Buenos días abril 2016

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Solidaridad Es un valor que se basa en la uni贸n entre todos para lograr unas metas o prop贸sitos que tenemos en com煤n.


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Tamara Delgado José Luis Proaño Gabriela Vivar Washington Sarmiento Nelson Guerrero Consuelo Moreira Mónica Ruíz Víctor Araujo Xavier Mendoza Torres Vinicio Galo Andrade Janeth Gavilánez Washington Morales Dolores Sánchez María Pachacama Janeth Rodríguez Edwin Valle Manuel Saca

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UNIDAD EDUCATIVA SALESIANA “CARDENAL SPELLMAN” Adaptado por Departamento de Pastoral Colección - Buenos Días 2015-2016

Abril 2016 NH


3 Viernes, 01 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo Una Palabrita al oído El pequeño bosque junto al mar (Sacristan, 2015) Había una vez un pequeño pueblo protegido del mar por un bosque. Pero el bosque estaba constantemente en peligro, pues un grupo de personas acudían cada noche a talar algunos árboles. Los habitantes del poblado se veían obligados a plantar constantemente nuevos árboles que pudieran sustituir a los que habían sido cortados. Así sobrevivieron por muchos años. Pero entonces, ocurrió una desgracia. Una de aquellas familias se extinguió por falta de descendientes, y su zona del bosque comenzó a perder árboles. La tragedia era inevitable, y en el pueblo se prepararon para emigrar. Sin embargo, uno de los jóvenes se negó a abandonar la aldea. “No me marcharé”, dijo, “yo mismo me dedicaré a reforestar esta zona”. Todos sabían que nadie era capaz de mantener por sí mismo una de aquellas zonas replantadas, pero aún así, aceptaron la propuesta del joven. Aquel joven, no tardó en encontrar manos que lo ayudaran a replantar. Pronto descubrieron que no debían cuidar exclusivamente la zona asignada, sino que era necesario plantar allí donde hiciera falta. Pero hacía falta en tantos sitios, que comenzaron a plantar incluso durante la noche, a pesar del miedo que sentían, ante la posibilidad de encontrarse con las personas que cortaban los árboles en la noche. Las plantaciones nocturnas hicieron que se encuentren cuidadores y exterminadores, fue cuando descubrieron que, quienes talaban los árboles eran personas miembros de una tribu que se escondían en unas cuevas de los acantilados durante el día, y acudían a la superficie durante la noche para obtener un poco de leña y comida para sobrevivir. La gente del pueblo les invitó a vivir en su poblado, donde iban a tener agua y comida, entonces el pueblo ganó manos para plantar y perdió brazos para talar. Pronto, el pueblo se llenó de agradecidos “taladores”. Y tanta fue su ayuda, que el bosque comenzó a crecer. Día tras día, año tras año, de forma casi imperceptible, el bosque se hacía más y más grande, aumentando la superficie que protegía, hasta que finalmente las sucesivas generaciones de aquel pueblo pudieron vivir en aquel pueblo junto al mar.


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Tiempo para la reflexión La solidaridad es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común. Oración final: Señor, Jesús. Ayúdame a mantener siempre atentos los oídos, a las necesidades de los demás y escuchar su pedido de ayuda. Quiero mantener la mirada siempre alerta, y mis ojos atentos en los problemas de mi Comunidad Educativa, con el afán de ayudar. Amén

Lunes, 04 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo Una Palabrita al oído Robot desprogramado (Sacristan, 2015) Había un niño a quien no le gustaba ayudar en casa y tenía su cuarto muy desordenado. Sus padres compraron un robot para hacer las tareas del hogar. Así que aquel primer día el niño dejó su habitación hecha un desastre, sólo para levantarse al día siguiente y comprobar que todo estaba perfectamente limpio. De hecho, estaba "demasiado" limpio, porque no era capaz de encontrar nada. Por mucho que los buscó, no volvieron a aparecer, y lo mismo fue ocurriendo con muchas otras cosas que desaparecían. Así que empezó a sospechar del robot. El niño fue corriendo a contar a sus padres que el robot estaba roto y mal programado, y les pidió que lo cambiaran. Pero sus padres dijeron que estaban muy contentos con el robot y que no lo cambiarían.


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Un día, el robot oyó sus protestas, y le dijo: Pensé que no te gustaban tus cosas, y que por eso las tratabas tan mal y las tenías por el suelo. Yo estoy programado para recoger todo lo que pueda servir, y por las noches lo envío a lugares donde a otra gente pueda darles buen uso. Entonces el niño se sintió avergonzado. Llevaba toda la vida acumulando cosas que no utilizaba nunca, cuando era verdad que mucha otra gente estaría encantada de tratarlas con todo el cuidado del mundo. Y comprendió que su robot no estaba roto ni desprogramado. Desde entonces, armó una campaña permanente para crear conciencia en sus amigos, recolectar cosas en buen estado, visitar y ayudar a otras personas. Tiempo para la reflexión La solidaridad es asumir voluntaria y desinteresadamente las necesidades de los demás. Oración final: María Auxiliadora Enséñanos a vivir el valor de la solidaridad en nuestra comunidad educativa, que podamos mirar a nuestros compañeros como hermanos, y sentir sus necesidades como si fueran nuestras. Querida madre, queremos seguir tu ejemplo de bondad y solidaridad, con acciones concretas y caminar de tu mano hacia el encuentro con las personas más necesitadas Amén

Martes, 05 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído Mármol y ónix Al tío Anselmo le encantaba el ajedrez, un día enseñarle a su sobrino Martín todo lo que sabía. Martín era muy inteligente. Así que no le costó ningún esfuerzo aprender a jugar ajedrez.


6 Al principio, como es natural, Anselmo ganaba con facilidad todas las partidas. Sin embargo, con el paso de las semanas, las cosas fueron cambiando. Su sobrino mejoró hasta que, un día, superó a su maestro. “¡Jaque mate!”, exclamó Martín tras una partida. Con el paso del tiempo, Martín se especializaba más e iba derrotando a los mejores ajedrecistas del lugar. Era conocido y admirado en toda la región. Ahora su meta era participar en el Campeonato de Ajedrez. El tío y el papá de Martín, habían prometido pagarle la inscripción al torneo. Por desgracia, las cosechas de ese año resultaron muy malas y su familia apenas tenía dinero para lo esencial. “Quizá el año próximo puedas ir”, le dijeron ambos con tristeza. Cuando los vecinos se enteraron de que Martín no participaría en el campeonato, también se entristecieron. Sucedió entonces que la familia que vivía en la casa de enfrente fue con el papá de Martín y con su tío y les entregó dinero. “Sabemos que es muy poco —dijeron—, pero de algo les servirá.” Ellos no querían aceptarlo, pero ante la insistencia de sus vecinos, dijeron que sí. Al día siguiente otra familia vecina hizo lo mismo, y luego otra y otra. Al final, treinta familias habían cooperado para que Martín se inscribiera en el torneo. Martín obtuvo el primer lugar. Su talento sorprendió a todos. Los premios eran una beca de estudios y un lujoso ajedrez. Las piezas blancas eran de mármol y las negras de ónix. Al regresar a su pueblo todos lo felicitaban y le aplaudían. Entonces Martín le regaló a cada una de las treinta familias que lo había apoyado una de las piezas del ajedrez que recibió como premio. Únicamente se quedó con las dos que representaban al rey. La de mármol se la dio a su papá y la de ónix a su querido tío Anselmo Tiempo para la reflexión ¿Qué mensaje de solidaridad, te deja la historia? Oración final: Señor, Jesús Queremos llegar a ser la voz de los humildes, descubrir la justicia y la bondad de la gente que nos rodea, para contagiarnos del valor de la solidaridad y poder así llevar un mensaje cargado de esperanza, amor y paz. Amén


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Miércoles, 06 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído Helado de cereza Una mañana apareció abandonada una niña recién nacida, envuelta en una cobija. Al enterarse el alcalde, llamó a la gente del lugar, para decidir qué hacer con ella. El dueño de la tienda dijo: “sugiero que la dejemos con nosotros y la criemos entre todos pues por aquí ya casi no hay niños”. Una pareja que no había podido tener hijos la llevó a su casa y le arregló un cuarto sencillo, pero limpio, cómodo y soleado. La pequeña Inés (así le pusieron después de votar) se fue ganando el corazón de la gente del pueblo y, al mismo tiempo, borró sus diferencias. La señora del bazar, le obsequió ropa. El dueño de la tienda, le surtía leche fresca muy temprano. Dos ancianas le cosieron pequeñas mantas, y los jóvenes del lugar le hicieron unos juguetes de madera. Con Inés había llegado la alegría al pueblo. Pero un día enfermó de una tos tan profunda que todos temieron por su vida, buscaron al médico del dispensario, quien la examinó y le recetó: helado de cereza… Por allí no había dónde conseguir un helado. Entonces una de las señoras se acordó de haber visto la receta en el viejo libro de su tía. Uno de los muchachos del lugar, manejó hasta el cerro y bajó de él cargando pesados baldes de nieve. La señora dueña del supermercado ofreció un tarro de miel para endulzarla. Pero faltaban las cerezas, que eran el fruto predilecto de los niños, quienes se organizaron para recolectarlas. Una vez que el helado estaba listo, se lo ofrecieron a Inés, quién lo aceptó con apetito, se comió todo y al día siguiente ya no tosía. Pasaron unos días, y los habitantes del pueblo construyeron un quiosco para obsequiar helado de cereza para quien lo necesitara y como muestra de su solidaridad. Tiempo para la reflexión


8 Ser solidario no sólo consiste en dar ayuda, sino que implica un compromiso con aquel a quien se brinda solidaridad. Oración final: María Auxiliadora, Nos comprometemos a vivir el valor de la solidaridad en nuestra comunidad educativa, te pedimos que nos enseñes a llevar el mensaje de esperanza, amor y paz, que nos dejó tu Hijo. Queremos que seas nuestra maestra para que podamos, cumplir con nuestro compromiso, pero sobre todo para vivir en justicia y libertad. Amén

Jueves, 07 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído Las niñas perdidas (Anzures) En un pueblo lejano, hubo cierto día una tormenta muy fuerte. Silvia y Elizabeth eran dos pequeñas hermanas del poblado. La tormenta las sorprendió cuando volvían a casa caminando desde la escuela. No lograron alcanzar su hogar, la corriente las arrastró y las llevó a las afueras. Se tomaron muy fuerte de la mano y cientos de metros más adelante Silvia, que era la mayor, logró detenerse de la rama de un árbol. Haciendo un esfuerzo extraordinario para su tamaño, jaló a su hermana y nadó, con un solo brazo, hasta un terreno seguro. ¡Habían logrado salvarse! Sin embargo, estaban muy lejos de su casa. Pasaron aquella noche en el campo, solas, atemorizadas y con frio. El panorama del pueblo era muy triste, ya que varios niños habían desaparecido con la tormenta, al inicio nadie se animaba a salir en busca de los niños perdidos. Entonces los padres de Silvia y Elizabeth se organizaron para ir al rescate, poco a poco más personas se unieron a esta iniciativa y así comenzaron su búsqueda. A su paso iban encontrando a varios niños, y aunque no los conocieran igual los rescataban. Instalaron un campamento de niños rescatados, cada hora llegaba alguien


9 trayendo a un damnificado; así también, cada hora se iban encontrando niños y niñas con sus familias. Sin embargo y pese a todos los esfuerzos no encontraban a Silvia y Elizabeth, entonces los niños del campamento y sus familias hicieron una larga cadena con sus manos, encendieron unas velitas e hicieron una oración. Las niñas extraviadas vieron las luces de las velas a la distancia y escucharon las oraciones, corrieron al campamento, y hallaron a sus padres. Tiempo para la reflexión La solidaridad nos hace capaces de “ponernos en la piel” de los demás compasivamente, compartiendo así sus sentimientos y problemas. Oración final: Señor Jesús, Nos presentamos ante ti con humildad, sabemos que ser solidarios y dejar la comodidad personal no es sencillo. Reconocemos que debemos arriesgar muchas cosas por el valor de la solidaridad, ayúdanos a ser valientes igual que tú, que fuiste capaz de donar tu vida como la mayor prueba de amor por los amigos. Ayúdanos a vivir en una comunidad educativa justa y solidaria. Amén Viernes, 08 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído La abeja reina (Adaptación de la abeja reina de los Hnos. Grimm) Tres hermanos partieron en busca de fortuna. Cansados de caminar sin rumbo, llegaron a un pequeño pueblo donde, por efecto de un hechizo, todos los habitantes se habían convertido en figuras de piedra. Entraron a un gran palacio, y llegaron a una habitación donde había un hombrecillo de corta estatura. Al verlos, éste no les dijo nada. Simplemente los tomó del brazo y los condujo a una mesa donde estaban servidos ricos manjares.


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Cuando terminaron de cenar, llevó a cada uno a un dormitorio. Los tres durmieron y despertaron llenos de energía. El hombrecillo fue por el hermano mayor y lo llevó a una mesa de piedra para darle de desayunar. Sobre ella estaban escritas las tres pruebas que debía superar para librar al pueblo del encantamiento. La primera era ésta: en el bosque, bajo el musgo, estaban unas mil perlas. Había que buscarlas todas antes de que el sol se pusiera y traerlas al palacio. Si no las hallaba, él mismo se convertiría en piedra. El mayor fue pero, a pesar de su esfuerzo, sólo halló cien, y se convirtió en piedra. Al día siguiente, el segundo hermano realizó la prueba, pero sólo halló doscientas y también se convirtió en piedra. Llegó el turno del menor. Éste llegó temprano y se puso a buscar en el musgo. Casi no encontraba ninguna y se sentó en una piedra a llorar de aflicción. Pero por allí andaba el rey del hormiguero que apenado por verlo en esa situación decidió ayudarlo, trajo cinco mil hormigas para ubicar las perlas y en muy poco tiempo habían encontrado todas. Cuando volvió al palacio para entregarlas, le esperaba la segunda prueba. La llave del palacio se había caído al fondo del lago. Era necesario recuperarla. Al llegar a la orilla unos patos al ver su desesperación se sumergieron bajo el agua y, en cuestión de minutos, uno traía la dorada llave en el pico. La tercera prueba era la más difícil. Entre las tres hijas del rey, que estaban dormidas hacía meses, había que escoger a la más buena. El problema es que eran muy parecidas. Sólo las diferenciaba un detalle. Las dos mayores habían comido un terrón de azúcar, y la menor, una cucharada de miel. “¿Qué haré?” pensó muy apurado. Pero entonces, por la ventana entró volando la reina de las abejas y se posó en la boca de la que había comido miel. De este modo reconoció a la más buena. En ese mismo instante se rompió el encantamiento. Los habitantes del palacio despertaron y todas las figuras de piedra recuperaron su forma humana.


11 Tiempo para la reflexión ¿De qué forma se expresó la solidaridad en esta historia? Oración final: Rezamos un Ave María, pidiendo para que el valor de la solidaridad se viva en nuestro Centro Educativo Salesiano. Lunes, 11 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído El pozo Un hombre cayó en un pozo, y no podía salir. Una persona subjetiva pasó y le dijo: “Lamento que estés allí abajo”. Una persona objetiva pasó y le dijo: “Era lógico que alguien se iba a caer en ese pozo”. Un fariseo pasó y le dijo: “Sólo las personas malas caen en pozos”. Un matemático calculó cuán profundo era el pozo. Un periodista quería la historia exclusiva sobre la caída en el pozo. Un trabajador del SRI quiso saber si estaba pagando impuestos por el pozo. Un vendedor dijo: “No has visto nada si no has visto mi pozo”. Un predicador de plagas y castigos dijo: “Te mereces el pozo”. Un científico observó: “El pozo está en tu mente”. Un psicólogo dijo: “Tu padre y tu madre son los culpables de que estés en el pozo”. Un optimista dijo: “Las cosas podrían ser peores”. Un pesimista dijo: “Las cosas se pondrán peores”. … Un hombre compasivo no dijo nada, y le sacó del pozo. Tiempo para la reflexión La solidaridad debe mirar tanto por el prójimo más cercano como por el hermano más distante Oración final: Señor Jesús,


12 Ayúdame a aprender de Ti, a vivir atento a las necesidades de los demás, y a poner los medios para que mi solidaridad sea afectiva, y que se haga efectivamente concreta. Amén Martes, 12 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído El espantapájaros Un labrador muy avaro, que vivía en un lejano pueblo, construyó un espantapájaros que le ayudara eficazmente en el cuidado del huerto, ya que no quería compartir ni un solo de los productos de su granja con los animales que vivían en el lugar. El espantapájaros quedó en el huerto. Sin tardar mucho, un gorrión necesitado sobrevolaba muy bajito para buscar trigo en el huerto. El espantapájaros quiso cumplir con su oficio y trató de ahuyentarlo, pero el pájaro se colocó en el árbol y dijo: -¡Tienes mucho trigo. Dame algo para mis hijos! -No es posible que te lleves nada del huerto dijo el espantapájaros. Sin embargo, te ofrezco mis dientes de trigo. El gorrión, contento y conmovido, recogió los granos de trigo. El espantapájaros quedó satisfecho de su acción, aunque sin dientes. A los pocos días, entró en el huerto un conejo. Nuevamente el espantapájaros quiso cumplir con su deber de ahuyentarlo, pero el conejo, dijo: - Quiero una zanahoria: tengo hambre. El espantapájaros le ofreció su nariz que estaba hecha de zanahoria. Una mañana apareció una gallina que no tenía que comer, el espantapájaros al verla, le dio sus ojos, formados por granos de maíz para que se alimentara. En la tarde oyó una voz humana. Era de un trabajador de la finca que había sido despedido por el labrador. -Ahora soy un vagabundo —le dijo. -Coge mi vestido, es lo único que puedo ofrecerte respondió el espantapájaros, el vagabundo lo tomó y se marchó agradecido. Ese mismo día, un poco más tarde, oyó llorar a un niño que buscaba comida para su madre. El dueño de la huerta la había despedido, sin atender a su necesidad. Te doy mi cabeza, que es una hermosa calabaza. -exclamó el espantapájaros-


13 Al amanecer, el labrador fue al huerto y, cuando vio el estado en que había quedado el espantapájaros, se enfadó tanto que le prendió fuego. Al caer al suelo su corazón de manzana el labrador, riéndose, dijo: - Esto me lo como yo.- Pero, al morder, experimentó un cambio: su corazón de piedra se convirtió en un corazón de carne. En adelante, el huerto del labrador se convirtió en un jardín donde todos se recreaban con la hermosa nota del calor humano. Tiempo para la reflexión Ser solidario no es dar de lo que nos sobra, sino darse uno mismo. Oración final: María Auxiliadora, Madre de la Solidaridad, intercede para que yo pueda recorrer el camino de amar a mis hermanos como me lo pide el Señor Jesús. Amén Miércoles, 13 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído La naturaleza del cielo Un hombre, su caballo y su perro andaban por una calle. Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta de que los tres habían muerto en un accidente. Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición. La caminata era muy larga, cuesta arriba; el sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed. Precisaban desesperadamente agua. En una curva del camino avistaron una puerta enorme, que conducía a una plaza con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina. El caminante se dirigió al hombre que dentro de una garita cuidaba de la entrada. El guardia le indicó que se encontraban en el cielo. El hombre le indicó que tenían mucha sed, a lo que el guardia replicó que solo él podía pasar, pues no se aceptaban animales en el lugar. El hombre se sintió muy decepcionado, porque su sed era grande. Más él no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino.


14 Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semi abierto, que daba a un camino de tierra, con árboles a ambos lados que le hacían sombra. Debajo de uno de los árboles había un hombre recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, que parecía dormir. -Buen día -dijo el caminante. -Buen día -respondió el hombre. -Estamos con mucha sed; yo, mi caballo y mi perro. -Hay una fuente en aquellas piedras -dijo el hombre indicando el lugar. Pueden beber a voluntad. El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed. -Muchas gracias -dijo el caminante al salir. -Vuelvan cuando quieran -respondió el hombre. -A propósito -dijo el caminante-: ¿cuál es el nombre de este lugar? -Cielo -respondió el hombre. -¿Cielo? ¡Pero si el guardián del portón de mármol me dijo que allí era el cielo! -Aquello no es el cielo; aquello es el infierno. -Entonces -dijo el caminante-, esa información falsa debe causar grandes confusiones. -De ninguna manera -respondió el hombre. En verdad ellos nos hacen un gran favor, porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos. Tiempo para la reflexión ¿Qué mensaje te deja la historia? Oración final: Señor Jesús, queremos seguirte por la senda del buen Samaritano. Queremos atrevernos a andar tras sus pasos. A superar las dificultades del camino. A vencer los cansancios de la marcha. Ayúdanos a vivir el valor de la solidaridad trazando sendas nuevas para que otros sigan, entusiasmados, y continúen tu obra. Amén Jueves, 14 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído Del jardín a la prisión


15 Hace mucho tiempo, el hambre asolaba la ciudad de Damasco... Ninguna lluvia caía del cielo sobre la seca tierra, las fuentes se agotaban, los bosques ya no tenían ni hojas ni frutos, las colinas estaban secas y sin pájaros. Los hombres se veían, obligados a comer langostas. En medio de esta desolación, un hombre se encontró por la calle a uno de sus amigos. Era un gran personaje, poseedor de una fortuna inmensa. Sin embargo, se veía muy mal, por lo que le dijo: — ¿Qué te ocurrió? Y su amigo le respondió: — ¿No te has dado cuenta? La miseria ha llegado; el cielo no deja caer la lluvia y la queja de los hombres no puede subir hasta el cielo. — ¿Por qué te apuras? —Respondió el hombre—: Tú eres rico y no puedes, como los demás, morir en la miseria. El amigo le miró con mucha pena y le explicó: —El hombre de corazón no permanece en la orilla cuando sus compañeros son arrastrados por la corriente; no es el hambre lo que hunde mis mejillas y da a mi frente el color del marfil: es la angustia por aquellos a quienes la miseria consume. El sabio teme más el sufrimiento de los demás que el suyo propio, y el hombre bueno debe siempre compartir el dolor de su prójimo. Cuando contemplo a mí alrededor a tantos que mueren de hambre y de sed, tengo horror a los alimentos como se tiene horror al veneno. Tiempo para la reflexión La Solidaridad está fundada en el principio de la igualdad radical que une a todas las personas, porque somos miembros de una gran familia, por lo tanto somos responsables de lo que le sucede a los demás y nos debemos ayudar mutuamente, prestándonos servicios de manera desinteresada Oración final: María Auxiliadora, Enséñanos a dar la vida por los demás, a trabajar duro por la justicia y la solidaridad. Queremos construir el Reino de Dios, desde lugares remotos. Ayúdanos a entender


16 que para ser solidario debemos hacer nuestras actividades de forma anónima, entregando nuestra vida para que otros vivan más y mejor. Amén Viernes, 15 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído Dando la vida Una niña llamada Liz sufría de una enfermedad rara y seria. Su única oportunidad de recuperación era una transfusión de sangre de su hermanito de 5 años, quien se había salvado milagrosamente de esa misma enfermedad y había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El médico le explicó la situación al hermanito, y le preguntó que si estaba dispuesto a darle sangre a su hermana. Lo vi vacilar un momento antes de respirar fuertemente y decirle: «Sí, lo haré si eso ayuda a salvarla». Mientras progresaba la transfusión, se acostó al lado de su hermana y sonrió viendo cómo el color regresaba a sus mejillas. Entonces, el niño se puso pálido y su sonrisa desapareció. Miró al doctor y preguntó con una voz temblorosa: «Doctor, ¿moriré enseguida?» El niño había malentendido al médico: pensó que le tendría que dar toda su sangre a su hermana para salvarla y que entonces él moriría, sin embargo aun así estaba dispuesto a todo con tal de salvar la vida de su hermanita. Tiempo para la reflexión ¿Por quién estarías dispuesto a hacer lo mismo que el niño de la historia? Oración final: Señor Jesús,


17 Te agradecemos por aquellas personas que viven el valor de la solidaridad a plenitud. Gracias Señor por quienes caminan juntos, en búsqueda comunitaria del Reino de Vida Nueva y fraternidad. Gracias Señor, por quienes se ayudan en las buenas y en las malas, los que aprenden que más pueden dos juntos que uno solo. Amén

Lunes, 18 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído La solidaridad El discípulo de un gran sabio, estaba durmiendo en el suelo junto a la muralla de una ciudad. Todas las lámparas estaban apagadas, todas las puertas cerradas, y el cielo sombrío de agosto ocultaba todas las estrellas. De pronto escuchó unos pasos, se trataba de una hermosa bailarina que estaba vestida con un manto azul. La bailarina llevaba consigo una lámpara, se había compadecido del joven, por lo que se acercó y le dijo: «No te quedes aquí, ven a mi casa a descansar, el sucio suelo no es para ti». El joven respondió: «Mujer, tú sigue tu camino; que ya iré yo a buscarte cuando llegue la hora». La mujer siguió su camino, de repente, un relámpago rompió el silencio y la mujer tembló de miedo. Las ramas de los árboles que bordeaban el camino cayeron y lastimaron a la mujer. El joven al escuchar el ruido, camino para ver lo que sucedía, atravesó la ciudad y llegó al bosque que la rodeaba. Allí encontró a una mujer tendida en el suelo, con el cuerpo cubierto de llagas. El joven se sentó a su lado, colocó en sus rodillas su cabeza, humedeció con agua sus labios y untó de bálsamo su cuerpo.


18 « ¿Quién eres, que así te compadeces?», preguntó la mujer. «Ha llegado por fin la hora en que debía visitarte, y aquí me tienes a tu lado», le contestó el joven. Tiempo para la reflexión Luego de escuchar la historia, indica ¿Cuál es el significado de solidaridad? Oración final: María Auxiliadora: Ayúdanos a ser personas solidarias con todas las personas que forman parte de nuestra comunidad educativa salesiana, queremos ser de aquellos que piensan primero en nuestros compañeros y compañeras, necesitamos encontrar nuestra alegría y el sentido de la vida en trabajar por los demás. Amén Martes, 19 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído El paraíso Hace algún tiempo, en un monasterio vivía un monje cuya vida transcurría entre la oración y el trabajo. El poco tiempo que le quedaba, lo invertía en ir a un hospital cercano, donde atendía y cuidaba de la gente necesitada que se encontraba allí: ancianos, niños abandonados, enfermos... Había entrado muy joven en el monasterio, y en esa vida agotadora de oración, trabajo y servicio fueron pasando los años. Un día, recibió la visita de un ángel de luz, que le dijo: —Vengo a decirte, de parte de Dios, que tus días se han acabado. Vente conmigo al paraíso: tu labor en este mundo se ha cumplido. Sin dejar de hacer sus faenas cotidianas, el monje replicó: —No quiero parecer descortés, pero, ¿No podrías venir en otro momento? Todavía no he acabado de hacer la cena y, además, mañana tengo que atender a mucha gente en el hospital.


19 El ángel asintió, y se marchó. Pasó algún tiempo. El monje iba envejeciendo pero, a pesar de sus cada vez más menguadas fuerzas, seguía con su vida de siempre. Un atardecer, volvió a recibir la visita del ángel, y el monje volvió a excusarse, diciéndole que todavía no podía acompañarle, pues tenía muchas cosas que hacer. Las visitas se repitieron algunas veces más, pero el monje siempre daba evasivas, y seguía con sus tareas. Hasta que un día, el monje se sintió muy viejo y muy cansado, y comprendió que, aunque quisiera, ya no podría seguir haciendo su vida de siempre. Por eso, cuando volvió a recibir la visita del ángel, no se resistió, y le pidió que, ahora sí, le llevara por fin al paraíso, para poder descansar. Al oír su petición, el ángel le contestó: — ¿Qué quieres ir ahora al paraíso? ¿Dónde te crees que has estado durante todos estos años? Tiempo para la reflexión ¿Qué acciones de solidaridad realizas en tu centro educativo salesiano? Oración final: Señor Jesús, maestro bueno, enséñame el camino para vivir solidariamente. Ayúdame a convertir mi corazón duro en un corazón sensible y cercano a los que sufren. Dame la sencillez necesaria para conmoverme frente al prójimo y acudir en su ayuda. Que no sea mezquino en mi entrega, que aprenda a dar todo lo que tengo: mis cosas, mi tiempo, mi esfuerzo, mi vida entera para que otros vivan más y mejor .Amén

Miércoles, 20 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído La vida eterna


20 Me pregunté en qué consiste la solidaridad y luego de varias reflexiones, entendí que ser solidario no es dar de lo que te sobra, sino darse a uno mismo. Entonces pensé en lo maravilloso que sería: Dar mis ojos a aquella persona que jamás ha contemplado el amanecer, que no ha visto el rostro de un niño; Dar mi corazón a alguna persona a quien el suyo sólo le haya valido interminables días de sufrimiento. Dar mi sangre al adolescente rescatado de su automóvil en ruinas, a fin de que pueda vivir hasta ver a sus nietos jugando a su lado. Dar mis riñones al enfermo que debe recurrir a una máquina para vivir de una semana a otra. Dar mis huesos, mis músculos, las fibras y nervios de todo mi cuerpo para que un niño pueda caminar Dar mis células y hacer que se desarrollen, de modo que algún día una joven sin habla logre gritar con entusiasmo al ver un gol Si hago todo esto tendré vida eterna, y no la quiero para mi sino para seguir donándola al servicio de las demás personas. A partir de ahora quiero donar mi vida y enterrar mis errores, mis flaquezas y todos mis prejuicios contra mi prójimo. Tiempo para la reflexión ¿Qué muestras de solidaridad has dado en tu centro educativo salesiano? Oración final: María Auxiliadora, Ayúdame a tener compasión, que no es lástima, sino solidaridad activa y compromiso con mi prójimo. Sentir con él, padecer con él, movilizarse desde adentro para ir a su encuentro. Dejar los propios intereses, para atender lo de las otras personas; pero sobre todo, Madre enséñame a dar, antes que pedir y que recibir. Amén Jueves, 21 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído El buen samaritano


21 Alberto conducía su nuevo automóvil, un gran Mercedes, a mucha velocidad, porque no quería llegar tarde al trabajo. Estaba disfrutando de su flamante auto, una de sus más apreciadas posesiones, cuando, de repente, un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás. Alberto frenó el coche con un chirrido de cubiertas nuevas y dio marcha atrás hasta el lugar de donde había salido el ladrillo. Se bajó del coche y vio a un niño en la acera. Fue hacia él, le agarró, le sacudió y le gritó muy enfadado: — ¿Qué demonios estás haciendo? ¡Te va a costar caro lo que le hiciste a mi coche! ¿Por qué tiraste el ladrillo? El niño, llorando, le contestó: —Lo siento, señor, pero no sabía qué hacer: mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado... no lo puedo levantar yo solo. ¡Nadie quería detenerse a ayudarme! Alberto sintió un nudo en la garganta. Fue a levantar al joven y ponerlo en su silla de ruedas, mirando con detenimiento sus heridas. Eran unas raspaduras sin mucha importancia, y vio que no estaba en peligro. Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla rodante hacia su casa, Alberto se dirigió lentamente a su Mercedes, pensando con seriedad en lo que le había sucedido. Pasaron días y semanas, pero no quiso llevar el coche a repararlo, sino que dejó la puerta como estaba, para recordar siempre que no debía ir por la vida tan de prisa que alguien tuviera que tirarle un ladrillo para llamar su atención. Tiempo para la reflexión ¿Has recibido algún ladrillo últimamente de alguien que está tal vez muy cercano a ti y que necesita tu ayuda? Oración final: Señor Jesús, Enséñame a ser solidario. A vivir el amor de verdad y a construir la justicia. Enséñame a compartir todo lo que tengo. Ayúdame a liberarme de todo lo que me ata y me impide ser generoso con los demás. Ayúdame a dedicar tiempo a atender a los que sufren y a los que necesitan. Amén


22 Viernes, 22 abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído La ardilla de la concepción (Vega) Cierta ardilla amable y muy inquieta vivía en un hermoso parque. Le agradaba jugar en las ramas de los árboles sin tener contacto alguno con el suelo, pues les tenía mucho miedo a las personas. Resulta que un día aquella ardilla escuchó que iba a derribar su árbol. -¿Qué voy a hacer? -Dijo la ardilla- Ya sé le avisaré a la amiga iguana y a los amigos pájaros. Cuando se encontró con la iguana, la ardilla, muy preocupada, le comentó lo que había escuchado el otro día. – Yo sólo como las sabrosas hojas de aquellos árboles y no del tuyo. Además, ese no es mi problema -Afirmó la iguana y se retiró indiferente a la necesidad de su amiga. Fue en búsqueda de los pájaros en lo más alto de los árboles. Allí les contó sobre sus dificultad, pero ellos le dijeron que sus nidos estaban seguros en otros árboles y no en el de ella. Por lo tanto, ese no era su problema. Y se fueron volando cada cual a su nido. La ardilla se sintió decepcionada por la forma de ser de sus amigos del parque. Así que pensó y tomó una decisión arriesgada: se acercaría a las personas. Temerosa, pero decidida se aproximó a aquellos seres que querían destruir su hogar. Grande fue su sorpresa al ver que no todas las personas eran malvadas. Se ganó el cariño y el respeto de todos los visitantes al punto que decidieron no derribar su árbol. Sin embargo, si decidieron cortar algunas ramas de los árboles vecinos. La iguana se lamentó de no poder comer sus sabrosas hojas, y los pájaros, pobres pájaros, lloraron, pues algunos de sus nidos cayeron junto con las ramas cortadas.


23 A partir de ese día, comprendieron que la verdadera fuerza está en la unidad y la necesidad de uno debe ser la preocupación de todos. Tiempo para la reflexión ¿De qué forma vas a vivir la solidaridad en tu centro educativo salesiano? Oración final: María Auxiliadora, Enséñame a descubrir el rostro de tu Hijo, en el que pasa hambre, sufre sed, frío, enfermo o en la cárcel. Enséñame a verte en los despojados que viven al lado del camino en nuestra sociedad de hoy. Enséñame a ser solidario compartiendo lo que tengo, que no es mío sino regalo de Dios. Amén Lunes ,25 Abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído ¿CUÁNTO CUESTA UN HELADO? En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de 10 años entró en un establecimiento y se sentó en una mesa. La mesera puso un vaso de agua frente a él. Preguntó el niño: ¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?, cincuenta centavos respondió la mesera. El niño sacó su mano del bolsillo y examinó un número de monedas. ¿Cuánto cuesta un helado solo? Volvió a preguntar el niño. Algunas personas estaban esperando por una mesa y la mesera ya estaba un poco impaciente, treinta y cinco centavos dijo ella bruscamente. El niño volvió a contar las monedas. Quiero el helado solo dijo el niño, la mesera le trajo el helado y puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se marchó. Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio. Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, estaban veinticinco centavos… su propina.


24 ¡No debemos dar a los demás de lo que nos sobra, demos a los demás nuestro sacrificio y desprendimiento! Tiempo para la reflexión ¿Cuántas veces hemos actuado como la mesera con nuestro próximo? Oración final: Señor, enséñame a ser generoso y a dar sin calcular, a devolver bien por mal, a servir sin esperar recompensa. Y amar a mi prójimo como a ti mismo. Amén Martes ,26 Abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído LAS CONSECUENCIAS DEL EGOÍSMO (Lc. 16, 19-26) Había un hombre rico que se vestía siempre bien y todos los días había grandes banquetes en su casa. Echado a la puerta del rico había siempre un hombre pobre lleno de llagas llamado Lázaro, él ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico. Murió el pobre y los ángeles lo llevaron junto a Abraham, murió el rico y lo sepultaron. Estando el rico en el lugar de los muertos, en medio de tormentos, alzó la vista y divisó a Abraham y a Lázaro a su lado. Lo llamó y le dijo. “Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la puna del dedo en agua y me refresque la lengua, pues me atormentan las llamas”. Respondió Abraham:


25 “Hijo, recuerda que en vida recibiste bienes y Lázaro por su parte desgracias, ahora él es consolado y tú atormentado porque no compartirse cuanto tenías en vida”. Tiempo para la reflexión ¿Comparto mis bienes con las personas que solicitan mi ayuda con desprendimiento y amor? Oración final: Señor Jesús, Enséñame a ser solidario y compartir todo lo que tengo. Ayúdame a liberarme de todo lo que me ata y me impide ser generoso con los demás. Ayúdame a dedicar tiempo a atender a los que sufren y a los que necesitan. Amén. Miércoles ,27 Abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído SOLIDARIDAD CONMIGO MISMO Tienes por delante un Quimestre completo para estudiar y también para otras cosas, como estar con los amigos, disfrutar en casa con la familia… Pero conviene, en cualquier situación que te encuentres, tener en cuenta una serie de actitudes en tu vida. Durante dos días vamos a pensar sobre algunas de ellas, te serán muy útiles. Escucha. 1. AUTOESTIMA. Estudia “a tope” durante un mes y verás cómo sientes valioso y capaz.

te

2. ORGANIZACIÓN. Ordena tu habitación, tu mesa de estudio y tus apuntes cada semana, y sobre todo, haz un buen plan de estudios y, por favor, ¡cúmplelo! 3.

DECISIÓN. Cuando decidas hacer algo que te conviene, pasa a la acción de inmediato; si dudas y te retrasas, estás perdido.


26 4.

SENCILLEZ. Sé muy natural, humano, sencillo y tolerante contigo y con los demás.

5.

PERSONALIDAD. Se tú mismo y aprende a defender tus opiniones sin cabezonería.

6.

VOLUNTAD. Aprende a vencer todos los obstáculos y a que la dificultad sea para ti un motivo para superarte.

7.

BUEN HUMOR. Procura mantener el sentido del humor hasta en los peores momentos.

Tiempo para la reflexión ¿Qué actitudes vives habitualmente en tu diario vivir, a que me comprometo? Oración final: María Auxiliadora, Ayúdanos a entender que para ser solidario debemos poner en práctica las actitudes de solidaridad, para siendo testimonio de vida entregarnos a la ayuda de los demás para que otros vivan más y mejor. Amén


27 Jueves ,28 Abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído SOLIDARIDAD CONMIGO MISMO Como hicimos ayer, vamos a continuar, en este rato de oración, pensado en una serie de actitudes que nos van a ayudar mucho en este curso que acabamos de empezar y en nuestra vida: 8. RESPETO. Respeta a los demás y exige que te respeten. 9. ESFUERZO. Todo lo valioso requiere esfuerzo y sacrificio. 10. COLABORACIÓN. Ayuda a los demás, haz el bien que puedas, sé útil a tus Compañeros. 11. HONESTIDAD. Sé sincero y honesto y te sentirás bien y en paz contigo mismo. 12. RESPONSABILIDAD. No culpes a los demás de tus fracasos; asume tu responsabilidad y corrige tus fallos. 13 .SALUD. Hacer ejercicio físico, y practicar un deporte te ayudará a mantener la salud mental y física. Tiempo para la reflexión ¿Cuáles son las actitudes que a ejemplo de Don Bosco me ayudarán a crecer personalmente y apoyar a los demás?

Oración final: María Auxiliadora, Ayúdanos a entender que para ser solidario debemos poner en práctica las actitudes de solidaridad, para siendo testimonio de vida entregarnos a la ayuda de los demás para que otros vivan más y mejor. Amén.


28 Viernes ,29 Abril 2016 Saludo de Bienvenida: La persona responsable de los buenos días dará un breve saludo. Una Palabrita al oído ENSEÑANZA DE UN MONJE DE ORIENTE Un gran sabio solía andar cubierto únicamente con una túnica gastada y raída. Vivía de forma austera y muy pobre. Pero, aunque parezca absurdo, llevaba siempre consigo un pequeño plato de oro que le había regalado el rey, el cual en otro tiempo fue su discípulo. El maestro de sabiduría portaba aquel plato como recuerdo, pero su corazón no era esclavo de aquel pedazo de oro. Una noche, estaba a punto de acostarse para dormir entre las ruinas de un antiguo monasterio cuando observó la presencia de un ladrón escondido detrás de una de las columnas. - “Ven aquí y toma esto”, -le dijo el maestro de sabiduría mientras le ofrecía el plato de oro. “Así no me molestarás una vez que me haya dormido y podré gozar de este rato de paz que es el descanso”. El ladrón agarró con ansia el plato y salió corriendo. Pero a la mañana siguiente regresó hasta el maestro de sabiduría con el plato... y con una petición: -“Cuando anoche te desprendiste con tanta facilidad de este plato pensé que me hacías inmensamente rico y feliz. Ahora quiero que me enseñes esa riqueza interior que te hace tan desprendido y otorga tanta paz”. Tiempo para la reflexión ¿Para ti que es lo más importante para sentirte feliz o realizado? Oración final: Señor Jesús, enséñame a ser generoso. No tengo muchas cosas para dar, pero he recibido muchos dones y los puedo compartir con los demás. Enséñame a no ser egoísta, y a pensar primero en los demás. Que no me guarde las cosas para mí, sino que aprenda a ofrecerlas, para que todos puedan disfrutar con lo que yo he recibido. Jesús, cambia mi corazón para que descubra que hay más alegría en dar que en recibir. Amén.


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