuela desde 2006 hasta 2011. Fue además Diputada de la Nación y Secretaria General de la Asociación Argentina de Aeronavegantes.

(1) La Embajada Argentina en el Reino Unido ha publicado en el año 2014 en edición bilingüe, el libro “Diálogos por Malvinas, Reflexiones y acciones desde la Embajada Argentina en Londres - Malvinas Matters, Notes from the Embassy of Argentina in London” al que se puede acceder en este link: http://www.argentine-embassy-uk.org/docs/malvinas/Documentos/Dialogos_por_Malvinas-Malvinas_Matters.pdf Asimismo, la Embajada Argentina ha publicado el cuadríptico “Islas Malvinas. Argentina, sus derechos, y el diálogo necesario” al que se puede acceder en este link: http://www.argentine-embassy-uk.org/malvinas_esp.pdf (2) Ernesto Alonso: “Si algo nos alejó de Malvinas fue esta terrible decisión tomada por la dictadura”. La Jornada, Argentina, 05/04/2015, http://www.lajornadaweb.com.ar/ernesto-alonso-si-algo-nos-alejo-de-malvinas-fue-esta-terrible-decision-tomada-por-la-dictadura/ (3) "Malvinas, literatura y política”, Diario Página12, 18/06/2012, http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-196628-2012-06-18.html

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Roberto Platé

Nombre de la obra: ¨LAS MALVINAS SON DE ARGENT - INE ¨ Medidas: 14x20 cm Técnica: mixta, gouache, argent, collage

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Malvinas en la literatura y en la crĂ­tica 69

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Cruz del Sur, Cruz en el Sur por Rodolfo Braceli 1

Umbral al estaqueado La de Malvinas no fue una guerra, fue una desguerra. Además de criminal, patética. Nunca será tarde para preguntarse hasta qué punto, como sociedad, nos engañaron y hasta qué punto nos dejamos engañar, al compás de los pulpos medios de descomunicación. En cuestión de días pasamos de la euforia obscena a la depresión vergonzante. Demasiados argentinos vivieron la desguerra con la adrenalina y la expectativa de un campeonato mundial de fútbol. A décadas de aquella suicidante bravuconada, para la verdadera reconquista de lo tan perdido, tendremos que aprender otros corajes menos sonoros: el coraje de la imaginación y el coraje de la paciencia. Sabiendo que la paciencia no es resignación, es lo contrario. Como nos vienen enseñando las Madres Abuelas, tan porfiadas, tan parteras ellas. Hay cuestiones que hacia adentro nos siguen pendientes. En las Islas hubo torturadores que demostraron su extraordinaria cobardía a la hora de la batalla. Torturadores que flagelaron a jóvenes inermes. Varias docenas de estaqueados hoy siguen reclamando a la justicia por aquellas atrocidades, de lesa humanidad, que no prescriben ni prescribirán mientras haya sol. Conviene tener a mano un espejo a la hora de hacer memoria sobre la desguerra. Sin bajarle la mirada al espejo, rememoremos la escena de aquel soldado, atravesado de hambre, que robó una lata de dulce. Fue estaqueado en la intemperie del arduo sur, durante la interminable noche del 25 de mayo de 1982… Hay un momento en el que la palabra lanzada a la reflexión no nos alcanza; no es suficiente, resulta poca la prosa reflexiva, y uno necesita cierta tensión, entonces se desata algo que puede ser un poema.

(1)Poeta, escritor, dramaturgo, periodista. rbraceli@arnet.com.ar www.rodolfobraceli.com.ar Nació en Luján de Cuyo, Mendoza, en 1940, desde 1970 vive y trabaja en Buenos Aires. Entre 1975 y 1980 se vio impedido de escribir para diarios y revistas argentinas. Es poeta, narrador, dramaturgo, ensayista, periodista y autor de más de treinta libros. Varias de sus obras fueron traducidas al inglés, francés, italiano, coreano, polaco y quichua. El primero de sus libros, Pautas eneras (1962), fue prohibido y quemado en Mendoza por mandato del gobierno de facto del momento.

Observemos a aquel soldado argentino estaqueado que gime por su madre. Sucede en carne viva, arrojado a la absurdidad. Escuchémoslo al desguarnecido, está intentando conversar con su inalcanzable madre lejana…

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Cruz del Sur, Cruz en el Sur –De espalda, de cara a todo el cielo, aquí estoy: me han crucificado en la tierra, mamá. Y tengo frío, tanto frío. No me quedan fuerzas ni para tener hambre, estoy anegado de miedo, me duele tanto el aire, ¿cómo era respirar, mamá? Y qué oscura es la noche, esta noche: sin una estrella sin lucero sin nada de luna. Ay, si mañana es como hoy, no me despiertes, mamá. –¿Estás? ¿Estás ahí? Nada, no me responde tu aliento. Pobrecita mamá, pronto te dirán madre. Ay, madre, madre, ¿por qué me has abandonado? –Hijo, hijito, ya vuelvo. He salido a buscar a la patria. –No vayas, madre, no vayas: a la patria la han saqueado. –Los saqueadores, hijo, ¿quiénes son? –Son ellos, madre: los que sacando pecho y alzando el mentón miran el desfile desde el palco. Los bien comidos los bien abrigados los bien seguros los mal paridos. Los que nunca se rozaron con el honor. Los que eructan el grito sagrado. Ellos, mamá, los siempre ilesos. ((Al estaqueado, contra la tierra tan crucificado, ahora el cielo lo mira desde muy arriba. Pero no baja el cielo. Lo escucha al soldado, pero no suelta palabra. Se queda en el cielo, el cielo. ¿Indiferente o estupefacto? ¿Aterrado o acielado? Dios no puede no ver lo que ve y entonces se tapa la cara se tapa la mirada se tapa el horror. Dios mío, gime Dios.)) Silencio y sur. Y cruz del sur. Y cruz en el sur. La escandalosa impunidad de la nieve. Damas y caballeros, aquí no ha pasado nada. Como siempre. ((Aquí no ha pasado nada. Pero a las palabras que se lleva el viento, el mismo viento las devuelve. Escuchemos. Sigamos escuchando sin bajarle la mirada el espejo.)) –Madre, madre, ¿por qué me has abandonado? –Hijo, hijito, he salido a buscar a la patria. –Madre, te dije que no fueras, de la patria sólo queda un agujero con forma de mapa. –Encontraré, hijito, encontraré a la patria… –¿Dónde, dónde? –Debe estar guardada vientre adentro de la Patria Grande. –Vuelve, madre, vuelve pronto. Pero si mañana es como este 25 de mayo de 1982, no me despiertes, no quiero día de mañana. Pronto, coseme los párpados.

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Cementerio militar argentino en Puerto Darwin. Del total de 649 argentinos que murieron en la Guerra de Malvinas, 237 de ellos fueron enterrados en este cementerio, más de la mitad de los cuales se halla sin identificar. Todos ellos fueron declarados por la Argentina como «Héroes nacionales» a través de la Ley Nacional 24.950 de 1998. El 11 de diciembre de 2008 el gobierno de Argentina declaró al cementerio lugar histórico nacional mediante el decreto N.° 2131/2008 © Tomás Terroba - Foto galardonada con el 1er puesto en el concurso Wiki Loves Monuments - Argentina 2012, y con el 8vo puesto en la edición internacional del mismo concurso.

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El ahorcado por Juan Diego Incardona 2 (del libro Villa Celina, Buenos Aires, Editorial Norma, 2008, reeditado por InterZona, 2014)

(2) (1971). Dirigió la revista el interpretador. Publicó Objetos maravillosos (2007), Villa Celina (2008), El campito (2009), Rock barrial (2010), Amor bajo cero (2013), Melancolía I (2015), y cuentos en distintas antologías. Actualmente, realiza actividades en escuelas y bibliotecas populares, en representación de CONABIP. Trabaja en el programa “Memoria en Movimiento” de la Secretaría de Comunicación Pública, coordina ciclos de cine en el ECuNHi, y es columnista de literatura en el programa “Viaje al centro de la noche” (Radio América AM 1190).

Me acuerdo que llovía. No. Más bien garuaba. Corría 1982 y estábamos en plena guerra. En el colegio todo estaba embanderado. Nosotros con escarapelas. Mi hermana María Laura había ganado en su salita una tortuga que se llamaba Argentina. Todavía muerde los pies en la casa de mi familia. En otra salita había una tortuga que se llamaba Malvina. En otra, Soledad. A todas las sortearon. Mi hermana traía a Argentina, que era muy chiquita, en una caja de zapatos. Yo tenía una radio que me había regalado mi abuelo y que había llevado al colegio para escuchar información sobre lo que estaba pasando en las Malvinas. Estaba obsesionado. Era chico pero la guerra me fascinaba. En casa, los soldaditos luchaban en la pieza o se disputaban baldosas entre las macetas del patio.

arrancamos otra vez y seguimos viaje. Pasamos el barrio Piedrabuena, después Madero, hasta que por fin llegamos a Chilavert y nos bajamos.

Mis recuerdos son confusos. Estaba la guerra y la escuela. Estaban mi hermana, otros chicos y yo en la parada del colectivo, esperando el 28 o el 21 en el puente Chicago en Mataderos, sobre la General Paz debajo de la Avenida de los Corrales. Era otoño, no me acuerdo bien qué mes. Oscurecía rápidamente. Parece un pozo de sombras la noche y garúa, se acentúa la garúa en la memoria ahora que vuelvo, al puente y a la loma del costado donde nos tirábamos con mi hermana para rodar y reírnos interminablemente. Dejamos pasar dos colectivos que venían llenos porque era imposible subir. La lluvia se hacía más intensa, creo. Llegó el 28. Subimos. Dos escolares. Era un día especial, con detalles para el futuro, para este relato. Llegando a Crovara, una frenada fuerte, un golpe. Era la primera vez que estaba en un choque. Varios pasajeros quedaron despatarrados en el pasillo. Mi hermana entre ellos. La levanté. Empezó a llorar, pero estaba bien. ¡Argentina! ¡Argentina!, me decía, desesperada. La caja estaba tirada debajo de un asiento, abierta. La tortuguita ensayaba sus primeros pasos en medio del desconcierto.

Por suerte, un 143 asomó la nariz por Avenida Cruz, en Lugano, al otro lado de la General Paz. Dio la media vuelta por Chilavert y nos levantó. El chofer nos dejó pasar sin pagar. Esta vez no tuvimos problemas. San Pedrito derecho, llegamos a Olavarría. Nos paramos y tocamos el timbre. Antes de bajar, pudimos ver el amontonamiento de gente. Qué pasa, preguntó mi hermana. No sé, ni idea. Nos bajamos. Frente a nosotros, un grupo bastante numeroso rodeaba el Tanque de Celina. Cruzamos la calle y nos acercamos. Nos metimos entre la gente hasta que llegamos a la parte de adelante. Allí lo vimos. Es una estampa en mi cabeza: del árbol viejo junto al Tanque cuelga un bulto pesado, oscilante.

Volví a meterla en la caja y se la di a María Laura, que de a poco se calmó. Los pasajeros volvían a ponerse de pie. El chofer tenía bigotes, estoy seguro. Yo me golpeé la frente con un fierro. Tenía un chichón. Del lado derecho. Después de un rato,

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Miré a lo lejos, a ver si venía el segundo colectivo. Hacia atrás el día se volvía nocturno tras su manto de neblinas y rocío helado. Generalmente caminábamos las diez cuadras hasta nuestra casa, en Ugarte y Giribone, pero a veces esperábamos el 143, o el 36, como en esta oportunidad fría, oscura, de noche otoñal cada vez más cerrada. María Laura lloraba por momentos y recordaba el choque. Los colectivos no venían más. Nuestra madre estaría preocupada. Para distraer a mi hermanita se me ocurrió prender la radio. Hablaban de la guerra. “Combaten en las Georgias soldados heroicos de la Patria.”

Nadie podía tocarlo. Esperaban a un juez o algo así. Como Galileo observando las arañas en la catedral de Pisa, ahora lo sé, nosotros, ojos vírgenes, veíamos el balanceo del péndulo en aquél, nuestro primer muerto. Ahhh, gritó mi hermana. Le tapé los ojos. Yo no pude dejar de mirarlo: su figura recortando el aire, modificando ese paisaje para siempre, aunque fue sólo un momento breve, rodeado de gente pero tan solo. Después de un rato volvimos a casa. Me acuerdo que llovía. No. Más bien garuaba. 1982. Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña.


La Guerra de Malvinas: contrarrelatos (fragmento)

por Martín Kohan 3 (del libro El país de la guerra, Buenos Aires, Eterna Cadencia Editora, 2014)

Tal vez habría que preguntarse por qué razón tantas personas recuerdan, o creen recordar, que en junio de 1982 contabilizaron, al mismo tiempo, goles y aviones: los goles convertidos por la Selección Argentina en el Mundial de España y los aviones derribados por el Ejército Argentino en la Guerra de Malvinas. En rigor de verdad, las cosas no sucedieron de ese modo. La guerra terminó el 14 de junio, con la rendición de Puerto Argentino rubricada por Mario Benjamín Menéndez, y el mundial empezó apenas el 13 de junio, tan sólo un día antes, con el partido que el equipo argentino perdió frente a Bélgica por un gol a cero. La memoria colectiva (que, al igual que cualquier otra memoria, muchas veces hace trampa) inventó la superposición temporal, sin dudas porque la necesitaba. Porque esa memoria falsa, siendo falsa, no deja, con todo, de expresar una verdad (en el sentido en que puede expresarla un acto fallido). Los partidos de fútbol suplieron eso que faltaría en el tramado de los relatos de la guerra: una épica nacional. Sin dejar de ser, por supuesto, un hecho finalmente baladí, en completo contraste con un acontecimiento definitivamente trágico, los partidos jugados por el seleccionado argentino asumieron ese intenso tenor épico que las terribles vicisitudes de la invasión y los combates no terminaban de admitir. En ese sentido, entonces, no resulta tan forzada la mezcla retrospectiva de esos dos elementos tan dispares, los goles y los aviones, porque en términos de la activación de una mitología patriótica y su correspondiente maquinaria de fabricación de valores, hubo en definitiva una cierta épica deportiva justo donde (y justo cuando) había fallado una épica guerrera.

escribe Los pichiciegos cuando en las islas todavía se lucha), la literatura registra ese déficit de epicidad, y lo convierte en su principio constructivo. Casi una poética de género o de subgénero: la suspensión de toda impronta épica, y más que eso: la suspensión de toda épica nacional. Es notoria la eficacia de ese andamiaje de valores a la hora de erigir el impulso de guerra; lo prueban la existencia de voluntarios, la completa legitimación social para el acto de matar, la no menos completa validación social para el hecho de morir (nadie pierde la vida en una guerra, todos la dan). Pero es igualmente notoria la manera poco menos que instantánea en que ese andamiaje se desmorona apenas dicho orden de valores (los de la soberanía territorial, la identidad definida en el Estado, la justicia de las grandes causas, el sacrificio por la patria, el sentido del deber) se lesionan y se corrompen, ceden, se desgajan, se deterioran. La literatura argentina cuenta la guerra de las Malvinas previa dinamitación de esos dos grandes pilares de sustento: la vibración de los tonos épicos y la fundamentación de los valores de la identidad nacional. No todos los discursos disponen de condiciones de posibilidad para una liquidación de esta índole. En el registro testimonial, por lo pronto, hay un límite muy difícil de franquear: no se puede vaciar totalmente de sentido a lo que pasó en Malvinas. De los soldados argentinos de Malvinas no puede decirse eso que Walter Benjamin dijo de los soldados de la primera guerra mundial: que volvían mudos del frente de batalla; más pobres, y no más ricos, en experiencias transmisibles. Ya en 1982, a poco de acabarse la guerra, apareció un libro de entrevistas donde los soldados argentinos narraban sus experiencias en las islas. Era Los chicos de la guerra, de Daniel Kon, y su título se convirtió en un emblema. Tampoco puede decirse que no hubiese interés en atender a estos relatos; el libro agotó varias ediciones en pocos meses. Casi quince años más tarde, con un armado textual bien diferente, Graciela Speranza y Fernando Cittadini componen otro relato, testimonial y coral, sobre la experiencia de los soldados en las Malvinas, con el título de Partes de guerra. En un momento y en otro, las perspectivas son diversas, tan diversas como pudieron serlo las circunstancias vividas y el temperamento de quienes las vivieron; pero aun así a lo largo de esos testimonios se percibe un cierto consenso, y hasta podría decirse que una cierta unanimidad, acerca de la legitimidad y la relevancia de la empresa de recuperación de las islas, la vigencia prácticamente intocada de los credos de la argentinidad, con sus correspondientes vehemencias y sus correspondientes emociones, y la disposición manifiesta a volver a pelear por las islas Malvinas en una guerra, siempre que se cuente con eso que en el ’82 tanto faltó: una preparación adecuada, una dirección inteligente, un pertrechamiento satisfactorio.

No hay por qué decidir que esta vacancia se debe a la derrota, al hecho en sí de haber perdido la guerra de las Malvinas. Porque en definitiva, y aunque con una retórica eventualmente laboriosa, bien puede darse también una épica de la derrota, un relato del combate perdido que no obstante distinga hazañas y consagre héroes (ver por ejemplo el capítulo dedicado a Cancha Rayada en la Historia de San Martín de Bartolomé Mitre, ver por ejemplo Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo de Ernesto Guevara. O incluso, por qué no, la cobertura periodística del mundial de fútbol de 1982, que de hecho se perdió también). No es imposible que vibre una épica en el relato de una guerra perdida; pero, ¿puede pasar lo mismo cuando los soldados vuelven del frente de lucha y cuentan que han sido víctimas más que nada de sus propios oficiales? ¿Puede pasar lo mismo cuando en esos relatos el hecho de caer en manos del enemigo implica el aliviado acceso al abrigo, al alimento, al cuidado, al trato digno? Y sobre todo, ¿puede pasar eso mismo cuando la dramática circunstancia de rendirse y perder la guerra adquiere un sentido políticamente dichoso? La épica es ni más ni menos que el punto de intersección privilegiado de la guerra con la literatura. Se cruzan ahí, se citan y se encuentran ahí, justo ahí: en la epopeya. Quizás por eso la literatura pudo detectar tan prontamente el déficit de epicidad que presentaba la guerra de Malvinas. Dura hasta el presente la pugna semántica del significante “héroes” contra significantes tales como “chicos” o “veteranos” o “ex combatientes”. Antes incluso de que la guerra terminara (como se sabe, Fogwill

En el registro discursivo del testimonio de las vivencias de guerra, esa clase de fundamento parece imposible de quebrar. La literatura, en cambio, empieza por vaciarlo y por desalojarlo. Sin esa clase de ruptura más radical, los cuestionamientos a la guerra se formulan en lo principal desde dos perspectivas: por un lado, una perspectiva antibélica de carácter general, que apela 75

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a la superación de las diferencias entre naciones invocando otros valores de carácter universal; por el otro, una perspectiva concretamente anclada en lo que fue la guerra de Malvinas, las privaciones y las humillaciones padecidas por los pobres soldados argentinos que se vieron librados a su suerte, al frío y a las arbitrariedades cometidas por sus propios jefes.

inclaudicable por definición. El cimbronazo que sobre este territorio provoca Los pichiciegos habría que medirlo en escala de Richter, lo mismo que a los terremotos. Si Fogwill consigue desbaratar las edificaciones más preciadas de una mitología de la identidad nacional, es porque acierta a moverles el suelo donde se apoyan. En este sentido, es como si consiguiera hacerlas caer sin apenas tocarlas. Otros escritores las toman de las puntas para darlas vuelta, o se les meten adentro para aprender a desarmarlas, o chocan contra ellas como en una demolición; Fogwill les mina los cimientos y luego se dispone a contemplar la visión de su derrumbe con la distancia que da la ironía. Escrito en 1982 y publicado en 1983, Los pichiciegos es el texto que abre en la narrativa argentina la vertiente posible de un contrarrelato de la guerra de Malvinas. Ni el relato de la epopeya nacional de la victoria o de la derrota, ni el relato protopacifista que reúne a los opuestos y les imparte una fraternidad, ni el doloroso testimonio de los que pelearon y perdieron y quieren su revancha. Otra cosa: radicalmente otra cosa. Fogwill altera el estatuto del relato de guerra; primero, porque modifica su género discursivo; segundo, porque trastoca y transforma su sistema de valores, su orden de prioridades, sus mecanismos de poder.

La literatura recogió también estas variantes. La primera se plasma por ejemplo en un poema de Jorge Luis Borges, “Juan López y John Ward”, que volviendo sobre el tópico de que un hombre siempre acaba por reconocerse en su otro y por identificarse con él, apuesta a la universalidad de la gran literatura para lograr una reconciliación superadora de los hostigamientos de las patrias: concibe a un soldado inglés que lee a Cervantes en español, mientras un soldado argentino lee a Conrad en inglés. La otra posición crítica, la que objeta las penosas condiciones que vivieron los soldados argentinos en Malvinas, la que lamenta y denuncia la precariedad de su preparación, la escasez de su abastecimiento, la penurias del insólito maltrato sufrido, la que abona la percepción del ideologema de los “chicos de la guerra” y se resuelve en una reivindicación de los soldados - víctimas, se plasma muy bien en relatos de base testimonial como 5.000 adioses para Puerto Argentino de Daniel Terzano o se inscribe con nitidez en ficciones como Arde aún sobre los años de Fernando López. La guerra es objetada, en estos casos, desde un horizonte análogo al de los testimonios de los combatientes, sin exceder –sin intención de exceder– los límites generales del paradigma de la argentinidad. Rige todavía la premisa de que las Malvinas son argentinas y de que esa reivindicación es

Fogwill no cuenta la guerra sino por sustracción: cuenta las peripecias del sustraerse de la guerra, más que la guerra. En el déficit épico de Malvinas descubre una pura potencia, y la aprovecha descartando los fragores de la épica para ocupar su lugar con la acidez de la picaresca. Los personajes de esta novela son pícaros, no héroes o antihéroes; no quieren destacarse, sino pasar desapercibidos; no quieren ganar, quieren

Al gran pueblo argentino (fragmento)

por Hernán Ronsino 4 Relato “Me acuerdo” publicado en la Revista Traviesa. Literatura contemporánea de cerca http://www.mastraviesa.com/Me-acuerdo-Hernan-Ronsino

(4) Nació en Chivilcoy en 1975. Es sociólogo y docente de la UBA y FLACSO. Ha publicado las novelas: La descomposición, Glaxo y Lumbre. Ha sido traducido al francés, italiano y alemán. Coedita la revista cultural Carapachay.

Me acuerdo de la guerra de Malvinas cada vez que canto el himno Nacional. Cada vez que se dice “Al gran pueblo argentino, salud” se me arma en la cabeza esa fantasía que tuve en la escuela mientras sucedía la guerra. Un día nos hicieron hacer un simulacro de bombardeo. Nos dijeron que cuando se escuchara sonar la sirena de los bomberos en todo el pueblo – esa era la señal – el pueblo podía quedar a oscuras, si era de noche, porque la amenaza de un bombardeo sería inminente. Entonces, después de decir eso, la señorita Mercader nos hizo, a modo de prueba, echar a todos debajo de los bancos, con las manos cruzadas en la nuca. Cada vez que escucho “Al gran pueblo argentino, salud” imagino el fantasma de un avión inglés en el aire dispuesto a atacar.

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zafar y sobrevivir. Descubren en un juego del idioma la clave que decidirá sus actos: para estar vivos, hay que ser vivos. Mientras los otros, arriba y afuera, viven o mueren, ellos se avivan en su escondite subterráneo, en esa “pichicera” que han creado para seguir la guerra sin estar en la guerra. No son cobardes, no se han escapado; la fuga o la cobardía, no menos que sus contrapartes: la entrega y la audacia, forman parte todavía del universo de valores de la épica nacional. Y los pichiciegos en la pichicera le han creado a la guerra, lo mismo que al terreno donde se libra esa guerra, un mundo aparte; paralelo pero subterráneo, conectado pero escindido. Rigen en ese mundo otro tipo de valores, que están tan lejos de los fervores patrios como de cualquier clase de humanitarismo ecuménico. La pichicera los sustrae de la guerra, pero no de las jerarquías, no de las luchas económicas, no de la política. Al contrario; en la pichicera las relaciones de poder y los escalafones jerárquicos se ven exasperados por la jefatura que ejercen “los reyes”; la economía lo atraviesa todo, en el consumo, en el intercambio o en el almacenamiento; la política es un tema de conversación privilegiado: se habla de Isabel, se habla de Firmenich, se habla de Videla. En Los pichiciegos se manda mucho y se obedece mucho: es una novela de escalafones; se acapara mucho y se comercia mucho: es una novela de puro capitalismo; se mata el tiempo con palabras dichas a oscuras: es una novela de conversación. Pero tanto las cadenas de mando que imperan en la pichicera, como el sentido que siguen la circulación de las mercaderías y su consumo, como las cosas que dicen los pichis cuando dialogan entre sí, atentan contra todo vestigio de una lógica de guerra, y lo desarman. Hay mando y hay acatamiento entre los pichis, pero nada que se parezca a un sentido del deber. Y si entre ellos

la guerra puede llegar a ser la continuación de la política por otros medios, es porque demuestran, hacia la una no menos que hacia la otra, un marcado escepticismo (un escepticismo más festivo que sombrío, un escepticismo más bien cínico). Por fin, la continua circulación de bienes para el comercio y para el consumo, comunica esferas de cultura y de identidad que la lógica de la guerra precisaría dividir y aislar. Las transacciones subterráneas revierten esa categórica partición de dos mundos incongeniables que la guerra exige y determina, hasta someter a duda incluso la validez elemental del juego entre la identidad y la otredad. Los soldados argentinos fuman cigarrillos ingleses, toman whisky y prefieren las radios inglesas, que pasan folklore y tango, a diferencia de las radios argentinas, que pasan rock; los soldados ingleses por su parte desayunan “arroz con leche, mazamorra y mate cocido”, a pura criollidad. ¿Qué clase de relato de guerra puede contarse con una épica desahuciada, con esta desestabilización de las identidades, con la corrosión del credo patriótico? Un relato como Los pichiciegos de Fogwill: una picaresca de la supervivencia a cualquier precio, una fábula amoral de capitalismo subterráneo con una guerra de superficie. O también, llegado el caso, relatos que responden a un principio de inversión, dando vuelta las reglas que rigen la identidad, la pertenencia, el reconocimiento de pares y la diferenciación de alteridades; tanto como relatos que responden a un principio de reversión, que comprenden el mecanismo de la máquina de guerra y sus figuraciones, pero lo hacen funcionar en un sentido contrario al previsto, que encienden el motor narrativo de la épica nacional, pero lo fuerzan en marcha atrás hasta fundirlo.

(3) Nació en Buenos Aires en enero de 1967. Enseña teoría literaria en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de la Patagonia. Publicó cinco libros de ensayo: Imágenes de vida, relatos de muerte. Eva Perón, cuerpo y política (en colaboración) (1998), Zona urbana. Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin (2004), Narrar a San Martín (2005), Fuga de materiales (2013) y El país de la guerra (2014); dos libros de cuentos: Muero contento (1994) y Una pena extraordinaria (1998); y nueve novelas: La pérdida de Laura (1993), El informe (1997), Los cautivos (2000), Dos veces junio (2002), Segundos afuera (2005), Museo de la Revolución (2006), Ciencias morales (2007), Cuentas pendientes (2010) y Bahía Blanca (2012).

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Festival "Arte por la Paz" auspiciado por los Ministerios de Cultura y Desarrollo Social de la Naci贸n Argentina en el Museo Malvinas 漏 Mauro Rico / Ministerio de Cultura de la Naci贸n

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Grupo francés de apoyo al diálogo sobre la cuestión de las Islas Malvinas Presentación del grupo Las Islas Malvinas eran colonias españolas hasta 1810, cuando la República Argentina, en virtud del derecho a la descolonización, comienza a ejercer su propia soberanía sobre las islas. En 1833, las islas fueron invadidas por la corona británica, una ocupación que se mantiene mediante la fuerza hasta la fecha de hoy. Desde entonces, la República Argentina no ha cesado de reclamar la restitución de aquella parte usurpada de su territorio. En 1865, la resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas califica la cuestión de situación colonial particular e insta a los partes a negociar. Desde entonces, más de cuarenta resoluciones del Comité especial de descolonización de las Naciones Unidas se han sucedido sistemáticamente sin lograr una instancia de diálogo entre las partes. En 2011, varios Grupos de apoyo al Diálogo sobre la Cuestión de las Islas Malvinas fueron creados en varios países, y más específicamente en París, para contribuir – a partir de ese espacio de reflexión y de aliento a través de diversas actividades – al acercamiento entre las partes y al desarrollo de un diálogo fructífero en todos los niveles que sirva para promover una solución pacifica en vista del reconocimiento de la soberanía argentina. La primera reunión de todos los Grupos de apoyo al Diálogo tuvo lugar en Londres, los días 5 y 6 de febrero de 2013, con la participación de 18 países y 40 delegados. La declaración Llamado al Diálogo entre la Argentina y el Reino Unido, difundida tras la reunión, emite una señal de alerta respecto de la transformación de las islas en una de las zonas más militarizadas del planeta y en un lugar de pesca incontrolada y en peligro, a causa del riesgo ecológico que amenaza el Atlántico Sur, una reserva única de biodiversidad. Con la convicción de que el diálogo y la difusión apropiada de la información son herramientas incomparables para alcanzar el objetivo anhelado, el Grupo –por definición abierto y autónomo- reúne influyentes personalidades francesas y residentes argentinos en Francia. Actúan en diversas aéreas y campos de acción comprometidos con el respeto respeto a los innumerables llamados de la Organización de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales para que la Argentina y el Reino Unido puedan encontrar, por la vía de la negociación, una solución al desacuerdo. El Grupo se reúne mensualmente, asegurando la promoción de diversas iniciativas de difusión e intercambio, conferencias, mesas redondas, publicaciones, encuentros académicos y actividades culturales para alentar la reflexión sobre esta temática y apoyar una agenda positiva por la vía del diálogo.

Integrantes del grupo: Sophie THONON - Lucrecia ESCUDERO - Obey AMENT - Michel ANFROL - Michel BOURDEAU - François JOST - Pierre KALFON - Gabriel PERIES - Miguel ROJAS MIX - María Angélica SEMILLA DURÁN - Jacques SOPPELSA - Bruno SUSANI Patrice VERMEREN - José Eduardo WESFREID - Marcelo BALSELLS - Federico ARIEL - Enzo FERRANTE - Rosario GOMEZ MOLLA - Pedro MUNARETTO

Apoyan el trabajo del grupo: Embajadora Maria del Carmen SQUEFF, Embajador Miguel Angel ESTRELLA, Ministro Nelida CONTRERAS, Director Marcelo BALSELLS

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Sólo el diálogo, la buena fe y los esfuerzos diplomáticos pueden asegurar una solución a la disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido en relación con las Islas Malvinas, islas del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes. Las Naciones Unidas han impuesto a ambas partes una obligación de derecho internacional para alcanzar una solución negociada, que lamentablemente la contraparte británica se empeña en desoír. En ese marco, resulta de particular relevancia sumar voces al llamado efectuado por el organismo internacional, y que han replicado innumerables organizaciones y grupos regionales, para impulsar un acercamiento entre las partes y la resolución del conflicto por la vía de la negociación. Sensibilizar a la opinión pública sobre la historia del conflicto y, especialmente, dar a conocer las consecuencias del atropello que sigue haciendo hoy el Reino Unido con el mar y los recursos naturales en Malvinas, se torna imperativo. El Grupo francés de Apoyo al Diálogo en la Cuestión de las Islas Malvinas, como sus homólogos constituidos en otros países, trabaja incansable y desinteresadamente para construir el diálogo en todas las esferas y apuntalar el compromiso de alcanzar una solución pacífica a la controversia sobre las Islas. Sus miembros son nacionales franceses y residentes en este país, de reconocido prestigio en sus diversos campos de acción que creen en la fuerza constructiva del diálogo, en la divulgación de las ideas y en el compromiso con la paz. Como Embajador de la República Argentina, y en el año del 50° aniversario de la aprobación de la Resolución 2065 (XX) de la Asamblea General de las Naciones Unidas, quisiera transmitir mi reconocimiento a su empeño y destacar su valiosa contribución para que imperen en el tratamiento de la Cuestión de las Islas Malvinas el derecho y la justicia, dándose finalmente cumplimiento a los mandatos de la Organización de las Naciones Unidas.

María del Carmen Squeff

Embajadora de la República Argentina

La primera reunión sobre las Islas Malvinas tuvo lugar en mi casa, durante un almuerzo con dos celebridades –Stéphane Hessel y Régis Debray- además de un mensaje enviado por Jean-Marc Pastor, Presidente del Grupo de Senadores de América Latina, quien había llamado desde el aeropuerto de Madrid, ya que su vuelo se había retrasado. Su mensaje decía: “Estoy con ustedes, pueden contar conmigo y con el Senado. Las Malvinas son argentinas”. Entre los comensales, también estaba la ministra Elisabeth Wimpfheimer y Pablo Prósperi, miembro de nuestra Delegación ante la UNESCO.

Miguel Ángel Estrella

Representante Permanente de la República Argentina ante la UNESCO

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El Grupo de Apoyo al Diálogo en la Cuestión Malvinas de Francia, fue creado en Paris, en 2011, con el objetivo de apoyar la búsqueda de una solución pacífica para esta causa noble y justa. Como Director de la Casa Argentina, que depende del Ministerio de Educación de la Nación, asumo con honor y responsabilidad, mi participación en este grupo. La Revista Ensemble, que publica periódicamente la Casa Argentina de París, ha decidido dedicar este número especial a la cuestión Malvinas, en la que participan artistas, intelectuales, investigadores y funcionarios argentinos y franceses. Estoy muy agradecido y orgulloso del trabajo realizado por el Comité Editorial, integrado por residentes y ex residentes de nuestra Casa, que con talento, pasión y esfuerzo han logrado este resultado que hoy ponemos a consideración de los lectores.

Marcelo Balsells

Director de la Maison de l’Argentine

En mi opinión, la acción del Grupo Malvinas en París se basa en tres ejes: -La dimensión democrática de la soberanía sobre un territorio separado por una legitimidad política heredada de una conquista neocolonial, impuesta por instituciones no democráticas, o fuera de la ley internacional. -La libre determinación. Puede permitir a los Kelpers elegir su propia nacionalidad bajo control de la ONU: ser argentinos o ciudadanos del Reino Unido, o ambas cosas. Eso se llama libertad, pilar, con la justicia, de la soberanía argentina. -La integración del Grupo Malvinas en una coordinación internacional para la reconquista democrática de las soberanías territoriales: apoyar a Bolivia, por ejemplo, en su lucha para recuperar una vía de acceso al mar.

Gabriel Périès

Miembro del Grupo de apoyo al Diálogo sobre la Cuestión de las Islas Malvinas

El Grupo es una comunión de franceses y argentinos que optan por la paz, el diálogo y la descolonización. Es un desafío constante pero que encuentra, en quienes creen en la justicia, un apoyo de incalculable valor: Malvinas es una causa global, y junto con ella también espera el resto de los territorios aún bajo el yugo colonial.

Pedro Munaretto

Miembro del Grupo de apoyo al Diálogo sobre la Cuestión de las Islas Malvinas

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Š Islas Malvinas. Acuarela. Primeras casas de piedra construidas por el Gobernador argentino, Luis María Vernet, 1829 83

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Malvinas y la Escuela Argentina Enseñar para la memoria, la soberanía y la democracia Por Alberto Sileoni – Ministro de Educación de la Nación Argentina *

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a enseñanza de Malvinas en las escuelas argentinas tiene una larga historia, que se remonta a los comienzos de nuestro sistema educativo moderno. Más reciente, en cambio, es su inscripción en el marco de las políticas específicas de memoria que la República Argentina ha impulsado en distintos ámbitos y también en la educación pública. Estas políticas, definidas en el artículo 92 de la Ley de Educación Nacional (2006), inscriben su enseñanza en el marco de la “memoria, la soberanía y la democracia”, integrando estas temáticas con otros ejes, entre ellos, la enseñanza del terrorismo de Estado que asoló a nuestro país y los países hermanos de América Latina, el respeto de los Derechos Humanos, el Holocausto y los genocidios del siglo XX, la memoria de los pueblos originarios y la reflexión sobre la experiencia democrática reciente. ¿En qué consiste esta nueva interpretación en la enseñanza de Malvinas y cómo se vincula con la tradición escolar que transmitió a tantas generaciones aquella afirmación de que “Las Malvinas son argentinas”?

argentinizar”, con argumentaciones plagadas de importantes prejuicios ideológicos, entre ellos, el que sostenía que como la Argentina era un país de abundantes riquezas, la conflictividad social no tenía sustento, y en el caso de que ocurriera sus razones habrían de buscarse en factores “exógenos”, es decir, en los inmigrantes. Tanto para consolidar la gobernabilidad capaz de amortiguar los conflictos sociales, como para construir sentidos colectivos de pertenencia, las élites dirigentes se propusieron nacionalizar las masas. La escuela pública cumplió un rol importante en este proceso y los efectos de esta decisión política pueden advertirse tanto en el desfile masivo de estudiantes que colmó la Plaza de Mayo en los festejos del Bicentenario, como en las prácticas escolares cotidianas. Sin embargo, la escuela no resultó el único agente de nacionalización; formó parte de un desarrollo más amplio, donde también se destacaron el ejército, las iglesias y una extendida red de prácticas de culturales y políticas propiciadas, entre otros, por los partidos y las asociaciones sindicales. Y, si bien la escuela convirtió al programa de nacionalización de las masas en uno de sus principales objetivos, lo hizo a través de los complejos procesos de intermediación que constituyen la cultura escolar. Sólo mediante esos procesos pudo producir una serie de sentidos en torno a la identidad nacional que son claves para entender el modo en que Malvinas se inscribió en la agenda escolar. ¿Cuáles fueron esas instancias de intermediación escolares? Por un lado, la enseñanza de la Geografía, la Historia y la “Instrucción Cívica”; por otro lado, los rituales escolares. De esta manera, mientras que las disciplinas escolares estaban dirigidas a establecer contenidos con interpretaciones precisas y cerradas, los rituales tenían el propósito de lograr que ese conjunto de “verdades”, se sintieran propias. En el caso de la escuela, esos rituales consolidaron, desde fines del siglo XIX y principios del XX, el imprescindible sentido de pertenencia a un país y, por ende, a lograr una amalgama entre nativos e inmigrantes, todos actores de un mismo proyecto colectivo.

En las páginas que siguen plantearemos el modo en que la enseñanza de Malvinas en el contexto de las “políticas de memoria” dialoga, recupera y reformula críticamente esa larga tradición educativa que se propuso, al interior de una sociedad compleja y heterogénea como la argentina, “enseñar la patria”. Queremos transmitir las ideas fundamentales que orientan al Gobierno Nacional para la enseñanza de Malvinas en todos los niveles de la educación.

Escuela, ciudadanía y Nación Antes de caracterizar cómo enseñar Malvinas en la actualidad, creemos necesario hacer una breve reconstrucción histórica sobre los modos en que la escuela “enseñó la patria”. Desde sus orígenes, la escuela pública fue un espacio institucional orientado principalmente a la construcción de ciudadanía. A mediados del siglo XIX, y especialmente entre fines de ese siglo y el Centenario de nuestro primer gobierno patrio, esta tarea estuvo asociada con la formación de “argentinos”, es decir, de ciudadanos identificados con una lengua, una historia y un territorio, dado el enorme aporte inmigratorio de aquellas décadas. En esta construcción de un “nosotros”, la escuela tuvo un papel importante. Nuestro país y la escuela han reconocido momentos muy disímiles en la construcción de ese “nosotros”. Uno de ellos, fue el imaginado en el Centenario, donde la homogenización resultó una característica distintiva. Aunque resulte paradójico, las mismas élites dirigentes que habían promovido la inmigración masiva mostraban signos de preocupación ante la creciente organización sindical de los recién llegados. Rápidamente, el lema de Juan Bautista Alberdi “gobernar es poblar” se tradujo en la consigna “gobernar es

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Malvinas y la escuela En ese contexto, Malvinas resultaba una pieza imprescindible en la producción de la identidad nacional. Sin embargo, la inscripción de la “causa Malvinas” en la currícula escolar es mucho más tardía que el reclamo diplomático, que se ejerce desde 1833. Cuando esto ocurre, a mediados del siglo XX, Malvinas ya tenía amplias connotaciones políticas y culturales para distintas tradiciones políticas e ideológicas argentinas. Si nos remontamos al siglo XIX, ya en los escritos periodísticos de José Hernández las alusiones a Malvinas aparecen caracterizadas como el testimonio de un despojo, de las injusticias que sufren todos aquellos que han sido víctima de la usurpación de un derecho. De algún modo con Hernández queda inaugurada una tradición interpretativa que identifica a Malvinas 84


como sinónimo de despojo territorial y también de los intereses populares. Se generan así las condiciones simbólicas para propiciar una identificación entre el reclamo por Malvinas y el reclamo contra otras injusticias sociales. Por otra parte, también es necesario tener en cuenta esta significación social que tempranamente comienzan a adquirir las Malvinas para poder comprender así el enorme poder evocativo que tiene este símbolo no como expresión de un “nacionalismo irredento”, sino como punto de encuentro de un conjunto heterogéneo de demandas sociales y políticas de justicia. El ingreso del símbolo “Malvinas” a las temáticas escolares se produce a partir de la reforma escolar de 1941, en un contexto donde circulan cada vez con más fuerza, las voces que advertían nuestra dependencia de Gran Bretaña en las relaciones políticas y comerciales. Se trata de un contexto histórico signado por la crisis del “proyecto liberal” de nación, que el grupo político radical FORJA expresara en su famoso folleto contra la instalación del monumento a Canning en Buenos Aires, y donde la referencia a Malvinas, denunciaba la ocupación británica en las islas como la prueba contundente de una dominación política y económica. Para ellos, la recuperación de las islas Malvinas constituía una demanda que se inscribía dentro de un proyecto más global: el de liberar a nuestra nación de su condición de semicolonia. Sin embargo, la introducción de “Malvinas” en la currícula escolar en 1941, está impulsada por un libro que está lejos de pertenecer a los distintos nacionalismos de los años treinta: el compendio de Les îles Malouines, ensayo del francés Paul Groussac, que llegó a las escuelas como parte de una iniciativa del diputado socialista Alfredo Palacios, impulsor de una ley para que se lo traduzca y se lo difunda a través de la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares en todos los institutos de enseñanza del país. El compendio resumía los argumentos geográficos e históricos de la diplomacia argentina y resultó una referencia para la enseñanza de Malvinas en las escuelas. A partir de ese hecho, estas ideas comenzarán a poblar la mayoría de los libros y manuales de Historia, Geografía e Instrucción Cívica, aquellos campos del conocimiento que desde el siglo XIX habían sido privilegiadas para pensar la identidad nacional. Coincidentemente con el ingreso de Malvinas en la escuela, se intensifican los reclamos diplomáticos; durante los años sesenta, cuando la diplomacia argentina conseguía que Naciones Unidas reconociera que la ocupación inglesa constituía una rémora colonialista, a las escuelas llegaban Circulares que instaban a tratar en el aula la soberanía de las islas. Del mismo modo, la inscripción de Malvinas en las áreas curriculares tuvo su correlato en los rituales escolares; en ese sentido, resultó decisiva la sanción, en diciembre de 1973, durante la presidencia de Juan D. Perón, de la Ley 20.561, que establecía el 10 de junio como "Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas y Sector Antártico”. El proyecto, presentado por Alberto María Fonrouge, rememoraba la designación en 1829 del primer gobernador en las Islas Malvinas,

Luis Vernet e instaba a que “los establecimientos de enseñanza de todos los ciclos del Estado y particulares, unidades y oficinas de las Fuerzas Armadas, sedes judiciales y dependencias de la Administración Pública dentro y fuera del territorio, [organizaran] actos alusivos, dictándose al efecto clases especiales y conferencias en la que señalarán los antecedentes históricos, la legitimidad de los títulos argentinos y la forma en que ella se ejercita en el sector austral. Asimismo y como protesta simbólica contra las agresiones sufridas por la República, se dispone embanderar e iluminar obligatoriamente todos los edificios donde funcionen dependencias oficiales”. Pasada la mitad del siglo XX, la presencia de Malvinas en la escuela dialogaba fluidamente con un conjunto de razones que la habían convertido en una “causa nacional”. Su importancia no sólo tenía que ver con las normas y resoluciones estatales que la colocaban en el centro de la agenda escolar, sino también con la diversa aparición de signos que, desde la década del treinta, denunciaban el carácter “dependiente” de la Argentina.

La guerra de Malvinas en la escuela El conflicto bélico entre Argentina y el Reino Unido representó un corte abrupto en ininterrumpida historia del reclamo diplomático. La “causa justa” para distintas y muy diversas generaciones políticas argentinas, devino guerra por decisión de los responsables del terrorismo de Estado. Si bien la guerra se experimentó de manera diferente en distintas regiones del país, en muchas escuelas constituyó una referencia cotidiana insoslayable. En la Patagonia y el sur de la Provincia de Buenos Aires que se presumían objetivos militares, el aula se convirtió en un teatro donde se realizaban simulacros de bombardeos para indicar cómo debía actuarse en caso de un ataque militar. En los días del conflicto bélico, la escuela aglutinó una serie de iniciativas de la sociedad para expresar su solidaridad con los soldados: colecta de alimentos, vestimenta y provisiones de distinto tipo. Quedaron grabadas en la memoria popular las cartas que los alumnos, principalmente niños y niñas de escuelas primarias, enviaron a los soldados; es sabido que el grueso de las mismas, como las provisiones, no llegaron a destino. En el aula se reforzó el tratamiento permanente del tema y de los rituales patrios, con el objetivo de consolidar la identificación con la causa nacional. En la escuela se verificaban un conjunto complejo de reacciones – el acompañamiento, la euforia, la resistencia a la guerra, el apoyo a una causa que no implicaba aprobar la dictadura- cuyo punto de encuentro se encontraba en la solidaridad con los jóvenes soldados conscriptos movilizados al frente. Entre las trágicas consecuencias que la dictadura legaba a las nuevas generaciones (los desaparecidos, el dolor de la guerra, el desmantelamiento del aparato productivo, etc.), se sumaba, en el plano de la cultura y la educación, la construcción de una idea 85

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de patria con sentido retrógrado y conservador. Por esta razón, cualquier iniciativa educativa y cultural democrática tenía como desafío cuestionar en el plano material y simbólico el modo en que el terror se había apropiado del concepto de “patria”, para modificar su sentido. Se trataba de impulsar una agenda educativa que fuera capaz de hacer coincidir democracia y patria, para reinscribir críticamente a Malvinas en la saga de las tradiciones políticas argentinas, y a la vez, asociar Malvinas con los desafíos que tenemos como proyecto político para el siglo XXI.

hacer justicia con los diferentes significados que adquiere en las distintas regiones del país sin renunciar a construir un entramado común? ¿Cómo problematizar aquellas miradas reduccionistas y que se resisten al reconocimiento de la importancia que tiene Malvinas en distintos contextos para articular demandas sociales y un deseo de pertenencia a una nación más justa? ¿Cómo, al mismo tiempo, problematizar aquellas miradas que identifican a la patria como una “esencia” inmutable en lugar de concebirla como una tarea colectiva y en permanente reelaboración? ¿Y cómo abordar también las resistencias que nos impiden reconocer que la historia de Malvinas no se agota en la historia de la guerra? Estos problemas e interrogantes deben ser capaces de dialogar e interpelar nuestra tradición escolar. Una tradición escolar cuya historia hemos intentado reconstruir brevemente aquí y que ha hecho suya, a lo largo de la historia argentina, la tarea de enseñar la patria. Desde nuestra política educativa, buscamos que la enseñanza de Malvinas no se limite a la repetición de frases vacías, sino que invitamos a asumir la enorme complejidad del tema. Eso supone convocar a la defensa de la soberanía en el Atlántico Sur como un componente central de la identidad nacional, que pueda incorporar la perspectiva latinoamericana y aliente la construcción de la memoria colectiva sobre los procesos que quebraron el orden institucional. De ese modo, además, se logra una profunda redefinición del concepto de identidad nacional: ser argentino, bajo las premisas de la memoria, la soberanía y la democracia, implica definirse como un latinoamericano comprometido con los derechos humanos, la libertad y la igualdad, valores que no pueden ejercerse donde persiste un enclave colonialista. Trasmitir esos valores en la escuela implica un proceso complejo, para el cual no hay recetas preestablecidas. Y plantea el desafío de repensar las instancias curriculares y los rituales escolares con el fin de construir una identificación reflexiva con la palabra “patria”, que lleve a identificarse con los legados de las tradiciones políticas argentinas y suramericanas que definieron la emancipación en términos de justicia social, autonomía política, interculturalidad e independencia económica. En síntesis, Malvinas se inscribe dentro de un proyecto de modernidad alternativa e igualitaria para los pueblos libres de América.

Malvinas en el marco de la memoria, la soberanía y la democracia En la actualidad enseñamos Malvinas formando parte de una política integral en torno a la memoria, que tiene entre sus ejes promover la reflexión sobre los efectos que en nuestro país y en el mundo, suponen los procesos históricos que quiebran el orden constitucional, o instalan las prácticas de genocidios. De este modo, y sin que ello impida abordar su especificidad, la política educativa en torno a Malvinas hoy es solidaria con ejes tales como los derechos humanos, los genocidios del siglo XX, y la inclusión educativa, entre otros. Ya fue dicho, que la enseñanza de Malvinas está enmarcada en el artículo 92 de la Ley de Educación Nacional, que afirma que “formará parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones la causa de la recuperación de nuestras islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, de acuerdo con lo prescripto en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional”. Esa causa se liga con otros dos objetivos: “el fortalecimiento de la perspectiva regional latinoamericana, particularmente de la región del MERCOSUR, en el marco de la construcción de una identidad nacional abierta, respetuosa de la diversidad” y el ejercicio y la construcción de la memoria colectiva sobre los procesos históricos y políticos que quebraron el orden constitucional y terminaron instaurando el terrorismo de Estado, “con el objeto de generar en los/as alumnos/as reflexiones y sentimientos democráticos y de defensa del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos (…)”. El logro de esos objetivos demanda múltiples tareas, que los docentes argentinos encaran día a día en las aulas. Entre ellas, hacerse cargo de la complejidad de Malvinas y de la apertura a preguntas centrales de nuestra experiencia histórica y de nuestro presente. Si Malvinas remite a una historia de larga duración: ¿Cómo pensar, a través de su enseñanza el vínculo entre pasado y presente, entre viejas y nuevas generaciones?; ¿Cómo encontrar en el pasado nuevos sentidos que enriquezcan nuestro presente? ¿Para qué y por qué hacerlo? ¿A través de qué recursos y estrategias? Para ello: ¿hay que recuperar el pasado como un texto completo, progresivo y lineal o aceptar que va a llegarnos con intermitencias, desde las brumas de la memoria? A su vez, enseñar Malvinas supone otros tantos desafíos: ¿Cómo

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Desde 2003, y a través de los gobiernos de Néstor y de Cristina Kirchner, el Ministerio de Educación de la Nación ha sostenido un trabajo constante y creciente en torno a las ideas que esbozamos en los párrafos precedentes. La creación del Programa de Educación y Memoria ha permitido coordinar los esfuerzos y llegar a todo el país con materiales y acciones de formación para miles de maestros y profesores y a través de ellos a nuestras niñas, niños y jóvenes. Para ellos lo hacemos, porque merecen una patria mejor en el futuro, con justicia, libertad y democracia y con nuestras Malvinas e Islas del Atlántico Sur restituidas, por la vía del diálogo y la negociación diplomática, a la comunidad nacional y latinoamericana. 86


(*) El presente artículo se realizó en colaboración con las licenciadas Celeste Adamoli, Cecilia Flachsland y el licenciado Matías Farías, miembros del equipo del Programa E duc a c ió n y M em o r ia d el Mini s ter io d e Educación de la Nación.

Acciones del Ministerio de Educación relacionadas con la enseñanza de Malvinas: producción de materiales, formación docente, inserción curricular, convocatorias para que los estudiantes investiguen. - Formación de alrededor de 20 mil docentes en instancias presenciales y virtuales. - Realización de tres convocatorias en todas las provincias argentinas: Conoce Malvinas (año 2013); Malvinas: Memoria, Soberanía y Democracia (2013/2014); Malvinas y Universidad (año 2015). - Producción y distribución de materiales para el trabajo en el aula (afiches, libros, revistas, cuadernillos, muestras temáticas). - Las islas Malvinas (reedición del compendio de Paul Groussac). - Pensar Malvinas. Una selección de fuentes documentales, testimonios, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula: 40.000 ejemplares, edición 2014. - Malvinas para todos: 1.540.000 ejemplares.- Muestra Malvinas. Memoria, Soberanía y Democracia (Muestra realizada junto al CECIM La Plata , Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas). - Catálogo de la muestra Malvinas. Memoria, Soberanía y Democracia: 2.000 ejemplares. - Cuadernillos “Malvinas. Memoria, Soberanía y Democracia. Material para Parlamento Juvenil del Mercosur”. - Afiches y Cuadernillos “Malvinas: Educación y Memoria”, primaria, 2012: 137.000 ejemplares de cada uno. - Afiches y Cuadernillos “Malvinas: Educación y Memoria”, secundaria, 2012: 96.000 ejemplares de cada uno. - Pensar Malvinas. Una selección de fuentes documentales, testimoniales, ficcionales y fotográficas para trabajar en el aula – 1° edición, 2009: 20.000 ejemplares. - Soldados, 2009: 5.000 ejemplares. - Soldados. Cuadernillo para docentes: 5.000 ejemplares. - Afiche “Malvinas” – Carta Julio Cao: 35.000 ejemplares. - Participación en la producción de materiales audiovisuales junto con Canal Encuentro: Pensar Malvinas (2012, 9 capítulos), Serie Historia de una usurpación (2012, 4 capítulos). Todo lo referente al eje Malvinas: Memoria, Soberanía y Democracia, puede consultarse en el siguiente link: http://portal.educacion.gov.ar/secundaria/uncategorized/malvinas/ 87

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漏 Ministerio de Educaci贸n de la Naci贸n Argentina 89

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Museo Malvinas,

Š Museo Malvinas e Islas del Atlåntico Sur www.museomalvinas.gob.ar facebook.com/museomalvinas

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un epĂ­logo lleno de vida 91

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Hay muertes que alumbran vida y anocheceres que preanuncian días luminosos. Ojalá nosotros logremos que este epílogo sea capaz de clausurar un texto tan rico como profundo, para anunciar al mundo que la Causa Malvinas ha renovado su piel, definitivamente, en paz y en democracia. Es lo que vamos a intentar en los renglones que siguen. Que así sea. Dicen que escribir un libro es asunto y oficio de echarse a garabatear sobre un papel en blanco con la sola voluntad de pretender alargar la vida del autor. Pero construir un museo es asunto exclusivo y excluyente de las clases dominantes, en todo tiempo y lugar. También con la pretensión de universalizar sus valores. ¿Será así? El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur tiene mucho de epílogo en los términos que Ensemble se propone en este número, toda vez que cierra la antigua mirada unidireccional de “Malvinas-dictadura” y abre los ojos múltiples y diversos de “Malvinasdemocracia”. Vale adelantarse aquí para decir lo que a diario decimos en este Espacio de la Memoria y los Derechos Humanos donde late apresurado el domicilio continental de la Causa Malvinas: la paz, para nosotros, no es una cuestión de táctica y estrategia, sino una forma de mirar la vida. Desde este horizonte y con estas convicciones nos proponemos compartir la decisión de la presidenta de los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, de construir el Museo Malvinas desde este nuevo paradigma que vino a parir la democracia. Empezamos por elaborar, en el año 2011, un guión que rescate la larga vida de la Causa Malvinas. Sabíamos que haciendo el recorrido de las huellas que supo labrar sobre el suelo firme de la historia un trajinar de voces y de voluntades que van al menos desde 1520 con el primer avistamiento, pasando por la fugaz colonización francesa, luego por el arrebato inglés, más tarde por la permanencia española que de tan extensa supo nombrar 32 gobernaciones, hasta llegar al tiempo en que la bandera argentina flameara altiva y soberana antes que la usurpación británica de 1833 causara la tragedia que significa toda forma de colonialismo, sabíamos, dijimos, que así íbamos a comprender mejor por qué nos duele tanto Malvinas y por qué persisten estas ganas de recuperarlas, pacíficamente, con el uso del derecho que nos asiste. De allí que se nos antojó componer un Museo que hable sonora y cálidamente de cuatro estaciones bien definidas y ensambladas armónicamente entre sí. Por eso el guión propone empezar a caminar por la vida, la pasión, la muerte y la resurrección de Malvinas. La vida es la naturaleza en estado puro, es la geografía de las Islas y del archipiélago completo, es su flora y su fauna, es su viento y sus tempestades, son sus recursos naturales amenazados por la depredación continua que ejerce el ocupante británico.

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La pasión es la pasión de los hombres y de las mujeres y es la pasión colectiva de un pueblo manso, el argentino, defendiendo lo que le pertenece desde tiempos inmemoriales. El visitante se encontrará aquí con un espacio donde rescatamos la memoria de Malvinas allí donde esta sigue ardiendo, doliendo y esperando por la vuelta a la casa grande, que está en el continente. Contamos las historias que, por sublimes y gloriosas, merecen un destacado lugar en el pedestal de la patria. Aquí nos encontraremos con el Gaucho Antonio Rivero, aquel criollo que supo pelear por su bandera aun sabiendo que su propia autoridad había aceptado prematuramente la derrota. Y vendrá hasta nosotros el recuerdo intacto de tantos otros y otras valientes que forjaron la patria en el sur del sur del mundo. En el centro mismo del museo, pendiendo de su techo, aletea vivaz el pequeño y heroico avión que llevó a Miguel Fitzgerald hasta las Islas en 1964, sólo para decir que eran nuestras, como la bandera celeste y blanca que portaba entre sus manos. Y está el recuerdo de un grupo de jóvenes que, liderados por Dardo Cabo en 1966, desviara un avión y llegara a Malvinas para desplegar siete banderas, una de las cuales quiso la Presidenta de la Nación, fuera entregada en custodia al Museo Malvinas. Y está Raymundo Gleyzer con su cine social, retratando a Malvinas muy tempranamente. Pero no fue temprano para que la dictadura, que ensombreció a la patria desde 1976, decidiera asesinarlos, por jóvenes, por revolucionarios, por malvineros. Y era la misma dictadura que desembarcó años después en las Islas Malvinas. En la estación de la muerte la que manda es la tragedia de la guerra y la desolación ante el paisaje heroico que construyeron con su propia sangre los 649 caídos en suelo malvinense y en aguas del Atlántico Sur con el hundimiento del ARA “General Belgrano”, el buque hundido tras la orden criminal de la señora Thatcher. Ellos son nuestros héroes y así se los rescata del olvido de los impunes que aquí reinó durante algunos años. En este lugar del Museo no habrá ningún titubeo a la hora de condenar, sin reserva alguna, la acción desatada por la más feroz dictadura cívico-militar de entonces, pretendiendo prolongar su terrorismo de estado a costa de secuestrar una causa nacional y popular: la Causa Malvinas. La misma dictadura que asesinó y desapareció a 30 mil personas, que dinamitó los cimientos del país industrial de los argentinos, que prendió hogueras para quemar ensayos, poemas y poetas de la talla de Paco Urondo, Rodolfo Walsh y Haroldo Conti; esa misma banda de criminales fue la que se llenó la boca de Malvinas un 2 de abril de 1982. La usurpación colonialista británica no podría contar con mejor aliado. En la estación de la resurrección es la democracia la que se muestra en toda su desnudez y estatura. La remalvinización es una etapa reciente, se aclara; porque antes talló la desmalvinización con su desmemoria y su impudor arrogante para con los que dieron todo por Malvinas en una guerra que no la decidieron ellos, los Ex-Combatientes y Veteranos del conflicto bélico desatado con el Reino Unido en 1982. Y sobresalen entre todos los presidentes de la democracia recuperada, no por casualidad sino por las leyes de la historia, el mandato sobrecogedor de Néstor Kirchner, primero y el de Cristina Kirchner, después. Fueron ellos los que elevaron la Cuestión Malvinas a su máximo exponente en tiempos de democracia, creando una Secretaría de Estado que le fuera propia y específica en la Cancillería, poniendo en valor político y diplomático la Embajada argentina

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en Londres para que exprese la voz de un pueblo en su digno intento por derribar los muros de silencio que levanta una monarquía vetusta y colonial y fueron ellos los presidentes que repararon uno por uno los derechos conculcados y negados a los Ex-Combatientes de Malvinas. Desde el 2003 a la fecha, la Asamblea General de Naciones Unidas y cuanto foro de debate se constituya en cualquier lugar del mundo, es foco de atención y divulgación de la posición argentina respecto de sus derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y espacios marítimos circundantes. Esta etapa reparadora que venimos transitando tiene su expresión simbólica mayor en el Museo Malvinas. Y a ella queremos referirnos ahora que ya nos presentamos. Las distintas salas museológicas dejan entrever que aquí la paz respira por todos los poros de sus paredes, de sus vitrinas, de sus variadas proyecciones, de sus rincones más luminosos y alegres. No es un museo de la guerra, sino un museo de cosas vivas, de danzas y canciones que florecen desde algún costado del edificio y de su bello Parque en el momento menos esperado. Más que un libro abierto y escrito de una vez y para siempre, este Museo pretende ser un lápiz bullicioso y multitudinario que nos ayude a seguir escribiendo la historia, no ya de lo que fue solamente, sino de lo que volverá a ser más temprano que tarde. Las Malvinas fueron, son y serán argentinas. Y son el eje vertebrador de una causa nacional, regional y global, toda vez que denuncia al colonialismo y promueve la paz y el diálogo como única vía de entendimiento entre los hombres de buena voluntad. Conmueve saber que estamos habitando la tenebrosa ex-Esma, por donde pasaron más de cinco mil personas en cautiverio durante la dictadura, para luego de ser torturadas y ultrajadas, ser arrojadas al mar y al río que los desaparecía. Por estas callecitas internas desfiló el terror en medio de la noche del genocidio. Por eso valoramos cada instante donde la revancha a tanto odio se manifieste en amor y en ganas de crear un país y un continente donde entremos todos, sin exclusiones ni violencias ni silencios impuestos por el terrorismo que viene del Estado. El Museo Malvinas es, de este modo, un canto de esperanza en un mundo mejor, más justo, más inclusivo. Por el Parque de la Soberanía juegan a menudo miles y miles de niños en absoluta libertad. Allí está la calesita con sus zorros malvineros extinguidos por la primera usurpación británica. Allí están los pingüinos, los lobos marinos y los elefantes marinos. Es un Parque que recrea la fauna de Malvinas, que es igual a decir la fauna de la Patagonia, porque las Malvinas no se parecen a la Patagonia, sino que son parte indisoluble de ella. Y está el Mar Argentino, que se expresa a través de un amplio espejo de agua donde se recorta una escultura de las Islas. Y más allá, ¡ay!, la emoción de ver el perfil en chapa barco del “General Belgrano” hundirse en las aguas frías del Atlántico Sur. Diremos que observar el Museo desde este Parque, es ver el Faro de la Soberanía iluminar el epílogo de una historia mal contada para alumbrar la verdad de la historia de Malvinas en toda su inmensidad. E intensidad.

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Por aquí anda la vida y no la muerte; lo dijimos y diremos cuantas veces sea necesario recordar el pulso con el que late este espacio que se llama justamente de la Memoria y los Derechos Humanos. Dicen los entendidos en museología que el Museo Malvinas es el más conmovedor y el más moderno e interactivo que se haya levantado jamás por estas comarcas de la Patria Grande. Es que el gobierno de la democracia quiso que sea así. Y la memoria de este pueblo se lo merecía. Y la sangre derramada. Y las voces acalladas en la noche del silencio. Y los pibes que quedaron en Malvinas para siempre. Y los que volvieron y se suicidaron. Y los que siguieron luchando por denunciar la connivencia entre usurpadores y dictadores. Por todo esto, el Museo debía ser así como es. En este marco de ideas se entiende que en la llamada Noche de los Museos hayan pasado por aquí más de 32.000 personas y que al filo de esa medianoche, los jóvenes se hayan descubiertos los pies para caminar por las aguas que llevan a Malvinas y una vez allí cantar hasta la madrugada. Y se entiende también que el último 2 de abril, en homenaje a los Veteranos de la guerra, más de 60 mil personas recorrieran el Museo, y al llegar la noche se acercaran otras 20 mil para escuchar un concierto de Arte por la Paz que dirigen León Gieco y Raúl Porchetto. Quizá la tarde más emotiva fue cuando el Museo rindió honores a las Madres de Plaza de Mayo, a puro baile y amor. O quizá fue la de aquel día en que el viejo general de la democracia, Jorge Leal, pionero de la Antártida y fundador de la Base Esperanza, recibiera como mejor presente hablar, en vivo y en directo, con su descendencia allá en los hielos del sur. Pero lo que no tiene parangón es el día en que más de cinco mil alumnos de escuelas primarias y alumnos adultos de planes alfabetizadores prometieran aquí su lealtad a la Bandera de la Patria, como se hace cada 20 de Junio en las escuelas argentinas. Esa ceremonia, ese instante de sus vidas y de las nuestras, ese rayo de luz para las almas buenas, no tienen otro sentido más que la vida misma. Como verán, estamos dejando atrás no tan sólo un concepto de museo que creemos arcaico y por lo tanto aburrido, sino que estamos aprendiendo otra forma de abrazarnos a la Causa Malvinas desde la democracia participativa que este tiempo nos propone, en este lugar del mundo llamado República Argentina, América Latina, América del Sur, la Patria Grande. Que el Epílogo de Ensemble nos ilumine en esta entrada virtuosa al siglo XXI. Es decir, una entrada a un mundo donde se pueda soñar y después seguir soñando, y después seguir amando, en la convicción que sólo así, otro mundo mejor será posible.

Jorge Giles

Es Director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, con sede en el predio de la Ex-Esma, inaugurado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 10 de junio de 2014, convirtiéndose en el primer museo nacional sobre las Islas Malvinas en la historia del Estado argentino. Giles además es docente y periodista; trabajó y escribió para diversos medios periodísticos. www.museomalvinas.gob.ar 95

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