18 | Sociedad
La República Lunes, 4 de junio del 2018
FOTOS: JULIO REAÑO
Secuelas del abuso sexual en adolescentes injusticia . Eso sienten cuatro menores víctimas de violencia sexual mientras intentan superar el trauma provocado por agresores sin ningún tipo de sentencia. Tres de ellas quieren olvidar su pasado desde una casa hogar que les brinda apoyo.
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Carlos Vásquez Romero Chiclayo No tenía a quién acudir cuando me di cuenta de que mi pareja estaba abusando de mí… Yo tenía 14 años y mis padres vivían en Pucará (Cajamarca). Él era demasiado peligroso y poderoso como para acusarlo. Ahora se ha llevado a mi bebé. Eso fue lo último que Nicole, de 15 años, le dijo a un suboficial el 23 de febrero del 2018. Era la primera vez que la menor conversaba con un policía, pero la segunda vez que delataba a su expareja Miguel M.O. y a su madre Ana O.T. Días atrás, Nicole había llegado a una comisaría sectorial para denunciar a su pareja por maltrato físico y psicológico. La menor recuerda que Miguel M. le indujo a consumir drogas y la tiró desde un tercer piso. Nicole revela con cólera el nombre de su pareja. “No sirves para nada ¿Para qué viniste?”, recuerda que le dijo mientras la golpeaba cuando llevaba seis meses de gestación. Hacía dos años ella había conocido a su expareja a través de la red social Facebook y se trasladó de Paita a Chiclayo, dejando sus estudios de secundaria inconclusos. Con esa decisión, meses después se convirtió en blanco de violencia. El 14 de marzo, con la decisión de encontrar a su bebé, la víctima llegó al Hogar Gladys y mostró las pruebas del dolor
en cifras
477
denuncias por violencia se registraron entre enero y marzo de este año en el CEM.
34
sentencias por violación sexual dictó la Corte entre enero y marzo de este año.
485
condenas por delitos de violación sexual se dictaron entre el 2009 y 2016.
de quien exige justicia y no tiene apoyo. Vistas las pruebas, Nicole ratificó los hechos: “Quiero que esa persona (Ana O.T.) me devuelva a mi bebé. Quiero que ambos paguen por lo que han hecho. Me golpearon durante todo mi embarazo”, afirmó. “Las menores que sufren abusos no tienen soporte familiar. Aparte las instituciones no atienden las acusaciones ni resuelven las imputaciones. Entonces, las agraviadas son cada vez más vulnerables a cualquier tipo de agresor”, cuenta Luz Balarezo, directora de la Hogar Gladys en Chiclayo. Balarezo añade que son más de dos meses desde que la hija de Nicole fue raptada
por personas que hasta hoy no son castigadas. “Nosotros no recibimos apoyo de instituciones públicas, pero con limitaciones ofrecemos respaldo legal y psicológico a las menores. El propósito es que vuelvan a reinsertarse en la sociedad, pero con empoderamiento”, aclara. HORROR EN CIFRAS
Desde enero hasta marzo de este año, 477 personas denunciaron ante el Centro de Emergencia Mujer haber sido víctimas de violencia física, psicológica y sexual en la región Lambayeque. Eso quiere decir que cada día cinco mujeres son atacadas. Solo por violación sexual son 23 los casos denunciados por menores de edad, once por mayores de 18 años y solo una denuncia de una víctima de más de 60 años. La representante del colectivo “Empodérate Mujer” de Chiclayo, Angélica Musayón Chira, señala que la violación sexual es un delito que se caracteriza por la ausencia de consentimiento de la víctima, el uso de la fuerza y la penetración, y donde no importa si la agraviada es menor o mayor de edad. A esto se suma el perjuicio psicológico de las víctimas que tienen que enfrentarse con los estereotipos sociales y a cuantiosos procesos que exigen los operadores de justicia. “Existe preocupación
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por lo vulnerable que son las menores de edad y la falta de apoyo de las instituciones que imparten justicia. También preocupa la presencia de violadores sexuales libres en las calles, los cuales podrían volver a delinquir en cualquier espacio”, señala. Hace siete años, en el distrito de Mochumí (Lambayeque), Matías Damián de la Cruz violó a su hijastra en su vivienda del caserío Punto Cuatro. Durante el ataque, la víctima de 12 años no dijo ni una sola palabra, no se movió. Después del hecho, tampoco habló. Ella temía que el sujeto cumpliera con su amenaza de muerte.En marzo de este año, Matías Damián fue sentenciado a cadena perpetua
por violación sexual. La Fiscalía presentó como uno de los elementos probatorios el testimonio que brindó la menor mediante la Cámara Gesell para atestiguar los abusos del padrastro. Hasta la fecha el sentenciado está no habido y es buscado por la Policía. Según reporta el Ministerio Público, durante los años 2016 y 2017 se han registrado 289 víctimas de abuso sexual, cuyos agresores finalmente han sido condenados a penas severas y recluidos en el penal de Chiclayo. Desde el 2009 hasta el 2016 se lograron 485 sentencias condenatorias por delitos de violación sexual. Solo en el 2017 se alcanzaron 153 sentencias, de las cuales 14
corresponden a cadena perpetua. De enero a abril de 2018 se registran 34 sentencias por violación sexual. EMBARAZOS FORZADOS
Angustia, tristeza, miedo y bronca. Todo eso dice que sintió Maribel cuando vio a su padrastro. La última vez fue en un descampado de su casa y Juan A.S. (51) la miró sin inmutarse. Sin embargo, allí, por fin, supo que necesitaba eso que tanto le aterró: un momento solos. Sin pensarlo, todavía paralizada, le recordó cómo pudo abusar de ella desde los 12 años. “Pude decirle que no se iba a olvidar de mí hasta que muera. Mi padrastro me violaba y amenazaba con matarme si