Este paraíso tiene varias historias de heroicidad, y no únicamente en el aspecto social, cultural, policíaco o político, sino también en el deportivo
L
os héroes son de carne y hueso, no únicamente forman parte de los cuentos, el misticismo y la ciencia ficción. Este es el caso de un grupo de personas que en diferentes años llegaron a la ciudad a jugar futbol profesional en un equipo que en los ochentas veía su primera luz y empezaba a construir un sueño.
LE ÓN
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PIONEROS Pioneros de Cancún, el verdadero equipo del pueblo, los colores del cancunense que entre los ochentas y noventas llegó para quedarse, es realmente el club profesional que ha marcado historia no sólo en la plaza sino también en el estado.
Y los constructores de ese éxito fueron una camada de jugadores que en diferentes años llegaron a enfundarse la playera pionera y dar lo mejor de sí, tanto en el antiguo estadio olímpico, como en el Cancún 86, y como aún lo siguen haciendo, por diversión y camaradería, en el Andrés Quintana Roo y otros escenarios de la península. Fernando Cruz ‘Pichardo’, Jorge Licona, Narciso Morales, Daniel Moguel, Gabriel Ballesteros, Jesús Martínez ‘Chinchay’, Arturo Córdova, Ángel Marín, Enrique Vela, José Guillén, Salvador Reséndiz, Cuauhtémoc Domínguez, Alfonso Rodríguez, Ángel Marín, Genaro López, ‘Chino’ Segura, Víctor Ramírez, entre otros, son parte de esa rica historia del futbol profesional en Quintana Roo. Mencionarlos a todos sería lo justo y correcto, pero el espacio resultaría insuficiente. El legado de Pioneros debía tener un guía, y el yugoslavo Tihomir Jelisavcic ‘Tiko’ fue el hombre que llegó para quedarse y literalmente, morir en el estado, dejando su huella en el futbol como entrenador, padre, guía e instructor de un grupo de muchachos talentosos.
Arturo Córdova, Cuauhtémoc Dominguez, Alfonso Rodríguez y Salvador Reséndiz.
“Tiko fue todo un personaje, un hombre que tenía su propio estilo para dirigir”, comentó Arturo Córdova, el fino defensa lateral que en 1985 llegó a las filas de Pioneros. “La calidad de vida de Cancún, su desarrollo y mantener un trabajo ligado con el futbol me invitaron para que me quedara”, comentó. Un año después de Arturo, llegó a Cancún Cuauhtémoc Domínguez, mediocampista de mucha entrega y que recuerda con nostalgia aquellos grandes duelos contra Venados de Yucatán y Chetumal. “Nuestros rivales por la zona eran Chetumal y Venados, aunque también por ahí tuvimos juegos inolvidables ante Potros Atlante, Texcoco y León”, menciona.
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Quien llegó un poco después a Pioneros fue Salvador Reséndiz, en 1990; un mediocampista que sabía distribuir el juego, y que como Arturo y Cuauhtémoc, arribó al paraíso para quedarse a vivir en él. “El amor por mi esposa y por la ciudad, una ciudad muy bonita, en donde se vive bien, fueron motivos suficientes para establecerme en Cancún”, menciona.