S U P L E M E N T O S O B R E T E M A S D E L A M U J E R | C A M B I O D E M I C H O A C Á N | N Ú M E R O 279 | JUEVES 5 DE MARZO D E 2 0 15
Mujeres Aliadas, la semilla que, una vez árbol, se queda sin fondos POR DINORAH AMBRIZ A Mujeres Aliadas, organización que trabaja por los derechos sexuales y reproductivos de la mujer en la cuenca del Lago de Pátzcuaro, no le fue inalcanzable la gestión de capital semilla, aquel que le otorgaron diversas fundaciones internacionales para impulsar durante su nacimiento a este proyecto de empoderamiento a la mujer. Pero ya que la semilla germinó y ya que la organización es un árbol con las bases para dar frutos, los recursos económicos escasean y la gestión de nuevos apoyos se complica, dice Ondine Rosenthal, directora ejecutiva de la organización asentada en Eron-
garícuaro, que atiende a mujeres de más de 40 comunidades a lo largo de la cuenca del Lago de Pátzcuaro. Lo anterior el pasado fin de semana, en el marco de la graduación de la primera generación de parteras profesionales formadas en la escuela de Mujeres Aliadas, de la cual se espera que en este año, con la acreditación de su plan de estudios, se convierta en la segunda a nivel nacional en ofrecer estudios profesionalizados de partería. Un proyecto que surge de la necesidad de atención humanizada Fue hace más de ocho años, en 2006, cuando Brenda Madura,
partera profesional estadounidense, y Richard Ferguson, epidemiólogo, junto a un equipo de cuatro mujeres mexicanas, detectaron en la región de la cuenca del Lago de Pátzcuaro niveles preocupantes de violación a los derechos sexuales y reproductivos de la mujer. «Cuando vinimos hace ocho años empezamos a escuchar a las mujeres del Lago; eran muchas las que nos dijeron que no les gustaba el trato que recibían en las clínicas, que no les daban información completa, no les daban la oportunidad de elegir sobre sus cuerpos, había muchas mujeres que habían vivido abusos. Durante un año nos dedicamos a escucharlas y así fue como empeza-
mos el programa», narra Brenda Madura, cofundadora de una organización que nació para ofrecer a las mujeres una atención a sus vidas sexuales y reproductivas donde ellas tuvieran un rol protagonista. La necesidad de «una atención donde alguien hable con ellas y las deje elegir y estar involucradas en el cuidado de sus cuerpos de una manera respetuosa y dignificada», fue el origen de la apertura de una clínica, una casa de partos y una escuela de partería para formar a nuevas profesionales que provean ese tipo de atención humanizada, donde se privilegia el dar información completa a la mujer para que ellas tengan las herramientas y puedan tomar
decisiones sobre sus cuerpos. «Son sus cuerpos, ellas deben tomar las decisiones pero no pueden hacerlo si no tienen la información o el empoderamiento para hacerlo», puntualiza Brenda. Un camino lleno de topes Para Mujeres Aliadas el camino no ha sido fácil, a la dificultad de gestionar recursos económicos para su fundación y mantenimiento se han sumado otras, como la de un proceso largo y con numerosos topes para la acreditación de su plan de estudios ante la Secretaría de Salud de Michoacán.
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