POR ÓSCAR L. TEJEDA
Retazos Shoegaze
El sonido que nunca se fue El retorno de My Bloody Valentine –aquí los tendremos en el próximo Festival de Benicàssim– ha revitalizado el shoegaze, aquel movimiento del que fueron abanderados y que ha pervivido semioculto gracias a un puñado de nuevas bandas.
(Latenight Weeknight Records, 2006) y, recientemente, han publicado Coastal EP (Latenight Weeknight Records, 2007). Ryan Policky (voz, guitarra, teclados y sample) confiesa que nunca han sido grandes fans del significado literal de shoegaze. Lo más irónico es que no cree que «aquellas bandas estuviesen de acuerdo con ese término para definir su música», aunque se sienten identificados con aquel sonido. «Actualmente estamos trabajando en el estudio (Shoreline Studios), experimentando con nuevos sonidos... De momento no estamos seguros de si saldrá un álbum, un Ep o algunos sencillos», comenta Policky. «También estamos documentando el proceso de creación en http://ashorelinedream.blogspot.com/».
A finales de los ochenta, con la new wave de capa caída, el sonido Manchester cogiendo peso y los rumores sobre una tal generación X, aparece el shoegaze, movimiento que se desliga del resto dando una vuelta de tuerca al noise de entonces. Los artificieros alquímicos de aquel movimiento, My Bloody Valentine, con su Loveless (1991), hicieron suyas, como nadie antes, unas melodías densas, llenas de loops, la particular forma que tenía Kevin Shields de hacer sonar sus guitarras junto con unas voces aterciopeladas que ejercían como un instrumento más. Muchas bandas acompañaron a My Bloody en sus quehaceres sonoros: Slowdive, Catherine Wheele, The Telescopes, Pale Saints, Moose, Swervedriver (quienes también han anunciado nueva gira)... Los ecos del movimiento no han cesado gracias a nuevas formaciones, bandas más o menos convincentes, retazos en algunos temas, influencias reconocidas o no y evoluciones sin noise bajo el seudónimo de dream pop. Actualmente, junto con bandas ya conocidas y en activo como The Legends, Maps, Explosions In The Sky, Radio Dept., Amusement Parks on Fire o Asobi Seksu, una nueva ola de grupos revitalizan el shoegaze. En EE UU e Inglaterra, proliferan las «reuniones» en directo de estas bandas junto a anfitriones ya consagrados. Los abanderados del movimiento, My Bloody Valentine, regresan con nuevo disco y gira. En España, doblete de la mano de Maraworld y su clásico FIB (Benicàssim) y el novedoso Saturday Night Fiber (Madrid). Es más, en breve se estrena Beatiful noise, de Eric Green, un documental que nos acerca a los protagonistas de un movimiento que retoma la escena con ímpetu voraz. Te desvelamos algunas de las nuevas coordenadas.
A PLACE TO BURY STRANGERS. La oscuridad de los primeros Jesus and Mary Chain es dominante en el trabajo de estos chicos de Brooklyn, aunque su lista de influencias es interminable, como ellos reconocen. Su sonido es sucio, sin descuidar las melodías o las bases programadas, que hacen que su noise shoegaze sea muy digerible. «Amo la música shoegaze», afirma Oliver Ackermann (voz y guitarra). «Fue una gran influencia cuando era más joven. Muchas bandas manipulaban el sonido evocando extrañas visiones y sueños que, como si fueran una droga, te sacaban de la realidad. La confusión que producían aquellos sonidos te podía hacer sentir grande o pequeño, triste o alegre y me ayudó con muchas cosas de mi vida», añade. A Place To Bury Strangers ha empezado a trabajar en lo que será su primer álbum. «Nuestra anterior grabación, A place to bury strangers (Killer Pimp, 2007), era sólo una recopilación de temas antiguos».
A SHORELINE DREAM. Los susurros melódicos pro-
THE VERA VIOLETS. Inquietante tranquilidad evoca-
longados son un instrumento más en esta banda de Denver, Colorado. Debutaron con Avoiding the consequences
dora de paisajes desconocidos sugiere The Vera Violets desde Tampa, Florida. Aunque no sólo es shoegaze lo
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