2 | 30 DE JULIO DE 2 0 13 | C I E N C I A R I O | CAMBIO DE MICHOACÁN
Medalla de oro en obesidad
Nuestros parientes los hobbits
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ción es el acceso a los alimentos, población muy pobre, salarios de hambre y explotación de los recursos sociales por los gobiernos. Los países con más hambre en América son Haití, Guatemala, Paraguay, Bolivia y Nicaragua, claro, también México, indican los últimos informes de la FAO. ¿Cómo han cambiado los hábitos alimentarios? En las clases medias existe el acceso a los alimentos, pero la calidad cada vez más pobre, mientras se enriquece a las grandes transnacionales. Por otra parte la canasta básica ha dejado de ser básica para ser de lujo. Entre 2000 y 2013 el aumento de los productos de la canasta básica ha sido de un 133 por ciento, motivo que ha llevado a las familias a reemplazar una nutrición de buena calidad por dietas de menos calidad, pero de menor precio. Uno de los terribles ejemplos para México es el consumo de refresco. La Universidad de Yale en 2011 encontró que el mexicano es el consumidor número uno del mundo con 163 litros cada año, seguidos de los chilenos con 116 litros, brasileños (89), colombianos (65) y peruanos (56). Otro factor al problema es el tiempo. La población cada vez invierte más tiempo en desplazarse hacia sus lugares de trabajo y estudio, implicando comer fuera de casa, aunado al poco o nulo compromiso de los vendedores de alimentos de dar un producto de calidad. De esta forma tenemos un pequeño panorama del serio problema de salud que estamos viviendo. Nuestra condición como país en transición epidemiológica, entre enfermedades infecciosas, desnutrición y las crónico-degenerativas, dificulta el desarrollo aunado a los grandes problemas sociales y políticos. ¿Hasta dónde vamos a llegar? fer_liz3110@hotmail.com
María C. González | Cuauhtémoc Sarabia «El hombre se hizo siempre / de todo material, de villas señoriales / o barrio marginal. Toda época fue pieza / de un rompecabezas, para subir la cuesta del gran reino animal...». Canción de Silvio Rodríguez De vez en cuando nos surge la curiosidad por saber quiénes fueron nuestros antepasados. A falta de registros, nos imaginamos que fueron personas notables (y hasta guapas). Los nuevos ricos pretenden tener antepasados nobles, lo que resulta ridículo. Considerando que en el año 1900, el 78 por ciento de la población mexicana era analfabeta (y pobre), podemos pensar que el relativo bienestar y cultura en nuestra familia es reciente y se debe en parte a la lucha de los pobres y analfabetos durante la Revolución. Está totalmente demostrada la evolución de los seres vivos en general y la del hombre en particular. Aunque las creencias religiosas y el racismo hayan dificultado la aceptación de que tenemos antepasados comunes con todos los primates, se conoce ahora bastante bien nuestra genealogía. El registro fósil indica que la posición bípeda data de seis millones de años (Orrorin tugenensis), el uso de herramientas primitivas se inició hace 2.6 millones de años (Homo habilis) y la construcción de hogares y uso del fuego tiene 800 mil años (Homo neanderthalensis). Los humanos modernos estamos acostumbrados a la idea de que el objetivo de la creación (los religiosos) o de la evolución, es precisamente nuestra existencia. Esa creencia es errónea. Todos los seres vivos que nos rodean se pueden considerar exitosos, precisamente por la habilidad de sobrevivir. Se sabe que los parientes humanos (género Homo) más cercanos a no-
«Actualmente no sabemos si en el futuro lejano esta especie ( Homo sapiens) será el origen común de otras nuevas especies ni cómo serán éstas».
sotros fueron contemporáneos. Los neanderthales se extinguieron hace 28 mil años y, de acuerdo a hallazgos recientes, el «Homo floresiensis» se extinguió apenas hace 17 mil años, dejándonos a nosotros (Homo sapiens) como única especie sobreviviente de un gran árbol evolutivo humano. El descubrimiento de los restos del «Homo floresiensis» ocurrió en el año 2003, en una cueva en la Isla Flores, en Indonesia. En la excavación se encontraron partes de los esqueletos de nueve individuos adultos, incluyendo un cráneo completo. Una característica relevante es que la estatura de los individuos era muy baja (aproximadamente un metro) y pies proporcional-
mente grandes. Los medios se apresuraron a llamar a esa especie «hobbits» en alusión a los personajes homónimos de las obras del escritor y filólogo inglés J.R.R. Tolkien (El señor de los anillos, etcétera). Desde el descubrimiento de los fósiles en cuestión, ha habido mucha controversia sobre la propuesta que se trata de una especie nueva. Debido a otra característica importante del floresiensis que es su cerebro pequeño, algunos investigadores opinan que los individuos son humanos modernos que padecían alguna de las patologías conocidas como microcefalia. El profesor Charles Oxnard, de la Universidad Western Australia, sugirió en 2008 que el reducido
tamaño cerebral se debió a un cretinismo congénito debido a hipotiroidismo por deficiencia de yodo. En el mismo 2008 los investigadores Kieran McNulty y Karen Baab, de la Unversidad Stony Brook de Nueva York, compararon las medidas tridimensionales de las superficies craneales del fósil con humanos modernos de la misma estatura. Concluyeron que se trata efectivamente de una nueva especie humana, que comparte características muy arcaicas (Homo erectus) con las del hombre moderno. El 10 de julio de este año, se publicó otro artículo de investigadores de la misma Stony Book y de la Universidad de Minnesota, confirmando las conclusiones. Se sabe actualmente que en las especies animales confinadas en una isla con recursos escasos y sin depredadores, sobreviven principalmente los individuos de pequeño tamaño. Controversias como la descrita son comunes en la ciencia, esto no demerita el trabajo de los investigadores, sino al contrario. Con cada hallazgo se obtiene información valiosa, misma que al finalizar las investigaciones sirve para armar un panorama completo sobre el objeto de la investigación. La investigación científica en el campo de la antropología, sigue dando resultados fascinantes. Saber de dónde procedemos es un buen punto de referencia para saber quiénes somos. Desde luego que la evolución humana continuará desarrollándose. Actualmente no sabemos si en el futuro lejano esta especie (Homo sapiens) será el origen común de otras nuevas especies ni cómo serán éstas. Tanto nosotros como el resto de los animales no somos productos terminados, sino únicamente etapas temporales en la gran cuesta del reino animal, como dice la canción («El mayor») de Silvio Rodríguez.