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GLORIA PALMA
–Porque le da miedo co nvertirlo en gay. –¿Entonces yo como pa dre voy a dejar de mostr arle mi amor a mi hijo, porque ya no lo voy a poder be sar, no voy a poder abrazarlo am orosamente? ¡Ay, no jue gues! –Bueno, de parte de mu chas mujeres te digo qu e el hombre está tomando, en muchos casos, ese res cate de su vida emocional co mo el gran pretexto pa ra la irresponsabilidad mascu lina. Y otras vemos que se está destanteando como se destantearon muchas mujeres en la ola femini sta, al empezar a imita r patrones de los machos. –Sí, las hay...
–... Sí, estuvieron contr a la maternidad por eje mplo, y ahora el hombre le está dejando a la mujer tod a responsabilidad de manu tención, de proveedor. .. –Yo creo que tanto en las mujeres como en los hombres estas actitudes son para acomodarse. Me acomodo lo más cómo do, ok? –¿Por qué al hombre se le facilita tanto alejarse , abandonar a los hijos? Hay algunos que ni siquiera los conocen. Una mujer no lo hace, y si lo hace es, para los demás, “una hiena”, “una desnaturalizada”. –Uuuuuff, pues es que alguien se tiene que qu edar con los hijos, ¿no? Desa fortunadamente regres amos a esos atributos masculin os y femeninos, ¿no? –Pero a ti hombre, ¿no te duele? –Por supuesto que duele . Lo que pasa es que se tapa. ¿Por qué? Porque no pu edo mostrar mi dolor... ¡Po rque no puedo!.. –Y zaz!! Al mes ya está con otra... Qué poco ind ependiente. Siempre ne cesita de una primera, segunda, tercera, cuarta madre y cuantas más le pongan enfrente. –Es eso otra vez: porqu e el hombre no sabe viv ir consigo mismo. –¿Será que tiene el cereb ro entre las piernas? –¡Híjole!.. No creo que sea lo que más le impo rta. El sexo es importantísimo para el hombre como pa ra la mujer...
–Y yo mujer, como dice Octavio Paz en su Laber into de la soledad, me abro y me chingas, ¿no? Así dice qu e fue con la Malinche. En tonces a todas las mexic an as, a partir de la Malinche, nos chingaron, ¿no?.. Qu é poca... inteligencia. –La historia de la Malin che es la de una mujer inteligentísima y cultísima.. .
–¡No lo digo por ella, lo digo por el autor! –Mira, cuando una me ntira la conviertes en ve rdad y se convierte en una tra dición, ya nos chingam os todos: tú, yo, él y ella. Ya me chingué yo como hombre si yo me permito viv ir con esas expectativas , con esos atributos masculin os que debo de tener. Ya me chingué. Ya no voy a viv ir mi vida. Ya no voy a ver a mis hijos. Yo voy a ser un macho y yo voy a an dar ahí afuera buscándome a qu ien coger. Entonces sí: para tí, para mí, para los de más, mi inteligencia la voy a tener entre mis piernas. Si yo como hombre me sigo quedando como el gra n proveedor fracasado, yo voy a ser un hombre fracasa do. Y entonces sí: cuan do mi vieja llegue de su traba jo yo me voy a sentar a ver la tele y le voy a gritar “pásame una chela”, y me la tienes que pasar porqu e estamos en la casa, y ahí yo soy el jefe, ahí mando yo.
–Y ella llega al mismo tiempo cansada del tra bajo y a lo mejor hasta más. –Sí, pero eso no me im porta... ¡Vieja, pásame una chela! Y si me dice “cabró n, párate tú que yo estoy lavando los trastes”. Pu es sí, me voy a parar sí, pero a romperle la madre po rque me dijo cabrón y, ap arte, no me pasó la chela...
–Puros enferrrmos porqu e, digo, yo he visto que esa misma vieja, cuando el hombre se para a pone r la ropa a lavar o se mete a hacer la cena, lo ve co mo un gran maricón que no le sirve de nada porque no es el hombre rudo que la po ne en su lugar. Entonce s, pura gente enferrrma... –Pues de alguna mane ra sí, bola de enfermos mientras no queramos entender. Es lo que te digo: tú co mo mujer tienes tus expecta tivas y estás trabajando en tu cambio, pero de repen te no lo quieres porque tienes bien enquistado desde tu tatarabuela cómo de bes comportarte.
–Pero en todos sus chist es, en sus dobles senti dos, en todo, el hombre se mide de acuerdo al tamaño que tiene por ahí. –Y, bueno, también el hombre siente que si se mete a la cocina entonces ya no tiene que ser prove ed or. –A eso vamos. Vamos cay ¿Por qué no le entran a endo en ciertas expectati la doble, triple, cuádrup vas le y que nos hacen comport anexas jornadas que se arnos de acuerdo a lo qu echa una mujer a diario e nos ? ¿A están pidiendo. Entonces ver... por qué? yo soy el que la tiene má s grande y por eso soy el –¡Esas son payasadas! más chingón y yo te parto A mí desde chico me gu stó mela ma- terme a la cocina y dre, porque yo soy homb no soy un dejadote ni tam re y tú eres mujer... Tan.. po . Tan. co un gay, sí?! Yo creo que tú como mujer tuviste chan ce de
septiembre 2008 cancunissimo.com 99