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Revista de ciencias polĂ­ticas y humanidades

NĂşm. 12, enero-junio 2016


Revista de Ciencias Políticas y Humanidades Caja negra

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Director Miguel Ángel Rodríguez

Rector José Alfonso Esparza Ortiz

Subdirector Israel Arroyo García

Secretario General René Valdiviezo Sandoval

Mesa de Redacción Sandra Aguilera Arriaga, Fidencio Aguilar Víquez, Miguel Ángel Andrade, Miguel Maldonado, Teresa Martínez Terán

Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Roberto Santacruz Fernández

Asesor de arte Baruch Vergara CONSEJO EDITORIAL José Antonio Aguilar Rivera, Luis Fernando Aguilar Villanueva, Paulino Ernesto Arellanes, Israel Arroyo, Manlio Barbosa, Anne Carson, Vivianne Chatel, José Antonio Crespo, Raúl Fornet Betancourt, Raymundo García García (+), Francisco Gil Villegas, Julio Glockner, Roger Hausheer, Jorge Juanes, Andreas Kurz, Manuel Loera de la Rosa, Enrique Lynch, Omar Eduardo Mayorga Gallardo, Michel Maffesoli, Alejandro Meneses, Claudia Ocman Azueta, Armando Pinto, Lourdes Quintanilla, Rodolfo Ruiz, Germán Sánchez Daza, Francisco Sánchez Espinoza, Julio Eutiquio Sarabia, Enrique Serrano, Samuel Tovar Ruiz, Gina Zabludovsky.

Coordinador de la Maestría en Ciencias Políticas Francisco Sánchez Espinoza Coordinador de Publicaciones Omar Eduardo Mayorga Gallardo

Correspondencia y suscripciones Revista de Ciencias Políticas y Humanidades Caja negra. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Maestría en Ciencias Políticas. Ciudad Universitaria. cajanegra56@hotmail.com

Ilustración: Fotografias de la serie Poeta en Nueva York de Miguel Ángel Andrade Revista de Ciencias Políticas y Humanidades Caja negra, Año 7 No. 12, enero–junio 2016, es una publicación semestral editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, con domicilio en 4 sur 104 Col. Centro, C.P. 72000, y distribuida a través de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, con domicilio en Av. San Claudio esquina 22 sur, Col. Jardines de San Manuel, C.P. 72570, Puebla, Pue. Tel (222) 229 55 00 Ext. 7712, 403 38 00. Correo electrónico: cajanegra56@hotmail.com. Editor responsable: Miguel Ángel Rodríguez Rodríguez. Reserva de Derechos al uso exclusivo No. 04 – 2015 –071716013600-102, ISSN: 1870-6363, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Certificado de Licitud de Título y Contenido (en trámite), otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por El Errante Editor, S.A. de C.V. Privada Emiliano Zapata 5947, San Baltazar Campeche, C.P. 72550, Puebla, Pue. Este número se terminó de imprimir en junio de 2016 con un tiraje de 300 ejemplares. Revistas editadas por El Errante editor sa de cv por encargo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la buap. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.


Índice

Dossier

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133 / Interculturalidad y migración: reflexiones sobre política educativa e identificaciones étnicas y nacionales en Argentina. María Laura Diez

7 / Isaiah Berlin: un pensamiento para el siglo XXI / Roger Hausheer 23 / El romanticismo alemán y Martin Heidegger: sobre el cuidado del ser / Miguel Ángel Rodríguez

147 / La escritura del sujeto / Graciela Messina

47 / Religiones indígenas mexicanas en resistencia: definición y clasificación / Manlio Barbosa Cano

155 / Participación y agencia en la vida transnacional: jóvenes migrantes Puebla-Nueva York Sandra Aguilera Arriaga

61 / La enseñanza de la política exterior de México Paulino Ernesto Arellanes Jiménez

171 / Educación, intersubjetividad y entorno Samuel Tovar Ruiz

Fractales 73 / Alternancia política y descentralización del poder. Historia política de Puebla de 1980 a 2015 / Rodolfo Ruiz Rodríguez 117 / El desmantelamiento electoral del PRI poblano / Lidia Aguilar Balderas

Paracaídas 191 / Vuelta a la insurgencia: Mariano Peset en la casa constitucional de Apatzingán / Israel Arroyo 197 / Ciencias políticas: ¿Qué sabemos en México? / Miguel Ángel Rodríguez 201 / Ayotzinapa en presente / Francisco García Marañón

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Isaiah Berlin: un pensamiento para el siglo XXI Roger Hausheer

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n el curso de la hora siguiente trataré de hacer lo imposible, describir de manera general la contribución intelectual de Isaiah Berlin. Después hablaré sobre la crucial relevancia de su pensamiento para la vida del siglo xxi. Antes, sin embargo, quiero decir que es para mí un gran placer estar aquí, en México. Agradezco la invitación a mis anfitriones de la maestría en ciencias políticas de la Universidad Autónoma de Puebla: ¿qué país podría estar más dispuesto a la apertura y generosa recepción de nuevas ideas que México? Un amigo mío, que conoce bien su país, me dijo hace poco que los valores del pluralismo objetivo bien pudieron ser descubiertos por ustedes. Al final de mi exposición espero hablar del significado peculiar, de la relación simbiótica que existe entre las ideas de Berlin y la común condición de México y otros países de América Latina. Pero antes de entrar en el vasto océano de ideas de Berlin, déjenme ofrecerles una suerte de itinerario. Abordaré los orígenes de Isaiah Berlin y de las raíces de su familia, en particular aquéllas que podrían ser fundamentales para comprender mejor su circunstancia histórica. Continúo, después, con su temprano desarrollo filosófico hasta su transformación en uno de los principales fundadores de la escuela que se conoció como la Oxford Philosophy. Trato aquí de clarificar lo que compartió en común con algunos miembros del grupo de filósofos, pero también las ideas con las que estuvo en desacuerdo. El gradual viraje de los reinos de la filosofía pura hacia algo por tradición basado en la disciplina de la historia de las ideas, le abrió un paisaje fascinante a su precoz desarrollo intelectual. En relación con este cambio me voy a referir a su concepción del papel de la filosofía y de cómo creía que la historia de las ideas era indispensable para la recreación de aquélla. Si no estoy en un error, Isaiah Berlin creyó que nadie podía observar una moral y practicar una filosofía política sin que, de Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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manera simultánea, entrara en conflicto con la historia de las ideas. Y, de manera recíproca, creía que nadie interesado en serio en la historia de las ideas podía evitar encontrarse involucrado con la filosofía. Desde ese punto me desplazaré hacia algunos de los mayores alcances que la visión de Berlin aportó al campo de la historia de las ideas. La novedosa y revolucionaria interpretación de la obra y reputación de Maquiavelo, es decir, su virtual redescubrimiento. Más adelante me referiré el despertar de Giambattista Vico, uno de los más profundos y fecundos filósofos de los últimos 300 años y, desde luego, del encuentro de su pensamiento con Gottfried Herder: el origen de todas las ideas contrarracionalistas y anticientíficas que influyeron los siglos xix y xx y que, por mucho tiempo, seguirán marcando nuestro pensamiento. Debo mencionar también los brillantes estudios sobre los románticos alemanes y el movimiento romántico en general, así como a sus epígonos, aquellos seguidores voluntaristas e irracionalistas. Giraré entonces para revisar el fuerte influjo que tuvieron los estudios de Isaiah Berlin sobre la historia de las ideas, sobre su concepción del campo social y de la filosofía política, por los cuales es ahora, con justicia, famoso. De ese origen derivó una empatía por el valor objetivo del pluralismo, que es creación propia. En opinión de muchos pensadores esa contribución parece ser una doctrina política original que emerge para el siglo xxi y que en realidad tiene futuro. Y en la base de esta novedosa y revolucionaria concepción de los valores humanos, Isaiah Berlin realiza una fundamental distinción entre dos clases de libertad que dividió en libertad “negativa” y en libertad “positiva”. Una distinción que transformó, desde su aparición, el debate sobre la libertad. Lo anterior le permitió escribir algunos ensayos sobre el nacionalismo que, sostengo, deberían tener relevancia para el tiempo presente y que surgirán de manera muy clara. Trataré de exponer y clarificar, para que puedan ver las formas, cada aspecto de su actividad intelectual hasta conformar un cuerpo concentrado y coherente de ideas. Al final, como ya dije, espero, en pocas palabras, reseñar la trascenRevista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

dencia de esas ideas para el nuevo siglo que acaba de nacer.

I La intensidad incesante de Isaiah Berlin se relaciona con las trémulas preguntas vitales, con la identidad humana y sus valores, así como con la pasión y la defensa elocuente de la libertad individual y los derechos humanos enraizados con profundidad en sus orígenes. Isaiah Berlin nació en Riga en 1909: un sujeto judío de la Rusia zarista. A la edad de 6 años se fue con la familia a San Petesburgo y creció hablando ruso y alemán. Fue testigo de la Revolución Rusa y de un violento incidente que durante la rebelión de 1917 dejó una indeleble huella que lo llenó de odio y resentimiento. Después de muchas vicisitudes en 1921 llegó a Inglaterra, con su familia, y fue educado en la reconocida escuela de Saint Paul, en Londres. Ahí estudió a los clásicos griegos y latinos. Después estudió filosofía política y economía en el Colegio de Corpus Christi, en Oxford, donde realizó una carrera sorprendente y en 1932 obtuvo el premio otorgado por el más exclusivo Colegio de Oxford All Souls. Tiempo después, y apenas iniciada la Segunda Guerra Mundial, se trasladó a Washington para trabajar como analista político en la embajada británica, donde se convirtió en primer secretario. Sus telegramas son menores, pero son lúcidas piezas maestras de política y análisis de la escena americana- fueron leídos con admiración por el Primer Ministro Winston Churchill y por Anthony Eden, el secretario de relaciones exteriores. De América se mudó a Moscú (1945-1946) como primer secretario de la embajada británica. Ahí estableció íntimos lazos de amistad con escritores rusos, entre quienes se encontraban Ajmátova y Pasternak. Así despertó y conoció sus raíces rusas: “Ajmátova y Pasternak me regresaron mi país”, dijo a un profesor ruso en Estados Unidos. Esos encuentros estimularon un intenso interés en la historia de la inteligencia rusa y, en particular, en figuras de la


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Rusia del siglo xix. Belinsky y Herzen, por ejemplo, cultivaron la idea de la libertad individual. Isaiah Berlin regresó a Oxford después de la guerra, Ahí fue profesor de teoría social y política de 1956 a 1966 y, otra vez, se vinculó con el Colegio “All Souls”. En 1966 llegó a ser el Presidente Fundador del Colegio Wolfson, en Oxford. De 1974 a 1978 fue Presidente de la Academia Británica y, además, fue condecorado como Caballero en 1956 y recibió la más alta condecoración que podía entregarse por parte del monarca Británico: la Orden del Mérito (1971). A lo largo de su vida obtuvo más de dos docenas de doctorados honoris causa en universidades de todo el mundo. En sentido opuesto al inmenso reconocimiento mundial ningún hombre pudo haber sido tan genuinamente modesto. En el último año de su vida fue entrevistado y admitió, después de mucho vacilar, que había obtenido un gran logro y lo dijo así: “Bueno, quizá fue lo opuesto de fallar”. La historia de las muchas relaciones cercanas y la amistad con grandes figuras como Churchill, Macmillan, Kennedy, Chaim Weizman y muchos otros, es un capítulo en sí mismo. Los orígenes, la experiencia de los primeros años, y el transplante de una cultura a otra afectaron con profundidad su visión de las relaciones humanas. Él mismo ha escrito sobre las tres tradiciones en las cuales se formó: la rusa, la británica y la judía. De los orígenes rusos dijo que estaba en deuda con la pasión por las ideas generales. La preocupación profesional por la exposición y el análisis crítico son atribuibles a la experiencia rusa. De todas las fuerzas que moldearon el mundo moderno —desde la tecnología a la ciencia, que Berlin aceptó habían sido muy grandes—, nada era parecido a lo que describió en extensas ideas generales: ideológicas, morales y políticas. Para ampliar la reseña de Berlin en lo que corresponde a la parte de su obra dedicada a las influencias de las ideas sobre la acción humana, y, sobre todo, de las atracciones intelectuales, morales y estéticas —a las que llamó “las grandes visiones despóticas” de izquierda y de derecha—, las cuales han significado una trágica devastación en la vida

de millones de seres humanos durante el siglo xx; digo, esa crítica de Berlin significó el primer paso para desarmarlas. La historia de la Rusia moderna puso a prueba el gran poder de las ideas abstractas. La influencia que los ensayos de Berlin recibieron de la inteligencia rusa del siglo xix hizo visible al único genio ruso que adoptó las ideas sociales y políticas de Occidente. Las simplificó y las puso en práctica con una pasión transformadora y, después, estuvo “viviendo a través de ellas”, “sufriendo su verdad” de manera absoluta, como un religioso. Las consecuencias, ambas, buenas y malas, son demasiado engañosas. Desde la tradición británica, desde el empirismo torpe y precavido, Berlin abogó por un efectivo antídoto al que llamó “apasionada intensidad rusa, tan creativa en las artes, tan mortal en la vida”. Los valores del compromiso y la tolerancia, el escepticismo sobre las teorías omnímodas, el horror mesiánico generado por las misiones ideológicas nacionales, la desconfianza en la eficiencia excesiva y en la organización racional —sin importar cuán benevolentes fuesen—, el temor a la opresión de las minorías por las mayorías y, sobre todo, lo concierniente a la libertad individual, su más alto ideal —forma parte esencial de la tradición británica—. Y esas fuentes son una parte imborrable de todo lo que Berlin pensó, dijo e hizo. Su frase favorita, aunque proviene del alemán Kant, se identifica con precisión con el espíritu escéptico: “… fuera de las trampas de la humanidad ninguna cosa se hizo de forma correcta”. Las siguientes palabras de C.I. Lewis, que citaba con menor frecuencia, resumen con admiración el contenido de su actitud en estas materias: “No hay una razón a priori para suponer que la verdad, una vez descubierta, se muestre interesante”. Desde sus raíces judías Berlin reflexionó sobre la profunda necesidad de que los hombres pertenecieran a una comunidad histórica, con su propia identidad nacional y su propio hogar geográfico. De aquí en adelante creció su escepticismo contra los pensadores cosmopolitas del gran siglo de las luces francesas (siglo xviii) y de sus herederos en los siglos xix y xx. Se perdieron noblemente, sin dirección, Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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cuando rechazaron, en el nombre de la razón universal y la libertad individual, el tejido de la cultura, el lenguaje, la tradición, las memorias históricas comunes y las suposiciones implícitas, las mismas que vincularon a los hombres a las comunidades y a los grupos culturales con identidad. Esa definición y esa base, la de la identidad individual de los grupos culturales, pueden llegar a ser vulnerables y, en los hechos, las capacidades creativas de sus hombres y mujeres pueden ser distorsionadas o, incluso, pueden llegar a desaparecer. Esas son, todas juntas, las tradiciones importantes que nutrieron el pensamiento de Berlín. No debería olvidarse, aunque muy rara vez habló de ello, que fue profunda e indeleblemente marcado por la persecución y el asesinato de muchos parientes cercanos durante el holocausto nazi y la tiranía soviética. Existe una auténtica advertencia en todo lo que dice acerca de los grandes temas de nuestro tiempo, temas que, de manera frecuente, son el refugio de lo más convencional de los académicos angloamericanos.

II Berlin nos ha dado vívida e inolvidable cuenta de la filosofía de Oxford alrededor de 1930 con el ensayo “Austin y los iniciadores de la Filosofía de Oxford”. Dos figuras dominaron la escena: A. J. Ayer, con el celebrado libro Lenguaje, verdad y lógica, publicado en 1936, cuando tenía veintiséis años y se encontraba bajo la influencia del Círculo de Viena: fue el padre del positivismo lógico en Inglaterra. Y J. L. Austin, quien después de la guerra se convirtió en el principal crítico del positivismo lógico de Ayer y, además, sería el pionero de la filosofía del lenguaje ordinario en el mundo inglés, con la escritura de los libros Sentido y percepción y Cómo hacer cosas con palabras. Dos cosas eran comunes entre esos dos cercanos amigos de Berlin y el exclusivo círculo filosófico: eran de una casta en esencia empírica; rechazaban con vigor todas las formas de metafísica y teología, así como el obscurantismo, y se esforzaban para obtener el grado más alto de claridad conceptual. Son Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

las cualidades que Berlin, también, cultivó hasta el final de sus días. Pero una diferencia esencial distinguió a Berlin de los jóvenes filósofos de Oxford; aquellos creyeron que todos los problemas filosóficos podrían disolverse y desaparecer con la aplicación de técnicas analíticas apropiadas, él no estaba tan seguro y esas dudas crecieron con el tiempo. Al final creó su propia y singular concepción del excepcional lugar de la filosofía en la vida del espíritu. Ayer creyó que cualquier cosa que no pudiera traducirse a las más simples propuestas atómicas no debería ser llamada, empíricamente, plena de significado. Una de las tempranas y más devastadora idea filosófica de Berlin fue la refutación del axioma que Ayer llamó el Principio de comprobación. El resultado general de la visión de Ayer es que sólo las propuestas empíricas de ciencia y sentido común, por un lado, y las verdades a priori de la lógica y las matemáticas, por el otro, pueden considerarse filosofía. Todo lo demás debe destinarse a la gran hoguera del escombro metafísico. En eso, por supuesto, Ayer continuaba pensando, de forma más radical, en la tradición empírica británica que va de Locke, a través de Hume y John Stuart Mill, hasta el héroe intelectual y mentor de Ayer: Bertrand Russell. En esa visión analítica no sólo se encontraban inútiles todas las preguntas metafísicas y teológicas sino también las preguntas fundamentales de moral y política. Lo que sea que ellas puedan ser —emotiva, psicológica, irracionalmente— resultan, en último análisis, un disparate sin sentido. Ese enfoque es esencialmente estático y lo deja a uno, “impecable y limpio”, en un reducido y congelado mundo, muy vacío de todas las formas del significado humano. Austin, por otra parte, fue un analítico menos radical que Ayer. Lo que comenzó a pensar lo llevó a girar hacia un análisis sensible de las maneras en las que usamos el lenguaje en ciertas áreas de interés filosófico, para investigar, categorizar y demostrar, a la manera de Wittgenstein, que muchos, si no todos nuestros problemas filosóficos y perplejidades, provienen del mal empleo y el malentedido de las funciones de las palabras. Aquí, también, la tendencia de ese procedimiento es la de construir bien


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los nodos verbales para eliminar las confusiones de las preguntas filosóficas básicas. Sin embargo, “… agonizing they may have been feel to be…”, entre la agonía y el éxtasis, Austin mostró que la prueba de los nodos verbales puede también ser ilusoria. El riesgo de ese enfoque era que podía convertirse, con facilidad, en muy estrecho y parroquial. El enfoque general de la filosofía de sus dos amigos le parecía a Berlin demasiado simplista y, llevada al extremo, deshumanizante. En primera instancia porque negaba lo que conocemos como verdad de la vida humana. Y tendía a ignorar los factores urgentes, políticos y sociales, del principio de la vida, porque tales factores no eran receptivos a la rigurosidad técnica de la lógica. Isaiah Berlin estaba muy insatisfecho. De los años cincuenta en adelante, por lo tanto, tomó su propio camino solitario y, a la larga, rompió con los conceptos dominantes de los colegas filósofos de Oxford y con los del mundo de habla inglesa. Isaiah Berlin regresó al campo de la filosofía social y política y al grandioso esquema de estudio de la historia de las ideas occidentales, desde los primeros años del siglo xviii hasta los tiempos actuales. Después de mucho meditar desarrolló su propia concepción de la filosofía y del papel de las ideas generales en la vida del espíritu. ¿Qué significa eso? Trataré de exponerlo.

III Después de mucho tiempo Berlin llegó a distinguir una clase de preguntas que creyó eran las propiamente filosóficas. ¿Qué trató de aclarar con eso? Bueno, dicho de manera sencilla, que en el caso de las preguntas filosóficas verdaderas no hay preconcepciones listas para ser usadas, un método universalmente aceptado para descubrir las respuestas. Esas preguntas pueden diferir mucho unas de otras. Algunas pueden ser sobre materias de facto o de valor. Otras pueden ser sobre los métodos de investigación y las palabras y símbolos usados. Nosotros podemos hacer preguntas como: ¿Son los humanos seres libres? o ¿Tiene el hombre un alma inmortal? o ¿Son valores objetivos o subjetivos? o

¿Tiene el mundo un inicio? o ¿Cómo debe estar organizada la sociedad? o ¿En qué consiste la buena vida? o ¿Qué es la belleza? ¿Qué es la bondad? ¿Qué es la verdad? Esas y todas las preguntas semejantes son para Berlin preguntas filosóficas en verdad genuinas. Lo que tienen en común es que no “llevan dentro de su propia estructura los indicios claros de las técnicas para su solución”. Esas preguntas propiamente filosóficas se distinguen, con claridad, de dos clases de preguntas; las preguntas empíricas de sentido común y las de las ciencias naturales, por un lado y, por el otro, las preguntas formales de la lógica, las matemáticas y demás disciplinas deductivas. Todas las preguntas pueden ser contestadas por la aplicación sistemática de procedimientos o habilidades especializadas que han llegado a establecerse y pueden, en principio, enseñarse. Se dónde buscar si quiero saber la raíz cuadrada de 97 o la distancia del sol a la tierra o si hay alimento en mi alacena y un millón de preguntas parecidas. Para Isaiah Berlín la historia entera del pensamiento humano es, en su mayor parte, la historia de la clasificación de los elementos de las preguntas de la perplejidad en una u otra de esas dos clases: las empíricas y las deductivas. En ese sentido algunas disciplinas consolidadas, como la astronomía, la física, la química y la biología se han arrancado a sí mismas del cuerpo paterno de la filosofía y han llegado a ser ciencias de manera independiente, por derecho propio. Puede ser que en el último siglo materias como la sociología y la psicología, y, quizá, la economía y la linguística también, hayan logrado ese estatus de personalidad propia, pero ese punto es debatible y no es necesario detenernos en él. La consideración realmente crítica es que para Berlín el sol ardiente de la filosofía, del cual esas disciplinas se han desarrollado originalmente, se han liberado, ni disminuyen ni lo hacen brillar menos. Por el contrario, el número de irreductibles e insondables preguntas filosóficas —esas preguntas que, repito, no pueden ser objeto de una disciplina sistemática formal o empírica, no muestran signos de disminución.

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Como pueden ver, Isaiah Berlin se aleja mucho de los filósofos contemporáneos que ya mencioné —probablemente de la gran mayoría—, quienes buscan desvanecer las preguntas fundamentales con algún tipo de solvente filosófico. En la visión de Berlin la vida del espíritu siempre está en movimiento, y, con cada nuevo giro de ese caleidoscopio, surgen nuevas y absolutamente impredecibles preguntas de naturaleza filosófica. Además, Berlín también estuvo consciente de que esas preguntas en verdad filosóficas estuvieron siempre montadas en sistemas de conceptos y categorías, en sistemas abstractos y tipos ideales que pueden y deben usarse para investigar. Todo lo anterior puede, quizá, ser más claro si recordamos la distinción crucial, dibujada por Kant, entre el contenido de la experiencia y las formas básicas del espacio y el tiempo y las categorías de la substancia, la causalidad, y, después, en términos que nosotros organizamos e interpretamos. Para Kant, como Berlin señala, los conceptos fundamentales y las categorías eran comunes con todo lo racional, sensibles a los seres como tales. Una vez descubiertas y debidamente analizadas ciertas verdades fundamentales acerca de los seres humanos, de esa manera, quedarían para siempre determinadas. El paso vital dado por Kant ofreció un revolucionario giro a una sucesión de pensadores que se interesaron más por la historia y por la estética que por la epistemología y la lógica. No hay mucho placer en Kant, cuya visión era esencialmente histórica, y aquellos pensadores avanzaron en el conocimiento cardinal. En tanto algunas de las categorías básicas y las anteojeras a través de las cuales se veía el mundo parecían, desde luego, universales e inmutables — como Kant sostenía—, los otros pensadores sostenían un cambio, a veces de manera radical, de las categorías fundamentales de edad en edad y de cultura en cultura. Y eso era en particular cierto para las áreas más fugaces e inestables de la experiencia humana, sobre todo aquellas de la política, la ética y la estética. Dar a conocer la discusión crítica de esos sistemas era, para Berlin, un tema de primera importancia. Muchos de esos sistemas chocan y Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

entran en polémica unos con otros. Algunos son obsoletos por su fracaso para rendir cuentas de un número suficiente de facetas de la experiencia, y son reemplazados entonces por otros que, mientras se acomodan, cierran con frecuencia algunas de las puertas abiertas por los sistemas que sustituyeron. Es claro entonces que para Isaiah Berlin el estudio de los elementos filosóficos fundamentales necesariamente adquirieran un carácter dinámico e histórico que no tuvo ninguno de los filósofos angloamericanos contemporáneos. Y eso lo condujo a la historia de las ideas. Se trata de una disciplina muy moderna que surgió a principios del siglo xviii y está relacionada de manera íntima con temas como la historia, el pluralismo, el relativismo, y las diversas disciplinas históricamente basadas en la antropología, filología, etimología, estética, jurisprudencia y etnología. Lo anterior representa, a gran escala, la extensión del antiguo mandato del oráculo délfico, “conócete a tí mismo”, a la comunitaria totalidad histórica, la civilización o la cultura, de la cual el individuo forma parte y a la que la mayoritariamente se integra. Lo importante de acentuar eso es que, para Berlin, la historia de las ideas es una filial de la filosofía y representa una fuente novedosa de lucidez y conocimiento genuino. Desde ahí podemos aprender, de manera literal, sobre el mundo y los transformadores cambios en los conceptos fundamentales de los sistemas, es un punto de vista en el que nosotros nos comprendemos y adquirimos nuestra identidad como seres humanos, además de la influencia que eso puede tener en nuestras vidas. Debo voltear entonces hacia algunos de los mayores descubrimientos en esa materia, su campo preferido.

IV Por 1939, cuando publicó su clásico estudio sobre Karl Marx, Berlin había llegado a estar familiarizado por completo no sólo con Marx y el marxismo sino también con los eminentes precursores, en particular los filósofos y enciclopedistas del siglo xviii en París: no sólo los más conocidos como Montes-


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quieu, Voltaire, Diderot, Rousseau, D’alambert y Condorcet, sino también con los radicales estéticos y el ala materialista, entre los que se incluyen hombres como Helvetius, Holbach, La Mettrie y otros. Eso lo condujo a realizar dos descubrimientos importantes, y, éstos, en conjunto, formaron el germen que forjó potencialmente los trabajos posteriores. Lo primero fue que Marx y el marxismo, a pesar de que se habían transformado gradualmente bajo la histórica influencia de Hegel, constituyeron el fundamento de la expresión más reciente de la Ilustración, de la fe en la existencia de un sistema objetivo único de leyes cognoscibles que gobernaron la historia humana y el desarrollo general de la humanidad. Y esa suposición sin argumentos, adoptada como dogma, era en sí misma un elemento montado sobre dos mil años de tradición monista y racionalista del pensamiento occidental. Para Berlin, y con frecuencia lo repitió a lo largo de su vida, todas las escuelas y movimientos del pensamiento occidental, desde Platón hasta alrededor de la mitad o el último tercio de siglo xviii — exceptuando por supuesto una insignificante, marginal y recurrente tensión escéptica, en especial en la antigüedad y en el siglo xvi—, no importa cuánto difieran entre ellas, descansaron sobre la creencia no probada de que detrás de toda la variedad y el caos de opinión y experiencia humana común subyace un mundo objetivo único de hechos y de valores que son, en principio, cognoscibles. Si nosotros usamos el método apropiado de investigación y lo aplicamos correctamente, entonces descubriremos qué son aquellos hechos y valores. Y, al final, que el resultado será un cuerpo lógicamente unificado de verdad de todas las preguntas genuinas de teoría y práctica, de la naturaleza de la realidad y de la naturaleza de la conducta verdadera, la cual, una vez que ha sido descubierta, será inmutable y válida para todos los hombres en todos los momentos y lugares. Ese fue el primer gran descubrimiento de Berlin. El segundo descubrimiento importante que hizo mientras revisaba la influencia del siglo de las luces francés, no sólo sobre Marx y el marxismo, sino sobre el mundo alemán en general, fue que el racionalismo científico universalista —ese imperio monista

del siglo de las luces parisiense—, había encontrado una poderosa y emocionalmente intensa oposición en un movimiento de escritores y pensadores contrarracionalistas alemanes. Desde luego, una parte grande del trabajo posterior de Berlin consistió en mostrar que el repudio alemán contra el racionalismo occidental representó uno de los cambios más formidables en la historia del pensamiento, quizá el más importante desde La Antigüedad. Después de todo, si Berlin está bien, minó seriamente más de dos milenios de suposiciones racionalistas y monistas acerca de la naturaleza de ambos: conocimiento y realidad. Y alumbró algunas de las fuerzas más fatales que han formado el mundo moderno. Por esa razón puede considerarse la cuna de nuestros caóticos y confundidos tiempos. Muchas de esas consecuencias continúan agobiándonos hasta nuestros días. A la luz de esos conocimientos, y observando las grandes huellas del siglo xx, Berlin llegó a ser muy sensible a los presagios de esa perspectiva moderna. Uno de los cuales dedicó a dar cuenta de quién fue el gran teórico de la historia y la política del Renacimiento Italiano: Nicolás Maquiavelo.

V Después de referirme, con brevedad, a la importancia que el pensamiento de Maquiavelo tuvo sobre Isaiah Berlin, expondré las doctrinas centrales de Vico y Herder, las cuales virtualmente hizo suyas para proceder después a desarrollarlas de forma brillante. Maquiavelo es con frecuencia representado como la figura del horror para los corazones de los hombres buenos, de todas las edades, por su ciencia política amoral. Es visto como un técnico únicamente preocupado por los medios para alcanzar la toma, permanencia y conservación del poder político para beneficio personal y es indiferente, por completo, a cualquier fin moral. Cualquier medio es aceptable en esa técnica —mentiras, fraude, asesinato. Pero para Berlin el profundo malestar que causó por cerca de cuatro siglos surge de una fuente casi contraria. Para la mirada de Berlin las primeras Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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rupturas con la fatalidad del monismo occidental aparecen en los escritos de Maquiavelo. Muy lejos de ser culpable de amoralismo, Maquiavelo, en sí mismo, predica una coherencia perfecta, autónoma y exclusiva del sistema moral. En ese sentido reveló al mundo, en condiciones difíciles, la batalla a muerte entre dos sistemas de valores mutuamente excluyentes desde los principios fundamentales de la razón, igualmente válidos y objetivos, entre los cuales los seres humanos deben simplemente elegir. Berlin tuvo en mente, por un lado, la mansa, sumisa, solitaria y tomizada ética individual cristiana del amor y la caridad, con énfasis en el autosacrificio, la abnegación y las recompensas en el otro mundo; y, por el otro, la fuerte, pagana, autoafirmativa ética colectiva de la antigua República Romana, donde ser un hombre significaba ser un ciudadano, y donde el bien último era, en ese mundo, la gloria y el poder político supremo de mi República o mi Estado. Eso representó un choque en los siglos venideros. Como Meinecke, cuyas palabras citó, Berlin creía que la doctrina de Maquiavelo “era una estocada en el cuerpo político de la humanidad occidental”, de la cual nunca podremos recuperarnos. Con Vico y Herder veremos a dos de los más ilustres ancestros intelectuales de Berlin. No solamente dejaron una huella como la primera, radical y sistemática ruptura con el monismo occidental sino que son también dos intelectuales innovadores de primer orden. De ellos derivó Berlin algunas de sus más poderosas e influyentes ideas. Con esos conocimientos criticados, refinados y modificados, y en algún grado, reforzados con ideas de pensadores tales como J. S. Mill, Constant, y, singularmente Herzen, Berlin construyó su compleja y sofisticada clasificación del pluralismo liberal. Déjenme enumerar ahora las principales ideas que Berlin comprendió de Vico para convertirlo en un ser humano profundamente revolucionario. Primero, antes que Vico ningún pensador afirmó con claridad la noción moderna de que no existe una esencia humana común e inmutable para todos los hombres, en todos los tiempos y lugares. Así pues, él fue el primero que estableció con claridad Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

esa idea desarrollada a fondo por Dilthey y otros en Alemania, y es aquella que apunta que los hombres comprenden la historia en la medida en que ellos mismos son sus actores, desde adentro, la entienden de una forma que no es posible que ocurra con el conocimiento de la naturaleza, porque ellos no son los hacedores de ella sino que son meramente espectadores externos. Ese conocimiento “interior” que poseemos como actores y participantes es por siempre inteligible, mientras que la objetividad del conocimiento “externo”, conseguido por la observación, permanece siempre opaco para nosotros. Vico inventó en la práctica el concepto de cultura, para la cual todos sus productos contienen el inequívoco carácter de su singular y penetrante paradigma y luego postuló la pluralidad de tales culturas. De nuevo, y de manera coherente, Vico creyó que todas las instituciones y actividades humanas no son solamente dispositivos funcionales y utilitarios sino, sobre todo, formas naturales de simbólica espontaneidad autoexpresiva, la cual transmite al mundo quién y qué somos y nos hace singulares, únicos, creando nuestra identidad. Continúa Vico con la idea de que los sistemas constantes en ética y estética son inexistentes, y que, por lo tanto, todas las instituciones y actividades humanas deberían juzgarse sólo por los cánones de sus propios tiempos y lugares. Finalmente, en el resplandor de todo, las dos formas fundamentales de conocimiento identificadas tradicionalmente por los filósofos: el deductivo y el empírico. Pero estamos obligados a sumar un tercero que Vico llamó fantasía e imaginación empática reconstructiva, que más tarde los pensadores alemanes llamaron “Einfuehlung and Verstehen” (empatía y comprensión). Ese es para Berlin el original nacimiento de la distinción cardinal entre las ciencias y las humanidades y es de fundamental relevancia para nuestros días. Vico minó entonces la creencia en los principios universalistas de todo tipo, y, también, rechazó la doctrina monista racional de que todo el conocimiento humano debe tener un principio indivisible. Para él, diferente a los racionalistas a priori, como Descartes antes que él, y muy diferente a los positivistas y neopositivistas, después de su tiempo


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—tales como Schlick y el Círculo de Viena—, toda la ciencia unificada no es sólo una meta de difícil realización práctica sino también una extrema imposibilidad conceptual. En el mundo alemán Isaiah Berlin observa la rebelión contra la Ilustración y los dogmas centrales conservados con lealtad. El movimiento Sturm und drang (tormenta e ímpetu) está dirigido contra todas las formas de organización racional y contra sus normas, pues en cada esfera de la vida tales reglas fueron rechazadas. Fue el gran contrarracionalista J. G. Hamann el primero que hizo eso de forma consciente. Estuvo en contra de toda abstracción. Las generalizaciones científicas tendrían, a lo mejor, un valor instrumental: pero no podrían producir el inaccesible conocimiento de lo qué es en realidad. El verdadero conocimiento nos es dado sólo por la aprehensión directa de los sentidos y por la imaginación espontánea: el conocimiento y el amor. Todo conocimiento es adquirido por la percepción directa. De acuerdo con la teoría del lenguaje de Hamman, la cual no es un mapa preexistente de una realidad eterna, se crea un mundo propio, con las implicaciones de que existen tantos mundos como lenguajes —esa idea tiene un giro muy moderno—, y, además, ejerce una inmensa influencia sobre su discípulo J. G Herder. Y Johann Gottfried Herder es para Berlin de importancia central. Herder, por mencionar algunas de las principales categorías que han transformado al mundo moderno, dejó una duradera contribución a la autocomprensión humana. Tres ideas novedosas se originaron con él: el populismo, o la creencia de que los hombres pueden darse cuenta de ellos mismos sólo como miembros de una cultura identificable, con raíces en el idioma, la tradición, la historia y las memorias comunes; el expresionismo, o la noción de que las obras de los seres humanos “son sobre todo voces parlantes”, formas de comunicación que transmiten una visión total de vida; y el pluralismo, o el reconocimiento de una variedad indefinida de culturas y sistemas de valores, todas iguales a su esencia e inconmensurables con otras, así que la creencia en una trayectoria universalmente válida de

observancia humana sea una incoherencia lógica y conceptual. Berlín cree que después de esos dos de pensadores todo cambió. La fe en las inmutables estructuras objetivas de cualquier clase se tambalearon una y otra vez. Pero pese a que ni Vico ni Herder pueden ser definidos como irracionales o relativistas, las ideas de esos brillantes pensadores modificaron en formas más radicales e influyentes el pensamiento y lo pusieron en manos de movimientos y filósofos posteriores. A principios de 1800, en particular en tierras alemanas, una nueva y poderosa representación definió una época de la imaginación europea. Una gran parte del trabajo de Berlin lo dedicó a la descripción y análisis de esas corrientes de pensamiento. El romanticismo alemán en particular y los filósofos que formaron su perspectiva definitiva: Fichte y Schelling están al frente de su atención. Ellos llevaron más lejos el rechazo a la noción de objetividad como tal, dejando atrás a Vico y Herder, pues no sólo es la esfera privada de la estética y la ética sino eventualmente en los reinos también de la política y la acción práctica. Un revolucionario cambio de categorías ocurre y por ese medio la voluntad se arroga las funciones del intelecto y un libre estilo de creación artística, en todas las áreas de la vida, constituye la formación de un precedente sobre la investigación racional y el descubrimiento científico. Las reglas y las normas de cualquier especie son abandonadas a la ciega ceguera y un esfuerzo irracional de voluntad creativa, que arroja, de manera febril, intentos siempre renovados con la finalidad de la autorrealización misma, pero que siempre están condenados al fracaso y a la repetición incesante. Algunos de los pensadores que Berlin estudia son Schlegel, Novalis, Hoffmann y Tieck. Para Isaiah Berlin la figura central es Johann Gottlieb Fichte. La filosofía del Yo absoluto crea el inicio de esa nueva época. La personalidad heroica —que en el comienzo es una presencia individual pero que, después, toma parte en las formas colectivas— impone su voluntad sobre la naturaleza y la sociedad, para convertirse en el sistema dominante. La noción de la personalidad afirmativa, creativa, Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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que genera sus propias metas y valores se equipara al desafío que se impone a sí mismo, pues viene a presidir diversos movimientos artísticos y políticos. Es el origen del pragmatismo, el existencialismo, el subjetivismo y el relativismo. El conocimiento se degrada al estatus de sirviente de nuestros fines prácticos y el mundo no llega a ser más que la imagen sombría de nuestros proyectos de vida. El heroísmo y el martirio, la integridad y la autenticidad, son ahora los valores que construyen, de ahí en adelante, las vidas de los seres humanos. Los fines se crean, no son descubiertos. La verdad o la falsedad de un ideal no es el pensamiento más importante ni, incluso, una pregunta genuina para todos. Para la doctrina del nacionalismo son consecuencias muy grandes. Como doctrina coherente, el nacionalismo emerge primero en las páginas de Herder, cuyo archienemigo era el materialismo universal francés. Berlin presenta el pensamiento de Herder como un rechazo a las reglas racionales de universalidad y como una reacción alemana a la actitud condescendiente hacia cualquier forma de la civilización dominante en el siglo xviii francés. Esa orgullosa respuesta, muy natural de los pueblos del tercer mundo hacia los de mayor progreso, es una actitud que se incrementa en el siglo xix y hoy se ha convertido en un síndrome global. En Herder el sentido de la nacionalidad es favorable. Pero cuando la libre personalidad creativa de los románticos alemanes adquiere formas colectivas, como de hecho lo hizo históricamente, y llega a identificarse con una nación, o una raza o una cultura, o con alguna otra entidad suprapersonal, es entonces cuando ocurre la lucha a muerte. Cada grupo colectivo, por separado, genera y persigue sus propias metas independientes, las cuales buscan preservar e imponer contra toda la oposición. En la ausencia de reglas generales, universales y racionales de distribución, la guerra de todos contra todos continúa de manera inevitable. Ese es el tipo de nacionalismo agresivo que después fue desarrollado por gente como Treitschke, y, después de él, podemos ver que no se trata de un gran paso, como lo

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muestran los locos excesos del fascismo y el Nacional-socialismo.

VI Para Isaiah Berlin esa fue la más profunda y radical transformación de las ideas que ocurrió en el mundo Alemán durante el último tercio del siglo xviii y las primeras décadas del siglo xix. Es, repito, la cuna de la mayoría de las ideologías de los tiempos modernos: historicismo, nacionalismo, fascismo, nacional-socialismo, voluntarismo, relativismo, subjetivismo, nihilismo, existencialismo, pragmatismo y muchas otras corrientes del antirracionalismo contemporáneo. Paradójicamente, el pluralismo de Berlin tiene su nacimiento en esa misma camada. Así pues, podemos preguntarnos: ¿Podía Isaiah Berlin permanecer al margen de esas categorías fundamentales, de las cuales no sólo es el más grande historiador sino el heredero? La respuesta a esa pregunta contiene la clave de la contribución del pensamiento político de Berlin a la comprensión del siglo xx, y, más allá de eso, de nuestra civilización entendida como presencia colectiva. Berlin ha repetido muchas veces que, de forma fundamental, está del lado del Siglo de Las luces y su herencia, pero, si eso es así, entonces es una forma profundamente transformada tanto de la ilustración como del beligerante Romanticismo alemán. Hay, pienso, cinco maneras principales en las que él modifica de forma radical (aunque algunos aspectos sean olvidados) las suposiciones subyacentes al racionalismo occidental. En primer lugar, los pensadores del antirracionalismo han minado al racionalismo como un sistema único de normas eternas. Pero donde floreció por completo el romanticismo tendió al subjetivismo y al relativismo, y, por medio de ellos, erosionó comprensivamente al monismo. Vico y Herder, cada uno a su manera, suscribieron el camino y el valor del pluralismo, mismo que permitió el surgimiento de una extensa variedad de sistemas de valores dentro de un horizonte humano compartido. Esos sistemas pueden llegar a conflictuarse y excluirse mutuamente. Así como podemos aceptar un sis-


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tema sólo después, quizá, de un gran esfuerzo de imaginación, así, bajo esas circunstancias, lo que era (o es) un derecho de ese pueblo —y previendo que no ofenda el sentido de lo que es el ser humano—, debe ser admitido en la grande (y creciente) familia de los universos morales posibles. Es la manifestación a nivel cultural, aunque de una forma sofisticada y evolucionada, de lo que Berlin suscribe y ha identificado como “pluralismo objetivo”. Segundo, una repercusión importante y revolucionaria profundizó la naturaleza de los valores, el principio de la imposibilidad de la idea misma de utopía. Ningún mundo concebido lógicamente —conceptualmente— podía unir todas las partes objetivas y los valores de la certidumbre perseguidos por los seres humanos. La noción íntegra de una verdadera y única trayectoria hacia la perfección, tanto para el individuo como para las especies, es destruida. Esa percepción devastadora debilita con seguridad los fundamentos de la gran mayoría de las doctrinas políticas y éticas de la cultura dominante del pensamiento occidental, desde Platón, Aristóteles y los padres de la Iglesia, hasta Aquino y los escolásticos. La teoría renacentista, los racionalistas del siglo xvii, la Ilustración Francesa del siglo xviii debajo del socialismo, el marxismo y muchas de las grandes obras del liberalismo clásico y ortodoxo, del pasado y del presente, fueron tocadas —sólo para mencionar algunas de las más generalizadas teorías sociológicas de los asuntos humanos. En tercer lugar, y eso nos lleva al centro mismo del credo filosófico y político de Berlin, se encuentra la célebre defensa de lo que él llama la libertad “negativa” contra lo que reconoce como libertad “positiva”. Esa es la famosa conferencia inaugural en Oxford (1958): “Dos conceptos de libertad”. La conferencia, desde el comienzo, dominó toda la discusión seria sobre el tema y fue reeditada en su célebre libro “Cuatro ensayos sobre la libertad” conjuntamente con su influyente texto sobre “La inevitabilidad histórica”. Este último es un audaz y decisivo ataque contra la historia del determinismo, el relativismo moral y el subjetivismo; de la misma forma, es la afirmación del papel del libre albedrío

y la responsabilidad en la historia humana. Los dos ensayos juntos representan su más importante y singular contribución al pensamiento político del siglo xx. Ambos fueron escritos durante la Guerra Fría contra la Unión Soviética y después del choque con la experiencia reciente del fascismo y el nacionalsocialismo. ¿Qué son, entonces, esas dos clases de libertad? La libertad positiva o libertad como autodominio y autorrealización es para Berlin un fin genuino aún en las manos de los pensadores monistas, pero eso puede ser pervertido de muchas maneras hasta ser convertido en algo opuesto a la libertad —desde luego en una terrible tiranía. En el caso de los positivistas y los racionalistas dogmáticos, como hemos visto, la trayectoria de la vida tiende a ser identificada o con la ciencia o con la razón, y mi verdadera libertad entonces consiste en seguirlas. En Hegel, el idealista alemán y sus históricos descendientes, ocurre el mismo proceso con organismos metafísicamente misteriosos, tales como el Espíritu del Mundo, que, al ser invocado en lugar de la ciencia y la razón, camina en el sentido de la Ilustración. Pero como todos los pensadores de esa clase pueden asumir que el fin dominante de la vida es el autodominio, tanto en lo individual como en lo colectivo, y que las metas perseguidas por los seres humanos en ese paradigma son, si no idénticas para todos, sí al menos capaces de tener en sí mismas algún tipo de armonía orgánica y racional. Ellos realizan una crítica de largo aliento al dogmatismo. Se refieren a la verdadera esencia y a los fines últimos del ser humano. Y en el proceso tienden a deslizarse desde la imperceptibilidad, desde la consideración de personalidades empíricas finitas hacia a una personalidad “suprapersonal” y metafísica, que es la nación: misma que en nuestros días es reducida a meros factores y funciones. Esa personalidad superior deviene un ser más real, más apegado a la personalidad mortal. Y uno debe estar preparado para sacrificarse a sí mismo. De tales personalidades superiores, que constituyen la nación para Fichte, cita varios ejemplos históricos. El Volk y el Estado, respectivamente, en el nacional-socialismo y en el fascismo, o, también, el Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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marxismo-leninismo, en el que el ser humano lucha, como clase, para subyugar el fin de la naturaleza humana, y, transformándose a sí mismo, se mueve inevitablemente a través de procesos históricos que desembocan en una meta final, que es la realización humana y la sociedad sin clases. En todos los casos mi “verdadera” libertad viene a ser nada más que mi permanente ejercicio del rol impuesto sobre mí en esa nave de ética colectiva —un papel impuesto a la fuerza por destacados expertos políticos y sociales o por líderes inspirados en la profecía. En cualquier caso, un legítimo ideal humano, es decir, afirmativo, de autocontrol y autodominio, en conjunción con falsas premisas, se pervierte en un ideal de opresión. Observen que las falsas premisas de las que hablo son todas monistas. El peligro de tales premisas, lo que proponen, ha sido ejecutado de manera plana por los dictadores totalitarios, de derecha y de izquierda, durante el siglo xx. Isaiah Berlin, en contraste, impulsa con vigor los reclamos de la libertad “negativa” —negativa, porque consiste esencialmente en la “libertad desde”, no como la libertad positiva, que es la “libertad para”. Déjenme abundar sobre esto. Ese concepto de libertad, preconcebido por pensadores tales como Constant, J.S. Mill, y, sobre todo, Alexander Herzen, fue desarrollado enteramente por Berlin y lo condujo a hacer suposiciones mínimas sobre las necesidades últimas y sobre la naturaleza de las causas. ¿Por qué? Porque en ausencia de respuestas finales sobre la vida humana, y dada la irreductible y pluralista naturaleza de los valores, la condición última del hombre es una elección libre entre valores absolutos. Y, asimismo, además de todos los estandarizados y tradicionales argumentos liberales de la libertad individual, Berlin reconoce desde el pluralismo el argumento supremo. Eso es lo que confiere una condición única a la libertad negativa. La injerencia externa de la autoridad, provenga de donde provenga, debe permanecer constante hasta en lo más mínimo, y así dejar el campo abierto a la elección individual compatible con la justicia básica y el orden social. En un mundo donde los valores chocan Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

por su misma naturaleza, las soluciones racionales a todas las cuestiones morales y políticas no están disponibles. De aquí en adelante las reglas de los expertos y especialistas (tan estimados en la ilustración) son principios imposibles, y los choques trágicos y agonizantes de una elección, muy lejos de ser una anomalía patológica que puede ser curada por las autoridades pertinentes, son una parte inerradicable de la propia condición humana. Finalmente, los individuos deben decidir por sí mismos y asumir todas las consecuencias. La libertad en ese sentido negativo no solamente hace más justa la dignidad fundamental del ser humano sino también, y, sobre todo, conserva un amplio espacio de posibilidad como ser sacrosanto responsable de sus propias elecciones entre perspectivas y valores polémicos. Lo anterior permite a cada uno —con la decisión que cada grupo constituya— la construcción de una vida personal y conforme a su propia vida. Cuarto, Isiah Berlin difiere, para agregar algo distinto, de la Ilustración. Desde su punto de vista Herder y los románticos están comprometidos en iluminar una categoría permanente histórica: la noción de “pertenencia”-especial, pero no exclusivamente- a una nación. La mayoría de los liberales del mundo han considerado a la nación y al nacionalismo como una deformación de la humanidad, pues no son parte integral a ella. Ese es un fenómeno destinado a marchitarse y a desaparecer con el avance de la ciencia y la organización racional. Siguiendo a Herder, Berlin virtualmente queda solo entre los pensadores liberales de su estatura: ha puesto la atención seria y respetuosa en las necesidades de los hombres. En su opinión, Herder fue quien propuso la concepción de “pertenencia”, fue el primero en hacerla explícita —la profunda necesidad del ser humano por pertenecer a una comunidad cultural e histórica, dentro de su propio territorio. Y descubrió algo fundamental e inextirpable cuando definió los atributos del ser humano. Si Berlin tiene razón, entonces la necesidad de adquirir y expresar la identidad de uno mismo en, y mediante tal comunidad, como un tipo de tendencia casi orgánica, es una necesidad


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universal, así como la imperiosa necesidad del alimento o el refugio: la privación de esa pertenencia puede ser que no sea inmediatamente mortal, pero a largo plazo causará estragos en la humanidad. En un mundo de normalidad constante, para Herder (y Berlin con él), las comunidades deberían coexistir en un estado de feliz y creativo recogimiento, sin ser invadidos por pueblos enemigos y sin estar preocupados por las envidiosas comparaciones con los vecinos. Herder habla de las naciones en donde se aman los unos a los otros, como si fuesen miembros de una familia. Pero eso, en el fondo, y con base en las necesidades humanas, tiene dos enemigos principales: las tendencias de la ciencia y la tecnología a la universalización y la nivelación y la organización racional. Y la interrupción de la comunidad por la invasión de normas ajenas, por la influencia desmedida desde fuera de sus fronteras o por la completa expulsión de su territorio. Cualquiera de esos dos enemigos puede provocar terribles convulsiones patológicas, las cuales, dolorosamente, se han familiarizado en el mundo de nuestro tiempo. Para bien o para mal las antiguas identidades regionales y culturales (raciales y religiosas) están resurgiendo sin importar hacia dónde dirijamos la mirada. El enfoque de Berlín para la comprensión del conocimiento de los seres humanos tiene sus raíces en la rebelión antirracionalista y antimonista. Él insiste, una y otra vez, en la diáfana variedad de tipos de conocimiento y de su irreductibilidad a un solo paradigma. Expone el daño causado por la ciega aplicación de un modelo exitoso en un área de la experiencia, a cada aspecto de la total existencia humana. Es la imposición que olvida el sentido de los seres humanos —agrega Isaiah Berlin con claridad, —, ya que deben vivir bajo esquemas abstractos, sacados de disciplinas ajenas. Han sido, ambos enemigos, los más grandes obstáculos para alcanzar la autocomprensión y, asimismo, una de las más grandes fuentes del sufrimiento humano. De aquí en adelante, en una tendencia verdaderamente empírica, Berlin somete la tradición de la Ilustración al examen más devastador, a la reacción feroz y continua de algunas de sus aplicaciones prácticas.

Aquí la historia es algo así como el equivalente de un laboratorio científico. No hay mejor manera de descubrir cuáles son las limitaciones de las construcciones racionalistas. Dondequiera que aparezcan se vendrán abajo antes de ser atacadas. Isaiah Berlin reconoce que la Ilustración debe ceder terreno. Él quiere hacer de la necesidad virtud, pues a la luz de tales carencias busca el enriquecimiento de conceptos tales como “hombre”, “sociedad”, “cultura”, “historia” y “conocimiento”. El resultado es, así, un incremento en la red de nuestro conocimiento de lo que los seres humanos son, de sus necesidades, anhelos y de lo que pueden ser. Su proyecto, por lo tanto, se resuelve en continuidad con el Espíritu Universal de la Ilustración, cualquier ruptura radical que pudiera haber hecho fue con los supuestos más rígidos y empíricos. Eso fue, en particular, por los pensadores de la Contrailustración y es por ellos que podemos trazar, en el agudo sentido de Berlin, las formas humanas de conocimiento y el conocimiento que comprende la más grande y valiosa parte de nuestras vidas humanas. La concepción de la historia de las ideas y su función es, al final, atribuible a esa gran e innovadora rebeldía. Isaiah Berlin buscó los orígenes, las raíces más tempranas del movimiento y logró extraer algunas de las conclusiones más relevantes y pertines para nuestros días. En ese sentido, él es el genealogista y consumador de la tan largamente esperada, pero terriblemente evadida, “Revolución Newtoniana” en los estudios humanos. Desiderata de Kant y los pensadores de la Ilustración En ese sentido Isaiah Berlin representa la conclusión de una serie de desarrollos que comenzaron en el último tercio del siglo xviii, pasando por las manos de una sucesión de pensadores posteriores, principalmente en el mundo Alemán —Windelband, Dilthey, Troeltsch, Meinecke, y, en algún grado, Max Weber—, y esa conclusión es la más rica, sofisticada y equilibrada expresión en la obra de Berlin. El estudio racional del hombre como un animal físico, visto desde afuera, en términos naturales, como un objeto de la naturaleza —anatomía, fisiología, biología, dietética, genética, ­­­­­etnología— Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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descansó sobre instituciones seguras por algunos siglos. Isaiah Berlin aplaudió con frecuencia el éxito inaudito, dentro de sus propios límites, de las ciencias del hombre. Pero aquí vemos, por primera vez en su obra, el establecimiento de las bases para el estudio del hombre ya no como un animal físico sino como un ser libre, autónomo, impredecible, creativo, interpretándose a sí mismo y transformando a su especie, cuyo elemento correspondiente es la historia, y cuya naturaleza se da a conocer, no sólo en leyes eternas sino a través de su más básico all informing, ever-involving —y, a veces, con violencia transformados, se enfrentan conceptos y categorías. Así, él convierte el estudio humano en autónomo y racionalmente transparente, como la misma Ilustración pudiera esperar que fuera hecho, y, al mismo tiempo, protege el ámbito más valioso de la dignidad y la libertad humanas contra las incursiones destructivas de la ciencia y la tecnología y contra la pretensión de generalizar universalmente los principios. Y ese avance, esa iluminación de la Ilustración por parte de los pensadores violentamente contrailustrados, adoptó una forma inconcebible para los pensadores de la Ilustración, y, desde luego, son contrarios a algunos de sus prejuicios más profundos, son una paradoja relevante en la historia de ideas.

VII Ahora, después de todo lo que he dicho, debería preguntarles a ustedes lo siguiente. Si Berlín hubiera comenzado su obra hoy, después de la caída de la Unión Soviética en 1990, ¿quiénes serían ahora sus principales enemigos? Aparte de los que se pueden identificar más fácil y que van desde la derecha hasta la extrema derecha —el nacionalismo patológico, el racismo, y el fanatismo religioso— creo que habría dos que son con singularidad insidiosos, porque ambos tienen un estatus muy respetable — se originan desde los comienzos de la Ilustración y del progreso— porque ellos trajeron consigo, en su camino, lo bueno y lo malo. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

El primero, respecto del cual Berlin estuvo toda su vida en contra, es el progreso fugaz y la indiscriminada aplicación de la ciencia y la tecnología a la vida de los seres humanos. Todo lo que Berlin dice sobre las formas del conocimiento peculiarmente humano se derivan de la tradición alemana de Vico y Herder (Verstehen), todo lo que él dijo acerca de las necesidades herderianas de pertenecer a una comunidad autosustentable, constituye una gran acusación a la tendencia generalizadora de La Ilustración. El segundo, cuyos tentáculos irresistibles comienzan a presionar al planeta entero, es, por supuesto, el proceso llamado globalización, el cual es promovido y alimentado por la vasta revolución tecnológica de nuestro tiempo. Me parece que todos los intentos serios para enfrentar las más extremas y dañinas consecuencias de esas dos relevantes tendencias de nuestro tiempo serán forzados a regresar, una y otra vez, a los escritos importantes de Berlin, para iluminar la verdadera naturaleza de ambos problemas, y, asimismo, para hacer visible el fardo intelectual y moral de lo general. La reivinidicación monista de esas dos grandes tendencias de nuestro tiempo, con la ambición última de reducir el mundo entero y todos los contenidos múltiples, incluyendo los seres humanos, a unidades de administración científicamente explotables, sólo pueden ser racionalmente refutadas, con alguna esperanza de éxito, con el estilo de escritura comprometido con la fuerza, la profunidad y la aguda búsqueda que se descubre a lo largo de los ensayos y libros de Isaiah Berlin. Si no es impertinente de mi parte decir -subrayo mi ignorancia- que me parece que México, con sus orgullosas tradiciones de independencia para trazar sus propias trayectorias, sin hablar de su rica y fabulosa red de culturas diferentes, está en la mejor posición para usar, desarrollar y construir algunas de esas ideas en las esferas de la teoría y la práctica, ambas, en lugar de seguir las más cansadas y rígidamente institucionalizadas sociedades del avanzado Occidente industrial que, en muchos sentidos y para todos los asuntos, parece estar siempre tornán-


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dose más neurótico, confundido, y, posiblemente, en peligro de perder su camino. Otra vez, y en relación con lo que acabo de decir acerca del gran peligro de deshumanización de nuestros tiempos, es, quizá, una pequeña sorpresa que Berlin tuviera que hablar sobre los arreglos políticos y económicos necesarios para la forma del pluralismo. Pero a la luz de las presiones prácticas de nuestro mundo, nosotros estamos obligados a preguntar: ¿Cuáles son las condiciones concretas necesarias para la supervivencia de ese valor liberal pluralista berliniano? ¿Cómo crear una estructura social e institucional para su despliegue y crecimiento? ¿Cuál será su destino en el mundo contemporáneo? Le preguntamos a cualquier observador tomando en cuenta el desarrollo político de los pasados doscientos años, desde la Revolución Francesa, pasando por la Revolución Rusa y hasta nuestros días, y es que la gran all-embracing (globalización) se corresponde con esquemas utópicos de monismo racional para alcanzar un rápido cambio social y el paraíso en la tierra: son esquemas fatalmente defectuosos. Ellos, de todas formas no protegerán esos valores que, si Berlin tiene razón, más y más hombres y mujeres, en más y más lugares, solicitan con hambre creciente: los derechos humanos fundamentales y la tolerancia y aceptación mutua que fluye desde el valor objetivo del pluralismo y del peculiar tipo de libertad “negativa” individual, la cual va íntimamente, mano en mano, con ella. No podemos sentirnos demasiado seguros del poder y del deseo de proteger esos valores por parte de las fuerzas que se mueven detrás del trabajo de nuestro burocratizado y ordenado, curiosamente sin dirección, mundo occidental, conducido de largo por la ceguera, por la tecnología y por los lastres de las fuerzas comerciales globales. La economía, como digo, no era un campo que le haya interesado mucho a Berlin. Pero en los pocos y extraños pasajes donde él toca puntos de organización socioeconómica, es bastante claro que fue un apasionado defensor de Franklin Delano Roosvelt y

del nuevo Tratado Americano de la década de 1930. Creyó con vigor en la fuerza de las autoridades públicas democráticamente elegidas y controladas, pues deberían establecer un marco institucional que garantizara la prosperidad de uno y de todos. Eso podría traducirse en niveles muy altos de impuestos y en una mejor redistribución de la riqueza, y generosos recursos públicos para bienes básicos y servicios como salud y educación, y una larga escala de programas públicos, pero eso no le inquietba demasiado. Si ese fuese el precio y la condición, en un marco social afirmativo de la máxima prosperidad de lo individual, el mayor alcance de la libertad de elegir y el esfuerzo creativo, así como el mejor contexto para comprometerse y negociar entre valores, entonces así sea. En este sentido, él no estaba en absoluto en el mismo barco que hombres como Hayek y Friedman, y tuvo graves dudas durante los años de Thatcher y Reagan. Ese es un aspecto del pensamiento de Isiah Berlin que no debería ser olvidado, particularmente hoy. Y ese es un ámbito para un gran tratado, pues no fue puesto de manifiesto por Berlin y creo que las contribuciones más creativas se harán en este nuevo siglo. Y quizá aquí, también, si no estoy muy equivocado, ellas vendrán menos desde la saciada y sobreorganizada nación industrial del Norte que de las jóvenes estructuras abiertas, enérgicas y no reglamentadas que continúan su desarrollo en los países del Sur, que aún mantiene elevadas y sofisticadas tradiciones pluralistas, sociales y culturales, y donde el horizonte es muy grande y transparente para nuevos y espontáneos destinos. Los hasta ahora relativamente inexplorados países del subcontinente latinoamericano pueden dirigir el camino para el resto del mundo, camino en el que tiene sentido pensar en la frase de John Stuart Mill, que es conocida, con mayor propiedad, como “experimentos en vida”. El siglo xxi necesitará nuevas y creativas formas de asociación humana, lo anterior si el florecimiento del pluralismo en el sentido de Berlin es posible. O aun, quizá, si la raza humana sobrevive a todo.

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VIII Déjenme concluir: el valor del pluralismo de Isaiah Berlin me parecer que es uno de los más audaces y, a la vez, la doctrina más esperanzadora que emerge en la reciente historia del pensamiento occidental. Lo anterior lo convierte en un gran reto intelectual e imaginativo, y eso, junto con el rechazo a las respuestas fáciles —desde luego eso demanda un grado de renuncia, pero podría hacerlo seductor al idealismo moral de la juventud. Esa es una perspectiva de inmediato generosa en torno a la vida humana, en cuya leve existencia puede ser algo muy meritorio seguir viviendo a pesar de la ausencia absoluta de garantías. Empapado por un sentido de angustia moral y responsabilidad personal, tiene quizá el potencial para llenar el vacío creado por el fallecimiento de la religión tradicional y de las ideologías seculares tales como el marxismo. Un vacío sentido con fuerza por mucha gente en la actualidad. Es, sobre todo, un poderoso promotor de tolerancia, comprensión y cordura entre mujeres y hombres individuales y entre culturas y naciones enteras; y, si su verdad debe tarde o temprano establecerse en todas las sociedades que han alcanzado un nivel seguro de autoconciencia y madurez, entonces podremos quizá hospedar la esperanza segura de que vendrá a fortalecer más y más, a través del mundo entero, la vida de los países civilizados.

Conferencia inaugural del II Coloquio Internacional de Filosofía Política Contemporánea, organizado por la maestría en Ciencias Políticas de la buap los días 27, 28 y 29 de septiembre del 2000. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

Y eso me lleva al núcleo mismo de la vida de Isaiah Berlin. Ningún hombre estuvo más interesado en sembrar dulzura y luz entre sus compañeros. Él fue uno de los más grandes profesores de su tiempo. De ahí su fe apasionada en la educación y en el análisis racional y en el argumento. Déjenme citar sus propias palabras: “¿Qué soluciones hemos encontrado, pese a nuestro nuevo conocimiento tecnológico y psicológico y nuestros nuevos grandes poderes, excepto la antigua prescripción defendida por los creadores del humanismo (Erasmo y Spinoza, Locke y Montesquieu, Lessing y Diderot): razón, educación, responsabilidad y, sobre todo, conocimiento de uno mismo? ¿Qué otra esperanza hay —o ha habido alguna vez— para los seres humanos?”. Damas y caballeros, creo que, a través de su contribución a nuestro autoconocimiento colectivo, y a su gran influencia como maestro, el tiempo mostrará que el nombre de Isaiah Berlin puede agregarse con propiedad a la lista de los benefactores ilustres de la humanidad. Al menos esa es mi propia convicción. Gracias por su paciencia y por escucharme durante tanto tiempo, y, sobre todo, por el placer y el privilegio de celebrar la memoria y la presencia actual de ese maravilloso hombre: Isaiah Berlin.

Traducción: Miguel Ángel Rodríguez


El romanticismo alemán y Martin Heidegger: sobre el cuidado del ser Miguel Ángel Rodríguez

E

n este ensayo, primera parte de dos, exploro la idea del cuidado del ser que se origina, para la tradición germana, en Gottfried Herder, se enriquece con Goethe, y se convierte en una disposición anímica existencial fundamental en la obra completa de Martin Heidegger. Es un texto que quiere continuar la reflexión que el filósofo José Gaos abrió en 1959 con el ensayo “La “cura” en Goethe y Heidegger”. En esta ocasión abordo el cuidado como voluntad, como una disposición anímica (y volitiva) capaz de fundar y realizar el ser en libertad. Con un segundo ensayo, extensión del presente, quiero mostrar cómo esa categoría originaria atraviesa, más allá de los giros, las tres obras emblemáticas del maestro de la Selva Negra, a saber: Ser y tiempo (1927), Kant y el problema de la metafísica (19291934) y Aportes a la filosofía. Acerca del evento (1936-1938). De la ontología fundamental al pensar ontohistórico. Transportado por los temples fundamentales se puede transitar de un momento a otro. Del momento de la preparación para la pregunta por el sentido del ser en general al inicio del otro comienzo, a la pregunta por la verdad del ser. Son fundamento y abismo (Grund und Abgrund). Busco los caminos que el cuidado me abre, en la comprensión de que el proyecto del ser es la obra del cuidado. El Cuidado (die Sorge) es una misteriosa palabra alemana, con sentido práctico, cuyo origen latino es Curae (inquietud en latín) o Cura en castellano. El principal propósito es pensar la relación que el cuidado de los románticos alemanes, Gottfried Herder, Wolfgang Goethe y Friedrich Schiller en particular, mantiene con el cuidado comprensor de las estructuras del ser del Dasein en la obra de Martin Heidegger. Aquí me concentro en Ser y tiempo. El maestro José Gaos nos señala el comienzo del camino. El cuidado por el ser aparece como fundamento del ser del Dasein. El ser mismo del Dasein se manifiesta como cuidado. El Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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proyecto es obra del cuidado. Es imposible pensar la verdad del ser sin el cuidado. Porque ésta se presenta en la existencia. El cuidado es una estructura existencial que une con hilos poderosos a los otros existenciales para hacerlos comprensibles en su totalidad. Por ello es que la disposición anímica fundamental por el cuidado sea una meditación que supera los cambios de orientación lingüística de los giros heideggerianos que, según los estudiosos, pudieran ser por lo menos tres decisivos. La ontología de Aristóteles, la fenomenología de Kant y el estremecimiento de Nietzsche, que, a su vez, se estremecía con Hölderlin. Para Hans Georg Gadamer incluso podría claramente distinguirse en el Heidegger tardío un giro hölderliniano. Lo que equivale a considerar a la imaginación trascendental, como ocurre en Kant y el problema de a metafísica, como la hija del pensamiento puro y la intuición pura y, por lo tanto, como una posibilidad estructural que conduce a la realización del “sí mismo” finito a la trascendencia. Y con la intuición pura, “intuible”, aclara Heidegger ahí mismo, “solamente quiere decir que es perceptible por un órgano de los sentidos […] desaparece la anterior limitación de su esencia a ser la raíz de la facultad teórica como tal.”1 El pensamiento puro, de lo sublime, encarna en la poesía trascendental de Hölderlin y el lenguaje adquiere, más allá del pensamiento condicionado de Kant, una nueva forma de nombrar al mundo —que no es irracional insiste Heidegger: son las formas simbólicas que nos acercan a la comprensión de la verdad del ser, es pensar la relación del ser con la esencia del hombre. Jorge Juanes ha reflexionado sobre la relevancia de Hölderlin y la sabiduría poética para dar el salto a la comprensión de lo otro innominable, lo sublime. Lo sublime es la fusión de lo infinito en lo finito, la destrucción del primero en lo segundo” que se expresa en el “… sometimiento total de la materia por la forma a priori.”

La forma expresiva de lo sublime es la mitología, los dioses, lo simbólico. Friedrich Nietzsche y Friedrich Schelling lo intuyeron magistralmente en el Nacimiento de la tragedia y en la Filosofía del arte. Lo bello y lo sublime, en su absolutidad, se comprenden mutuamente (Schelling); es decir, Dioniso habla el lenguaje de Apolo y, a su vez, Apolo habla la lengua de Dioniso: “meta suprema de la tragedia y el arte en general” (Nietzsche). Las ideas que en la filosofía se presentan en sí y por sí devienen dioses, porque al arte le son necesarios los dioses para la comparecencia de lo absoluto.2 En la Carta sobre el humanismo (1949) Heidegger reconoce que el lenguaje es la casa del ser y que es el pensar quien conduce al hombre a ese hogar: “Los pensadores y los poetas son los guardianes de esa morada”. Mediante sus palabras y voces muestran, ponen de manifiesto al ser, y son los cuidadores de esa presencia. Es un actuar del pensar en el otro comienzo, “porque atañe a la relación del ser con el hombre” y al rechazo de la filosofía como técnica de domesticación. El pensar resulta aquí una participación cuya base es “El compromiso por el ser para el ser” que, a su vez, se resuelve en la liberación del predominante lenguaje técnico que invadió y se apropió, desde Aristóteles y Platón, de la metafísica occidental. Es una invitación a subvertir la gramática en el camino para encontrar otros fundamentos, más originarios: la superación de la metafísica de la subjetividad. Penser c’ est l’engagament de l’ Étre. Aquí, la forma del genitivo, “de l’…” pretende expresar que el genitivo es al mismo tiempo subjetivo y objetivo. Efectivamente, “sujeto” y “objeto” son títulos inadecuados de la metafísica, la cual se adueñó desde tiempos muy tempranos de la interpretación del lenguaje bajo la forma de la “lógica” y la “gramática” occidentales […] Liberar al lenguaje de la gramática para ganar un orden esencial más originario es algo reservado al pensar y poe-

1  Martin Heidegger, Kant y el problema de la metafísica, Fondo de Cultura Económica, México, 2013, p. 132. Edición, revisión de la traducción para esta nueva edición y traducción 2  Jorge Juanes, Hölderlin y la sabiduría poética. (La otra de apéndices de Gustavo Leyva. modernidad), Itaca, México, 2003, p. 115.

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Caja negra / 25 / tizar […] nos tenemos que liberar de la interpretación técnica del pensar.”3

se funda la comprensión del mundo y de la existencia, pues “gira en torno al propio ser en el mundo.” Un concepto de tiempo que Heidegger elabora con una estructura propia de las ciencias históricas (determinación cualitativa), adecuado al funcionamiento y a la finalidad de las mismas, como lo desarrolló, por contraposición al tiempo conceptual de la física (determinación cuantitativa), en El concepto de tiempo en la ciencia histórica (1915).5 Es el método de confrontación que Heidegger esgrime frente al Romanticismo alemán, el mismo que desarrolló en sus estudios sobre Heráclito, Parménides, Platón, Aristóteles, Nietzsche, Hölderlin, Goethe, Herder y Dilthey. El mismo proceso de construcción del pensar que vivió como admirador y detractor de Edmund Husserl. Como ya apuntamos al inicio, la confrontación heideggeriana no se concentra en los límites o las carencias de las miradas de los filósofos anteriores sino en la fuerza productiva que su pensamiento posibilita. Pensar fecunda y originalmente a los pensadores es hacerse cargo de ellos. Y eso, me parece, es justo lo que hace con el idealismo y el romanticismo alemanes. Con y contra ellos. El aprendizaje de la confrontación incluso, a mi parecer, podría ser adjudicado a su cercanía con Husserl. En una carta de Heidegger a Karl Jaspers le dice a quién está dedicada su obra: “Si el tratado (Ser y tiempo) está escrito “contra” alguien, es contra Husserl, que lo vio inmediatamente, pero que desde el principio se atuvo a lo positivo”.6 La danza del pensar heideggeriano tomaba palabras del lenguaje cotidiano y las imantaba de sentido filosófico, pues “el lenguaje no fue creado para la filosofía.”

La experiencia de la esencia del pensar nace y vive a condición de liberar al lenguaje de la interpretación que reduce el pensar a la reflexión de la utilidad del “hacer” y el “fabricar”. Ese pensar tiene su fundamento en la tekné y abandona la esencia del pensar, pues olvida y deja de pensar al ser. Una parte de esta crítica a la fría técnica es de procedencia romántica, y el vacío y la nada que deja están presente en la poesía de Hölderlin Con todo, Heidegger, de manera natural, se vuelve contra el idealismo y el romanticismo alemanes como posibilidad filosófica de inaugurar una comprensión del ser y desarrollar, luego, la interpretación ontológica existencial, la analítica tempóreoexistencial del Dasein. La crítica de Heidegger es muy consistente y va a los fundamentos del pensar. Y puede elaborar cuestionamientos tan severos porque los conoce muy íntimamente, como los había enriquecido Dilthey, quien transmite a Heidegger la aversión por las conclusiones definitivas. Wilhelm Dilthey, una de mis fuentes para documentar el ser histórico del romanticismo alemán, le abre varios caminos de reflexión antes de la escritura de Ser y tiempo: las vivencias, el poder-estar-entero propio, por ejemplo, contribuyen a la construcción temprana del pensamiento filosófico de Heidegger. Creo, sin embargo, que la influencia de mayor huella es la cuestión del sentido del ser histórico mismo. Quizá por él pudo escribir que tanto Hegel como Marx, con su idea de alienación, nos aproximan más que las otras historias a la verdad del ser. Heidegger consideraba una barbaridad que “el triunfo de la matemática de la naturaleza kantiana” hubiese diluido la pregunta “por el sentido de la concepción histórica del mundo”. p. 47. Edición y traducción de Jesús Adrián Escudero. Y piensa Dilthey que la determinación funda- 5  Ibid., p. 36. En ese fragmento que corresponde al artículo mental sobre el Dasein Humano es el tiempo.4 Ahí sobre “El concepto de tiempo en la ciencia histórica” se puede 3  Martin Heidegger, “Carta sobre el humanismo” en Hitos, Alianza editorial, Madrid, 2007, p. 260. Traducción: Helena Cortés Gabaudan y Arturo Leyte Coello 4  Martin Heidegger, “El trabajo de investigación de Wilhelm Dilthey y la actual lucha por una concepción histórica del mundo” en Tiempo e Historia. Minima Trotta, Madrid, 2009,

leer: “El factor cualitativo del concepto de tiempo no significa otra cosa que la condensación —cristalización— de una objetivación de la vida dada en la historia”. 6  Ángel Xolocotzi Yáñez, Fundamento y abismo. Aproximaciones al Heidegger tardío Fundamento y abismo. Aproximaciones al Heidegger tardío Fundamento y abismo. Aproximaciones al Heidegger tardío, Miguel Ángel Porrúa-buap, México, 2011, p.170.

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Así tomó la palabra cuidado y fecundó su campo semántico con la mirada ontológica. Besorgen (ocupación) y Fürsorge (solicitud) lo mismo que la “generosa preocupación” dan cuenta de la fuerza vinculante del cuidado como ser del Dasein en la obra de Heidegger.7 Me pregunto, en suma, ¿en qué sentido la interpretación preontológica del cuidado como ser del Dasein, atribuida por Heidegger al romanticismo alemán, pasa como inquietud y preocupación, hasta la reflexión sobre la época planetaria de la técnica?, ¿cuál es la crítica filosófica que Heidegger endereza contra el idealismo y romanticismo alemanes?, ¿es posible afirmar que dicho movimiento prepara el fin de una época filosófica y abre las posibilidades para el salto a la pregunta ontológica por el ser?

ser en general que Martin Heidegger desarrolla en la que es considerada la obra primordial: Ser y tiempo (1927). Y más en particular la manera en que Martin Heidegger incorpora la inquietud, “el ser del Dasein como cuidado”, a su método fenomenológico y a su ontología fundamental. Son preguntas que enfatizan la ontología fundamental: Ser y tiempo. 8 Martín Heidegger escribe sobre su primer libro que la “finalidad es la elaboración fundamental de la pregunta por el ser.” Y añade que “La expresión fenomenología significa primariamente una concepción metodológica. No caracteriza el qué de los objetos sino el cómo de ésta.” Heidegger invierte el modo del pensar tradicional, se podría decir que pretende la “destrucción” de la ontología tradicional, pues su investigación no El fenómeno del cuidado en Ser y tiempo: responde a los imperativos de ninguna “disciplina Herder, Goethe y Heidegger. ya dada” sino que más bien confía en que sean las necesidades objetivas de las preguntas fundamenTrato aquí la relación de Gottfried Herder y Jo- tales las que orienten la búsqueda y “la forma de hann Wolfgang Goethe —el más romántico de los tratamiento de las cosas mismas.” románticos— con un tema central de la reflexión filosófica occidental: la pregunta por el sentido del 7  Cuando Heidegger analiza la multiplicidad de formas de el estar-en-el-mundo del Dasein, que es un carácter ontológico existencial –una constitución esencial del Dasein- escribe que se manifiestan como “producir, cultivar y cuidar, usar, abandonar y dejar perderse, emprender, llevar a término, averiguar, interrogar, contemplar, discutir, determinar. Estas manera de estar-en tienen el modo de ser del ocuparse (Besorgen), un modo de ser que deberá caracterizarse aún más a fondo. Maneras de ocuparse son también los modos deficientes del dejar de hacer, omitir, renunciar, reposar, y todos los modos de “nada más que” respecto de las posibilidades del ocuparse. El término “Besorgen”, “ocuparse de algo”, tiene, en primer lugar, una significación precientífica, y puede significar: llevar a cabo, realizar, “aclarar” un asunto. La expresión puede significar también (en alemán) procurarse algo en el sentido de conseguírselo. Además, se la usa en un giro particular: temo (ich Besorge) que la empresa fracase…En contraposición con estas significaciones precientíficas y ónticas, la expresión “ocuparse de algo” se usa en la presente investigación como término ontológico (como un existencial) para designar el ser de una determinada posibilidad de estar-en-el-mundo. Este término no se ha escogido porque el Dasein sea ante todo y en gran medida económico y “práctico” sino porque el ser mismo del Dasein debe mostrarse como Sorge, cuidado. A su vez esta expresión deberá comprenderse como concepto estructural ontológico (cf. cap.6 de esta sección). Cfr. Martin Heidegger, Ser y Tiempo, Trotta, Madrid, 2009, p. 78. Traducción Jorge Eduardo Rivera C.

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8  Ángel Xolocotzi, traductor y ensayista, distingue tres momentos con solución de compatibilidad en la obra de Martin Heidegger: a) la hermenéutica de la facticidad (19191926); b) la ontología fundamental de Ser y tiempo (1927) y c) el pensar ontohistórico (Khere) de 1930 en adelante. En suma: “La primera retoma elementos centrales de la problemática fáctica y puede ser pensada como hermenéutica de la cotidianidad; la segunda, como el ámbito metafísico de la entidad del ente y, lo último, como el guiño fenomenológico pensante de la presencia”. Cfr. Ángel Xolocotzi Yáñez, Fundamento y abismo…, op. cit., p. 23. Hans-Georg Gadamer, por su parte, caracteriza al periodo ontohistórico como hölderliniano y lo identifica como de búsqueda de un lenguaje “para nuevas penetraciones de la comprensión.” Reconoce que la pretensión de aprehender la totalidad del pensamiento de Heidegger es una tarea inútil y hasta perniciosa y que “Después de la pregunta que él planteó y a la que introdujo al lector en 1926 en Ser y tiempo todos los trabajos posteriores de Heidegger ya no se pueden relacionar en absoluto con un nivel uniforme. Cada uno de ellos pertenece a un estrato diferente. Son como un ascenso incesante, en el que todas las vistas y perspectivas se desplazan constantemente, un ascender en el que a menudo uno puede subir por senderos imposibles, desde los que debe volver, para salvarse, al suelo firme de la percepción visual fenomenológica, poniéndose luego otra vez en camino para un nuevo ascenso.”Cfr. Hans Georg Gadamer, Los caminos de Heidegger, op. cit., p. 31.


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Insiste en que lo genuino puede lograrlo una metodología “originariamente arraigada en la confrontación con las cosas mismas.” ¿Qué es la ontología heideggeriana?, ¿cómo entender la fenomenología y cómo se relaciona con la ontología y con la hermenéutica? y ¿cuál es el modo en que confrontan la pregunta por el sentido del ser? Quizá pueda ayudarnos recurrir al parágrafo 7 de Ser y tiempo referido a “El método fenomenológico de la investigación” para explorar, muy brevemente, la manera de ver que Heidegger inaugura con su pensamiento filosófico. El concepto de fenómeno puede ser entendido, de acuerdo a la etimología griega, de las siguientes formas: lo que se muestra a sí mismo, lo patente, visible en sí mismo, lo que puede ser sacado a la luz, lo que aparece. También puede ser entendido como lo que parece, lo aparente: “como un ente que tiene la posibilidad de mostrarse como lo que él no es en sí mismo.” Le interesa a Heidegger enfatizar uno de los significados de fenómeno, el entendido como “el anunciarse de algo que no se muestra, por medio de algo que se muestra. Manifestarse es un no mostrarse.” La otra parte del término corresponde al logos concebido como el fundamento, es decir, como “lo que ya está siempre ahí delante como fundamento de toda posible interpelación y discusión”. Un nuevo logos, que no es la razón, se constituye como fundamento del ser. Fenomenología es el sentido formal, entonces, de la investigación fenomenológica que persigue “hacer ver desde sí mismo aquello que se muestra, y hacerlo ver tal como se muestra desde sí mismo...” Es un logos no explicativo o causal sino un decir, un hablar. Se llama fenómeno a aquello que regularmente no se muestra, lo que queda oculto de lo que se muestra y es lo que puede llegar “a constituir su sentido y fundamento.” Y aquello que queda encubierto no es cualquier ente sino “el ser del ente. El ser puede quedar hasta tal punto encubierto que puede ser olvidado, y de esta manera enmudezca toda pregunta acerca de él o acerca de su sentido”.

Y esa es la gran amenaza contra el pensar, contra la pregunta por el ser, que emerge de la época de la técnica. Un periodo en el que hasta la propia ciencia deviene técnica. El maestro de la Selva Negra quiere regresar al ser humano a una relación ontológica con su propia esencia. En La carta sobre el humanismo ya citada advierte sobre las consecuencias de la concepción técnica del pensar y de lo triste y absurdo que resulta ver a la filosofía disfrazarse para mendigar un puesto entre las ciencias. La ciencia se aleja y abandona también “la esencia del pensar” que es el de pensar al ser: Cuando el pensar se encamina a su fin por haberse alejado de su elemento, reemplaza esa pérdida procurándose una validez en calidad de tekné, esto es, en cuanto instrumento de formación y por ende como asunto de escuela y posteriormente empresa cultural. Paulatinamente la filosofía se convierte en una técnica de explicación a partir de las causas supremas. Ya no se piensa, sino que uno se ocupa con la filosofía.9

La cosificación de la conciencia y la cosificación de la filosofía. No la relación de lo seres con lo seres sino la de los seres con las cosas y, por si fuera poco, el lenguaje bajo la satrapía de la opinión pública. Hasta que la pregunta por la verdad del ser adquiera el sentido de lo digno de ser pensado, hasta entonces, la pregunta por la esencia del lenguaje puede renovarse alcanzando otra dimensión. Pero ello supone la necesidad de alcanzar el pensar preparatorio, para cuya “consumación forma parte una educación del pensar en el corazón de las ciencias”, pues considera que la pregunta por el ser es “el aguijón de la investigación científica.” Su filosofía pretende llevar agua a los ríos para que los peces puedan, en su elemento, mostrar su esencia y sus facultades y no a la inversa, como la filosofía de la técnica que pretende valorar la naturaleza de los animales acuáticos en los desiertos. 9  Martin Heidegger, “Carta sobre el humanismo”, op. cit., p. 262.

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Y si a su filosofía se le llama irracionalismo Heidegger responde con una pregunta: “¿se puede llamar “irracionalismo” al esfuerzo por reconducir al pensar a su elemento?”10 Pensar el sentido del ser de manera nueva es enriquecerlo con la fenomenología, pues “la ontología sólo es posible como fenomenología. El concepto fenomenológico de fenómeno se entiende como aquello en que se muestra el ser del ente, su sentido, sus significaciones y derivados”; de la misma manera, el “fenómeno, en sentido fenomenológico, mienta siempre y solamente el ser y ser es siempre el ser del ente, para la puesta al descubierto del ser se requerirá primero una adecuada presentación del ente mismo…considerada en su contenido la fenomenología es la ciencia del ser del ente-ontología.” Es el origen de la llamada ontología fundamental que tiene como tema “el ente óntico-ontológicamente privilegiado (Dasein) y el método es el de la interpretación, de tal suerte que “La fenomenología del Dasein es hermenéutica, lo que significa originariamente “el quehacer de la interpretación.”11 La interpretación sobre el ser del Dasein como cuidado, cuya existencia es fáctica, es la que me interesa perseguir en el pensamiento de Heidegger. Y me concentro en el capítulo sexto de Ser y tiempo. Se trata de un capítulo fundamental de la obra cumbre, pues lo mismo se articula con el capítulo dos en el que trata por vez primera el tema del cuidado que con el cuarto en el que se refiere a la cotidianidad del Dasein, en donde responde a la pregunta por “¿quién es el Dasein en la cotidianidad?” y en el que encuentra que todas las estructuras del Dasein “son co-originarias con el-estar-en-el mundo: coestar (Mitsein) y la coexistencia (Mitdasein)” que también se relaciona con el capítulo tercero y quinto de la segunda parte de Ser y tiempo. “El poder-estar-entero propio y la temporeidad como sentido ontológico del cuidado” y “Temporeidad e historicidad”, respectivamente, son los temas en los que enfatiza que la temporeidad -el modo propio del poder estar-entero-del Dasein- aparece como “condición de posibilidad originaria del cuidado” 10  Ibid., p. 260. 11  Martin Heidegger, Ser y Tiempo, op. cit., pp. 47-59.

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que, a su vez, se vincula con la orientación de estar vuelto hacia la muerte, hacia el término del Dasein. El cuidado es un laberinto de pasadizos que atraviesa y comunica íntimamente los caracteres existenciales del Dasein: la disposición afectiva y la comprensión del ser. ¿De dónde proviene el término cuidado? El comienzo de la historia de la palabra cura, cuidado en alemán, está inspirado en una fábula recogida por Higino.12 La fábula, traducida del latín al alemán, fue luego recreada por Gottfried Herder en un poema (Das Kind der Sorge). Del poema de Herder la recoge Goethe y la despliega literariamente para concluir de manera magistral su obra maestra: Fausto. Quiero aquí apuntar que también Friedrich Schiller se refiere al cuidado en el poema Los ideales (Die Ideale). Un poema crepuscular que canta la sombra de la vejez y el abandono de los impulsos y placeres juveniles, cuando el árbol y la rosa existían por el poeta, cuando el coraje lo elevaba en vuelo insensato hasta la cumbre, cuando no estaba “ aún sujeto por cuidado alguno/el joven, al camino de la vida.”13 Así pues, fábula, poemas y obra trágica se convierten en pensamiento filosófico con Heidegger. La pregunta por la esencia y el cuidado del ser son la savia vital que atraviesa los géneros del pensar y los aproxima hasta fundirlos. Es la preparación para el otro pensar. En 1959 José Gaos se hace cargo del tema y escribe un memorable ensayo que titula “La “cura” en Goethe y Heidegger”. El filósofo español sostiene que para el pensador alemán el cuidado es “la esencia del hombre (y) consiste en un hallarse avan-

12  Higinio, Fábulas mitológicas, Alianza, Madrid, 2009, p. 233. Traducción, introducción y notas de Francisco Miguel del Rincón Sánchez. 13  Friedrich Schiller, Líricas de pensamiento, Ediciones Hiperión, Madrid, 2009, p. 101. El verso completo en alemán es el siguiente: Wie sprang, von kühnem Mut beflügelt,/
Beglückt in seines Traumes Wahn,/
Von keiner Sorge noch gezügelt,/
Der Jüngling in des Lebens Bahn./
Bis an des Äthers bleichste Sterne/
Erhob ihn der Entwürfe Flug,/
Nichts war so hoch und nichts so ferne,/
Wohin ihr Flügel ihn nicht trug.


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zando en la dirección del futuro al ocuparse con las cosas y preocuparse por las personas.” El texto de Gaos muestra las grandes convergencias que se pueden encontrar entre el acto V de la segunda parte del Fausto, el que cierra la obra, de Johann Wolfgang Goethe, con el capítulo sexto de Ser y tiempo: El cuidado como ser del Dasein. El comienzo y significación del tema del cuidado, que considera un testimonio preontológico, lo narra Heidegger en un pie de página en el que escribe: El autor encontró esta prueba documental preontológica de la interpretación ontológico-existencial del Dasein como cuidado en el artículo de K. Burdach, Faust un die Sorge, Deutsche Vierteljahreschrift für Literaturwissenschaft I (1923), pp. 1 ss. Burdach muestra que Goethe tomó de Herder y reelaboró para la segunda parte de su Fausto la fábula de la cura, transmitida como fábula 220 de Higinio. Cfr. Especialmente pp. 40 ss.14

Saturno, “el tiempo.”15 La anterioridad sobre la que se construyen las historias, las morales, los dioses, la naturaleza y el ser del ente mismo. El poema de Herder que refiere Heidegger expresa la voluntad de poetizar al mundo y los hilos del mismo tejen la fábula de Higinio. Una versión libérrima del poema de Herder, en el que la palabra cura se convierte en cuidado, podría ser la siguiente:

El hijo del Cuidado (Curae) Sentado a la orilla de un arroyo murmurante Cuidado absorto pensó: desde su “formación” en los pensamientos oníricos sus dedos labraron la figura “¿Qué es lo que has hecho?” —musitó Göttinn Habló Zeus mientras se aproximaba “Formé una figura, es Thone, dále vida, te lo ruego Dios”

Vale la pena subrayar que un breve rastreo histórico del término cura (en latín inquietud), como cuidado y preocupación, se encuentra en otros autores latinos como Virgilio y Séneca, en ambos el bien divino de la vida se perfecciona con cura (inquietud de sí mismo). Para el estoico Séneca la palabra también significaba solicitud, conciencia y devoción. Pero es la fábula 220 reproducida por Higinio la que más frecuentemente se cita en ética, psicología, literatura y, en nuestros días, en bioética. Cura es una figura mitológica en perpetua tensión, pues forma al ser humano de la arcilla, de la tierra, pero el espíritu de éste está absorto en las posibilidades de alcanzar el cielo, lo sublime: tierra y cielo. La fábula recuperada por Higinio es la inspiración para un poema de Gottfried Herder: Das Kind der Sorge. Y ese poema es citado también por Heidegger para poner en manos del gran decisor el qué del ser. No el cómo sino el qué: “en qué consista el ser “originario” de lo así configurado es obra de

“¡Bueno! ¡Es mi voluntad! —¡que viva! pero la criatura será mía.” El Cuidado respondió: “No, déjamelo, permite que sea mío, señor”

14  Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 215.

15  Ibid., p. 216.

“Mis dedos lo han formado” “Y yo le di el soplo de vida a la criatura” habló Jupiter, y cuando así hablaba se les unió también Tellus (la tierra): “Mío es, de mí fue arrancado, de mi seno es el niño” “Bueno, habló Jupiter, espera, ha llegado un decisor, Saturno (tiempo).” Saturno dijo: “¡Han producido el arte! es voluntad del sumo ingenio: tú le diste vida, cuando muera toma el espíritu.

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Tú, Tellus, sus restos mortales: nada más te pertenece Tú que le diste la vida tú eres su madre, oh, Cuidado, será tuyo durante la vida Te será dado por mucho tiempo, mientras respire no abandones a tu hijo. Será como tú, día tras día, del esfuerzo cotidiano a la sepultura” El hechizo del destino se cumplió Y se llama hombre esta criatura En vida pertenece al Cuidado En su muerte, a la Tierra y a Dios.16

Das Kind der Sorge


 Einst saß am murmelnden Strome
 Die Sorge nieder und sann:
 Da bildet’ im Traum der Gedanken
 Ihr Finger ein leimernes Bild.

„Wohlan, sprach Jupiter, harret, Dort kommt ein Entscheider, Saturn18.“ 
 Saturn sprach: „Habet es alle!
 So wills das hohe Geschick.
 Du der das Leben ihm schenkte,
 Nimm, wenn es stirbet, den Geist.
 Du Tellus seine Gebeine: Denn mehr gehöret dir nicht.
 Dir, seiner Mutter, o Sorge,
 Wird es im Leben geschenkt.

 Du wirst, so lang’ es nur athmet, Es nie verlassen, dein Kind. Dir ähnlich wird es von Tage
 Zu Tage sich mühen ins Grab.“

 Des Schicksals Spruch ist erfüllet 
Und Mensch heißt dieses Geschöpf. Im Leben gehört es der Sorge Der Erd’ im Sterben und Gott.

Observo que en el poema Herder hace intervenir a Zeus como un igual a Júpiter, ambos son dadores de la vida. Es el debate sobre la pertenencia del ser, sólo que en el poema de Herder aparece en primer lugar Zeus, la gran figura olímpica de los griegos, que no aparece por ningún lugar en la fábula 220 de Higinio. Lo anterior me da pretexto para subrayar la representación de la pluralidad teológica de Friedrich Hölderlin. Lo que funde a la fábula latina con el poema alemán es el pensamiento de que mientras haya pulso la vida de la criatura le pertenece y será siempre de die Sorge. El cuidado, la inquietud de sí mismo, es el artesano formador de la vida de la lúbrica criatura. Como ya vimos, Gottfried Herder convierte a “Curae” en “Sorge”. La palabra Sorge admite varios significados en alemán, entre los cuales destacan cuidado, inquietud, preocupación, solicitud. Cada una de ellas nombran una disposición anímica e incluso un

16  Traducción libérrima y propia del alemán. 17 Tierra

18 Mundo

“Was hast du, sinnende Göttinn?“ Spricht Zevs, der eben ihr naht. „Ein Bild von Thone gebildet,
 Beleb’s, ich bitte dich Gott.“ “Wohlan! ich will es! – Es lebet! Doch mein sei dieses Geschöpf!“ – Dagegen redet die Sorge:
„ “Nein, laß es, laß es mir, Herr.
 “Mein Finger hat es gebildet“ „Und ich gab Leben dem Thon” Sprach Jupiter. Als sie so sprachen, Da trat auch Tellus17 hinan.

 „Mein ists! Sie hat mir genommen
 Von meinem Schooße das Kind.“

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temple vinculado con la comprensión del ser en su totalidad originaria. Y esa interpretación predomina en Herder y en Goethe y, más tarde, como veremos, también es la mirada del maestro de la Selva Negra. Martin Heidegger interpreta la fábula de Higinio como un testimonio de la “autointerpretación del Dasein como ‘cuidado’ y establece una suerte de hilo genealógico y, quizá por ello, publica la versión latina junto a la traducción alemana. Aquí la traducción al castellano de la fábula, que es de Francisco Miguel del Rincón Sánchez, porque me parece más clara que la versión que aparece en Ser y tiempo: Cuando Cura atravesaba cierto río, vio que el lodo era rico en arcilla, lo cogió pensativa y comenzó a modelar un hombre. Mientras estaba meditando qué hacer con él apareció Júpiter. Cura le pidió que le insuflara vida, lo que obtuvo de Júpiter fácilmente. Cura quería ponerle su propio nombre, pero Júpiter se lo prohibió y le dijo que había que darle el suyo. Mientras Cura y Júpiter discutían sobre el nombre surgió Tellus (Tierra) diciendo que se le debería poner el suyo, puesto que ella había aportado su propio cuerpo. Tomaron a Saturno como juez y parece que les juzgó con equidad: “Tú, Júpiter, puesto que le insuflaste vida “recibe el alma después de su muerte; Tellus puesto que le proporcionó el cuerpo” que reciba el cuerpo. Y puesto que Cura fue la primera en modelarlo, que lo posea en vida; pero, como existe discusión sobre su nombre, que se llame “hombre”, pues parece haber sido hecho de humus.19

No es muy complicado observar la semejanza del sentido entre el poema de Herder y la fábula de Higinio: en ambos domina la Cura, die Sorge. Y también Heidegger escribe, en solución de continuidad, que el Dasein pertenece al cuidado. El origen del ser del ente se encuentra, durante toda la vida, en el cuidado. 19  Martin Heidegger, El Ser y el Tiempo, op. cit., p. 218.

No se puede olvidar que para Heidegger la perfección del ser humano consiste en “llegar a ser eso que él puede ser en su ser libre para sus más propias posibilidades (en el proyecto)- es “obra” del “cuidado”. En Higinio, Herder y Goethe el ser humano es la síntesis de Tierra y Espíritu. Similar al pensamiento de Heidegger, sólo que para él la sustancia del hombre no es el espíritu sino la existencia (no como el hecho de existir sino como modo de ser del Dasein): “la esencia del Dasein se funda en la existencia […] sólo existiendo cobra el Dasein su mismidad” y es una existencia con los otros, el mundo que el yo comparte con los demás: “El mundo del Dasein es un mundo en común (Mitwelt). El estar-en es un coestar con los otros. El ser en-sí intramundano de éstos es la coexistencia (Mitdasein)”.20 Y ese coexistir con miembros iguales a mí, de mi propia especie, tiene un sentido ontológico-existencial y lo determina existencialmente. De esa manera, escribe en el capítulo cuarto, lo siguiente: Si el coestar es existencialmente constitutivo del estar-en-el-mundo, entonces deberá ser interpretado, al igual que el trato circunspectivo con lo que está a la mano dentro del mundo, que anticipativamente hemos caracterizado como ocupación, “desde el fenómeno del cuidado”, que es el modo como el ser del Dasein será determinado en general (cf. capítulo 6 de esta sección)…El ente en relación con el cual el Dasein se comporta en cuanto coestar no tiene empero el modo de ser del útil a la mano, sino que es también un Dasein. De este ente no es posible “ocuparse”, sino que es objeto de solicitud (Fürsorge). También ocuparse de la alimentación y el vestido, o el cuidado del cuerpo enfermo, es solicitud. Entendemos, sin embargo, esta expresión, paralelamente al uso que hemos hecho del vocablo “ocupación”, como un término que designa un existencial. La “Fürosorge” en el sentido (que también tiene esta palabra en alemán) de institución social fáctica se funda en la estructura del ser del Dasein que es el coestar. Su urgencia fáctica deriva del hecho de que inmediata y ­regularmente 20  Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 139.

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/ 32 / Caja negra el Dasein se mueve en modos deficientes de la solicitud. Ser uno para otro, estar uno con otro, prescindir los unos de los otros, pasar el uno al lado del otro, no interesarse los unos por los otros, son posibles modos de la solicitud.21

Una solicitud existencial cuyos principios son el respeto y la indulgencia, que se traducen en formas de solidaridad y reciprocidad humanas. En sentido contrario, Heidegger observa la deficiencia y la indiferencia como modos dominantes de comportamiento medio. Son tan normales en la coexistencia cotidiana que se confunden con “del estar a la mano del útil de que nos ocupamos a diario.” No se trata de una reunión ajena, circunstancial, la interpretación ontológica no es un simple estar juntos de los seres y es necesario diferenciar, enfatiza, la indiferencia de estar las cosas juntas y la falta de interés de “los que están unos con otros”. Un estar con las cosas y un estar el Dasein con otro Dasein, esa es la gran distancia. La Fürsorge tiene dos posibilidades contrarias fundamentales. La primera estriba en hacerse cargo del cuidado del otro y ocupar su lugar transformándose en el reemplazo, uno asume por el otro aquello de lo que hay que ocuparse y al final el otro regresa al objeto de su ocupación, cuando ya las cosas están finalizadas y listas para el uso o, de plano, se desentiende de sus ocupaciones. Esta modalidad de solicitud puede propiciar en el otro la dependencia e incluso el dominio invisible: “esta solicitud sustitutiva y aliviadora del “cuidado” determina ampliamente el convivir, ya afecta por lo general a la ocupación a la mano.” La otra posibilidad de la solicitud consiste en una anticipación al poder ser existensivo para, en sentido inverso, regresarle el cuidado al otro. Es una solicitud no para ocuparse de las cosas sino que la solicitud expresa el cuidado propio; es decir, “ayuda al otro a hacerse transparente en su cuidado y libre para él.” La solicitud se revela, pues, como una estructura de ser del Dasein, enlazada, en sus diferentes posibilidades, tanto con el estar vuelto del Dasein 21  Ibid., p. 141.

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hacia el mundo del que se ocupa, como también con su propio habérselas consigo mismo. El estar de los unos con los otros se funda inmediatamente y, a menudo, exclusivamente en aquello sobre lo que recae la ocupación común. Un convivir que deriva de hacer las mismas cosas se mueve, la mayor parte de las veces, no sólo en límites externos sino que a la vez reviste el modo de la distancia y la reserva. El convivir de los que están dedicados a la misma cosa con frecuencia sólo se nutre de la desconfianza. Por el contrario, el compromiso en común con una misma causa se decide desde la existencia (Dasein) expresamente asumida. Sólo ésta auténtica solidaridad hace posible un tal sentido de las cosas que deje al otro en la libertad para ser él mismo.22

De esta manera el cuidado queda explícitamente relacionado con la solidaridad, con el compromiso de una causa en común que nace de una interpretación existencial abiertamente asumida y, más aún, esa originaria solidaridad abre el horizonte para que el ser elija libremente lo que puede y quiere ser. La solicitud, escribe, está regida por el respeto (Rucksich) y la indulgencia (Nachsicht) que pueden convertirse es su antípodas: la falta de respeto y la indiferencia. La convivencia cotidiana también será entendida, en la segunda parte de Ser y tiempo, como el tiempo que somos en común y se mueve, con sus modalidades intermedias, entre ambas posibilidades extremas de la solicitud que Heidegger denomina la “sustitutivo dominante” y la “anticipativo-liberadora”. De esta reflexión nace un esencial enunciado existencial: “El Dasein es por mor de otros”. Dasein, escribirá más adelante, es el modo de ser de la convivencia, del co-estar. Sólo que para Heidegger el Dasein está, como ya vimos, absorbido y absorto en el mundo de la ocupación común, un estar en el mundo en el que se destaca la rutina, la reserva y la distancia con los otros. Es la desconfianza la divisa entre los que se ocupan por hacer las mismas cosas. La interpretación ontológica habla, en sentido contrario, de un compromiso y una causa comunes que se deciden 22  Ibid., p. 142.


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desde la existencia. La mejor solidaridad del cuidado, que se preocupa de sí mismo, consiste en dejar en libertad al otro para que sea él mismo. La interpretación ontológica-existencial privilegia la libertad como condición de la auténtica ­existencia. En el capítulo sexto de Ser y tiempo Heidegger abre las puertas a la segunda sección: “al análisis fundamental y preparatorio del ‘ser ahí’” con una interrogación: “¿Cómo ha de ser determinada desde un punto de vista ontológico-existencial la totalidad del todo estructural que se ha mostrado?”. Una pregunta que obtiene una respuesta hasta el parágrafo 83 que concluye el libro y que reservamos para las consideraciones finales. El todo estructural originario que es estar-en-elmundo, en la existencia, se comprende por obra de la disposición afectiva del cuidado. Los capítulos que van del segundo al quinto son momentos aislados del todo. Aquella era apenas una visión preliminar, representaba el bosquejo general. Ahora se trata, con el capítulo sexto, de remontar “la vacuidad de tales comienzos”. El punto de partida es que si el Dasein existe y pertenece esencialmente a la facticidad, entonces ahora la pregunta es “… por la unidad ontológica de la existencialidad y la facticidad […] por el modo de ser en el que es llevado ante sí mismo y abierto para sí en su condición de arrojado.” La pretensión comprensora del cuidado es por la unidad ontológica. El modo de ser, la modalidad, proviene de la “disposición afectiva” que pertenece esencialmente al Dasein y la condición de arrojado siempre se resuelve en las posibilidades de ser del ente, pues el ente “se comprende en y desde ellas.” El estar-en-elmundo, la vida como “cotidianidad media del Dasein, puede ser definida, como el estar-en-el-mundo cadentemente abierto, arrojado-proyectante, al que en su estar en medio del “mundo” y coestar con otros le va su poder-ser más propio.”23 Se trata de comprender desde el ser del Dasein “las correspondientes posibilidades existenciales de modificación”, de transformación de la esencia y la

verdad del ser. “¿Hay alguna vía para llegar fenoménicamente a este ser, sobre la base del actual planteamiento de la analítica existencial? Es la pregunta por el carácter existencial fundamental del Dasein, la búsqueda de un camino óntico-ontológico al Dasein en el que la comprensión del ser y la disposición afectiva “constituyen el modo de ser de esta aperturidad.” Y la disposición afectiva que se encuentra en la base de esta exigencia metodológica es la angustia:

23  Ibid., p. 200.

24  Ibid., p. 201.

La angustia, en cuanto posibilidad de ser del Dasein, junto con presentar al Dasein mismo en ella abierto, presenta también el fundamento fenoménico para la captación explícita de la totalidad originaria del ser del Dasein. Este ser se revelará como cuidado. La elaboración ontológica de este fenómeno existencial fundamental exige una delimitación frente a ciertos fenómenos que a primera vista podrían ser identificados con el cuidado. Tales fenómenos son la voluntad, el deseo, la inclinación y el impulso. El cuidado no puede ser derivado de ellos, puesto que ellos mismos están fundados en aquél. 24

La voluntad y el deseo, la inclinación y el impulso, están fundados en el cuidado. Una afirmación que subsume la voluntad, que es voluntad de poder, que es la vida en Nietzsche, al cuidado del ser del Dasein. Y la angustia abre al Dasein a la posibilidad de ser y es la base fenoménica sobre la cual se puede atrapar la totalidad originaria del ser del Dasein. La angustia es una sensación que también fue explorada por Hölderlin como una fuerza espiritual cruel con orientación a la auto-aniquilación, a la autodestrucción y la identifica con los pobres seres humanos, aquellos que al preguntarse “Qué es el hombre” se sienten prisioneros de la nada y jamás mientan al destino, pues están seguros que la nada reina sobre los seres humanos. Es un sentimiento sombrío que proviene de la nada que nacemos y a la nada que vamos y que termina con el asalto al cielo. Y la destrucción y muerte de los dioses cuando Hiperión predica a los mortales: “Quedaos abajo

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hijos del instante, no os esforcéis por subir a estas alturas, porque aquí arriba no hay nada”. Y reconoce Hölderlin a las dueñas del ser humano: la necesidad, la angustia y la noche. Y se levanta a contracorriente del desierto la voz del poeta que pregona que “no hay nada, por pequeño e insignificante, con lo que no sea posible el entusiasmo.” Volviendo al cuidado, es necesario no olvidar que visto como fenómeno existencial fundamental precede a la voluntad, al deseo, a la inclinación y al impulso, que son los cuatro fenómenos más íntimamente relacionados con la pregunta por el ser y que se presentan siempre como una totalidad. Heidegger piensa que la interpretación ontológica del Dasein como cuidado es un tema que “podría aparecer como teorético y rebuscado […] Se hace necesaria, pues, una comprobación preontológica de la interpretación existencial del Dasein como cuidado.” Y para lograr tal meta Heidegger voltea a la Antigüedad, cuando el Dasein, “hablando de sí mismo, se interpretó como cuidado (cura), aunque sólo haya sido preontológicamente.” El romanticismo alemán, de quienes toma el sentido de la palabra cuidado, es así un momento preparatorio para el nacimiento de la ontología fundamental. La analítica del Dasein que se despliega, a partir de la interpretación ontológica del cuidado, prepara la pregunta de la ontología fundamental “por el sentido del ser en general.” La pregunta por el sentido del ser debe ir más allá de una “antropología existencial a priori” y, para ello, sostiene que es necesario revisar profundamente los fenómenos que están más íntimamente vinculados con la pregunta. Hasta este punto, le parece, los modos explicitados de aquellos fenómenos se reducen a “el estar a la mano y el estar ahí.” Representan solamente la primaria problemática ontológica, la realidad del mundo. El objetivo de ir más allá nos conduce a poner atención a “la conexión ontológica, entre cuidado, mundaneidad, estar a la mano y estar ahí (realidad).” La orientación es alcanzar la comprensión del ser y ello ocurre con la escucha, porque el ser pudiera “no estar conceptualizado pero no queda del todo incomprendido.” Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

Durante la Antigüedad la tematización ontológica solía considerar como sinónimos el ser y la verdad. Heidegger nombra esa identidad y rompe con ella, porque esa interpretación puede ocultar los fundamentos originarios para ver la conexión entre ser y comprender. Y la preparación para la etapa final necesita de “la aclaración ontológica del fenómeno de la verdad”. Así pues, la etapa preparatoria, el estar preparados, para el análisis fundamental del Dasein se desarrolla en los parágrafos (40) “la disposición afectiva fundamental de la angustia como modo eminente de la aperturidad del Dasein; el (41) “el ser del Dasein como cuidado”; el (42) “confirmación de la interpretación existencial del Dasein como cuidado por medio de la autointerpretación preontológica del Dasein”; (43) “Dasein, mundaneidad y realidad” y (44) “Dasein, aperturidad y verdad”.25 Me voy a concentrar, aunque no de manera secuencial, en los parágrafos 40, 41 y 42 referidos a la angustia y al ser del Dasein como cuidado. Las razones de la selección son claras: ambos temas son motivo de reflexión preontológica, como veremos, de Johann Wolfgang Goethe en la última parte de la segunda parte del Fausto. En el parágrafo 40 de Ser y tiempo se interroga de qué manera es posible aprehender ontológicamente “la totalidad del todo estructural”. La primera vía que experimenta es la de la angustia. Valora en alto la disposición afectiva de la angustia y las posibilidades de apertura que ella procura para la comprensión del ser. La disposición afectiva de la angustia es entendida como un estar-en-el-mundo “en condición de arrojado”. De esta manera el fenómeno de la angustia cuando es pensado en su totalidad muestra al Dasein como un poder estar en el mundo: existe como facticidad. La facticidad es, como se sabe, uno de “los caracteres ontológicos fundamentales” del ente. Para Heidegger las tres determinaciones existenciales son la existencialidad, la facticidad y el estarcaído. No pueden pensarse aisladas, desmembradas, 25  Ibid., p. 202.


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pues son un tejido originario “que constituye la totalidad del todo estructural que se busca.” Es en la unidad que el ser del Dasein se puede aprehender, pues “el Dasein es un ente al que en su ser le va su propio ser.” Vale la pena considerar que en la famosa expresión “le va”, el verbo “irle” se vuelve proyectado hacia “el más propio poder ser”. Y ese poder ser, de larga trayectoria filosófica hasta nuestros días, resulta un camino para entender por qué el Dasein es como es. Se refiere a la libertad del ser para alcanzar el ser más propio, es una anticipación del Dasein a sí mismo y ontológicamente es un estar “más allá de sí”, es, por consiguiente, un estar buscando el poder ser que él mismo es, un estar entregado a sí mismo. Y esa entrega del Dasein a sí mismo emerge de la angustia de la pregunta, aunque no haya respuesta, aunque no haya nadie del otro lado. La estructura unitaria de la constitución del Dasein es vista fenoménicamente no como una artificial unidad de los caracteres ontológicos sino como la expresión fenoménica de la constitución originariamente total del Dasein y es, como ya quedó claro, un existir siempre fáctico: “la existencialidad está determinada esencialmente por la facticidad.” El existir fáctico del Dasein, no sólo como arrojado, está siempre pensando en el mundo de la ocupación. Ese anticiparse del Dasein es lo que da sentido al término cuidado (Sorge) y debe usarse en un sentido “puramente ontológico-existencial.” Por ser el estar-en-el-mundo esencialmente cuidado, en los precedentes análisis ha sido posible concebir ocupación (Besorgen) el estar en medio del ente a la mano, y como solicitud (Fürsorgen) el estar con los otros, en cuanto coexistencia que comparece en el mundo. El estar-en-medio-de […] es ocupación porque, como modo del estaren queda determinado por la estructura fundamental de este último, es decir, por el cuidado. El cuidado no caracteriza, por ejemplo, tan sólo a la existencialidad, separada de la facticidad y de la caída, sino que abarca la unidad de todas estas determinaciones de ser. Por consiguiente, cuidado

tampoco quiere decir primaria y exclusivamente el comportamiento del yo respecto de sí mismo, tomado de forma aislada. La expresión “cuidado de sí” (“Selbstsorge”) por analogía con Besorgen (ocupación, es decir, cuidado de las cosas) y Fürsorge (solicitud, es decir, cuidado por los otros), sería una tautología. Cuidado no puede referirse a un particular comportamiento respecto de sí mismo, puesto que este comportamiento ya está ontológicamente designado en el anticiparse-a-sí; ahora bien, en esta determinación quedan también incluidos los otros dos momentos estructurales del cuidado: el ya-estar-en y el estar-en-medio-de.26

Se trata de la condición ontológico existencial que abre un abanico de posibilidades para el ser libre, para poder ser fácticamente el Dasein que es. En esas condiciones la determinación del poder ser está presidido por la libertad; esto es, puede actuar “involuntariamente en relación con sus posibilidades” y con ello puede resultar un ser impropio: “como de hecho sucede de un modo inmediato y regular”. La antigua identidad entre verdad y perfección se resquebraja por la ruta involuntaria que la libertad introduce, por la posibilidad siempre presente de la impropiedad, de la imperfección. El mal como tragedia de la libertad. La posibilidad de la propiedad e impropiedad que el ser libre para el poder ser más propio propicia aparece con la angustia. El significado ontológico es que el Dasein se anticipa siempre a sí mismo, permanece absorto en la posibilidad de poder ser lo que él mismo es: la mirada de la totalidad: … es, más bien, la expresión fenoménica de la constitución originariamente total del Dasein, cuya totalidad ha quedado ahora explícitamente puesta de relieve como un anticiparse-a-sí-estando-ya-en […] Dicho de otra manera: el existir es siempre existir fáctico. La existencialidad está determinada por la facticidad. Y a su vez el fáctico existir del Dasein no sólo es, en general y de un modo indiferente, un-poder-estar-en-el-mundo en condición de arrojado sino que ya está siem26  Ibid., p. 211.

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/ 36 / Caja negra pre absorto en el mundo de la ocupación […] la totalidad existencial del todo estructural ontológico del Dasein debe concebirse, pues, formalmente en la siguiente estructura: el ser del Dasein es un anticiparse-a-sí-estando-ya-en-(el-mundo-) en-medio-de (el ente que comparece dentro del mundo). Este ser da contenido a la significación del término cuidado (sorge), que se emplean en un sentido ontológico-existencial…27

de otra forma dicho, el cuidado es ontológicamente su fundamento. El Dasein toma del mundo sus posibilidades y lo hace en cuanto fáctico, en cuanto comprensor del Dasein. Es en la cotidianidad media de las posibilidades del Dasein que ocurre frecuentemente la incapacidad para ver, descubrir y alcanzar lo que el poder ser más propio es. En el deseo, el Dasein proyecta su ser hacia posibilidades que no sólo quedan sin asumir en la ocupación sino que ni siquiera se piensa ni espera que cumpla. Por el contrario: el predominio del anticiparse-a-sí en la modalidad del mero deseo lleva consigo una falta de comprensión para las posibilidades fácticas. El estar-en-el-mundo cuyo mundo ha sido primitivamente proyectado como un mundo deseado, se ha perdido irremediablemente en lo disponible, pero de tal manera que, siendo este último lo único a la mano a la luz de lo deseado, sin embargo jamás logra satisfacer. El deseo es una modificación existencial de proyectarse comprensor, que, sumido en la condición de arrojado, se limita a añorar las posibilidades, esta añoranza cierra las posibilidades; lo presente en el añorar desiderativo se convierte en el “mundo real”. El deseo presupone ontológicamente el cuidado.28

El Dasein absorto en el mundo de la ocupación es un anticiparse a sí mismo y eso es justamente lo que da contenido a la expresión del cuidado. El cuidado se muestra existencialmente a priori en toda situación y comportamiento del Dasein. Es una totalidad estructural originaria que de ninguna manera afirma alguna primacía entre el comportamiento práctico y el comportamiento teórico. Para Heidegger la determinación de algo que está ahí no puede ser menos importante si su origen proviene de un acto contemplativo o si su origen se encuentra en una acción política o, incluso, en la distracción recreativa: “teoría” y “praxis” son posibilidades de ser de un ente cuyo ser debe ser definido siempre como cuidado. Por otra parte, advierte sobre el posible fracaso que significa la reducción del cuidado a los fenómenos de la voluntad, el deseo, el impulso y la inclinación, puesto que “El cuidado no caracteriza […] tan sólo a la existencialidad, separada de la facticidad y de la caída, sino que abarca la unidad de todas estas determinaciones de ser”. Las anteriores tendencias más bien están arraigadas ontológicamente “de un modo necesario en el Dasein como cuidado, y no son simples vivencias ontológicamente indiferentes que tuvieron lugar en una corriente enteramente indeterminada en su sentido de ser.” De acuerdo con lo anterior la estructura ontológicamente fundamental sólo puede ser tematizada y comprendida sobre la base de “la ontología del Dasein.” Así pues, los cuatro fenómenos, impulso, deseo, inclinación y voluntad se fundan en el cuidado. O

El diálogo es con Nietzsche, pues el deseo necesita ontológicamente las posibilidades del cuidado. El estar ensimismado en las posibilidades del ser suele revelarse como el deseo. El deseo es, así, una transformación existencial cuya posibilidad está relacionada con el cuidado. No más que el deseo, sin embargo, puede empañar la comprensión de las posibilidades fácticas. Martin Heidegger aborda la relación entre los cuatro fenómenos y la pregunta por el ser. Inicia su reflexión con las inclinaciones. La añoranza, escribe, despierta la inclinación del Dasein a la búsqueda de algo (Aussein auf). La inclinación siempre se proyecta, se deja arrastrar hacia algo, y esa fuerza es movida por la añoranza. En la medida en que el Dasein es poseído por una incli-

27  Ibid., pp. 210-211.

28  Ibid., p.213.

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nación se modifica también “la estructura entera del cuidado.” La ceguera del Dasein, como en el Fausto de Goethe, “… pone al servicio de la inclinación todas sus posibilidades.” El impulso, por su parte, es visto como una fuerza propulsora “a vivir”, es un “hacia allá a toda costa.” En realidad se trata de una fuerza que puede resultar invasora y puede incluso anular, cuando no tiene control ni dirección, la disposición afectiva y la comprensión del ser. Así pues, el Dasein no es ni puede ser nunca un “mero impulso” que, de vez en cuando, pueda ser dirigido y controlado; se trata de una “modificación del estar-en-el-mundo en su integridad, el Dasein impulsivo es desde siempre cuidado.” En el impulso puro, el cuidado no ha quedado todavía liberado, si bien es él que hace ontológicamente posible que el Dasein esté propulsado de sí mismo. En la inclinación, en cambio, el cuidado está siempre atado. Inclinación e impulso son posibilidades enraizadas en la condición de arrojado del Dasein. El impulso “a vivir” no puede ser aniquilado, la inclinación a ser “vivido” por el mundo no puede ser extirpada. Pero ambos, en cuanto y sólo en cuanto se fundan ontológicamente en el cuidado, pueden ser modificados óntico-existentivamente por éste en tanto que propio. El término “cuidado” mienta un fenómeno ontológico-existencial fundamental que, sin embargo, no es simple en su estructura. La totalidad ontológicamente elemental de la estructura del cuidado no puede ser reducida a un “elemento” óntico “primordial”, así como el ser tampoco puede “ser explicado” por los entes.29

Le interesa dejar clara la definición del cuidado como un fenómeno que “se halla estructuralmente articulado en sí mismo.” Y en ese hallazgo descubre la necesidad de continuar el camino de la cuestión ontológica, él quiere develar el fundamento ontológico de lo múltiple y lo único, “la unidad y la to29  Ibid., p. 214.

talidad de la multiplicidad estructural del cuidado” aspira a desocultar un fenómeno aún más originario. Y considera que es necesario aludir a un testimonio preontológico que, aunque no tuviese el carácter de fuerza demostrativa, tendría, piensa, un sustento de carácter histórico. Y entonces podría hablarse de un viraje hacia el romanticismo alemán. Heidegger encuentra en la cura, en Goethe y en Heder, el cuidado del ser del Dasein en su momento preontológico. Aunque Séneca y Virgilio habían meditado la filosofía como medicina, como cura para el alma, es Gottfried Herder quien le descubre la interpretación preontológica del cuidado. Y buena parte de sus pensamientos, especialmente después del giro holderliniano (Gadamer dixit), se encuentran muy íntimamente relacionados con la creación del romanticismo y la filosofía del idealismo alemán. Por el momento vuelvo a la senda trazada por José Gaos. José Gaos observa que la prueba documental, el testimonio preontológico del ser de Heidegger, se aleja de su origen latino y el tema se naturaliza germano. La comprensión de tal migración conceptual la interpreta en el sentido de un prejuicio nacionalista, pues de esa manera el término correspondería mejor, sería más digno de ser pensado por un filósofo alemán. Pudiera ser, pero tengo para mí que, sin dejar de lado la sugerencia de Gaos, las verdaderas razones de Heidegger para elegir la versión alemana están más relacionadas con la resistencia que guardó siempre a “la romanización de lo griego” y, sobre todo, a su tenaz confrontación con el sentido de la verdad como lo correcto y de lo falso como conductor de la caída que los latinos abrazan, pues “rompen en forma miserable con la esencia inicial de la antigua Grecia.” La añoranza por los griegos lo lleva hasta a inclusión de Nietzsche, considerado por él como “el redescubridor” moderno de los griegos, entre los pensadores que miran el mundo heleno con ojos romanos. Escribe Heidegger en Parménides. La dominación de los romanos y su transformación del helenismo no se limita, empero, de ninRevista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


/ 38 / Caja negra guna manera, a las organizaciones particulares del mundo griego o a las actitudes singulares y “modos de expresión” de la humanidad griega. Pero la latinización del mundo griego por los romanos no se limita tampoco simplemente a la suma de todo lo apropiado por ellos. Lo decisivo radica en que la latinización ocurre como una transformación de la esencia de la verdad y del ser, dentro del dominio grecorromano de la historia. Esta transformación se destaca por permanecer oculta y determinar, sin embargo, todo de manera anticipada. Esta transformación de la esencia de la verdad y del ser es el verdadero acaecer-propicio de la historia […] Hablar de “transformación de la esencia de la verdad” es, por lo visto, un recurso provisional; pues habla todavía de una manera objetiva de la verdad, y no del cómo esta misma se esencia y “es” historia.30

En el mismo Parménides le interesa dejar claro que su oposición a la latinización de los griegos tampoco debe ser interpretada como resultado de una hostilidad a la religión cristiana, sino a la necesidad de mantener viva la meditación sobre la esencia de la verdad. Una posición que sería más sana para el mismo cristianismo antes que “el deseo aberrante de construir nuevas pruebas fundadas científicamente para la existencia de Dios y para la libertad de la voluntad, sobre la “base” de la física atómica moderna.”31 La misma ciencia, la misma naturaleza de la técnica que oculta y hace impensable la verdad del ser: “Por eso, el pensar preparatorio se mantiene necesariamente dentro del ámbito de la meditación histórica”.32 Es el aprendizaje del pensar hasta que la educación del corazón de las ciencias se haya consumado. 30  Martin Heidegger, Parménides, Akal, Madrid, 2005, p. 57. Traducción Carlos Másmela. 31  Ibid., p. 212. 32  Martin Heidegger, “La frase de Nietzsche “Dios ha muerto”, en Caminos del Bosque, Alianza, Madrid, 2012, p. 159. Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte. El contenido de ese texto se basa en las lecciones impartidas sobre Nietzsche como consumador de la metafísica occidental entre 1936 y 1940 en la Universidad de Friburgo.

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Es la pregunta por la esencia de la verdad y por la esencia del ser. Pienso, por todo lo anterior, que esa es en realidad la razón de que haya preferido el poema de Herder y, sobre todo, el Fausto de Goethe, para desplegar su filosofía del ser como cuidado. Vuelvo a Gaos, quien traduce espléndidamente algunos fragmentos de la quinta de las ocho escenas que integran el último acto de la obra con un Fausto viejo y apartado, aislado del mundo, rico, sabio y profundamente insatisfecho y angustiado: “Es “media noche”. “Aparecen cuatro mujeres graue” lo que quiere decir tanto “grises” como “viejas”. PRIMERA. Me llamo Mangel. Es decir, la falta de algo, la carencia, la deficiencia. SEGUNDA. Me llamo Schuld. Es decir, la deuda y la culpa. TERCERA. Me llamo Sorge. Es decir, la cura, la inquietud. CUARTA. Me llamo Not. Es decir, la necesidad apremiante, la miseria mortal.33 Tres de ellas declaran que la puerta del palacio de Fausto está cerrada y que no pueden entrar, pero Cura advierte que ella se desliza y puede entrar por el agujero de la llave. Y por la rendija desaparece. Sus “hermanas” se alejan a la vez que sienten cómo de lejos, de lejos, ahí viene la hermana, ahí viene… … Tod. Es decir, la muerte. El original dice “el hermano, porque Tod, en alemán, es masculino; pero también Mangel lo es y, sin embargo, Sorge se dirige a Mangel, Schuld y Not en género femenino diciéndoles: “Hermanas, vosotras no podéis ni debéis

33  José Gaos, “La ‘cura’ en Goethe y Heidegger” en De Husserl, Heidegger y Ortega, Obras completas, Tomo X, Universidad Nacional Autónoma de México, 1999, pp. 178179.


Caja negra / 39 / entrar”. Y Goethe las presenta en la introducción como “mujeres.” Fausto, que estaba asomado a un balcón del palacio, entra en éste, diciéndose: Cuatro vi venir, tres sólo irse; El sentido de sus palabras no logré comprenderlo. Sonaron a algo así como si dijesen… Not, Una lúgubre rima siguió... Tod. Y continúa el monólogo hasta que La puerta chirría y nadie entra. (Estremecido) ¿hay alguien ahí? cura. ¡La pregunta pide un sí! fausto. Y tú ¿quién eres tú? cura. Ahí estoy al instante. fausto. ¡Aléjate! cura. Estoy en mi lugar Sigue un diálogo entre ambos que termina así: fausto. Mas tu poder, oh Cura, furtivamente grande, no lo reconoceré. cura. ¡Sepas por experiencia cuán veloz de ti me aparto con una maldición! ¡Los hombres están ciegos toda la vida, ahora, Fausto, ciego tú a su término! Y sopla sobre Fausto, dejándolo ciego.34

¿Quién eres tú? Pregunta un Fausto estremecido ante la presencia invisible, oculta, de Cura. Y nadie responde “ahí estoy al instante”, “estoy en mi lugar.” Luego lo maldice con el mal endémico de la humanidad: la ceguera. Carencia, culpa, miseria, necesidad, ceguera y muerte. La indigencia, carencia de la fundación de verdad del primer comienzo. Asoma la cabeza de la nada y el poder de la angustia. Con el diálogo anterior Gaos quiere mostrar que Goethe identifica en la cura un poder que, en sus propias palabras, “podría considerarse como un antecedente poético de la ‘exégesis’ heideggeriana de la ‘cura’ como esencia del hombre.” 34  Ibid., pp. 179-180.

Y la descripción de Cura se despliega en las respuestas a Fausto. Una cura que, por momentos, linda con la angustia. Si ningún oído me percibiese, no dejarían de oírse mugidos en el corazón; bajo cambiante forma ejerzo terrible poder. Por los caminos, sobre la onda, eternamente angustiosa compañía; siempre hallada, jamás buscada, tan halagada cual maldecida. A quien una vez poseo, de nada le sirve el mundo entero; del fondo le asciende eterna sombra, el Sol no sale ni se pone aun teniendo perfectos los sentidos, le habitan tinieblas en lo íntimo, y no sabe de todos los tesoros ponerse en Posesión. Dicha y desdicha vuélvense quimera, muere de hambre en la abundancia; sea el placer, sea el dolor, lo remite al día siguiente, sólo del porvenir está a la expectativa, y así jamás llega a un término. ¿Irá? ¿Vendrá? La resolución se le ha quitado; en mitad del camino franqueado vacila, tanteando, a medios pasos. Se pierde cada vez más a fondo, ve todas las cosas más torcidamente, oprimiéndose y oprimiendo a los demás enojosamente, tratando de respirar y ahogándose; no ahogado y sin vida, no desesperado, no entregado a una obra. Tan incesante rodar, doloroso dejar, repugnante deber obrar, tan pronto emancipar como oprimir, un sueño a medias y un reconfortarse malamente, lo ata a su puesto y lo prepara para el Infierno.35 35  Ibid., pp. 180-181.

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Las resonancias del dolor, los mugidos del corazón y el terrible poder, le parecen a José Gaos los caldos de los que nace la angustia heideggeriana. Siempre hallada y jamás buscada, al mismo tiempo dicha y desdicha, abundancia y hambre, placer y dolor, tan halagada como maldecida, por los caminos y en el mar la “eternamente angustiosa compañía”. La mirada vuelta hacia lo que viene, al día siguiente, a las expectativas del porvenir “y así jamás llega a su término.” En el parágrafo 40 de Ser y tiempo Heidegger reconoce a la angustia como una disposición afectiva, “como modo eminente de la aperturidad del Dasein” y se pregunta de qué modo la angustia lo conduce ante sí mismo, para que el ente que la angustia abre “pueda ser determinado fenomenológicamente en su ser.” Luego Heidegger distingue entre el miedo y la angustia. El primero surge de un “ante qué” que lo amenaza, al que teme, y se trata de “un ente perjudicial intramundano” el “ante qué” de la angustia, por su parte, “es enteramente indeterminado”, por lo que los entes resultan irrelevantes. Nada del mundo puede comprender el ante qué la propia angustia se angustia. No hay un lugar, un aquí o un allí del que provenga lo temible, “no está en ninguna parte.” La angustia “no sabe” qué es aquello ante lo que se angustia. Pero “en ninguna parte” no significa simplemente “nada”, sino que implica la zona en cuanto tal, la aperturidad del mundo en cuanto tal para el estar-en esencialmente espacial. Por consiguiente, lo amenazante no puede tampoco acercarse desde una cierta dirección dentro de la cercanía; ya está en el “Ahí” –y sin embargo, en ninguna parte está tan cerca que oprime el aliento. La rebeldía del intramundo “nada y en ninguna parte” viene a significar fenoménicamente que el ante qué de la angustia es el mundo en cuanto tal […] esto significa que aquello ante lo cual la angustia se angustia es el estar-en el mundo mismo. El angustiarse abre originaria y directamente el mundo en cuanto tal.36

36  Martin Heidegger, Ser y tiempo, op. cit., p. 205.

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Pero la angustia no sólo se angustia frente a un ante qué sino que también es angustia por. Una angustia que Heidegger identifica con la carencia de ofertas del mundo y con la falta de coexistencia con los otros. La angustia lanza al Dasein hacia su estar en el mundo, que es lo que lo angustia, lo aísla como comprensor de su estar en el mundo, y en cuanto tal “se proyecta esencialmente en posibilidades.” La angustia propicia la aperturidad del Dasein “como ser posible”, como lo que puede ser únicamente desde sí mismo y apartado en el aislamiento. Es la angustia la que revela al Dasein en su propio poder-ser: “revela su ser libre para la libertad de escogerse y tomarse a sí mismo entre manos. La angustia lleva al Dasein ante su ser libre para (propensio in…) la propiedad de su ser es, al mismo tiempo, aquel ser al que el Dasein está entregado en cuanto estar en el mundo.”37 Para José Gaos, quien insiste en mantener la palabra latina Cura, usada por Higinio, cuando traduce Sorge del alemán, Heidegger mira hacia el futuro: La “cura” era en parte, en la parte fundamental según Heidegger, un avanzar en la dirección de futuro, y uno de los modos que tiene el ser ahí de absorberse en el ocuparse de las cosas y peocuparse por las personas de la vida diaria consiste, justo, en una “avidez de novedades” que le arrastra de una a otra incesantemente, sin término. “La resolución se le ha quitado”: Heidegger llama resolución al modo de ser del Dasein en que éste es plenamente consciente de su esencia, y fundamental característica del absorberse en el ocuparse con las cosas y preocuparse de las personas de la vida diaria es la “irresolución” en el sentido correspondiente a la “resolución”. “Tratando de respirar y ahogándose; no ahogado y sin vida […] Tan incesante rodar lo prepara para el infierno”: el modo de ser cuya esencia es la “cura” consiste en definitiva en ser mortal, en vivir llevando en las entrañas la muerte, en vivir pudiendo morir o viviendo poder morir, “preparado”, pues, para la muerte. Y recuérdese que las tres hermanas que 37  Ibid., p. 206.


Caja negra / 41 / aparecen con Cura se alejan al acercarse la quinta hermana, Muerte.38

conjeturar, sobre la base de la mitad publicada, que su respuesta sería esta: ser es poder no ser.39

Las reflexiones siguientes de Gaos recuerdan que la Miseria, la carencia, se vuelve nada frente a un hombre rico como Fausto, por eso no puede entrar a su palacio. Una nada que es la culpa ontológica, la deficiencia del ser. La angustia de la nada. Y la respuesta de Cura cuando responde “ahí estoy al instante”, aprovechando que sein es un verbo que signfica igualmente “ser” y “estar”, puede ser sustituida por “ahí soy al instante” quedando entonces algo muy próximo a lo patente del Dasein. Más allá del giro lingüístico de Gaos queda claro la representación de Cura como una presencia en el tiempo de vida del ser y hasta la hora de la muerte: “Vivir llevando en las entrañas a la muerte”. Nada y en ninguna parte son ante lo que angustia se angustia: el estar en el mundo. Y he aquí una diferencia significativa entre Goethe y Heidegger que no escapa a la mirada aguda del maestro José Gaos:

Un poder no ser que se levanta contra la historia de la metafísica tradicional de Occidente que valora, por encima de todo, el poder ser. La conclusión es que Heidegger habría dado a “la versión preontológica de Goethe una plenitud ontológica.” La reflexión de Gaos va más allá para subrayar que si los términos entre el cuidado de Goethe y el de Heidegger no son más cercanos se debe a que la del primero es una versión poética y la del segundo un versión filosófica. No obstante, en el párrafo siguiente Gaos modera el tono para advertir que sería un despropósito sostener que Heidegger pensó toda la filosofía del cuidado a partir de la escena del Fausto. Y lo es porque “una escena como la del Fausto sólo tendría el sentido que acabamos de desentrañar en ella para quien previamente poseyese una filosofía como la de Heidegger, es decir, para éste mismo ya en posesión de su filosofía o para los conocedores de esta…”40 En la búsqueda del origen de cura en la filosofía de Heidegger, Gaos explora otra vertiente, la agustiniana, la misma que permitió a Heidegger a “completar o simplemente modificar su filosofía y terminología” y recuerda la famosa frase: “Inquietum est cor meum, donec requiescat in Te” El desasosiego, la inquietud, la ausencia de reposo, que terminan en una suerte de autodeificación que eleva al ser humano, por encima de las cosas finitas, como a un desafío a la voluntad del ser humano. Y recuerda Gaos otro pasaje de Ser y tiempo (me apego aquí a su propia traducción): “La dirección de la mirada hacia la “cura”, seguida por la presente Analítica…del ser ahí, brotó para el autor dentro del orden de cosas del intento de una exégesis agustiniana”. José Gaos continúa su ensayo para revelarnos que, para Goethe, no es Cura la que domina sobre Fausto, no es ella la que guía su destino. Cura enceguece a Fausto porque el destino de los seres humanos es la ceguera.

Ahora bien, el avanzar en la dirección del futuro equivale a un poder ser lo que aún no se es, y el fin del “ser ahí”, la muerte, no es “ontológicamente lo que es “ónticamente”: ónticamente, es el hecho de dejar de vivir en un momento determinado: “ontológicamente”, es el poder, en todo momento, dejar de ser en un momento indeterminado. Más de todo lo que “el ser ahí” puede ser, lo que condiciona todo lo demás es el poder dejar de ser: porque puede no ser, es por lo que el “ser ahí” puede ser todo lo demás que puede ser, y no lo es, pura y simplemente. La “cura” y la muerte, ambas en sentido heideggeriano, vienen a ser, pues, la misma cosa escencialmente. Pero Heidgger no hace el análisis del “ser ahí” sino como preparación y fundamento para responder a la pregunta “qué es ser” por desgracia, la respuesta a esta pregunta se encuentra según el plan de El ser y el tiempo, en la mitad no publicada, de manera que sólo cabe

38  José Gaos, “La “cura” en..., op. cit., p. 181.

39  Ibid., p. 188. 40  Ibid., p. 82.

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No obstante, la ceguera que Cura arroja sobre Fausto no oscurece la luz interna de aquel, de tal modo que la correspondencia entre acciones y planes continúa su buena marcha. No solamente eso sino que persigue el más bello de todos los premios, la mayor de las obras, y para lograrlo “basta un espíritu a mil manos.” Los actos III, IV y V de la segunda parte del Fausto, para decirlo con Heidegger, dan nutrida cuenta de los impulsos, los deseos, la voluntad y las inclinaciones de Fausto hacia un canto singular que mira hacia adelante, hacia lo sublime. En el acto III se realiza un diálogo entre Fórcida y Fausto, la primera le recomienda que cuide lo que ha quedado de su relación amorosa con la divina Helena, el vestido que usaba antes de que ésta se arrojase al Hades. Helena ya era irrecuperable, pero la divinidad de su ropa resultaba un privilegio para cualquier ser humano, el afortunado poseedor de las prendas podría elevarlo “con rapidez el éter, por encima de todo lo vulgar, todo el tiempo que tú vivas. Volveremos a vernos, lejos, muy lejos de aquí.” En el mismo sentido, hacia el final del mismo acto, un coro canta convidando a la conquista de un nombre, a la conquista de lo sublime. En el caso de Fausto, Mefistófeles se encarga de retratar sus aspiraciones, las mismas que bordearon la melancólica luna, y la palabra que usa para definir ese impulso del corazón es el de manía. La respuesta de Fausto, situado ya en la vejez, desestima los elogios grandilocuentes de Mefistófeles y exhibe el deseo de alcanzar lo imposible. Tender un cerco al mar. Fausto Este globo terrestre ofrece todavía campo para grandes acciones. Han de realizarse cosas dignas de admiración (traducción de Roviralta). Mefistófeles Así quieres ganar la fama, bien se hecha de ver que vienes del país de las heroínas (traducción Roviralta).41 41  Johann Wolfgang Goethe, Fausto, Alianza editorial, Madrid, 2011, p. 426. Traducción de José Roviralta Borrell y

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Fausto ¡Señorío gano, riqueza! La obra es todo, nada la gloria Ésta es de la sabiduría la última conclusión; sólo aquel merece así la libertad como la vida que día a día tiene que conquistarlas (traducción de Gaos). Ángeles Háse librado del Malo el noble miembro del mundo de los Espíritus. “Aquel que se afana siempre aspirando a un ideal, podemos nosotros salvarle”; y si además, desde las alturas, por él se ha interesado el amor, el coro bienaventurado le acoge con una cordial bienvenida (Roviralta).

Lo sublime sin embargo no queda al margen de la vileza que Fausto, por conducto de Mefistófeles, perpetra contra los viejos bondadosos del terreno de los tilos: Baucis y Filemón. Una pareja de ancianos dedicados a hacer el bien. Un viajero casual agradece con loas la protección y gracias recibidas del matrimonio, pues le salvaron la vida. Es un espacio privilegiado para ver el mar, para que la vista alcance el infinito. El viajero reza mientras Filemón le narra las desaforadas ambiciones de su vecino, que resulta ser Fausto. Audaces servidores de hábiles maestros abrieron fosos, levantaron diques, redujeron los derechos del mar para ser señores ahí donde antes él dominaba…Ahora el puerto está ahí. En lontananza, pues, no percibes más que la franja azul del mar; y a derecha e izquierda, en toda su amplitud un espacio densamente habitado […] ¿Acaso pudo cometer un pecado el Emperador, que le ofreció la ribera? ¿No lo pregonó un heraldo al son de trompeta al pasar por aquí? No lejos de nuestras dunas se empezó a tomar pie: tiendas, cabañas… y en medio del verdor levantóse pronto un palacio.42 prólogo de Francisco Ayala. Recurro a esta edición del Fausto para complementar, cuando así lo considero conveniente, los diálogos seleccionados por José Gaos. 42  Ibid., pp. 466-468.


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Por la parte de Fausto queda clara la permanente insatisfacción que lo invade y el infortunio que la violencia, ejercida contra las leyes y las costumbres del pueblo, propicia. ¿Qué plañidero canto viene de arriba? Sobrado tardío son aquí palabra y sonido. Mi vigía prorrumpe en lamentos. En el fondo de mi corazón me da grima este acto impaciente. Pero si desaparecieron los tilos, sin quedar de ellos más que unos horribles troncos medio carbonizados, bien presto queda construida una atalaya para mirar en lo infinito. Desde allí veré también la nueva morada que alberga a esa anciana pareja que, impresionada por mi generosa atención goza placentera de avanzados días.43

La escena siguiente narra el regreso de Mefistófeles y tres de sus secuaces. La voz de Mefisto cuenta apresuradamente la manera en que la puerta de la casa de Baucis y Filemón fue derribada. La violencia psicológica ejercida sobre la pareja de ancianos para que dejaran el lugar y aceptaran, a manera de trueque, la hacienda que Fausto les ofrecía en otro lugar de la región: “La pareja no se ha dado gran pena, puesto que del susto ha caído exánime. Un extranjero que estaba ahí oculto y pretendía resistir quedó tendido sin vida en el breve espacio de una lucha encarnizada. Unas ascuas esparcidas en derredor incendiaron la paja y ahora todo arde libremente, cual hoguera para esos tres.”44 Fausto se duele de las órdenes tan cruel y rápidamente ejecutadas por Mefistófeles, para “desembarazarlo del problema”. En los hechos se trata de una mezquina violación a las costumbres y a las leyendas de las comunidades y a la vida misma. Un soliloquio prepara el final del Fausto, es el sentimiento de la ausencia de algo. De la incompletud del ser y de la inquietud angustiosa que busca el otro comienzo ahí, en la cotidianidad de la ­presencia.

43  Ibid., p. 475. 44  Idem

Sólo he atravesado corriendo el mundo. He asido por los cabellos cada deseo; lo que no me satisfacía, lo dejaba, y lo que huía de mí lo dejaba correr. No hice más que anhelar y satisfacer mis afanes, y anhelar de nuevo y así con pujanza he pasado impetuosamente mi vida, grande y poderosa al principio, más ahora anda ella con tino y prudencia. El globo terrestre me es bastante conocido. Hacia el más allá la vista nos está cerrada. Insensato es quien dirige ahí los ojos pestañando, quien imagina encontrar su igual más arriba de las nubes. Manténgase firme y mire aquí en torno suyo. Este mundo, para el hombre inteligente no es mundo, ¿Para qué necesita un hombre tal andar errante en la eternidad? Lo que él conoce se deja aprehender. Siga así su vía todo lo largo de la jornada terrenal, si se presentan fantasmas, siga él su camino, en su avance progresivo encuentre tormentos y dichas, él que ni un solo instante está satisfecho.45

El autorretrato que Fausto elabora de sí mismo coincide con el cuadro de impulsos, deseos, inclinaciones y voluntad que Cura, la inquietud de uno mismo, produce entre quienes la padecen. Es una vis activae primitva. Escuchemos a la inquietud. A aquel que está una vez en mi poder, de nada le sirve el mundo entero; para él desciende una eterna lobreguez; para él no sale ni se pone el sol; tendiendo sentidos exteriores perfectos anidan las tinieblas en su interior. De ningún tesoro sabe ponerse en posesión. Felicidad y desdicha resultan quimeras; se muere de hambre en el seno de la abundancia, sean delicias, sean pesares, todo lo remite al día de mañana; sólo está atento a lo por venir y así no acaba nunca.46

Es el diagnóstico del corazón de la angustia y es el hermano gemelo de la disposición anímica que abre las posibilidades al ser, para libremente ser su propio poder ser. Mientras tanto, “todo lo remite al día de mañana.” 45  Ibid., pp. 479-480. 46  Ibid., p. 480.

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A partir de aquí Gaos se interroga lo siguien- sólo tenemos la conjetura de una respuesta posible te: ¿Qué relaciones se descubren entre la Weltans- de Heidegger que, para Gaos, se traduce en que “ser chauung goethiana y la obra de Martin Heidegger? es poder no ser.” Las respuestas son con Goethe y contra Goethe: Se trata de una referencia a Parménides quien escribe que si “existiese o fuese el no ser o no existiese En Heidegger, recordémoslo, la “cura” es el hao no fuese el ser […] de la identificación del ser con llarse avanzando en la dirección del futuro al el poder no ser habría que deducir que el mundo ocuparse con las cosas y preocuparse por las perentero puede no ser.” sonas, o como cabe decir ahora, en términos más La fuente de esta reflexión también se encuentra heideggerianos, el hallarse avanzando en la direcrelacionada, piensa Gaos, con el ser en potencia y ción del futuro al “curarse de” cosas y “procurar el ser en acto de Aristóteles. El primero es una popor” personas que constituye el ser del “ser ahí” sibilidad que contempla la dualidad de poder o no (Dasein) —desde su principio, el nacimiento, poder ser. hasta su fin, la muerte: ello, en un sentido estricLa relación de Heidegger con los griegos ha sido tamente “ontológico”, a diferencia de todos los reconocida como una de las sendas que dan contisentidos simplemente “ónticos” que la palabra nuidad a los diferentes momentos de su obra. “cura” tenga en el lenguaje corriente y en los cuaY esa presencia helena, tan fundamental para el les sólo significaría formas del “curarse de” cosas romanticismo alemán, se observa tanto a nivel hisy “procurar por” personas que se pueden ejercitar tórico como en la propia historia de los problemas o no, según los casos. Ahora bien, avanzar en la de la filosofía, pero, como destaca Hans Georg Gadirección del futuro equivale a un poder ser lo damer, con Heiddeger se trata de “un nuevo interroque aún no se es, y el fin del “ser ahí”, la muerte, gar crítico de los comienzos griegos” que mantiene no es “ontológicamente” lo que es “ónticamente”: presente hasta el final de sus días: Parménides, He“ónticamente es el hecho de dejar de vivir en un ráclito, Anaximandro, Platón y Aristóteles destacan momento determinado: “ontológicamente”, es el como influencias omnipresentes y la confrontación poder, en todo momento, de dejar de ser en un es el método de su preferencia. momento indeterminado. Más de todo lo que el Simultáneamente con ellos y contra ellos. “ser ahí” puede ser, lo que condiciona todo lo deEl tema del poder ser y el poder no ser pone el más es el poder dejar de ser: porque puede no ser, énfasis en la palabra “arche” que Heidegger traduce es por lo que el “ser ahí” puede ser todo lo demás “como comienzo y dominio, como punto de parque puede ser, y no lo es, pura y simplemente. La tida y disposición” que, en opinión de Gadamer, cura y la muerte ambas en sentido heideggeriano, corresponde con uno de los significados que en la 47 vienen a ser, pues, la misma cosa esencialmente. Metafísica Aristóteles le asignó -que es el de “dominio y “ejercicio del cargo”. Gaos advierte que en el plan de Ser y tiempo HeideY la palabra “principio” se comprende en Heidegger no desarrolla el análisis del Dasein sino como gger de la manera siguiente: “preparación y fundamento” para responder a la … principio” no es sencillamente un punto de pregunta por el ser. Es el umbral, un documental partida (del ser, del devenir y especialmente del preontológico. Agrego yo que es una época prepaconocer), al que se abandona, sino que es algo ratoria cuya meditación es, como comprenderá en presente a través de todo. Lo ente por naturaleCaminos de bosque, necesariamente histórica: una za, que tiene el comienzo de la kinesis dentro de meditación histórica. sí mismo, no sólo inicia por sí mismo este moLa segunda mitad no publicada de Ser y tiempo vimiento (sin ser impulsado) sino que “puede” deja en la incognita “qué es ser” y, en consecuencia, 47  José Gaos, La “cura” en…, op. cit., p. 188.

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hacerlo. Esto implica que también puede perma-


Caja negra / 45 / necer quieto, lo que quiere decir que domina sus movimientos […] El ser de lo ente por naturaleza es su movilidad. Ella incluye tanto el movimiento como el reposo.48

Heidegger quiebra, sin embargo, el sentido que Aristóteles le había dado, lo lleva al terreno ontológico como ocurre con la palabra “dynamis” que para Arsitóteles significa “poder hacer” y para Heidegger es “la idoneidad”. Dynamis, de esta manera griega, es un poder hacer y, simultáneamente, un poder no hacer; es decir, un dominio, un hacerse cargo del freno. Y es así como Heidegger lo traslada muy provechosamente a su ontología. Refiero este preámbulo gadameriano porque me parece que coincide plenamente con el hilo conductor que teje José Gaos en torno a las diferencias que el tratamiento del ser muestra en Aristóteles y Heidegger. Diferencias que también lo separan de Descartes, Spinoza y Hegel. Una empresa titánica: Aristóteles arbitró el concepto de poder ser o no ser, precisamente, para salvar el poder ser. Heidegger, en cambio, filosofa sobre el poder ser o no ser para subrayar más bien el poder no ser. Descartes reactualizó la idea de la creatio continua. Heidegger actualizaría más bien la idea de la continua annihilatio. Spinoza identificó el ser con el conato de perseverar en el ser. Heidegger lo identificaría con el conato de no perseverar en él. Hegel identificó el ser y el no ser, pero tomados en su mayor abstracción, tan universal como vacía. Heidegger identificaría el ser concretísimo con cada ente, con el poder no ser y quizás incluso con el ir dejando de ser: ser, un ente, sería ir no siendo.49

A diferencia de Goethe y Mefistófeles que unen, hasta fundir los extremos, Cielo y Tierra, en Heidegger habita un demonio “aniquilador”. Mefistófeles pertenece al mundo pandemoníaco alemán, a la misma cosmovisión en la que estaban 48  Hans Georg Gadamer, “Los griegos” en Los caminos de Heidegger, op. cit., p. 131. 49  Ibid., p. 189.

inmersos Goethe y el romanticsimo alemán. La herencia alemana es la de un pandemonismo creador: En el Fausto Dios y Mefistófeles aparecen transusbstanciados. Para Goethe triunfa una suerte de pandemonismo creador porque es Mefistófeles quien “infunde su espíritu a Fausto y a Margarita. Así pues, Fausto, por medio de las rosas que las penitentes arrojaban a los demonios que buscaban su alma —entre las que se encontraba la propia Margarita— lograron alejarlos, para abrirle el camino de la salvación, hacia Dios. Escuchemos los versos de los Niños Bienaventurados de Goethe. Esas rosas, venidas de las manos amorosas y santas penitentes, nos ayudaron a obtener la victoria y completar la alta obra, adquirir el tesoro de esta alma. Cuando los esparcíamos, los malignos espíritus se hicieron atrás; cuando los alcanzamos, los diablos emprendieron la fuga. En lugar de las ordinarias penas del infierno, padecieron los malos espíritus el tormento del amor; y hasta el viejo señor de los satanes sintióse penetrado de punzante tortura. Prorrumpid en exhalaciones de júbilo. El éxito ha sido feliz.50

El final permite concluir a Gaos que se establece una suerte de proximidad entre Mefistófeles y Dios, sin fundirlos, es el principio pandemoníaco del mundo y el principio panteísta de pertenencia al mundo, ambas pensamientos son rasgos presentes en el movimiento romántico alemán. El pensamiento de Heidegger, en sentido contrario, es un pandemonium omnianiquilador, nacido de la angustia, sin Dios creador, del claro al ocultamiento: Grund und Abgrund. Y de esa manera nos encontramos con un pensador, con un gigante que se opone a la tradición occidental y en ello reside “la radical originalidad y grandeza ‘demoniaca’ de la filosofía de Heidegger.” Quiere liberar a la metafísica occidental, buscar otros fundamentos, del destierro del ser a que la condena el pensar de la técnica. 50  Johann Wolfgang Goethe, Fausto, op. cit, p. 496.

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Esa cosmovisión permite comprender la herencia de resistencia a la tradición occidental que, desde Parménides, se mantiene viva, en movimiento. Mientras que para la tradición filosófica tradicional la pregunta central la ocupa el origen del mundo, para Heidegger se trata de “sobreentender” la pregunta por el fin del mundo, “entendiendo que, a pesar de existir, lo que puede llamar la atención es que puede finar.” En Aristóteles la relación entre potencia y acto resolvía el problema del movimiento: “pues —escribe Gaos— el movimiento del mundo entero es efecto teleológico del ‘acto’ divino, pero este acto es inmóvil y, en cuanto tal, trascendente al móvil mundo entero.” Es decir, la resolución del movimiento se resuleve en el sentido de la estabilidad, “en el afán de escapar” al sentimiento de inestabiliad se concluye en un acto estático que se desplaza “del amor de las inteligencias de las esferas celestes a la perfección de dicho ente.” De esa manera “ambos amores, el de las inteligencias y el del filósofo, son translúcidos símbolos del afán del hombre, arrastrado y fatigado del movimiento de las cosas, por reposar finalmente.”51 Pero en sentido opuesto a esta dirección, piensa Gaos con Heidegger, el ser humano se encuentra muy bien en el movimiento y no concibe el fin como una necesidad, “aunque pueda tenerlo,” el ser mismo es mirado como movimiento. Tal hombre sentirá e ideará que si hay otra vida y otro mundo, no serán otros en el radical sentido tradicional, en que se oponen a esta vida y este mundo del movimiento caducable como otra vida y otro mundo de reposo imperecedero; sino 51  José Gaos, La “cura” en…, op. cit., p. 190.

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tan sólo como una segunda vida en un segundo mundo que, si a pesar de ser segundos, son “vida” y “mundo” de una “vida”, no pueden ser esencialmente sino lo que ya esta primera vida y su mundo serían por su esencia: movimiento.52

Con la muerte de Dios el hombre moderno no siente en absoluto la necesidad de lo trascendente y no siente tampoco la necesidad del reposo. Y eso, piensa Gaos, resulta demoniaco “porque es sentirse e idearse demonio capaz de aceptar la condenación del movimiento.” Pero esa no es la conclusión salvífica del Fausto de Goethe que ónticamente afirma que el ser seguirá siendo. Heidegger, como nadie antes que él, sostendrá “ónticamente más bien a favor de que se dejará de ser sobre la común base de que ‘ontológicamente’ ser es poder dejar de ser.” Con todo, se escucha a los ángeles que salvan a Fausto de los demonios decir: A quien siempre afanosamente se esfuerza a ese podemos salvarlo

Y esa es “la moderna actitud óntica ante la ontología heideggeriana” y es la que reúne y hace coincidir a los tres pensadores germanos. A quien persigue un ideal y que aspira con pesares y esfuerzos, que persiste aunque fuera en una segunda o tercera vidas, a realizarlos dichosamente, ese ser humano puede ser salvado. Y esa misión es la obra del cuidado del ser, voluntad fundamental del movimiento romántico alemán. 52  Ibid., p. 191.


Religiones indígenas mexicanas en resistencia: definición y clasificación Manlio Barbosa Cano

L

Introducción as religiones mesoamericanas pasaron por diversas fases, a partir de los grupos nómadas hasta los pueblos altamente civilizados, y desarrollaron diversas concepciones basadas en la observación astronómica y de la naturaleza. El complejo teológico fue elaborado por estratos de sacerdotes y el clero en general, encargado de mantener el ceremonial y los rituales para las actividades agrícolas, la caza, pesca y recolección, así como para el desarrollo de la vida social y política, en la que participaron gobernantes y pueblo en general. El sistema colonial pretendió suplantar a las religiones mesoamericanas por el catolicismo enfrentando retos insuperables, ya que éste carecía de las bases objetivas en las que se sustentan aquéllas, tal como el ciclo agrícola, al que se sobrepuso el ciclo religioso; el conocimiento de los fenómenos astronómicos y naturales, así como el movimiento del sol y planetas; la lluvia y su relación con la agricultura y muchos otros más. A la caída de Tenochtitlán los españoles no tenían la seguridad de implantar un régimen colonial pero, cuatro años después, cuando ya estaban afianzados militarmente en el centro de México, emprendieron la ofensiva contra la religión indígena, eliminando las imágenes y templos, sustituyéndolos por los cristianos. Pudieron hacerlo en las ciudades donde había comenzado la evangelización entre las élites, que aceptaron al régimen colonial y algunos hasta se habían bautizado. Sin embargo, la población general no se incorporó a este proceso. Un ejemplo documentado y representativo fue el de Pablo Ocelotl, matlatzinca del valle de Toluca, despojado de “una importante cantidad de tierra, casas y un plantío de magueyes… con valor de mil pesos de oro”1, por el nahua Alonso González. El estudio de estos autores revela cómo el sistema jurídico caste1  Ethelia Ruiz Medrano y Xavier Noguez, Códice Santiago Tlacotepec, El Colegio Mexiquense. Instituto Mexiquense de Cultura. México, 2004.

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llano, en el siglo xvi, ante las evidencias presentadas por el primero, y los alegatos del segundo, permitió el despojo contra el indio matlatzinca. Las pruebas documentales eran inobjetables así como los testimonios de pobladores, pero la razón que inclinó la decisión de los jueces españoles fue que Ocelotl había rechazado abrazar la religión católica, al contrario del rapaz González quien, ya cristianizado, había renegado de su religión y hasta de su nombre náhuatl. La situación resultante fue compleja y variada, según época y región. En algunas ciudades se implantó el cristianismo a nivel de las élites españolas, indias y mestizas, y entre algunos estratos de población joven; así como en enclaves fundados por misioneros en áreas que se mantuvieron por la fuerza de las armas, o de la violencia jurídica. Pero en el pueblo, tanto urbano como en las regiones rurales, el cristianismo no arraigó, o cuando arribó fue sometido y refuncionalizado en las concepciones religiosas mesoamericanas. Ante el rechazo, indiferencia o resistencia a la cristianización, el Estado y la iglesia católica tuvieron que recurrir a la represión violenta. Tal medida no trajo consigo cristianización sino la aceptación simulada de esa religión con tal de escapar de la tortura, la muerte o el despojo. Lo anterior, originó una amplia gama de expresiones religiosas en apariencia cristianas, que tuvieron y tienen lugar todavía en templos católicos. Cada una de ellas identificada con las religiones cristianas o bien con las indígenas. El reciente estudio de Félix Báez-Jorge, documenta este proceso, junto con diversos autores y, a través de una reflexión teórica aclara las ambigüedades que pudieran existir de estos procesos.2

Las definiciones y denominaciones de las religiones indígenas

a varios investigadores a creer, erróneamente, que se trata de catolicismo como es el caso de Masferrer quien afirma, acerca de los indígenas totonacos: “El 90% de la población es católica”, pero adelante replantea: “A pesar de la gran diversidad de opciones religiosas que coexisten en casi todos los municipios totonacos de la Sierra Norte de Puebla, algunos mitos y personajes míticos han podido mantenerse en la memoria indígena. La conversión a alguna otra religión no es garantía del abandono total del cuerpo mítico simbólico de una comunidad”.3 En otro trabajo amplió la descripción de la religión de los totonacos: registró cinco fiestas del calendario católico (Navidad, Semana Santa, Santiago Mayor Apóstol, San Miguel y Muertos), pero que no corresponden a éste, sino al calendario ritual totonaca, porque “el ciclo festivo está íntimamente relacionado con el ciclo agrícola”, ya que “En Navidad se inicia la siembra del maíz; la Semana Santa se reinterpreta como un ritual agrícola de fertilidad […] donde Cristo es replanteado como Chichiní, el Sol, la deidad más importante dentro de su panteón […] San Miguel simboliza el trueno, antiguo dios totonaco quien produce las lluvias”. 4 Además, “La Semana Santa se interpreta como un enfrentamiento entre Sol (Cristo) y Luna (Papa o Manuel), entre la vida y la muerte […] El culto al Sol […] se asocia al culto del Señor del Maíz”, constituyendo “una reelaboración del cristianismo colonial, desde la perspectiva de la cosmovisión totonaca”, porque, por otro lado, “La Santísima Trinidad son tres Cristos platicando entre sí”, es pues, “un complejo solar […] y no como una deidad única, trina y distinta”. Y otras imágenes participantes en el ritual son “Santo Domingo de Ramos, Padre Celestial, Santo Entierro y Virgen Dolores, que no existen en la liturgia católica”. Esta última, “al parecer se identifica con Tonacayohua, la esposa del Sol”. Consecuentemente, “El concepto de Dios no

a) El catolicismo Algunos elementos del catolicismo, que en ocasiones contienen las religiones indígenas, han llevado 3  Elio Masferrer, Totonacos, Comisión Nacional para el 2 Félix Báez-Jorge, Debates en torno a lo sagrado. Religión popular y hegemonía clerical en el México indígena, Universidad Veracruzana. México, 2011.

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Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004. 4  Elio Masferrer, Cambio y continuidad. Los totonacos de la Sierra Norte de Puebla, Editora del Gobierno del Estado de Veracruz. México, 2006, pp. 156-157.


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tiene relevancia”. Por lo tanto, los totonacos no son da definición el sincretismo tampoco corresponde “católicos”. 5 a los indígenas, y muchos no indígenas de Puebla y Tlaxcala, ya que las descripciones de los autores b) El sincretismo mencionados demuestran una errónea definición. Otro recurso fácil y erróneo ha sido acudir al expe- La presencia de elementos católicos en las religiones diente del sincretismo, como es el caso de Nutini indígenas confundió a los autores citados, porque (1973) quien, a pesar de afirmar, acertadamente, tomaron la parte por el todo. Se trata de religiones que en la región poblano tlaxcalteca y en la Sierra indígenas con algunos elementos ajenos, incorpoNorte de Puebla, el “extenso conjunto de sobre-na- rados, pero que mantienen una matriz mesoameriturales, creencias y prácticas paganas no es algo del cana, tal como lo describen y definen otros autores. pasado, sino muy del presente […] está siempre en Veamos algunos ejemplos. la mente de la gente. Aun en las comunidades más integradas y secularizadas”, contradiciéndose alude c) Religiones indígenas en resistencia, con elementos a “la religión sincrética de las comunidades…El sis- cristianos tema pagano y el sistema católico folk coexisten”.6 Esta definición refleja la persistencia de los núcleos Si hay un “sistema pagano” y un “sistema cató- esenciales de las religiones indígenas influidas por lico folk” significa que hay una religión indígena y algunos elementos formales cristianos, tal como lo otra que pudiese ser la sincrética pero, que no lo expresa Eduardo Rubén Saucedo Sánchez de Tagle es, porque el contenido de ésta es indígena aun en en relación a los indígenas tepehuanes: las localidades “más secularizadas”. Y expresándose Durante la evangelización, los sacerdotes católicomo misionero católico, y no como antropólogo, cos influyeron sobre todo en las prácticas religiomenciona la existencia de la religión “pagana” y del sas de los tepehuanes, quizá más que en sus ideas. catolicismo “folk” (hay otra que es el catolicismo no Entre otros elementos, introdujeron la imagen de “folk”, que sabemos existe aunque no la menciona) la cruz y las imágenes de los santos […] la Virgen y plantea la idea del sincretismo en medio de esta de Guadalupe […] el ritual del bautismo […] sin confusa enumeración de religiones. embargo, los misioneros no obtuvieron los resulLa discusión que desarrolla Báez-Jorge en relatados deseados en su intento de erradicar las fiesción al concepto de sincretismo supera sus limitatas y la ingestión de cerveza de maíz.7 ciones y propone, basado en otros autores como Lupo, Bastide, Miller, Barabas, Bartolomé entre otros, conceptos como articulación y reinterpreta- En términos similares Lourdes Báez define la relición simbólica, nuevas “recargas numinosas”, “dis- gión de los nahuas de la Sierra Norte de Puebla de fraces lingüísticos”, estrategias de articulación sim- la siguiente manera: “La vida ritual se manifiesta en bólica y manipulación de códigos simbólicos que dos dimensiones: la pública, que se encuentra vinrefieren a planos más complejos o nuevas zonas de culada con las celebraciones establecidas por el casignificado, diferentes a la supuesta mezcla de rasgos lendario litúrgico católico, y la privada o doméstica, en las que las expresiones del ritual son más acordes culturales que sería el sincretismo. En relación a la primera definición el catolicismo con la tradición autóctona indígena. Sin embargo, no corresponde a los totonacos porque el 90 por en ambas dimensiones los nahuas expresan los valociento no los son. Sí hay algunos indígenas católi- res y significados de su tradición”.8 cos pero son una minoría. En el caso de la segun5  Ibid. Las referencias pueden encontrarse, respectivamente, en las páginas 157, 159, 161 y 342 de la misma obra de Masferrer. 6  Ibid., p. 365.

7  Eduardo Rubén Saucedo de Tagle, Tepehuanes del norte, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, pp. 21-22. 8  Lourdes Báez, Nahuas de la Sierra Norte de Puebla, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos

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La definición que aportan Maricela Hernández Montes y Carlos Heiras Rodríguez para los tepehuas es coincidente con las reflexiones mencionadas líneas arriba: La evangelización […] tuvo un éxito parcial; las instituciones eclesiásticas difícilmente mantenían un control efectivo en las áreas más remotas y escabrosas de la sierra donde la población tepehua y otros grupos indígenas habitaban y habitan actualmente, lo que permitió la vitalidad de las prácticas de la tradición religiosa autóctona o ‘costumbres’. Los ‘costumbres’ que celebran los tepehuas podemos dividirlos en cuatro tipos: los colectivos, referidos a las fiestas patronales y del calendario católico, estrechamente ligado con el ciclo agrícola […] los relacionados con el ciclo de vida, y los terapéuticos.9

Johannes Neurath caracteriza la religión huichol en la misma perspectiva: En la mayor parte del territorio huichol, las actividades evangelizadoras comenzaron sólo después de la caída de la Mesa del Nayar, en 1722. Los franciscanos encargados de esta labor, sin embargo, no tuvieron la capacidad de mantener una presencia constante en la sierra […] Durante los 17 años de independencia bajo el gobierno del Tigre de Alica (1856-1873), se reconstituyeron los centros ceremoniales de tradición prehispánica y se consolidó un complejo ritual que incorpora ciertos elementos del catolicismo popular (como el Carnaval y la Semana Santa) en una matriz cultural aborigen.10

La presencia de la Iglesia Católica fue restringida en la mayor parte de la Huasteca desde el período colonial…Y aunque numerosos elementos del pensamiento cristiano fueron impregnando, al paso de los siglos, las creencias y las prácticas religiosas de los nahuas y sus vecinos, es indudable que la matriz prehispánica conservó una gran vitalidad, gracias a que la conducción del ceremonial se mantuvo en manos indígenas. Y buena parte de esta situación sigue vigente hasta hoy […] Veamos […] qué sucede en aquellos lugares donde el catolicismo es la religión oficial preponderante. Una de las acciones principales de la cristianización […] fue la erección de capillas […] núcleo desde el cual habría de irradiarse el culto […] Estos objetivos se lograron, en mayor o menor medida, según se tratara de pueblos cabecera o de localidades más pequeñas y apartadas… Sin embargo…los indígenas fueron imprimiendo en el uso de estos espacios sus propias necesidades y sus particulares modalidades en torno a la vida espiritual…el cumplimiento de los sacramentos y la celebración de las principales fiestas del calendario católico […] Semana Santa y Navidad, y la del santo patrono-se han realizado […] en la capilla católica. No obstante, los rituales que persiguió la Iglesia desde el siglo xvi fueron ocultados por los Indios en otros espacios: el monte, la milpa, la casa […] Muchos actos religiosos se siguieron celebrando en las ruinas de lo que habían sido los centros ceremoniales prehispánicos…en cerros sagrados […] en cavernas […] en capillas nativas, llamadas xochicallis.11

Por su parte, Catherine Good y Guadalupe Barrientos, describen la religión de los nahuas del Alto BalJulieta Valle define a la religión de los nahuas de la sas, de la siguiente manera: “Los pueblos festejan a los santos principales de sus iglesias y capillas de Huasteca en los mismos términos: acuerdo con el calendario católico”12 lo que debe Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, p. 14. 9  Maricela Hernández y Carlos Heiras, Tepehuas. Pueblos indígenas de México contemporáneo, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, p. 23. 10  Johannes Neurath, Huicholes, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2003, pp. 7-8.

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11  Julieta Valle, Nahuas de la huasteca, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2003, pp. 19-20. 12  Catherine Good y Guadalupe Barrientos, Nahuas del alto Balsas, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo. México, 2004, p.23.


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entenderse como el aspecto formal, ya que el contenido corresponde a la tradición indígena: Culto a los cerros. En toda la región del Alto Balsas los pueblos celebran un complejo ciclo de rituales que incluye varias ofrendas en los cerros más altos de la cuenca. Un primer grupo […] relacionadas con la fiesta católica de la Santa Cruz y con la petición de lluvias antes de […] el trabajo agrícola […] el 15 de agosto se hacen otras […] la última […] se lleva a cabo el 13 de septiembre, para festejar los primeros elotes […] Al colocar las ofrendas para los cerros, la tierra y los santos, la comunidad reconoce la interdependencia entre los seres humanos y el mundo natural, concebido como un ser vivo que […] da sustento a la comunidad humana, pero a la vez requiere comer […] los nahuas conciben el maíz como una niña o mujer joven.Culto a los muertos […] Ponen ofrendas para ellos en el aniversario de su muerte […] También […] cuando deja de llover […] y están en peligro las milpas, pues consideran que los muertos pueden traer la lluvia y ayudar en el crecimiento del maíz […] no trabajan solos sino que actúan en concierto con otras fuerzas: el viento, los manantiales, las nubes, los cerros, los santos.13

Y cuando no se ofrenda a los muertos, “se entristecen y lloran, se lamentan” y, como consecuencia, “la milpa ya no rinde, los negocios no prosperan y los hijos son pocos y enfermizos” en otras palabras, la fertilidad estará afectada y esto representa el aspecto fundamental de la matriz religiosa mesoamericana. Jesús Jáuregui es totalmente coincidente con las definiciones antes citadas, en relación a la religión de los coras: La religión cora incluye elementos del cristianismo, los cuales han sido reubicados dentro de la matriz aborigen de un culto que se caracteriza como astral, naturalista, agrario, étnico y de tradición oralgestual. Se trata de un sistema intelectual coherente y holista, ya que incluye, integra y per13  Ibid., pp.25-28.

mea todos los aspectos de la vida social, es decir, la economía, la política, el parentesco, la tecnología y el arte […] Los momentos del culto practicado en las ceremonias del mitote, cuyos templos son de tradición arquitectónica nativa, corresponden a las fases cruciales de las transformaciones del maíz, en tanto semilla, elote…mazorca madura. En la religión de los coras, las deidades católicas han quedado asimiladas a las entidades y fenómenos naturales: San Miguel Arcángel-el Lucero de la Mañana, Jesucristo-el Sol, la Virgen de Guadalupe-diosa de la Tierra y de la Luna.14

La religión tzotzil es caracterizada de la misma manera por María Concepción Obregón Rodríguez en los siguientes términos: Uno de los elementos más distintivos de la tradición tzotzil…es su heterodoxa práctica del Catolicismo […] no obstante que el panteón indígena está integrado por santos cristianos tradicionales, todos ellos llevan incorporadas las historias, experiencias y visiones del mundo de los propios indios. Las imágenes, en apariencia respetuosas de las pautas de la iconografía católica, son consideradas como algo vivo, algo que tiene fuerza por sí mismo y no como reflejo de lo que está más allá, es decir, conservan el concepto nativo del ídolo. Asimismo, todos los santos tienen un ‘doble’…15

Maritza Gómez Muñoz aporta una definición de la religión de los tzeltales que se enmarca en la perspectiva de las antes citadas: “aunque la mayor parte de la vida ceremonial comunitaria se organiza en torno a los santos patrones” y todos los municipios “celebran fiestas patronales” en torno a santos católicos “De acuerdo con la tradición y las estrategias de preservación de la memoria e identidad […] siguen rigurosamente […] un calendario de fiesta y 14  Jesús Jáuregui, Coras, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2003, pp. 18-19. 15  María Concepción Obregón Rodríguez, Tzotziles, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2003, pp. 31-32.

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ritual […] que se inicia y concluye el año de cultivo y ofrendas”. 16 Continua la autora: El mundo tzeltal […] constituido por un cosmos […] la madre tierra […] y el inframundo […] El equilibrio y la armonía entre estos tres espacios es recompensado por las divinidades protectoras del universo: el Sol, la Luna y las Montañas. Del ‘Dueño’ se cuentan muchas historias […] Algunos piensan que el Dueño puede proporcionar riquezas […] o puede ser muy cruel si la gente abusa de la tierra […] en las cuevas […] se guarda memoria. A éstas se atribuyen metáforas de creación, de origen; supone la matriz del patrimonio del pueblo […] las cuevas o las cruces […] ocupan un lugar de significación de lo sagrado. La kurus (cruz) maya, en donde sea que su pueblo la instale, rememora a la ceiba, árbol sagrado, primigenio, arquetipo de origen, de creación. Nada tiene que ver con la cruz católica.17

En cuanto a la religión de los huastecos potosinos Patricia Gallardo la define y describe nítidamente como una religión propia, con elementos cristianos, a partir de la construcción de la primera iglesia franciscana en la región, en 1532, para imponer otra moral: Sin embargo, algunos rechazaron tales principios y mantuvieron formas de vida contrarias a lo exigido. Los teenek, al igual que los otros grupos indígenas que habitaban el territorio novohispano, mantenían un sistema de creencias en torno a la curación y contaban con los remedios necesarios […] La religión de los teenek actuales tiene gran número de sincretismos con el catolicismo; muchos de los antiguos dioses fueron sustituidos por santos, por Jesucristo y la Virgen María; esta última y la deidad de la tierra es quizás el ejemplo más conocido. Se cree que todo lo que está sobre la tierra tiene un espíritu y que la tierra es un 16  Maritza Gómez Muñoz, Tzeltales. México, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, p.16. 17  Ibid., pp. 10-12.

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organismo vivo que respira y tiene capacidad de sentir. La tierra es valorizada en primer lugar porque posee una capacidad infinita de dar frutos; por eso, con ayuda del tiempo, la Madre Tierra se transforma en dueña del lugar […] lugar donde se sepultan a los muertos con el fin de que allí reposen, se regeneren y regresen finalmente a la vida.18

En la misma tesitura Ana Paula Pintado nos describe el contenido de la religión de los tarahumaras aclarando que el diablo recibe el nombre de “riablo” y dios el de “diosi”: Las fiestas de los tarahumaras pueden dividirse en dos grandes grupos: las que realizan en los templos ‘católicos’ o riobachi, construidos a partir de la Colonia, y las que hacen en sus casas, llamadas también fiestas de patio o awílachi. En los templos festejan las celebraciones que coinciden con el calendario litúrgico cristiano […] Semana Santa […] fiestas del santo patrón de la comunidad […] Santos Reyes […] 24 de diciembre…Virgen de Guadalupe, entre otras. A pesar de realizarse en un templo católico y de la influencia de esta religión, las fiestas que coinciden con el calendario litúrgico cristiano tienen un sentido profundamente rarámuri. Por ejemplo, la Semana Santa, o norirúachi, que significa ‘lugar para dar vueltas’ —porque se dan vueltas alrededor del templo durante toda la noche— es el año nuevo, cuando tiene lugar la lucha entre las cosas relacionadas con el riablo y las cosas que tienen que ver con riosi.19

La descripción de Saúl Millán acerca de la religión de los huaves es coincidente con las que he citado. Peregrinan al santuario de Cerro Bernal, situado en la costa de Chiapas, donde una estela contiene 18  Patricia Gallardo, Huastecos de San Luis Potosí, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, pp. 8-10. 19  Ana Paula Pintado, Tarahumaras, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2004, p. 28.


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a Tláloc del que brota agua de lluvia de una mano ligión indígena. Se trata en realidad de denostar los y de la otra una serpiente ondulada que representa actos del ceremonial y el ritual. Jan De Vos presenta el agua que fluye. Ahí las autoridades comunitarias un caso para Chiapas y México en general: le llevan ofrendas. En los rasgos de la religión actual La Costumbre indígena llegó a ser un sistema hocontinúa este contenido: … los huaves han hecho del agua el punto de articulación que conecta a los santos, los vientos y los nahuales…un ciclo ceremonial cuyo objetivo es suscitar la lluvia […] estiman que la regularidad de las lluvias depende de las ofrendas que las autoridades comunitarias dirigen anualmente hacia Cerro Bernal […] peticiones […] directamente relacionadas con la noción de monteoc […]para referirse a los rayos y relámpagos…’ padre rayo’, la contraparte masculina de mümncherrec, ‘la madre del viento del sur’…los monteoc …no sólo gobiernan la lluvia y los rayos […] son capaces de convertir el agua marítima en agua pluvial. Aunque los huaves son nominalmente católicos desde el siglo xvi, un proceso de evangelización discontinuo permitió integrar una singular armonía entre las divinidades cristianas y las vernáculas. Entre Dios y los hombres habrá de organizarse una amplia cadena de santos, vírgenes y entidades anímicas que fungen como intermediarios.20

lístico […] lo era todo. Las comunidades lograron estructurarse en torno a esta Costumbre […] lo religioso era lo fundamental, pero en la que también funcionaba lo económico, lo político, todo […] funcionaban sistemas de control muy elaborados para que […] no hubiera excesos en el ejercicio del poder […] no era posible, legalmente llegar a cosas que podían romper la unidad de la comunidad […] [Las Leyes de Reforma, en el siglo xix], causaron el colapso de la influencia de la Iglesia católica (en) las comunidades […] en las Costumbres se dio un cambio, una recuperación por parte de los indígenas de su vida religiosa y cultural […] La Costumbre avanzó. Pasó por un momento de recuperación e intensificación.22

Alan Sandstrom para La Huasteca afirma: Several hundred thousand indigenous people in the Huasteca region follow the ancient religión, including, in addition to the Nahua, members of the Tepehua, Totonac, Otomí and Huastec (Teenek) ethnic groups […] When speaking Nahuatl, the people call a traditional ritual xochitlalia’, and in Spanish ‘costumbre’ […]contemporary practice, rooted in the pre-Hispanic period.23

En síntesis, “aun cuando se reconoce el origen cristiano de los santos, se les confieren atributos similares a los de las entidades anímicas”21; en otras palabras, la religión de los huaves tiene elementos cristianos, pero permanece su profundo contenido Otra manera de nombrar los rituales y los actos ceindígena. remoniales es la que presenta Héctor Álvarez Sand) La definición de las religiones indígenas por los in- tiago quién encontró la palabra y el concepto de dígenas Xochitlali, entre los nahuas de San Andrés Mixtla, “que heredaron hace alrededor de ochocientos años Ahora veamos algunos ejemplos de cómo los pro- ‘la cultura de Quetzalcoatl’ que trajeron a Zongolipios indígenas han definido su religión. En diversos ca los nonoualca toltequizados […] la cual incluía estudios etnográficos se ha recogido el término “cos- el culto a la tierra y a la vegetación […] hoy […] tumbre” empleado para definir las prácticas de la re- encontramos una refuncionalización cultural de 20  Saúl Millán, Huaves, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2003, pp. 16-17. 21  Ibid., p. 17.

22  Jan De Vos, “Chiapas, el camino de un pueblo” en Revista Ixtus, nº 26, México. 1999, pp. 14-15. 23  Alan Sandstrom, “Nahua newsletter news” en Revista The nahua newsletter, number 42-43, Editor Nahua Newsletter, Indiana University, November 2006- February 2007, pp. 1-2.

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e­ lementos […] En el ritual […] conocido en lengua nahua con el nombre de xochitlali”, que se lleva a cabo en “estados de aflicción”, y al “cultivo del maíz […] que sintetiza la cosmovisión” de sus practicantes, “quienes reflexionan su destino en términos de de relaciones de hospitalidad con la naturaleza, explícitamente con la Tierra, entidad sagrada”. 24 Susana González y Gonzalo Camacho también recogieron otras maneras de nombrar al ritual dedicado a “el maíz como grano divino, como protagonista en el mito del origen de la raza humana, como elemento de buen augurio”. De las fiestas de la región llamada La Huasteca, afirman que hay coincidencia, entre los distintos grupos étnicos, “en el ritual del maíz […] conocido generalmente bajo el término amplio de ‘costumbre’, o el más específico de tlamanes, que en náhuatl quiere decir agradecimiento”. 25 Y Santos Carvajal González hace lo mismo para “La celebración mexicana conocida como Día de Muertos, Todos Santos, Fieles Difuntos, Xantolo, Tilnamikilistli o Mikilwitl...(de) veneración a los muertos”.26 Una descripción más amplia sobre este ritual es la siguiente. Gómez Martínez (2002) presenta “los elementos que conforman la religión de los nahuas del municipio de Chicontepec, Veracruz”, abarcando “rituales, mitologías y oraciones”, cuyos informantes “incluyen especialistas rituales y devotos de todas las edades”, quienes decidieron el nombre de su práctica religiosa: “El título tlaneltokilli se optó a petición de los indígenas […] Con este vocablo se refirieron al sistema de creencias, fe, devoción y culto a las deidades a través de los rituales y ofrendas”,27 que el autor resume, traduciéndolo, en el subtítulo de su obra, como “La espiritualidad de los nahuas chicontepacanos. 24  Héctor Álvarez Santiago, El Xochitlali en San Andrés Mixtla, Gobierno del Estado de Veracruz. México, 1991. 25  Susana González y Gonzalo Camacho, “Los rituales de tlamanes” en Revista Artes de México, nº 78, México, 2006. 26  Santos Carvajal González, “Mikilwitl: una fiesta a los muertos” en Revista Iguanazul, octubre 2010, México, p.3. 27  Arturo Gómez, Tlaneltokilli. La espiritualidad de los nahuas chicontepecanos. Ediciones del Programa de Desarrollo Cultural de La Huasteca, México, 2002, p.11.

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En relación con la Xochitlalia, la explicó en su conferencia en el Seminario Permanente de Etnografía Mexicana, en donde desglosó algunos de sus componentes. A continuación cito algunos conceptos del resumen realizado por Carlos Heiras: … los nahuas entienden a la ofrenda bajo la noción de mantenimiento a la deidad; en esta lógica, la llaman tlatlacualtiliztli, que significa ‘ofrecer, disponer o colocar la comida’. No se cierra el sentido figurativo de la idea de los alimentos, sino que se extiende a todos los elementos ofrecidos a la divinidad: papel, flores, vasijas, copal, etc., incluyendo las expresiones lingüísticas, dancísticas y música […] Otra palabra asociada a la ofrenda y al ritual es tlamanaliztli, que significa ‘acomodar, instalar o poner la ofrenda’. Se emplea como sufijo para nombrar algunos ritos […] por ejemplo, al ritual del maíz le llaman Sintlacualtiliztli […] El conjunto general de ofrendas se entiende bajo el término de tlaxtlahuili = ‘pago’ o motlaxtlahua = ‘con el que se paga’. Ambas expresiones indican la entrega de algo que necesariamente debe ser correspondido […] Los hombres pagan con ofrendas a los dioses para recibir a cambio algunos favores […] [porque si] se desequilibran los deberes […] los dioses envían castigos […] las oraciones son parte de la ofrenda […] El término xochitl o ‘flor’, no sólo enuncia a la flor como ornato, sino que exalta la cuestión sagrada. Esta palabra se usa como prefijo para denominar la puesta de la ofrenda de alguna entidad sagrada o bien la entrega de algún elemento como ofrenda y locución de lo sagrado […] cuando están tocando los músicos, dicen: están entregando xochitla- tzotzontli, ‘están entregando música florida’. El sentido metafórico de la puesta de la ofrenda recibe el nombre de xochitlalia o xochitlalli; ambas indican colocar o disponer la ofrenda en la superficie de la tierra. El verbo tlalia = ‘poner’, tiene asociación con la tierra para mostrar que se coloca algo sobre la superficie de una cosa; al juntarse con la palabra xochitl, […] señala que se entrega la ofrenda producto de la tierra. Esta concepción cobra relevancia en una oración destina-


Caja negra / 55 / da a la deidad del maíz: ‘Aquí ponemos la ofrenda florida, la ofrenda de la tierra que te pertenece, porque tu prestas la tierra para que uno viva, para […] que uno siembre, por eso ponemos en ella la flor que es ofrenda, que es comida que te alimenta, que te hace fuerte’. La definición nahua de ofrenda remite a elementos […] que ellos […]. producen o que adquieren con mucho esfuerzo físico o de trabajo”.28

Y de no menor importancia es la naturaleza de las ofrendas: … de dónde vienen, su naturaleza temperamental: si son fríos, templados o calientes o […]de qué región vienen: si de la región de donde sale el sol, o de la región donde se oculta el sol, de la región de los muertos, de la región de los vivos, o si son de humedades, si son de cuevas […] puede ser la misma planta pero no es lo mismo que se haya colectado en diferentes ámbitos, por ejemplo, yo puedo ofrendar […]epazote pero […]no es lo mismo que aquél que.recogí del lado de la ruta de los muertos o el que proviene de la cerca del río, o el de la milpa o el de la barranca […][y] Cada acción ritual y cada ámbito de la divinidad tiene su música.29

Una amplia y documentada exposición que nos permite conocer algunos de los caracteres y nombres del ceremonial y el ritual, que deberá llevarnos a reconocer su existencia y a respetarlos como parte de las religiones indígenas. Y respetar también al resto de las religiones. La descripción antes transcrita corresponde a la expresión viva de la religión indígena que, a decir del autor, demuestra que “los antiguos núcleos del pensamiento mesoamericano no han desaparecido”, como lo observamos en otro tipo de expresiones que pertenecen a población que ya no vive en territorios ni entre grupos indígenas tradicionales. 28  Carlos Heiras, “Seminario permanente de etnografía mexicana ‘Espacio y paisaje ritual. Un estudio de caso en la Huasteca’”, en Diario de campo, nº 48, dic. México, inah. 2006, p. 146. 29  Ibid., p. 147.

Otra variante moderna es nombrada Mexicáyotl, o de la Mexicanidad, que se inició como el Movimiento Restaurador de Anáhuac para el regreso al orden prehispánico y que después abandonó los planteamientos políticos, conservando solamente la “reivindicación cultural”. Algunos acuden a las plazas de las grandes ciudades como México, Puebla, etc., a realizar ceremonias y ejecutar sus danzas y música, especialmente en fechas importantes como los equinoccios, el aniversario de la muerte de Cuauhtémoc, entre otras. Recientemente se les prohibió hacerlo en el zócalo de la ciudad de Puebla. Veamos algunos conceptos sobre los significados de la danza fueron definidos por los protagonistas en un reportaje de Raúl Tortolero y Grace Navarro: para Ocelocóatl, fundador del calpulli Tetzáhuitl Tezcatlipoca, la danza “Transmite una forma de conocimiento […]Es un homenaje a la vida y a la naturaleza”, y según el Tecutli o coordinador de la Sociedad Cultural In Tlilli In Tlapalli, busca “el desarrollo personal del individuo […]cultivando las energías masculinas y femeninas del universo, o sea, el arte nagual o caminar hacia el interior de uno mismo […]la cultura ancestral está relacionada con los ciclos cósmicos, así como la danza guerrera”.30 El etnomusicólogo Gabriel Moedano aportó su interpretación: “no hacen alusión a las imágenes católicas. No consideran que van a bailar a la Virgen de Guadalupe, sino a Tonantzin […] En el caso del Señor de Chalma, le bailan a Tezcatlipoca. Danzan a Mayahuel, no a la Virgen de los Remedios, y a Santiago Apóstol lo relacionan con Huitzilopochtli”. En cambio, para otro danzante, llamado el Huichol, del grupo Mazacóatl, “Es falso que se le baila a dioses. Hablamos del viento, el fuego, el agua y la tierra, a los que llamamos Ipalnemohuani, la fuerza dadora de la vida. La danza prehispánica es de agradecimiento. La mezcla de estos cuatro elementos nos da diferentes formas de vida, como los animales y las plantas. Manejamos fenómenos naturales como los terremotos, el granizo, la lluvia, y a su vez el hombre”. 30  Raúl Tortolero y Grace Navarro, “En pie de…baile”, en Día 7, Suplemento del periódico El Universal, 26 de octubre de 2002.

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La clasificación oficial: represión jurídica, estadística y religiosa

con la represión hacia los indígenas. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (inegi) ha llevado a cabo el conteo de la población Los indígenas y amplios sectores de campesinos reduciendo en lo posible a los indígenas y eliminan—indígenas desindianizados, los llamó Bonfil Ba- do de sus cédulas, en las que se vierte la informatalla— han resistido hasta la actualidad, el acoso, ción, las religiones indígenas. agresión e intolerancia hacia sus religiones que aún permanecen vivas. Aun con los cambios que impuso a) Las fallas en el conteo estadístico la propia evolución histórica, o la represión de la La primera oficina encargada de levantar los cenque fueron objeto los indígenas, la intolerancia se sos en México fue creada en el gobierno de Porfirio mantiene incólume sin importar que las leyes hagan Díaz. Con las Leyes de Reforma se prohibió la prouna clara separación entre la iglesia y el Estado y piedad comunal indígena y fueron despojados de que las leyes penalicen la discriminación, es eviden- sus tierras para favorecer a los grandes hacendados y te que el derecho positivo no reconoce al derecho a un pequeño grupo de terratenientes que se apoderó de la mayor parte de la tierra cultivada del país. tradicional. Veamos algunos ejemplos. El derecho positivo reconoce sólo al matrimonio La oposición indígena significó la guerra contra civil mientras que las uniones tradicionales sancio- ellos y muchos murieron asesinados por lo que en nadas por el derecho indígena caen el la categoría de los resultados de los censos de 1895, 1900 y 1910 se “unión libre”. La práctica ceremonial que incluye el redujo el número de personas indígenas. Se censó a hablantes de lenguas indígenas y no a consumo de anteógenos (mal llamados alucinógenos) cae dentro dentro del derecho penal; la caza de los indígenas, que no es lo mismo, ya que los niños especies silvestres y la pesca en territorios poblados indígenas. Los niños menores de cinco años, que por indígenas desde tiempo inmemorial, constitu- son el grupo de edad más numeroso en la pirámide yen una práctica que, en parte, les ha permitido so- de edades, en poblaciones tradicionales, quedó fuebrevivir y complementar su dieta, pero en muchos ra del conteo. Otra parte numerosa de la población hablante no fue censada por las fallas en el levancasos han sido encarcelados por llevarla a cabo. El trece de mayo del 2007, en Brasil, el papa tamiento censal, o por ocultamiento de la propia Benedicto XVI declaró al inaugurar la 5ª Confe- población indígena que niega su lengua por la disrencia General del Episcopado Latinoamericano: criminación que ha imperado, o porque en el porfi“La utopía de volver a dar vida a las religiones pre- riato el gobierno decidió el exterminio de los indícolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia genas. Este hecho está plenamente documentado.32 Los gobiernos revolucionarios pese a que tuvieuniversal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momen- ron a numerosos contingentes indígenas entre sus to histórico anclado en el pasado”. Si su antecesor filas y haber incluido en el Artículo 27 de la Constipidió perdón a los indígenas por los crímenes de la tución el reconocimiento de la propiedad comunal evangelización, este Papa, dando marcha hacia atrás y ejidal de las tierras (lo que constituyó el regreso al (esta sí, verdadera involución) se dispone a reiniciar régimen agrario prehispánico,33 no reconoció a los la neoinquisición. Y, en la misma perspectiva, la Comisión de mayo de 2004. Cfr. Francisco P. Troncoso, Diario de las operaciones Educación del Episcopado Mexicano “calificó de 32  militares del sitio de Puebla en 1863 escrito por el teniente ‘positiva’ la reforma educativa de nivel secundaria coronel Francisco P. Troncoso durante el asedio de la plaza, Las propuesta por el gobierno federal…reduciendo ma- Ánimas, México, 2013. 33  Cfr. Manlio Barbosa Cano, “La Revolución Mexicana reterias como historia prehispánica”.31 Congruente vuelta agraria” en Un centenario de Revolución. Nuevas fuentes,

31  José Antonio Román, “Avala la Iglesia la reforma foxista en escuelas secundarias”, periódico La Jornada, México, 29 de

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nuevos enfoques, nuevos actores. Gloria Tirado V., compiladora. Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, México, 2010.


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indígenas como tales, ni a sus sistemas jurídicos, su cultura, ni sus religiones. La antigua Dirección General de Estadística continuó levantando cada censo con los mismos criterios, contando solamente a los hablantes de lenguas indígenas y eliminando del conteo a la población indígena antes mencionada, así como a la que ya no habla una lengua indígena pero conserva sus instituciones y una cultura indígena. b) La clasificación religiosa oficial El moderno inegi se basa, en parte, en la clasificación de las asociaciones religiosas de la Secretaría de Gobernación que se enlistan a continuación: • Orientales: hinduistas, Budistas, Krihsnas • Judías • Cristianas: Ortodoxos, Católicos, Apostólicos y Romanos • Protestantes: Luteranos, Anglicanos, Presbiterianos • Evangélicas: Metodistas, Bautistas, Ejército de Salvación, Pentecostés, Adventistas, Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad, La Luz del Mundo, Espiritualistas, Científicas cristianas. • Bíblicas no evangélicas: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, Testigos de Jehová • Islámicas • Nuevas expresiones Es inaceptable que la dependencia encargada de los asuntos políticos y religiosos de México ignore la existencia de las religiones indígenas que son de gran importancia para la vida social de amplios sectores campesinos y de las ciudades. Desde luego que las autoridades no ignoran esta realidad sino que es evidente que las razones son de carácter político. Como ejemplo está la dependencia que tuvo a su cargo la reforma agraria. En las décadas de mayor presión popular y cuando no se podía detener el reparto de tierras se llamaba: “Departamento agrario” aunque tenía que desahogar más problemas que

varias secretarías de Estado juntas. Sin embargo, y sólo hasta que el proceso casi estaba concluido, en la década de los setentas con el presidente Echeverría, pasó a categoría de Secretaría de la Reforma Agraria. Otro dato que merece toda la atención es cuando se analizan los resultados censales porque en ellos se encuentran grandes fallas relacionadas con la religión. En varios de esos resultados un gran número de indígenas aparecen como ateos cuando en realidad, como se ha documentado, son profundamente religiosos. Seguramente los encuestadores al preguntarles por la religión a la que pertenecen, forzándolos a encuadrarse en el listado antes anotado los meten en el ítem de ateos. Hace falta incluir en el listado ítems correspondientes a las religiones indígenas, para que no sean indebidamente censados como ateos. Cuando esto ocurra, los resultados serán muy diferentes. Veamos el caso del municipio de Santiago del Pinar, Chiapas, que analiza Carlos Martínez García basado en el censo de 2000, con relación a esta cuestión: casi toda la población habla una lengua indígena (…99.78 por ciento), [y] apenas el 22.5 por ciento se reconoció como católico. Esto no quiere decir que todos los demás sean protestantes, testigos de Jehová o mormones, ya que un altísimo 63.8 por ciento dijo no tener religión. Sería un error tomar esta respuesta como sinónimo de ateísmo, ya que en las comunidades indias quienes dicen no tener religión en realidad sí la tienen y la llaman tradición o ‘el costumbre’, que es un conglomerado de prácticas religiosas indígenas […] (para una definición certera de costumbre Cfr. De Vos, 1999).34

Al acercarse la fecha del censo de población de 2010, inegi recibió críticas por parte de algunas iglesias exigiéndole apegarse a las propias denominaciones y a los preceptos legales. Incluso, la jcar (jerarquía católica, apostólica y romana) llegó amenazar con el boicoteo del censo, lo que motivó declaraciones 34  Carlos Martínez García, “Pluralidad religiosa, etnicidad y política en México” en Revista Metapolítica, vol. 6-7, nº. 2627, México, noviembre 2002-febrero 2003.

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de diversos funcionarios y algunos especialistas le plantearon sugerencias pero, los más afectados por el deficiente conteo, los indígenas, no fueron incluidos en relación al tema de sus religiones. El director del Registro y Certificación de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, “indicó que la dependencia está trabajando para que desaparezcan de algunos documentos oficiales las referencias que implican discriminación […] y hemos estado en pláticas con las autoridades del inegi para lograr que para el censo 2010”35 se modifiquen preguntas con las que algunos representantes religiosos no estaban de acuerdo. Carlos Martínez García publicó un artículo, en el mismo diario, dando a conocer que especialistas dirigieron una carta al presidente de inegi, expresando “la necesidad de ensanchar tanto las posibilidades de respuesta presentadas a los censados en el cuestionario como la mejor definición de cada apartado en el censo de 2000. En este último las clasificaciones en cuanto a religión fueron: católica, protestante/evangélica, bíblicas no evangélicas, judaica, otras, sin religión, no especificada”, y además, le pedían, “convocar a dirigentes de las asociaciones religiosas para convenir en las mejores formas de nombrar a las identidades”.36 La respuesta que tranquilizó a la jcar de México, por parte del director de inegi, fue la siguiente: “La pregunta es abierta, el encuestador apunta lo que le dice el entrevistado y luego esa información se codifica”.37 Los códigos fueron los que se mencionan en el párrafo anterior, en donde no están incluidas las religiones indígenas, puesto que éstos no responderían “otra”, ni a “no especificada”. Y, ya no desde la perspectiva religiosa, sino étnica, el inegi recibió también el reclamo, por parte de los descendientes de los negros africanos que arribaron en la época colonial. Reunidos representantes de 10 municipios de Oaxaca y Guerrero, en el 35  Jesús Narváez Robles, “Acusan a inegi de discriminar a quienes no profesan la religión católica”, Periódico La Jornada, México, 19 de junio 2007. 36  Carlos Martínez García, “La diversidad religiosa y el inegi”, periódico La Jornada, México, 28 de mayo de 2008. 37  La Jornada, “Al inegi no le interesa minimizar el número de católicos en el país: Sojo”, periódico La Jornada, México, 25 de mayo de 2010, p. 10.

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día mundial de la población, expresaron demandas para salir de la marginación, pobreza y discriminación, por lo que, “los llamados ‘afrodescendientes’ que ahora se reivindican como negros…que los llamen ‘¡pueblos negros! Sin subterfugios. Nada de afromestizos o afroamericanos’…es necesario que el Inegi reconozca a los pueblos negros en sus censos para que puedan beneficiarse de las políticas públicas…ya nos respondió que no podrá incorporarnos en este conteo, sino después”.38 Por mi parte, escribí, lo siguiente: “para cumplir la ley contra la discriminación, inegi debe incluir en sus cédulas ítems relativos a las religiones indígenas, con los nombres antes anotados.”39 A éstos me referí en el inciso 2 d. Las demandas están planteadas, pero inegi ha sido incapaz de responder adecuadamente, en parte por sus propias limitaciones. El diario La Jornada dio a conocer algunas de éstas: Debido a la inseguridad y al temor de la gente a brindar datos personales […] porque esta información pueda ser vendida posteriormente, un sinnúmero de domicilios quedaron sin ser censados. De acuerdo con informes proporcionados por personal de la coordinación del Distrito federal en una reunión con sus similares de […] Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, ‘en promedio sólo 35 por ciento de los entrevistados proporcionaron la totalidad de los informes requeridos’ […] en el Distrito Federal hay ‘problemas’ […] las delegaciones Xochimilco, con mil 300 pendientes, y Benito Juárez […] ‘13 mil’…40

c La clasificación de Sanders y Roberts Ahora veamos cómo Stephen Sanderson y Wesley Roberts han clasificado a algunas de las religiones indígenas de México, basados en la tipología evolucionista de Walace (1966), quien establece cuatro 38  Misael Habana de los Santos, “Negros mexicanos demandan al Inegi que los cuente bien y los llame por su nombre”, periódico La Jornada, México, 8 de junio de 2010. 39  Manlio Barbosa Cano, “Las religiones indígenas, discriminadas por el inegi”, periódico La Jornada de Oriente, 26 de junio de 2008. 40  Carolina Gómez Mena, “Encuestadores del inegi protestan por la falta de recursos para gastos de traslado”, periódico La Jornada, México, 7 de julio de 2010.


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tipos; 1-chamánica, cuando el centro del culto es el chamán, como único intermediario entre la gente y lo sobrenatural, de fuerte contenido animista, y sin ritos calendáricos. 2-comunal, implica ritos calendáricos o colectivos, y puede contar con actividad religiosa del chamán. 3-olímpica (politeísta), en la que un clero jerarquizado dirige el culto dedicado a un conjunto de dioses; y 4-monoteísta, igual a la politeísta, pero con una sola deidad. En esta perspectiva, Stephen Sanderson y Wesley Roberts41 clasificaron a las religiones antiguas azteca o tenochca e inca como politeístas; y en cuanto a las actuales, la pápago, huichol y quiché, como comunales; en cambio a la popoluca, como politeísta. Otras religiones americanas fueron definidas como comunales (mísquito o mosquito, haitiana, jivaro, aymara, nambicuara y mapuche); chamánicas (cuna, callinago, hurón, comanche, tehuelche, tupinamba). La clasificación es útil si la despojamos del prejuicio evolucionista (mayor desarrollo en las últimas etapas), es decir, si la inscribimos en una perspectiva relativista. Para el caso de México hace falta incluir otras categorías diferentes e intermedias, ya que las religiones indígenas en América Latina son producto de una larga lucha y resistencia, en la que tuvieron que adoptar rasgos de diferentes categorías para sobrevivir; además al perder la presencia de sus teólogos, clero especializado, templos y otros aspectos. Con base en los rasgos citados, presento a continuación un resumen de los caracteres de las religiones indígenas de México. En las religiones indígenas de México se observa la presencia de chamanes-especialistas, que no constituyen un clero profesional, pero cumplen varias de sus funciones: son comunales, con rituales agrarios que giran en torno al ciclo vital del maíz y otras plantas; y son también politeístas, porque conservan el legado teológico mesoamericano, con una jerarquía de deidades mayores: la tierra, las estrellas y astros, como el sol y luna, Venus, la constelación

de Orión y otras, que son seres vivos. Menores: dueños, “aires”, cerros, agua, cuevas, santos —de nombre católico, pero que han “aceptado” los roles totémicos y divinos antiguos— y los muertos, que poseen energías que contribuyen a la fertilidad, en la perspectiva de la reciprocidad necesaria entre las deidades y los humanos, cuya relación de conceder y ofrendar (agradecer), condición de la mutua retroalimentación, determina el equilibrio cósmico, natural, social e individual. Los elementos cristianos incorporados fueron desvinculados de su contexto original, es decir, los subsumieron en las concepciones teológicas mesoamericanas adquiriendo los atributos de los dioses indígenas: los Santos, por ejemplo, no representan a una entidad que se halla en el Cielo, sino a seres vivientes, con sentimientos y pasiones humanas, que exigen comida, bebida, ropaje nuevo, copal, música y otras reverencias, ya que de no obtenerlas, su cólera puede mandar tormentas, sequías y calamidades. Fueron recreados a imagen y semejanza humana, cuya apropiciación asegurará las buenas cosechas, ausencia de enfermedades, buenos negocios. De Vos resume el fenómeno así: “Los indígenas fueron maestros en adaptar muchos elementos que venían de otra cultura […] Los santos […] Aunque siguen apareciendo con sus caras blancas, ya no son europeos, fueron integrados a la cultura indígena […] están en el centro de su adoración, no Cristo”.42 En mi trabajo El catolicismo y la religión social en Puebla43 describí las bases agrarias de la religión de los nahuas de la región del Popocatépetl, de apariencia católica pero de esencia mesoamericana en la que las imágenes católicas han sido despojadas de su contenido original, rebautizadas con nombres locales y resignificadas con caracteres distintos. Por ejemplo, las imágenes de Jesús en sus distintas etapas (de la niñez a su muerte) son independientes, al igual que las versiones de la Virgen María. Tan diferentes que llegan a rivalizar entre sí ya que una puede ser más “milagrosa” que la otra o representar

41  Stephen Sanderson y Wesley Roberts, “The evolutionary forms of the religious life: a cross-cultural, quantitative analysis” en revista American anthropologist, vol 110, nº 4. dec. E.U.A. 2008, p.466.

42  Jan De Vos, “Chiapas, el camino de un pueblo”…, op. cit., p.23. 43  Manlio Barbosa Cano, El catolicismo y la religión social en Puebla. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, 1983.

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a grupos e intereses distintos. Lo anterior no puede ocurrir dentro del catolicismo. El diálogo que los funcionarios de inegi declararon que mantendrían con los representantes de las Iglesias tendría que extenderse hacia las Iglesias indígenas. Aquí he presentado una muestra de las características de las iglesias indígenas. Y planteo la necesidad de reunir a especialistas en el estudio

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de las religiones indígenas, a los representantes, y practicantes todos los grupos étnicos de México, tal como lo hizo Arturo Gómez Martínez para los nahuas de una región, para que sean ellos quienes aporten los códigos con los que inegi los deberá censar para que éste pueda realmente reflejar la diversidad religiosa de México.


La enseñanza de la política exterior de México Paulino Ernesto Arellanes Jiménez

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l estudio de la ciencia política en la maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla siempre ha sido un camino que se renueva en sus contenidos y su devenir. La ciencia política estudia, fundamentalmente, el poder y, para ser más concreto, el poder del Estado. El Estado tiene dos dimensiones del ejercicio de su poder: a) el poder interno que tradicionalmente se le llama poder nacional, política interna o bien, política doméstica; b) el poder externo es el poder que ejerce el Estado en sus fronteras, es decir, lo que se conoce como política externa o política exterior. Las relaciones internacionales abarcan las relaciones de todos los actores involucrados en el contexto internacional como son los individuos particulares, los organismos internacionales gubernamentales y los no gubernamentales. También las iglesias, los movimientos sociales, las universidades, los ejércitos; las asociaciones anómalas a la ley como los narcotraficantes y el crimen organizado, los sindicatos e inclusive el Estado. Si hablamos de política exterior nos referimos a la exclusividad que tiene el Estado en la materia, porque es a partir de la soberanía estatal como se realiza el ejercicio y relación del Estado con otros Estados a través de sus representantes. Estos representantes son los determinados por cada Estado y son en esencia los jefes de Estado, o sea, los presidentes de la República de cada país, en los sistemas presidenciales; y en el caso de las monarquías es el rey o la reina. En este ensayo me quiero referir a la política exterior, particularmente del Estado mexicano, para lo cual trataré los siguientes puntos: 1) Definiciones varias y diversas de la política exterior; 2) el porqué se requiere una política exterior; 3) La falta de democracia en política exterior; 4) la cara económica de la política exterior llamada relaciones económicas de los Estados; 5) instituciones involucradas en política exterior; 6) participación de ­órganos Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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de la administración pública, de gobiernos de las entidades federativas y municipios en el exterior y; 7) fuentes de información en política exterior. Antes de iniciar con el primer apartado quiero plantear que el Estado se concibe a partir de una serie de elementos que lo constituyen: el territorio, la población y su gobierno. Añado la historia, las lenguas, las tradiciones, la ideología y sus costumbres. La configuración de un Estado mexicano se inicia después de la independencia de la metrópoli española y, como es de suponer, los costos sociales para consolidarse han sido muy altos. Ahora sí vayamos a los puntos señalados líneas arriba.

Definiciones varias y diversas de la política exterior La política exterior se puede definir por varios enfoques: —Defensa del Estado de los intereses nacionales en el exterior. En este caso el término interés significa, en el mejor de los casos, el interés del conjunto de la sociedad pero, también, se presenta la interrogación de si dicho interés es del grupo en el poder de un Estado o el interés del gobierno, porque en la evolución del Estado moderno, particularmente en el capitalismo, el interés nacional se ve fragmentado por la división de la sociedad en diversos sectores, grupos, comunidades y clases sociales. De acuerdo a lo anterior, la política exterior no es lo mismo para un país en vías de desarrollo que para un país desarrollado. Los primeros fincan la defensa de su interés en base al derecho internacional que contiene reglas que se han venido creando con el consenso de todos los Estados, después de cada conflicto entre ellos. Un ejemplo de ello son las dos guerras mundiales del siglo xx; o bien, de las reglas que los mismos Estados han creado como, por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas, después de la Segunda Guerra Mundial. Las leyes, los tratados internacionales y las normatividades son el instrumento privilegiado y responden a una política exterior defensiva.

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Por su parte, los países desarrollados tienen una política exterior basada en la fuerza, en la coacción, en la amenaza y, con frecuencia, en lo militar, porque la defensa de sus intereses los fincan en una política exterior ofensiva que contradice, evidentemente, al derecho internacional que promueven e institucionalizan a través de organismos e institituciones México tradicionalmente ha fundamentado la defensa de sus intereses en el derecho internacional. Las doctrinas y principios que sustentan sus posturas en el ámbito internacional, son, entre otras: Juarista, Carranza, Estrada y Cárdenas y los principios: de no intervención, pacifismo internacional, cooperación internacional, solución pacífica de las controversias y no uso de la fuerza, entre otros. —La política exterior reactiva. Otra definición es aquella que se da ante los sucesos, cambios, conflictos y acontecimientos internacionales. Esta definición analiza las conductas de los Estadosy considera que éstas son medibles en sus actitudes, posiciones o posturas para afrontar el contexto internacional que afecte o no al Estado mismo. Entre una definición y otra subsiste un elemento central de la real politik, o realismo político, que admite al Estado como el único actor con atributo y competencia exclusivos para realizar la política exterior, y no otros actores, independientemente de la forma de gobierno que el Estado posea. En un Estado, como el mexicano, cuya forma de gobierno es el presidencial el poder y representación se deposita en un solo individuo que es el presidente de la República y representa al poder ejecutivo. Es decir, el presidente la República, por ser jefe de gobierno y ser jefe de Estado tiene dos facultades: ejerce el poder en nombre del Estado en el ámbito interno y conduce la política interna; y ejerce el poder del Estado en el exterior, esto es, la política exterior. Por lo tanto, es el jefe del Estado quien tiene la obligación y la facultad de defender los intereses del Estado. Por otra parte, es necesario señalar que hoy en día no podemos separar la economía de la política, o viceversa, porque la economía se politiza y la polí-


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tica se economiza, especialmente cuando el gobierno en sus dos ámbitos se casa con una política económica determinada, ya que de ella se derivan las políticas sectoriales y, entre ellas, la política exterior. México es el ejemplo mayor en América Latina, y otras latitudes, por que en forma bastante clara el Estado mexicano despliega una política exterior del grupo en el poder. El jefe del Ejecutivo nacional representa los intereses de las élites privilegiadas económicamente que desean mantener esos privilegios y que sus intereses se vean satisfechos. Otra cuestión importante es que el ejercicio del poder de un Estado en el exterior se realiza en forma bilateral y multilateral. El ejercicio del poder bilateral toma el nombre de relaciones bilaterales porque en ellas ejercen ese poder los Estados, quienes con frecuencia acuden a estas relaciones para tratar asuntos sobre temas y problemáticas de interés y tomar acuerdos entre dos Estados. La segunda forma de ejercicio del poder son las llamadas relaciones multilaterales. Se acude a este tipo de relaciones cuando se pretende consensuar ciertas decisiones mancomunadas entre tres o más Estados; o bien a través de los organismos internacionales intergubernamentales, tanto los que se crearon al amparo de la Organización de las Naciones Unidas, como las de nueva cepa como la Organización Mundial del Comercio o, bien, la Corte Penal Internacional, entre otras. México acude y ejerce el poder del Estado tanto en las relaciones bilaterales como multilaterales, según convenga a sus intereses. Las potencias como Inglaterra o Estados Unidos según el contexto interno o externo utilizan su política exterior bilateral o multilateral.

El porqué se requiere de una política exterior La soberanía es una facultad exclusiva de los Estados. Esta soberanía es política, económica y popular; de manera que para mantener la soberanía cada Estado realiza su política exterior. Los 192 Estados del mundo son soberanos, de ahí que ninguno quisiera ni podría perder su soberanía porque habría una anarquía en la política internacional o un estado de salvajismo internacional.

De lo anteriormente mencionado se desprenden posturas o imposiciones, según suceda en su momento, y los Estados establecen las negociaciones y las delegaciones de las soberanías estatales a través de los tratados, acuerdos y convenios internacionales mediante los cuales los Estados delegan su soberanía sin perderla y, entonces, se logra una convivencia de paz mutante, ya que ésta es perentoria. Si bien uno de los principios de las Naciones Unidas es la igualdad jurídica y soberana de los Estados, en la vida real los Estados potencia históricamente han impuesto su poder a los demás rompiendo esa igualdad. Un ejemplo claro es el de un Estado como Haití no es lo mismo que un Estado como Estados Unidos, ya que en el primero su territorio, su población y su gobierno son pobres; en cambio en Estados Unidos existe una fuerza económica y militar que lo convierte en potencia mundial y en lo que hoy en día se llama “hard power”. Tradicionalmente la política exterior de los Estados se comprendía como el poder del Estado fuera de sus fronteras; sin embargo, esto significaba un equívoco conceptual y metodológico porque se consideraba que la política exterior solamente se ejercía fuera de esas fronteras nacionales; sin embargo, la real consideración es que el Estado ejerce su poder en el espacio interior como en el exterior. En el realismo político son muchos los factores internos que conducen a ejercer el poder de diferente manera en lo interno como en lo externo. En lo interno, el Estado se enfrenta a empresarios, a las iglesias, a las universidades y al crimen organizado; también tiene que enfrentar problemas estructurales como el hambre de su población, el desempleo, los movimientos sociales y los poderes fácticos, etc. por lo cual se justifica la postura weberiana del ejercicio legal del poder del Estado. En cambio, en el exterior el Estado tiene que enfrentar básicamente a otros Estados, cuya soberanía también la ejercen y cuyos intereses son tan válidos como los de los demás Estados; por lo cual el ejercicio del poder del Estado en el exterior privilegia la diplomacia como instrumento negociador en todos los planes ya sea en tiempo de paz o en tiempo de guerra. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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México para poder subsistir como Estado ha negociado su sobrevivencia a través de la política exterior mediante una diplomacia de conciliación, de mediación pero no de confrontación. Empero, no se puede olvidar lo que sosteníamos en el inciso anterior, de que la política exterior depende del presidente de la república, y si éste es proclive a los intereses de un grupo en particular, o bien, si es débil por la falta de legitimidad en su ejercicio de poder, entonces lo más seguro es que su política exterior sea endeble para negociar los intereses del conjunto, y en este caso, se asimile a los intereses de otros Estados, como lo que ha venido sucediendo en los tres últimas décadas en México. Lo ideal sería que la política interior y exterior respondieran en forma efectiva a los intereses del conjunto de la sociedad nacional, como es señalado una y otra vez en los planes nacionales de desarrollo y que, por lo tanto, la política exterior respondiera y fuera una proyección de la política interna y, a su vez, la política interna fuera el reflejo de la política exterior, pero está comprobado, históricamente, que dicha ecuación no constituye una realidad y en todo caso hay fuertes contradicciones entre la política interna y la política externa de México. Si bien es cierto que en México existe formalmente el federalismo, en lo hechos todavía está arraigado un centralismo que con el paso del tiempo se ha agudizado manifestándose en el autoritarismo presidencial y, puede decirse que, de esta manera, la política interna carece de una auténtica democracia; y en lo referente a la política exterior las decisiones y los compromisos adquiridos por el representante del Estado, esto es, el jefe de Estado, no responden al federalismo sino a la ficticia unidad nacional. Por otro lado, tenemos la definición institucional y estructural de la política exterior, que es la que comúnmente albergan los Estados en su actuar oficial a través de sus gobiernos, los cuales realizan un conteo descriptivo de sus logros y acciones en política exterior como reuniones bilaterales, comparecencia en organismos y conferencias internacionales, número de tratados y acuerdos internacionales, visitas oficiales, visitas de Estado, etc. Son éstos los elementos en los cuales fundan su conceptualización Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

de política exterior sin tomar en consideración qué tanto de esas acciones, reuniones, visitas oficiales en el extranjero, etc. puedan o no beneficiar al conjunto de la sociedad, porque solamente están partiendo de una visión institucional y estructural de la política exterior y no como el ejercicio del Estado que conduzca a acciones transformadoras sociales. Estas mismas prácticas prevalecen en México, en la presidencia nacional porque en sus informes anuales y sexenales hace un recuento de sus logros y avances institucionales, hasta con datos estadísticos, sin ningún atisbo de crítica y de construcción de otras alternativas que den solución a las principales problemáticas sociales.

La falta de democracia en política exterior En la relación Estado-sociedad existe una dialéctica la cual se lleva de la siguiente manera: el Estado dialoga con la sociedad a través del gobierno; éste lo hace a través de la administración pública; y ésta a través de la forma de gobierno. La sociedad por su parte, en tanto sociedad capitalista, por naturaleza es una sociedad fragmentada que dialoga con el Estado a través de los grupos, clases sociales, sectores, sindicatos, etc. pero como la fragmentación está tan atomizada y tiene sus propios intereses, se establece el diálogo por medio de los partidos los partidos políticos y éstos a través del parlamento. Entonces la dialéctica se da entre el Estado y la sociedad. El ejecutivo como representante de los intereses del Estado y el parlamento como representante de la sociedad. Hoy en día, en el Ejecutivo de los Estados se alinean los más cerrados intereses de las élites, como sinónimo de las clases dueñas de los medios de la producción; mientras en el parlamento se aglutinan los más diversos intereses de la sociedad fragmentada; de aquí que en política exterior por lo general los planes, las acciones, las estrategias, los objetivos y las decisiones son de gobierno y de élites, y no de la representaciones populares. En México, la arquitectura del poder con su división de poderes, se establece que en poder legislativo y, en particular, en el senado que representa la República le corresponde legalizar y legitimar las


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acciones y decisiones del Ejecutivo en la política exterior mediante el acto jurídico-político de ratificar los tratados internacionales que, en palabras más políticas que jurídicas, significa avalar los compromisos que el presidente haya tomado o vaya a tomar en el exterior en nombre de la supuesta y ficticia unidad nacional, o como se dice “en nombre de la nación”. Es en este escenario en que diversos sectores sociales han empujado para que haya una mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones de política exterior, lo cual se vino a concretar en forma tibia, por decir lo menos, con la creación de una comisión de política exterior en la cámara de diputados, que es la representación popular en el Congreso de la Unión. La comisión, en la realidad institucional y jurídica establecida no tiene la facultad de avalar las acciones, decisiones y compromisos que el Ejecutivo haya tomado en el exterior; por lo que se evidencia la falta de democratización en materia de política exterior. En la medida de que el Ejecutivo nacional es el centro de la administración pública, en él se concentra el mayor poder y el ejercicio del poder autoritario que ha distinguido a México, a través de la historia, pervierte y manipula a los demás poderes judicial y legislativo, en favor de los intereses de las élites económicas. Hoy en día en el que el Estado mexicano neoliberal practica el modelo de política económica de la misma naturaleza desde hace más de treinta años, sus más centrales decisiones y compromisos en política exterior son de tipo económico, por lo cual politiza la economía; y los cambios internos en materia económica van ligadas al mercado exterior para dar paso a los grandes monopolios nacionales e internacionales. Por todos estos argumentos reales se puede afirmar que en política exterior no existe la democracia.

y tratados políticos como el reconocimiento de los Estados y de los gobiernos a nivel internacional, sino que también realizan intercambios económicos en sus dos aspectos: financieros y comerciales, que en política exterior se reconocen como relaciones económicas de los Estados en política exterior. México desde siempre ha tenido relaciones económicas internacionales en su política exterior, pero desde la década de los ochenta, en que se privilegió el mercado como guía de esa política, las relaciones económicas se privilegiaron y entonces, las estadísticas y los números macroeconómicos fundamentan los retos, los logros y las más de las veces los magros resultados. Así, en las finanzas internacionales de la política exterior que cubre inversiones extranjeras, deuda externa pública y en el comercio exterior que cubre importaciones y exportaciones de México se alza el sujeto empresarial como el sujeto central que compite, que produce, que compra y que vende, por lo que el concepto cambia, y en lugar de expresar los Estados compiten en el exterior son las empresas las que compiten cobijados por el Estado; pero lo contradictorio es que en las finanzas es el Estado que avala la deuda externa tanto pública como la privada, mientras en el comercio exterior es lo privado lo imponente pues el Estado no produce ni comercia; sin embargo, el Estado en política exterior firma acuerdos bilaterales o multilaterales como los acuerdos de integración por los cuales abre espacios mercantiles a los intereses de afuera y de adentro para la política exterior. En deuda externa, dadas las facultades extraordinarias o meta constitucionales —facultades financieras, legislativas, políticas, de seguridad, etcétera— que el Ejecutivo nacional posee, las decisiones de acordar endeudamientos públicos sin pasar por el aval de la representación popular legislativa, es decir la cámara de diputados, evidencia lo que sosteníamos en el inciso anterior, que es la falta de deLa cara económica de la política exterior llama- mocratización en política exterior, como ejemplo es da relaciones económicas de los Estados el excesivo endeudamiento externo público, cuyo pago se endosa a la sociedad en su conjunto por larLos Estados no solamente realizan en el exterior re- go plazo y que, debido a las crisis financieras reculaciones políticas que se concretan en los acuerdos rrentes, con frecuencia el Estado mexicano recurre Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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la deuda externa, la cual no termina por pagarse por los intereses y amortizaciones externos y la falta de crecimiento interno. Lo anterior conduce a la reflexión siguiente: el senado, que es la representación de la república y que avala los compromisos que el Ejecutivo nacional realiza en el exterior, en la medida y que con frecuencia responde a la mayoría partidista del propio Ejecutivo nacional y sus aliados, entonces no analiza en forma vinculante los compromisos financieros y comerciales, de manera que no todos los acuerdos financieros o comerciales deben ser ratificados, especialmente aquellos que puedan afectar a la población, como suele suceder en un presidencialismo autoritario y donde los derechos económicos y sociales no son respetados por las instancias gubernamentales. No por el prurito de unificación de los tratados internacionales -hoy tan boga en la uniformación y armonización de la leyes internas con las internacionales, con las leyes nacionales- deben aceptarse todos esos tratados en política exterior, cuando dañan los intereses nacionales del conjunto de la sociedad, ni mucho menos aquellos que sólo benefician a las élites nacionales e internacionales, como ha sucedido con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, o bien, con las diferentes Cartas de Intención de la deuda externa aceptadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Instituciones involucradas en política exterior El Ejecutivo nacional, es decir, el presidente de la república, formula la política exterior de un Estado y la va operar fundamentalmente por medio de su gabinete o Secretaría de Estado creada exclusivamente para la política exterior, como es la Secretaría de Relaciones Exteriores, a la cual se le faculta desde realizar el protocolo hasta conducir, —bajo las leyes internacionales, la Ley federal de la Administración Pública, las leyes reglamentarias o secundarias y los reglamentos internos— la política exterior del Estado mexicano. Debido a los cambios que en política exterior el Estado mexicano ha sufrido, ya no solamente es la Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

Secretaría de Relaciones Exteriores la que conduce la política exterior, sino ahora están involucradas casi todas las Secretarías de Estado, por ejemplos: Si se trata de cuidar y guardar la seguridad nacional entonces, son las Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina y la Fuerza del Aire, ya que éstas están sujetas al Ejecutivo, puesto que éste es el Comandante de la Fuerzas armadas nacionales. Si nos referimos a cuestiones extradición y delitos de extranjeros en el territorio nacional, entonces es la Procuraduría General de la República a la cual corresponde enfrentar los problemas que implica dichos fenómenos conjuntamente con la Secretaría de Relaciones Exteriores. Si se trata de ingresar o egresar productos vegetales y animales, entonces participa en las aduanas la Secretaría de Agricultura. Si se trata de las tarifas y aranceles, así como los créditos, préstamos y deudas externas, entonces participa la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Si se trata de negociar los acuerdos y tratados de comercio internacional, sean o no libres, entonces esto le corresponde a la Secretaría de Economía Federal. Si de intercambios científicos, educativos y culturales se trata, entonces participa la Secretaría de Educación Pública. Si se trata de solucionar y cooperar en asuntos de salud de la población y todo lo que de ella derive, entonces participa la Secretaría de Salud y Asistencia Pública; etc. Como podemos observar en un mundo internacionalizado y transnacionalizado el conjunto de secretarías de Estado participan en política exterior, cada una dentro de sus competencias y facultadas en apoyo al ejecutivo nacional, que en el sistema presidencial, es en el que recae la máxima autoridad en política exterior. En el sistema presidencial el gabinete gira en torno al presidente de la república, por su facultad nombrar y remover a los titulares de cada secretaría de Estado como su personal de confianza de primera línea, pero no es un gobierno de gabinete, ya que esto implicaría un cambio de forma de gobierno. En las más recientes acciones en política exterior realizadas por las diferentes Secretarías de Estado se encuentran contradicciones, que indudablemente son realizadas con el visto bueno del Ejecutivo, así


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por ejemplo: en cuanto a las aduanas se ha creado por ley el ingreso de policías aduaneros y de migración estadounidenses armados a territorio nacional y en esto están involucrados las Secretarías de Hacienda y Procuraduría General de la República; en este mismo sentido sin haber terminado o cumplido la condena en México o haber atravesado el procedimiento debido se ha procedido a extraditar a narcotraficantes mexicanos a Estados Unidos para quedar bien con Estados Unidos, y en esas acciones están involucradas la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Procuraduría General de la República. Más recientemente, el propio Ejecutivo nacional ha comprometido a las fuerzas armadas para que participen en las Fuerzas de Paz de la Organización de las Naciones Unidas a contrapelo de la Constitución, en la cual están involucradas la propia Presidencia de la república y la Secretaría de la Defensa Nacional. Con estos ejemplos podemos constatar como la política exterior no solamente se refiere a la relación política entre tradicional relación de jefes de Estado, o de gobierno a nivel internacional, sino por participación de las diferentes secretarías de Estado compromete a la política interna, con lo cual se demuestra la relación entre política interna y externa, pero que sin embargo, como expresamos incisos anteriores, esta última no se permea en forma armoniosa y benéfica en la política interna.

Participación de órganos de la administración pública, de gobiernos de las entidades federativas y municipios en el exterior Hemos afirmado que la política exterior solamente le corresponde al jefe de Estado, en tanto es representante del Estado, en el caso de la forma de gobierno como es el presidencial, es el presidente de la república quien formula y realiza dicha política; sin embargo existe un espectro mucho más amplio como es el de las relaciones internacionales, ya que en esta participan los diversos actores gubernamentales y no gubernamentales internos en el territorio nacional, dependencias de los estados de la república, municipios u organizaciones municipales.

Ahora bien, en el nivel interno del Estado existen niveles de gobierno y de administración pública no necesariamente federal, así por ejemplo, se cuentan los estados de la República y los municipios. Hoy las relaciones internacionales todavía atraviesan por un concepto lo inter-nacional que en lo político se refiere a las relaciones entre los Estados del mundo; en lo económico, las relaciones económicas (financieras y comerciales) entre los Estados; pero en la realidad las relaciones sociales no son solamente entre los Estados sino entre todos los actores existentes al interior y al exterior de los Estados, lo que nos conduciría a desechar el concepto de relaciones internacionales para, en todo caso, convertir las relaciones sociales a nivel mundial en relaciones sociales mundiales. Pues bien en el caso mexicano, para no contrariar a la política exterior que es propia del Estado, entonces en forma político-jurídico se crearon leyes y normas para que los actores internos puedan relacionarse internacionalmente a través de los Acuerdos Interinstitucionales, para lo cual estos actores subnacionales tendrían que solicitar autorización a la Secretaría de Relaciones Exteriores y así el poder del Estado en su forma de gobierno presidencial no se vería afectado en lo que formalmente conocemos como política exterior, para lo cual desde la Secretaría de Relaciones Exteriores se crea la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional. Sin embargo, cabría una reflexión que sobrepasa la solución institucional mencionada, y nos referimos a la apertura de las fronteras nacionales que es una de las características de la actual globalización; de manera que se pueden mencionar las siguientes razones por las que las relaciones internacionales de los actores internos del Estado se están dando: Por principio de necesidad, esto es, que existe una necesidad de sobrevivencia de los actores subnacionales, es decir, internos en el Estado-nación, y por lo cual, salen a buscar otras relaciones para solucionar sus problemas, aun los cotidianos, fuera de las fronteras del Estado-nación La modernización del Estado vía descentralización administrativa, en donde se devuelven o se otorgan competencias a las unidades subnacionaRevista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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les, especialmente los municipios y éstos con esas nuevas competencias se relacionan con otros entes y unidades en el exterior para encontrar soluciones y alternativas a su problemas de todo tipo. Los intereses transnacionales, desde los organismos financieros y políticos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la Organización Mundial del Comercio y la Organización Económica para el Desarrollo irrumpen en lo interno sobrepasando las fronteras nacionales e involucran a las entidades internas del Estadonación, para lo cual al internalizarse inciden en las nuevas conductas de esa entidades y unidades a través de su intereses macroeconómicos como las inversiones extranjeras, los programas de desarrollo, la cooperación internacional, etc. y entonces, esas unidades salen a relacionarse en el exterior. En la relación Norte-Sur propio del Guerra Fría, se revalora con el concepto de Cooperación Internacional e invita a los Estados y a las entidades internas para que realicen relaciones en el exterior vía cooperación internacional, para que esas unidades internas busquen intercambios de todo tipo como financieras, culturales, hermanamiento de ciudades, científico-tecnológicos, y sobre todo de desarrollo, y esta cooperación internacional, aunque todavía dicha cooperación adolece de cierto condicionamiento propio de la Cooperación Norte-Sur, sin embargo en la política exterior y relaciones internacionales se llega ahora a la cooperación Sur-Sur El debilitamiento del Estado, que con el cambio de política económica ha quedado atrapado por los intereses económicos monopólicos internacionales, dejando muchos de los espacios estatales a los poderes fácticos y por lo cual las entidades internas quedan si ser atendidas adecuadamente por el propio Estado, y entonces buscan fortalecerse y solucionar los problemas afuera de las fronteras nacionales Pues bien, por estas y otras razones las relaciones internacionales sobrepasan la tradicional forma de actuar del Estado en política exterior, en donde esas entidades subnacionales encuentren su propio ser y solución a sus problemas.

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Fuentes de información en política exterior En la Facultad de Ciencias Políticas de la unam, desde que se crearon las licenciaturas en Relaciones Internacionales y de Ciencias Políticas y Administración Pública, se ha impartido la materia de Política Exterior. Así como se promovido la producción de sus investigadores en la materia, empezando por la del doctor Modesto Seara Vázquez, cuya inicial obra: La política exterior de México (editorial Esfinge) puso las bases para que otros investigadores pudieran crear otras obras como la del doctor José Cabra Ybarra. La maestra Consuelo Dávila Pérez con La política exterior de México y sus nuevos desafíos. Escenarios de la política exterior de México. Puntos para una reflexión del doctor Carlo Uscanga. Le siguen en importancia las obras de los investigadores de El Colegio de México: con la obra: La Política exterior de México. Enfoques para su análisis con Celia Toro y otros autores. La obra de la doctora Ana Covarrubias, y el más destacado el doctor Mario Ojeda (quepd) con: Alcances y Límites de la Política Exterior, así como La política exterior activa. La obra de la doctora Roberta Lajous: La relaciones exteriores de México 1821-2000. Del Centro de Investigación y Docencia Económica (cide) sobresalen las obras del doctor Jorge Schiavon, el doctor Arturo Borja, el doctor Jorge Chabat. El libro del doctor Rafael Velázquez Flores, Factores, bases y fundamentos de la política exterior de México, la obra de la doctora Guadalupe González. El Instituto Tecnológico de la Ciudad de México (itam), en donde sobresale la obra de la doctora Olga Pellicer. El Instituto Matías Romero, dependiente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con su Revista especializada de Política Exterior, además del archivo histórico de la misma Secretaría. En nuestra maestría sobresalen las obras del que escribe este ensayo: El Estado mexicano y la política exterior, contradicciones entre política interna con la exterior. La política exterior pragmática salinista. La política exterior foxista. La política exterior del presidente Felipe Calderón Hinojosa 2006-2012. El Municipio mexicano y sus relaciones internacionales. Los


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gobiernos locales de América Latina y sus relaciones internacionales. Las inversiones extranjeras directas en México 1982-2010, del tlcan Plus, pasando por el aspan y llegando al Acuerdo Mérida, entre otras, que en su conjunto han analizado los diferentes enfoques teóricos, conceptuales; los reacomodos, las acciones, las contradicciones de la política exterior y la política hacia el mundo, hacia las diferentes regiones, las relaciones económicas internacionales las alternativas de los gobiernos subnacionales, etc. en la política exterior mexicana, etcétera. Con la creación de la maestría en Ciencias Políticas de la buap, hace veinte años, la política exterior

empezó a tener presencia y fue en el año 2000, es decir, desde hace 15 años, que comenzó su presencia como parte de las materias sustantivas de dicha maestría. Al fin y al cabo el Estado mexicano es que actúa, tanto en política interna como en política externa; la materia se alimenta y enriquece al Derecho Internacional, la Economía Internacional, la Historia de México, el Derecho Constitucional y la Teoría del Estado, etc., es decir, es una asignatura multidisciplinaria, interdisciplinaria y, en temas la política exterior, es transdisciplinaria.

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Alternancia política y descentralización del poder. Historia política de Puebla de 1980 a 2015 Rodolfo Ruiz Rodríguez

A

Introducción nalizar la historia política de Puebla a partir de los seis últimos gobernadores de la entidad implica algo más que revisar sus antecedentes antes de ser postulados, antes de analizar sobre los hombres y mujeres que los acompañaron en la tarea de gobernar durante seis años, las obras, programas y acciones que emprendieron, sus resultados y las circunstancias en que fueron electos y desarrollaron sus administraciones. Una exploración de la historia política conlleva a estudiar el comportamiento del sistema de partidos en Puebla, las reformas constitucionales federales y estatales en materia electoral; y la evolución de la representación política y la alternancia partidista en la esfera municipal, parlamentaria y en el gobierno del estado. Entender que de Guillermo Jiménez Morales a Rafael Moreno Valle Rosas no sólo hay un cambio generacional, sino modificaciones de forma y fondo en los procesos de selección de candidatos, así como en los usos y prácticas de las campañas electorales y el ejercicio del poder, en razón de quién designa a los gobernadores, cuál es el factor decisivo de su empoderamiento y quién premia o castiga su desempeño. En los 35 años que comprende esta revisión hay gobernadores cuyo nombramiento obedece, más que a los votantes, al presidente de la República, al partido que los postuló y que controló la autoridad y los organismos electorales; que tenía capacidad de organizar y movilizar a miles de votantes pero que, además, dominaba el sistema de partidos o podía cooptar a los candidatos y dirigentes del resto de los institutos políticos participantes en una contienda. Y otros, que siendo candidatos, echaron mano de su popularidad y capital político, que amagaron con fracturar a su partido, o

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que tuvieron la capacidad de integrar un frente amplio opositor para hacerse de la gubernatura, a pesar de no ser los favoritos del gobernador en turno. De 1980 a 2015 algunos supuestos o hipótesis políticas se han mantenido y otras se han diluido. Hasta ahora —y habrá que esperar qué sucede en los comicios locales de 2016— gobernador sigue sin dejar gobernador. Por ejemplo, Alfredo Toxqui Fernández de Lara operó para que el sucesor en Casa Puebla fuera Marco Antonio Rojas Flores, quien había sido su tesorero y antes senador suplente, pero su intentona fracasó. En el verano de 1980, el entonces dirigente nacional del pri, Gustavo Carvajal Moreno, convenció a su amigo José López Portillo de que la mejor opción para la gubernatura de Puebla era el diputado federal Guillermo Jiménez Morales y la balanza presidencial se inclinó hacia allá. La historia se repitió con el mismo Jiménez Morales, quien pretendió heredar su cargo a quien había sido su secretario de Finanzas, y que en ese momento se desempeñaba como presidente municipal de la capital, el profesor Jorge Murad Macluf, pero un amigo de correrías universitarias del presidente Miguel de la Madrid le ganó la partida. A Mariano Piña Olaya ni siquiera se le permitió valorar la posibilidad de dejar sucesor. En febrero de 1992, el presidente Carlos Salinas le dio señales muy claras de que un compañero suyo en el gabinete delamadridista, Manuel Bartlett Díaz, sería compensado con una “presidencia chiquita”, después de haber declinado la embajada de Francia que se le ofreció tras su relevo como secretario de Educación Pública del gobierno federal. En la recta final de su sexenio y con la mira puesta en la candidatura presidencial, Manuel Bartlett pudo inclinar la balanza a favor de su secretario de Finanzas, José Luis Flores Hernández, pero en su afán democratizador del pri convocó a una consulta directa a la base, en mayo de 1998, en la que Melquiades Morales Flores, más popular entre la militancia local priista ganó la contienda, dando al traste con lo que había proyectado para Puebla a través del programa de desarrollo regional Angelópolis. A Melquiades Morales la sucesión se le complicó desde el inicio de su mandato. Su primera carta, el empresario radiofónico Rafael Cañedo Benítez, falleció de manera intempestiva; su segunda opción, el secretario de Gobernación Carlos Alberto Julián y Nácer fue derrotado en las elecciones intermedias de 2001. Ninguna de sus dos cartas restantes salía mejor evaluado en las encuestas que el ex alcalde capitalino Mario Marín Torres, quien entonces amagaba con dividir al pri e irse como candidato del prd. Marín Torres desafíó la conseja política de que gobernador no pone gobernador y maniobró para que su delfín, Javier López Zavala, fuera el candidato a sucederlo. El resultado es de todos sabido: el pri perdió por primera vez la gubernatura de Puebla en 2010 a manos de un ex priista: Rafael Moreno Valle, quien se convirtió en el primer gobernador de alternancia en la historia pos revolucionaria de Puebla.

De la hegemonía priista al bipartidismo incipiente En las últimas cuatro décadas el sistema electoral y de partidos en Puebla ha sufrido una enorme transformación. En buena medida por las reformas constitucionales y electorales, la alternancia de autoridades en los ayuntamientos, el crecimiento y ascenso del pan a la presidencia de la República, la descomposición y las fracturas internas del pri y a un cambio en la lógica para acceder al poder, en la que el factor de mayor peso gira en torno Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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a la obtención del voto de las mayorías.Veamos esa transformación en el sistema electoral en el siguiente cuadro.

Los sistemas electorales se explican, desde el punto de vista técnico, por el modo y forma en que los electores votan y expresan sus preferencias por un partido o un candidato y cómo esos sufragios dan lugar a gobiernos o se convierten en curules. Leonardo Valdés define a los sistemas electorales como el conjunto de medios a través de los cuales la voluntad de los ciudadanos se transforma en órganos de gobierno o de representación política.1 Dieter Nohlen comparte esta visión al puntualizar que a través de éstos, los votos de los electores a favor de un partido o candidato se convierten en escaños. Sin embargo, uno y otro apuntan que la clasificación de los sistemas electorales está sujeta a diversas variables y reglas relacionadas con el tipo de mayorías y métodos que se emplean para la conversión de votos en escaños; es decir, quién gana la elección. Otra variable para clasificarlos depende del número y distribución de las circunscripciones; o sea si los electores pueden votar por una fórmula de propietario y suplente, o por un listado de candidatos ordenado por los partidos políticos participantes en cada demarcación y cómo se integran los parlamentos; es decir, sólo con aquellos que ganaron por mayoría simple o absoluta, o asignando a cada partido el número de representantes conforme su porcentaje de votación en la elecciones. Básicamente los sistemas electorales pueden clasificarse según dos principios: a) el principio de la elección mayoritaria y b) el principio de la elección proporcional. Esta distinción no está sujeta a reglas técnicas sino a las funciones e intenciones políticas de los sistemas

1  Leonardo Valdés, Sistemas electorales y de partidos políticos, México, Cuadernos de Divulgación de la Cultura Democrática del ife. Noviembre de 1995, p. 9.

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electorales, mediante los cuales se transforma, de modo específico, la cantidad de votos en escaños parlamentarios.2 Ahora bien, se habla de representación por mayoría cuando el candidato es elegido por haber alcanzado la mayoría (absoluta o relativa) de los votos. Y de representación proporcional cuando la representación política refleja, lo más exactamente posible, la distribución de los votos entre los partidos.3 Definir qué se entiende por sistema de partidos resulta complicado. Varios estudiosos sostienen que este concepto no es estático y que su explicación está más por el lado de los elementos que los constituyen, sus funciones, así como las características de competencia entre más de una unidad partidaria, la forma y la modalidad de esta competencia. En su definición Leonardo Valdés destaca la característica de la lealtad de los partidos al sistema político: “es el espacio de competencia leal entre los partidos, orientado hacia la obtención y el ejercicio del poder político”.4 Dieter Nohlen entiende, a su vez, por sistema de partidos, la composición estructural de la totalidad de los partidos políticos en un Estado, en función de: a) el número de partidos; b) su tamaño; c) la distancia ideológica entre ellos; d) sus pautas de interacción; e) su relación con la sociedad o con grupos sociales; y f ) su actitud frente al sistema político.5 Los sistemas de partidos pueden clasificarse de varias formas. El formato básico es hacerlo por el número de partidos, de manera que puede haber sistemas unipartidistas o de partido único, sistemas bipartidistas en el que dos partidos se alternan con cierta frecuencia el ejercicio gubernativo, y sistemas pluripartidistas, en los que coexisten una cantidad significativa de partidos políticos. En los años cincuenta, el jurista y politólogo francés Maurice Duverger encabezó al grupo de investigadores que puso el acento en el sistema electoral para explicar la estructura y el desarrollo de los sistemas de partidos. Fue, de hecho, el primer autor en establecer una conexión directa entre sistema electoral y sistema de partidos, otorgando al primero un peso mucho mayor que el que se le había dado hasta entonces, y centrando, por primera vez, el foco en lo que posteriormente sería uno de los principales objetos de estudio de la ciencia política. También afirmó que los sistemas electorales producen dos tipos de efectos sobre los sistemas de partidos. En primer lugar, el llamado efecto mecánico, que tiene que ver con la forma en la que la fórmula electoral influye en el proceso de transformación de los votos en puestos de representación política. En segundo lugar, los efectos psicológicos de las fórmulas electorales, haciendo referencia al hecho de que los electores norman sus decisiones de voto considerando, entre otros elementos, el funcionamiento del sistema electoral.6 Las conclusiones de Duverger fueron cuestionadas por otros autores que advirtieron que la estructura de los sistemas de partidos no podía limitarse a esas variables. Giovanni Sartori propuso que los sistemas de partidos debían clasificarse no según el número de partidos, sino con criterios diferentes, introduciendo el concepto de partido relevante. Sartori apunta que no todos los partidos que existen en un sistema son importantes desde el punto de vista de la influencia política, ya que muchos sobreviven por cortos periodos, 2  Dieter Nohlen, Sistemas electorales y partidos políticos, Fondo de Cultura Económica y Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1994, p. 34. 3  Ibid., p. 88. 4  Leonardo Valdés, op. cit., p. 29. 5  Dieter Nohlen, op. cit., p. 38. 6  Leonardo Valdés, op. cit., p. 40.

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otros obtienen una representación bastante limitada o localizada que no pesa en la toma de decisiones. Para el politólogo florentino los partidos relevantes son aquellos cuya representación política puede permitirles formar gobierno, darle capacidad de veto e importancia en la integración de coaliciones. En función de su número o fragmentación y grado de polarización, Sartori considera que los sistemas pluripartidistas pueden ser limitados o extremos. Limitados cuando haya menos de cinco o seis partidos, y extremos cuando haya más de cinco o seis partidos relevantes. De la combinación y fragmentación del sistema de partidos y la distancia ideológica entre ellos, Sartori elaboró en los años setenta la siguiente tipología: 1. Sistema de partido único (ex Unión Soviética) 2. Sistema de partido hegemónico (México) 3. Sistema de partido dominante (India y Japón) 4. Sistema bipartidista (Estados Unidos, Gran Bretaña) 5. Pluralismo moderado (Países Bajos; Suiza, Bélgica, República Federal de Alemania) 6. Pluralismo polarizado (Chile hasta 1973, Italia, Finlandia).7 Tres son los ámbitos en los cuales los sistemas electorales y los sistemas de partidos se relacionan y tienen sus efectos. Uno es legislativo, donde se diseñan las leyes electorales y en el que diputados y senadores deciden si determinadas reglas deben conservarse o modificarse, lo anterior en función del comportamiento de los ciudadanos en las elecciones y de la conformación de los órganos de representación política. El segundo es el ámbito gubernativo, que expresa la incidencia de los efectos de los sistemas electorales sobre la posibilidad de gobernabilidad de un sistema, ya sea para hacer mayoría en el Parlamento o para integrar gobiernos de coalición. Y en un sistema presidencialista para hacer que el presidente cuente con un Congreso que lo apoye o que éste sea su contrapeso para que lo modere y lo regule. La ciudadanía es el tercer ámbito de relación mediante su derecho al sufragio, ya que el final son los ciudadanos los que a través de su voto definen qué legisladores y qué partidos ganan las elecciones y mejores condiciones de rendimiento del sistema electoral y el sistema de partidos. En la opinión de diferentes actores, México cuenta con un sistema electoral mixto, es decir, que combina elementos de los mecanismos de mayoría y de representación proporcional. Sin embargo, para Dieter Nohlen los sistemas mixtos no existen, pues no hay manera de mezclar estos dos tipos básicos, ya que siempre prevalecerá uno sobre otro.8 Quizás por esta razón, Leonardo Valdés define al sistema electoral mexicano como mixto, con dominancia mayoritaria. “En México, desde 1988 se aplica un sistema mixto con dominante mayoritario. Se eligen 300 diputados en sendos distritos uninominales y 200 de representación proporcional en cinco circunscripciones plurinominales […] En este caso existe un tope máximo de diputaciones para el partido mayoritario, que teóricamente puede implicar que el sistema pierda su capacidad para hacer equivalentes las proporciones de votos y de curules de cada partido”.9 7  Giovanni Sartori, Partidos y sistemas de partidos, Alianza, Madrid, 1976, p. 40. 8  Dieter Nohlen, op. cit., p. 98. 9  Leonardo Valdés, op. cit., p. 21.

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Los sistemas mixtos como ya se dijo combinan elementos del sistema de mayoría simple y del sistema de representación proporcional en aras de aprovechar las ventajas de ambos. Por un lado, la gobernabilidad y por otro, la proporcionalidad, para generar un gobierno definido y asegurar la representación de diversas fuerzas políticas. En los países modernos existen diferentes tipos de sistemas mixtos, en los que puede predominar un sistema mayoritario o uno proporcional, dependiendo del diseño electoral que cada nación adopte. Por lo regular, los sistemas mixtos se basan en una estructura de mayoría simple en distritos uninominales, complementada por diputaciones adicionales distribuidas mediante un esquema de representación proporcional. En México, por ejemplo, predomina el sistema de mayoría sobre el de representación, pues de los 500 diputados que integran la Cámara Baja, 300 se eligen en distritos uninominales por el sistema de mayoría relativa y 200 mediante listas de representación proporcional, en las cuales se busca compensar la desproporción generada por el primer mecanismo, de manera que al final, 60 % de los diputados federales provienen del sistema mayoritario y 40 % de la representación proporcional. En el estado de Puebla hemos pasado de un modelo de partido hegemónico —que va desde la fundación del pri hasta finales de la década de los ochenta— al bipartidismo incipiente que arranca en las elecciones del 4 de julio de 2010, pasando por el modelo de partido dominante que podemos ubicar entre los comicios locales de 1989 y 2004 (véase cuadro 1, en líneas anteriores). Situándonos en el periodo que comprende este apartado, de 1980 a 2015, podemos afirmar que en la entidad el pri fue un partido hegemónico —según la clasificación sartoriana— hasta 1989, año en que a pesar de haber perdido 24 de 217 municipios obtuvo más de 70 % de los votos de esa elección. Nunca antes de ese año el pri había perdido tantos municipios. En los comicios de 1980 sólo fue derrotado en dos; en las polémicas elecciones de 1983, en seis, a pesar del escándalo nacional que se generó por las denuncias de fraude en la capital y en otros municipios; y en los comicios de 1986, únicamente en siete. Otro elemento para sostener que en el periodo que se analiza el pri era un partido hegemónico es el registro de candidatos a cargos de elección popular, sobre a todo en la esfera municipal. Mientras el partido tricolor logró cubrir 100 % de los 217 municipios de la entidad, la oposición en su conjunto sólo consiguió hacerlo en 43.31 % en 1980; en 38.24 % en 1983; y en 47.46 % en 1986.10 Fue hasta la elección de 1989 cuando la oposición en su totalidad registro planillas de regidores y síndico en 155 municipios, equivalentes a 71.43 % de los 217 municipios del estado de Puebla. Es decir, el pri fue sólo en 62 municipios; la cifra puede parecer alta, pero marca un avance de la oposición considerando que en las elecciones anteriores el pri no tuvo competencia real en 113 municipios.11 Pero el dato más relevante es que en ese proceso la oposición pudo ganar 24 ayuntamientos, entre ellos los de Tehuacán, San Martín Texmelucan, Cuauntinchan, Tepeyahualco,

10  Raymundo García García, Puebla, Elecciones, legalidad y conflictos municipales 1977-1995, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, 1998, pp. 84 y 125. 11  Ibid., p. 125.

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Altepexi, Coyomeapan, Zinacatepec, Chapulco, San Nicolás de los Ranchos, Tulcingo del Valle, San José Miahuatlán, Juan C. Bonilla.12 Víctor Reynoso dice que en el Congreso local el sistema de partidos en Puebla ha pasado de un sistema de partido único (hasta 1977), a un sistema hegemónico (de 1977 a 1995), a uno de partido predominante (1995-2010). Esta evolución, agrega el investigador, presenta semejanzas y diferencias con el sistema de partidos en la Cámara de Diputados federal (véase cuadro 1, en líneas anteriores). Ahí el sistema hegemónico inició mucho antes y terminó también antes que en Puebla (su fin puede señalarse en 1988) y dio lugar no a un sistema de partido predominante, sino a uno pluralista, a partir de 1997, después de un periodo de transición (1988-1997).13 Al revisar la composición de diputados del pri y la oposición en el Congreso local, el investigador advierte que Puebla fue uno de los últimos estados en los que el partido tricolor mantuvo mayoría calificada (dos terceras partes). La perdió en 2001, pues legalmente ya no podía tenerla, pero la recuperó hasta la LVII Legislatura electa en 2007, con una amplia mayoría absoluta y a sólo un voto de la mayoría calificada. En el referido proceso, el PRI en coalición con el pvem, ganó 25 diputados de mayoría y uno de representación proporcional, para dar un total de 26, que equivalen a 63 % de las curules. En la elección de 2010 el pri perdió por vez primera la mayoría en el Congreso del estado. De los 41 diputados que la integraron sólo 16 pertenecían al tricolor (12 de mayoría y cuatro plurinominales), que equivalían a 39.02 % de la representación parlamentaria. En cambio, la coalición Compromiso por Puebla compuesta por pan, prd, panal y Convergencia ganó 21 diputados (14 de mayoría y siete plurinominales), es decir, 51.2 % de las curules del Poder Legislativo. El Partido del Trabajo logró hacerse de dos diputaciones de representación proporcional, equivalentes a 4.8 % de las curules de la LVIII Legislatura local. De los 21 diputados de la coalición morenovallista sólo 12 eran panistas. Por esa razón puede afirmarse que hasta 2010 en el Congreso de Puebla prevalecía un sistema de partido predominante, pues los diputados priistas seguían siendo mayoría considerando el número de legisladores por cada fracción. En los comicios locales de 2013 la situación cambió en perjuicio del pri, pues sólo obtuvo ocho diputados (tres de mayoría y cinco de representación proporcional). El pan, en cambio, subió a 14 (13 de mayoría y uno plurinominal), por lo que se convirtió en la fracción mayoritaria. Los restantes 19 diputados quedaron distribuidos así: cuatro de Compromiso por Puebla (cpp), cuatro del Panal, cuatro del prd, dos de Movimiento Ciudadano (mc), dos del pvem y uno de Pacto Social de Integración (psi).

Tendencias y excepciones electorales Una constante en todas las elecciones para gobernador de Puebla comprendidas en el periodo que abarca este apartado es que la votación obtenida por el pri siempre fue a la baja. En 1980 alcanzó 82.5 %; en 1986, 77.2 %; en 1992, 66.2 %; en 1998, 54.1 %; en 2004, 49.6 %; y en 2010, 40.1 %.

12  Ibid., p. 163. 13  Víctor Reynoso, “Puebla 2010: ¿triunfo de la coalición o fracaso del continuismo?” en revista El Cotidiano número 165, enero-febrero 2011, p. 23.

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Por el contrario, los sufragios del pan en términos reales y absolutos siempre fueron a la alza. De 1980 a 2004 el partido blanquiazul pasó de 52,560 votos (8.6 %) a 642,519 (36 %). En 2010 el pan y sus aliados obtuvieron 1’111,318 votos. Para Víctor Reynoso esta pertinaz disminución del porcentaje de votos del pri, elección tras elección, es un factor de fondo y largo plazo que explica su derrota en los comicios del 2010.14

En la capital del estado el comportamiento electoral ha sido distinto. La votación del pri no siempre ha ido a la baja, y la del pan no siempre ha sido creciente. Lo que sí es claro es el marcado bipartidismo que existe desde 1971. En los comicios para presidente municipal de Puebla los únicos partidos que realmente contienden son el pri y el pan. La tercera fuerza política nunca ha obtenido más de siete puntos, con excepción de 1998, donde por primera y única vez el prd obtuvo más de 105 000 sufragios, equivalentes a 26.28 % de la votación efectiva. En las elecciones para gobernador de Puebla efectuadas en 1980, 1986, 1992, 1998, 2004 y 2010 el partido o alianza que obtiene el triunfo siempre ha ganado también la alcaldía de la capital del estado. Así ocurrió con los priistas Guillermo Jiménez Morales y Victoriano Álvarez García en 1980; con Mariano Piña Olaya y Guillermo Pacheco Pulido en 1986; con Manuel Bartlett Díaz y Rafael Cañedo Benítez en 1992; con Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres en 1998; con Mario Marín y Enrique Doger Guerrero, en 2004; y con los panistas Rafael Moreno Valle Rosas y Eduardo Rivera Pérez, en 2010. La alternancia partidista en el municipio de Puebla, que arrancó en 1995 con la victoria del panista Gabriel Hinojosa Rivero siempre ha ocurrido en comicios intermedios. Se dio en esas elecciones en las que fue derrotado el priista Germán Sierra Sánchez y en las de 2001 cuando el panista Luis Eduardo Paredes Moctezuma venció al melquiadista Carlos Alberto Julián y Nácer, sucediendo en el ayuntamiento capitalino a Mario Marín. En 2007 el candidato nominado por el PAN a la alcaldía de Puebla, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, hizo una campaña desastrosa que echó por la borda los más de 10 puntos que 14  Ibid., p. 19

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tenía de ventaja al arrancar el proceso para reemplazar al priista Enrique Doger Guerrero. En esa elección Blanca Alcalá Ruiz se convirtió en la primera mujer en gobernar la ciudad de Puebla. La tendencia en los comicios para gobernador y para presidente municipal de Puebla siempre ha sido bipartidista, con excepción de 1998, cuando un empresario carismático que había sido dueño del equipo Puebla y presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Emilio Maurer Espinosa, obtuvo más de 105 000 votos, que representaron 26.28% de la votación total. Al dividir el voto opositor, el candidato perredista Emilio Maurer facilitó la victoria de Mario Marín en la capital del estado. Otro fenómeno curioso extraído de las últimas sucesiones gubernamentales es que los priistas que en más de una ocasión han figurado como precandidatos de su partido a la gubernatura de Puebla, difícilmente logran su propósito. Alfredo Toxqui Fernández de Lara, Guillermo Jiménez Morales, Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett Díaz y Mario Marín Torres sólo en una ocasión fueron precandidatos a la gubernatura y lograron su anhelo. En cambio, ha habido otros aspirantes priistas que han buscado afanosamente dos, tres y hasta cuatro veces convertirse en gobernadores de Puebla sin conseguirlo, al menos como militantes del mismo partido político. El primero es Carlos Fabre del Rivero, secretario auxiliar de Luis Echeverría en su campaña presidencial y oficial mayor de la Secretaría de Industria y Comercio en el sexenio echeverrista, quien quiso ser gobernador, pero perdió la partida en 1974 con Alfredo Toxqui Fernández de Lara, y luego en 1980 con Guillermo Jiménez Morales. Marco Antonio Rojas, quien fue senador suplente de Blas Chumacero Sánchez y secretario de Finanzas con Alfredo Toxqui, así como diputado federal y presidente municipal de Puebla, aspiró a relevar al gobernador Alfredo Toxqui y luego al gobernador Mariano Piña Olaya. En la primera sucesión fue vencido por Guillermo Jiménez Morales y en la segunda por Manuel Bartlett Díaz. El ex presidente municipal de Puebla y ex diputado federal Miguel Quirós Pérez también buscó ser gobernador de la entidad. La primera vez al concluir el sexenio de Alfredo Toxqui y la segunda al término de la gestión de Mariano Piña Olaya. Otro precandidato que figuró hasta en cuatro procesos fue Guillermo Pacheco Pulido, sobre quien incluso se acuñó la frase: “No hay terna que valga sin Pacheco Pulido”. El nombre del popular ex diputado federal, ex alcalde de Puebla y ex presidente en dos ocasiones del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI se mencionó en las sucesiones de Alfredo Toxqui, Guillermo Jiménez, Mariano Piña y Manuel Bartlett Díaz (véase cuadro 3).

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Al grupo hay que agregar el nombre del extinto senador y diputado federal Ángel Aceves Saucedo, quien fue precandidato en las sucesiones de Guillermo Jiménez y Mariano Piña, y del dos veces senador Germán Sierra Sánchez. Al participar en las sucesiones de Mariano Piña, Manuel Bartlett y Melquiades Morales. El caso de Melquiades Morales se debe considerar con reserva, pues aunque su nombre llegó a mencionarse entre los aspirantes a sustituir a Guillermo Jiménez y Mariano Piña, en realidad la única vez que él realmente anduvo a la caza de la gubernatura fue al término del sexenio de Manuel Bartlett. Otro caso de excepción es el actual gobernador Rafael Moreno Valle, pues aunque en dos ocasiones fue precandidato a la gubernatura —la primera vez como priista y la segunda como miembro del pan— cuando logró su propósito ya no era militante del pri. Por la oposición los únicos candidatos a la gubernatura de Puebla cuyos nombres han aparecido dos veces en las boletas electorales —o en los procesos internos de su partido— sin lograr su intención de gobernar la entidad son Ricardo Villa Escalera, que fue candidato del pan en las sucesiones de Guillermo Jiménez y Mariano Piña, y abanderado del prd en el relevo de Manuel Bartlett; y Ana Teresa Aranda Orozco, quien fue candidata en la sucesión de Manuel Bartlett y precandidata por el mismo pan en la sucesión de Mario Marín.

Gobernadores: del centro a la descentralización del poder En el periodo que abarca este apartado el estado de Puebla ha sido gobernado por seis gobernadores con características y atributos muy diferentes, como su origen, grupo político y las circunstancias que rodearon su nombramiento o postulación. Los Ejecutivos estatales de esta etapa son producto de los usos y costumbres del sistema político mexicano pero también de los cambios y transformaciones de éste con el devenir de los años, y las reformas políticas y electorales que el país ha experimentado. Entre 1980 y 2016 a los gobernadores de Puebla los podemos clasificar en dos grupos: los que deben su designación al presidente de la República o a la dirigencia nacional del pri, en los años dorados de dominación o predominio de este partido en la arena política electoral; y aquellos que obtuvieron su nombramiento por su popularidad entre los grupos locales, o por el voto mayoritario de los ciudadanos de la entidad. Antes de que las elecciones de gobernador en los estados fueran competidas por dos o más partidos, el gran elector era el Presidente, también llamado el Primer Priista del país. Rogelio Hernández Rodríguez en su libro El centro dividido. La autonomía de los gobernadores, basado en testimonios de nueve ex gobernadores que desempeñaron sus cargos entre 1983 y 2006, sostiene que “no hay un solo testimonio que no reconozca que fue el presidente en turno quien decidió las candidaturas a los gobiernos estatales”.15 José López Portillo, en su libro autobiográfico Mis tiempos, confesó que en 1981 eligió a Alfredo del Mazo para ocupar la gubernatura del Estado de México a pesar de la abierta oposición de Carlos Hank, líder indiscutible del Grupo Atlacomulco, además de regente del Distrito Federal y para ese entonces amigo cercano del presidente, así como del gobernador saliente Jorge Jiménez Cantú. 15  Rogelio Hernández Rodríguez, El centro dividido. La autonomía de los gobernadores, El Colegio de Mexico, México, 2008, pp. 66 y 67.

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Diódoro Carrasco Altamirano y Manuel Bartlett Díaz son fieles testigos de ello en su condición de gobernadores y secretarios de Gobernación de dos distintos presidentes, Ernesto Zedillo Ponce de León y Miguel de la Madrid Hurtado. El oaxaqueño lo expresa en los siguientes términos: “Nadie llegaba a ser gobernador sin su visto bueno”. Al respecto, el ex gobernador poblano apunta: “El presidente, en rigor, tenía la última palabra sobre la sucesión y, por tanto, podía no usarla si el proceso era natural, es decir, si conflictos y con candidatos adecuados”.16 Sin embargo esta situación se modificó en la medida que se extendió el pluralismo, aumentó la competencia electoral y la Secretaría de Gobernación federal, encargada del control político, perdió funciones y facultades, y solamente conservó las tareas de intermediación con los estados, pero ya no las de intervención directa que imponía condiciones y correctivos. La política, en este terreno, pasó a ser cada vez más local y se hizo responsabilidad de los mandatarios, a partir del gobierno de Carlos Salinas de Gortari por las peculiares circunstancias de su elección en 1988, que obligaron al presidente a imponer una tolerante actitud con los partidos de oposición con el propósito de conseguir apoyo y legitimidad a su gobierno. Rogelio Hernández refiere que Carlos Salinas demandó a los gobernadores asumir esta misma actitud, pero que debido a la extrema competencia local y al poder que ellos habían adquirido, su gobierno tuvo frecuentes desencuentros que ocasionaron que el presidente tuviera que recurrir cada vez más a las remociones, no siempre para corregir excesos, como ocurría en el pasado, sino para eliminar opositores a su proyecto.17 En este contexto el rol de los gobernadores en el sistema político mexicano también cambió. Dejaron de ser los intermediarios entre el presidente y sus gobernados, de representar las necesidades y particularidades de los estados con el centro nacional, para convertirse en una especie de presidentes chiquitos en sus estados, pero que dependiendo de sus relaciones y capacidades para gestionar recursos y obra pública podrían crecer políticamente, proyectarse a nivel nacional y aspirar a la presidencia de la República. Eso pasó en la gestión del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, cuya debilidad política y desdén para intervenir en la solución de los problemas locales favoreció el empoderamiento de los gobernadores del pri y la oposición, al grado que varios de ellos, como el poblano Manuel Bartlett buscaran desde sus estados construir una plataforma para llegar a Los Pinos. A la par de esta situación los descalabros electorales sufridos por el pri en varios municipios y estados, la sana distancia que el presidente Ernesto Zedillo mantuvo con los cuadros y dirigentes del tricolor y el fortalecimiento del pan y el prd en la década de los noventa, los procesos de selección de gobernador entran en otra dinámica.18 Los candidatos a una gubernatura ya no los elige el presidente de la República, sino los grupos políticos de cada entidad, en función de su fortaleza e influencia, así como la popularidad y posicionamiento de sus candidatos frente a los votantes. El investigador Víctor Reynoso atribuye esta situación al agotamiento del sistema de partido hegemónico y a que la fuente que poder que emanaba de la Presidencia de la República también perdió fuerza.

16  Idem. 17  Ibid., p.148. 18  Ibid., p.193.

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El politólogo estadounidense Jeffrey Weldon sostiene que antes toda la clase política se subordinaba al pri y éste se subordinaba al presidente. En la cúspide del poder estaba el titular del Ejecutivo federal y el partido hegemónico, es decir el pri, dependía de él. El Presidente podía nombrar y destituir al dirigente del partido —tomando siempre en cuenta la correlación de fuerzas en la clase política y otras circunstancias del momento—, pero el partido no tenía autonomía frente a la principal institución del sistema político en ese entonces. Durante el predominio de este sistema en México, todo el que quería ser político tenía que ser priista. Las excepciones eran pocas y poco significativas. Con el fortalecimiento de la oposición, la alternancia política en varias capitales y algunos estados, la dispersión del poder y el advenimiento del sistema pluripartidista, la figura presidencial perdió fuerza y se vio obligada, en no pocos casos en aras de ganar legitimidad, a hacer concesiones a los partidos antagónicos y a reconocer triunfos de estos no siempre claros. Reynoso sostiene que la fórmula de Weldon perdió vigencia y fue reemplazada por otra que enuncia en los siguientes términos: “toda la clase política se subordina al sistema de partidos, y el sistema de partidos se subordina a los resultados electorales”.19 A diferencia de los años en que México vivió bajo un sistema de partido hegemónico, hoy el poder de los gobernadores, senadores, diputados o presidentes municipales de cualquier partido político, no depende de su relación con el jefe del Poder Ejecutivo federal, ni de su militancia partidista, sino de su potencial electoral. “Cualquier político [concluye Reynoso] que hoy tenga altas probabilidades de obtener un número importante de votos (lo cual es fácil de medir, mediante encuestas, y se hace cotidianamente, sobre todo en el momento de decidir candidatos) basa su poder en eso, y no en su relación con el Presidente en turno”. De los seis gobernadores de Puebla comprendidos en estas páginas, tres forman parte de la primera clasificación, la de los mandatarios enviados del centro o con el visto bueno del presidente de la República, según Rogelio Hernández, o de acuerdo con la fórmula de Jeffrey Weldon que pone a la institución presidencial por encima del partido hegemónico: Guillermo Jiménez Morales, Mariano Piña Olaya y Manuel Bartlett Díaz. Y los tres últimos ejecutivos estatales corresponden a la segunda clasificación, es decir a aquella en la que según Reynoso toda la clase política se subordina al sistema de partidos y éste a los resultados electorales, y en la que su ascenso al poder no dependió del Presidente de la República o del pri sino de su ascendencia sobre los grupos de poder locales o por haber vencido a sus contendientes en elecciones internas o constitucionales, como ocurrió con Melquiades Morales Flores, Mario Marín Torres y Rafael Moreno Valle Rosas.

19  Víctor Reynoso, Para entender el Partido Acción Nacional, Nostra Ediciones, México, 2009, p. 62.

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Guillermo Jiménez Morales (1981-1987). El ascenso de la derecha El significado de zoon politikón encaja perfectamente con Guillermo Jiménez Morales, quien encontró en el gobierno de Puebla una extraordinaria plataforma para proyectarse y convertirse en una figura nacional en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, como presidente de la Cámara de Diputados, y secretario de Pesca. Más tarde, en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, como embajador de México ante el Vaticano y subsecretario de Migración, Población y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. El oriundo de Huauchinango, que logró su nominación gracias al dirigente nacional del pri, Gustavo Carvajal Moreno, e indirectamente a los empresarios locales que vetaron al senador y ex rector de la uap, Horacio Labastida Muñoz, supuestamente por comunista; encontró un estado en paz luego de casi una década de conflictos y gobiernos fallidos como los de Antonio Nava Castillo, Rafael Moreno Valle y Gonzalo Bautista O’Farril. Alfredo Toxqui Fernández de Lara, su antecesor, cumplió su promesa de campaña de hacer un gobierno que cancelara odios y rencores, lo que facilitó el desempeño de Jiménez Morales al menos en la primera mitad de su sexenio. Los problemas vinieron con la nacionalización de la banca decretada por el presidente José López Portillo, ya que esa acción volvió a polarizar a los grupos de derecha e izquierda en Puebla, que encontraron cobijo en el pan y el pcm, y un canal de expresión contra los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, a quienes responsabilizaban de la crisis económica del país y la devaluación del peso, en las elecciones de noviembre 1983. Los empresarios —y algunas de sus organizaciones como Desarrollo Humano Integral, Acción Ciudadana (dhiac) y la Asociación Cívica Femenina— comenzaron el abordaje y la toma del pan llevando como candidato a la alcaldía poblana al ex presidente de la Cámara Textil de Puebla y Tlaxcala, Ricardo Villa Escalera, quien en los comicios de 1983 puso contra las cuerdas a su administración, al pri y a su abanderado a la presidencia municipal: Jorge Murad Macluf. Después de esas polémicas elecciones, en las que la sombra del fraude estuvo presente, Jiménez Morales tuvo que hacer concesiones a las cámaras y sindicatos patronales, y refugiarse en organizaciones de masas como Antorcha Campesina, a la que dio un fuerte impulso en su gestión. El rector de la uap, Alfonso Vélez Pliego, reclamó al gobierno estatal su inclinación empresarial y dijo que el reagrupamiento de la derecha estaba destinado a influir en la vida nacional, pues para ello se había designado a Alfredo Sandoval González como presidente de la Coparmex.20 Datos biográficos. Nació en Huauchinango, Puebla, el 2 de diciembre de 1933. Sus padres fueron Alberto Jiménez Valderrábano, agricultor, y Estela Morales Cruz. De 1951 a 1956 estudió la carrera de derecho en la UNAM, siendo alumno de José López Portillo. Se tituló con la tesis “La legislación electoral mexicana”. Antes de ser gobernador a la edad de 48 años fue agente del Ministerio Público en el Distrito Federal, subdirector administrativo y subdirector general de Obras del Departamento del Distrito Federal, y dos veces diputado federal en 1973 en la XLIX Legislatura, y en 1979 en la LI Legislatura. Como miembro del pri desde 1958 ocupó diversos cargos antes de venir a Puebla como candidato a gobernador. Fue delegado de la CNC en Tamaulipas, presidente estatal del pri en 1973 y delegado del 20  Alejandro C. Manjarrez, Puebla el rostro olvidado, Imagen Pública y Corporativa, Puebla, 1991, pp. 5-13

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IEPES en la campaña presidencial de José López Portillo en varios estados del sureste del país por recomendación de su medio hermano, Julio Rodolfo Moctezuma Cid, y delegado del CEN del pri de 1979 a 1980 a instancias de Gustavo Carvajal Moreno. Grupo político. Dos actores fueron fundamentales para que Guillermo Jiménez fuera seleccionado candidato del pri. El más importante fue el dirigente nacional de este partido, Gustavo Carvajal Moreno, quien lo apoyó para ser diputado federal y secretario de Organización de la CNOP y quien lo acercó con el presidente López Portillo. Y, del mismo modo, lo relacionó con el secretario de Gobernación de entonces, Enrique Olivares Santana. El otro actor fue su medio hermano, Julio Rodolfo Moctezuma, quien fue secretario de Hacienda de López Portillo y coordinador de Proyectos Especiales de la Presidencia. En la contienda interna por la nominación priista hubo otros aspirantes como Marco Antonio Rojas Flores, quien fungía como tesorero del estado, y quien se decía era el favorito del gobernador saliente Alfredo Toxqui Fernández de Lara; el intelectual Horacio Labastida Muñoz, quien era senador de la República y había sido rector de la uap, por lo que los empresarios de entonces lo rechazaban; y el presidente municipal de Puebla, Miguel Quirós Pérez, quien era apoyado por el General Miguel Ángel Godínez Bravo, jefe del Estado Mayor Presidencial de López Portillo. Gabinete. Jiménez Morales integró su gabinete con políticos, técnicos y académicos que fueron bien recibidos por la clase política y empresarial de la entidad. En la Secretaría de Gobernación nombró a Carlos Palafox Vázquez, quien posteriormente fue sustituido por Amado Camarillo Sánchez y éste por Raúl Castillo Ramírez, aunque en calidad de encargado de despacho; en la Secretaría Particular a Efraín Trujeque Martínez; en la Secretaría de Finanzas a Jorge Murad Macluf; en la Secretaría de Educación y Bienestar Social a Marco Antonio Rojas Flores; en la Secretaría de Economía (de nueva creación) a Raúl Victoria Iragorri; en la Secretaría de Programación y Presupuesto a Gaspar Chávez, quien tres años más tarde fue sustituido por Miguel Sabino Armas; en la Secretaría de Salud a Darío Maldonado Casiano; en la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas a Rubén Sánchez Galindo; en la Secretaría de Fomento Agropecuario a Rolando Carlos Fernández Trujillo; en la Secretaría de Cultura, de nueva creación, a Pedro Ángel Palou Pérez; en la Procuraduría General de Justicia a Antonio Sáenz de Miera, quien fue sustituido por Miguel Ángel Garita Alonso; en la Oficialía Mayor a Rodolfo Hidalgo Rojas; en Contraloría, también de nueva creación, a Francisco Adame Díaz; en la Vocalía Ejecutiva de la Comisión de Apoyo a los Municipios, Fracisco López Hoyo; en la Dirección de Difusión y Relaciones Públicas a Mauro González Rivera; en la Dirección de Desarrollo Turístico a Sergio Reguero Placeres; en la Dirección General de Tránsito a Raúl Velasco de Santiago; en la Dirección General del issstep a Raúl Patiño Blanco; en la Dirección del Instituto Cultural Poblano a Enrique Martínez Márquez; en la Dirección del Sistema de Transporte Urbano a Antonio Zafra Millán; en la Dirección de la Policía a Marcos Moreno Sánchez, quien después fue reemplazado por José Ventura Rodríguez Verdín; y en la Dirección de Seguridad Pública a Felipe Flores Narro. Mariano Piña Olaya, quien lo sucedería en el cargo, fue nombrado representante del gobierno de Puebla en el Distrito Federal. Principales obras y acciones. La construcción de aeropuerto Hermanos Serdán, el Parque Ecológico Revolución Mexicana, el Parque Ecológico Flor del Bosque, el Parque Industrial Quetzalcóatl, el Parque Puebla 2000 y el Parque Industrial de Texmelucan, la Central de Abasto, y la Central de Autobuses de Puebla (capu). Concluyó los edificios que albergaron Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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la Secretaría de Finanzas y la sede de la Procuraduría General de Justicia. Amplió el estadio Cuauhtémoc; habilitó la ex penitenciaría como sede del Instituto Cultural Poblano y creó el Colegio de Bachilleres. Además construyó la Prolongación de la Diagonal Defensores de la República, el Bulevar Héroes de Nacozari, el Circuito Interior y la Prolongación de la Avenida 31 Oriente. Remodeló el Atrio de Santo Domingo, adoquinó algunas calles del Centro Histórico y rescató la Casa del Dean, obras que contribuyeron a que la unesco declarara el Centro Histórico de Puebla como Patrimonio Cultural de la Humanidad. En materia carretera, la gestión de Jiménez Morales construyó los tramos Apapantilla-Pantepec, Coyula-Tulcingo-Cohuecan, Xalmimilulco-Huejotzingo, Tetelilla-Huehuetla, Tlapa-Huamuxtitlán-Tecomatlán, y el tramo Zacatepec-Perote de la carretera Puebla-Veracruz. Al final de su sexenio repartió 64 notarías, varias de ellas a funcionarios y familiares de su gobierno como Carlos Palafox, Amado Camarillo, Ricardo Vaquier Melo, Fernando García Rosas; Antonio Zafra Millán, René Lazcano y Raúl Pacheco Pulido —hermano de Guillermo Pacheco Pulido.

Mariano Piña Olaya (1987-1993). Desarraigo y frivolidad A diferencia de la tranquilidad con que recibió el estado, Guillermo Jiménez Morales dejó a su sucesor varios problemas y conflictos, el más importante fue con los comerciantes del Centro Histórico de Puebla y los ambulantes agrupados en la Unión 28 de Octubre que se negaban a ocupar los mercados de apoyo construidos al final de la gestión jimenista, debido a que estaban inconclusos. Su inconformidad derivó en constantes marchas y cierres de calles, entre ellas la Avenida Reforma que llegó a ser conocida como la avenida borracha, pues siempre estaba tomada. El estilo vacuo de Piña Olaya y su desarraigo de Puebla tampoco facilitaron las cosas al Ejecutivo estatal, quien desde la precampaña tuvo algunos desencuentros con los dirigentes de la iniciativa privada, a quienes sorprendió por el desparpajo con que les contó cómo se hizo de su primer millón de pesos, poniéndose de acuerdo con un juez en un pleito laboral donde él representaba a un empresario sonorense.21 Su campaña resultó polémica en varios sentidos, por sus ocurrencias y comentarios a veces racistas y discriminatorios hacia los campesinos, a quienes pedía usar agua y jabón o arengaba con frases como “soy prieto igual que ustedes”. O porque a pesar de haber prometido gobernar sin caciques, terminó entregándoles el gobierno y el control político de algunos municipios y regiones. A Eleazar Camarillo, que heredó el cacicazgo de Antonio J. Hernández, lo hizo líder natural en el distrito de Atlixco; al ex líder cenecista Amador Hernández Barbosa, en Tehuacán; a los Jiménez y los Blanca, en Cholula; a los Esquitín y Fosado, en Xicotepec; y a los hermanos Morales Flores, en Ciudad Serdán. Alberto Jiménez Morales, hermano mayor del ex gobernador Guillermo de los mismos apellidos, fue la figura caciquil más representativa de su gobierno, pues como jefe de asesores se convirtió en el poder tras el trono de la administración piñaolayista. La influencia del jefe del llamado Huachi Power sobre diversas áreas y dependencias del Ejecutivo y los poderes Legislativo y Judicial era tan evidente que Roberto Rock, columnista de El Universal, llegó a escribir: “domina en tal forma la escena política poblana que según una divisa común en los 21  Ibid., pp. 297 y 298.

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pasillos de palacio de gobierno de la Angelópolis, a estas alturas lo único que don Alberto le permite manejar a Piña Olaya es [...] su automóvil”. El amigo de Miguel de la Madrid no fue un gobernador que tuviera la simpatía del presidente Carlos Salinas, pero éste no lo quitó, a diferencia de otros 12 mandatarios,22 gracias a los buenos resultados que siempre entregó al pri, principalmente en la controversial elección presidencial de 1988, en la que Puebla fue uno de los estados que más votos aportó a Salinas de Gortari. Un compromiso que sí cumplió el oriundo de Champusco fue la construcción de la autopista Puebla-Atlixco, obra que con el tiempo detonó el desarrollo de esa importante región en la que hoy se asientan los fraccionamientos, centros comerciales, oficinas corporativas y universidades más importantes del estado. Datos biográficos. Nació en Champusco, Puebla, el 29 de marzo de 1933. Sus padres fueron Mariano Piña García y Julia Olaya Hernández, ambos maestros normalistas. De 1952 a 1956 estudio la carrera de Derecho en la unam, siendo compañero de generación de Miguel de la Madrid Hurtado. Se tituló con la tesis “La Condena Condicional”. Antes de ser gobernador a la edad de 54 años fue secretario particular de Donato Miranda Fonseca, secretario de la Presidencia de la República en el gobierno de Adolfo López Mateos, presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal, gerente general administrativo de la Comisión Federal de Electricidad y director administrativo de Aeroméxico, representante del gobierno de Puebla en el Distrito Federal y diputado federal de la LII Legislatura en 1982, en la que ocupó el cargo de presidente de la Gran Comisión y por ende fue quien colocó la Banda Presidencial a Miguel de la Madrid. Se afilió al pri en 1959 siendo miembro de la Federación Estudiantil Universitaria, pero nunca tuvo cargos directivos en este instituto político. Dentro del poder judicial se desempeñó como secretario de Acuerdos y juez menor del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. Grupo político. A Piña Olaya no se le conoció grupo político antes de ser candidato, por lo que se presume que su designación obedeció a una decisión unipersonal de su amigo, el presidente de Miguel de la Madrid y que fue operada por el secretario de Gobernación de éste, Manuel Bartlett Díaz, quien a la postre se convertiría en su sucesor. En la puja por la nominación hubo otros aspirantes, entre ellos los senadores Alfonso Zegbe Sanen y Ángel Aceves Saucedo, el presidente municipal de la capital Jorge Murad Macluf, quien falleció por esos días en un trágico accidente vial, y el diputado federal Guillermo Pacheco Pulido. El gobernador saliente Guillermo Jiménez Morales mostraba simpatía por quien había sido su coordinador de campaña, secretario de Finanzas y alcalde en la capital, Jorge Murad. Gabinete. Aunque Piña Olaya tenía poco conocimiento de Puebla, pues tenía años de no vivir en la entidad, nombró a políticos locales conocidos en las principales áreas de la administración pública estatal. Sin embargo el hombre fuerte de su gobierno fue su jefe de asesores, Alberto Jiménez Morales, hermano mayor del ex gobernador Guillermo Jiménez Morales. Este no sólo controlaba el Poder Ejecutivo, sino el Congreso del estado y el Poder Judicial. Su influencia era tal que otros parientes suyos eran parte de la administración estatal como su hijo Alberto Jiménez Arroyo, y su cuñado Arnulfo Giorgana Fernández. El gabinete piñaolayista lo integraron Marco Antonio Rojas Flores como secretario de Gobernación, y quien más tarde fue sustituido por Héctor Jiménez y Meneses; Marcos Rodríguez del Castillo, secretario particular, a quien lo sucedió Adalberto Aguilar González; Salvador López 22  Rogelio Hernández Rodríguez, op. cit., pp. 89 y 90.

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Robles, secretario de Finanzas, quien fue reemplazado por Alejandro Lelo de Larrea Zapata; Jesús Morales Flores, secretario de Educación Pública; Miguel Quirós Pérez, secretario de Programación y Presupuesto; Guillermo Sólomon Santibáñez, secretario de Salud; Carlos Armando Garcés Cózar, secretario de la Contraloría, quien fue sustituido por Jorge Arroyo García y más tarde por Adela Cerezo Bautista; Mauricio Romano del Valle, secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, quien fue reemplazado por Miguel Quirós Pérez y éste a su vez por Omar Álvarez Arronte; Adolfo Cázares Rosas, secretario de Economía, a quien le sucedió Salvador Cué Silva; Marco Antonio Hidalgo Mendoza, secretario de Fomento Agropecuario; Omar Álvarez Arronte, secretario de Desarrollo Urbano y Ecología; Alfonso Neri Ávila, oficial mayor; Humberto Gutiérrez Manzano, procurador general de Justicia, quien fue reemplazado por Eduardo Peruyero Arredondo y éste a su vez por Ramón López Rubí y por Humberto Fernández de Lara Ruiz, quien terminó el sexenio; José Ventura Rodríguez Verdín, director de Seguridad Pública; René Meza Cabrera, director de Tránsito; Samuel Jaliffe Hernández, director de Asuntos Jurídicos; Alberto Jiménez Arroyo, director de Comunicación Social, quien fue reemplazado por Baraquiel Alatriste; Arnulfo Giorgana Fernández, director del issstep; y Jaime Alcántara Silva, director de la Promotora de Puebla. Principales obras y acciones. Expropió por causa de utilidad pública la gotera de la ciudad de Puebla, con el objeto de construir lo que hoy es el Anillo Periférico. Amplió la red carretera estatal de 1409 kilómetros a 2033 kilómetros, con lo que el número de carreteras pasó de 112 a 172, entre las que destacan la Vía Atlixcáyotl, la Intermixteca que enlazó a Izúcar de Matamoros con Tehuacán, la ampliación a tres carriles de la carretera federal Atlixco-Matamoros, la carretera que conecta al aeropuerto Hermanos Serdán con la autopista México-Puebla y el tramo de cuatro carriles de la autopista México-Orizaba que va de Acatzingo a Esperanza. Construyó el proyecto hidráulico Moctezuma, Libres-Oriental, que resolvió parcialmente el problema de escasez de agua en la capital. En materia de salud construyó 36 centros de salud y 85 unidades médicas rurales y el Hospital para el Niño Poblano. En su sexenio se aprobaron el Código Fiscal del estado y la Ley de Hacienda, la Ley Orgánica de la Contaduría Mayor de Hacienda, la Orgánica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; la Orgánica de la Administración Pública Estatal; la Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente; la Ley de Agua y Saneamiento y la Ley de Instituciones de Asistencia Privada, y creó la Agencia Especializada en Delitos Sexuales al interior de la Procuraduría General de Justicia.

Manuel Bartlett Díaz (1993-1999). Beneficiario y crítico del centralismo presidencial El dos veces precandidato presidencial no sólo fue el último de los gobernadores de Puebla designados desde el centro, sino el primero en desafiar abiertamente al poder central en lo político, lo legal y lo fiscal en el ocaso del priato, del cual formó parte como uno de sus máximos exponentes. Bartlett, que nació en una casa de los portales del zócalo cuando su padre —que también fue gobernador de Tabasco, cargo del cual fue removido— trabajó en Puebla como juez federal, tuvo dos momentos en su sexenio marcados por los comicios locales intermedios de 1995, en los que el pan ganó por primera vez la presidencia municipal de la capital del estado.

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En la primera mitad de su sexenio se planteó como estrategia convertir a la capital en la palanca y motor del desarrollo del estado a través del Programa Angelópolis, contratado a la consultora McKinsey & Company, Inc., por el cual se planteaba el rescate del Paseo del Río de San Francisco con un lago artificial tipo el River Walk de San Antonio, Texas, un centro de convenciones, plazas comerciales, hoteles y restaurantes de gran turismo, un centro cultural y estacionamientos; así como el rescate del Lago de Valsequillo y el saneamiento del Río Atoyac; la construcción de plantas de tratamiento y la modernización del sistema de transporte público de pasajeros. Su esquema se modificó en la segunda mitad de su administración cuando el pan ganó no sólo la ciudad de Puebla y los municipios más poblados y urbanizados de la entidad, sino cuando Manuel Bartlett vislumbró la posibilidad de hacerse de la nominación del pri a la presidencia de la República, con el apoyo del llamado club o sindicato de gobernadores que él encabezaba.23 Se confrontó entonces con la Federación promulgando la Ley para el Federalismo Hacendario, poniendo el centro del debate nacional aspectos como la soberanía de los estados y la equidad en la distribución y manejo de los recursos públicos, a partir no sólo de criterios poblacionales sino de marginación y pobreza; situación que lo llevó a enfrentarse con el pan que interpretó esa legislación como una medida para quitarle recursos a los ayuntamientos panistas para destinarlos a otras regiones y municipios de la entidad. También entró en conflicto con los dirigentes del sector empresarial que le hicieron una manifestación a las puertas de Palacio de Gobierno luego que los diputados federales aprobaron, tras el error de diciembre de 1994 y la crisis económica del primer año de Ernesto Zedillo, subir el Impuesto al Valor Agregado del 10 al 15 por ciento. Por el enfrentamiento algunos organismos a cargo de la Iniciativa Privada como la Junta de Mejoramiento y el Comité de la Feria desaparecieron o se transformaron y sus dirigentes fueron auditados y puestos en el banquillo de los acusados por denuncias de malos manejos y desvío de recursos.24 El aspecto quizá más polémico de la gestión de Manuel Bartlett fue su llamado Gabinete Alterno, el cual se encargaba de operar —en paralelo al gabinete formal—las principales acciones y estrategias de su gobierno sin ninguna responsabilidad legal. Este equipo estaba integrado por algunos de sus ex colaboradores en las secretarías de Gobernación y Educación, así como por algunos despachos especializados, propiedad de algunos de ellos o amigos suyos, a saber: Jesús Hernández Torres, Oscar de Lassé Avellaña, Guillermo Heitler Aroeste, José María Morfín Patraca, Salvador Rocha Díaz, Fernando Pérez Correa, Mauro Uzcanga Villalobos, Roberto Chaparro Sánchez, Luis G. Benavides Ilizaliturri, Miguel González Silva, Eduardo Barclay Arce y Salvador López López.25 Hacia el final de su sexenio, cuando ya estaba en plena campaña por la nominación del pri a la presidencia de la República, Bartlett resolvió que su sucesión en Puebla se llevaría a 23  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Manuel Bartlett Díaz es más popular fuera de Puebla que entre los poblanos [En línea], disponible en <http://anuario.e-consulta.com/index.php/1998/item/manuel-bartlett-diaz-esmas-popular-fuera-de-puebla-que-entre-los-poblanos> [Publicada el 7 septiembre 1998, originalmente en El Universal Puebla, Tlaxcala] 24  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Reunión de MMF antes de la toma de posesión [En línea], disponible en: <http://anuario.e-consulta.com/index.php/1998/item/reunion-de-mmf-antes-de-la-toma-deposesion?category_id=102> [Publicada el 8 junio 1998, originalmente en El Universal Puebla, Tlaxcala] 25  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Congruencia entre el decir y el hacer [En línea], disponible en: <http://anuario.econsulta.com/index.php/1998/item/congruencia-entre-el-decir-y-el-hacer2> [Publicada el 2 febrero 1998, originalmente en El Universal Puebla, Tlaxcala]

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cabo mediante una consulta pública y abierta a la militancia, en el cual resultó vencedor no su favorito, José Luis Flores que había sido su secretario de Finanzas, sino el más popular de los priista locales, Melquiades Morales Flores, quien a la postre daría al traste con varias de las acciones y objetivos en materia de áreas verdes, reordenamiento urbano y habitacional del Programa Angelópolis. Datos biográficos. Nació en la ciudad de Puebla el 23 de febrero de 1936. Es hijo de Manuel Bartlett Bautista, quien fue gobernador de Tabasco y ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de Isabel Díaz Castilla, sobrina del escritor y poeta Salvador Díaz Mirón. Se tituló con mención honorífica como abogado en la unam en 1959, y de ahí partió a Francia, donde estudió un posgrado en la facultad de derecho de la Universidad de París, y otros estudios en la Escuela de Derecho Internacional Comparado de Estrasburgo, Francia. Regresó a México e hizo un doctorado en Ciencias Políticas de la unam. De 1968 a 1969 fue becario del Consejo Británico, lo que le permitió hacer otro doctorado en Administración Pública, en la Universidad de Victoria, de Manchester, Inglaterra. De 1962 a 1966 fue profesor de Teoría General del Estado y de Historia de las Ideas Políticas en la facultad de Derecho de la unam, y de derecho Mercantil en la escuela de Administración de Empresas de la misma institución. Antes de ser gobernador a la edad de 57 años Manuel Bartlett ocupó varios cargos en la administración pública federal. Fue asesor del director general de Crédito de la Secretaría de Hacienda; subdirector de Gobierno de la Secretaría de Gobernación; secretario auxiliar del secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia; de 1970 a 1976 fue secretario de la Comisión Federal Electoral y director general de Gobierno de la Secretaría de Gobernación. De 1976 a 1979 secretario del Consejo de Administración del Banco Nacional de Fomento Cooperativo y director en jefe de Asuntos Políticos Bilaterales, de la Secretaría de Relaciones Exteriores a cargo de Santiago Roel; de 1979 a 1981, asesor del secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado; y de 1982 a 1988 secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral. En el gobierno de Salinas de Gortari fue secretario de Educación Pública de 1988 a 1992; y de 1992 a 1993 coordinador de la Comisión de Evaluación de Proyectos de Desarrollo de la Zona Centro, dependiente de la Presidencia de la República. Su trayectoria en el pri, al que ingresó en 1963, es también larga. Fue secretario auxiliar del líder de la cnc, Javier Rojo Gómez; secretario auxiliar de Carlos A. Madrazo, como presidente del cen del pri; director general del periódico La República, órgano oficial del partido tricolor; secretario auxiliar de Lauro Ortega, como presidente del cen; coordinador general de campaña de Miguel de la Madrid y precandidato del pri a la presidencia de la República en 1987. Grupo político. Como ha quedado de manifiesto en la trayectoria política y curricular de Manuel Bartlett sus relaciones y nexos con las altas esferas de poder eran vastas y abarcaban a políticos de varias generaciones como Carlos Madrazo, Javier Rojo, Lauro Ortega, Santiago Roel García, Mario Moya Palencia, Miguel de la Madrid Hurtado y Humberto Lugo Verduzco, por mencionar solo algunos. Sin embargo a nivel estatal eran pocos pero muy significativos sus contactos, empezando por el gobernador Mariano Piña Olaya y el delegado nombrado por el cen del pri, Jaime Aguilar Álvarez Mazarrasa, quien en la práctica se convirtió en su avanzada electoral. Más que pertenecer a un grupo político, Bartlett era en realidad el jefe de uno en el que participaban varios de los que fueron subordinados o asesores suyos en las secretarías de Gobernación y de Educación Pública, como Fernando Elías Calles, Jesús Hernández Torres, Salvador Rocha Díaz, Eduardo Barclay Arce, Guillermo Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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Heitler Aroeste, Óscar de Lassé Avellana y Luis G. Benavides Ilizaliturri, entre otros, quienes después conformarían lo que se denominó el Gabinete Alterno. En la sucesión gubernamental de Piña Olaya aparte de Manuel Bartlett hubo otros aspirantes, entre ellos el presidente municipal de Puebla, Marco Antonio Rojas Flores, quien ya había querido ser gobernador anteriormente; el diputado federal y presidente de la Comisión de Hacienda, Ángel Aceves Saucedo. Gabinete. Como ya se mencionó, el equipo de colaboradores de Bartlett fue polémico, pues por un lado se decía que estaba el gabinete formal, y por otro el alterno que era en realidad quien marcaba las pautas y directrices de la administración estatal. En el gabinete legal se designó en la Secretaría de Gobernación a Carlos Palafox Vázquez, quien después sería sustituido por Mario Marín Torres, quien a su vez sería reemplazado por Carlos Meza Viveros y a éste por Juan Aureliano Guzmán Mitre; en la Secretaría de Finanzas a José Luis Flores Hernández, a quien le sucedería Luis Antonio Godina Herrera y Blanca Alcalá Ruiz; en la Secretaría de Educación Pública a José Fabián Sandoval Carranza, quien fue relevado por Juan Antonio Badillo Torre; en la Secretaría de Comunicaciones a Sergio Martínez Taboada; en la Secretaría de Desarrollo Económico a Mario Riestra Venegas; en la Secretaría de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública a Jorge Estefan Chidiac, quien fue reemplazado por Rubén Cuevas Blancarte; en la Secretaría de Salud a Eduardo Vázquez Valdés; en la Secretaría de Turismo a José Brito Zaragoza; en la Secretaría de Fomento Agropecuario, que después se convirtió en Secretaría de Desarrollo Rural, a Manuel R. Villa Issa; en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología a Martha Gamboa Cerdán, quien fue sustituida por Eduardo Macip Zúñiga y éste, más tarde, por Cástulo Ramírez Gómez Haro; en la Secretaría de Cultura a Héctor Azar Barbar; en la Procuraduría General de Justicia a Carlos Alberto Julián y Nacer, quien después fue sustituido por Juan Aureliano Guzmán Mitre; en la Procuraduría del Ciudadano a Jorge Lerín Valenzuela; en la Dirección de Comunicación Social, Raúl Torres Salmerón; en la Dirección General de Asuntos Jurídicos a Samuel Jaliffe Hernández, quien sería reemplazado por Carlos Meza Viveros; y en la Dirección General del dif a Pierre Gilly Díaz. La representación del gobierno de Puebla en el Distrito Federal estuvo a cargo de Jesús Hernández Torres, quien fue sustituido por Rogelio Castañeda Espinosa de los Monteros. Principales obras y acciones. Construyó los primeros 20 kilómetros del Anillo Periférico Ecológico; aumentó en 11.3 % el padrón de contribuyentes, con la creación de cuatro nuevos impuestos; construyó con la ayuda de la Fundación Jenkins el Centro de Convenciones, además rescató el Estanque de los Pescaditos, la ex fábrica La Violeta sede del Museo de Arte Contemporáneo, restauró el Museo de Arte Virreinal y los barrios de Los Sapos, Xanenetla, y el Puente donde se fundó la ciudad de Puebla, con lo que se elevó la ocupación hotelera de 42.8 a 67 %. Construyó los tramos norte y sur del Acuaférico que permitieron aumentar en 65 % el caudal de agua, amplió en 90 kilómetros la red de drenaje y colectores y construyó siete plantas de tratamiento en Puebla, Huejotzingo y San Martín Texmelucan y creó la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Puebla. En su sexenio la red carretera se amplió en 22 %, con la construcción de la mitad de la Autopista Interoceánica que une a Acapulco con Veracruz. Modernizó el Registro Público de la Propiedad y el Catastro. Puso en marcha el Programa Regional Angelópolis que tuvo una inversión de 4 438 millones de pesos, que detonó el desarrollo de la zona metropolitana. Elevó 25 % la matrícula de educación media y superior con respecto a 1993 con la creación de institutos tecnológicos en Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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Teziutlán, Zacapoaxtla, Zacatlán, Tepexi de Rodríguez, Acatlán, Atlixco, y de las universidades tecnológicas de Puebla, Tecamachalco, Izúcar de Matamoros y Huejotzingo.

Melquiades Morales Flores (1999-2005). Popular pero poco eficiente Melquiades fue un gobernador popular y apreciado por amplios sectores de la población no tanto por sus obras y acciones, sino por su trato amable, al menos en público. “Quiero quedarme a vivir en Puebla, caminar sus calles y que los poblanos puedan saludarme como al doctor Toxqui”, solía decir el oriundo de Santa Catarina Los Reyes, al recordar al gobernador que lo impulsó como secretario general de la Confederación Nacional Campesina en el estado y diputado federal por primera vez en la LI Legislatura. Su administración fue más bien de claroscuros, en el que el mayor de sus aciertos fue haber apaciguado la polarización e intolerancia que dejó su antecesor al final de su mandato. A pesar de la alta competitividad electoral que se dio en su sexenio, después del triunfo del pan en las elecciones presidenciales del 2000, Melquiades logró llevar la fiesta en paz con los distintos partidos, sectores sociales y actores políticos. En su discurso de toma de posesión Melquiades Morales prometió que su gobierno no sería refugio de simuladores o indolentes: “soy tan enemigo de la corrupción como de la impunidad”. Sin embargo estas divisas fueron la constante a lo largo de su gestión por las donaciones a título gratuito de predios de la reserva Atlixcáyotl a favor del Tec de Monterrey, del Consejo Coordinador Empresarial o del industrial Carlos Peralta Quintero; la opacidad en la asignación de contratos para la construcción del penal de Tepexi de Rodríguez, el puente y el edificio de Ciudad Judicial, el bulevar Forjadores y la carretera de cuota Puebla-Teziutlán; la concesión del aeropuerto Hermanos Serdán al empresario Ricardo Henaine Mezher; y el tráfico de influencias en diferentes instancias de la administración pública a favor de familiares, socios y prestanombres de funcionarios o políticos.26 El programa carretero Gran Visión por el que se construyeron 174 kilómetros de autopistas fue el mayor logro del melquiadismo. Entre sus fracasos podrían citarse la falta de continuidad de las obras del Programa Angelópolis; la cancelación del proyecto industrial impulsado por Hunday para el ensamble y fabricación de autobuses de transporte en el municipio de Esperanza; la cancelación del proyecto de la empresa Warnaco para maquilar lencería y corsetería finas en naves industriales construidas con recursos del gobierno del estado en Huejotzingo; el retraso de las obras de la Ciudad Textil en terrenos aledaños al aeropuerto Hermanos Serdán, que el gobierno melquiadista malbarató a favor de industriales del ramo; y la suspensión del proyecto carretero Millenium, que vendría a impulsar el desarrollo agrícola, comercial e industrial de la región comprendida entre la capital del estado y el municipio de Tepeaca.27 Otros temas recurrentes en la gestión del gobernador número 91 de Puebla fueron los escándalos derivados por sobreprecios o encarecimiento de obras, nóminas abultadas en la Secretaría de Educación y la Secretaría de Finanzas, y un déficit financiero de más de 1900 26  Federico Bautista, Cuentas pendientes [En línea], disponible en: <http://anuario.e-consulta.com/index. php/2004el/item/federico-bautista-cuentas-pendientes?category_id=96> [Publicada el 14 abril 2004] 27  Rodolfo Ruiz Rodríguez, MMF, cuatro años de claroscuros [En línea], disponible en: <http://anuario.econsulta.com/index.php/2003el/item/mmf-cuatro-anos-de-claroscuros?category_id=97> [Publicada el 13 enero 2013]

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millones de pesos, que llevaron a Melquiades a contratar la asesoría de Pedro Aspe y a poner a la venta diversos inmuebles propiedad del estado.28 La nómina de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social creció 37.7 % de 1999 a diciembre de 2002, al pasar de 1956 a 2624 plazas. El gasto corriente también se disparó de 1999 a 2002 en 56.4 % en términos nominales y en 30 % en términos reales, al pasar de13 250 millones a 20 722 millones de pesos. El pago a la burocracia pasó en los tres primeros años de la gestión melquiadista de 6244 millones a 9505 millones de pesos; es decir, creció 52.2 % en términos nominales, y 26.5 % en términos reales.29 En 1998 el Producto Interno Bruto del estado venía creciendo a una tasa anual de 7.7 %, pero en el 2004 no sólo no hubo crecimiento, sino que ésta fue negativa en -1.0 %. En contraste, la esperanza de vida de los poblanos se elevó de 73.08 a 74.66 años, al igual que el promedio de escolaridad que de 7.3 a 7.9 años; la cobertura en educación básica pasó de 97.6 % a 99.5 %, y en secundaria de 70.3 % a 91.1 %. En infraestructura carretera, la gestión melquiadista logró construir 1160 kilómetros adicionales a los 9116 que existían en 1999, lo que significa un notable incremento del 17.7 %. Sin embargo, el costo por kilómetro se elevó sustancialmente entre una administración y otra. La autopista Puebla-Teziutlán, por ejemplo, se licitó en 700 millones de pesos y terminó costando 1800 millones.30 Datos biográficos. Nació en Santa Catarina Los Reyes, municipio de Esperanza, Puebla, el 22 de junio de 1942. Sus padres fueron Melquiades Morales Montero y Raquel Flores de Morales. Cursó de 1961 a 1965 la carrera de abogado, notario y actuario en la Universidad Autónoma de Puebla y se tituló con la tesis “Derechos civiles de los extranjeros”. Antes de asumir la gubernatura a la edad de 57 años tuvo una larga trayectoria como universitario y en cargos partidistas y de elección popular. En 1963 fue consejero técnico de la escuela de Derecho y ese mismo año presidente de la Sociedad de Alumnos de la escuela de Derecho, en 1964 fue presidente interino de la Federación Estudiantil Universitaria (1964). De 1965 a 1971 fue profesor de la escuela preparatoria de la propia Universidad. En la administración pública se desempeñó como defensor de oficio, secretario auxiliar del gobernador Rafael Moreno Valle, secretario general del ayuntamiento de Puebla en la gestión del alcalde Jorge Murad Macluf, y secretario de Gobernación en la administración del gobernador Guillermo Jiménez Morales. En 1966 se afilia al pri, tres años después se convierte en diputado local suplente, en 1971 es nombrado secretario de Organización de la cnc en Puebla y un año después con el apoyo del gobernador Moreno Valle es electo diputado local y secretario de Acción Política del cde del pri. En 1977 es designado delegado especial de la cnc, y en 1978 con el impulso del gobernador Alfredo Toxqui Fernández de Lara se convierte en secretario general de la cnc en el estado y diputado federal en la LI Legislatura del Congreso de la Unión. De 1980 a 1983 funge como secretario de Fomento Industrial Rural del cen de la cnc, y entre 1986 y 1988 vuelve a ser diputado federal en la LIII Legislatura. A la par se 28  Rodolfo Ruiz Rodríguez, No le salen a Melquiades las cuentas [En línea], disponible en: <http://anuario.econsulta.com/index.php/2003el/item/no-le-salen-a-melquiades-las-cuentas?category_id=97 > [Publicada el 06 enero 2003] 29  Rodolfo Ruiz Rodríguez, MMF: la responsabilidad del hoyo financiero [En línea], disponible en: <http:// anuario.e-consulta.com/index.php/2005el/item/mmf-la-responsabilidad-del-hoyo-financiero?category_id=95> [Publicada el 16 de mayo 2005] 30  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Mucha política y poca administración [En línea], disponible en: <http:// anuario.e-consulta.com/index.php/2005el/item/mucha-politica-y-poca-administracion?category_id=95> [Publicada el 17 de mayo 2005]

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desempeña como secretario de Acción Electoral de la dirigencia nacional de la cnc, a invitación de Héctor Hugo Olivares Ventura. En 1991 siendo gobernador de Puebla Mariano Piña Olaya es electo por el método de consulta a la base militante presidente del cde del pri y ese mismo año consigue ser diputado federal por tercera ocasión en la LV Legislatura. Entre 1992 y 1994 es electo secretario de Organización del cen de la cnc dirigida por Hugo Andrés Araujo. En 1994, siendo gobernador de Puebla Manuel Bartlett y Luis Donaldo Colosio candidato del pri a la presidencia de la República, Melquiades Morales es electo senador por la entidad, cargo al que solicita licencia para ser postulado candidato a la gubernatura en 1998. Grupo político. Por su larga trayectoria en el pri y la cnc, su trato afable y una extensa red de compadrazgos a lo largo y ancho del estado, el grupo político Melquiades Morales era amplio y con presencia en las comunidades y rancherías más alejadas de la capital. Tales circunstancias jugaron a su favor en el inédito proceso de selección que se llevó a cabo en Puebla para elegir al candidato del pri a la gubernatura. Manuel Bartlett había manifestado públicamente su interés de contender por segunda ocasión por la presidencia de la República, y desde el estado quiso dar un ejemplo de cómo tendría que elegirse al abanderado del pri a suceder a Ernesto Zedillo Ponce de León. El favorito de Bartlett, se decía, no era Melquiades sino José Luis Flores, quien había sido su secretario de Finanzas en el primer tercio de su sexenio. En la elección interna también participó Germán Sierra Sánchez, quien había sido senador y se desempeñaba como delegado de la Sedesol en la entidad. El proceso se realizó el domingo 24 de mayo, y en él participaron 490 000 ciudadanos, casi 25 % del padrón electoral de entonces. Gabinete. Melquiades Morales integró su gabinete con políticos de experiencia y empresarios reconocidos en la entidad. Casi todos poblanos y avecindados desde décadas en el estado. En la Secretaría de Gobernación nombró a Carlos Alberto Julián y Nacer, quien fue sustituido por Héctor Jiménez y Meneses, éste por Carlos Arredondo Contreras y éste por Rómulo Salvador Arredondo Gutiérrez; en la Secretaría Particular a Víctor Manuel Giorgana Jiménez, quien fue reemplazado por Héctor Enrique Reyes Pacheco y éste por José Ernesto Echeguren Barroeta; en la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social a Rafael Moreno Valle Rosas, quien fue sucedido por Francisco Bárcenas Compeán y por José Joaquín Fernández; en la Secretaría de Educación Pública a Amado Camarillo Sánchez, a quien lo sustituyó Carlos Alberto Julián y Nácer; en la Secretaría de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública a María Teresa Nohemí Tello y Nieto, quien fue sustituida por Héctor Jiménez y Meneses; en la Secretaría de Desarrollo Económico a Antonio Zaraín García; en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a Arturo Achard Velázquez, quien fue sustituido por Marco Antonio Rojas Flores; en la Secretaría de Salud a Jesús Lorenzo Aarún Ramé; en la Secretaría de Cultura a Pedro Ángel Palou García; en la Secretaría de Turismo a José Gustavo Rosales Bretón, quien fue reemplazado por Alberto Ochoa Pineda; en la Secretaría de Desarrollo Rural a Germán Sierra Sánchez, a quien lo sucedió Alberto Jiménez Merino y a éste Hugo Álvarez Vera, quien a su vez fue reemplazado por Víctor Díaz Palacios; en la Secretaría de Desarrollo Urbano, Ecología y Obras Públicas a Federico Bautista Alonso, quien fue sustituido por Carlos Palafox Vázquez; en la Secretaría de Desarrollo Social, Narciso Alberto Amador Leal; en la Procuraduría General de Justicia a Juan Aureliano Guzmán Mitre, quien fue reemplazado por Carlos Arredondo Contreras y éste por Héctor Maldonado Villagómez; en la Procuraduría del Ciudadano a María Luisa Sánchez Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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Pontón, a quien sustituyó René Lechuga Fosado; en la Dirección de Comunicación Social y Relaciones Públicas a Mauro González Rivera, quien por fue reemplazado por Felipe Flores Núñez, éste por Xavier Gutiérrez Téllez y éste por Cuitláhuac Arroyo Parra; en la Dirección General del dif a César Sotomayor Sánchez, quien fue sustituido por Jorge Murad González; en la Dirección General de Seguridad Pública a Rodolfo Alvarado Hernández; y en la Coordinación de Asesores a Alberto Ochoa Pineda, a quien lo sustituyó Mario Riestra Venegas. En la representación del gobierno de Puebla en el Distrito Federal fue nombrado René Meza Cabrera, quien fue reemplazado por Javier Lozano Alarcón. Principales obras y acciones. El programa carretero Gran Visión, por el cual se construyeron más de 174 kilómetros de autopista, 1160 kilómetros de carreteras estatales pavimentadas, y 6712 metros lineales de puentes, fue el sello de la administración melquiadista. El programa fue reconocido a nivel nacional por el presidente Vicente Fox y varios gobernadores de estados circunvecinos que lo ampliaron en sus entidades. En Puebla se hicieron las autopistas Amozoc-Perote, San Antonio Virreyes-Teziutlán, la Tlaxco-Tejocotal y la AtlixcoJantetelco, y la primera etapa de la carretera Tehuacán-Coxcatlán. La red carretera aumentó en el sexenio de 1116 kilómetros a 2730 kilómetros. En su gestión se construyó el Complejo Cultural Puebla Siglo XXI, el edificio de la llamada Ciudad Judicial Siglo XXI, la sede del Área de Libre Comercio de las Américas, en la zona de Paseo de San Francisco, la Casa de la Niñez Poblana, y se rescató con el apoyo de la Fundación Jenkins Casa Aguayo que convirtió en sede del Poder Ejecutivo. De igual manera se concluyó el Boulevard que conecta al aeropuerto Hermanos Serdán con la autopista México-Puebla y la carretera federal a México. También se construyeron 22 hospitales integrales y 130 centros de salud. Se crearon 123 preescolares, 66 preescolares indígenas, 73 primarias generales y 72 primarias indígenas, 40 secundarias y 198 telesecundarias, y 17 nuevos centros escolares. Se adquirió el inmueble de La Constancia Mexicana. Se regularizaron 74 colonias de la capital, lo que representó un avance de 54 % respecto a lo que se tenía al comenzar su gestión. Se puso en operación los penales de Tepexi de Rodríguez y Ciudad Serdán, se creó la Procuraduría del Ciudadano y la Consejería Jurídica y se abrieron 194 juzgados del Registro Civil de las Personas. Además se incrementó la cobertura de agua potable en 7 puntos porcentuales, alcanzado la media nacional de 89.3 %.

Mario Marín Torres (2005-2011). El Góber Precioso que perdió la gubernatura Al nacido en Nativitas Cuatempan lo sorprendió desde el comienzo de su gestión un escándalo que marcó todo su sexenio y carrera política: la detención y encarcelamiento de la periodista Lydia Cacho Riveiro, por petición del empresario Kamel Nacif Borge, a quien aquella había involucrado en una red de pederastas en su libro Los demonios del Edén. Cuando Mario Marín apenas había cumplido un año de haber asumido la gubernatura, el pandemónium en que se vio envuelto por las grabaciones difundidas por el periódico La Jornada lo tenía en la picota. En el contexto de las elecciones presidenciales del 2006, el líder nacional del pri, Roberto Madrazo Pintado, se deslindó de él; la Cámara de Diputados pidió la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; en el Senado se discutió la desaparición de poderes en Puebla, y el entonces candidato presidencial del pan, Felipe Calderón Hinojosa, vino al Congreso del estado a sacarle tarjeta roja.

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Y aunque al final del escándalo el llamado Góber Precioso logró mantenerse al frente del Ejecutivo y concluir su sexenio, después de que los ministros de la scjn resolvieron por mayoría de votos que Marín no incurrió en violaciones graves a los derechos humanos de la periodista, sino en actos indebidos en la aprehensión y traslado de Lydia Cacho desde Cancún a Puebla, su gobierno quedó muy lastimado. Aun así pudo ganar los comicios locales intermedios de 2007, en los cuales los panistas de Puebla fueron conminados por su dirigencia nacional a no usar el escándalo de los audios entre el gobernador Marín y el textilero Kamel Nacif como tema de campaña. Esta situación combinada con la errática campaña del candidato del pan a la alcaldía poblana, Antonio Sánchez Díaz de Rivera y la percepción de un arreglo cupular entre el presidente Felipe Calderón y algunos gobernadores priistas que lo ayudaron a ganar las elecciones del 2006, terminó por favorecer a Blanca Alcalá Ruiz que se convirtió no sólo en la primera mujer en ser postulada por el pri a la presidencia municipal de Puebla, sino en la primera en gobernar las capital del estado. Para marcar distancia con su antecesor, Mario Marín bautizó a su gobierno como de nueva generación y ofreció sacar a Puebla del deshonroso primer lugar nacional en corrupción en que la organización Transparencia Mexicana ubicó a la entidad durante el 2003, año en que se gestó el llamado hoyo financiero consecuencia de un sobre ejercicio presupuestal de más de 3000 millones de pesos, que provocó serios problemas de liquidez en los dos últimos años de la administración melquiadista y en el arranque de la gestión marinista. El gobierno de nueva generación de Marín estuvo integrado por la mayoría de los funcionarios que lo acompañaron en el ayuntamiento de Puebla, con unas cuantas excepciones, lo que dio pie a críticas en las que era tachado de excluyente por haber marginado en la composición del gabinete y el Congreso local a las principales figuras del melquiadismo, el elbismo, el Huauchy Power y de otros grupos priistas.31 Sus logros en materia de combate a la corrupción fueron escasos. Puebla continuó en el sótano del ranking de Transparencia Mexicana y de otras organizaciones dedicadas a evaluar el desempeño, competitividad y rendición de cuentas de los gobiernos.32 De los medios de comunicación tampoco desaparecieron los señalamientos que involucraban en actos de corrupción, favoritismo en la asignación de contratos, desvío de recursos y sobrecostos en obras,33 a algunos de sus más cercanos funcionarios como Javier García Ramírez, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas; José Alfredo Arango García, secretario de Salud,34 y Jorge Mendoza Velarde, subsecretario de Administración de la Secretaría de Finanzas, a quienes el gobierno entrante iniciaría procesos administrativos y penales; inhabilitaría del servicio público o metería a la cárcel por peculado o enriquecimiento inexplicable.35 31  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Los riesgos del gobernador Mario Marín [En línea], disponible en: <http:// anuario.e-consulta.com/index.php/2005el/item/los-riesgos-del-gobernador-mario-marin?category_id=95> [Publicada el 14 de febrero 2005] 32  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Incongruente el discurso anticorrupción de Marín [En línea], disponible en: <http://anuario.e-consulta.com/index.php/2004el/item/incongruente-el-discurso-anticorrupcion-demarin?category_id=96> [Publicada el 27 de septiembre 2004] 33  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Corrupción y negligencia en Salud [En línea], disponible en: <http://anuario.econsulta.com/index.php/2006el/item/corrupcion-y-negligencia-en-salud?category_id=94> [Publicada el 26 de mayo 2006] 34  Ruiz Rodríguez, Rodolfo, Incongruente el discurso anticorrupción de Marín [En línea], disponible en: <http://anuario.e-consulta.com/index.php/2004el/item/incongruente-el-discurso-anticorrupcion-demarin?category_id=96> [Publicada el 27 de septiembre 2004] 35  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Gastó Salud 71 mdp en ropa hospitalaria que ahora no aparece [En línea],

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Políticamente Mario Marín cometió un error que le costó al pri la gubernatura. Quiso dejar sucesor en la persona de quien fuera su secretario de Gobernación y de Desarrollo Social, Javier López Zavala, en un accidentado proceso interno en el que excluyó a la presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz, que era la priista mejor evaluada en las encuestas, y al ex rector y ex alcalde capitalino Enrique Doger Guerrero, a quien la Comisión Estatal de Procesos Internos del pri le negó su registro como precandidato a la gubernatura de Puebla por supuestamente no cumplir con los requisitos establecidos en la convocatoria.36 Tal decisión ahondó las fracturas entre los priistas, varios de los cuales terminaron sumándose al candidato de la oposición, Rafael Moreno Valle. Datos biográficos. Nació en Nativitas Cuautempan, en el municipio mixteco de Coyotepec, el 28 de junio de 1954. Es hijo de Crecencio Marín y Blandina Torres. Estudio la carrera de abogado en la hoy Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y fue catedrático de las facultades de Derecho y Contaduría Pública de la misma institución. Antes de ser gobernador a la edad de 51 años fue encargado de la Mesa de Recursos e Inconformidades de la Oficina de Rezagados y Ejecuciones en el ayuntamiento de Puebla, juez de lo Familiar en el estado de Puebla, secretario general del Tribunal Superior de Justicia del estado de Puebla y juez primero de lo Familiar, secretario particular de cuatro secretarios de Gobernación del estado, secretario particular del alcalde de Puebla Guillermo Pacheco Pulido en el periodo 1987-1990; subsecretario A de la Secretaría de Gobernación durante el mandato de Mariano Piña Olaya, subsecretario B y secretario de Gobernación en la gestión del gobernador Manuel Bartlett Díaz y presidente municipal de Puebla de 1999 a 2002. Se afilió al pri en 1972, fue socio fundador de la Fundación Colosio en el estado, presidente del cde del partido tricolor de 1997 a 1998 y consejero nacional del mismo de 1998 a 2001. Siendo presidente municipal de la capital fue nombrado vicepresidente del Consejo de la Organización de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad, presidente de la Asociación de Municipios del Sur y presidente de la Federación Nacional de Municipios de México. Grupo político. Sin nexos o relaciones nacionales, el grupo de Mario Marín lo integraban aquellos que habían sido sus compañeros en la escuela de Derecho de la buap, sus subordinados en la Secretaría de Gobernación y sus funcionarios en el ayuntamiento de Puebla, entre ellos Mario Montero Serrano, Valentín Meneses Rojas, Joe Hernández Corona, Ruffo Juárez Peñuela, Pericles Olivares Flores y Javier López Zavala, entre otros. Su gran impulsor fue el gobernador Manuel Bartlett, quien lo hizo secretario de Gobernación, presidente estatal del pri y candidato a la presidencia municipal. Con el gobernador Melquiades Morales, a quien aspiraba a suceder, se había distanciado. Éste en un primer momento apoyó a su secretario de Finanzas y Desarrollo Social, Rafael Moreno Valle Rosas, quien ya para entonces se había vinculado con la maestra Elba Esther Gordillo, y luego al senador Germán Sierra Sánchez, quien había sido contrincante de Melquiades Morales en las internas de 1998 y luego su coordinador general de campaña. Cuando el pri perdió la presidencia de la República en el 2000, los gobernadores priistas se convirtieron en los interlocutores del gobierno federal y en los grandes electores de los candidatos de su partido en sus estados. Melquiades Morales disponible en: <http://archivo.e-consulta.com/blogs/corte/?m=201102&paged=6> [Publicada el 13 de febrero 2011] 36  Mónica Camacho, Enrique Doger abre la posibilidad de renunciar al Revolucionario Institucional [En línea], disponible en: <http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2010/02/03/puebla/pol404.php> [Publicada el 3 de febrero 2010]

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trató de hacer valer su condición de gran elector, pero Mario Marín, quien desde tres años atrás se había dedicado a promoverse en todo el estado, amagó con irse al prd si no era el elegido. El gobernador saliente privilegió la unidad e inclinó la balanza hacia el ex presidente municipal de Puebla (Mario Marín Torres), por lo que éste fue el único en registrarse como candidato del pri a suceder a Melquiades Morales Flores. Gabinete. Marín integró su gabinete básicamente con los mismos hombres con los que gobernó el ayuntamiento de Puebla e integró a su equipo de campaña. En la Secretaría de Gobernación nombró a Javier López Zavala, quien fue sustituido por Mario Montero Serrano y éste por Valentín Meneses Rojas; en la Secretaría Particular a Roberto López Hernández, a quien lo sucedió Guillermo Deloya Cobián y a éste Iván García Pérez; en la Secretaría de Finanzas a Gerardo Pérez Salazar; en la Secretaría de Desarrollo Social a Jorge Estefan Chidiac, quien fue reemplazado por Alejandro Armenta Mier, éste por Javier López Zavala y éste por Juan Carlos Lastiri Quirós; en la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas a Javier García Ramírez; en la Secretaría de Desarrollo, Evaluación y Control de la Administración Pública a Víctor Manuel Sánchez Ruiz; en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a Rómulo Salvador Arredondo Gutiérrez, que dejó el cargo a Valentín Meneses Rojas y éste a José Guadalupe Castillo Méndez; en la Secretaría de Educación a Darío Carmona García; en la Secretaría de Salud a Roberto Morales Flores, quien fue sustituido por Antonio Marín López y éste por José Alfredo Arango García; en la Secretaría de Desarrollo Económico a Gerardo Fernández Sánchez, quien fue reemplazado por José Antonio López Malo Capellini; en la Secretaría de Desarrollo Rural a Alberto Jiménez Merino; en la Secretaría de Turismo a Juan José Bretón Ávalos; en la Secretaría de Cultura a Pedro Ángel Palou García, a quien lo sucedió Alejandro Eliseo Montiel Bonilla; en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Francisco Castillo Montemayo; en la Secretaría del Trabajo a José Antonio López Malo Capellini, quien fue reemplazado por Pericles Olivares Flores; en la Secretaría de Seguridad Pública a Mario Ayón Rodríguez; en la Procuraduría General de Justicia a Blanca Laura Villeda Martínez, quien dejó el cargo a Humberto Rosales Bretón y éste a Rodolfo Igor Archundia Sierra; en la Procuraduría del Ciudadano a Martín Fuentes Morales; en la Dirección de Comunicación Social a Valentín Meneses Rojas, quien fue reemplazado por Javier Sánchez Galicia; en la Dirección del DIF a Alejandro Armenta Mier, quien fue reemplazado por Humberto Aguilar Viveros, éste por Valentín Meneses Rojas y éste por Arturo Hernández Davy; en la Dirección del Sistema Estatal de Carreteras de Cuota Puebla a Víctor Manuel Giorgana Jiménez, a quien le sucedió Rómulo Salvador Arredondo Gutiérrez; en la Dirección del issstep a Alfredo Arango García; y en la Dirección de la Policía Judicial a Adolfo Karam Beltrán, quien fue reemplazado por Hugo Isaac Arzola Muñoz. La Coordinación de Asesores estuvo a cargo de José Lauro Sánchez López y la representación del gobierno de Puebla en el Distrito Federal a cargo de Jorge Roberto Hickman Morales. Principales obras y acciones. Se construyó el parque industrial La Célula, como nodo intermodal logístico y fiscalizado estratégico (actualmente abandonado), sobre una superficie de 600 hectáreas en el municipio de Oriental; también se construyó el Centro Expositor de Los Fuertes. Se concluyó el Arco Oriente del Anillo Periférico Ecológico, y se reencarpetaron 18 kilómetros de esta vía; se construyó el Bulevar Puebla-Amozoc y se modernizaron los tramos carreteros Chachapa-Tepeaca, el Bulevar Cholula-Huejotzingo y la carretera Santa María Zacapetec-Huejotzingo, así como las carreteras Huejotzingo-Nealtican, TlaltenangoSanta María Zacapetec, San Francisco Mixtla-San Hipólito Xochiltenango, y los puentes Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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vehiculares de Ixcamilpa de Guerrero y Peña Colorada. En materia de salud se contruyeron los Hospitales Generales de la Zona Norte de Puebla, Izúcar de Matamoros, Cuetzalan del Progreso, Libres, Zacatlán, Tepeaca y Huauchinango, el Edificio de Especialidades del issstep, la Unidad Pediátrica de Quemados del Hospital del Niño Poblano. Además se construyeron 197 espacios deportivos, la Villa Olímpica para atletas de alto rendimiento Mario Vázquez Raña; 211 preescolares, 94 escuelas primarias, 169 secundarias y 317 bachilleratos y se crearon 17 nuevas instituciones de educación superior como la Universidad Politécnica de Puebla, la Universidad Intercultural del estado, la Universidad Interserrana y los institutos tecnológicos de Venustiano Carranza y Tlatlauquitepec.

Rafael Moreno Valle (2011-2017). El gobernador de la alternancia Nieto de un ex gobernador del mismo nombre, que fue destituido en el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez, Rafael Moreno Valle Rosas se convirtió en el primer gobernador de alternancia de Puebla de la época post revolucionaria, tras ser postulado por una amplia coalición de partidos ideológicamente antagónicos como el pan y el prd. Seis años antes, al final del gobierno de Melquiades Morales Flores ya lo había intentado pero como abanderado del pri y no lo logró. Entonces el gobernador lo nombró secretario de Finanzas y Desarrollo Social por su experiencia como ejecutivo bancario y financiero en el Dresdner Bank de Nueva York. Antes de declinar a favor de Mario Marín Torres en 2004, Moreno Valle pactó con éste una serie de acuerdos políticos que no se cumplieron, entre ellos el que lo apoyaría para ser senador de la República en las elecciones presidenciales de 2006.37 Esto llevó a Moreno Valle a renunciar al pri con el prurito de que lo hacía por estar en desacuerdo con el gobernador Mario Marín y el escándalo en que se vio envuelto por la detención de la periodista Lydia Cacho en diciembre de 2005.38 Ya en el pan, y como senador, Moreno Valle se dedicó a construir con la ayuda del presidente Felipe Calderón y la lideresa del snte, Elba Esther Gordillo, su candidatura a la gubernatura logrando el respaldo de las dirigencias locales y nacionales del pan, prd, Nueva Alianza y Convergencia. Dicha coalición venció en los comicios de julio de 2010 al candidato de la Alianza Puebla Avanza (apa), integrada por el pri y el pvem, Javier López Zavala. En su campaña política, el candidato de la coalición Compromiso por Puebla ofreció gobernar con poblanos, en clara alusión al origen chiapaneco de su contrincante priista y firmó ante notario público su propuesta de gobierno titulada “Cumplo mis compromisos o me voy”. Ya como gobernante Moreno Valle se olvidó de lo primero, pues de los 58 funcionarios que han desfilado por su gabinete en los cinco años y dos meses que lleva su gestión más de la mitad proviene de otras entidades.39 De los 17 compromisos que anunció el 31 de mayo de 2010, en el gobierno sólo refrendó siete. 37  Rodolfo Ruiz Rodríguez, Los escenarios de la sucesión gubernamental [En línea], disponible en: <http:// anuario.e-consulta.com/index.php/2004el/item/los-escenarios-de-la-sucesion-gubernamental?category_id=96 > [Publicada el 15 de marzo 2004] 38  Martha Garrido y Fermín García, Caso Marín-Kamel y actitud de Madrazo provocan salida del pri de Moreno y legisladores del snte [En línea], disponible en: <http://www.lajornadadeoriente.com. mx/2006/03/06/puebla/pol1-03.html > [Publicada el 06 de marzo 2006] 39  Patricia Méndez, Regresa Banck a Desarrollo Social y Cabalán llega a la Secotrade [En línea], disponible en: <http://www.e-consulta.com/nota/2015-09-28/gobierno/luis-banck-va-desarrollo-social-y-cabalanproyecto-audi > [Publicada el 28 de septiembre 2015]

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En el olvido quedaron obras y promesas de campaña como reactivar los aeropuertos de Puebla y Tehuacán; construir un Puerto Seco en Huejotzingo, que sí funcionaría a diferencia de la llamada Célula que se hizo en la gestión marinista en la región de Libres y Oriental; la edificación de una Ciudad Verde en torno al lago de Valsequillo; la construcción de una moderna autopista —alterna a la autopista México-Puebla— que fuera de Metepec, Puebla, a Milpa Alta en la Ciudad de México, y de un circuito carretero intermixteco. Sin embargo emprendió otras que han mejorado la imagen urbana de la zona metropolitana e incrementado la afluencia turística, como la Rueda de Observación o Estrella de Puebla, el Teleférico, el rescate de Los Fuertes de Loreto y Guadalupe y de la zona arqueológica de la Pirámide de Cholula, el Tren Turístico Puebla-Cholula, la construcción de puentes atirantados y viaductos elevados y la pavimentación con concreto hidráulico de las principales avenidas y bulevares de la capital. Social y políticamente su administración ha registrado un desgaste, a raíz del desalojo violento de habitantes de la comunidad de Chalchihuapan que en julio 2014 bloquearon la autopista Puebla-Atlixco en protesta por el retiro de los servicios del Registro Civil a las juntas auxiliares, suceso en el que un menor de 13 años perdió la vida y del cual las autoridades estatales pretendieron responsabilizar a los propios pobladores, por lo que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (cndh) tuvo que intervenir en apoyo de las víctimas. Otros factores que han mermado su popularidad en los cinco años de su gobierno son los aumentos en las tarifas de agua potable, como consecuencia de la concesión de los servicios de agua potable, drenaje y alcantarillado a particulares, el encarcelamiento activistas y opositores a sus obras y proyectos, el despido de 14 000 burócratas, su intolerancia a la crítica y la disidencia aún dentro de su propio partido político. Datos biográficos. Aunque oficialmente se dice que nació en Ciudad Serdán, Puebla, hay quien asegura que en realidad lo hizo en la Ciudad de Méxicio el 30 de junio de 1968. Es nieto del ex gobernador Rafael Moreno Valle. Es hijo de Rafael Moreno Valle Suárez y Gabriela Eugenia Rosas Lozano, ambos empresarios y accionistas de diversas empresas hoteleras e inmobiliarias. Sus estudios profesionales los hizo en el extranjero. Obtuvo las licenciaturas de Economía y Ciencias Políticas, en el Lycoming College en 1991, ambas con el reconocimiento Magna Cum Laude. Luego hizo una especialidad Juris Doctor en la Escuela de Leyes de la Universidad de Boston y una maestría en Administración de Empresas en una extensión de la Universidad de Harvard. Antes de ser gobernador a los 43 años de edad, se desempeñó en 1991 como asesor del director de Normatividad de Derechos Humanos, Andrés Aguirre Aguilar; en la Secretaría de Gobernación, como subtesorero de Banca Corporativa y vicepresidente para América Latina del Dresdner Bank de 1996 a 1999; secretario de Finanzas y Desarrollo Social de 1999 a 2003 en la gestión del gobernador Melquiades Morales Flores, y presidente del Colegio de Economistas de Puebla en 2002. Aunque no existe un dato oficial de su afiliación al pri se sabe que fue asesor del presidente estatal del pri, Melquiades Morales Flores, en la campaña a la gubernatura de Manuel Bartlett en 1992; asesor del senador y presidente del pri en el Distrito Federal, Manuel Aguilera Gómez, en 1993; asesor general de Melquiades Morales en su campaña a senador en 1994; diputado federal en la LVIII Legislatura y presidente del Comité de Administración, de 2003 a 2004; presidente de la Fundación Colosio filial Puebla de 2005 a 2006; diputado local y presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado en 2005 y 2006. En 2006 renuncia al pri y el

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pan lo postula como candidato a senador para el periodo 2006-2012, elección en la que se enfrenta a su ex jefe político Melquiades Morales Flores. Grupo político. En la búsqueda de la gubernatura, Rafael Moreno Valle se apoyó en la entonces lideresa nacional del snte, Elba Esther Gordillo, y en el grupo de funcionarios que lo acompañaron en la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social durante la gestión del gobernador Melquiades Morales Flores, así como en algunos diputados locales y cuadros priistas inconformes con el marinismo y su delfín a la gubernatura, Javier López Zavala. En la construcción del andamiaje de su candidatura, el nieto del ex gobernador Rafael Moreno Valle logró sumar además al presidente Felipe Calderón y a los dirigentes nacionales del pan, César Nava; del prd, Jesús Ortega Martínez; de Convergencia, Luis Walton Aburto; y de Nueva Alianza, Jorge Kahwagi Macari. Gabinete. Si algo ha caracterizado el gabinete de Rafael Moreno Valle es la movilidad y los frecuentes ajustes y enroques de Secretarías. En lo que va de su administración, a la que todavía le restan 13 meses, han desfilado cerca de 60 funcionarios. Por la Secretaría General de Gobierno (antes Secretaría de Gobernación) han transitado Fernando Manzanilla Prieto, Luis Maldonado Venegas, Jorge Cruz Bermúdez como encargado de Despacho, y Diódoro Carrasco Altamirano; por la Secretaría Particular José Lugo Guerrero, Heriberto Castillo Miranda (como encargado de despacho) y Mercedes Aguilar López; por la Secretaría de Finanzas Roberto Juan Moya Clemente, Roberto Rivero Trewartha y Guillermo Bernal Miranda; por la Secretaría de Administración, que antes pertenecía a la Secretaría de Finanzas, a la que más tarde se reintegró, sólo José Cabalán Macari Álvaro; por la Secretaría de Desarrollo Social han pasado ochos funcionarios entre titulares y encargados de despacho Myriam Arabián Couttolenc, Néstor Gordillo, Germán Jiménez García, Sergio Penagos García, Salvador Escobedo Zoletto, Mario Rincón González, Luis Banck Serrato, José Luis Soberanes Reyes y Luis Banck Serrato; por la Secretaría de Educación Pública Luis Maldonado Venegas, Jorge Alberto Lozoya Legorreta, Jorge Benito Cruz Bermúdez, Antonio Argüelles Díaz González y Patricia Vázquez del Mercado; por la Secretaría de Salud Jorge Aguilar Chedraui, Roberto Rivero Trewartha, Mario Márquez Amezcua (encargado de despacho), Consuelo Anaya Arce y Salvador Escobedo Zoletto; por la Secretaría de Infraestructura —a la que se le agregó la Secretaría de Transportes, que estuvo a cargo de Bernardo Huerta Couttolenc— José Antonio Gali Fayad, José Cabalán Macari Álvaro, Luis Banck Serrato y Diego Corona Cremean; por la Secretaría de Seguridad Pública Ardelio Vargas Fosado, Facundo Rosas Rosas y Jesús Rodríguez Almedia, y entre el segundo y el tercero Juan Sánchez Zarza ha quedado como encargado de despacho; por la Secretaría de la Contraloría Irma Patricia Leal Islas, Eukid Castañón Herrera, María del Carmen Daza Hernández (encargada de despacho), Malcom Alfredo Hemmer Muñoz y Alejandro Torres Palmer; por la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial —de nueva creación y producto de la fusión de las secretarías de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, así como de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano— Amy Camacho Wardle, Juan Carlos Morales Páez y Rodrigo Riestra Piña, estos dos como encargados de despachos, Julio Lorenzini Rangel, Mario Rincón González y Rodrigo Riestra Piña, ya como titular; por la Secretaría de Servicios Legales y Defensoría Pública, antes de integrarse a la Secretaría General de Gobierno, Juan Pablo Piña Kurczyn y José Montiel Rodríguez; por la Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico —producto de la fusión de las Secretarías de Trabajo y Desarrollo Económico— Pablo Rodríguez Regordosa, Michel Chaín Carrillo (encargado de despacho), José Antonio Gali Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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López, Cristina González Medina y José Cabalán Macari Álvaro; por la Secretaría de Turismo Ángel Francisco Trauwitz Echeguren y su hermano Roberto de los mismos apellidos; por la Procuraduría General de Justicia sólo Víctor Antonio Carranca Bourget; por Puebla Comunicaciones, Marcelo García Almaguer y Héctor Antonio Alcudia Goya; por el área de Comunicación Social, aunque no siempre con el cargo de director Norberto Tapia Lastinere, Sergio Ramírez Robles, Fernando Alberto Crisanto Campos y Maximiliano Cortázar Lara; y por la Oficina del Gobernador Juan Pablo Piña Kurczyn, José Antonio Gali López y Roberto Juan Moya Clemente. Su coordinador inicial de asesores fue Gustavo Ernesto Casillas Rocha. Principales obras y acciones. Para su cuarto informe de gobierno, Moreno Valle reportó la construcción y modernización de 2557 kilómetros en carreteras, equivalentes entre la distancia entre Puebla y la ciudad de Los Ángeles, California en Estados Unidos, entre las que sobresalen la Zacapoaxtla-Tlataluquitepec; Aquixtla-Tetela de Ocampo y el Libramiento Cuetzalan, así como el inicio de la construcción del segundo piso de la Autopista MéxicoPuebla; la construcción del nodo Júarez-Serdán; el viaducto de la Avenida 31 Poniente, el viaducto Carlos Camacho Espíritu sobre el bulevar Valsequillo y el distribuidor vial Cholula, el viaducto de la Calzada Ignacio Zaragoza, el distribuidor vial Santa Ana Chiautempan, y el viaducto sobre la autopista México-Puebla, a la altura del Monumento al Centenario, el paso inferior del bulevar 5 de Mayo, el distribuidor vial Momoxpan; la pavimentación con concreto hidráulico del bulevar 5 de Mayo, la Calzada Zavaleta, el Camino a Tlaltepango, el bulevar Norte, y los bulevares Esteban de Antuñano, Hermanos Serdán y la Calzada Ignacio Zaragoza. La construcción del Centro de Capacitación Automotriz al servicio de Audi, el inicio de obras de dos parques industriales en San José Chiapa y Nopalucan, para 80 empresas proveedoras; la entrega de 5446 mototractores, la rehabilitación del Parque Ecológico, la construcción de los parques Paseo del Teleférico y la Niñez Poblana. La rehabilitación del Auditorio Siglo XXI, hoy Auditorio Metropolitano, y la ex Hacienda e Chiautla; el rescate del Centro Cívico Cultural, “5 de Mayo”, de la ex fábrica textil La Constancia Mexicana, la puesta en marcha de la Casa de la Música de Viena, la creación del Museo del Ejército y la Fuerza Aérea, y la Galería Tesoros de la Catedral. La construcción del Centro Integral de Servicios de Puebla y otros 22 más en el interior del estado, la modernización de seis centros escolares de la capital, la apertura de 14 universidades a distancia, la construcción de ciclovías o parques lineales sobre la Vía Atlixcáyotl, el Parque del Arte, la 31 Oriente, y de Ciudad Universitaria al centro de la ciudad y la construcción de dos arcos de seguridad en las autopistas México-Puebla y México-Veracruz. La instalación de Rueda de Observación o Estrella de Puebla, el inicio de obras del Museo Internacional Barroco, del Teleférico de los Fuertes al estadio Cuauhtémoc, la remodelación de los estados de futbol y beisbol y la construcción de una arena de espectáculos. La operación de las líneas 1 y 2 del Metrobús. La construcción de los hospitales generales de Cholula, Teziutlán, Acatlán, San José Chiapa, Ahuacatlán y Huaquechula, y remodelación del Hospital del Niño Poblano, y la construcción de un nuevo hospital de traumatología sobre la autopista México-Puebla.

Evolución de la representación política en Puebla Para analizar la representación política a través del Poder Legislativo vale la pena situarnos en 1976 año en que el país adoptó el sistema electoral mixto. Hablo del comienzo del sexenio de José López Portillo. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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En la década de los setenta aparecieron en Puebla los primeros legisladores de oposición en el Congreso del estado, en aquel periodo eran llamados diputados de partido. Siendo un poco laxos podríamos decir que fueron el antecedente inmediato de los diputados de representación proporcional y del sistema electoral mixto mexicano. En 1963 se dio una reforma a la ley electoral federal que estableció que todo aquel partido registrado que alcanzara 2.5 % de los votos, a escala nacional, tendría derecho a por lo menos cinco escaños en el Congreso y a uno más por cada 0.5 % adicional de votos. Los partidos minoritarios podían sumar hasta 20 diputados en todo el país. Dicha reforma no logró el objetivo esperado, según René Valdiviezo Sandoval, por lo que al comienzo del sexenio de Luis Echeverría tuvo que volverse a cambiar. “Ni en 1964, ni en 1967 y 1970 el pps y el parm lograron el 2.5 %, por lo que en el marco de la ‘apertura democrática’ de Luis Echeverría (1971) se hicieron modificaciones a la ley, reduciendo el porcentaje para obtener diputados de partido al 1.5% del total de la votación nacional. Además, por cada medio por ciento extra se tendría derecho a un más hasta llegar a 25 (se aumentaron otros 5)”.40 La reforma federal de 1963, que reconoció el derecho de representación de las minorías políticas por medio de los diputados de partido —en los tiempos del pri como partido único— llegó a Puebla con 14 años de atraso, es decir, en 1977. Con la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales del Estado Libre y Soberano de Puebla (loppeep), aprobada en marzo de 1980, la entidad adoptó el sistema de composición mixta en el Congreso local, con la inclusión de hasta seis diputados de representación proporcional. En el ámbito federal la composición de la Cámara de Diputados era de 75 % de curules para el partido mayoritario y 25 % para los partidos restantes. En el Congreso local el partido mayoritario podría obtener el 77 % de las curules, y los demás el 23 %. Otra vez Puebla a la zaga de las reformas electorales federales.41 En el periodo que va de 1980 a 2015 el número de distritos electorales de Puebla pasó de 20 a 26, y los diputados de representación proporcional de seis a 15.

40  René Valdiviezo Sandoval, Elecciones y desarrollo en Puebla 1959-1989, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Puebla, 1998, p. 113. 41  Israel Arroyo y Rodolfo Ruiz, Transición e institucionalidad: la legitimidad fragmentada en Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Plaza y Valdés Editores, 2001, p. 125.

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Desde la aprobación del Código de Instituciones y Procesos Electorales en 1995, la división política electoral se ha mantenido en 26 demarcaciones aun cuando han cambiado de sede las cabeceras distritales. En 2012 los municipios de Chiautla de Tapia y Tepexi de Rodríguez, ambos enclavados en la Mixteca poblana, así como Acatzingo y Tetela de Ocampo, perdieron la condición de cabecera, misma que adquirieron los municipios de San Andrés Cholula y Amozoc. En los comicios locales de 1980 para elegir diputados al Congreso del estado, regidos por la loppeep, el pri volvió a ganar la totalidad de los distritos, 20, al obtener el 83.82 % de los sufragios. El 16.18 % de los votos computados por la oposición le alcanzaron para seis diputados de representación proporcional: dos para el pan, uno para el pcm, uno para el pps, uno para el parm, y uno para el pst. En opinión del politólogo Raymundo García las asignaciones para los tres últimos partidos fueron irregulares ya que en estricto apego al principio de legalidad, ninguno obtuvo el porcentaje mínimo del 1.5 % del total de la votación efectiva.42 Las elecciones de 1983 marcaron un parteaguas en varios sentidos, ya que por primera vez la oposición obtuvo de manera global más votos que el pri en dos distritos, el 3 de Puebla y el 16 de Teziutlán. El pri triunfó, en medio de fuertes sospechas de fraude, en los 22 distritos, lo que le dio derecho a una representación de 78.57 % de las curules del Congreso. La oposición se quedó con seis diputados de representación proporcional que representan 21.43 % de los escaños.

42  Raymundo García García, El Sistema de representación política en el Congreso del Estado Libre y Soberano de Puebla 1977-2005, edición del autor, Puebla, 2004, p.17.

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Un dato relevante es que en el reparto de curules, el pan, a diferencia del resto de los partidos de oposición, quedó subrrepresentado, pues a pesar de haber obtenido 15 % de los votos, sólo alcanzó 7.14 % de los diputados del Congreso local.43 En las subsiguientes elecciones comprendidas entre 1986 y 2007 la sobrerrepresentación del pri y de algunos partidos minoritarios se mantuvo, lo mismo que la subrepresentación del pan y el psum-prd, lo que llevó a Raymundo García a señalar que la legislación electoral poblana ha sido un traje cortado a la medida para beneficio de un partido político: el pri. Pues se le permite una clara sobrerrepresentación en el Congreso en detrimento de la oposición a la que, arbitrariamente, se le reparten diputaciones de representación proporcional ficticias para garantizar su subordinación a los gobiernos priistas.44 Esta sobrerrepresentación del pri y la consiguiente subrepresentación de algunos partidos como el pan en el Congreso del estado obedeció, en buena medida, a las asimetrías poblacionales y de los empadronados en los distritos electorales en que se dividía la entidad, situación que se corrigió hasta agosto de 2012 cuando la distritación ya no estuvo a cargo del Poder Legislativo, sino del Instituto Electoral del Estado. Hasta antes de las elecciones de 2010, cuando por vez primera el pri perdió la gubernatura con un ex militante de su partido que fue capaz de aglutinar en una coalición opositora al pan, prd, Nueva Alianza y Convergencia, la lucha real por el poder entre los partidos políticos se focalizaba principalmente en los distritos urbanos, hecho que coincide con las demarcaciones de la zona metropolitana de Puebla. En cambio en los distritos rurales de la Mixteca lo que prevalecía era un sistema de partido único o hegemónico, a juzgar por las abismales diferencias en la votación que se daban entre el pri y sus opositores y los niveles de concurrencia de candidatos que se presentaban en esas demarcaciones políticas.45

43  Ibid., p. 20. 44  Ibid., p. 243. 45  Israel Arroyo y Rodolfo Ruiz, op. cit., p. 189.

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Adicionalmente debe subrayarse que el marco normativo electoral de Puebla no ha favorecido condiciones de equidad y competencia o de piso parejo; por el contrario, ha propiciado mecanismos para que existan elecciones no competitivas, es decir, aquellas en las que antes de celebrarse se conocen los resultados, no en razón de la preferencia constante y clara de la mayoría de los electores, sino por la manipulación del poder central, o por las coerciones extrapolíticas casi insalvables.46 Raymundo García, hablando de México y de Puebla, lo pone en los siguientes términos: Se han utilizado diversos mecanismos para frenar el advenimiento de elecciones competitivas. El obstáculo más grande ha sido la simbiosis Partido Revolucionario Institucional y gobierno, conjugando y confundiendo sus funciones, así como la utilización de programas sociales del gobierno incrementando su impacto político en momentos coyunturales coincidentes con las elecciones.47 Los partidos de oposición, sin distinción de ideología o línea de ubicación, han participado en los procesos electorales en un ambiente de inequidad y desigualdad en distintos rubros; de estructura territorial propia, de recursos financieros, de recursos materiales, de acceso a los medios de comunicación, de propaganda y de personal para vigilar las elecciones y de recursos técnicos calificados para documentar sus inconformidades.48 Una cuestión final que explica por qué la conformación y el número de distritos electorales en que se ha divido la entidad responde más a argumentos políticos que poblacionales es el hecho de que ambas tareas siempre fueron decididas por el Poder Legislativo, es decir, por los partidos y grupos de interés representados en el Congreso del estado y no por un órgano técnico electoral, situación que se modificó hasta junio de 2012.

Alternancia municipal Aunque fue en 1968 cuando por primera vez un partido distinto al pri ganó un municipio en elecciones ordinarias, Xiutetelco, ubicado al nororiente de la entidad, la competencia 46  Alain Rouquié, El análisis de las elecciones no competitivas, Fondo de Cultura Económica, México, 1986, pp. 58-62. 47  Raymundo García García, Puebla, Elecciones, legalidad y conflictos municipales 1977-1995, op. cit., pp. 202. 48  Ibid., p. 248.

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electoral por los ayuntamientos comenzó hacerse notoria en la década de los ochenta con diversas opciones políticas ya legalizadas.49 En Puebla, y en otros estados del país, los medios de comunicación registraron fenómenos de competencia partidista en varias capitales, denuncias de fraude electoral y los primeros triunfos importantes de la oposición en algunas ciudades del norte del país como Chihuahua y Ciudad Juárez. Periódicos como El Sol de Puebla, Cambio y El Heraldo de México dieron cuenta, en noviembre de 1983, de los disputados comicios para presidente municipal de Puebla y del presumible triunfo del pan y su candidato, el textilero Ricardo Villa Escalera, pero que no le fue reconocido, a pesar de las fuertes protestas de los simpatizantes de este partido.50 También fueron noticia las diferencias entre el empresario y sus promotores con el dirigente estatal del pan, Alejandro Cañedo Benítez, y de las supuestas negociaciones de éste con el gobernador Guillermo Jiménez Morales para apaciguar las protestas de los inconformes con el triunfo del priista Jorge Murad Macluf en las elecciones para presidente municipal de Puebla, a cambio de las alcaldías de Tehuacán y Teziutlán. Esta efervescencia electoral no fue privativa de Puebla. Se replicó en otros estados y capitales, alentada por los empresarios, las cámaras y organismos patronales que encontraron en el pan el instrumento político para expresar su inconformidad por la política económica del gobierno federal, la creciente inflación, la devaluación del peso frente al dólar y la estatización de la banca decretada por el presidente José López Portillo el 1 de septiembre de 1983, casi tres meses antes de las elecciones intermedias en el sexenio del gobernador Guillermo Jiménez Morales. Al evaluar las elecciones y el desarrollo político del estado en la década de los ochenta, René Valdiviezo concluía que Puebla comenzaba a dejar de ser una entidad priista en alto grado, como consecuencia de una mayor competencia electoral y una oposición que obtenía en conjunto cada vez más sufragios. “Las regiones que concentran mayor población, cuya actividad económica está menos ligada a la agricultura, que son fundamentalmente urbanas y cuya tasa de analfabetismo es baja, son, electoralmente hablando, muy competitivas. Las que tienen poca concentración poblacional, cuya actividad económica está ligada al sector agropecuario, que son por ende rurales y tienen altas tasas de analfabetismo, presentan muy poca competencia electoral”.51 Valdiviezo adelantaba que este cambio en las preferencias electorales en perjuicio del pri en algunos centros urbanizados, industrializados y con gran actividad económica, tendía a favorecer en primer lugar al pan y segundo término al pcm-prd, “aunque con gran distancia entre ellos y completamente regionalizados”.52 Si bien la alternancia partidista en la esfera municipal podría atribuirse a factores estructurales o de largo plazo relacionados con el desarrollo y crecimiento de las ciudades, a cambios en la densidad poblacional y al predominio de la población urbana sobre la rural, así como a una mayor participación ciudadana, al fortalecimiento y consolidación de los partidos de oposición y a la alta competitividad electoral, lo cierto es que en los ochenta y noventa este conjunto de hipótesis difícilmente podían sostenerse empíricamente. 49  René Valdiviezo Sandoval, Gobiernos locales y alternancia en Puebla 1990-2000, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México, 2003, p. 33. 50  Raymundo García García, Puebla, Elecciones, legalidad y conflictos municipales 1977-1995, op. cit., p. 108. 51  René Valdiviezo Sandoval, Elecciones y desarrollo en Puebla 1959-1989, BUAP, 1998, p. 129. 52  Ibid., pp. 129-130.

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Una investigación de José Luis Sergio Sosa González sobre la racionalidad de los electores y el impacto de la obra pública en los resultados de las elecciones municipales en la década de los noventa arrojó que el voto de éstos, poca correlación tenía con los beneficios obtenidos por un gobierno de un partido político. Para demostrarlo, el investigador recurrió a la clasificación de voto racional y voto expresivo, entendiendo por el primero aquel que realiza un ciudadano en función de los beneficios que piensa recibir o que considera que ha recibido de alguna opción política. En contraparte, el voto expresivo es el que deriva de una relación más estable entre una parte del electorado y un partido político en función de aspectos estructurales tales como la ideología, la cultura, aspectos religiosos y de identidad nacional o étnica y hasta situaciones clientelares.53 Bajo este mirador, lo lógico sería que en aquellos municipios donde los alcaldes efectuaron más obra pública, los partidos de los cuales emanaron pudieran continuar gobernando; y aquellos en los que los recursos disminuyeron los electores votaran racionalmente por otra alternativa partidista. Sin embargo, eso no fue así. Las evidencias apuntan que la decisión de los votantes no estuvo en función de los beneficios por las inversiones en obra pública, sino de otros factores. La alternancia en los ayuntamientos del estado dependió más —según este trabajo— de aspectos ideológicos y sociológicos, que a un acto de racionalidad política respecto a la mayor inversión en obras de infraestructura y fomento social. De los 70 municipios analizados en un primer momento de alternancia partidista, la investigación arrojó que 48 tuvieron más recursos para obra pública que sus predecesores, lo que no fue factor para que los electores decidieran votar mayoritariamente por su partido, ya que en 31 de estos municipios hubo alternancia, lo que equivale al 64.58 %. Los incrementos en los montos reales que tuvieron estos municipios para obra pública fluctuaron entre 13 y 553.83 %. El estudio se prolongó a un segundo momento de alternancia, es decir, al cambio de otro partido al poder o al regreso del partido anterior a la primera alternancia. En el periodo comprendido de 1990 a 1999, el universo se redujo a solo 31 municipios. De estos se produjo un segundo momento de alternancia, en 19, no obstante que los presidentes municipales salientes tuvieron más dinero para obra pública que sus antecesores. Los montos aumentaron en términos reales entre el 9.29 y el 499.62 %. El incremento más bajo correspondió a Tehuacán y el más alto a San Pedro Cholula. Lo anterior significa el 61.29 % de los municipios favorecidos con más inversión en obra pública optaron cambiar de partido en la elección inmediata posterior o por regresar con el partido que ya antes los había gobernado. Los municipios en los que la inversión pública disminuyó —y como consecuencia de eso, los votantes eligieron a un alcalde de un partido político distinto al que los gobernaba— fueron 12 de 31, lo que equivale al 38.71 %. Los comicios locales de 1995 marcan un parteaguas en la alternancia municipal, en varios sentidos. Ese año el pri no sólo perdió por vez primera en la historia política de la entidad el ayuntamiento de la capital, en las elecciones intermedias del sexenio Manuel Bartlett Díaz, sino que en términos reales dejó de gobernar a la mitad de los habitantes del estado. La 53  René Valdiviezo Sandoval, “Gobiernos locales y alternancia en Puebla 1990-2000”, en Poder político y sociedad. Diez ensayos aproximativos, BUAP-Plaza y Valdés-Porrúa, 2006, p. 289.

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oposición ganó 30 municipios, entre ellos los poblados, en los que residía el 47.14 % de los habitantes del territorio poblano.54

En esos comicios, en los que se estrenó el Código Electoral del estado de Puebla, por el que se amplió de 22 a 26 el número de distritos de la entidad, se ciudadanizó la Comisión Estatal Electoral con la salida de la Secretaría de Gobernación y el nombramiento de siete consejeros ciudadanos, se rescató el derecho de existencia de los partidos estatales y se abrió la cartera del financiamiento público estatal a los partidos políticos, representaron el peor descalabro electoral del pri antes de la alternancia a la gubernatura en 2010. El pan además de alzarse con la victoria en la Angelópolis ganó otros 22 ayuntamientos, entre ellos los de Tehuacán, San Martín Texmelucan, Atlixco, San Pedro Cholula, San Andres Cholula, Huejotzingo, Huauchinango y Xoxtla. Las elecciones de 1995 marcaron el inicio de un marcado bipartidismo pri-pan en la entidad. El tricolor obtuvo el 46.82 % de los sufragios de los comicios municipales, el pan el 35.02 %, y el prd el 9.54 %.55 La votación del pan pasó de los comicios de 1992 a 1995 de 166 217 a 429 993 sufragios, en tanto que la del pri cayó en ese mismo periodo de 605 332 a 574 835 votos. Algo que explica este crecimiento del partido blanquiazul es la ampliación de su cobertura, pues de una elección a otra pasó de registrar 67 planillas de regidores y síndico a 108, además de que el número de municipios en lo que el pri careció de competencia disminuyó de 44 a 38.56 Sin embargo, las causas que más pesaron en la debacle priista parecen ser de orden nacional, entre ellas la severa crisis política y económica que sufrió el país en el último tramo del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y el comienzo de la gestión presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León, por los asesinatos del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo en fuego cruzado entre narcotraficantes rivales; los asesinatos del secretario general del CEN del pri, José Francisco Ruiz Massieu y del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, así como por la irrupción del Ejercito Zapatista Liberación Nacional, los escándalos de corrupción,

54  Raymundo García García, Puebla, elecciones, legalidad y conflictos municipales 1977-1995, op. cit., p. 228. 55  Ibid., p. 221 56  Ibid., pp. 215, 224, 225 y 227.

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narcotráfico y desvío de recursos de Raúl Salinas y las presiones inflacionarias y la devaluación del peso por la falta de reservas internacionales. Y es que en las elecciones siguientes de 1998 el pri recuperó mucho del terreno perdido, no obstante haber sido derrotado en 35 municipios, cinco más que en 1995. De entrada no sólo recuperó la capital sino que volvió a gobernar a más del 80% de los habitantes del territorio poblano. La oposición que gobernaba el 47 o 48 % de la población, en 1998 sólo se quedó con el 16.76 % de los 4 millones 624 365 habitantes que entonces tenía el estado de Puebla.57

Alternancia, sin avances democráticos En la historia electoral del estado de Puebla, los comicios locales de 2010 marcan un antes y un después, no sólo porque con ellos se dio la primera alternancia partidista en la gubernatura, sino porque en ese proceso el pri perdió por vez primera la mayoría legislativa y la mayoría de los 217 ayuntamientos de la entidad en unas elecciones que resultaron inauditas. Inauditas porque el candidato vencedor además de provenir de las filas del pri, Rafael Moreno Valle Rosas, fue capaz de conformar en torno a su persona una amplia coalición opositora que logró sumar a partidos ideológicamente antagónicos, sin tradición de alianzas y muy heterogéneos en cuanto a sus proyectos y prácticas políticas, y al mismo tiempo atraer a grupos inconformes con la nominación del priista Javier López Zavala. Para la clase política poblana los comicios del 4 de julio resultaban también un reto que pondría a prueba la presunción histórica de que gobernador no pone gobernador y hasta qué punto el voto de los indecisos o los electores sin partido podría ser utilidad para castigar a un gobernador como Mario Marín Torres, quien a pesar del escándalo nacional en que se vio involucrado por la detención y encarcelamiento de la periodista Lydia Chacho, pudo mantenerse en el cargo y evadir la acción de la justicia. Después de una intensa campaña de tres meses, caracterizada por los ataques y las descalificaciones personales de los candidatos de la Alianza Puebla Avanza (apa), Javier López Zavala, y de la Coalición Compromiso por Puebla (ccp), Rafael Moreno Valle, los cómputos fueron adversos al primero. El ex secretario de Gobernación y Desarrollo Social obtuvo 883 285 votos, 3250 menos que los conseguidos por su principal impulsor, el gobernador Mario Marín, hace seis años, pero su contrincante el senador con licencia recién afiliado al pan, Rafael Moreno Valle, lo superó por más de 228 000 sufragios. En los comicios para gobernador de 2004, el pan computó 642 519 votos, pero en los 2010 en los que participó aliado al prd, Nueva Alianza y Convergencia, alcanzó 1 millón 111 318 sufragios. Las explicaciones de este considerable aumento son variadas. Unas lo atribuyen a la suma de los partidos aliados, pero el argumento es insostenible a luz de la votación histórica de éstos en las últimas elecciones locales. Los más de 468 000 votos de diferencia superan por mucho los computados por todos ellos. La suma de sus sufragios no llega ni a un tercio de esa cifra.

57  Israel Arroyo y Rodolfo Ruiz, op. cit., p. 210.

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Otras consideran que el incremento obedece al crecimiento de la lista nominal, que de una elección a otra subió en 612 787 votantes y a que la participación ciudadana de un proceso a otro aumentó 2.05 puntos, al pasar de 55.18 % a 57.23 %. Sin embargo, tales ajustes están lejos, muy lejos, de la cifra mencionada. Un factor que generó gran impacto y ruido mediático en detrimento de López Zavala fueron las rupturas, pronunciamientos y manifestaciones públicas de varios priistas tanto de las capital como de distintas regiones de la entidad a favor de Moreno Valle, comenzando por algunos funcionarios y familiares del ex gobernador Melquiades Morales Flores con quien aquél había trabajado como secretario de Finanzas y Desarrollo Social en su sexenio. Una interpretación más arguye esa votación a la exitosa campaña de Moreno Valle, quien por un lado supo venderse como un candidato ciudadano, aliado de sociedad civil y, por otro, como un político por encima de los partidos políticos de la coalición que lo postulaba, capaz de capitalizar el voto anti pri y neutralizar el voto de rechazo de los decepcionados del pan y prd. El razonamiento más lógico es que todos o varios de estos factores confluyeron a su favor, algunos con más peso que otros, para que en los 90 días que duró la campaña el candidato aliancista no solo remontara la ventaja que le daban las encuestas al delfín marinista, sino para que lo superara por 4.6 puntos o 228 033 votos. Los comicios de ese 4 julio de 2010 también marcaron el entierro del pri como partido predominante en la Cámara de Diputados, ya que de los 41 legisladores que integran ese poder sólo pudo quedarse con 18, la Coalición Compromiso por Puebla (ccp) con 21 y el pt con dos. Antes de esa fecha ningún partido fuera del pri y el pan habían ganado una elección de diputado de mayoría en la entidad. En general la presencia del priísmo era abrumadora, en buena medida por la inequidad prevaleciente en la conformación de los distritos locales y los casos de gerrymandering58 en el diseño de las demarcaciones electorales en que se divide el estado. Como ya se mencionó, su peor elección de diputados ocurrió en 1995, cuando perdió 10 de 26 distritos.59 Puebla, como bien lo apunta Victor Reynoso, fue uno de los últimos estados del país en los que el pri mantuvo la mayoría calificada en la Cámara de Diputados (dos terceras partes de los votos). Y cuando legalmente la perdió, siempre tuvo la mayoría absoluta hasta la LVII Legislatura que concluyó sus funciones en enero de 2011. Un fenómeno a destacar es que no obstante que el pri perdió la mayoría y el control del Congreso del estado, este poder fue incapaz de ganar autonomía e independencia. Los diputados emanados de la coalición Compromiso por Puebla se subordinaron al Ejecutivo estatal, como en los mejores tiempos del priato. Lo mismo sucedió con sus sucesores electos en 2013 a través de la Coalición Puebla Unida (cpu), que sumó al pan, prd y Nueva Alianza, así como a los partidos estatales Compromiso por Puebla (cpp) y Pacto Social de Integración, este último bajo la figura de candidaturas comunes. 58  Gerrymandering en ciencia política es un término que se usa para referirse a los cambios que se hacen de las circunscripciones electorales de un territorio, uniéndolas, dividiéndolas o asociándolas, con el objeto de producir un efecto determinado sobre los resultados electorales. 59  Víctor Reynoso, Los estados en el 2010: el nuevo mapa del poder regional, Ediciones Gernika, México, 2011, p. 91.

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Los 29 diputados del bloque morenovallista, que por sí mismos tienen mayoría calificada, han sido sumisos a las iniciativas y proyectos del gobernador Moreno Valle. Y lo peor es que han aprobado leyes o reformas que restringen la participación ciudadana; o las llamadas candidaturas independientes; o que han dado pie a la violación de derechos humanos como ocurrió con la llamada Ley Bala en la que se ampararon las fuerzas policiacas para reprimir a un grupo de pobladores que exigían la restitución de los servicios del Registro Civil en sus comunidades. Reyerta en la que fue herido fatalmente el menor José Luis Tehuatlie Tamayo. La debacle electoral del pri se extendió a los ayuntamientos. En los comicios de 2010 perdió la capital y los cinco municipios del interior del estado más poblados Tehuacán, San Martín Texmelucan, Atlixco, San Andrés Cholula y San Pedro Cholula para completar un total de 113. En total ganó 104 municipios siendo los de Teziutlán, Izúcar de Matamoros, Xicotepec y Zacatlán lo más poblados. A manera de colofón valga señalar que en las elecciones de ese 4 de julio de 2010, el pri no sólo perdió la gubernatura de Puebla sino también las de Oaxaca y Sinaloa, siendo derrotado por alianzas opositoras de partidos ideológicamente antagónicos.60

60  Orlando Espinosa Santiago, Víctor Manuel Figueras Zanabria y Areli Estefania Moreno Moreno, Alternancia política en las gubernaturas de la federación mexicana en 2010: Puebla, Oaxaca y Sinaloa. [En línea], disponible en: <http://amecip.org.mx/ponencias2014/16B_Moreno_Alternancia.pdf > [Publicada en septiembre 2014]

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El desmantelamiento electoral del PRI poblano Lidia Aguilar Balderas

E

l proceso electoral reciente desarrollado en la entidad poblana (junio 2016) deja entrever que el Partido Revolucionario Institucional (pri) tiene su maquinaria a medio funcionamiento. Los costos político electorales para el pri son altos, aun con el triunfo de Enrique Peña Nieto en el 2012. En Puebla, el desmembramiento de este instituto político presenta consecuencias importantes como la pérdida de ideología y lealtad de muchos de sus antiguos militantes así como el desgaste que aún no han dimensionado a cabalidad. Los militantes que se mantienen en dicho partido han sufrido, por un lado, embates por las pugnas internas; y, por el otro, enfrentan las acciones electorales de aquellos que se han escindido sabedores del poco o mucho capital político que ostentan y que se manifiestan abiertamente al confrontarse con sus correligionarios. Desde la contienda por la gubernatura, en el 2010, los priistas poblanos se mantienen sometidos a las decisiones del ejecutivo local actual, Rafael Moreno Valle Rosas, quien por su propio origen político, bien sabe cómo operan y con qué resortes funcionan, tanto los que se quedan en el pri, como los que buscaron otras opciones de participación política. Es así que el camino de las amenazas de escisión de los priistas, que hacen si no obtienen lo que piden, ya está muy andado y, en ese tenor, las consecuencias por contender electoralmente con otras siglas partidistas no les quita las formas aprendidas de instrumentación operativa en las contiendas electorales. Es como poner a un monstruo de dos cabezas devorándose a sí mismo: la mordida que dé una de ellas, dañará alguna parte de su cuerpo que, a la vez será dañado por la otra cabeza. Y así el circulo trágico continuará perjudicando lo que quedó del maltrecho instituto político después de las elecciones locales del 2010, así como las intermedias, tanto para diputados federales como locales; y, desde luego, las recientes del 2016 en la que por disposición de la ultima reforma político electoral del 2014, las entidades deberán ir Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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homologando sus procesos electorales con los tiempos en los que se desarrollan los comicios federales. Es así como en Puebla las elecciones que van del 2010 al 2016, que abarcan prácticamente un sexenio, evidencian que la alternancia política del 2010 ha representado más que un mero cambio partidista de quien ejerce el poder, pues la continuidad en el ejercicio del gobierno más las practicas tanto visibles, como aquellas subterráneas que permiten formas de control de los diversos grupos políticos, representa un fenómeno digno de análisis desde diversas vertientes.

Los antecedentes de la alternancia política en Puebla El sistema político poblano actual no puede entenderse sin su antecedente inmediato marcado por la ruptura del avilacamachismo. Este hecho generó una reestructura del sistema que dio una gradual pero creciente oposición al pri la cual fue alimentada tanto desde dentro, como fuera del partido en ese entonces hegemónico. La reflexión de Wil Pansters ilustra esta idea: Podemos concluir que el periodo de conflicto entre 1961 y 1973 condujo a la desintegración definitiva de la antigua estructura de poder avilacamachista, pero al mismo tiempo la consolidación de grupos políticos influyentes que operarían a la izquierda y a la derecha del pri en los años por venir.1

Lo antes plasmado permite abrir la puerta para la reflexión en torno a cómo el pri poblano ha estado presentando un desgaste permanente en términos de competencia electoral, la cual no sólo es por el ejercicio del poder que acarrea en sí mismo por la exposición mayor a la crítica política, sino también las pugnas internas han mermado en forma importante la capacidad operativa de este partido. Por otra parte, también hay que considerar un cambio paulatino pero constante del electorado, con lo cual se convierte en mito la idea del voto eminentemente priista y qué decir del impacto que puede acarrear el quehacer del gobierno federal con las siglas del pri en su regreso a la presidencia del país en el 2012. En fin, son muchos los elementos que se pueden considerar para tener una fotografía que en términos multifactoriales coadyuven a explicar qué ha ocurrido con el pri poblano que lo ha llevado a su actual e inédita condición de paria de la política. Para discernir sobre este fenómeno considero necesario poner en contexto el tema de la alternancia política efectuada en el 2010 en Puebla. En ella se ha comentado hasta el hartazgo cómo dicha alternancia llegó de la mano de un ex priista (situacie PRI en los años por venir” (Pnnte con otras siglas partidistas l hartazgo como dicha alternancia llegisis de su historiaun botónón desde luego no privativa de esta entidad federativa). La reconstrucción de la historia política reciente de Puebla es deseable para ubicar los momentos coyunturales que prepararon el caldo de cultivo, para llegar al punto de quiebre de la denominada alternancia política. La búsqueda de un abordaje que ilustre dicho proceso se puede hacer a partir del último gobierno poblano, que fue impuesto por el poder ejecutivo 1  Wil G. Pansters, Política y poder en Puebla, formación y ocaso del cacicazgo avilacamachista, 1937-1987, fcebuap, México, 1998, p. 277.

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federal, desde luego de filiación priista. Nos referimos a Manuel Bartlett Díaz, quien arribó al estado con una idea de gobierno muy de la mano con políticas tecnocráticas, no del todo bien acogidas en los grupos políticos locales, evidenciándose este hecho con la disminución de los rendimientos electorales para el pri. Junto con estas prácticas bartlistas se presenta un declive de la influencia del centro en la entidad. Así, llegamos a una especie de divorcio entre los políticos pragmáticos locales (provincianos), respecto los políticos de nueva generación (tecnócratas), con trayectoria política de visión nacional más que del nivel local. Durante el gobierno de Manuel Bartlett Díaz se hicieron patentes ciertos yerros que fue acumulando en su sexenio, como es el caso del discurso combativo y lesivo de los intereses de grupos priistas regionales,2 cuando en un momento manifestó que los caciques no tendrían oportunidad de mantenerse en su sexenio. Como consecuencia, se fue gestando la idea de que los grupos priistas empezaron a reclamar espacios políticos que tuvieran una directa repercusión en los ámbitos regionales. Con lo apuntado previamente, se llega al punto en dónde en la administración bartlista, se configuraron las condiciones políticas para la conformación de dos grandes bloques de políticos: 1. El de los poblanos pragmáticos del estilo de la vieja usanza; y 2. El de los nuevos semilleros con renovado perfil en una visión tecnócrata y altamente competitiva en términos de preparación con impacto mediano en la administración estatal. Al final, no obstante el perfil y engarces a nivel federal del Gobernador Manuel Bartlett, éste no logró dejar su impronta en Puebla y por ello no pudo designar como candidato del PRI al gobierno del Estado a un político con las mismas características. Es decir, con la administración bartlista (1992 a 1998) se sentaron las bases para que en el cambio de gobierno emergiera con fuerza un posicionamiento de los grupos priistas locales que se aglutinaron en torno a la figura de Melquiades Morales Flores que pugnó por la candidatura del PRI. A decir de Velázquez, “… se confronta con la facción bartlista pero logra asociarse con los grupos y corporaciones que habían sido desplazados: antorcha campesina y el snte serán recompensados mediante las diputaciones locales…” (Velázquez en Coutiño y Hernández: 176). El hecho es relevante, dado que se presenta una ruptura con las imposiciones del presidente en turno, en relación a quién ocuparía muchos espacios de representación política en la entidad, empezando, desde luego, por quien ostentaría la titularidad del poder ejecutivo. Así, Melquiades Morales Flores, con su pericia política y su conocimiento amplio de los grupos priistas regionales, logró llevar en una sola bandera a todos los priistas que hasta ese momento solo habían aceptado las imposiciones del centro. Al respecto apunta Rosa María Mirón Lince: La alternancia política comenzó en las entidades federativas y ello significó la creación de regiones en donde el poder presidencial no tenía la última palabra y, al mismo tiempo propició

2  Jaime Castillo y Elsa Patiño, en su ensayo Puebla: sociedad y creación de alternativas nos presentan un mosaico de cómo se instituyen los cotos de poder político en las regiones poblanas. Establecen, por ejemplo, que en el control de los pequeños caciques rurales de la Mixteca poblana, los profesores afiliados al snte son los interlocutores; las familias de políticos priistas tienen peso regional mediante el control corporativo de la cnc en la región de los Llanos, Serdán y el Seco; así como las familias de empresarios políticos surgidos del caciquismo regional de la sierra norte han logrado establecer el llamado “poder de Huauchinango” (Castillo y Patiño, en Cazés, 1999: 141).

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/ 120 / Fractales el desarrollo de clases políticas locales, arraigadas en sus regiones de origen y propiciadas por los coterráneos.3

De tal suerte que en el estado de Puebla, para lograr la candidatura a la gubernatura, Melquiades Morales contó (entre los integrantes del grupo 24 de mayo) con los apoyos de los ex gobernadores Moreno Valle, Alfredo Toxqui y Gonzalo Bautista, quienes tenían una gran cercanía con él; dado que ellos habían impulsado su carrera en sus respectivos gobiernos y lo vieron como un claro representante de los grupos políticos poblanos. Sin lugar a duda, la llegada de Melquiades Morales a la candidatura del PRI para el gobierno de Puebla es en realidad el espacio verdadero de la disputa por la gubernatura, pues en el entendido de que estructuralmente hablando no había ningún partido que le pudiera disputar (aún) la hegemonía en dicha contienda al pri. Si bien es correcto que para la elección siguiente para gobernador en el 2004, el pri mantuvo la gubernatura, se evidenciaron ciertas situaciones que condicionaron una ruptura importante en los grupos priistas, puesto que el aparente descenso de la élite gobernante al final de su periodo, y el consecuente ascenso del grupo que dentro del PRI se adjudicó la titularidad de la candidatura, refleja en mucho el reposicionamiento del anterior gobernador Manuel Bartlett Díaz, con la llegada de Mario Marín Torres, en el entendido de que este último fue el hombre de toda su confianza en la Secretaría de Gobernación del entonces titular del ejecutivo estatal. Pareciera que el grupo bartlista regresaba a la política local, aunque en realidad Marín Torres tenía su propia estructura, la cual, por cierto, no representaba a los grupos políticos priistas locales. Esta disociación es la que precisamente abonará, de igual manera, a las condiciones políticas para la alternancia del 2010. Mario Marín Torres construyó espacios para su beneficio en la administración estatal en su posición como Secretario de Gobernación con Manuel Bartlett. Los personajes que fue cobijando siguieron a su lado cuando éste llegó a la presidencia municipal de Puebla y, colocó a otros, en espacios de elección, hasta que con esas condiciones llegó al punto álgido de alcanzar la titularidad del ejecutivo poblano. No obstante que no se da espacio en este trabajo para el análsis de los grupos y personajes que acompañaron en la administración a este gobernador, no se puede soslayar que los fuertes vínculos de los allegados a Mario Marín dentro del gabinete son tan singulares que es necesario reflexionar sobre los factores que le permiten a este personaje político configurar su grupo en tan relativamente poco tiempo. De acuerdo a lo anterior, no hay duda que la administración pública es un medio eficaz para formar grupos, dado que existen espacios que pueden ser ocupados por los miembros del mismo con retribución económica a costa del erario público. Muchas son las circunstancias que fueron modelando un espacio en el que el pri poblano fue pasando de la hegemonía a la competencia, entre otros aspectos a considerar se pueden identificar, según el planteamiento de Mirón Lince, lo que ella denomina “desafíos ambientales”, entre los que se pueden señalar: “los descalabros electorales, la realización de asambleas partidistas, la desgastada relación entre el partido y su líder y las controversias en 3  Gustavo López, Rosa María Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (coords.), Los estados en 2013, la nueva configuración político-electoral, Tecnológico de Monterrey, Biblioteca, unam-iedf, México, 2014, p. 45.

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torno a la designación de candidaturas.”4 La semejanza de las circunstancias políticas nacionales con la política local poblana, sin duda, solo evidencia cómo desde lo regional el pri se fue desgastando hasta impactar en lo nacional. Además de la competencia partidista que le tocó enfrentar al pri, desde 1998 hasta el periodo de análisis, reafirmando lo planteado previamente, se puede evidenciar cómo al interior del pri es donde se expermentó el verdadero sisma que lo llevó al desgaste que condicionó los aspectos que provocaron la alternancia del 2010. No se puede dejar de lado la influencia y/o impacto de la política federal en los estados. Se debe pensar, en este caso, en los cambios del régimen para ganar legitimidad y quitarle presión social al sistema político. Uno de esos cambios puede observarse, en la década de los ochentas, con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, quién impulsó la democratización de la vida interna del pri para hacerlo más eficaz en las contiendas electorales. Entonces, era evidente que los sectores priístas ya no aseguraban los triunfos a pesar de su gran cantidad de afiliados; consecuentemente, perdieron eficacia para representar a una amplia variedad de grupos sociales que emergieron con el crecimiento del país. Así, el pri perdió representatividad social que le permitiera vencer limpiamente a la oposición. Dicha representación no la ha podido recuperar, y considero que no se volverá a dar, debido a los cambios de índole económica, social y, desde luego, del tipo político, donde la oferta partidista, e incluso las candidaturas independientes, se convierten es ámbitos de competencia que han rebasado las míticas representaciones sectoriales, mostrando con todo ello cómo el corporativismo mexicano ha dejado de ser funcional en un sistema que se está reinventando en aras de manener la estabilidad política y social. En esa lógica, la acostumbrada distribución de cuotas para los sectores del partido ha sido cada vez más inoperante, puesto que los candidatos se muestran cada vez más alejados de la población que debían representar. Los sectores priistas, particularmente el movimiento obrero, resintieron los cambios ambientales que a nivel macroeconómico y electoral pusieron cotos al funcionamiento del partido oficial. La reducción de cuotas electorales y escaños destinados al sector obrero, sobresale aquí como un dato paradigmático de la creciente desarticulación entre el partido y el gobierno.5

Llegamos al punto en donde el cambio de gobierno en Puebla, en el 2004, ejercido por Mario Marín Torres, muestra por un lado la continuidad del régimen priista y, por el otro, emergen algunas fracturas al interior del partido, las cuales no fueron atendidas con la pertinencia y medidas adecuadas y terminaron por aportar todos los elementos para la alternancia en el 2010. Con la finalidad de adentrarnos específicamente al ámbito electoral, resulta oportuno mostrar a continuación unas tablas que dan cuenta de resultados electorales tanto para gobernador como para diputados locales y presidentes municipales en Puebla, durante el periodo que comprende de 1989 al 2016. Con ello se busca que el lector tenga un panorama de cómo los datos duros van dando muestra de la necesidad del pri de ir ajustando su estrategia ante el inminente descenso de su votación, en contrapartida con el crecimiento electoral de la oposición y, desde luego, con la formación de alianzas y/o coaliciones que potenciaron las 4  Rosa María Mirón Lince, El PRI y la transición política en México, Gernika-unam, México, 2011, p. 179. 5  Ibid., pp. 187-188.

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posibilidades de triunfo de la oposición, pero que al mismo tiempo le sirvió al mismo pri como mecanismo de mejora (aunque no suficiente para asegurar el triunfo) en sus resultados electorales. La tabla 1, titulada Conformación partidista en el Congreso Local 1998-2013, da cuenta de los resultados para diputados de mayoría relativa de 1998 al 2013.

Tabla 1. Conformación partidista por mayoría relativa del congreso local 1998-2013 Año 1998 2001 2004 2007 2010 2013

PRI 26 20 23 CUPG 25* APA*** 12 C5M***** 4

PAN 7 6 3 1

PRD ---CPBP** 0 ACPP**** 14 APU****** 22

Otros ------

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de Valdivieso Sandoval, René, “Gobiernos locales y alternancia en Puebla 1990-2000”, México, 2004; Elecciones locales en Puebla, Memoria del Instituto Estatal Electoral de Puebla, México, 1998. Elecciones en la República Mexicana, 1990-2000, México, ife, 2002; Resultados Electorales Elecciones locales de 2004, Concentrado de resultados finales de la elección de ayuntamientos, iee. http:// www.ieepuebla.org.mx/index.php?Categoria=resultados 2007, 2010 y 2013. *Colición Unidos para Ganar cupg. **Coalición por el Bien de Puebla cpbp. ***Alianza Puebla Avanza apa. ****Alianza Compromiso por Puebla acpp. *****Coalición 5 de Mayo C5M. ******Alianza Puebla Unida apu.

En ella se puede apreciar cómo, concretamente en la elección 2007 y durante el período de Mario Marín Torres, hay prácticamente un aplastamiento de la oposición, mostrando a un pri muy fuerte junto con un gobernador que respaldó desde un inicio dicha elección. Desde la asignación de candidaturas hasta el apoyo diverso para las campañas. No obstante los resultados de 2007, resulta abrumador como es que para el 2010 el pri perdió la mayoría en el congreso local. Este hecho no deja de llamar la atención por la forma tan abrupta en que cambió la correlación de fuerzas y, con ello, la crisis del sistema que se presentó, dejó en una situación bastante endeble al otrora poderoso pri, tan es así, que hoy día, aparece aún desdibujado con unos resultados pésimos en el proceso electoral reciente del 2016, en el que de nueva cuenta, perdió frente al pan, anticipando con ello pocas posibilidades de recuperar la gubernatura en la elección del 2018. Ahora bien, poniendo el foco en la última elección que aparece en la tabla precedente, sin lugar a dudas, las elecciones de 2013 evidenciaron a un pri que lejos de regresar a los tiempos de hegemonía partidista, una vez que ganó la presidencia de la república en el 2012 ocupada por ese partido durante más de 70 años; en el hilvanado fino se aprecia que en lo local aparece una situación distinta, que obstaculiza la ascensión total del pri. Como mero ejemplo, los partidos distintos a este (concretamente desde la alternancia federal del 2000) se han vuelto más competitivos. Así en opinión de Lince “un complejo entramado institucional lo impide, pero también los electores quienes refrendaron que el sistema mexicano es tripartidista de alta competitividad en las contiendas.”6 (Lince, en López, Lince y Reveles, 2014: 48), es decir, cuando se presentan elecciones entre tres frentes el pri, con las nuevas circunstancias políticas manifestadas a lo largo y ancho del país, tiene menores posibilidades 6  Gustavo López, Rosamaría Mirón Lince y Francisco Reveles Vázquez (coords.), Los estados en 2013, la nueva configuración político-electoral… op. cit., p. 48.

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de lograr el triunfo. Tal situación muestra la irreversible debilidad competitiva de este partido en la medida en que el pluripartidismo, y más concretamente el tripartidismo, se arraiga en el sistema electoral mexicano. En la siguiente tabla 2, llamada Municipios ganados por partido 1998-2013, se muestran los resultados electorales de 1998 a 2013 para los municipios poblanos.

Tabla 2. Municipios ganados por partido 1998-2013 Año 1998 2001 2004* 2007 2010

PRI 182 137 133 CUPG** 145 APA**** 103

2013*******

A5M****** 86

PAN PRD 15 15 5 49 20 11 59 16 8 51 CPBP*** 12 8 ACPP***** PAN-70 PRD-64 1 APU******* 92: PAN-61 PRD-24 PA- 37 NAL-7

Otros

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de Valdivieso Sandoval, René, “Gobiernos locales y alternancia en Puebla 1990-2000”, México, 2004; Estadística del proceso electoral local del día 8 de noviembre de 1992, para renovar el poder ejecutivo, el poder legislativo y a los regidores y síndicos de los municipios del Estado, tomo I, ieepcide, Puebla, 1993; Elecciones locales en Puebla, Memoria del Instituto Estatal Electoral de Puebla, México, 1998. Elecciones en la República Mexicana, 1990-2000, México, ife, 2002; Resultados Electorales Elecciones locales de 2004 y 2007, Concentrado de resultados finales de la elección de ayuntamientos, iee. http://www.ieepuebla.org. mx/index.php?Categoria=resultados 2007,2010 y 2013. *En el Mpio. De San Juan Atzompa, no se celebraron elecciones y, por tanto, se estableció un consejo municipal, se nombro a Raymundo Hernández, Ramírez. **Colición Unidos para Ganar cupg. ***Coalición por el Bien de Puebla cpbp. ****Alianza Puebla Avanza apu. *****Alianza Compromiso por Puebla acpp. ******Alianza 5 de Mayo A5M. *******Alianza Puebla Unida cpu. *******Se celebraron elecciones extraordinarias en dos municipios: Cuapiaxtla de Madero y Acajete.

Un aspecto por considerar en el análisis de la tabla 2 es que los municipios representan en sí mismos los espacios donde se hace mas evidente la competencia política. El pri en las primeras cuatro elecciones consideradas (1998, 2001, 2004 y 2007) ostenta la mayoría de los municipios, en 2010 y 2013 cambia esta situación. El análisis más detallado lleva a la afirmación de que existe en los municipios un alto índice de competencia donde, a veces, la diferencia entre quien gana y pierde la elección puede ser de unos cuantos votos o, bien, el empate. Con ello la judicialización de procesos electorales en los municipios, puede hacerse recurrente. Puebla presenta casos paradigmáticos como en 2004, 2007 y 2010, en dónde por orden de la institución judicial en materia electoral, se celebraron elecciones extraordinarias en varios municipios. Esto trajo toda una serie de Llegamos al punto de análisis de la alternancia poblana que llevó a Rafael Moreno Valle Rosas a la titularidad del poder ejecutivo en Puebla. El primer aspecto necesario es plantear en este trabajo es la importancia del origen político y familiar priista que ostenta el actual gobernador poblano. Si bien su trayectoria política estuvo en un inicio en el ámbito federal, con la cercanía que tenía con el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, no puede soslayarse que seguramente influyeron las relaciones políticas que tenía su abuelo paterno Rafael Moreno Valle, quien fue gobernador de Puebla de 1969 a 1973, impuesto en la entidad por el presidente en turno y obligado a presentar su renuncia en el mismo tenor. Así pues, el punto de partida es que la presencia política de Rafael Moreno Valle está en razón de las conexiones tanto nacionales como locales, en las que resalta una herencia familiar priista, también es necesario señalar que es un político tecnócrata altamente competitivo, Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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que mezcla las viejas prácticas con las nuevas formas de hacer política. Así, para la antesala de la disputa por la candidatura del pri al gobierno de Puebla, el contacto de Moreno Valle con el gobernador Melquiades Morales Flores (derivado desde la propia política local en la que su abuelo fue impulsor de su carrera) forjó una de las alianzas más representativas que logró trascender un sexenio además del cambio partidista que llevó, finalmente, a que en 2010 Rafael Moreno Valle Rosas se convirtiera en el artífice de la alternancia política poblana. El gobierno de la alternancia,7 encabezado por Rafael Moreno Valle Rosas, genera dos modelos de ascensión y conservación del poder. Primer modelo, en manos de los grupos políticos partidistas que acompañaron la Alianza “Compromiso por Puebla” (pan, prd, Convergencia y panal), que llevó a Moreno Valle Rosas a ocupar el cargo de gobernador constitucional para el estado de Puebla, de 2011 a 2017 y; segundo modelo, los grupos priistas locales que se aglutinaron en torno a su figura, en el sentido de identificarlo como parte de la élite política local. En este caso, se trata de un esquema del quehacer político local con cúpula cerrada, con prácticas caciquiles, clientelares y de compadrazgo, que contribuyeron a fomentar una intrincada red de relaciones, acuerdos y estrategias políticas que en este caso, incluso, rebasaron las siglas partidistas. En el segundo modelo, los priistas de viejo cuño aunque desgastados en el ámbito nacional tuvieron, en la reproducción de estas prácticas ya sin la intervención del gobierno federal, la oportunidad de recuperar el control político de la entidad. Esto último, significó que el grupo político del ex gobernador Mario Marín Torres, agravió a los grupos regionales al ignorarlos e imponerles sus decisiones, como por ejemplo la candidatura de Javier López Zavala, a quien se le cuestionó desde su origen chiapaneco hasta las propias afrentas del gobernador que iban ejecutadas por su brazo operativo Javier López Zavala al ser su secretario de gobierno. Si bien es cierto que las inercias del centro en materia electoral llevarían en una primera instancia a reposicionar al pri poblano, así el proceso electoral 2012 para la renovación de los poderes federales ejecutivo y legislativo, generó una importante expectativa sobre quién sería el próximo presidente de la república, parecía ser que los ciudadanos tenían claro por quien votarían para presidente, pero el tema se complicaba cuando se trataba de elegir a los miembros del poder legislativo, tanto en cámara alta como baja, pues el cambio de militancia partidista hizo presencia con más fuerza que nunca. Ante esta situación, por primera vez, se vio una elección en la que el voto diferenciado era el tema a discutir. Este fenómeno político preocupó en forma importante a los priistas porque el el pri era considerado como el instituto que ha servido de abastecedor de políticos, que junto con su “capital”, deciden abandonar al otrora poderoso pri para buscar otros partidos en los que sean reconocidas su fuerza y liderazgo. Es así como el tema de las ideologías partidistas ha quedado rebasado. La apuesta de buscar el voto con un sentido de identidad y consecuente pertenencia política, en función de los ideales que cada partido maneje, se han quedado a la saga. La confusión que este aspecto genera en los ciudadanos aún no se ha medido ni se está analizado con mayor profundidad. 7  Para los especialistas Carrillo y Yocelevsky “La alternancia consiste, desde el punto de vista empírico y de sentido común, en que la sucesión de un gobierno por otro se realice reemplazando en la ocupación de los cargos a una fuerza política por otra. Este hecho ha llegado a ser considerado un indicador de madurez de los sistemas democráticos.” Cfr. Liliana López Levi, Juan Reyes, et al., (coords.), Procesos políticos, continuidades y facturas, uam-itaca, México, 2012, p. 279.

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Lo que resulta innegable es que el voto diferenciado se ha instaurado en las prácticas ciudadanas en los procesos electorales; por ello, a la élite priista le preocupa dicha situación por que saben del tremendo socavón que se ha hecho en su interior y ahora no saben como cubrirlo. Se entiende, en consecuencia, que una cantidad considerable de sus activos más reconocidos, no ha tenido el menor tapujo por rechazar al partido político que los vio nacer como políticos y a cuya sombra hicieron sus capitales, en las diversas interpretaciones de la palabra. Ahora abrazan otro partido sin importar que ideológicamente sea diametralmente opuesto al pri; no importa tampoco que se trate de un partido que en su propia historia de creación sea producto de la escisión de dicho instituto; tampoco interesa que en la elección inmediata anterior hayan combatido con fervor al partido y militantes que hoy los acogen. Lo que interesa realmente es lo que el partido en cuestión les puede ofrecer como es el caso de las candidaturas. Llegamos así a la tabla 3 que muestra los resultados para gobernador de 1998 hasta 2016 (aún preliminares). En el 2016 los resultados son contundentes en dar el triunfo al candidato de la Coalición Puebla Avanza, con Antonio Gali Fayad al frente de la misma.

Tabla 3. Elecciones para gobernador 1998-2016 Año

PRI

PAN

PRD

Otros

1998

55%

29%

11%

3.6%

2004

49.6%

35.9%

5.6%

8.8%

2010

APA* 40.1%

ACPP** 50.4%

2016

PRI-PVE-PES *** 33.59%

Coalición Sigamos Adelante**** 45.35%

5.6% PRD 3.84

13.44%

Fuente: Elaboración propia con datos tomados de Elecciones locales en Puebla, Memoria del Instituto Estatal Electoral de Puebla, México, 1998. http://www.ieepuebla.org.mx 2004, 2010 y 2016. *Alianza Puebla Avanza apa. **Alianza Compromido por Puebla acpp. *** Coalición pri-pve-pes. **** Coalición Sigamos Adelante.

En la tabla 3 se muestra de forma contundente que, mientras el pri se hace menos competitivo electoralmente, la oposición va ganando esos espacios. Sin embargo, quiero resaltar que la elección del 2010 tiene por característica que la principal fortaleza de la oposicón fue la construcción de una alianza que por el mero recuento de votos duros de los partidos involucrados, aventajaban sin mayor problema al pri. Es decir, aparentemente no se movió el voto duro para dicho partido, respecto de lo que fue la elección del 2004, en la realidad no creció en la captación del mismo; y la oposicón supo aglutinar no sólo su voto base sino que aprovechó el nulo crecimiento del pri. El modelo se replicó para esta elección del 2016 y, como se puede apreciar en la tabla 3, el voto priísta sufre un descenso importante en la captación de votos y, con ello, se permite argumentar diversas interpretaciones de esta situación que expondré a continuación. Los priistas hacían alarde de la gran estructura de militantes que atravesaba todo el estado poblano, pero ésta no se hizo presente en la contienda electoral del 2016. La candidata a la gubernatura por el pri, Blanca Alcalá, reiteradamente manifestó en sus mítines y reuniones proselitistas que el gobernador estaba obstruyendo la celebración de los mismos en los municipios y comunidades, con la consecuencia de contar con muy pocos asistentes Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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a dichas actividades políticas. Otro asunto que tuvo un cambio en la estructura priista fue la capacidad operativa y en particular la integración de los consejos distritales. Pareciera que hubo una inoperancia de muchos priístas que son amplios conocedores de la importancia de integración de los consejos distritales pero que, en esta ocasión, se diluyó la formación frente a los grupos de oposición por integrar lo más ad doc posible estos cuerpos electorales. Desde luego que la integración misma del ople poblano se ha prestado a muchas críticas y denostaciones. Lo mismo ocurre con su desempeño en este proceso electoral al grado que se presentaron varias correcciones a su actuar, por parte de la autoridad judical electoral de la federación. Se puede mencionar como ejemplo, el caso de la ex candidata independiente Ana Teresa Aranda8 a la gubernatura del estado en el reciente proceso electoral 2016. Por otra parte, se puede mencionar la desbandada que sufrió el pri, y su aliado el pve, cuando muchos presidentes municipales que lograron este cargo bajo estas siglas partidistas en la elección local del 2013, les dieron la espalda y más aún, abiertamente declararon que operarían a favor del candidato Antonio Gali Fayad. Lo mismo ocurrió a nivel de las juntas auxiliares, las inspectorías y muchos líderes de comunidades y colonias. Los motivos para dicho abandono a la causa priísta son diversos, pero no se puede negar que las estrategias gubernamentales por ofrecerles mantener sus capitales políticos, por negociar los resultados de cuentas públicas, por brindar apoyos económicos y de invesrsión de recursos, entre otros, son argumentos poderosos para cambiar su apoyo político. Este fenómeno, sin duda, debe analizarse con mas cuidado sobre todo en la lógica de la desmitificación de la fuerza de una ideología partidista y más de la priísta que se mantuvo durante practiamente siete décadas en el poder presidencial. Se vislumbra un panorama de prevalencia de los intereses personales frente a los aparentemente institucionales y partidistas que con tanto celo cuidó y alimentó el sistema emanado del pri. Con ello, la alternancia política federal del 2000, y la local del 2010 en Puebla (y qué no decir del refrendo que ha tenido el gobierno actual derivado de los resultados electorales de este año) y desde luego las que se han estado presentando en todo el país, dan muestra de un cambio en el quehacer político que acerca cada vez más al pragmatismo puro que al romántico argumento de la ideología de valores partidistas. Desde luego que tambien existen grupos priístas que al interior de la entidad poblana se han mantenido fieles al partido pero ellos, en mucho, fueron desarticulados en su operación política al no tener conexiones con instituciones y grupos que les permitieran brindar respaldos y soluciones a las demandas de sus respectivos grupos de apoyo. En la lógica operativa del sistema de redes clientelares, se dejó sin esta arma fundamental al pri poblano y, con ello, se evidencia una clara distancia de las dependencias de gobierno federal, respecto de las necesidades de los políticos regionales que seguían en la lógica de trabajar por el partido. En esa tesitura, mucho se ha argumentado respecto de si existía o no un pacto entre el gobierno federal y el estatal, para llevar la elección en la dirección del triunfo de la coalición 8  La ex panista Ana Teresa Aranda Orozco presentó un juicio de protección de derechos políticos ciudadanos ante la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (tepjf ) luego que el Instituto Electoral del Estado (iee) le negó su registro como candidata independiente a la gubernatura de Puebla. En abril del presente año, la sala del tepj dictó sentencia a favor de Ana Teresa Aranda, con lo cual se dejó sin aplicación el criterio de territorialidad de apoyo ciudadano y la renuncia a la militancia partidista de al menos 12 meses antes de la elección, así como los acuerdos tomados por el iee poblano sobre la verificación del apoyo ciudadano.

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encabezada por el pan y afianzar la intención del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas de competir por la candidatura del pan para la elección presidencial del 2018. En conclusión se puede decir que la entidad poblana experimenta cambios sustanciales en su quehacer político, muy en consonancia con lo que ocurre en la mayoría de los estados. Hay que agregar otro elemento que tiene que ver con la figura política del gobernador actual, la cual puede identificarse como muy fuerte en su forma de operar para lograr sus objetivos de ser candidato a la presidencia de la república. Sus grupos de apoyo, enlaces y grupos están más allá de la entidad poblana. Por ello, el triunfo de la Coalición Puebla Avanza, en la que Antonio Gali Fayad será gobernador durante un año ocho meses, afianza la aspiración morenovallista por lograr la candidatura del pan en la brega por la presidencia de la república en el 2018. En lo que respecta al futuro del pri como partido político, hoy día se antoja incierto siguiendo la lógica del sisma que vivió, en el 2000, cuando fue arrojado de Los Pinos y quedó debilitado en la integración del congreso de la unión. A pesar de que en el 2012 recuperó la presidencia de la república, de gobernar la mayoría de los estados, en los resultados arrojados por esta ultima elección de homolgación de tiempos electorales, el panorama es distinto. Se muestra un pri que no está ya en la misma lógica de los intereses presidenciales, con un ejecutivo que además parece diluirse ante los reclamos sociales de diversa índole, en dónde parece querer abrir varios frentes de antipatías y guerras intestinas, con un consecuente y creciente descontento social. Todo ello, sin lugar a duda, arrojará igualmente para la brega electoral del 2018 un panorama político muy dificil para este instituto político, cuya salida se vislumbra en retomar lo que en algún momento se manejó con la alternancia. El pri debe reestructurarse, cambiar sus siglas para evitar el voto anti priísta que por inercia lo desprecia y, desde luego, hacer una limpieza real de quienes son parte de este partido y representan los viejos vicios del sistema partidista. En definitiva, estamos presenciando lo que se antojaba como inimaginable: la desmitificación del pri y la posible desaparición de estas siglas, que han sido fundamentales para la construcción del actual sistema político mexicano, en dónde la segunda década del siglo xxi será la clave para sacudir el régimen creado y alimentado por este instituto.

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Interculturalidad y migración: reflexiones sobre política educativa e identificaciones étnicas y nacionales en Argentina María Laura Diez

D

Introducción esde diversos espacios de producción de conocimiento y debate político viene problematizándose el campo estatal en términos de interculturalidad e inclusión. En este trabajo recupero la discusión sobre las condiciones de interculturalidad de toda experiencia escolar y vital, para centrarme en el debate sobre la construcción de la diferencia en la escuela, los límites en los sentidos que adquiere desde la política educativa en Argentina y los procesos de identificación étnicos y nacionales en espacios cotidianos. Estas reflexiones se sostienen en la investigación etnográfica llevada adelante en contextos escolares de Buenos Aires, con fuerte presencia de población inmigrante latinoamericana, y la participación en espacios de definición de políticas educativas.1 Constituyen experiencias que me permitieron registrar cómo el tópico de la cultura es concebido como “atributo” desigualmente distribuido en la población, al mismo tiempo que se instala un discurso de ampliación de derechos en términos de reconocimiento y respeto por los derechos humanos. Se trata de perspectivas que comienzan a estar presentes en normativas y reclamos de la sociedad civil, asociadas al reclamo de revisión de procesos históricos de silenciamiento cultural o a los dilemas que la docencia enfrenta cuando los niños/as que ingresan a las escuelas se distancian de los esperados: población indígena, migrante latinoamericana y perteneciente a nuevos sectores sociales que irrumpen y se incorporan a la escolarización en tiempos de extensión de la obligatoriedad escolar. Junto con el análisis de las políticas, se hace evidente la necesidad de pensar la especificidad de la construcción diversidad1  Investigaciones que se desarrollan en el marco del Programa de Antropología y Educación (ica, FFyL, uba), del Conicet, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y la unipe (LabIPP); y la participación en equipos de trabajo en interculturalidad y educación, en espacios ministeriales y de formación docente.

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desigualdad en espacios urbanos, abordar las grandes ciudades como territorios atravesados por procesos de segmentación social y educativa y desplazamientos poblacionales que imprimen nuevas configuraciones en las formas de asentamiento e interacción de la población.2 En lo específico, resulta clave para el análisis abordar las formas territorializadas en que se expresa la identidad, junto con las experiencias dinámicas que viven niños/as y jóvenes al transitar la migración o haberlo hecho sus padres recientemente. Al mismo tiempo se abren preguntas sobre la forma en que son interpelados por instituciones estatales, cuando se trata de niños/as y jóvenes con distintas marcaciones de identidad asociadas a la nacionalidad, a la etnicidad y a la pobreza: ¿cómo asegurar el acceso a un derecho considerado común —la escolaridad en sus distintos niveles—, sin menoscabar otros derechos, como el de vivir en comunidad, sostener la lengua de socialización, legitimar identificaciones dinámicas, históricas e interseccionadas, en términos de nacionalidad, etnicidad, generación? Las preguntas que recorro en este texto apuntan a destacar la necesidad de pensar las situaciones de interculturalidad como expresión de campos de disputa, en los que la distintividad se confronta con la norma, desde distintas comunidades de prácticas. Considero las particularidades de los contextos donde la migración latinoamericana-andina se asienta en Argentina: por un lado, las relaciones entre nativos y extranjeros (y la discriminación de la que esta última es objeto); por el otro, la convivencia entre mandatos escolares y marcos legales que atraviesan la vida cotidiana de las escuelas, en las que nacionalismo e interculturalidad se tensionan y prefiguran condiciones diferenciales de inclusión.

2  Las situaciones urbanas no han sido atendidas suficientemente en su especificidad (Flavia Terigi, Roxana Perazza y Denise Vaillant, 2009), a diferencia de las referidas a contextos comunitarios clasificados como rurales e indígenas. Cfr. Corina Courtis y María Inés Pacceca (compiladoras), en Discriminaciones étnicas y nacionales: un diagnóstico partcipativo, Editores del Puerto y adc, Buenos Aires, 2011.

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Diversidad y migración latinoamericana-andina en Argentina Al igual que otros países del contexto latinoamericano, Argentina se caracteriza por una enorme diversidad socioétnica. En la actualidad se define como un país pluriétnico y multilingüe, compuesto por población criolla, población migrante (mayoritariamente de países limítrofes y/o latinoamericanos) y más de una veintena de pueblos indígenas. Según las estimaciones estadísticas del último censo poblacional (indec 2010) se calcula aproximadamente un total de cuarenta millones de habitantes, de los cuales el 2.4 por ciento se declara indígena o descendiente de algún pueblo originario y el 5 por ciento como nacida en el extranjero.3 Argentina es actualmente el primer destino migratorio intrasudamericano, situación que convierte al país en un escenario en el que las dinámicas poblacionales imprimen cambios sobre el espacio social, se registran procesos de etnogénesis y reterritorialización de población que es desplazada de sus lugares de origen, y se renuevan los debates (y/o desafíos) en el diseño de políticas que se afirman orientadas al reconocimiento y la inclusión. No se trata de situaciones inéditas, el territorio nacional se configuró en términos de un Estado fuertemente definido por el componente extranjero/inmigrante de su población. Desde los estudios migratorios se analiza el proceso histórico de construcción de una imagen de homogeneidad racial y cultural del Estado nacional argentino, junto con la consolidación de relatos complementarios sobre la inmigración y el componente extranjero de la sociedad. Los flujos de pobla3  Los criterios censales para la identificación de los pueblos indígenas en Argentina son el auto-reconocimiento. [...] No obstante, la identidad indígena ha sido subalternizada en el discurso nacional de modo tal que adscribirse a ella pueda ser entendido como […] marca que pocos sujetos estén dispuestos a llevar. Cfr. Ana Carolina Hecht, Mariana García Palacios, Noelia Enriz y María Laura Diez, “Interculturalidad y educación en Argentina: reflexiones a propósito de un concepto polisémico”, en Educación, pueblos indígenas y migrantes. Reflexiones desde México, Brasil, Bolivia, Argentina y España, Gabriela Novaro, Ana Padawer y Ana Carolina Hecht (compiladoras.), Biblos, Buenos Aires, 2015.


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ción inmigrante europea4 y latinoamericana durante el último siglo y medio, dieron lugar a distintos sistemas de visibilidad e interacción sobre la base de un argumento sostenido en una diferencia racial, al respecto puede consultarse María Inés Pacecca y Corina Courtis, “Inmigración contemporánea en Argentina: dinámicas y políticas” en Serie Población y Desarrollo-cepal, 2008.5 A lo largo del siglo xx la migración latinoamericana pasó de ser casi imperceptible a ser señalada como migración de baja calidad y disruptiva con relación a una sociedad concebida como homogénea y de “raíces culturales europeas”. Hay que mencionar que en términos demográficos se ha mantenido constante desde hace siglo medio (alrededor del 3 por ciento en relación a la población total de Argentina),6 lo que varió fue su composición y áreas de asentamiento. En las últimas décadas la migración paraguaya, boliviana y peruana creció, frente a otra como la chilena que disminuyó. Se produjo también una mayor concentración en el Área Metropolitana de Buenos Aires.7 Distintas investigaciones han confluido en el estudio de la migración boliviana. Entre las razones

de esta confluencia se destaca la mayor visibilidad que ha alcanzado, relacionada con: 1) la mirada fenotípica de lo andino en Buenos Aires, frente a una sociedad que privilegia el componente europeo-blanco; 2) la conformación de nucleamientos poblacionales o enclaves territoriales y las formas de colectivización8 que imprimen el atributo de “barrio boliviano” en distintos espacios sociales; 3) las incorporaciones diferenciales, considerando las restricciones y descalificaciones con las que se enfrentó, junto al registro de múltiples situaciones de discriminación étnica y racial de las que es objeto.9 De acuerdo al último censo nacional (indec 2010) la población de origen boliviana representaba el 19 por ciento del total de extranjeros en el país, unas 345 mil 272 personas, de los cuales la mitad residía en el amba. De este modo, los desplazamientos más significativos implican hoy una concentración en Buenos Aires de migrantes asociados al “mundo andino”, donde confluyen aquellos identificados como pertenecientes a los pueblos aymara y quechua del occidente boliviano, especialmente provenientes de las ciudades de Cochabamba, La Paz y Potosí. Para estos migrantes recientes, la motivación principal para dejar el país ha sido la bús4  La denominada Gran Oleada Migratoria procedente de queda de un mejoramiento en las condiciones de Europa se concentró entre fines del siglo xix y principios del xx, llegando a constituir en esos años el 30 % de la población vida, en tanto la escasez y el deterioro de las tierras del país y casi el 50 % de la población de la Ciudad de en Bolivia han afectado fuertemente a nuevas geBuenos Aires, según datos del censo de 1914. Este proceso se complementó con un discurso que enfatizaba el sentido neraciones de campesinos tanto del altiplano como civilizador de la llegada de la población europea. Cfr. Gabriela de los valles. Diversos estudios dan cuenta de que Novaro y María Laura Diez, “Educación y migración en la colectividad boliviana en Argentina, “ha creado Argentina: expectativas familiares, mandatos escolares y voces infantiles”, en Educación, pueblos indígenas y migrantes. fuentes de trabajo para sus nacionales”,10 siendo éste Reflexiones desde México, Brasil, Bolivia, Argentina y España, Biblos, Buenos Aires, 2015. 5  María Inés Pacecca y Corina Courtis, “Inmigración contemporánea en Argentina: dinámicas y políticas”, en Serie Población y Desarrollo-cepal, 2008 6  Roberto Benencia, “La inmigración limítrofe”, en Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo Centenario. Una historia social del siglo XX, Susana Torrado (compiladora), Tomo I, Ensayo Edhasa, Buenos Aires, 2007. 7  El AMBA comprende la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, un conglomerado de 24 partidos de la provincia de Buenos Aires, donde habitan casi 13 millones de personas, más del 30 % de la población total del país. Cfr. Susana María Sassone y Brenda Matossian, “Metropolización, migración y desigualdades sociales, evidencias geográficas sobre la Región Metropolitana de Buenos Aires , en Ciudades latinoamericanas: desigualdad, segregación y tolerancia, María Mercedes Di Virgilio y Mariano Perelman (coordinadores), Clacso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2014.

8  Cynthia Pizarro, “Organizaciones de inmigrantes bolivianos en áreas periurbanas argentinas: Entre la demanda contra discriminación y la reproducción de la subalternidad”, en Congreso 2009 de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Río de Janeiro, 11 al 14 de junio; María Laura Diez, Gabriela Novaro, y Francisco Fariña, “Para aprender a hacer, tenés que hacerlo, pero si podés estudiar mejor: migración, experiencias formativas y apuestas identitarias intergeneracionales”, en XI Reunión de Antropología del Mercosur, Universidad de la República, Montevideo, 2015. 9  Stanley Tambiah, “Conflicto étnico en el mundo actual”, American Ethnologist Nº 4, Universidad de Harvard, 1989. Traducción: María Rosa Neufeld y Juan Carlos Radovich. 10  María Inés Pacecca, El trabajo adolescente y la migración de Bolivia a Argentina: entre la adultez y la explotación, Clacso, Buenos Aires, 2013.

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un motivo de concentración, nucleada alrededor de emprendimientos productivos (producción frutihortícola, textil, comercialización de frutas, verduras y vestimenta), junto con la particular visibilidad que las familias connacionales han adquirido en territorios específicos de Buenos Aires, lo que permite a los recién llegados integrarse en redes sociales de ayuda o “paisanaje”.11 Los procesos de reconfiguración familiar son parte de las dinámicas que adquieren las migraciones y los desplazamientos domésticos, iniciadas con el traslado de algunos de sus miembros en función de una estrategia reproductiva. Esta se sostiene en la crianza temporal de los niños/as a cargo de distintos miembros de la familia ampliada, y en la vivencia de sucesivos movimientos dentro y fuera del territorio boliviano. Las formas en que se articula la pertenencia de clase y la alteridad son elementos de análisis insoslayables en torno a la identificación y la subalternización de una población doblemente identificada como pobre y extranjera-indígena. En este sentido, los migrantes bolivianos tienden a renovar sus identificaciones étnicas en los nuevos contextos como respuesta defensiva a su posición subordinada, en una politización de la diferencia cultural:12 entre la alteridad y la identidad asignada, Buenos Aires advierte la presencia de “bolivianos étnicos”, donde prima una lectura fenotípica y donde la extranjeridad se confunde con la migración en distintas generaciones.13Sea que se enfaticen los procesos de etno-génesis o la relación con la sociedad nacional, en esa dinámica se consolidan identidades contrastivas que admiten lecturas en las que la nacionalidad y la etnicidad no resultan fácilmente delimitables.14 11  Roberto Benencia, “La inmigración limítrofe”, en Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo Centenario. Una historia social del siglo XX, Susana Torrado (compiladora), tomo I, Ensayo, Edhasa, Buenos Aires, 2007. 12  Pablo Regalsky, Etnicidad y clase. El Estado boliviano y las estrategias andinas de manejo de su espacio, Ceidis- cendaPlural-cesu, La Paz, Bolivia, 2007 13  Corina Courtis y María Inés Pacecca (compiladores), Discriminaciones étnicas y nacionales: un diagnóstico participativo. Editores del Puerto y adc, Buenos Aires, 2011. 14  María Laura Diez, Migración, biografías infantiles y procesos de identificación. Reflexiones desde una etnografía escolar en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, Tesis de doctorado,

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Políticas de interculturalidad y migración Interculturalidad en educación como campo problemático: avances y paradojas en perspectiva de derechos

En los últimos años se registraron avances sobre la situación legal de la población inmigrante latinoamericana en el país, con normativa que pone de relieve el derecho a la educación, junto con el acceso a los servicios de salud, entre otros. La Ley de Migraciones Nº 25.871/03 invirtió el criterio de radicación de extranjeros, pasando del control policial a la propensión de su regularización y la reunificación familiar.15Coincide con la Ley de Educación Nacional Nº 26.206/2006, precisando que deben disponerse las medidas necesarias para garantizar a las personas migrantes o extranjeras el acceso a los distintos niveles educativos previstos por la Ley y las condiciones para la permanencia y el egreso.16Los marcos normativos pueden legitimar o restringir la presencia de población inmigrante, constituyen políticas identitarias de clasificación entre ciudadanos nacionales y no nacionales. En este caso, la ley en vigencia constituye una de las leyes migratorias más atentas a los derechos humanos en el contexto internacional, un gran contenedor para amplios sectores de la población que, sin embargo, son objeto de prácticas en las que se menoscaba el ejercicio de derechos.17 La perspectiva Intercultural se instala en el debate político, como discurso que en sus versiones más críticas, pretende trascender la idea de homogeFacultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2014. 15  Susana Novick (compiladores), Las migraciones en América Latina, Catálogos, Clacso, Asdi, Buenos Aires, 2008. 16  El Decreto Reglamentario 616/10 (6/5/2010) de la Ley de Migraciones y el Art. 143 de la LEN coinciden en este punto. Cfr. Marcela Cerrutti y Georgina Binstock, Los estudiantes inmigrantes en la escuela secundaria. Integración y desafíos, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (unicef ), Buenos Aires, 2012. 17  María Laura Diez, Laura Martínez y Lucia Groisman (en prensa), “Procesos de identificación, políticas públicas y perspectivas de derechos. Aportes desde la antropología para pensar la escolarización de niños y jóvenes migrantes”, en Niñez, regulaciones estatales y procesos de identificación, Gabriela Novaro, Laura Santillán, Ana Padawer y Laura Cerletti (coordinadores), Buenos Aires, Biblos.


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neidad cultural y colocar en el campo educativo, el debate epistemológico y lingüístico sobre la diversidad y la diferencia. Los marcos legales en materia de educación,18 incluyen articulados específicos acerca del reconocimiento de la diversidad sociocultural de la población y el derecho a acceder a una escolaridad que vaya más allá de ese reconocimiento y promueva nuevas formas de concebir la diferencia en los procesos de enseñanza y aprendizaje (Capítulo xi de la Ley de Educación Nacional 26.206, se refiere enteramente en sus tres artículos a la Educación Intercultural Bilingüe). Sin embargo, como hemos advertido en otros trabajos, las políticas educativas interculturales en la Argentina han sido formuladas de modo predominante atendiendo a comunidades originarias y rurales, sin involucrar al resto de la población escolar (que comparte esas condiciones de interculturalidad), a los indígenas urbanos ni a otros grupos que podrían ser definidos como minorías culturales, tales como la población inmigrante latinoamericana o a la población indígena extranjera.19 Vale hacer un paréntesis, por la importancia que adquiere la experiencia reciente en procesos de revisión y debate de la política. La noción de interculturalidad ha sido el eje discursivo de un conjunto

de experiencias que revisan las condiciones de escolaridad de poblaciones en situación de dominación cultural y desigualdad social. Sin embargo, muchas de ellas se sostienen en un optimismo (ingenuo) sobre su potencialidad transformadora de la realidad, constituyendo una retórica funcional que pierde su fuerza crítica dentro de una estructura social desigual. En el marco de políticas y discursos estatales de carácter progresista, debemos atender al registro de distintos efectos y paradojas:

• Por un lado, la emergencia de un importante Frente discursivo, referido al despliegue de una política de reconocimiento hacia grupos históricamente subalternizados (en el relato histórico nacional y la propia estructura estatal), propiciando una mirada crítica sobre procesos de silenciamiento y negación de la población indígena y migrante latinoamericana; efecto que se tradujo fuertemente a nivel del discurso y de definición de una nueva retórica atenta a los derechos humanos. • Por otro lado, la focalización de la mirada en algunos colectivos y comunidades acotadas, sin problematizar la relación que las sociedades, en el marco de los procesos de expansión estatal, 18  “Tanto en los pronunciamientos de Durban, Unesco, oit, establecieron con amplios sectores; efecto esenNaciones Unidas, OEA como en los textos constitucionales cializador, en tanto el término interculturalidad de muchos países de la región se expresa el reconocimiento y el respeto a la diversidad cultural como principio organizador. se constituye en referencia y alusión a sujetos y Esto ha dado lugar a marcos normativos en educación […] comunidades recortadas constituidas en minoque progresivamente instalan la cuestión de la educación rías jurídicas, y al despliegue de políticas y prointercultural. Mirando la región como un todo, cabe sin embargo alertar sobre un aspecto estratégico: estos cambios puestas diferenciadas, que no propician cambios en materia normativa no han tenido como correlato necesario estructurales. mejoras sustantivas en la realidad educativa de bastos grupos en América Latina”, Cfr. Raúl Díaz, María Laura Diez y Sofía Thisted, Educación e Igualdad: la cuestión de la Educación Intercultural y los pueblos indígenas en Latinoamérica. Una contribución para el proceso de revisión de Durban, clade, Brasil, 2009, p.16. 19  Gabriela Novaro y María Laura Diez, “Educación y migración en Argentina: expectativas familiares, mandatos escolares y voces infantiles”, Educación, pueblos indígenas y migrantes. Reflexiones desde México, Brasil, Bolivia, Argentina y España, Gabriela Novaro, Ana Padawer y Ana Carolina Hecht (compiladores), Biblos, Buenos Aires, 2015; María Laura Diez y Gabriela Novaro, “Continuidades y discontinuidades entre sistemas educativos nacionales: la educación en Bolivia y en Argentina desde una perspectiva intercultural”, en Relaciones escolares y diferencias culturales: la educación en perspectiva intercultural, Alicia Inés Villa y María Elena Martínez Martínez (compiladores), Noveduc, Buenos Aires, 2014.

Algunas experiencias han intentado promover, no sin encontrar resistencias, una visión de la educación intercultural que vaya más allá del reconocimiento de la diversidad cultural20, de las versiones del multiculturalismo que consideran que debe limitarse al 20  Las iniciativas llevadas adelante en el marco del programa Nuestra Escuela (Ministerio de Educación de la Nación) son algunos de los efectos más auspiciosos en esta línea: Curso “Inmigración, Diversidad y Derechos humanos” y “Las Relaciones Interétnicas desde una Perspectiva Histórica: Los Pueblos Indígenas y el Estado en Pampa y Patagonia. http://

nuestraescuela.educacion.gov.ar

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respeto y valorización positiva de las culturas presentes en las aulas y de un interculturalismo restringido al diseño de programas focalizados y compensatorios.21 Se plantea la interculturalidad en términos propositivos como proyecto y perspectiva política, social y educativa que parta de comprender que toda situación educativa necesita construir una mirada sobre los sujetos que los conciba como inscriptos en identificaciones de género, etnia, generación, clase social, nacional y otras posibles, rompiendo con la idea de un ser educable único y monolítico, aunque manteniendo la intención de incluir a todos/as en una educación común, como también apuntan los autores arriba citados. Subyace al registro de estas experiencias, la constatación de que se trata de una temática que atraviesa las condiciones de escolarización de amplias mayorías y que lo que está en juego es la apuesta por la escuela pública.

Políticas y categorías de sujetos: formas de regulación estatal de las identidades

Para entender cómo estas categorías circulan socialmente en el contexto argentino, hay que recordar que sobre la población inmigrante de Bolivia se construyó un nuevo sistema de visibilidad en términos de etnicidad consolidándose la figura de “bolivianos étnicos”, que señala como tales a quienes aun habiendo nacido en Argentina, se les asigna una extranjeridad sostenida en marcas étnicas y en una lectura fenotípica.23 En este escenario, distintas voces advierten que la progresiva legitimación de las figuras del migrante y el indígena como sujeto de derechos en la última década, debe ser examinada en el marco de los procesos de negociación que atraviesan a las políticas públicas en las instituciones estatales (en particular, escolares), donde no pueden desconocerse las formaciones históricas de alteridad. Es decir, pensar este problema desde las relaciones entre normativas y políticas de interculturalidad, y sujetos de merecimientos y legitimidades que los agentes estatales construyen en su interacción cotidiana.24 En este sentido, la preocupación debería incluir la profundización de debates centrales al campo estatal que atraviesan los sentidos que adquieren nociones como la de extranjero a la que hemos aludido, y otras como la de minoría,25 con el propósito de avanzar en el análisis de las formas de efectivización

El análisis de los marcos regulatorios de la inmigración permite reconstruir algunos sentidos con que se va configurando la imagen sobre la extranjeridad de quienes ingresan en el territorio. Es importante considerar el uso de estas nociones tan complejas, que constituyen categorías de uso y de análisis. Abdelmalek Sayad hace una advertencia en este punto, sobre la no linealidad entre la categoría de inmi- 23  Alejandro Grimson, “Nuevas xenofobias, nuevas políticas étnicas en la Argentina”, en Migraciones regionales hacia grante y la de extranjero: Inmigrante designa cada vez con mayor frecuencia una condición social, mientras que extranjero corresponde a un estatus jurídico-político; este último puede cambiar sin que nada cambie en la primera o sin que cambie nada en absoluto.22 21  Dirección de Educación Intercultural de la Dirección General de Cultura y Educación, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, 2007. Cfr. Alicia Villa, Sofía Thisted, María Elena Martínez y María Laura Diez, “Procesos educativos y escolares en espacios interculturales”, en Revista Decisio, Nº24, crefal, México, sep-dic 2009, pp.79-85. 22  Abdelmalek Sayad, “Estado, nación e inmigración. El orden nacional ante el desafío de la inmigración”, en Revista Electrónica Apuntes de Investigación del cecyp (Centro de Estudios en Cultura y Política), Nº 13, Argentina, 2008, p. 103.

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la Argentina. Diferencia, desigualdad y derechos, Alejandro Grimson y Elizabeth Jelin (compiladores), Prometeo. Buenos Aires, 2006, pp. 69-98. 24  Laura Martínez, “Niñez, migración y derechos: aportes para un abordaje antropológico”, en Revista Equidad y Sociedad, Santiago de Chile, 2014; María Laura Diez, Laura Martínez y Lucia Groisman (en prensa), “Procesos de identificación, políticas públicas y perspectivas de derechos. Aportes desde la antropología para pensar la escolarización de niños y jóvenes migrantes”, en Niñez, regulaciones estatales y procesos de identificación, Gabriela Novaro, Laura Santillán, Ana Padawer y Laura Cerletti (coordinadoras), Biblos, Buenos Aires. 25  Como señala Laura Victoria Martínez: “la alusión a minoría remite al diálogo con definiciones y debates de la antropología jurídica en torno a los nuevos sujetos de derechos. Sin embargo, no debe omitirse que las problemáticas a las que esta categoría refiere, forman parte de las mayorías en las realidades latinoamericanas”, en “Los derechos sociales de niños y niñas migrantes. Contribuciones desde el abordaje etnográfico”, XI Reunión de Antropología del Mercosur, Universidad de La República, Montevideo, 2015.


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y vulneración de derechos. Se entiende la importancia de analizar la idea de minoría que construyen las políticas en el marco de perspectivas de derecho, junto con los dilemas entre sujetos individuales y colectivos que éstas configuran, así como la tendencia a desconectar la situación de los niños/as y jóvenes de sus grupos de pertenencia, estableciendo legitimidades diferenciadas: niños/as y adultos, migrantes e indígenas.26Laura Martínez retoma la noción de doble déficit,27 para describir la situación de solapamiento de derechos que atraviesa la población inmigrante de Bolivia en Argentina: término que señala la ausencia de la perspectiva de infancia en las políticas migratorias, y asimismo la falta de atención a la especificidad del hecho migratorio en las políticas de infancia.

útil para pensar los efectos de extranjerización sobre los inmigrantes de países limítrofes (y sus hijos nacidos en Argentina), que una serie de políticas y discursos xenófobos sostenidos en décadas pasadas provocaron, en un contexto en el que el marco regulatorio cambió. Se apunta en la extranjerización un efecto clave sobre la población inmigrante limítrofe: su exclusión de políticas vinculadas a los derechos culturales que atraviesan la legislación educativa.30

Migración y escuela en Buenos Aires, aportes de la investigación etnográfica Inclusión-exclusión: ¿o formas subordinadas de estar en la escuela?

Sólo para dejar el debate abierto, entendemos que la temática debe pensarse dentro de los procesos de Estado, donde lo que se juega es la definición de elementos estructurantes de la nación (y la ciudadanía), terreno donde se suele registrar la paradoja entre la lucha por la igualdad y al mismo tiempo la defensa de la diferencia.29 Esta distinción resulta

Según lo expuesto, puede hablarse de un posible desfasaje entre los marcos normativos y la situación escolar de niños/as y jóvenes. Si consideramos a la población inmigrante limítrofe y entre ella a la proveniente de Bolivia —sobre la que hemos trabajado más específicamente— se puede observar que se trata de una población que apuesta por la inclusión de las jóvenes generaciones al sistema escolar. Prácticamente la totalidad de los niños/as de hasta 13 años de edad asiste a la escuela (Censo 2001), en tanto se registra una caída progresiva en los siguientes rangos de edad, coincidente con el ingreso a la educación secundaria, situación no reducida a la población inmigrante, pero más pronunciada en ésta, —con frecuencia asociada a los altos niveles de repitencia escolar en el nivel y al ingreso temprano de los sectores populares en el mercado de trabajo—.31

26  Laura Martínez, “Niñez, migración y derechos: aportes para un abordaje antropológico”, en Revista Equidad y Sociedad, Santiago de Chile, 2014. 27  Pablo Ceriani Cernadas, Lila García, Ana Gómez Salas, “Niñez y adolescencia en el contexto de la migración. Principios, avances y desafíos en la protección de sus derechos en América Latina y el Caribe”, en Revista remhu, Año xxii, Nº 42, 2014, pp.9-28. 28  María Laura Diez, Laura Martínez y Lucia Groisman (en prensa), “Procesos de identificación, políticas públicas y perspectivas de derechos. Aportes desde la antropología para pensar la escolarización de niños y jóvenes migrantes”, en Niñez, regulaciones estatales y procesos de identificación, Gabriela Novaro, Laura Santillán, Ana Padawer y Laura Cerletti (coordinadoras), Biblos, Buenos Aires. 29  Partha Chatterjee, Nación y Nacionalismo, en La Nación en tiempo heterogéneo y otros estudios subalternos, Siglo

XXI Editores de Argentina, Buenos Aires, 2008; Homi K. Bhabha (compilador), Nación y narración. Entre la ilusión de una identidad y las diferencias culturales, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2010. 30  María Laura Diez, Laura Martínez y Lucia Groisman (en prensa), “Procesos de identificación, políticas públicas y perspectivas de derechos. Aportes desde la antropología para pensar la escolarización de niños y jóvenes migrantes”, en Niñez, regulaciones estatales y procesos de identificación, Gabriela Novaro, Laura Santillán, Ana Padawer y Laura Cerletti (coordinadoras), Biblos, Buenos Aires. 31  Marcela Cerrutti y Georgina Binstock, Los estudiantes inmigrantes en la escuela secundaria. Integración y desafíos. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (unicef ), Buenos Aires, 2012; Gabriela Novaro y María Laura Diez, “¿Una inclusión silenciosa o las sutiles formas de la discriminación? Reflexiones a propósito de la escolarización de

Este proceso encuentra una simultaneidad histórica con la entronización del paradigma del “reconocimiento” (Fraser, 1997) y el “estallido” de las reivindicaciones de grupos que tensionaron las definiciones de identidad jurídica más abstractas, contra la ciudadanía en su forma descontextualizada (Llobet, 2012).28

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Aquí vale sostener distintas preguntas acerca de la dinámica inclusión-exclusión, que no omitan la referencia a las trayectorias escolares ampliadas, vistas como procesos que se construyen en distintos momentos de la experiencia escolar y espacios de la experiencia vital. En ese sentido, algunos estudios dan cuenta de formas subordinadas de inclusión, incluso en los niveles de escolaridad primaria, donde la universalidad de la cobertura aparece con importantes márgenes de concreción. Retomamos la idea de inclusión subordinada, como categoría referida a la inserción de los niños/as migrantes en circuitos escolares devaluados, al desconocimiento y desvalorización de sus trayectorias formativas previas, a prácticas que inciden en el silenciamiento de sus voces o en la folklorización de sus referencias culturales, al reiterado señalamiento de su condición de extranjeros.32

acerca de las experiencias formativas de los niños/ as bolivianos o “hijos de” bolivianos, y prácticas docentes sostenidas en presupuestos que configuran expectativas con relación a los aprendizajes de los niños/as. La intención es discutir imágenes recurrentes en la docencia que señalan/denuncian la existencia de modelos formativos incompatibles: entre el sistema educativo argentino y el boliviano; entre las experiencias formativas dentro y fuera de la escuela. En tanto espacio transitado por la infancia y la juventud migrante, residente de un asentamiento precario, la escuela devuelve una mirada exotizada y (en ocasiones) devaluada de la población que la integra. Docentes, directivos, distintos agentes escolares, emergen como la cara visible del Estado, que se corporiza a través de rutinas, rituales, prácticas institucionales fuertemente naturalizadas. Sostener la especificidad de la escuela en contextos de desigualExperiencias escolares que interpelan a las dad constituye siempre un fuerte desafío, sabemos propias políticas que la desigualdad en los puntos de partida configuEn trabajos anteriores individuales y colectivos,33se ra itinerarios formativos segmentados o devaluados, ponen en diálogo imágenes que circulan en las es- y trayectorias interrumpidas.35 Las representaciones sobre la infancia migrante cuelas donde realizamos investigación etnográfica,34 residente de la Villa Sur, ubican a los niños/as en una trama de pobreza que los define como objeto niños bolivianos”, en Discriminaciones étnicas y nacionales: un diagnóstico participativo, Corina Courtis y María Inés Pacecca de protección, no obstante, en ese proceso aparecen (compiladoras), Editores del Puerto y adc, Buenos Aires, como sujetos despojados de referencias positivas, 2011. atravesados por experiencias nocivas de socializa32  Gabriela Novaro y María Laura Diez, “¿Una inclusión silenciosa o las sutiles formas de la discriminación? ción o expuestos a situaciones que obstaculizan el Reflexiones a propósito de la escolarización de niños proceso escolar. Los territorios de origen propio o bolivianos”, en Discriminaciones étnicas y nacionales: un diagnóstico participativo, Corina Courtis y María Inés Pacecca de sus padres, se constituyen como escenarios mar(compiladoras), Editores del Puerto y adc, Buenos Aires, cantes y a la vez desconocidos por los agentes es2011; Liliana Sinisi, “La relación nosotros-otros en espacios escolares multiculturales. Estigma, estereotipo y racialización”, colares, conformados como referentes para sostener en De eso no se habla, los usos de la diversidad sociocultural apuestas débiles sobre los aprendizajes. Se ha arguen la escuela, María Rosa Neufeld y Jeans Ariel Thisted mentado que la escuela siempre despoja a los sujetos (compiladoras), Eudeba, Buenos Aires, 1999. 33  María Laura Diez y Gabriela Novaro, “Continuidades de referencias sociales o tiende a interpelarlos como y discontinuidades entre sistemas educativos nacionales: la sujetos abstractos.36En este caso, el trabajo de cameducación en Bolivia y en Argentina desde una perspectiva intercultural”, en Relaciones escolares y diferencias culturales: la educación en perspectiva intercultural, Alicia Inés Villa y María Elena Martínez Martínez (compiladoras), Noveduc, Buenos Aires, 2014. 34  En este punto hago referencia a la investigación realizada entre los años 2004 y 2010 junto a mi colega Gabriela Novaro, en una escuela del sur de la ciudad de Buenos Aires, con alta presencia de niños/as inmigrantes o hijos de inmigrantes de Bolivia, residentes de una villa de emergencia (asentamiento popular) cercana.

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35  La práctica de “bajar de grado” a los niños/as inmigrantes había sido frecuente durante años previos al trabajo de campo. Algunos de los niños/as con sobreedad en la escuela relataban que el traslado desde Bolivia implicó su ingreso a escuela en Argentina en grupos correspondientes a uno o dos grados inferiores a los que les correspondía. 36  Ángel Díaz de Rada, Los primeros de la clase y los últimos románticos. Una etnografía para la crítica de la visión instrumental de la enseñanza, Siglo XXI, Madrid, 1996.


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po permitió avanzar en el análisis sobre las implicaciones que ello conlleva para los niños/as en los que la nacionalidad o los territorios de origen (propia o de sus padres) acarrean marcadores de clase, extranjeridad y/o etnicidad. Se trata de construcciones complejas, en contextos donde la población inmigrante habitante de la villa, está expuesta a situaciones de violencia estructural que al mismo tiempo “revierten en una mirada culturalista que vulnerabiliza a los sujetos, sin problematizar el marco de relaciones sociales”.37 Estas marcas suponen el desafío de una distancia/alteridad que continúa presentándose como problemática para las escuelas frente a su histórica construcción como institución estatal con funciones normalizadoras.38Las escuelas registran esas tensiones entre viejos mandatos y perspectivas celebratorias de la diversidad, que se expresan en la persistencia de ejercicios de nacionalización (en contenidos y prácticas curriculares) y en el sostenimiento de una perspectiva atenta a las políticas de reconocimiento y derechos humanos (énfasis en un discurso humanista y en el acceso irrestricto a la escuela). Algunos discursos permiten advertir las paradojas de estas convivencias: la escuela cumple con una de sus funciones primordiales e históricamente asumida, que es la de incorporar a la cultura nacional a los inmigrantes y a sus hijos (texto presente en la cartelera de una de las escuelas).

zación de los repertorios lingüísticos. En ciertas situaciones de aprendizaje, lenguas como el quechua o el aimara aparecen como expresiones valoradas en el marco de las temáticas de ciencias sociales, como contenidos específicos que invitan a la participación de los niños/as hablantes de otras lenguas a compartir sus conocimientos. Sin embargo, en otras situaciones las variantes en el castellano hablado, son percibidas como variedades erróneas, no legítimas, que deben corregirse durante la escolarización (En lengua es complicado porque conservan cosas de su forma de hablar, por ejemplo ellos dicen ‘en acá’. Yo los tuve en segundo y te digo en segundo eran los mismos con problemas que ahora en 5º). Este panorama nos impone problematizar la coexistencia “paradójica” de las iniciativas de “reconocimiento” de ciertos repertorios culturales, por un lado, y, la persistencia de miradas devaluadoras de los mismos, por otro. En principio, es importante señalar que cuando en las aulas tienen lugar algunas iniciativas de recuperación de determinados saberes (como una lengua indígena, danzas y comidas típicas asociadas a los países de origen) se trata de estrategias que no suelen articularse con posicionamientos institucionales en términos de derechos culturales de los grupos con los que se identifica a niños/as migrantes.39

Procesos de identificación en la infancia migrante: las voces de los niños/as40

Durante seis años transitamos el sur de la ciudad de Buenos Aires, a propósito de la investigación referiTambién pueden rastrearse en la preocupación por da que abordó la escolaridad de niños/as inmigranasegurar el acceso a una lengua estandarizada y en tes e hijos de inmigrantes de Bolivia en ese territoel registro de formas directas o sutiles de jerarqui- rio. Analicé cómo las situaciones de desplazamiento y movilidad juegan en la etapa escolar, e inciden

37  María Laura Diez, Laura Martínez y Lucia Groisman (en prensa), “Procesos de identificación, políticas públicas y perspectivas de derechos. Aportes desde la antropología para pensar la escolarización de niños y jóvenes migrantes”, en Niñez, regulaciones estatales y procesos de identificación, Gabriela Novaro, Laura Santillán, Ana Padawer y Laura Cerletti (coordinadoras), Biblos, Buenos Aires. 38  Gabriela Novaro, “Niños inmigrantes en Argentina: nacionalismo escolar, derechos educativos y experiencias de alteridad”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol.17, no.53, México, 2012; Adriana Puiggrós, Sujetos, disciplina y curriculum en los orígenes del sistema educativo argentino, Galerna, Buenos Aires, 1990.

39  Laura Martínez, “Los derechos sociales de niños y niñas migrantes. Contribuciones desde el abordaje etnográfico”, XI RAM Reunión de Antropología del Mercosur, Universidad de La República, Montevideo, 2015. 40  En este apartado hago referencia al trabajo de campo en el sur de la ciudad (2004-2010) mencionado, en particular a las múltiples charlas y entrevistas orientadas biográficamente sostenidas con los niños/as a lo largo de los años. Cfr. María Laura Diez, Migración, biografías infantiles y procesos de identificación. Reflexiones desde una etnografía escolar en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, Tesis de doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2014.

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en las identificaciones de los niños/as (incluso para quienes nacieron en Argentina), entendiéndolos como generación que vive nuevos desafíos, se constituye en bisagra del proyecto familiar migratorio y en particular objeto de interpelación desde instituciones de Estado como las escuelas. Sobre estas últimas me referí sintéticamente en el punto anterior. Para cerrar la presentación, me propongo traer algunas reflexiones que recuperan las voces de los niños/as y permiten repensar la educación intercultural problematizando las continuidades y discontinuidades en las transmisión intergeneracional de referentes de identificación, en contextos migratorios. Se trata de niños/as nacidos en Bolivia recientemente migrantes, de otros que migraron de muy pequeños (“generación uno y medio”) y de quienes habiendo nacido en Argentina, son vistos desde la sociedad nacional con marcas de extranjeridad. Me detuve en la reconstrucción de algunas trayectorias migratorias a partir de relatos biográficos, en los que se advierte el esfuerzo de la infancia en la producción de enlaces que den coherencia a los acontecimientos vividos. Junto con la experiencia de tránsito generacional que implica la niñez, los niños/as viven la tensión propia de los procesos de territorialización que atraviesan, que remiten a la migración tanto propia como de sus padres en un recorrido que en algunos casos los ha llevado a cambiar de región y de país, movimiento no necesariamente lineal ni acabado. Es importante destacar la centralidad que ocupa Bolivia como aglutinante de las muchas y variadas formas en que los niños/as se constituyen como sujetos sociales. Sin embargo, se la recupera en sentido crítico, en tanto señala, marca o fija a los niños/as en una posición de la que algunos de ellos desean tomar distancia. Se advierte que la dinámica generacional en el marco de la migración siempre produce nuevas definiciones: Milagros, una niña de 10 años, hizo durante una entrevista una pregunta interesante: “si yo nací en Buenos Aires y mi mamá en Bolivia ¿yo qué soy?”. Milagros se reconocía argentina, se afirmaba

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como tal. Al mismo tiempo sus amigas eran mayoritariamente bolivianas, algunas habían migrado recientemente. Con ellas compartía y reflexionaba acerca de las dificultades de la “adaptación” a la escuela en Argentina.

Encontramos que los niños/as podían señalar un distanciamiento con relación a Bolivia, y simultáneamente desplegar relatos complejos acerca de situaciones vividas por ellos o transmitidas por sus padres: Bolivia como referencia a un territorio, a un espacio de origen, a afectos pasados y presentes, a un espacio que se reconfigura. Junto con la tendencia de los niños/as migrantes a silenciar sus referencias de identificación étnicas y nacionales en contextos públicos, de aprendizaje formal y de interacción con niños/as “criollos”, advertimos el despliegue de estas manifestaciones de nostalgia, valoraciones positivas e incluso idealizaciones de su país de origen en conversaciones que no incluían la presencia de docentes o de algunos niños/as del grupo, donde podían verse las huellas que en ellos han dejado los procesos de movilidad y fragmentación de sus familias. Bolivia se hacía presente en sus recuerdos, en sus proyectos y expectativas por un añorado o idealizado regreso, en sus sueños y en sus miedos: Yo la otra semana, todas las noches lo soñaba con él (su abuelo). Siempre a la noche sueño que yo estoy yendo a Bolivia, con mi mamá, con mi papá, y que por un camino viene mi abuelito… Mi abuelito viene me dice: “vení, vení, vení”. Y mi mamá me dice: “andá, vamos, vamos” y yo empecé a correr: “esperame, abuelito” empezaba a gritar”. (Relato de una niña de 11 años que cursaba 6º grado, había migrado desde Santa Cruz de la Sierra 3 años antes). Mi papá me dijo que hasta el primer año (después) de primaria (me quede), y después me vaya para Bolivia porque acá hay mucha droga y mi papá piensa que me voy a echar a perder. A mí sí me gustaría volver. A ver a mi familia, están casi todos, nomás estamos nosotros acá. (Relato de un chico de 13 años que cursaba 6º grado, había migrado desde Potosí 5 años antes).


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Volver aparece como un deseo muy presente, que no deja de despertar preocupación. Es interesante considerar cuánto se juegan en esos temores las características que asumió el propio proceso migratorio, las dificultades enfrentadas, los afectos construidos en uno y otro espacio, y el esfuerzo que requirió dar coherencia a las experiencias de vida, teniendo en cuenta las continuidades y discontinuidades entre territorios y referentes de sociabilidad. Una de las cuestiones que hacen evidente el esfuerzo de biografización41 que realizan los niños/as parece vincularse a las tensiones que vivencian en torno a la necesidad de “adaptarse” al contexto nacional actual y sostener al mismo tiempo un repertorio cultural e identitario amplio que les permita transitar por distintos escenarios y reafirmarse como parte del colectivo boliviano. En tal sentido, en un contexto como el escolar, donde “lo boliviano” es utilizado como atributo negativo, vale la pena detenerse en relatos de los niños/as en los que establecen comparaciones entre sucesos y espacios de Bolivia y Argentina, con una fuerte sobrevaloración del primero: “los ríos son más grandes. Allá si llueve, …! Si, no como acá, llueve un montón, hay muchos lagos, todo”, “hay todo tipo de animales”, “los cerros son enormes” “las escuelas son más grandes, los patios” “allá es más completo. Desde chiquito que te empiezan a enseñar cosas más avanzadas. En jardín te hacen ya escribir, te hacen otras cosas. La suma, todo eso. Te preparan mucho...” (Relatos de 2 niñas de 12 años que cursaban 7º grado, nacidas una en Santa Cruz de la Sierra y otra en Cochabamba)

También se hace alusión a creencias e historias asociadas al territorio de Bolivia, y al conocimiento y valoración positiva de sucesos y líderes de la vida 41  En el sentido con que Pierre Bourdieu (2011) señala el deseo de dar consistencia y continuidad entre sucesos vividos. Al establecimiento de conexiones entre acontecimientos seleccionados que den coherencia, frente a los acontecimientos de la vida real que se presentan de forma discontinua y aleatoria. Cfr. Pierre Bourdieu, “La ilusión Biográfica”, en Acta Sociológica, núm. 56, septiembre-diciembre de 2011, unam, pp. 121-128.

política de Bolivia. Algunos niños/as que nacieron en Argentina construían narraciones muy “vívidas” de la vida en aquel país: ahí no se iba con los guardapolvos sin abrochar, sin nada. Ahí no se iba así, ahí se iba planchadito, todo. Por eso mi mamá me hace cambiar todo, el planchado. (Niño de 11 años que cursaba 6º grado, nacido en Argentina, hijo de padres bolivianos)

Registramos también situaciones donde el recuerdo parecía provocar angustia, sufrimiento. Una niña nos relataba sus deseos de volver: “no se sabe cómo olvidar”, y comentaba luego sus discusiones con la familia por no permitirle regresar. En otros casos, la prohibición de establecer comunicación con parientes en Bolivia resultaba un modo de favorecer la adaptación (“Él se quiere volver. Ahora yo no lo dejo llamar por teléfono, porque le hace mal, le da más resentimiento”, padre de un niño de 12 años). Entre las prohibiciones, como formas de discontinuar o posponer ciertas prácticas en la infancia, los niños/ as registran el lugar de la lengua (con predominio del quechua). Cuando hablo (quechua) aquí me retan, no quieren que hable. Mi papá me dice no, acá no se habla quechua” me dice. Ellos hablan entre ellos no más. …. Yo hablo con mi abuelita, porque ella no entiende el castellano. (Relato de un niña de 12 años que cursaba 6º grado, había migrado de Cochabamba ese mismo año). Yo quería aprender quechua, tenía un cuaderno que anotaba, pero mi mamá me dijo que mejor no, que cuando vaya algún día a Bolivia, que ahí querían que aprendiera, que ahí empiece a hablar. Que ahí empiece a aprender el quechua de allá (Relato de un niña de 11 años que cursaba 6º grado, nacida en Argentina, sus padres migraron de Cochabamba).

Las referencias reconstruidas en este contexto escolar remiten a procesos de continuidad y discontinuidad en la transmisión de marcas identitarias asociadas a Bolivia. En tal sentido advertimos la necesidad del ejercicio biográfico en los niños/as, Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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no solo cuando la migración ha sido parte de sus experiencias vividas, sino también cuando la migración pasó a constituir un referente de identificación a través de trayectorias heredadas. En esos relatos se cruzan aspectos estructurales de los contextos que transitan y memorias que otorgan un marco de significación a los discursos. Es posible preguntarse por las formas en que se configuran o producen las memorias migrantes atendiendo a las relaciones intergeneracionales en las que en términos de Joel Candau, los procesos de transmisión encierran más que una memoria, la voluntad de dejar huellas que favorezcan la apropiación de los signos transmitidos y de crear una conciencia identitaria.42 Fundamentalmente, destacamos la centralidad de Bolivia como elemento que condensa un repertorio cultural, por momentos difuso, a veces idealizado y otras puesto entre paréntesis. Referente en cuya definición se juegan procesos y contenidos que dan cuenta de disputas intergeneracionales y sentidos estratégicos de la identidad en contextos de dominación cultural y privación material. Depositarios de distintas expectativas sociales, los niños/as nos cuentan a través de sus relatos cómo se constituyen en sujetos sociales atravesados por múltiples experiencias interculturales de vida y llegan a ser miembros de un colectivo (con marcas étnicas y nacionales), mientras transitan el proceso de escolarización que les exige frecuentemente un esfuerzo de desmarcación.43

Reflexiones finales A propósito de la compleja relación entre cultura y educación, se intentó avanzar sobre la tensión entre nacionalismo escolar y perspectivas mul/interculturalistas. En un contexto en el que el derecho a la educación se ha ampliado sustancialmente en términos normativos, las formas desiguales en que 42  Joel Candau, Memoria e Identidad, Ediciones del Sol, Buenos Aires, 2008. 43  María Laura Diez, Migración, biografías infantiles y procesos de identificación. Reflexiones desde una etnografía escolar en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, Tesis de doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2014.

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es atendido conforma un claro desafío para la investigación educativa contemporánea. En particular para las ciencias sociales, se configura como tema de agenda de creciente vigencia: el desafío de ampliar el conocimiento sobre las formas manifiestas y sutiles de interpelación identitaria ejercida por y desde las instituciones escolares hacia los niños/as, y las apropiaciones diferenciales de éstos en espacios cotidianos. Entre la búsqueda de invisibilidad de marcas asociadas a una categoría social como la de inmigrante y los procesos activos de colectivización y sobremarca de la diferencia, la tensión asimilacióndiferenciación debe ser analizada desde un análisis interseccional. Esta tensión, particularmente evidente en el caso de los hijos de inmigrantes, lo es también en el caso de los niños/as que han migrado a corta edad, para quienes su hogar “está en dos lugares al mismo tiempo”.44 Ambos conjuntos, conforman una población sobre la que reflexionamos, considerando las continuidades y discontinuidades generacionales en conjunción con los procesos territoriales y escolares que atraviesan. La convivencia de mandatos escolares contradictorios, las formas subordinadas de inclusión de grandes contingentes a la escuela en tiempos de extensión de la obligatoriedad escolar, forman parte de la misma realidad social en la que se definen los términos de la diferencia-diversidad. Sostenemos que la diversidad se construye y se manifiesta siempre en situaciones concretas en las que se ponen en juego intereses y conflictos sociales. En ese sentido, advertimos que la diversidad también es explotada y se legitima en contextos de crecientes desigualdades. Sostuvimos en el trabajo que la progresiva legitimación de la figura del migrante como sujeto de derechos, debe ser examinada en el marco de los procesos de negociación que atraviesan a las políticas públicas en las instituciones estatales, donde persisten marcaciones históricas de alteridad. Entre el pedido de distinción y la demanda de condiciones igualitarias, la interculturalidad en el 44  Floya Anthias, “Belongings in a Globalising and Unequal World: Rethinking Translocations”, en The Situated Politics of Belonging, sage, London, Thousand Oaks-California, 2006.


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campo educativo ha cobrado expresiones diversas: pensada como cualidad de los contextos con presencia de población indígena y también como condición de cualquier espacio institucional; concebida a partir de programas compensatorios, asociada a la diversidad lingüística y a contenidos curriculares específicos para el área de ciencias sociales, entendida como sinónimo de crítica epistemológica frente a la pretendida universalidad epistémica del conocimiento occidental. Estas formas exigen ser analizadas críticamente considerando los procesos históricos de producción de subalternidad, en tanto

algunas intervenciones educativas, aunque surgidas con las mejores intenciones, pueden producir efectos paradójicos y profundizar las distancias sociales. En ese sentido, hemos intentado hacer énfasis en lo que consideramos siguen siendo materias pendientes dentro de las políticas educativas, en la construcción de puentes que permitan un tránsito y un diálogo más fluido entre distintas experiencias sociales y repertorios culturales, en propuestas que atiendan el marco de derecho de todos los niños/as y jóvenes a acceder a una escolarización que desde sus fundamentos los reconozca y los haga visibles.

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La escritura del sujeto Graciela Messina

E

Introducción l deseo de escribir, el miedo a escribir, las ganas de escribir, las lecturas infantiles, mis búsquedas en torno de una escritura desde el sujeto, todo concurre en este texto. El sujeto que se encuentra consigo mismo en la escritura. Este texto aspira a poner sobre la mesa que educar es educarse (Gadamer, 2000). Este proceso de educarse, a su vez, necesita ser comprendido como un viaje o una conversación consigo mismo en torno a la escritura. La reflexión del educador en torno a la escritura, como sistema de la escritura y como experiencia de la escritura, es definida como punto de partida para la tarea de educar, que incluye desde actividades como la alfabetización de los niños y jóvenes que participan en la educación básica hasta acciones de enseñanza en otros niveles del sistema educativo o en la educación no formal. En este sentido, se aborda la escritura no como una escritura para la escuela, ni tampoco desde técnicas de composición y redacción. Por lo contrario, se invita a leer el texto que se inicia considerando las relaciones entre escritura y experiencia. El texto recupera algunas ideas que fueron pensadas en su momento para orientar procesos de aprendizaje de estudiantes, presenciales o a distancia, con los cuales compartí en espacios universitarios de postgrado. Al mismo tiempo este texto es nuevo, tanto en su intencionalidad como en su forma. Están presentes intuiciones pedagógicas que me han acompañado en mi desarrollo, incluso antes de haber adquirido una formación más sistemática en este campo. Intuiciones que han ido ganando singularidad. También está presente en el texto la pasión por la escritura y la lectura, que ha estado conmigo desde temprana edad. Desde el presente esa pasión la entiendo en mayor grado desde la noción piagetana del niño como “teorizador” de la realidad (Ferreiro, 2003) que desde las enseñanzas escolares, que solían aburrirme. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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En consecuencia, esa pasión por la escritura y la lectura ha estado más vinculada con las exploraciones informales de aprendizaje, con la curiosidad naciente, con la oportunidad de compartir conversaciones con adultos en la familia, con los libros a la mano, que abría sin entenderlos, con las revistas cargadas de imágenes que ojeaba por mi cuenta a la hora de la siesta. Como relata Piglia en uno de sus diarios (Piglia, 2015), esta pasión se vincula con jugar con los libros, con ponerse en una situación de lectura, con hacer como si se estuviera leyendo, con el libro abierto al revés a los 3 o 4 años. La pasión por la escritura ha sido también para mí la pasión por los libros, las librerías, el deambular por la ciudad, por ponerse en el lugar del observador, por caminar como una experiencia de escritura. Propongo leer el artículo como un hipertexto, en el cual cada párrafo deriva a otros o puede ser completado por el lector.

Escribir Escribir diferencia y singulariza al ser humano. Escribir y pensar. Sin embargo podemos escribir como si estuviéramos haciendo una tarea escolar: escribir para alguien que nos encargó el trabajo, escribir para cumplir, escribir siguiendo un formato, escribir sin estar ahí. Una escritura sin sujeto. Quiero hablar de otra manera de escribir. Escribir en un tiempo lento. Escribir para pensar. Escribir para reconocerse. Escribir para comprender. Escribir “para nada”, parafraseando a Levinas. Lo contrario de la escritura escolarizada: una escritura donde el sujeto irrumpe. Escribir es el momento del sujeto, en que se reconoce como autor. Escribir como celebración, como inauguración de un tiempo nuevo, como el gusto de escribir para sí. La escritura desafía la falta de sentido, nos detiene, obliga a una pausa en la cotidianidad y la urgencia: escribir nos pone en el lugar de la observación y la reflexión, escribir nos pone en el límite. Al escribir se abre una puerta: la expansión posible del conocimiento por el hecho de compartirlo y por añadidura exponerse al debate, a la mirada del otro. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

“Escribir es un rezar. Y la lectura es una plegaria” (Melich, 2015, 13). Con estas palabras Melich define la escritura como un hacer que escapa a la reducción técnica, un espacio donde el sujeto se entrega y se presenta sin ataduras y sin disfraces.

Para qué escribir: primera vuelta Hanna Arendt (2013) dice, y yo con ella, al hacer propias sus palabras: el asunto es comprender y escribo para comprender… Esta es una idea fundamental: al escribir nos aclaramos. Si nos sentimos “enredados, “confusos” y hasta bloqueados, sin tener claro qué hacer, escribir es la alternativa que abre opciones; incluso escribir sobre el enredo y la confusión, sobre no saber para dónde vamos. Antes que esperar a estar claros para escribir, podemos escribir para aclararnos. Pero no sólo escribimos para comprender. De hecho podemos dar un paso más. De acuerdo con Murakami (2007), no sólo escribimos para comprender sino que sólo escribiendo se comprende. Eso es lo que le pasa a él, eso es lo que cuenta en relación con el correr. Su postura es aún más radical que la de Arendt. En el proceso de escribir, y sólo por ese proceso, dialogamos con lo escrito y se va construyendo la comprensión. Escribir es re-escribir una y otra vez, escribir y revisar (Murakami, 2007; Carver, 1990), escribir, revisar el texto y cambiarlo; escribir y mostrar el texto a otro, escuchar sus comentarios, re-escribir; y al hacer esta re-escritura nos vamos aclarando, con el otro y con la propia escritura. En la escritura utilitaria escribimos una sola vez y ya está. La idea de compartir la escritura entre pares resulta prometedora, ya que permite contar con una escucha, que podemos pensar como dispuesta a dar y recibir. Cada uno tiene que hacer lo mismo con el otro: escuchar a un compañero con la disposición a acompañar, aprender y abrirse a mostrar su texto a otro. Abrirse a la crítica, a lo diferente. Y al mismo tiempo estar en el lugar que hemos elegido y que podemos sostener, no como terquedad sino como inclinación, como preferencia.


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Escribir requiere “perseverancia”. Al respecto Ranciere (2011) dice que la clave es persistencia porque nos encontramos confrontados con la dispersión de la vida cotidiana. Para Ranciere (2011) cuenta la capacidad de crear el poder en nosotros mismos, antes que buscar y tomar un poder externo. En el mismo sentido habla de tener confianza en la puesta en común de las capacidades dispersas y en producir una ruptura simbólica fuerte, otras formas de producción, consumo e intercambio… ¿Cómo podemos generar otras formas de producción, consumo e intercambio en el proceso educativo? ¿Cómo podemos abordar la educación de otra manera? Para escribir necesitamos organizar la tarea desde el preguntar. Sin embargo, no estoy hablando de una secuencia lineal de primero preguntarse y luego escribir; de nuevo necesitamos generar la oportunidad, crear espacios, territorios y tiempos, para que las preguntas vayan saliendo sobre la marcha; podemos incluso suspender las preguntas. Hacer preguntas orienta el camino, pero que las preguntas no detengan el tránsito de un fragmento a otro. No hagamos el camino de formular preguntas y luego aplicarlas; dejemos que las preguntas lleguen, como parte del proceso de estar presentes, de estar abiertos a lo nuevo, a lo por venir, a lo imprevisible. Lo opuesto a sujetos colonizados, referidos a estructuras externas. En esta forma de caminar necesitamos aceptar la “soledad” del escritor, del autor, como parte del proceso. Necesitamos reconocer que las presencias y las oportunidades de aprender son más fuertes que las ausencias que pueden percibirse, necesitamos del silencio y sus lenguajes. Finalmente, Greco (2008) nos recuerda que vivimos en tiempos de in-significancia, queriendo decir tiempos de pérdida de sentido (esa es mi lectura…), y que entonces nos toca generar nuevas formas y espacios de subjetivación o de construcción de sujetos, con las nuevas generaciones. Las escuelas, los centros de investigación, las organizaciones donde trabajamos son esos espacios, esas oportunidades para inventar algo nuevo, también nuevas formas de autoridad, nuevas formas de escritura, nuevas formas de alfabetización.

Escribir: segunda vuelta o especificando las reflexiones En primer lugar, comprender que al escribir creamos una presencia, que escribir tiene una materialidad, que es una experiencia, un acto en el mundo, un comenzar, un nacimiento. Consecuentemente, reducimos la escritura cuando la pensamos como discurso. La escritura genera realidades y es ella misma una realidad nueva, una presencia que emerge para el lector y para el propio autor. En este sentido, la escritura supera lo local, nos permite viajar en tiempo y espacio, ser presencia para muchos otros que no fueron pensados en el momento de escribir. También escribir nos lleva a recordar una vez más que no sólo somos sujetos parlantes, seres pensantes, sino que somos seres en la escritura, amasados con palabras que pugnan por salir, por hacerse escritura. En el mismo sentido necesitamos reconocer que no sólo escribimos desde y para la experiencia, sino que la experiencia se transforma en escritura. Este giro hace posible la construcción de un acervo de conocimiento que es menos frágil que el oral. De este modo se crea una tradición escritural que se reinterpreta a lo largo del tiempo. La escritura tiene esa capacidad de transformar y simultáneamente estabilizar la experiencia así como de ponerla en movimiento y a disposición de otros y de otras interpretaciones. En el mismo sentido, la escritura saca a la experiencia del mundo de lo privado y la ubica en un espacio más público. En segundo lugar, estar conscientes de que la escritura cambia día a día, de que la escritura es reescritura, como decíamos en el apartado anterior. Necesitamos afirmar esa idea para no sentir “que perdemos el tiempo”, “que somos perfeccionistas”, sino reconocer la escritura como ese vaivén, como algo que no se hace de una sola vez, sino que requiere de procesos de revisar, aceptar correcciones, dejarse leer por otro, leerse a sí mismo y cambiar el texto. En el mismo sentido, Arendt (2002) dice que el pensamiento es en cierto sentido “autodestructivo”, que sólo hay pensar cuando el pensar cambia por un movimiento interno. En el mismo sentido, hay Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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escritura cuando la escritura cambia, por la decisión de un sujeto dispuesto a re-escribir. Escuchemos a Arendt: “la ocupación del pensamiento es como la labor de Penélope, que cada mañana destejía lo que había hecho la noche anterior, pues la necesidad de pensar no se deja acallar por los discernimientos, supuestamente definitivos de los sabios; sólo el pensamiento puede satisfacerla, y los pensamientos de ayer satisfarán las necesidades de hoy sólo en la medida en que se es capaz y se desea volver a pensarlos” (Arendt, 2002: 110). En tercer lugar escribir es aceptar que se lleva con uno lo que vamos a escribir, que estamos pensando en eso todo el tiempo, incluso en el momento menos esperado, que dejamos que las ideas vayan y vengan, hasta que se quedan y se escriben. Ese tiempo de hibernación en que dejamos discurrir las ideas, las vemos pasar como pececitos, como decía Virginia Woolf o el encanto de Grossman cuando juega con las ideas el día entero. Ese tiempo propio del que escribe no siempre es comprendido por los otros. En una película dedicada a Virginia Woolf, su vida, obra y sus lectoras y herederas, “Las horas”, se presenta a la autora dedicada a escribir a mano sobre una pizarra; en medio de una reunión familiar, se queda ensimismada y dice intempestivamente: “el poeta debe morir”, en alusión al personaje central de la novela que está produciendo, La Señora Dalloway. Los sobrinos la miran y se sonríen cómplices, afirmándose en la idea de que su tía ha perdido la cabeza. En cuarto lugar, escribir es mirar, abrir ventanas al mundo, ver algo que estaba apenas esbozado, posibilitar que otra perspectiva se haga presente. En este sentido la escritura se anima a transitar entre los polos caracterizados como excluyentes desde un pensar tradicional. “No tener miedo de las paradojas. Dejar de pensar en categorías y hacerlo en escenas, en imágenes, en metáforas, en relatos. Un pensamiento fragmentario, abierto, no sistemático, un pensamiento contrario a la lógica metafísica, un lógica que siempre tiene respuestas para todo y que, por eso mismo, nos aleja de la vida” (Mélich, 2015, 11) El quinto lugar, la escritura es siempre subjetiva, ponemos algo de nosotros mismos, estamos dispuestos a exponernos, damos la cara, corremos Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

riesgos. La escritura que refleja la realidad tal cual es no existe. Y si existiera sería como escribir desde un vacío del sujeto. Kertész escribe incansablemente sobre el holocausto; cuando le preguntan por qué lo hace dice que eso constituye su vida, que no puede escribir de otra manera; escribe variaciones, muestra posibilidades pero regresa al núcleo original. Duras vuelve una y otra vez a su juventud en Indochina. En sexto lugar, escribir es ser tolerante con nosotros mismos, con nuestra incapacidad de sentarnos y dejar las distracciones y las urgencias a un lado. Escribir es aceptar la angustia de la hoja en blanco y ver cómo se va llenando línea a línea con nuestro esfuerzo. Escribir es el sentimiento de que tendría que estar escribiendo y no lo hago, es la deuda que crece hora a hora o día a día, hasta que se empieza. Al mismo tiempo, la escritura pone orden en nuestra vida. Cuando empezamos a escribir sentimos que algo cambió, que el mundo está mejor. En el mismo sentido, la imagen del escritor que se sienta a escribir en forma continua, que tiene un lugar y un tiempo establecido, una rutina más o menos fija, es sólo una de las posibilidades. Otras veces la escritura se hace en la discontinuidad, se mezcla con las tareas cotidianas, se nutre de ellas al mismo tiempo que se siente la tensión entre escribir y vivir. En séptimo lugar, “escritura de la comunidad y comunidad de la escritura”. De eso estamos hablando. Aun cuando los escritores reivindican la soledad necesaria del autor, escribir es para y desde una comunidad, nadie escribe solo, la intertextualidad está siempre presente. Se escribe como parte de un grupo, apenas sospechado o claramente identificado. Se escribe para otros. Al mismo tiempo la escritura crea comunidad, se hace la comunidad de la escritura, de los que nos leemos, de los que escribimos juntos, de los que intercambiamos textos y referencias, de los que nos prestamos libros, de los que vamos juntos a la librería y queremos el mismo libro…y queda uno solo. En octavo lugar, la escritura, al proyectarme hacia los otros, hacia otras realidades, me saca de mi ensimismamiento, de la convicción que ya sé, que estoy completo. En este sentido, la escritura es un


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acto de humildad, de ruptura con el ego y sus estrategias de autoafirmación. En noveno lugar, escribiendo entiendo lo que me pasa y lo que le pasa al otro. La escritura como ya se dijo en el primer apartado, es comprensión, autocomprensión y comprensión del otro. En el mismo sentido, escribir es estar abierto a polemizar, a disentir, a escribir para ser negado, a reconocer la lectura que me niega. En décimo lugar, escribir es valorar la escritura fragmentaria, esa que tiene continuidad desde los fragmentos, que no aspira a la totalidad, ni a la lógica deductiva, ni a la argumentación consistente o la visión completa. Lo que define a la escritura fragmentaria es que no aspira a la totalidad, igual que la comunidad desobrada no busca la obra ni los resultados, sino ser singular… y ser singular en cada momento: singular –plural, parafraseando a Nancy. El estallido del pensamiento binario: no es necesario elegir entre lo singular y lo plural, ni entre la continuidad y el fragmento, al unísono las dos cosas están presentes. En este mundo de viajes y naufragios, escribir es anclarse, detenerse, tener un lugar para empezar algo, un pivote para mirar y pensar, un lugar para volver sobre los hechos, hacerlos memoria o para olvidarlos. Al mismo tiempo, la escritura nos permite levar anclas, levantar vuelo, imaginar realidades, salir de la cotidianidad recurrente. Escribir es aceptar el lenguaje balbuceante, las palabras que no terminan de salir. Escribir es escuchar el ritmo, el olor, el color de lo que estamos escribiendo. Escribir es dejar abierto un espacio para eso que no se dice pero está presente, como un fantasma al que debemos reconocer. Escribir es dejar abierto un espacio para el lector, un espacio que no podemos ni debemos predecir cómo será llenado. Escribir no es sólo para comunicarse, pero escribir comunica y permite la comunicación. Recuerden la ansiedad o incluso la desesperación que sentimos cuando estamos en una tierra donde no conocemos su idioma. La escritura puede ser interminable, la experiencia de la escritura es en torno a algo que no tiene fin. En un momento decidimos que ya está y sabemos

que no está, simplemente decidimos que ya está, que ya es tiempo de dejar este texto atrás y seguir con lo que sigue.

La voz del escritor: un modelo para armar Escuchemos la voz de un escritor. Ahora comparto la reflexión acerca de la escritura hecha por un escritor, David Grossman (2007), algunos fragmentos de un texto titulado sugerentemente “Escribir en una zona de catástrofe” o “La palabra contra los depredadores”.1 ¿Por qué Grossman y no otro? Grossman es un escritor Israelí disidente, hijo de supervivientes del holocausto, que vive en una de las zonas de conflicto más críticas del planeta. Grossman busca la paz, mientras su obra está marcada por la huella del hijo muerto en la guerra, en la guerra cotidiana que Israel hace en sus territorios y los aledaños y que el autor repudia. Los títulos que siguen son míos. Propongo hacer nuevas lecturas, uniendo y re titulando los fragmentos de otra manera. La escritura nos hace libres… Sientan el aire fresco… “Escribimos. Somos muy afortunados: el mundo no se cierra sobre nosotros. El mundo no se estrecha” (Grossman, 2010, 19) Para el autor, escribir nos libera, nos permite ver alternativas, recrear situaciones, pensar en posibilidades. “He aquí el gran misterio y la alquimia de nuestras acciones: en cierto sentido, desde el instante en que cogemos la pluma o pulsamos la tecla del ordenador, dejamos de ser la víctima indefensa de todo lo que nos sometía y restringía antes de ponernos a escribir” (Grossman, 2010, 18). Aún más, escribir nos regresa a lo mejor de nosotros mismos, nos devuelve al hogar, nos saca de la sensación “qué hice yo para merecer esto”. “Cuando escribimos sentimos que el mundo se mueve, es flexible y está lleno de posibilidades. Ciertamente no está congelado. Dondequiera que 1  Grossman, David (2010), Escribir en una zona de catástrofe, en Escribir en la oscuridad, Barcelona, Debate; también publicado como artículo, “La palabra contra los depredadores”, en Diario La Nación, Argentina, 20 de mayo del 2007.

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haya existencia humana, no hay congelación ni paralización; de hecho tampoco hay statu quo (aunque a veces creamos que sí, aunque algunos estén muy interesados en hacérnoslo creer)”. (Grossman, 2010, 15). Al escribir nos pensamos, podemos leer en el texto, y pensar nos hace libre, nos permite recuperar la esperanza.

Escribir es regresar a casa

“Escribo y doy mis nombres más íntimos y privados a un mundo externo y extraño. En cierto sentido, lo hago mío. Regreso a casa desde el lugar en que me sentía exilado y extranjero” (Grossman, 2010, 17). El regreso al hogar es el regreso al ser, a nuestras convicciones, a nuestra disposición a vivir a contracorriente. “Descubro que escribir sobre la arbitrariedad me permite cierta libertad de movimiento con respecto a ella. Que enfrentarme a la arbitrariedad me da libertad, tal vez la única libertad que un hombre puede tener frente a cualquier arbitrariedad: la de expresar lo trágico de una situación con sus propias palabras. La de expresarse de una forma diferente, nueva, frente a todo lo que amenaza con encadenarle y atarle con las definiciones limitadas y fosilizadas de la arbitrariedad” (Grossman, 2010: 17). La escritura es presentada como un ejercicio de desnaturalización, que nos libra de pensar: las cosas son así y no se pueden cambiar.

Al escribir me olvido de mí, de las historias que me obsesionan

“En el momento en que uno se pone a escribir — dice Natalia Ginzburg— milagrosamente se olvida de las circunstancias de nuestra propia vida, pero nuestra felicidad o nuestra desdicha nos empujan a escribir de determinada manera. Cuando somos felices nuestra imaginación tiene más fuerza. Cuando nos sentimos desdichados, gana la fuerza del recuerdo” (Grossman, 2010: 14). El autor muestra hasta dónde el contexto social y político condiciona la escritura; al mismo tiempo, da cuenta del resquicio de libertad que se hace presente en toda situación, aún en la más oprimente. Sobre todo, la escritura saca al

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escritor de sus asuntos personales, lo vuelve al flujo de la vida, al compromiso con los otros.

No puedo evitar que la situación esté presente y que todo se haga un poco banal… Puedo hablarles del espacio vacío que muy lentamente se abre entre el hombre, el individuo y la situación externa, violenta y caótica en la que vive y que condiciona su existencia en casi todos los aspectos. Ese espacio nunca permanece vacío sino que se llena rápidamente de apatía y de cinismo, y por encima de todo de desesperanza […] Desesperanza ante la imposibilidad de que la situación pueda cambiar, de librarse de ella (Grossman, 2010, 10).

La desesperanza se hace presente, los caminos parecen cerrarse; en ese espacio, la escritura tiene la posibilidad de iluminar. “El ratón de Kafka tiene razón: cuando el depredador nos acecha, el mundo se hace más estrecho. Lo mismo ocurre con el lenguaje que lo describe” (Grossman, 2010, 11). Lo saben los que han vivido en dictaduras o en democracias que son formas de la dictadura: la autocensura empieza a imponerse, las formas se reducen, la dominación se naturaliza. Por propia experiencia puedo decir que el lenguaje con el que los ciudadanos de un conflicto prolongado describen su situación, es tanto más superficial cuanto más prolongado es el conflicto. Gradualmente se va reduciendo a una secuencia de clichés y eslóganes. Empieza con el lenguaje creado por las instancias que se ocupan directamente del conflicto: el ejército, la policía, los ministerios y otras; rápidamente se filtra a los medios de comunicación que informan sobre el conflicto, dando lugar todavía a un lenguaje más retorcido que pretende ofrecer a su público una historia fácil de digerir (creando una separación entre lo que el Estado hace en la zona oscura del conflicto y la forma en que sus ciudadanos prefieren verse). Y este proceso acaba penetrando en el lenguaje privado e íntimo de los ciudadanos


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Todo esto para qué Ahora a lo nuestro. ¿Acaso la educación no está en crisis, y nos pesa? ¿Acaso investigar no deja de dolernos? ¿La alfabetización no ha sido una práctica permanentemente puesta en cuestión? Las palabras que se han hecho institucionales, clichés, como desempeño, evaluación, calidad, competencias, rúbricas… no dejan de rodearnos con su banalidad, intentando convencernos de que todo está bien. ¿Acaso nos damos cuenta de que las palabras cuentan y crean un mundo de ilusión? Entonces… volvamos a la escritura como lugar de sanación, como comunidad, volvamos al tiempo de escribir, al tiempo limitado que se puede hacer infinito mientras escribimos, al tiempo nuestro. Volvamos a la escritura para recrear el mundo, para soñar que todo es posible, para ser más universales y más empáticos con el otro diferente. Y de nuevo regresando a Grossman:2 la literatura puede unirnos al destino de otros, distantes y desconocidos […] La literatura puede ser amable con nosotros, puede aplacar ligeramente la sensación de sentirse insultado por la deshumanización que nos indilga la vida en las grandes sociedades globalizadas y anónimas. El insulto de describirnos en un lenguaje tosco, en clichés, en generalizaciones y estereotipos. El insulto de convertirnos, como dijo Herbert Marcuse, en hombres unidimensionales (Grossman, 2010: 136-137).

Finalmente, para Grossman,3 la literatura tiene otra contribución inestimable: “hemos descubierto la capacidad del individuo para ser humano hasta en las más duras circunstancias. Leer literatura restaura nuestra dignidad y nuestro rostro original, humano, el que existía antes de verse empañado y difu2  Grossman, David (2010), Lenguaje individual y lenguaje de masas, en Escribir en la oscuridad, Barcelona, Debate. 3  Grossman, David (2010), Lenguaje individual y lenguaje de masas, en Escribir en la oscuridad, Barcelona, Debate.

mado entre las masas” (Grossman, 2010: 137). Esa capacidad de ser solidario con el otro, con lo que estamos investigando, de ser congruente con nuestra decisión de desocultar, aun en las condiciones de fragilidad en que vivimos, esa es la que podemos recuperar cuando escribimos. También cuando tendemos la mano al otro mientras estamos en la cuerda floja, cuando nos abrimos a dar sin esperar el puerto seguro.

A modo de epílogo Entonces ¿cómo vamos a escribir/aprender en el campo de la educación? ¿Cómo hacer para estar conscientes de que, por ejemplo, lo qué les pasa a los niños y jóvenes de la educación básica en sus procesos de alfabetización guarda relación con nuestros propios procesos adultos de escritura y lectura? ¿Acaso se pueden diseñar y aplicar estrategias de enseñanza en alfabetización sin ser escritores adultos conscientes de la escritura y sus tensiones y también de sus posibilidades de creación? ¿Adultos que vemos la escritura como una experiencia donde el deseo de saber se hace presente? Adultos que queremos fluir con ese deseo… ¿Acaso se puede “enseñar” la escritura o vamos a intentar crear estrategias externas para que el otro, ese niño o joven, aprenda? Acaso se puede asumir un enfoque constructivista en alfabetización si olvidamos reflexionar nuestro propio proceso de construcción en la escritura, que hacemos todos los días. Si queremos que el niño o el joven estudiante de la educación básica sea sujeto de su propia alfabetización, como proceso permanente e inacabado, necesitamos ser sujetos conscientes de nuestra relación con la escritura. Entonces, necesitamos investigar, llevar un diario que nos permita observarnos a través del tiempo. Desde las ciencias sociales a la literatura, hasta llegar a las adolescentes del siglo xix, el mundo está lleno de diarios: diarios de campo, bitácoras pedagógicas, diarios íntimos. La construcción de la memoria y la búsqueda de la identidad, siempre móviles, une a estos diarios. Finalmente, los límites entre escritura y lectura son ellos mismos difusos y sujetos a idas y vueltas. Borges gustaba decir que él antes que ser escritor era Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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un lector. Sin embargo, en estos tiempos de migración digital, necesitamos preguntarnos por las nuevas condiciones de producción para la escritura. En la década de los años noventa Sarlo (1996) afirmó que la lectura sigue siendo una capacidad compleja e imprescindible: “es indiferente el soporte material de la lectura: ¿una página impresa, un microfilm, la pantalla de una computadora, un holograma? En el límite, todos exigen esa capacidad infinitamente difícil: interpretar algo que ha sido escrito por otro. Leer es, siempre, de algún modo, traducir” (Sarlo, 1996, 194). Veinte años después me animo a decir que han cambiado las condiciones sociales que sostienen la escritura y la lectura. Sin duda son otras la velocidad material de la escritura, su sonido, el concepto de error y la forma, cada vez más cercana a la página impresa (Piglia, 2015). Sin embargo, aún con la presencia creciente de los medios digitales, de las nuevas escrituras y de las imágenes, la “escritura del lenguaje verbal” sigue siendo iluminadora e irremplazable. Quizá nuestro acto de libertad siga siendo reflexionar sobre la escritura que producimos, y en ese ejercicio de reautoría, generar conocimiento nuevo y liberador. El autor que se mira a sí mismo ha sido expresado por muchos escritores. Me permito nombrar a Cercas porque en su novela “Soldados de Salamina”, no sólo establece un diálogo entre presente, pasado y futuro, sino que hace una obra en tres actos: muestra cómo la construyó, la presenta y luego la cuestiona, la transforma, la desmonta y logra un mayor grado de desocultamiento. No es casual que la historia original transcurra durante la Guerra Civil española, pero narrada desde un presente neoliberal, donde el autor abre una ventana para que el lector pueda reconocer al héroe anónimo, al que en la opción de dar la vida o la muerte al “enemigo”, elige la vida. Un héroe que no pretende ser reconocido, que es tan corriente como cualquiera de nosotros. Escribo desde Ciudad de México, en un territorio que se siente a la intemperie y al mismo tiempo nos acoge. La escritura de vaivén, que transita entre los opuestos y se anima a desafiar, es también la que nos permite ver los infinitos gestos de solidaridad

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presentes en la vida social, en medio de la violencia generalizada, como si luces y sombras se agolparan y los sujetos estuvieran buscando y dispuestos a ser, y a ser más, más creativos, más libres, en las condiciones que les tocan: los niños, los jóvenes, sus madres, sus abuelos. Estas ganas de ser nos comprometen a los que oficiamos de “maestros”, nos orientan a nuevas formas de hacerlo, para ser los que asumimos la tarea de “seleccionar las rutas de lectura […] Por mi parte, sigo enseñando, por decirlo así, modos de leer” (Piglia, 2015, 24).

Bibliografía Arendt, Hannah (2013), Hannah Arendt: The last interview and other conversations, New York, Melville House Publising. Arendt, Hannah (2002), La vida del espíritu, Barcelona, Paidós. Carver, Raymond (1990), Prólogo, en Para ser novelista, John Gardner, Barcelona, Ultramar. Cercas, Javier (2013), Soldados de Salamina, Barcelona, Tusquets. Ferreiro, Emilia (2004), A veinte años de la publicación de los sistemas de escritura en el desarrollo del niño, en Sistemas de escritura, constructivismo y educación, Ferreiro y otros, Buenos Aires, Homo Sapiens. Ferreiro, Emilia (1999), Vigencia de Jean Piaget, México, Siglo XXI. Gadamer, Hans (2000), La educación es educarse, Barcelona, Paidós. Greco, María Beatriz (2008), La autoridad pedagógica en cuestión, México, Homo Sapiens-Limusa. Grossman, David (2010), Escribir en la oscuridad. Sobre política y literatura, Barcelona, Debate. Murakami, Haruki (2007), De qué hablo cuando hablo de correr, México, Tusquets. Piglia, Ricardo (2015) La forma inicial. Conversaciones en Princeton, México, Sexto Piso. Ranciere, Jacques (2011), El tiempo de la igualdad. Diálogos sobre política y estética, Barcelona, Herder. Sarlo, Beatriz (1996), Instantáneas. Medios, ciudad y costumbres en el fin de siglo, Buenos Aire, Ariel.


Participación y agencia en la vida transnacional: jóvenes migrantes Puebla-Nueva York Sandra Aguilera Arriaga

A

Introducción cercarme a la vida de jóvenes con experiencias de migración internacional me abrió la puerta a un complejo mundo que merece la pena ser conocido. La vida cotidiana de tres grupos de jóvenes: los que migraron sin documentos desde Chinantla y Piaxtla, Puebla; los que nacieron en Nueva York; y aquellos que decidieron no emigrar. Todos ellos envueltos y relacionados en un circuito migratorio en el que se movilizan personas, emociones, significados y bienes materiales entre Piaxtla y Chinantla, de la Mixteca poblana y la ciudad de Nueva York. Mi interés es plantear en este artículo las diversas formas de participación de cada uno de estos tres grupos, en ambos contextos socioculturales, porque se enfrentan a diferentes exigencias que la dinámica migratoria, las escuelas y las familias les imponen; o bien, porque viven procesos de construcción de espacios de socialidad en los que se relacionan y construyen su realidad desde la cual definen esas maneras de participar. Dentro del artículo me aproximo a la participación que tienen los jóvenes nacidos en Nueva York y que son hijos de migrantes originarios de Chinantla y Piaxtla. Esta participación se caracteriza por estar muy ligada a las normas familiares y escolares y los jóvenes están en una permanente tensión porque toman la decisión de romper con los estereotipos negativos que dicen tener los mexicanos en Nueva York. El grupo de jóvenes sin documentos tiene otra manera de participación y se liga, fundamentalmente, con el trabajo de organizaciones de jóvenes que luchan por los derechos migratorios o hacen activismo político siempre y cuando la causa sea a favor de los derechos humanos o en contra de la discriminación; además de ayudar a la comunidad mexicana que vive en la ciudad-imagensueño de los jóvenes migrantes poblanos.

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Los jóvenes que no migraron participan en la comunidad y tratan de buscar alternativas de estudio y de trabajo para hacerse independientes. La decisión de no migrar también les genera tensiones con la propia familia, y el entorno de la comunidad, porque tienen que ampliar las expectativas sobre sí mismos para estar convencidos de que es importante su presencia al lado de sus familias y, además, que pueden salir adelante en esas dos comunidades de la Mixteca. Varios de los elementos que conforman el texto provienen de un trabajo etnográfico más extenso, que realicé entre 2008 y 2013, sobre los jóvenes migrantes de Puebla a Nueva York en el cual puse especial énfasis en las emociones, la participación y los aprendizajes que se configuran en las prácticas sociales de la vida transnacional.1 La perspectiva etnográfica desde la cual entré en la aventura de conocerlos y de estar junto a ellos y ellas, por un periodo largo de tiempo de manera intermitente, me llevó a “encontrar una lógica subyacente en los encuentros sociales o en la interacción humana”2. Por eso, un punto de partida importante fue el trabajo empírico, porque me permitió observar y describir lo que ocurre en determinados momentos y cómo varían las relaciones, las formas de actuar y los significados, de acuerdo con el lugar y las condiciones que existen en el entorno, en el momento en que suceden las cosas. La etnografía se asemeja a las formas en que la gente le da sentido al mundo en la vida diaria3

1  Robert Smith define el término de vida transnacional de la siguiente manera “incluye aquellas prácticas y relaciones que vinculan a los migrantes y sus hijos con el país de origen, donde tales prácticas tienen una importancia significativa y se dan con regularidad. La vida transnacional está encarnada en las identidades y estructuras sociales que ayudan a formar el mundo de los inmigrantes y sus hijos que se construye en las relaciones entre personas, instituciones y lugares” Cfr. Robert Smith, México en Nueva York. Vidas transnacionles de los migrantes mexicanos entre Puebla y Nueva York, Cámara de Diputados LIX Legislatura/Universidad Autónoma de Zacatecas/Miguel Ángel Porrúa, México, 2006, p. 17. 2  Ruth Paradise, Socialización para el trabajo. La interacción maestro-alumnos en la escuela primaria. die-cinvestav, México, 1997, 15. 3  Martin Hammersley y Paul Atkinson, Etnografía. Métodos de investigación, Paidós, Barcelona, 1983, p. 16.

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La perspectiva etnográfica articula reflexivamente la teoría con la práctica. La teoría es entendida, entonces, como un referente conceptual que permite interpretar lo que ocurre en la vida cotidiana, pero no como una línea preestablecida que no pueda revisarse o matizarse a medida que aparecen nuevos procesos sociales. “Lo que en realidad encara el etnógrafo es una multiplicidad de estructuras conceptuales complejas, muchas de las cuales están superpuestas o entrelazadas entre sí, estructuras que son al mismo tiempo extrañas, irregulares, no explícitas, y a las cuales el etnógrafo debe ingeniarse de alguna manera para captarlas primero y explicarlas después”4 De ahí que, en la medida en que tuve mayores experiencias con los jóvenes y sus familias, en los dos contextos de migración, la reflexión y los registros sobre su vida fueron tomando rumbos inesperados para mí. Por otro lado, la etnografía multisituada me dio las técnicas de seguir a las personas y seguir sus biografías en los dos contextos socioculturales para poder apreciar con mayor claridad la trama o cadena de las historias de vida que me contaron, en los momentos en que pudimos dialogar tanto en Chinantla y Piaxtla como en Nueva York. En esas observaciones y entrevistas hubo circulación de significados, objetos e identidades culturales en un tiempo-espacio difuso5. En esos procesos de estar juntos pude integrarme a la vida cotidiana en cada uno de los sitios y momentos que viví. Conocer los posibles motivos de los jóvenes que decidieron migrar a Nueva York y luego participar en organizaciones de jóvenes; saber los esfuerzos por mantenerse en las escuelas de Nueva York como una forma de romper el estigma; o, bien, organizar una forma de vida en la que construyen la idea de que no es necesario irse de Chinantla o Piaxtla para sobrevivir. Finalmente, y después de lo planteado, quiero decir que para la elaboración de este artículo revisé algunas estadísticas recientes, porque la migración 4  Clifford Geertz, La interpretación de las culturas, Gedisa Editorial, México, 1973, p. 24 5  George E. Marcus, Entografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la etnografía multilocal, Revista Alteridades, No.11, México, 2001. p. 111.


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mexicana a los Estados Unidos se ha transformado en varios sentidos: en el flujo migratorio que ha disminuido en los últimos 10 años; la diversificación de los lugares de destino, las dinámicas familiares que, por una parte, se regresan todos los miembros de las familias a México y, por la otra, se quedan a vivir por periodos más largos en Estados Unidos por la militarización de la frontera y las políticas migratorias.

Los jóvenes en la migración de México-Estados Unidos En la Mixteca poblana, como en casi todas las regiones que presentan movimientos migratorios de nuestro país hacia Estados Unidos, los jóvenes constituyen la mayoría de la población migrante. Ellos salen desde sus comunidades de origen principalmente por necesidades económicas y con la idea de mejorar esta situación en un tiempo próximo, por medio de su trabajo, en el país al norte de México. Nueva York es la ciudad de destino para la mayoría de los migrantes poblanos. Algunos jóvenes migran porque desde pequeños sus padres, familiares, vecinos o amigos lo han hecho y los ven regresar, de manera periódica, con evidentes logros materiales o con transformaciones en las maneras de relacionarse, hablar o vestirse. Esto los hace distinguirse, adquirir un estatus alto en las comunidades y es atractivo para los jóvenes. Entonces, algunos se van porque desean vivir esas experiencias en Nueva York, buscar un trabajo para mejorar sus condiciones de vida, reunirse con alguno de sus padres que está en aquella ciudad y, en algunos casos, se van a la aventura. Los jóvenes de Chinantla y Piaxtla, municipios del estado de Puebla con alta migración internacional, han vivido la experiencia de la migración en sus familias, a través de amigos y conocidos y, en algunas ocasiones, ellos mismos han sido los protagonistas. Viven y respiran la migración en su entorno cotidiano a pesar de las transformaciones surgidas desde el endurecimiento de las políticas migratorias que levantaron el muro en la frontera con México y con la intensificación de las medidas de control para

impedir el cruce de los migrantes sin documentos hacia territorio norteamericano. Veamos algunas estadísticas sobre la migración mexicana a Estados Unidos y en particular sobre los jóvenes migrantes. Los migrantes mexicanos en Estados Unidos son 33.7 millones, según datos, del 2012, del PEW Hispanic Center. La enorme cifra envuelve a los 22.3 millones de nacidos en la Unión Americana, que tienen origen mexicano y no tuvieron que cruzar la frontera; los otros 11.4 millones son migrantes indocumentados que se fueron por parajes y caminos cada vez más inhóspitos buscando burlar a la policía fronteriza. Sin embargo, como señala la misma fuente, entre 2009 y 2014 han regresado más de un millón de mexicanos y sus familias, incluidos los hijos nacidos en Estados Unidos por diversos motivos, entre otros: la crisis económica del 2008 en el país vecino del Norte. Otra fuente da cuenta del drástico incremento en las deportaciones de la administración de Obama, que alcanzaron los 2 millones de mexicanos a través del Programa Comunidades Seguras6; mientras que en ese mismo lapso de tiempo sólo ingresaron a ese país 870 000 migrantes originarios de México por la escasez laboral generada por las condiciones económicas de los Estados Unidos y los altos riesgos para cruzar la frontera. En en plano mundial, de los 231.5 millones de personas que se deplazan por el planeta, 74.4 millones son jóvenes entre 15 y 29 años (según cifras de la onu, citado en Conapo, 2015).7 En la migración de México a Estados Unidos la situación es similar porque el grupo entre 15 y 34 años representa el 67 por ciento de los migrantes. Si se desagregan las cifras, aún más, éstas nos dicen que los jóvenes entre 15 y 24 son mayoría porque constituyen el 41 por ciento y, con esto, superan al grupo de 25 a 34 años que representan el 27 por ciento8

6  Jill Anderson y Nin Solís, Los otros dreamers, México, Los otros dreamers.org., México, 2014, p. 20. 7  Consejo Nacional de Población, Boletín de migración internacional, año III, no. 4, 2015, p. 3. 8  Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Principales resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, México, 2010.

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Los jóvenes mexicanos se van fundamentalmente a California en un 25.9 por ciento; después eligen Texas como lugar de destino con un 18.9 por ciento; Florida es el siguiente lugar al que arriban un 6.9 de jóvenes, a Nueva York el 2.4 y en otros destinos el 43.8 por ciento, es decir, esta última cifra nos da idea de que la migración se ha diversificado hacia otros lugares de llegada en los Estados Unidos (Conapo, 2015: 6). Un estudio del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2008) calcula el porcentaje de migración de jóvenes mexicanos hacia Estados Unidos de acuerdo con el nivel educativo que alcanzaron. Los jóvenes migrantes con estudios básicos no concluidos provienen en un 81 por ciento de Chiapas, 72 de Guerrero, 70 de Veracruz, 70 de Yucatán, 68 de Oaxaca, 64 de Michoacán, 63 por ciento en Puebla. Donde se agudiza más el problema es en Chiapas, Guerrero y Veracruz puesto que el 70 por ciento de los jóvenes migrantes declaran no tener conlcuida la educación básica9. Todas éstas son entidades con los mayores niveles de pobreza y mayor población indígena del país. Los jóvenes que declararon tener estudios concluidos de educación media o superior salieron de los estados de Sinaloa, Sonora y el Distrito Federal.10 Del grupo de jóvenes entre 15 y 29 años de edad el 60.2 por ciento no tiene educación básica, el 33. 4 por ciento tiene educación básica, el 7.1 por ciento estudió la educación media superior y superior (inee, 2008). De lo anterior puede desprenderse que, con esos niveles de escolaridad y las dificultades socioculturales a las que se enfrentan cuando llegan a Estados Unidos, los espacios laborales que encuentran son los más precarios y están en ocupaciones no calificadas. Los jóvenes de 15 a 17 años trabajan en la agricultura; de 18 a 23 años, en el comercio; y de 24 a 29, en el sector servicios (Conapo, 2015). Otro 9  Cfr. “Porcentaje de desplazamientos migratorios de jóvenes a Estados Unidos de América, según escolaridad (2007)” en Panorama educativo de México, INEE, México, 2008, p. 58. 10  Miguel Ángel Rodríguez y Sandra Aguilera et al., “La educación de los hijos de los emigrantes mexicanos a Estados Unidos”, en revista Este País, No. 228, abril, México, 2010. p. 75.

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dato importante sobre los jóvenes migrantes es que en un 70.1 por ciento son del medio urbano y el 28.9 por ciento proviene de zonas rurales. (Conapo, 2015). Las estadísticas anteriores nos dejan ver varias cosas respecto de la migración internacional y de los jóvenes. Es un fenómeno multidimensional y complejo que de ninguna manera se reduce al desplazamiento de personas de un lugar a otro. En la migración existen varios procesos sociales, políticos y culturales, así como una gama de emociones que influyen el mundo personal y colectivo de los migrantes. La migración muestra la inequitativa distribución de la riqueza, el rezago en el que viven miles de familias mexicanas y cómo los jóvenes no encontraron, antes de irse, las posibilidades para desarrollarse y mejorar sus condiciones de vida. Los jóvenes de las estadísticas dejan de ser números para convertirse en individuos con capacidades desarrolladas, con búsquedas incesantes y con el arrojo necesario como para intentar sortear toda la serie de dificultades que se presentan antes de cruzar la frontera, durante el cruce y al establecerse en Nueva York. Dentro de sí tienen el ímpetu para contribuir en su propia transformación y el cambio social que consideran necesario para modificar la situación de exclusion social que han vivido en el país de origen y en el de llegada. Una de las tensiones mas fuertes que encuentran es que más allá de la llegada a Estados Unidos, en donde existe una red de acogida de familiares, amigos o paisanos que les apoyan con darles alojamiento, prestarles dinero para el primer mes y conseguirles el primer trabajo, existe lo que se ha llamado el racismo sin razas donde la población migrante es señalada con el estigma de la inseguridad, la marginalidad y el atraso cultural.11 Representan socialmente una amenaza para la seguridad y el bienestar de los norteamericanos como lo sostuvo una década antes Samuel Huntingnton,12 uno de los ideólogos más importantes de Estados Unidos. 11  Christian Grugember, Migración, racismo y transparencia: hacia la descolonialización de la información pública, Fundar/ Gedisa, México, 2014, p. 20 12  Cfr. Samuel Huntington, ¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacional estadunidense, Paidós, México, 2004.


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Las guerras y las crisis económicas mundiales exacerban los racismos socioculturales13 en los países de destino de los migrantes porque, tanto el gobierno como los medios de comunicación, contribuyen con campañas que difunden ideas donde se les hace responsables del desempleo, de la falta de apoyos gubernamentales y, desde luego, la falsedad de los comentarios se asoman para mostrarse de cuerpo entero entre los números y estadísticas anteriores con la deportación y salida masiva de los migrantes que vuelven a México y la disminución del flujo migratorio al país del norte en la última década. Dos palabras clave aparecen en el escenario migratorio: control y criminalización. El primero referido a las estrictas medidas de vigilancia, seguridad y militarización de la frontera; y la criminalización de la migración indocumentada que desprotege los derechos humanos de los migrantes y que los hace mantenerse en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.

Los jóvenes migrantes indocumentados de la Mixteca poblana En 2004, guiada por intereses de investigar sobre los programas educativos para la población migrante, viajé al sur del estado de Puebla donde se encuentra la región Mixteca. En Chinantla me dirigí a un bachillerato y en Piaxtla a una secundaria como puntos para inciar mis pesquisas. Sin embargo, aproveché toda ocasión para dialogar con diferentes personas en el mercado, con la señora que vende comida, con el señor que cuida la iglesia o con la dueña de la farmacia. En cada uno de esos encuentros invariablemente aparecían las experiencias con la migración a Nueva York y la expresión de diversas emociones al referise a ellas. La culpa, el resentimiento, el orgullo, la tristeza y otros sentimientos afloraban sin control en cada gesto, mirada o palabra que emitían cuando se referían a los “ausentes siempre presentes”. Este hallazgo me hizo sentir la necesidad de ir más allá de los programas educativos, tema de por sí importante, y así fue como inicié con los primeros acercamientos

a la migración relacionada con las familias, las emociones y las relaciones que establecen en dos contextos socioculturales de México y Estados Unidos. Desde Chinantla y Piaxtla emigraron los jóvenes que en 2010 conocí y traté en la ciudad de Nueva York. Eran migrantes indocumentados que había llegado a la ciudad unos años antes, después de cruzar la frontera con ayuda de polleros. Los conocí en la Asociación Tepeyac (at) porque asistían a la preparatoria en ese lugar, gracias a un convenio firmado entre la at y la City University of New York (cuny) para que los jóvenes migrantes de origen mexicano, que no hubieran terminado sus estudios de preparatoria, pudieran preparase para presentar un examen y así poder acreditar este nivel educativo sin importar la condición migratoria. El programa es conocido como General Equivalent Diploma, que todos nombrábamos como “ged”. En la Asociación Tepeyac participé, de julio a noviembre de 2010, como voluntaria para dar una clase de español, cada martes de 7 a 9 de la noche, en el Programa ged. Consideré que era una buena oportunidad para conocer más de cerca a los jóvenes migrantes indocumentados que viven en Nueva York. Fueron cuatro meses de interacción constante con ellos. Algunos de estos jóvenes, indocumentados, que son trabajadores y estudiantes, pudieron platicarme su experiencia de vida antes y después de cruzar la frontera. Los entrevistados fueron seis. Algunos datos elementales de quiénes son se resumen en el cuadro 1. La información nos da a conocer que de este grupo la mayoría emigraron solos siendo muy jóvenes y, en el caso de José, lo hizo como menor de edad acompañado por sus padres. También se puede observar que el nivel de escolaridad que tenían, antes de emigrar, en promedio corresponde a la educación primaria terminada porque abandonaron los estudios cuando estaban en secundaria. Ese nivel de escolaridad los ubica en espacios laborales del sector servicios.

13  Christian Grugember, Op.cit., pp. 19-21

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Cuadro 1. Jóvenes indocumentados que migraron de Chinantla y Piaxtla y viven en Nueva York Año de migración

Nombre

Edad al migrar

Edad en la entrevista

Leticia

2002

18

26

Felipe

2001

15

24

Angélica

2002

13

21

Mario

2006

22

26

José

1991

8

Raquel

2005

17

Estudios antes de migrar Secundaria sin terminar Secundaria sin terminar Primaria Terminada 2º. Lic. en Informática

Ocupación/lugar de trabajo en NY Limpieza en casa Jardinero Pastelería Mesero

26 Primaria

Responsable académico de la Asociación Tepeyac de NY

sin 25 Secundaria terminar

Tintorería

Nota: Jóvenes migrantes entrevistados, julio y agosto de 2010, en Nueva York.

migrantes de Chinantla y Piaxtla. Para ello llevaba algunos teléfonos antes del viaje. Al llegar los contacté y pude no sólo platicar y observar las formas de relación y de vida cotidiana de las familias, sino que viví con dos de ellas en diferentes momentos y por algunos meses. Esta posibilidad me abrió una gran puerta para sentir, observar e involucrarme en las dinámicas familiares de manera cotidiana. Los jóvenes entrevistados fueron diez. Todos son ciudadanos americanos, algunos se reconocen como mexicanos y otros se identifican como mexico-ameLos jóvenes nacidos en Nueva York hijos de ricanos. Este grupo de jóvenes visitan Piaxtla o Chimigrantes mexicanos nantla una o dos veces por año. En la tabla siguiente presento los datos generales del grupo de los jóvenes En Nueva York también busqué relacionarme con nacidos en Nueva York y que tienen padres de orijóvenes nacidos en Nueva York y que fueran hijos de gen mexicano.

La diferencia entre las edades en que migraron y las que tenían cuando los entrevisté corresponden al número de años en que no habían vuelto a cruzar la frontera de retorno a sus comunidades y con sus familiares; es decir, que la condición migratoria de indocumentados los hizo permanecer en Nueva York sin ver a sus familias ni volver a la comunidad durante periodos largos. Las emociones que trae aparejado este hecho tiene poco espacio en los estudios existentes sobre migración internacional.

Cuadro 2. Jóvenes hijos de migrantes mexicanos (Piaxtla y Chinantla) nacidos en Nueva York Germán

22

Ocupación /estudios 8º. Semestre Diseño Gráfico

Adriana

19

1er. Sem. Universidad

Ayuda a tía en labores de la casa

Silvia Grisel B. Abraham Adam

20 26 19 18

3er. Sem. Educación Egresó Derecho 1er. Sem. Universidad 1er. Sem. Carrera Técnica

mexicana mexico-americana mexico-americano mexicano

Teresa

14

1er. Sem. Preparatoria

Denisse

23

Alejandro

14

Ayuda a sus padres en panadería

Todos NY

mexico-americano

Nicole

14

Egresó de Actuaría 1er. Sem. Preparatoria 1er. Sem. Preparatoria

Bufete jurídico Bufete jurídico Ayuda a su papá en negocio Ayuda a su papá en negocio Ayuda a sus papás en labores de la Todos NY casa Compañía de Seguros para Empresas Todos NY Ayuda a sus papás en labores de la casa

Todos NY

mexico-americana

Nombre

Edad

Lugar de trabajo Por su cuenta, imprime camisetas

Ubicación familia Nueva York y Chinantla Nueva York y Chinantla Todos NY Todos NY Todos NY Todos NY

Cómo se identifican mexico-americano mexico-americana

mexico-americana mexicana

Nota: Algunos fueron entrevistados en Chinantla y Piaxtla y Nueva York (2008-2010); otros sólo en Nueva York, 2010.

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En este grupo de jóvenes es visible que todos permanecen en los estudios. Algunos se encuentran estudiando una carrera universitaria o, bien, en el nivel educativo que les corresponde como es el caso de los que tienen menor edad (Teresa, Alejandro, y Nicole). Otros ocupan una parte de su tiempo en el desempeño de un trabajo. Algo interesante es que los jóvenes se autodefinen como mexico-americanos, en su mayoría, y algunos de ellos como mexicanos. En esta definición identitaria muestran que se reconocen ligados a los dos espacios socioculturales en los que viven experiencias cotidianas que les generan sentidos de pertenencia tanto a Chinanta y Piaxtla como a Nueva York. Es una consecuencia de las experiencias transnacionales que viven pero, también, como afirma Kearney (1999) “la migración influye en la transformación de las identidades y en las categorías

Deseaba conocer qué influencias y opiniones les generaban esos jóvenes que ya tenían experiencias migratorias y, además, las ventajas y desventajas de migrar a Nueva York. Así, en Chinantla y Piaxtla entrevisté a cinco jóvenes no migrantes que me hicieron comprender mejor los procesos que se viven en un espacio social transnacional. Es decir, el espacio en el que se relacionan los que tienen conexiones directas a través de las fronteras con los que no las tienen. De esta manera puede decirse que los que se quedan en sus lugares de origen tienen influencias de los que tienen vínculos transnacionales, en sus identidades, las ideas, los objetos y las remesas dentro de su campo de relaciones sociales14 . En el cuadro 3 presento sus datos generales y algunas de sus características.

Cuadro 3. Jóvenes nacidos en Chinantla y Piaxtla que no migraron a Nueva York Nombre Iván Gil Norma Márquez Grisel Andón

Edad Estudios 24 Ciencias Políticas unam 9º. semestre 17 5º. primaria 20 Bachillerato terminado Piaxtla

Teresa Monge

21

Maribel Cabrera

22

Lingüística y nica en buap 6º. semestre Bachillerato nantla

Trabajo en México Asistente de diputados en DF

Familiar migrante Abuelo, abuela y padre, tíos, tías Ayudante en restaurante Papá, tíos, tías y hermanos Promotora Conafe y auxiliar de Papá, tíos, tías, abuela, primos, enfermera primas Literatura Hispá- Puesto de mercado en Piaxtla, Padre y hermano menor, Gontienda de abarrotes entre sema- zalo. na en Puebla terminado, Chi- Cuida niños en Chinantla Padre, hermanos y tíos

oficiales a través de las cuales el Estado intenta regu- En este grupo de jóvenes lo notorio es que asistieron lar las conductas y las identidades”. a la escuela, con excepción de una de ellas que no terminó ni la educación primaria. Dos están en la Jóvenes no migrantes a Nueva York universidad cursando una carrera. Quienes estudiaron el bachillerato habían dejado algunos años la En este espacio doy algunas referencias muy genera- escuela y no habían continuado con los estudios de les también de los jóvenes originarios de Chinantla educación superior. El rezago social en el que viven y Piaxtla que permanecieron en sus lugares de ori- las comunidades de contextos migrantes es evidente gen y decidieron no migrar a Nueva York. Me in- a niveles micro y macrosociales. teresó conocer cuáles fueron los argumentos vitales Los empleos que tenían al momento del diálogo que tuvieron para no hacerlo y quedarse en el pue- permanente con ellos eran de baja categoría laboral blo a vivir y trabajar ahí; quise saber cuáles eran las 14  Peggy Levitt y Glick Schiller, “Perspectivas sobre relaciones que tenían cuando llegaban los jóvenes migraciones internacionales. Conceptuar la simultaneidad”, en desde Nueva York para estudiar algunos años, en Revista Migración y Desarrollo, Segundo Semestre, núm. 003, sus mismos salones de clase, o a la fiesta patronal. México, 2004, p. 66 consultada en: http://redalyc.uaemex.mx/ pdf/660/66000305


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pero todos estaban trabajando, se sostenían solos y aportaban un poco para las necesidades de la familia. Los jóvenes mencionados en el cuadro forman parte de familias con experiencias migratorias de algunos de sus miembros, mientras que ellos y ellas han decidido no migrar a Nueva York. Me platicaban algunos de ellos que hay una cierta presión social y de la familia para que lo hagan. Sólo hay un caso, el de Grisel, en el que su madre por la mala experiencia en la migración, no permitió que lo hiciera al salir de la escuela. Grisel pensaba, en el bachillerato, cuando la conocí, que ir a Nueva York era lo mejor que podía pasarle. Tres años después me decía que no había necesidad de irse a una ciudad donde serían “personas de tercera” y con esto, y los argumentos que encontré en largas charlas que tuvimos en Piaxtla, comprendí que los jóvenes están, de manera continua, en procesos de reflexión de acuerdo a las experiencias vividas con las normas familiares y con las prácticas sociales de la vida transnacional.

Participación de los jóvenes en la vida transnacional

La definición de joven es una construcción sociocultural que varía de acuerdo a la cultura de la cual se trate y al momento histórico vivido. Desde las instituciones se espera que los jóvenes respondan a ciertos parámetros estéticos, lingüísticos, culturales y políticos concebidos desde el mundo de los adultos. En esta creación de lo juvenil participan instituciones como la familia, las iglesias, los partidos políticos, las escuelas, los gobiernos, así como los medios de comunicación. Cuando no cumplen con estos parámetros se construyen estereotipos sobre los jóvenes y son estigmatizados15, porque cada sociedad establece las categorías de las personas que forman parte de ella y, al mismo tiempo, identifica y nombra los atributos que las personas deben poseer. Si la persona no cumple con las expectativas o demandas previamente elaboradas por el grupo social,

15  Maritza Urteaga, Construcción juvenil de la realidad. Jóvenes mexicanos contemporáneos, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 2011, p. 138.

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se le menosprecia y se le otorga un lugar inferior, es decir, se estigmatiza16 Sin embargo, frente a todo esto una nueva mirada sobre los jóvenes sugiere que ellos sean quienes construyan las propias visiones sobre sí mismos y sus entornos en las prácticas en las que participan y en las interacciones con niños, otros jóvenes y los adultos17. Los jóvenes, a la vez, tienen diversas maneras de relacionarse e interactuar con sus pares en espacios donde habitualmente se reúnen para divertirse, conversar y reflexionar sobre sus asuntos personales o sociales. Donde se adscriben a diversas identidades y, también, donde existen emociones por las resonancias de las experiencias vividas por los grupos de jóvenes. La afectividad entrelaza la vida colectiva y las relaciones se vuelven más duraderas aun en la distancia. Entonces, las prácticas recreativas, culturales y políticas contienen, como dice Rossana Reguillo (2000) “elementos simbólicos comunes en sus estilos y una actitud que parece envolverlos generacionalmente”18. Por otra parte, dice la misma autora “se trata de modos de “estar juntos” a través de las prácticas, que no se corresponden necesariamente con un territorio o un colectivo en particular”.19 En mi experiencia de trabajo de campo pude constatar que los jóvenes de cualquiera de los tres grupos construyen varias identificaciones, se relacionan en diversos espacios y con diferentes grupos de jóvenes; configuran una cultura afectiva que los mantiene juntos; establecen códigos y lenguajes que les permiten comprenderse y, gracias a la agencia que desarrollan, organizan proyectos tanto en Nueva York como en Chinantla y Piaxtla. Es decir, en la vida transnacional. En el “estar juntos” se integra una carga de significados, lugares, espacios y referentes emocionales que hacen que los que participan en esas relaciones 16  Erving Goffman, Estigma. La identidad deteriorada, Amorrortu, Argentina, 2006, p. 12. 17  Maritza Urteaga Op.cit., p. 152 18  Ibid., p. 70 19  Eduardo Weiss (Coord), Jóvenes y bachillerato, anuies, México, 2012, p. 9


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y prácticas sociales, los guarden en la memoria y se sientan ligados al lugar de destino y de llegada. Los proyectos que organizan sirven para su identificación y hacer visible su existencia —no sólo para los adultos de ambos entornos socioculturales, sino para la sociedad entera— como un grupo que aprende, se reconoce, actúa y toma decisiones más allá de las instituciones porque en las relaciones ellos y ellas crean sus reglas, priorizan sus intereses y actúan. Pero eso no ocurre de una vez y para siempre. Es decir, los jóvenes atraviesan por procesos difíciles porque se enfrentan a experiencias con otros grupos de jóvenes y en un país que los acogió al migrar desde la Mixteca poblana, o cuando ellos o sus padres llegaron en el éxodo migratorio. De cierta manera conservan algunos parámetros y el “deber ser”, que lo traducen en compromisos y promesas con sus padres desde que emigraron o, al estar en Nueva York, desde su nacimiento. Los jóvenes, sin embargo, no garantizan la obediencia y, gracias a la agencia, a los procesos de reflexividad y a las emociones que construyen con sus amigos o paisanos, tienen la posibilidad de actuar y relacionarse en distintos ambientes y circunstancias, como la familia, la escuela y la comunidad, de manera autónoma o independiente. De este modo es posible comprender por qué los tres grupos de jóvenes a partir de los aprendizajes que tienen en la vida diaria, y de las emociones con las que dan significado a las relaciones que establecen, son protagonistas de procesos familiares, políticos y culturales cualitativamente distintos a los que tuvieron los migrantes de la primera generación y, por lo tanto, consideran que pueden aprender en las prácticas sociales lo que no aprenden en las instituciones, y elaborar planes inmediatos y a futuro.

Agencia y participación de jóvenes migrantes indocumentados Los jóvenes migrantes indocumentados nacidos en Chinantla y Piaxtla que viven en Nueva York participan en los dos entornos socioculturales de la vida transnacional. Su involucramiento en distintas actividades mantiene los lazos y relaciones entre el país

de origen y el de destino. Ellos no pueden viajar porque carecen de documentos. Han pasado por un largo proceso de duelo tras la separación de los seres queridos y de su lugar de origen. Tuvieron aprendizajes que les han permitido continuar con su vida en Nueva York. Pasado el tiempo, se dieron cuenta, al abrirse a nuevas relaciones, que había algunas oportunidades de desarrollarse en Nueva York —a pesar de todas las desventajas como estar sin la familia, no hablar inglés, no tener servicios de salud, no tener acceso a la educación superior y a un empleo bien remunerado— y de participar políticamente con una de las banderas fundamentales, que moviliza a una parte de la población migrante de México: la obtención de la residencia o ciudadanía americana. Es decir, la agencia de los jóvenes les permitió evaluar su situación, tener el deseo y la voluntad de actuar y comenzaron a participar. Un vía de participación fue involucrarse en los problemas de violación a los derechos humanos contra los migrantes de origen mexicano, en cualquier parte donde esto ocurra: el trabajo, las escuelas, la calle o las oficinas de gobierno en la ciudad. Otra opción fue la de involucrarse en los convenios con la Universidad de la Ciudad de Nueva York (cuny), como los de la Asociación Tepeyac, para demandar el derecho a la educación superior para todos los jóvenes sin importar su condición migratoria; así como la intensa campaña para que los jóvenes mexicanos permanezcan en el sistema educativo, logren terminar la preparatoria e ingresen a una carrera universitaria. También incluye programas de formación de liderazgo para jóvenes, de origen mexicano, para lograr una mayor participación en la comunidad y en la vida política de la ciudad. Algunos jóvenes, hombres y mujeres, se aglutinaron en organizaciones con el fin de motivar a los demás a seguir estudiando y colaborar para que los jóvenes logren mejores condiciones de vida a través de becas de estudio, el ejercicio de la profesión una vez terminada la carrera, procesos de capacitación, asesoría jurídica; promoción de la cultura a través de cursos de náhuatl, videos sobre la situación de Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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los migrantes, actividades artísticas y la lucha por la regularización de los mexicanos que viven sin documentos en Nueva York. Las organizaciones que han fundado los jóvenes, indocumentados, o no, de origen mexicano son “Walk”, “MayasNY”, “Indocumentales” y “Mano a Mano. Cultura mexicana sin fronteras”. “Walk” es un programa de formación de líderes jóvenes que apoya la Asociación Tepeyac de Nueva York. Sus objetivos principales son: a) que los jóvenes se preparen para presentar el examen de General Education Diploma (ged), que les permite conseguir el diploma de bachillerato; b) ofrecer consejería para ayuda financiera, carreras y proceso de inscripción a la universidad y al posgrado; y ser profesionistas capaces de conocer, entender y responder a las necesidades de la comunidad latina en la ciudad de Nueva York. Realizan actividades como conferencias, talleres, cursos y promueven la Fiesta del 5 de Mayo, la Feria del Sol, Cena-Gala Tepeyac y otras actividades. Los jóvenes que participan en la organización, en su gran mayoría, son indocumentados mexicanos. La organización “Mexican-American Youth Advising Students” (MayasNY) tiene como objetivo promover la educación superior como medio para alcanzar el mejoramiento social de la comunidad mexicana. Para ello organizan actividades ligadas a la universidad, un programa de mentores y de proyectos sociales y educativos; y su interés también es lograr una imagen positiva de la comunidad mexicana en Nueva York. Los jóvenes que integran esta organización son estudiantes hijos de migrantes mexicanos (mexico-americanos y jóvenes indocumentados.) Tienen el apoyo de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. “Mano a mano. Cultura mexicana sin fronteras” pretende servir como centro de intercambio de información sobre la cultura mexicana y recursos con la comunidad de educadores, artistas, familias de inmigrantes y la población en general. También promueven festivales, conciertos, seminarios y cursos para escuelas y docentes. Los jóvenes de esta organización dan talleres de náhuatl, organizan muestras de ofrendas por el Día de Muertos y otras expresioRevista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

nes culturales de México. Tienen cinco áreas clave: música, danza, artes visuales, artes verbales y rituales; y tradiciones culinarias. Aquí participan jóvenes con cualquier situación migratoria y se extiende la participación a toda la comunidad mexicana en Nueva York. Es apoyada por diversos organismos y marcas comerciales. “Indocumentales” es una organización que busca mostrar y sensibilizar a la población sobre los problemas de las familias migrantes a través de la proyección de películas, videos y cortometrajes que realizan grupos independientes o que cuentan con el auspicio de alguna universidad de América Latina, o incluso del cine comercial, en los que se detalla y se pueden observar los procesos económicos y emocionales de la migración. Algunas proyecciones que han formado parte de su programación son: 2501 Migrants: A Journey, Los que se quedan, Al otro lado, entre otras. Las funciones son gratis y gestionan salas para proyectarlas en La Casa de las Américas, en el Instituto Cervantes y en cuny en la ciudad de Nueva York. Otra organización que no fue fundada por jóvenes migrantes de origen mexicano pero que ha sido fundamental para el logro de apoyos en materia educativa y de estímulo para la inclusión de los jóvenes en las universidades, es la “Educational Foundation of New York, Inc.” (Fundación Educativa Mexicana de Nueva York), conocida como Fed-Ex. Es una organización sin fines de lucro, fundada por Robert Smith y Sandra Lara, que divulgaba información sobre cómo solicitar el ingreso a la universidad, buscaba fondos económicos para otorgar becas y otros medios para ayudar a padres e hijos a mejorar sus oportunidades de vida, entre otros propósitos. Otra organización es masa,20 fundada por Ángelo Cabrera en el 2001. Ángelo realizó una huelga de hambre exigiendo que los alumnos tuvieran acceso a la universidad y que los extranjeros tuvieran la misma colegiatura que los residentes. En ese movimiento Robert Smith, maestro de cuny, dio testimonio y apoyo a la ley para que se cumpliera esa demanda y, finalmente, fue aprobada en 2002 y masa tomó, como parte de su agenda principal, la 20  Cfr. http://www.masany.org/


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educación de los migrantes de origen mexicano. La participación política que se dio en ese tiempo entre los dos líderes trajo como consecuencia que decidieran unir sus esfuerzos en la organización masa y esto ocurrió. Dentro de la mesa directiva, como Director General, está incluido Robert Smith, de cuny, investigador y activista por el derecho a la educación, quien ha jugado un papel fundamental, desde masa, para que los jóvenes migrantes indocumentados tengan mayores apoyos de becas y posibilidades de pagar bajas cuotas al ingresar a las universidades de Nueva York, así como el despliegue de otras actividades que les sirven para lograr sus propósitos. Ángelo Cabrera es un destacado líder indocumentado, que estudió una maestría en cuny, y ha recibido el nombre de “El ángel de la educación” por su labor altruista y permanente con los migrantes mexicanos en Nueva York. Ángelo fue deportado y, después de 24 años, volvió a ver a su familia. Estuvo en Tezcala, Puebla, y ahora está nuevamente de regreso en esa ciudad de Nueva York. Empero el trabajo que realizó en masa dio pie para que se establecieran varios programas de apoyo a los niños, a los jóvenes y a los padres y madres con el fin lograr buenos resultados académicos En masa existen programas para educación inicial, kínder a 12º. Desarrollo juvenil, apoyo familiar y liderazgo comunitario. Los objetivos principales son: preparar a los jóvenes para que tengan éxito académico, fomentar la confianza y la construcción de comunidad; y en los padres y madres de familia: Aprender a abogar por sí mismos, sus hijos y su comunidad. Aunado a lo ya expuesto, los jóvenes participan con otras organizaciones, integradas por jóvenes provenientes de otras culturas y países, que trabajan por manifestar la exigencia de una transformación económica, social y política de la sociedad y por el logro de una Reforma Integral de Migración. Entre esos movimientos se pueden mencionar “Dream Act”, “Ocuppy Wall Street” y las manifestaciones en contra de la Ley Arizona. Los jóvenes migrantes indocumentados dan apoyo a los mexicanos que no saben leer ni escribir.

Les ayudan a tramitar los papeles de identificación como las actas de nacimiento y los pasaportes en el Consulado Mexicano de la ciudad de Nueva York; les dan asesoría jurídica para la defensa de los derechos laborales y cursos de alfabetización, inglés y computación en la Asociación Tepeyac Otra manera de participación en apoyo a la comunidad, es la de organizar y velar porque se lleve a cabo la Antorcha Guadalupana, que recorre varias entidades de la República mexicana, atraviesa varios estados de la Unión Americana y llega hasta la Iglesia de San Patricio cada 12 de diciembre. En cuanto a la participación con Chinantla y Piaxtla, la más importante es el apoyo moral, económico y la relación afectiva permanente con los miembros de sus familias. También asumen los compromisos que tienen sus padres y madres en esas comunidades, o cuando les toca participar para un compromiso en la iglesia o en la comunidad envían la parte económica que les corresponde; o proporcionan el dinero en efectivo con los miembros de alguno de los comités que en ese momento se hacen cargo del asunto. Los jóvenes indocumentados quieren mostrar una imagen a través de la distancia que haga sentirse orgullosos a sus familiares y amigos; son protagonistas de una nueva historia de vida que ellos se han trazado y, además, son modelos a seguir para sus pares de Chinantla y Piaxtla porque han salido adelante con tan poca edad, en un país distinto y con un idioma diferente. En ocasiones son los consejeros, los que toman decisiones en lugar de los demás miembros de la familia porque se ganaron ese lugar por las muestran de fortaleza y responsabilidad ante ellos. Su participación a favor de los derechos humanos de los migrantes, y de los derechos migratorios, contribuyen con el activismo internacional que en la actualidad cuestiona la existencia de fronteras que establecen los Estados-nación, donde circulan libremente las mercancías, hay un freno al derecho a migrar que tienen los seres humanos y una violación permanente a los derechos de los migrantes.

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Seguir en la escuela y romper los estigmas: la participación de los jóvenes nacidos en Nueva York Los jóvenes nacidos en Nueva York —del estudio— tienen espacios de participación delimitados por las instituciones: la familia, la escuela y los ámbitos de trabajo. Es decir, los jóvenes se adaptan a las normas familiares y conocen las maneras en que pueden convivir sin entrar en conflicto con el entorno que les rodea. Si bien no tienen un grupo de jóvenes en el que participen, aparte del grupo de compañeros de las escuelas, sí lo hacen en las actividades que comparten con sus padres y madres. Una de esas actividades que realizan es la convivencia periódica con otras familias originarias de Chinantla, de Piaxtla o de la Mixteca poblana, las cuales suelen llevarse a cabo en lugares públicos, como Red Hook Park, donde se dan cita las familias completas; y donde los jóvenes asisten para compartir los domingos con los paisanos y demás mexicanos para jugar futbol, comer, pasear en el parque y charlar. Otras veces, los jóvenes participan en los actos religiosos en Nueva York, como los que se hacen para la virgen de Guadalupe, ya sea en las casas de otros migrantes o en las iglesias en donde hay un altar o una capilla, como en las de San Patricio o en la iglesia de Guadalupe en Manhattan. No siempre van por su gusto o porque les tomen parecer los padres, sino que a veces van “a fuerza” o “porque me llevan mis padres”, como me dijo Adam. Los espacios más comunes para participar en Nueva York, el lugar donde nació este grupo de jóvenes y a donde emigraron sus padres, son las escuelas y los lugares de trabajo. Ahí han tenido una trayectoria que rompe con el estigma de que los jóvenes mexicanos abandonan las escuelas. Ellos y ellas se mantienen, están en high school (preparatoria) o ya terminaron college (educación superior); y no sólo esto, algunas de las jóvenes del grupo estudiaron una carrera universitaria con un alto desempeño, hicieron sus prácticas escolares en lugares en donde después las emplearon también por su destacada capacidad para el trabajo. Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

Tampoco tienen problemas de drogadicción, alcoholismo, ni han formado parte de pandillas en las que ellos saben que están muchos de los mexicanos que llegan desde la Mixteca. Aunque sí pasan mucho tiempo en soledad mientras sus padres trabajan largas jornadas, han aprovechado ese tiempo para construir una trayectoria escolar, con el apoyo de sus padres y madres. Su situación les proporciona tranquilidad, una buena relación con sus padres y maestros y la posibilidad de obtener un trabajo que les permita tener mejores condiciones de vida. Aquí hay un punto que coincide con los jóvenes no migrantes, porque si bien las condiciones salariales no son iguales, el apoyo y la posibilidad de construir un proyecto de vida que les proporcione satisfacción personal dentro de un buena relación con los padres y madres, es similar. Con esas trayectorias de vida y escolares, los jóvenes que nacieron en Nueva York no se juntan ni cultivan amistades, en su mayoría, con otros jóvenes originarios de Chinantla y Piaxtla, salvo en las ocasiones en que las familias se reúnen por algunas actividades. Ellos y ellas establecen otras amistades, que pueden ser de América Latina, en su mayoría, o de otras partes del mundo. Mientras, en un sentido muy diferente, los jóvenes no migrantes, nacidos en Chinantla y Piaxtla, sí establecen relaciones cotidianas dentro y fuera de la escuela con jóvenes que nacieron en Nueva York y, a veces, a través de la distancia, las conservan. Lo anterior puede ser interpretado en varias direcciones: en primer lugar, adquirir la conciencia de nacer y vivir en un lugar con amplias diferencias culturales y lingüísticas puede constituir un estímulo para entablar relaciones con personas de otros grupos sociales y culturales. En segundo lugar, puede significar que quieren romper con la imagen poco afortunada que ellos mismos tienen de sus paisanos, cuando éstos llegan a Nueva York. Varios jóvenes también tienen idea de que los mexicanos que llegan a Nueva York duran poco en las escuelas y se meten en pandillas. En tercer lugar, para los jóvenes no migrantes (que se quedaron en la Mixteca), es una buena opción el conocer las formas de vida de quienes nacieron en Nueva York, pero también


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tienen conformada la idea que son los jóvenes que llegan de esa ciudad, del norte de Estados Unidos, quienes consumen drogas y alcohol y se salen de las escuelas. En cuanto a su participación en Chinantla y Piaxtla, ésta se da cuando van de vacaciones o en alguna fecha especial para estas dos comunidades. Es en ese contexto que los jóvenes entran en relación principalmente con sus primos, tíos, primas y otros miembros de la familia. Sin embargo, participan en actividades de la comunidad o religiosas que les corresponden a sus padres o madres, y durante las festividades ellos toman parte en cada una de las actividades programadas. Por ejemplo, es común verlos en las procesiones, en la entrada de las flores, llevando el atuendo con el que se vestirá a la Virgen en Piaxtla o al Padre Jesús en Chinantla. O en las ceremonias de bautizo, primera comunión o confirmación, a la usanza de las dos comunidades de Puebla, porque en éstas los jóvenes pueden hacer su primera comunión o se confirman hasta los 26 o 27 años de edad, y ellos van en las largas filas de niños y jóvenes, por la calle, antes de entrar a la iglesia. Una cuestión que no puede pasar desapercibida es que los jóvenes nacidos en Nueva York tienen posibilidades —y lo han hecho— de participar con distinciones que hace la comunidad de Nueva York, de origen chinantleco y piaxtleco, para elegir a la reina de las fiestas o para participar en las mayordomías junto con sus padres y madres. Los jóvenes también se integran a la carrera de la Antorcha, que se realiza en Chinantla. El 25 de enero, desde un punto llamado Las Palomas, que está como a dos o tres kilómetros del centro de Chinantla, llegan al pueblo corriendo. Niños, niñas, jóvenes y adultos corren alrededor de la imagen del Padre Jesús, patrono de la comunidad. Afuera de la iglesia los espera la gente, para acompañarlos en su entrada. Del grupo de jóvenes con los que trabajo, solamente Adam tiene la intención de hacerlo el próximo año. También en esas fechas los jóvenes que nacieron en Nueva York participan en la Carrera Internacional del Migrante, fundada apenas hace cuatro años

por los migrantes de Chinantla radicados en Nueva York. La pretensión es mantener una relación de apoyo para la comunidad, a decir del fundador y presidente del Club Atlético Mexicano en Nueva York, Adam Lázaro. Una actividad más en la que participan los jóvenes nacidos en aquella ciudad es la danza de los tecuanis. Lo hacen en los dos contextos, porque si están en Chinantla y Piaxtla, bailan en la fiesta del pueblo, y, si no, pueden viajar, se organiza el festejo con danza y procesión en las calles de Brooklyn y bailan hasta llegar a la Iglesia de Todos Santos, donde se encuentra una réplica de Padre Jesús. Las dos festividades ocurren en el mes de enero. A veces la danza de tecuanis se puede presenciar en Manhattan con motivo de los festejos a la virgen de Guadalupe, en diciembre. En esta actividad no participan bailando ninguno de los jóvenes del estudio, pero observan y presencian el desarrollo de las danzas, acompañados de sus familiares y amigos, cada vez que ocurre en cualquiera de los dos lugares que se unen a través de las relaciones y manifestaciones culturales, como las que se mencionan. Por último, quisiera comentar que ellos y ellas también participan, aun sin proponérselo, para que la vida transnacional se reproduzca porque son portadores de estilos de vida diferentes. Llevan incorporadas formas culturales distintas a las que pueden encontrarse en Chinantla o Piaxtla. A la vez, tienen un nivel de vida más alto que los de sus familiares y conocidos jóvenes; estudian, trabajan, hablan dos idiomas, tienen proyectos de vida y expectativas altas para lograrlo. También llevan, cuando van de vacaciones, aparatos electrónicos avanzados que muestran a los demás, la moda de Nueva York no sólo en vestimenta sino los gustos musicales; y otra cosa que comparten son las relaciones distintas entre géneros porque sus padres y madres trabajan, dentro y fuera de la casa, modificando con ello los roles tradicionales. Se puede finalizar diciendo que la tarea que llevan a cuestas es ardua porque, con su esfuerzo en las escuelas de Nueva York y en los espacios laborales,

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están rompiendo estereotipos y actitudes denigratorias contra los mexicanos. La participación que tienen los jóvenes nacidos en Nueva York, casi imperceptible y a través de la trayectoria escolar y laboral que van construyendo gracias a la agencia de los jóvenes, contribuye a romper algunos de los estigmas que pesan sobre los mexicanos y que han servido para el endurecimiento de las políticas migratorias y las deportaciones masivas de los Estados Unidos a México.

Participación en la comunidad de jóvenes nacidos en Chinantla y Piaxtla que no emigraron a Nueva York

Los jóvenes de Chinantla y Piaxtla que no han migrado participan en diversos ámbitos de las dos comunidades. Los más cercanos pueden ser aquellos en los que sus familias se involucran directamente, por ejemplo en la preparación de las fiestas de los santos patronos. Días antes comienzan los preparativos y, en los últimos años, los mayordomos han sido los migrantes que radican en Nueva York. A la parte de la familia de los mayordomos que vive en Chinantla o Piaxtla, le encargan la organización de las actividades necesarias. Entre ellas, preparar la comida que se ofrece al pueblo, destinar un lugar dentro de la vivienda para ubicar las velas, promesas y estandartes con imágenes religiosas y de Padre Jesús, instalar sillas y un altar, alrededor del cual ponen las ofrendas mencionadas y a los lados los estandartes de tela. Otra tarea es invitar a las cuadrillas de danzantes por medio de visitas a los capitanes. También se acuerdan con el sacerdote los detalles del cortejo festivo; se invita a una o dos bandas de viento de las cinco que existen en el municipio. En todas estas actividades hay jóvenes de los dos pueblos involucrados en las tareas que les tocan, como parte de su contribución familiar y comunitaria. Hay una comunicación intensa entre los miembros de las familias de los mayordomos, los que están aquí y los que están allá, para decidir compras, enviar dinero, compartir criterios, etc. Esto hace que quienes están fuera, estén presentes a través de Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

sus contrapartes familiares de Chinantla y Piaxtla, en la organización y en la colaboración con la fiesta patronal. El día de la fiesta mayor, los mayordomos ya tienen todo listo para recibir a los comensales y participantes que llegan hasta esas dos localidades. Un poco más tarde vemos en la procesión a los jóvenes que no han migrado, cargando flores, “promesas” y velas para llevar a Padre Jesús o a la Virgen de Santa María La Asunción. Van junto con sus primos o primas que están de visita en los pueblos, para compartir esos momentos. En las danzas también toman parte los jóvenes, bajo las enormes máscaras de los tecuanis y de los chinelos, bailando todo el camino hasta la iglesia. El que toca para la danza es un joven, con su tambor y una flauta en una mano, vestido con shorts largos, playera o camisa larga y ancha y una gorra con las iniciales de NY al frente —como describen los jóvenes que no han migrado la vestimenta de algunos jóvenes de Nueva York—. Él dice: “Ya tengo cuatro años tocando la danza de tecuanis. Antes lo hacía mi abuelo y aprendí. Cada año lo hago y me gusta mucho. Tenemos ensayos para practicar y que los que van entrando aprendan y estén listos para el día de la fiesta.” En la organización de los juegos deportivos durante la fiesta —y durante todo el año— los jóvenes están presentes y participan en la organización de la Carrera Internacional del Migrante, o bien se inscriben como corredores en la categoría juvenil. Así los jóvenes de Nueva York, Chinantla y Piaxtla comparten este evento y alientan las relaciones filiales, amistosas y las identificaciones con ese otro lado de la frontera que forma parte de su vida transnacional que alimentan. Otras actividades en las que ellos y ellas participan, junto con sus familiares de ambos lados de la frontera, es en el decorado de alfombras de aserrín de colores y flores, en las calles de Piaxtla, que delinean el camino para la procesión. Se les ve cargando botes y cubetas con el aserrín pintado, poniendo moldes para hacer las figuras en el piso. En otras calles distribuyen pétalos de flores rojas, así como


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follaje verde que acomodan como si fuera una gran alfombra. Una actividad que desde hace poco tiempo ha comenzado a desarrollarse en Chinantla y Piaxtla es integrar grupos de jóvenes y niños que aprenden música por las tardes y tocan cuando hay eventos importantes en la comunidad. Este proyecto surgió en Piaxtla y se extendió después a Chinantla. En Piaxtla, el grupo trabaja en la Casa de, a cargo del profesor Luis González Acosta, quien enseña música a los niños, niñas y jóvenes, de manera altruista, diariamente. En este grupo ha destacado un hermano de Iván (participante en esta investigación) porque toca guitarra, violín, chelo, bajo eléctrico y batería. Se llama Adrián González y tiene 15 años. En 2012 presentó examen en el conservatorio de la ciudad de México porque desea dedicarse a la música. En Chinantla, los niños y jóvenes realizan también esta actividad pero en el bachillerato Enrique Nava Martínez, gracias a la labor y apoyo de Victoria, la directora, quien dice sonriendo: “pues ya que no se puede producir nada en estas tierras, nos haremos músicos”. Cuando hay músicos entre los jóvenes que llegan de Nueva York, se integran a estas bandas y grupos y, son también las actividades artísticas, como la música, la danza que comparten, las que permiten conocer parte de la cultura mexicana o la local, y a la vez, crean nuevos nexos y recuerdos ligados al país de origen que permiten la conservación de la vida transnacional. Un proyecto interesante también es que, a partir del verano de 2011, se organizó un grupo con jóvenes de Nueva York y de Chinantla, en el cual los neoyorquinos dan cursos y talleres de inglés y computación para niños, niñas y jóvenes del pueblo, mientras los chinantlecos dan cursos de danza, pintura, poesía, y música. Los de Nueva York tienen luego el compromiso de enseñar y reproducir lo que aprendieron en estos cursos entre los jóvenes y niños de allá, que son originarios de México. Como resultado de estos proyectos artísticos, en 2010 viajó un grupo de niños, niñas y jóvenes a Passaic, Nueva Jersey, para presentar a los paisanos de

Chinantla y Piaxtla, y a la comunidad mexicana en general, danzas y bailables regionales de México, así como la música clásica y popular mexicana que toca el grupo de Piaxtla. Éste fue un proyecto también de los profesores Victoria Gil y Luis González, y pudieron llevarlo a cabo gracias a la colaboración del presidente municipal de Piaxtla, en ese entonces; y en Passaic, por la cooperación de los migrantes radicados allá. Entre ambas autoridades se hicieron cargo de los pasajes, hospedaje y alimentación, que cubrieron con recursos económicos y con la colaboración de familias migrantes que aportaron hospedaje y alimentos. Por otra parte, los jóvenes de Chinantla que no han migrado, también toman parte de la faenas, proyectos de la presidencia municipal como la construcción de un aula en una de las inspectorías rurales, la colocación de adoquín en dos calles y el campo deportivo que está a un costado del bachillerato, a la entrada del pueblo. Sin duda alguna, las relaciones que durante el año tienen y lo que se va acordando a través de la distancia, vuelve permanente la vida trasnacional, porque el cotidiano se impregna de concepciones, valores, deseos y significados que se construyen pensando en los que están y en los que están fuera de los dos pueblos. Las relaciones de la vida trasnacional se ven enriquecidas porque gracias a las participaciones de los jóvenes hay un movimiento permanente, muchas veces imperceptible, de expectativas, reflexiones y decisiones que van marcando la pauta para abrir nuevas posibilidades de enriquecimiento de la vida transnacional. Para finalizar este apartado quiero comentar que la participación tan diferente que tienen los jóvenes de los grupos aquí referidos, nos da clara muestra de la gran diversidad de participaciones, aprendizajes, significados y formas de vivir la vida transnacional. Cada una de las acciones que desarrollan en la vida cotidiana tienen o engendran, simultáneamente, los elementos que la constituyen. Y en cada una de las participaciones que realizan muestran el compromiso que tienen en cada espacio en el que conviven y se relacionan.

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A manera de cierre Fue necesario detener la mirada en las participaciones y relaciones de los jóvenes para darse cuenta que diariamente elaboran significados que los hacen tomar decisiones en sentidos múltiples. Las actividades que realizan los tres grupos de jóvenes, a quienes le seguí parte de la vida y la biografía, participan y están comprometidos con ambos contextos socioculturales; entablan relaciones en la vida cotidiana que contienen los significados que se construyen en la vida transnacional porque sus experiencias tienen siempre el doble referente de los dos países, dos lugares y dos contextos a los que ellos se sienten ligados. Hay sentimientos de reciprocidad entre los jóvenes de origen mexicano y ellos tienen la capacidad de intervenir y relacionarse en distintos microgrupos, como el de estudiantes, trabajadores, músicos, pintores, activistas, etc., pero siempre unidos por la dimensión afectiva que está incluida en las relaciones sociales, aun cuando ésta es poco considerada en los estudios de migración. Al conocer las formas de participación y describir las relaciones salen a relucir las implicaciones que tienen en la vida transnacional porque las actividades que realizan y las formas de comunicarse con los demás, en cualquier circunstancia, conlle-

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van percepciones sobre sí mismos, emociones que surgen y se construyen en esas relaciones y los hacen vivir de un modo u otro y aprender de las experiencias cotidianas. Los jóvenes tienen grandes diferencias en la forma de experimentar y comprender y participar en la vida transnacional dependiendo de su historia personal, familiar y comunitaria, aunque haya características comunes a todos ellos y ellas. Pero algo que los identifica es que gracias a la agencia desarrollan la capacidad de elegir, de escoger a partir de las evaluaciones que hacen de las circunstancias en las que estén y de buscar alternativas para salir adelante en las adversidades de la vida transnacional. Los jóvenes con sus participaciones nos muestran que hay una forma de ver y de construir desde “sus propios términos” la realidad social, que no es la que construyen los adultos ni las instituciones para ellos. Que tienen la capacidad para construir una percepción de sí mismos, del entorno y de intervenir en él para lograr sus deseos. Las emociones y los aprendizajes que existen en cada uno de los tres grupos de jóvenes abordados en este artículo, imprimen sentidos a la participación cotidiana, familiar y social, que ellos emprenden cada día y les permiten concebirse como parte de dos mundos ligados por sentimientos, compromisos y proyectos de vida.


Educación, intersubjetividad y entorno Samuel Tovar Ruiz

L

La educación en sentido y amplio y estricto a educación, en un amplio sentido, como fenómeno social, es resultado del mismo devenir del ser humano como relación social, histórica, concreta, en que al procurar en ésta su subsistencia, se ve envuelto en un sinnúmero de apremios y dificultades de distinta índole; razón por la cual (ya, desde sus primeras épocas, y dado su ser sintético-social originario con que embrionariamente la especie humana devino en y del mundo), brotaron en sus miembros, aunque de modo incipiente, capacidades, destrezas y posibilidades físico-espirituales, que prima facie expresaban la diversidad de su entorno y relaciones de los hombres entre sí originariamente constituyentes. Esas capacidades, por un lado, fueron resultado del esfuerzo de seres que respondían a la necesidad de configurarse como especie; y, por otro, fueron respuestas concebidas por un pensamiento aun en estado rudimentario, pero en todo caso ya respondían a la emergencia de enfrentar el estado de necesidad que desde los primeros tiempos martilló la existencia de los primeros seres humanos. De ahí en adelante la especial configuración de sus atributos sería progresiva y permanentemente desarrollada hasta completar los primeros estadios del proceso de su hominización-humanización, que con el correr del tiempo, habría de colocarle en la perspectiva humana actual.1 Así, entonces, dependiendo de las circunstancias de la magnitud de la emergencia en que primeramente se encontraron los seres humanos, aparecieron en ellos, calidades tanto somáticas como morales cuya variación y desarrollo ulterior le han hecho advenir, aunque no sin complicaciones y retrocesos, en el modo específico en que actualmente se le conoce. Como resultado de las extraordinarias relaciones metabólicometamórficas, materiales y espirituales ya de intenso intercambio 1  Samuel Tovar Ruiz, La cuestión social (en prensa), 2016.

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de los hombres entre sí y con la naturaleza, devino, en distintos momentos, lo que podríamos llamar repunte y reflujo de la educación en el amplio sentido que aquí se comenta. El ser humano en la procura de su reproducción material, gradualmente fue acumulando experiencia (conocimientos sensibles e intelectuales) en los más diversos campos de la actividad humana, incluso en ese proceso, aunque más tardíamente produjo lo que llamamos aquí: el gran salto,que le condujo a hacer experiencia de su experiencia o conversión de su subjetividad en objeto2. Con semejante avance, el ser humano, con arreglo a sí mismo, propendió, de modo progresivo, no sólo a discrepar de sí, a asumirse diferencialmente, sino por esa misma razón, a realizar tareas de integración, como la de librarse de manera más eficaz del lastre que, desde tiempos inmemoriales, arrastraba: el estado de necesidad, característico en él desde entonces. Más aún, con el tiempo, no sólo aprendió a volverse contra ese estado, sino, incluso, llegando a dominarle, ha hecho de él un instrumento político que desgraciadamente, bajo las circunstancias neoliberales actuales, ya es ejercido contra los mismos congéneres. En efecto, la necesidad ya hace tiempo que ha dejado de ser una causa, pasando a ser resultado de la política. Así mientras la necesidad continúa depauperizando a los pobres, contribuye a mantener y aun a incrementar no menos significativamente la hacienda de los insultantemente más ricos. Si bien su libertad, en el sentido aquí argumentado, fue una de sus divisas favoritas.3 El construirla le implicó una de sus más grandes tareas, pues desde su proceso de hominización quedó claro que su ser igualitario era insoslayable en cualquier otra construcción.4 Ahora bien, si bien todos podemos desarrollar nuestra vida con arreglo a una cierta singularidad, ésta no se explicaría si no abrigásemos un mismo punto de partida natural, por decirlo de esta manera, un mismo hadware que ciertamente 2  Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Fenomenología del espíritu, Pre-textos, Valencia, 2009. 3  Karl Marx, Los manuscritos de 1844, un discurso revolucionario integral, Ed. Itaca, México, 2011. 4  Charles Darwin, El origen del hombre, Ed. Terramar, México, 2010

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funciona con programas (software) distintos. El quehacer de hacerse libre le significó al hombre un gran esfuerzo, que implicó no sólo superar obstáculos, sino reconocerse miembro de una especie; por lo que aun cuando se encontrase solo, nunca realmente lo estaba, ya que aún ahí, en esa soledad, la especie se expresaba lo mismo como pendiente que como presencia, más aún, como relación social.5 De ese modo, sólo con la superación progresiva (actualización) de sus propias fuerzas o con el desarrollo de sus potencialidades naturales, propendió a interactuar con su entorno, pero, además a partir de él, a fraguar mejores condiciones, cada vez, para hacer y ejercer esa libertad de difícil cuño, y todavía más, repuntar bajo circunstancias concretas, cada vez más dominadas, incluso las de hoy en día, por el proceso contradictorio de su humanización. Así quien se diga o se sienta libre, sin implicar en el ejercicio de su libertad su esencial condición de igualdad con los demás, no mostrará sino una gran ignorancia, o sólo una parcialidad de esa libertad, pero jamás una libertad ecuménica, digna de ser reconocida y emulada por todos los hombres. Bajo condiciones concretas, y en un nivel de mayor idealización, esa libertad sólo puede coincidir con un nivel de superior concreción y, por supuesto, no coincide con el modo, hoy vulgarizado, hecho protagónico en la sociedad actual, en que, se tiene el cinismo de hacer equivaler a la libertad, con un oprobioso manto de exclusión o castración social que existe por doquier y que distorsiona las aspiraciones libertarias de los seres humanos, por lo menos en su modo positivo.6 La libertad que aquí se imagina sólo coincide con la libertad de la especie que con cada ser humano consciente, o grupo de éstos, se construye no en sí, sino para sí, ,y cuyo ser verdaderamente ecuménico por ahora solo es históricamente latente, o en estado potencial. El ser humano, ya configurado, por lo menos en su primera etapa, como salto, y dadas sus específicas 5  Charles Darwin y Alfred Russel Wallace, La teoría de la evolución de las especies, Ed. Crítica, Fundación Iberdrola, España, 2006. 6  Isahiah Berlin, Dos conceptos de libertad y otros escritos, Alianza Editorial, Madrid, 2005.


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cualidades o atributos, no sólo estuvo en condiciones de utilizar las mismas fuerzas naturales de que provino, sino que al conocerlas mejor las pudo dominar y potenciar al usarlas para su beneficio, por tal razón al ser humano le es tan esencial la teoría como la práctica. En efecto, su persistencia metabólica, capacidad metamórfica o incluso abortiva, estaba originalmente diseñada para su reproducción animal. Pero, al desarrollarse ejerciendo sus cualidades originarias poco a poco cobraría conciencia de que además poseía una cualidad completamente nueva, entrañada, sobre todo, de modo revolucionario en su corteza cerebral, misma que en su desarrolló, más aun en su ejercicio y brotaba cada vez más como posibilidad de su inversión cognitiva, con lo cual, ya en ese su momento superior, el hombre de carne y hueso, devenía en conciencia de sí. Por otra parte, igualmente, acarrearía el proceso de desarrollar y ejercer sus otras capacidades metabólicas, metamórficas o abortivas, como verdaderas versiones espirituales suyas, cuyo poder o fuerza han llegado incluso a potenciarle logarítmicamente. Pero, la conciencia al pensarse a sí misma, no tanto superaba su subjetividad, pues seguía siendo subjetividad, sino sólo la imposibilidad objetiva de inmediatamente reconocerse en ella. Por lo que, al dar ese salto, además de revelarse (o saberse misma), mostraba otro tanto la clave cognitiva para accesar al núcleo del ser de todo lo demás. Empero, no fue sino con la adquisición de una gran cantidad de experiencia, lo que no ocurriría sino en un largo proceso, con lo que la conciencia humana internamente terminó por configurarse en verdadera experiencia de la experiencia.7 De allí en adelante la realidad natural ya no habría de ser sólo realidad, pues al ser mediada por la conciencia en el sentido mencionado, sería cada vez reeditada de diversos modos. Tal es la razón de que el ser humano apenas se instala o adquiere conciencia (autoconciencia) de sus plenos poderes o capacidades, ni tardo ni perezoso se propone la gran tarea de recrearse tanto en

lo físico como en lo espiritual. Así, es sumamente lastimoso que el abuso a determinados hombres, cuya suerte ha sido casi siempre el despojo, fraude, asesinato, intervenciones injustas, genocidios, etc.8 se realice por otros cuyo status (en su animalidad) se da bajo determinadas condiciones sociales y políticas que le son favorables; y tratan a los otros con actitudes ruines y una gran ambición. Lo anterior nos muestra que en la medida en que están sumidos en la loca carrera de la ambición desmedida, más alejados de la especie humana se encuentran. En este contexto mencionado se ponía de manifiesto la tarea que socialmente le está asignada a la educación porque se presentaba como el mejor modo de adquirir y desarrollar la conciencia como autoconciencia. Mediante la autoconciencia los seres humanos, sobre todo los más vulnerabledes, adquirirían los saberes necesarios para nivelarse y emanciparse de los poderes despóticos de quienes sólo ven su beneficio y el lado “animaloide” de la relación humana.9 Mediante la educación alternativa que aquí se avizora, se plantea que la verdadera edad de la razón (como razón no egótica) estaría por venir; aunque tal posibilidad por lo pronto sea contradicha por quienes están encargados de medrar su desarrollo. El vasallaje actual tiene la encomienda de propiciar un “estanque educativo” y, para mantenerlo, emplean un despliegue brutal de recursos de toda índole, con lo que dan pie a las mayores salvajadas para propiciar y mantener el “estado de necesidad” permanente en quienes son sus víctimas. Tal estado de necesidad y sus secuelas, por ejemplo, repárese en los gravísimos casos de desaparición forzada, extermino y asesinato de Estado, recientes: Tlatlaya, Ayotzinapa, San Fernando, Villa Purificación,Tanhuato, Rancho del sol, Ecuanduréo, Apatzingán, etc. Crímenes apenas comparables con los campos de concentración y exterminio del nazismo de la Segunda Guerra Mundial. También la razón que aquí se avizora no es ni coincide con 8  Anatole France, La isla de los pingüinos, Editora

Nacional, México, 1965.

9  Cfr. Antón Makarenko, Su vida y labor pedagógica, Ed. 7  Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Fenomenología del espíritu, Progreso, Moscú, 2011 y Poema pedagógico, Ediciones Akal, Madrid, 2008. FCE, México, 1985, pp. 197-272.

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la hasta ahora llamada razón “ilustrada” que, mientras parcialmente ilustra, unilateralmente justifica y aplasta. No. Se trata de la otra razón, de la desilustrada (la de la mayoría, des-poseída de la verdadera ilustración) que sólo al adquirir conciencia de sí, tanto lucha para des-ilustrarse en el modo alienado actual, como por ilustrarse desarrollando su específica libertad intelectual, desde las concretas coordenadas y circunstancias en que mora, y sólo así se propone hacer un mundo, cada vez mejor. De ese modo, aparece un nuevo tipo de comportamiento educativo humano, que no sólo es el reactivo que conocíamos, ni el mesiánico, ni el adocenado, ni el domesticante convencional; es un comportamiento educativo que al volverse críticamente sobre el modo condicionado de los hombres de carne y hueso, se torna cada vez más consciente de la necesidad de saber acerca de las entidades profundas de las condiciones de existencia, que hace que los hombres abriguen determinada sensibilidad, creencias, valores representaciones comunes, ideas, etc., y que pueden estar en correspondencia o no con las de su especie. De esa forma, no sólo se propone diagnosticar, describir, explicar, comprender proyectar, el has de condiciones que le aprisionan o laceran, sino al formar parte de la contradicción social, propicia su resolución crítica y práctica en el sentido de transformarlas.10 De acuerdo a lo anterior, la previsión, planificación y acción escolar que se proyectan, no pueden erigirse sino en función de ese examen siempre pendiente que aunque sea en un modo todavía muy deficiente, es empero mediante él como puede profundizarse y como pueden desarrollarse las tareas educativas del futuro. Por tanto, se propone saber o por lo menos intentar saber, acerca del ¿qué? ¿por qué? ¿dónde? y ¿cómo? relativos a la educación; y a conocer y advertir el sentimiento de comunidad como principio de acción. Ese conocimiento no es lineal y reporta una tendencia contradictoria a lo largo del tiempo porque lo mismo traza avances que retrocesos y, con todo ello, se pone de manifiesto que el ser humano,

siempre bajo determinadas condiciones, fue y es, como ya apuntamos, un ser esencialmente contradictorio, que lo mismo crea o destruye para crear, es decir, transforma. Hay que agregar que el camino andado por el ser humano no ha sido fácil, ni lineal, ni aterciopelado, sino lleno de escarchas, desfiladeros, dificultades y peligros de toda índole; hay inquietud que se expresa en varias formas y si se llega a dominar la savia de esa inquietud, entonces la propensión deja de ser un mero reflejo para tornarse activa, pareciendo entonces que la forma de formas ya no es la vida sino el pensamiento que sobre ella se teje, generándose de ese modo la sensación de un mundo a nuestra merced que incluso baila según la tonada de nuestras ideas. La educación no sólo puede saberse en sentido amplio como ya apuntamos, sino además se hace necesario saberse en sentido estricto. De ese modo, no sólo es resultado del desarrollo del comportamiento, carácter, personalidad humana en general o en grandes líneas (educación lato sensu), sino además de específicas modalidades, técnicas, estrategias y aspectos educativos, que responden en ese su sentido estricto más al peculiar funcionamiento que a determinadas relaciones sociales exigen.11 Esto hace que la educación sea un producto social y funcional cuyos parámetros y límites están marcados por exigencias y necesidades concretas de una sociedad no menos concreta e históricamente determinada. De ese modo, los caracteres o componentes educativos están en estrecha dependencia con cada relación social en que funcionan o son usados y representan, sin duda, una historia y morfología específicas. En esta parte ya no es posible hablar sólo de comportamiento, carácter, temperamento o personalidad sino de una formación subjetiva, humana, específica, pues responden en esa especificidad a determinadas exigencias sociales. Tal modo específico que aquí se referencia, no puede ser sino el relativo al proceso de enseñanza-aprendizaje, pues no es sino en su vertiente y curso como puede tratarse de modo sistemático la formación humana y aca-

10  Georg Von Wright, Explicación y comprensión, Alianza Editorial, Madrid, 1980.

11  Bogdan Suchodolsky, La Teoría Marxista de la Educación, Ed. Grijalbo, México, 1965.

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démica de los seres humanos. En este orden ideas temas como el desarrollo, la planeación curricular, el proceso de enseñanza y de aprendizaje; o bien la administración escolar, las técnicas didácticas, la innovación educativa, la investigación científica y el mercado profesional de trabajo, son de la mayor importancia. En otra dirección la educación en su sentido estricto no siempre refleja de modo automático una relación social ya que, como dejamos entrever, puede darse el caso de que en ésta se erija un sujeto educativo que sea capaz de volverse críticamente sobre la exigencias educativas planteadas por esa relación social.12 En este sentido el sujeto tiende a organizar una respuesta que no sea correspondiente con un status educativo social tradicional; sino que intenta cambiarlo. De tal suerte que, las propuestas alternativas que produjera reflejarían un alto grado de discrepancia con la educación. Tal discrepar tanto más esencial, objetivo y profundo, cuanto más permite no sólo proyectar, planificar, proponer sino identificar y sobre todo comprometerse con una acción transformadora de los actores sociales, cuyos niveles de victimización y marginación educativa hacen inviable por más tiempo la actual propuesta educativa que convencional y oficiosamente se ha impuesto en esa relación social en que moran. La educación en su sentido estricto enfoca sus baterías en una formación subjetiva, humana, educativa y concreta, cuya propuesta además de provenir de condiciones sociales específicas, responde igualmente a una reflexión de actores educativos que por estar inmersos en una determinada relación social la padecen en sus limitaciones en sus deficiencias y distorsiones. Así la ausencia de una satisfacción plena de sus necesidades educativas es la fuerza que detona la posibilidad real de organizarse como especifico movimiento educativo, que enarbola una propuesta orgánica, estratégica, alternativa a las necesidades educativas que para ellos son emergentes, pues la misma relación social expresa incluso otra cosa dis12  Fernando Reimers y Eleonora Villegas-Reimers, “Sobre la calidad de la educación y su sentido democrático” en Revista PRELAC, Unesco, Chile, 2006.

tinta de la actual forma educativa tradicional y que sólo se mantiene mediante groseros artificios e inusuales gastos en recursos, pues no hay que olvidar que lo que más sacrificio y gasto implica es la retención de lo muerto, de lo que ya no es. Así sólo la percepción de las articulaciones históricas irresueltas en una determinada relación social, permiten avizorar no sólo lo que ya es caduco, o digno de caer, sino en una determinada propuesta educativa el factor clave que resolvería el cúmulo de esas necesidades educativas socialmente planteado y que constituye una exigencia inaplazable para los actores sociales que, insertos en esa relación social ya no ven en ella sino lo sido, o la ausencia de alternativa. La educación en sentido estricto apareció de modo diverso, primeramente, en la sociedad milenaria o antigua, hegemonizada no sólo por una filosofía intelectualizante, sino metodológicamente por la observación, clasificación, definición, formalización y logización del conocimiento. Determinaciones y procedimientos que al elaborarse por un reducido cuerpo de especialistas, provenientes la mayoría de ellos de familias acomodadas, no dejaban de reproducir sesgos teóricos que socialmente justificaban el esclavismo o el carácter aristocrático y discriminante de la educación.13 Posteriormente, en el contexto de la edad media, la educación, por efecto de la teologización predominante en ese periodo, se tramita escolarmente bajo la égida de los monasterios y los claustros, verificándose en ellos una gran acumulación de conocimiento (gran parte del legado intelectual antiguo que se conoce se debió a esta labor de recuperación y mantenimiento de los centros de información monasteriales). La educación institucional, en esta etapa, a cargo de personalidadesde la nobleza y el clero, se presenta esencialmente con rasgos aristocráticos, feudales, excluyentes, discriminatorios, domesticantes; pero

13  Alicia de Alba, Teoría y educación. En torno al carácter científico de la educación, CESU-UNAM, México, 1996; Hans Aebli, Una didáctica fundada en la psicología de Jean Piaget, Ed. Kapelusz, Buenos aires, 1958; Manuel García Morente, Lecciones Preliminares de Filosofía, Ed. Porrúa, México, 2004.


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además espiritual e ideológicamente maniquea, mística y teológica.14 Posteriormente, la educación de la edad moderna deja de sentar sus bases en una dirección maniquea, monástico-teológica, mientras metodológicamente abandona el anterior argumento de la observación pura y simple, la clasificación, definición, o intelectualización de la realidad inmediata con bases sólo naturalistas para, cada vez más, ser resultado de la aplicación experimental del método hipotético deductivo. Con ello, el dato educativo se ve sometido a nuevos procedimientos, a procesamiento cuantitativos; de modo particular es procesado mediante herramientas y modelos matemáticos y estadísticos cada vez de mayor sutileza. De acuerdo a lo anterior, la educación moderna al concebirse como conocimiento científico-tecnológico, cultural y artístico, tiene en la heurística (explicación) y la hermenéutica (comprensión, interpretación) dos fuentes inequívocas de su desarrollo. Los aspectos educativos que son susceptibles de procesamiento y planificación así se tornaron cada vez más complejos, y de gran complicación, abarcando los diversos órdenes cognitivo-sensitivos, de modo particular el natural y el social. De ese modo, la educación moderna más representativa, filosóficamente asume la ciencia experimental como piedra angular pero, también, políticamente es secular, laica y se declara incluyente, humanista, empero social y prácticamente es más bien hipócrita, excluyente, discriminatoria, aparheidista.15 De ese modo, la educación moderna o burguesa presenta deficiencias graves, pues no ha sido socialmente incluyente, ni justa; en cambio, es frecuente en ella el ocultar sus limitaciones y deficiencias, desplazando el problema de la educación a una excesiva normatividad y formalismo. El carácter legalista o 14  GeorgWilhelm Friedrich Hegel, Lecciones de Historia de la Filosofía, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1998; San Agustin, Las Confesiones, Ed. Tecnos, Madrid, 2009; San Tomas de Aquino, Suma contra los gentiles, Ed. Porrúa, México, 2008. 15  Michael Apple, Maestros y Textos: una economía política de las relaciones de clase y sexo en educación, Paidós-MEC, Barcelona,1989; Augusto Comte, Curso de filosofía positiva, Ed. Porrúa, México, 1997.

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legaliforme de esta salida mantiene la idea absolutamente errónea de que desplazando el problema social a su nivel normativo, “por arte de magia” se soluciona cualquier problema; y, por si fuera poco, se incurre en la tarea de legislar, casi siempre de modo unilateral, con reglas descontextuadas y en la mayoría de los casos claramente ideológicas, sesgadas, por decirlo así, con “dados cargados” casi siempre en favor de intereses hegemónicos.16 Luego entonces la educación moderna aunque, formalmente proclama la libertad, presentándose secular, laica e incluso democrática o formalmente libre, e incluyente, en la práctica es socialmente segregacionista, laboralmente castrante (el desempleo profesional ha alcanzado cifras de escándalo), distorsionante, en el sentido de que, cada vez más, es una política de mediatización y control laboral, y mucho menos educativa y científica. En efecto, hoy los gobiernos neoliberales llegan a quejarse de las movilizaciones magisteriales para exigir empleo y prestaciones, pero se callan el hecho inocultable de la conversión de la escuela en una especie de centro de “políticas de contención del desempleo laboral”; es decir, han hecho que la escuela no tanto funcione como centro educativo, sino como auxiliar que cumple funciones eminentemente “políticas” de control y disuasión de las demandas educativas y laborales. De esa manera, lo mismo que sus estructuras, los roles de la educación burguesa son desempeñados por sujetos educativos funcionales (en la estructura aunque todos lanzan la piedra que descalabra, todos esconden la mano, nadie es responsable de nada, el responsable es la impersonal estructura, o el anonimato del sistema) y las poblaciones civiles padecen de grandes vejaciones y abusos, al no tener una educación que les permita aspirar a defenderse con nuevas herramientas.17 16  Jürgen Habermas, Facticidad y validez: sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso, Ed. Trotta, Madrid, 1998. 17  Gilberto Guevara Niebla, La catástrofe silenciosa, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1992; Paulo Freire, La educación como práctica de la libertad, Ed. Siglo XXI, México, 1973; F. Keller, El control de la conducta humana, Ed. Trillas, México, 1974.


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El tipo de educación moderna secular o liberal que acabamos de referir, como recorrido social, deja muchos pendientes; por lo que en ella, como se ha visto, lo social no se ve suficientemente reconocido, ni mucho menos justipreciado. Tal es la razón de que, en la óptica que aquí ensayamos, propongamos una educación horizontal socialmente alternativa, que recupere mayormente el elemento social, tal y como lo hemos venido concibiendo, en el sentido de desarrollarlo como calidad social digna del ser humano. Dignidad que, dicho sea de paso, se encuentra en potencia, en cada ser humano por el sólo hecho de serlo, pero que sólo se actualiza y ejerce conforme cada uno internamente progresa y se reconoce libre e igual a todo otro; por lo que, al tiempo que ese reconocimiento de sí mismo es gradual (lo que implica que cada ser humano, no sin una cierta lucha interna, por fases va adquiriendo esa conciencia), también es resultado de una posición, interna y externa, de lucha abiertamente social. De este modo, se comprende es una verdadera emergencia para una educación horizontal y alternativa formar al hombre de carne y hueso en la medida de su dignidad humana, mucho más cuando por todos lados se asalta su razón. Por otra parte, la educación en sentido amplio al ser un fenómeno social se encuentra diseminada en todos los rincones e instancias en que la existencia del hombre se despliega, al tiempo que la lente que le es característica estriba en ir muy próxima del hacer humano de manera holística. Entonces las preguntas que se plantea son el qué y el para qué. A su vez, en sentido estricto, la educación consiste en que el mismo sujeto que padece una carencia educativa social concreta intensifique y organice su reflexión sobre aspectos diversos del comportamiento, carácter y personalidad que le son estratégicos y que tienen que ver directamente con el ¿cómo?, ¿dónde? y ¿quién? de ese su hacer diario y que se inscribe en un determinado grupo social.

La educación o inversión social y política Con lo aquí expuesto se constata lo que ya se ha repetido muchas veces: que la educación, por una parte, es propuesta social y, por otra, la sociedad propone el tipo de sociedad a la que aspira al formar a los ciudadanos. Esto se debe a que la educación in extenso, como necesidad, surge de la relación social misma y ejerce el influjo sobre la relación social de la que ha emergido.18 La educación al ser experimentada como carencia o déficit —por las inequidades estructurales o intencionales— se ubica en la mayoría de los rincones donde están los más desfavorecidos por el sistema y lacera a la mayoría de esa población educativa. Entonces, se espera que sea ese sujeto educativo desde donde provenga la propuesta de una educación diferente porque no está siendo tratado ni moral, ni socialmente como debe ser, es decir, de manera justa; y su dignidad se ve afectada aun cuando se afirma todavía que se han dejado atrás los modelos excluyentes que corresponden a épocas arcaicas donde era justificado el apartheid y otras atrocidades sociales y educativas. Así, sólo conociendo (Hume, 1994) los pisos sociales en que lastimosamente esas carencias se presentan, es como puede recuperarse el contenido y forma de propuestas educativas, cuyo elemento sea social o lo horizontalmente alternativo.19 Pero, la educación, como necesidad material, al presentarse bajo la forma de la urgencia social parece harto inflamable, sobre todo, cuando es experimentada o sentida, no sólo por personas individuales sino por grupos sociales masivos, incluso algunos de ellos de gran calificación (instituciones sociales, comunidades científicas, partidos, organizaciones, movimientos sociales) pues entonces no sólo se oncientizan, sino se organizan, sistematizan, y proyectan o imprimen un giro social político o incluso revolucionario. Con esto, la necesidad educativa no está demás en el origen de la reproducción de cual18  Umberto Cerroni, El Marxismo y las Ciencias Sociales, Ed. Critica, Barcelona, 1978. 19  David Hume, Tratado de la naturaleza humana, Ed. Tecnos, Madrid, 1994.

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quier sociedad20 y, por lo mismo, no puede tratarse de manera ligera, pues al ser crucial su atención en las sociedades actuales, demuestra porqué su condición es ya la producción social misma, lo que implica que su reproducción científica, en las sociedades concretas, sea una tarea social de sumo cuidado, incluso explica el cómo puede llegar a ser instrumento de las políticas sociales o públicas mismas. Profundizando un poco más en sus significados, no está demás decir que el verbo educar puede ser visto desde dos miradores: uno activo y otro pasivo. Ambos aspectos deben entenderse de modo no absoluto sino relativo, incluso alternativo como aquí ya hemos ensayado. En efecto, primeramente consiste propiciar la formación, el interés por aprender, el desarrollar, por el lado de un enseñante (maestro, pedagogo) las capacidades, las aptitudes, las competencias y las destrezas de otro (el destinatario de la educación, el alumno). De otra parte, tenemos al educando que recibe y participa en el influjo de la educación, por lo que gradualmente o procesualmente ve alterado, modificado su comportamiento, el nivel cognitivo o intelectual, su carácter, la personalidad, etc. Estos roles constitutivos del proceso de enseñanza aprendizaje no son unívocos ni unilaterales, sino más bien bilaterales incluso alternativos; pues si bien predominantemente el enseñante, el ilustrador, el guía, el profesor, influye en el alumno; éste, a su vez, no deja de influir, retroalimentando a su profesor, de tal suerte que por momentos o en determinadas circunstancias llegan a invertirse los papeles, y así podría decirse cabalmente que el profesor en ese cambio de roles llega a fungir como alumno de su alumno, mientras éste adquiere la cualidad de ser profesor de su profesor.21 Pero este dualismo, visto en otros de sus modos, no deja de entrañar la aun predominante relación política misma en la relación de profesor-alumno. Pues en efecto, a primera vista, pareciera que el profesor manda y el alumno obedece; empero tan pronto se analiza la esencia de esa 20  Lawrence Stenhouse, Investigación y desarrollo del currículum, Ed. Morata, Madrid, 1984. 21  Jan Amos Comenio, Didáctica Magna, Ed. Porrúa, México, 1970.

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relación, se observa, casi de inmediato, cómo en ella también llegan a invertirse los papeles por lo que el mandante (profesor) termina siendo mandado por su alumno. El dualismo educación-relación social22, al reproducir en lo esencial la inversión antedicha, se torna un problema no sólo político sino epistémico-hermenéutico.23 (Gadamer, 1977; Vadée, 1977). De ese modo, como aquí vemos, la primera (educación) inicia siendo propuesta de la segunda; (relación social) pero, en su desenvolvimiento ulterior, termina proponiendo a la propia relación social de que emana. Con esto, el problema de la educación, o de cualquier expresión de la realidad social, como en el caso de la política, en gran medida reside en identificar epistémicamente la clase de inversiones en que ya práctica e históricamente ha devenido el dualismo social-educativo, y en saber cómo podemos hacer posible su resolución porque de ello depende la praxis social y educativa misma, sobre todo, en su nivel científico, cultural y político. Lo anterior constituye un factor de la mayor trascendencia pues en la resolución de las inversiones reside la posibilidad de organizar el poder social con una estrategia distinta de la alienada. En este sentido, el poder concebido y ejercido por una conciencia alienada, es la clase de poder que para mantenerse tal no se representa y mantiene a la mayor parte de la población civil en una zona oscura, ignorante y desinformada. Por otra parte, esta clase de poderes, al no ejercerse sin que se mantenga alienada y sujetada a la población educativa, son los causantes de que, en las sociedades signadas por el atraso, sean sólo sujetos caracterizados por mentalidades altamente regresivas, quienes ejercen el poder y por tanto social y políticamente esas sociedades se enfrentan a constantes crisis.

22  Karl Marx, El Capital, Ed. Fondo de Cultura Económica, México,1988; Ludwing Feuerbach, El fin de la filosofía clásica alemana, Ed. Cuadernos Pasado y presente, México, 1976. 23  Hans-Georg Gadamer, Verdad y Método, Ed. Sígueme, Barcelona,1977; Michel Vadée, Bachelard o el nuevo idealismo epistemológico, Ed. Pre-Textos, Valencia, 1977.


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La formación del subjeto educativo Aquí se hace distinción del sujeto tradicional, y por eso se usa el término subjeto24 para indicar que mientras el primero (sujeto tradicional) permanece pasivo, domesticado, mantiene una personalidad alienada y sujetada; el segundo (subjeto) al tomar conciencia de sí, se sumerge en su propia conciencia por referencia a todo otro25; es decir, al hacer experiencia de su experiencia, se hace subjeto; pues así se faculta a) para críticamente tener el conocimiento de las específicas circunstancias sociales, culturales y políticas en que mora y que en él mismo se expresan; al mismo tiempo que toma conciencia de sí, adquiere conciencia del otro; b) siendo el saber acerca de sus circunstancias por mediación de sí mismo se convierte en subjeto, lo que le hace semejante a todos los demás que ahí moran, y que como él igualmente abrigan la posibilidad de tornarse en subjetos y dejar de ser sujetados. Ahora bien, con referencia a la formación del actor educativo, sobre todo, bajo su posicionamiento moral respecto al problema de la educación, en cuanto es una condictio sine qua non, para realizar la labor educativa, tenemos que partir de una determinada relación social, donde conscientemente se inserta quien se posiciona frente a sus problemasy dificultades y por lo mismo traba esencial relación y diálogo con su quid problemático; es decir, con lo que socialmente se exige como demanda educativa en un aquí y ahora, de una relación social concreta. Así educar, no sólo es aprender a aprender o enseñar a enseñar, sino esencialmente es entrar en diálogo e interacción con inesperadas o emergente heridas y necesidades educativo sociales que una determinada población tiene, por lo que del modo más crucial son entrañadas en una realidad social. Al ser la educación misma una necesidad social, es de esperase que sus heridas no se cierren ni cicatricen por arte de magia, pues su menor o mayor profundidad, en cambio, reclaman no sólo de un 24  Michael Foucault, Defender la sociedad, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2002. 25  Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Fenomenología del espíritu, op, cit., p.91.

esfuerzo social consistente, sino de estrategias ilustradas que, por tanto, posean las cuatro dimensiones del tiempo social; es decir, lo que pasó, lo que es, lo que será y su conjunto. Lo que hace que todavía sea más urgente insertarse en las profundidades mismas del terreno fangoso en que yacen los problemas con aparente carácter incurable. La importancia de esa inserción o de asumir esa urgencia social, conlleva a que un educador de nuevo cuño se comprometa moralmente con esa situación educativa que exige tratamiento tanto sistemático como urgente. Ahora bien, aquí ocurre algo, no tanto inesperado sino más bien necesario; es decir, con la capacidad de advertir una mayor certeza sobre el ángulo moral y social de lo educativo, puede inducirse una mayor capacidad para entender cualquier otra de las necesidades sociales, incluso, presentando grandes niveles de complejidad. La necesidad social educativa al enraizar en el fondo mismo de la relación social, no puede asumirse sino como una necesidad primera y asumir respecto de ella un gran compromiso personal y social, para enseguida estar en condiciones de diseñar una estrategia o varias que organicen sus elementos, luego darse a la tarea práctica de la transformación social, cambiando incluso lo más inmediato. De ese modo, mediante la especie de catarsis educativa aquí supuesta o entrevista, la conciencia no sólo se sacude y sale de su estado preconsciente, alienado, individualista, sino, al pensarse bajo la idea de lo social, gana, bajo esa égida, las energías y fuerzas más inesperadas que aparecen en el recorrido que socialmente así se emprende, se sella una especie de compromiso con las necesidades y heridas sociales, o con un destinatario de la educación, que al padecer las necesidades más extremas, dada su condición social de gran precariedad, no sólo aparece como las más universales de todas, sino desde su circunstancia social de gran precaridad, es de donde habría que poner en marcha un tratamiento específico para curar la herida social educativa que ahí se padece, y cuya propuesta consiste en la educación horizontal alternativa que ya aquí se avizora.

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La educación o la política del egocentrismo y, entonces, incurre en la necedad de hacer de dar soluciones sesgadas y miopes. versus la descentración Con el cambio del estado egocéntrico de la educación (centrado en el sujeto o bajo el supuesto tradicional del encierro en la conciencia) irrumpe el descentrado (Stroud, 1995) o social, en que rápidamente la educación se afirma como alternativa y que, por tanto, socialmente convoca a todos proponiendo la superación de los estadios sociales posibles en que se presenta el egocentrismo y sus secuelas. El egocentrismo en cualquiera de sus modalidades, históricamente, no ha significado sino retraso social. La Polis griega engendró por lo menos tres formas de gobierno (la monarquía, La aristocracia y la democracia, y sus correspondientes forma impuras; a la Civitas romana sobrevivieron por lo menos otras tres formas: la monarquía, la república, el imperio; en el feudalismo, la sociedad se bifurca en marcas, condados y ducados; se mantiene el regnum, el imperio, el principado, el papado, etc; en la época moderna, aparece el Estado-nación, con sus correspondientes fases despótica o absolutista, el Estado liberal, laico, secular y constitucionalista, el Estado gendarme, el colonialismo, el imperialismo, el Estado intervencionista, el Tratado del Atlántico Norte, la Guerra fría, el Estado del Bienestar (The Welfare), el populismo y, finalmente, el neoliberalismo económico y político. A la sociedad socialista le paralelizan el centralismo democrático, el Estado socialista, la ex URSS, la Guerra fría, el pacto de Varsovia. Así, mientras lo social sea la cepa de intereses contrapuestos, la política es lo que detona en un sentido general la no resolución de las problemáticas sociales y educativas o es el gran fertilizante que bien usado, por todas partes, puede promover relaciones sociales de nuevo cuño. Tal es la utilidad social de la política pero que en términos prácticos frecuentemente se olvida: resolver los conflictos de intereses en términos del género o de la especie a la que nos debemos; es decir, en general, en cuyas resoluciones queden superados los intereses particulares. La política necia frecuentemente olvida esto, pues por eso es estólida, supina Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

Vale la pena preguntarse aquí ¿qué es lo que se espera de la educación? Pienso que la respuesta salta a la vista, pero lo describiré brevemente: Se espera que proporcione una aceptable formación científica, académica, que actualice y prepare a los seres humanos para dar respuesta a la situación problemática en que socialmente se ven inmersos. Pero esto supone un subjeto educativo, siempre en relación con un nivel cultural socialmente necesario para interactuar intersubjetivamente, y con la naturaleza, con vistas a una solución al problema global (alimentación, salud, vivienda, educación, cultura, medio ambiente y esparcimiento) de cada sociedad humana. Así, cuando esa esperanza de vida educativa o ese desiderátum no se ha cumplido, de inmediato salta a la vista que la propuesta educativa es fallida, que no ha sido socialmente satisfactoria y que allí algo anda mal. Es entonces cuando otra determinación particular, idealmente general, ya entraña la política, pues al presentar una fundamental discrepancia con la relación social actual, se finca y exhibe sus contradicciones latentes; mostrando una estrategia distinta para el rompecabezas social que sólo espera ser ejercida en su otro elemento, el social. De ese modo, se espera una política que al presentar alternativas educativas viables, pueda organizar a la sociedad en función de esas alternativas; así, al asegurar el vínculo de lo social con lo político se asegura la eficacia educativa, pero una política capaz de asegurar semejante proeza no puede ser excluyente, ni sólo centrada en el sujeto, sino absolutamente incluyente, ecuménica, y además como aquí se afirma, propuesta desde el trámite mismo desde las circunstancias de un sujeto que por padecer las carencias extremas, es el sujeto particular más universal de una sociedad dividida. Esa percepción sólo se hace posible mediante la descentración inequívoca, objetiva, del sujeto de la educación alternativa que aquí se propone. Pero una política de este tipo, no sólo es social, sino, además, popular, horizontal.


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La educación, reservorio ­y posibilidad de ­ejercicio La subjetividad humana que está en juego en el proceso de educar, como ya advertíamos, presenta un doble carácter.26 Por un lado, como facultad sensitiva, imaginativa, cognitiva, razonativa y enjuiciativa, consistiendo en este sentido también en un enorme reservorio de sensaciones, intuiciones, percepciones, imágenes, conocimientos, raciocinios, juicios y saberes; pero también ahí aparecen en serie un sin número de capacidades, dominios, atributos, destrezas, hábitos, habilidades, aptitudes, actitudes, valores, intereses, creencias, convicciones, etc. Por otro lado, tenemos la parte dinámica o la posibilidad, bajo determinadas circunstancias, de ejercer intensa-extensamente esos elementos de la conciencia y en general del organismo humano. Así, mientras en el primer sentido la subjetividad humana es un enorme reservorio de concretas facultades subjetivas, en el segundo aspecto, se trata de los concretos modos o usos con que se ejercen esas facultades. El primer estado, el de la constelación de facultades, es el de toda subjetividad que al retrotraerse hacía sí misma, se ve, en un determinado punto del tiempo, a sí misma, como resultado de proceso o de un continuo flujo y reflujo, y que como entidad de determinados saberes y dominios hace en torno suyo su propio cinturón gravitacional, por cuya referencia casi todo, a su vez, es procesado, ponderado, o incluso actuado. El segundo, es una especie de acelerador o un moderno cohete que en cada ser humano actúa o ejerce aquellas posibilidades del primer estado, o una fuerza centrípeta-centrífuga en mérito de la cual la posibilidad de verificar objetivamente el primer has de facultades, hace que lleve a cuestas lo más depurado de esas inminencias o eminencias que se expresan tanto en los detalles de su actuar, como en el hablar o pensar.

26  Jean-Jacques Rousseau, El Emilio, Ed. Porrúa, México, 1994; Aristóteles, Etica a Nicómaco, Ed. Porrúa, México, 1986; Jan Amos Comenio, Didáctica Magna y Bogdan Suchodolsky, La Teoría Marxista de la Educación.

La sensibilidad desde la época antigua se consideró sobre todo partiendo de sus producciones (sensaciones, intuiciones)27 como si se tratara de un puente mediante el que inmediata y directamente los seres humanos nos conectamos o entramos en contacto con la realidad exterior e interior; es decir, mediante la sensibilidad y sus productos. Según los antiguos, se entra en contacto con aquello que no siendo directamente una sensación empero presenta, en su relación objetiva con sujetos, la susceptibilidad de configurarse como ésta; es decir, su posibilidad de ser representada mediante la susceptibilidad de ser percibida. Tal es la razón por la que la sensibilidad siendo esencialmente intuitiva, captura, como representación inmediata suya, la vida y sus cosas o sus aspectos; o sus contenidos todavía informes. Mientras el intelecto y la imaginación procesan, como orden conceptual, o se cuestionan cómo se procesa semejante creación de la naturaleza. Recordemos que la naturaleza no es otro cosa que el principio que originando la producción de algo, se encuentra inmanente en éste. Así concluimos que el concepto sólo es expedido imaginativamente por el intelecto después de apropiarse pensativamente de las articulaciones y nexos que se contienen en los contenidos de las sensaciones (o de las cosas que aquí se representan).

La educación como calidad social humana Con lo anterior los seres humanos por antonomasia constituimos la magnitud, forma y medida de una extraordinaria calidad social humana, que inmediatamente se expresa y manifiesta en su exterior en cuanto producción de resultados fácticos; pero igualmente contiene en su mediato interior una articulación de pensamiento y lengua cuyo sentido es inmanente e interactivo con las proposiciones de la acción práctica y concreta. De ese modo, su plexo exacto, no es ningún aspecto por separado, ni sólo manifestación fáctica, ni sólo nervio, ni sólo senti27  Immanuel Kant, Crítica de la razón pura, Ed. Losada, Buenos aires, 1989.

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do, sino es una imbricación de cada uno de estos elementos. Así, mientras el aspecto externo es, en un aquí y ahora concretos, la objetiva existencia de la calidad social en que concretamente han devenido los hombres; internamente es la misma calidad social, cuyo destilarse otro, siempre está por hacerse. Ahora bien, la medida, forma o magnitud de esa calidad social, bien miradas las cosas, no son sino los límites de su existencia perentoria, por lo que como manifestaciones de la calidad social que aquí se tiene en mira, requieren saberse y examinarse; bien, recurriendo a la serie o series en que se expresan, o asumiéndolas como diferentes que en esos modos se suceden. Respecto a la actualidad de la calidad social una vez manifestada, por donde quiera que se observe, es lo sido de ella, o superada, y cada vez que se tiene delante de sí; o se piensa en los modos aquí avizorados, su búsqueda no termina, pues no es sino en sí, por lo que en su modo o modos accidentales sólo se anuncia, siendo para nosotros, lo que no necesariamente es para otros, por lo que, con el dejo de esta doble reciprocidad negativa, todavía más el problema de su identidad se complica.28 Y se complica por las razones que esgrimimos unos y otros, pues es el eterno mirar del desfilar del acaso de esas figuras en que empero se hace aquella calidad que,en términos de composición, nunca se resuelve, por lo menos de modo definitivo, ni para nosotros, ni para los otros.De ese modo, los otros, cada vez que pueden, esgrimen razones, sus razones, frente a nosotros; mientras en un sentido inversamente proporcional, nosotros les dirigimos las nuestras, nuestras razones, aunque aquellos cada vez que pueden, las desoyen o se pasan de largo cuando esas razones provienen de nosotros; es decir, en el fondo queda siempre la suspicacia de saber si somos unos y otros verdaderamente contrapuestos, pues alegamos aunque de diferente modo las mismas razones respecto a un mismo tema, el de la calidad social,que somos. Ahora bien, respecto a la composición de esa calidad que en uno y otro caso no terminamos de 28  Tovar Ruiz Samuel, La cuestión social (en prensa), 2016.

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atrapar, mientras ni unos ni otros colmen su avidez, nosotros tampoco por las mismas razones colmamos la nuestra, y así unos y otros terminamos con déficit para desventura mutua. Para ellos, incluso sin que importen nuestras aportaciones o deficiencias, ya somos la actualidad de esa calidad; pero, aún con eso, no alcanza para que nos quede sustraído el epíteto de lo deficitario. En efecto, frente a lo propio de la potencia que en abstracto invocan los otros; del mismo modo ellos para nosotros son la actualidad de eso mismo, pero en descargo les exigimos lo que no están en condiciones de exhibir; por lo que frente a nosotros quedan además de yuxtapuestos, responsables de nuestro desaire, o de nuestro dejo de insuficiencia no redimida por las razones que de ellos juzgamos insuficientes. Así la moneda de la composición de la calidad social que somos, en términos hermenéuticos, queda en el aire y siempre en espera de otros relevos.

La educación, la estridencia de manipulación y la visión El doble juego de manipulación (manipulación de los objetos durante el proceso de hominización) y visión (la posibilidad de los aprendizajes que fueron produciendo que cada vez más progresaran los pueblos primeros), es el mismo nervio interno lo que una y otra entrañan; es decir, el que a una y otra le sea inherente la posibilidad de su superación si se reflexiona sobre el límite de una y otra. Esto es factible dado el carácter inmediatamente unilateral y fragmentario con que se advienen al mundo, y cuya insuficiencia no se supera sino en el principio que abrigan, y cuyo desarrollo muestra la gran superficialidad de la escafandra que a una y otra caracteriza. De ese modo, sólo sumergiéndose en sus entrañas es factible comprender el has de condiciones a que deben su existencia, pues entonces la manipulación lo mismo que la visión, quedan exhibidas como formando parte de un contenido social, que en ellas tiene algunas de las formas de la subjetividad en que se expresan.


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Ese contenido (implícito en las limitaciones de una y otra forma), como ahora queda claro, en sí mismo es contraposición que sólo en su desarrollo deviene formas de sí; por lo que en la manipulación o visión, en el que un hipotético individuo no puede salir de un estrecho horizonte que implican estas formas. Y tal estrechez de miras influye en el corto criterio y en el conjunto de representaciones comunes porque no alcanza a concebir conceptos más amplios y complejos Hay entonces un problema con los límites cognitivos que saltan a la vista sino, también, el caráter social de esos conocimientos. Entonces se trata no de simples experiencias de manipulación o visión sino de asumir teórica y metodológicamente la manera en que se pueden alcanzar mejores contenidos sociales y pensamientos tanto concretos como abstractos que, sin duda, son ahora muy diferentes de lo que fueron en otros años de la historia. La manipulación, por una parte, consistió en la posibilidad hominizante mediante los objetos; mientras la visión, consistió en la posibilidad de orientarse extendiéndose o sumergiéndose en ellos. Pero, entonces la pregunta que aquí se lanza al vuelo es ¿por qué, no se siguió humanizando mediante objetos, y en cambio se ha hecho todo lo contrario? es decir, se ha deshumanizado mediante ellos, siendo tal el uso actual del término manipulación, que incluso se ha extendido en su modo nocivo hacia las personas. Por otra parte, ¿Por qué, si la visión es progresiva, en política es frecuentemente regresiva, y así la visión de los políticos en la generalidad de los casos a nadie convence, por su cuasi absoluta desconexión con el mundo, más aun, por la gran ligereza y lo impertinente de sus alocuciones y actuaciones sobre todo en materia de progresos del mundo? Así, entonces, ¿por qué los seres humanos se atienen a esa especie de miopías sustentadas en significados a medias de las cosas? Si en términos de significación de determinadas materias como las aquí tratadas el ser humano se ha visto extraviado, ¿no es acaso lícito volverse desde ya sobre el principio de esa materias y reemprender su reconstrucción o producción en otros términos distintos de los actuales?

La educación como capacidad intersubjetiva La relación intersubjetiva mediante objetos se da ya en las primeras experiencias grupales, mientras que la inter-objetiva entre sujetos implicó, sobre todo en la sociedad moderna, espacios ya más formales y desarrollados como la fábrica, la escuela, la técnica, la ciencia, el arte, la filosofía, etcétera. La relación intersubjetiva implicó una asimilación animista de los objetos, supuso un escaso conocimiento de éstos y la relación humana, y se produjo el fenómeno primitivo de la reificación o cosificación de las relaciones sociales, pues el actuar intersubjetivo de estas primeras épocas en gran medida dependía de objetos, cuyas potencias naturales todavía muy superiores al hombre, no sólo le parecían inexplicables, sino al explicarles o justificarles sólo mediante mitos, de buen grado se sometía a ellas. En ese sentido, por ejemplo, puede decirse sobre las manifestaciones fetichistas como el Totem, la magia, la brujería y otras expresiones animistas en donde reinó el prejuicio, y mucho menos, un juicio objetivo, sobre los fenómenos y elementos.29 La relación inter-objetiva mediante sujetos, por su lado, no apareció sino cuando las fuerzas productivas de la humanidad ya mostraban un claro dominio sobre las cosas, pero además sobre la misma subjetividad humana. Fue precisamente el dominio de esta última, lo que conllevó al dominio de las cosas; pero éstas a diferencia del reproduccionismo sólo mecánico de la naturaleza, experimentaron además de una reproducción, una producción que no había sido conocida, hasta entonces, por la naturaleza. En efecto, ya no se trataba de una acción productiva operada por un encadenamiento ciego, sino de una acción productiva que respondía a ideas envueltas en fines, valores, etc.; es decir, se producía teniendo en mente motivos, necesidades, propósitos, intereses, fines, incluso valores, que no podían encontrarse sólo en el periplo de la naturaleza inmediata. 29  Bronislaw Malinowshy, Magia, ciencia y religión, Ed. Alianza, Madrid, 1998; Claude Lévi-Strauss, El hombre desnudo, Ed. Siglo XXI, México 1981; Jürgen Habermas, Teoría de la acción comunicativa, Tomo I, Ed. Taurus, Buenos Aires, 1998.

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De ese modo, aparecen primeramente las fábricas en que ya se da una producción masiva de manufacturas (cosas tramitadas por ideas) o como aquí sostenemos de relaciones inter-objetivas mediante subjetos (producción en serie, o en escala, o automatización del proceso productivo, en que los objetos cada vez son más ideales). Pero esta caracterización es aún más fácil de percibir y entender si reparamos en los llamados bienes finales, producidos en una factoría, firma, o unidad productiva particular. Éstos suponen otro encadenamiento inter-objetivo de gran cantidad de insumos intermedios, que no sólo se incorporan al proceso productivo, sino además son inmanentes a su producto final conforme a una idea que es progresivamente final. La cosa no termina aquí porque ese encadenamiento deviene otro, pero, ahora, de determinados subjetos que son esenciales en su producción porque usan esas relaciones sujetos-objetos para hacerlas cada vez más de un modo superior, es decir, cuando ya se habla de innovaciones científicas y tecnológicas. Las relaciones se manifiestan complejas y complicadas a la vez en esta interrelación. Como puede verse en lo dicho anteriormente, este avance muestra que esas relaciones ya no se reducían a los objetos, sino a la relación con las ideas. Las ideas tecnológicas cobraron una alta importancia en el mundo capitalista contemporáneo porque el poder y la acumulación se cifran o sustentan en ellas. Así, un país es tanto más rico no tanto por la magnitud de recursos primarios que tiene, sino por la magnitud de procedimientos tecnológicos con que los procesa. Tal situación hace aún más imperiosa la necesidad de una educación que incluya la cuestión educativa en casi todos los pueblos para que éstos no se queden atrasados ni rezagados en lo espiritual ni en lo físico pero, tampoco, en lo tecnológico. Con la educación se pueden evitar las consecuencias de las prácticas neocolonizantes, hay procesos de reflexión, se logran conocimientos útiles y la intersubjetividad. Se trata de la transformación educativa y requiere, como es notorio, de una educación en la que los seres humanos puedan ser considerados como Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

personas pensantes, disponer de su crítica y de su reflexión para decidir los caminos que desea tomar como individuo y sociedad para transformarse y transformarla. En tal sentido mientras fue sujeto (sujetado) permaneció preso de las oscuras cadenas de su sujetación; siendo subjeto, actúa socráticamente, sumergiéndose en sí mismo y, al comportarse críticamente respecto de sí y a todo lo demás, exige la dignidad de sus ser libre y lucha por su emancipación. Este hombre experimentado ya no se sabe sólo, sino en grupo. Lo que otrora fue sujeción sólo se debió a su ausencia de información sobre las capacidades de su ser colectivo, que sólo como tal, es capaz de producir más y mejores cosas pero, además, el sí mismo, se identifica con los otros para luchar por sus intereses de manera organizada. Entre más sumergido esté en sí, más libre y con más autoridad para captar el sumergirse en los demás. Esta es una condición para liberarse de sí mismo y liberarse con los demás de todas aquellas ataduras que le impiden asumirse a sí mismo en el despliegue de su condición originaria constituyente. Esta condición en modo alguno es apriori o inherente sino es histórica y por lo mismo siempre está por hacerse. La certeza que cualquier ser humano tiene de ella es su extraordinario carácter flexible, de búsqueda y siempre con la idea de cristalizar mejores posibilidades de la dignidad de su existencia.

La educación como entorno De otra parte, concibiendo la calidad social que abrigamos los hombres de carne y hueso como concreta naturaleza humana, de inmediato intuimos que los hombre somos poseedores de un sustantivo poder, pero que apenas comparado con el entorno de que surge, ni extensiva ni intensivamente ha sido ejercido; por lo que todavía, en ese su actual estado, se conserva sólo in nuce, en ciernes. En ese orden, bajo el supuesto de que provenimos de un gran proceso de síntesis (síntesis que implica muchas otras en un sentido sobre todo transversal), habría que reparar no sólo en la posibilidad asimiladora de nosotros para encarar la diversidad de aspectos, fuerzas


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incluso determinaciones del entorno inmediato que nos circunda; sino también en la permanente actividad de integración y diferenciación que el entorno ejerce y desarrolla respecto de nosotros. De ese modo, el entorno como aquí vemos, atrae y subsume nuestra subjetividad, pero también el ser humano hace otro tanto, subsume y procesa la posibilidad de su entorno. Así, desde un principio, entre ambos, pareciera haberse detonado un extraordinario concierto,o, más bien, una compleja interacción. Ahora bien, el óptimo de esto, como si fuera una hipérbole asintótica cuyos extremos, entre la curva y abscisa, nunca se alcanzan, estando siempre por hacerse, por lo que ni mucho menos en las etapas perentorias se estuvo en el estadio mucho más ulterior que corresponde al de las ideas-ideas, ya descrito en la primera parte de este ensayo, y mismo del que se espera no sólo una interacción mayor sino su probable superación, pues en modo muy probable puede ser que ambos extremos finalmente sean subsumibles en un grado tal que se alcancen. En ese orden, sólo con la emergencia de la conciencia de sí, pudo revelarse la verdadera posibilidad cognitiva en que se aprende no sólo el saber del saber, o la idea de la idea, sino adquirir mediante esa especie de giro copernicano la conciencia, en que ya no sólo se percibe, sino que además se percibe que lo que se percibe casi siempre se presenta en sentido invertido, por lo que la gran tarea del pensamiento consiste en procesar ese contenido, y develar aquello en lo que consiste. De esa forma, no es sino mediante ese procesamiento, como el ser humano tiene que ver directamente con una nueva configuración del mundo, del entorno. La condición estaba dada y se presentaba ya en plena reflexión filosófica como duplicación que contrapone. En efecto, el cerebro humano tiene que estar cierto de lo que duplica, de su representación del mundo y de sus cosas, por tal razón le es necesario resolver la contraposición que es inherente a la duplicación. De ese modo, sólo mediante esa reversión el mero reflejo deja de serlo, para pasar a ser en el cerebro humano además: reflejo-reflexión, o pensamiento del pensamiento; es decir, pensamiento, que no siendo de uno, sino de todo uno posible,

presenta como necesidad suya el serle inherentes la sociedad o la comunidad, por lo que ahí ambas determinaciones son inmanentes, en ese pensamiento absolutamente reflexivo que piensa lo pensado, proviniendo de uno o de muchos, pues en uno y otro aquel es inmanente. Ahora más concretamente qué es el entorno. No es otra cosa que la serie de condiciones, circunstancias o factores que rodean a la subjetividad humana o a su proceso educativo. Algunos a esto le llaman contexto, medio ambiente, atmósfera, etc., yo prefiero llamarle entorno pues esta expresión posee la virtud de enunciar cómo la subjetividad humana se despliega en permanente interacción con un conjunto de condiciones o circunstancias lo que ya es el en/torno, o el encontrase en relación con algo.30 El entorno, aun cuando subjetivamente le discriminemos o le hagamos objeto de un proceso de selección exclusión, no queda soslayado, pues incluso en la hipótesis extrema de un sistema excluyente o aristocrático, éste no existiría sino como formando parte de ese entorno, y de ese modo la interacción con éste, paulatinamente, terminaría por absorberle, induciéndole de ese modo a su caducidad. En este orden, podríamos afirmar que el mismo proceso educativo no sólo está en un entorno sino es entorno, por eso es una verdad de perogruyo afirmar que el entorno es más general que el sistema educativo mismo, pues, en efecto, así es. De esa forma vemos que el sistema educativo en cuanto produce ya es entorno pues también es producido. Incluso podría afirmarse que como sistema, en general no es sino entorno, pues apenas es imaginable que los caracteres de persistencia metabólica, metamórfica, incluso abortiva , no formen parte de la misma morfología del mismo sistema. Por el contrario, cualquier sistema presenta en un más o en un menos esos caracteres. Todos buscan persistir y para hacerlo requieren condiciones óptimas, autodiferenciarse, y extinguir todo aquello que no necesitan. 30  Armando Bauleo y Carlos de Brassi, La Propuesta Grupal, Folios ediciones, México, 1983; Gilberto Guevara Niebla, La crisis de la educación educación superior en México, Ed.Técnica, México 1976; Edgar Morin, El Método, conocimiento del conocimiento, Ed. Cátedra, Madrid 2009; Adolfo Sánchez Vázquez, Filosofía de la práxis, Ed. Grijalbo, México, 1980.

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No sólo un sistema sino cualquier otra expresión de la existencia, no podría desarrollarse ni pasar a un estadio superior si no existiera un entorno del que dependiera su interactuar, pues sin el necesario entorno es como si un sistema no tuviera madre o cepa alguna. Así un hipotético sistema educativo no podría transitar a un mayor desarrollo, si no pasa revista sobre lo que sobre su propio tema ya existe, y desde luego en un entorno ampliado, más allá de sí mismo. Con arreglo a sí mismo, en efecto, un semejante sistema podría ofrecer respuestas, pero los problemas para los cuales hace propuestas jamás existirían sólo a partir de la existencia del susodicho sistema, sino mucho antes, como es el caso de la educación, que existe mucho antes de que se hable de sistema educativo; de ese modo al asumirse un sistema mediante su carácter educativo, ya estaría contradiciéndose si pretendiese soslayar el entorno, pues al algo que le califica, el adjetivo calificativo, no vendría de otra parte sino del entorno mismo, incluso tendría que abdicarse mismo pues el mismo término sistema no siempre tuvo la connotación de exclusión actual, con lo que su filiación a un entorno es mucho más anterior. Ahora bien, si lo que entendemos por sistema no es sino una composición teórica novísima, por lo que procede a discriminar todo aquello que no le es sustantivo al interior de sí, a esto habría que replicar que un poema no por sustantivar temas de un entorno ya excluye a éstos, y a éste, sino más bien, no puede sino reflejar tanto el tema y el entorno en que se da pero, además, en el modo peculiar, o la técnica usada, mediante el que se construye el poema, ya también allí se transporta el entorno; pues la técnica no puede ser sino adecuada para tratar con éste, o sus temas, de otro modo se volvería ininteligible su procedimiento; es decir, todo se reduce a pensar que lo que propone ya antes ha sido propuesto, incluso, mucho antes por otro u otros, por lo que los rasgos de estos, en gran medida son los rasgos de aquello que proviene. De ese modo, un sistema o proceso educativo es inabordable sólo como complejidad o diferenciación de sí mismo, pues ambas determinaciones igualmente son impensables sin un en/torno que les Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra

sea sustancialmente pertinente, incluso, sin que se lo proponga éste.31 No es sino mediante sus componentes como se configura y funcionaulteriormente aquel sistema, pues no hay que olvidar que un sistema proviniendo de un entorno, aun en la máxima de sus sutilezas o complejidades de aquél, el entorno le es inmanente. Por otra parte si partimos de que sólo es verdaderamente diferente lo que es en principio, entonces el sistema no es verdaderamente diferente pues, como ya advertimos, siempre es sistema de algo y, por lo mismo, no se procesa él solo, ni mucho menos; sino mediante un contenido, a una materia que si no está por fuera siempre le es inmanente. De ese modo siendo ésta primero que aquello que le procesa, es la materia primero que el sistema, y por tanto su verdadero principio. Así se puede hablar de sistemas del mundo, y sólo más apretadamente del mundo del sistema, pues en este caso, siempre cabe un género mayor en que el mundo del sistema está incluido con otros mundos. De esta forma la conclusión es obvia. Cuando hablamos de sistema siempre hacemos referencia al algo de que proviene o en relación con lo cual funciona, pues sólo funciona respecto a algo, y tal algo, como ya indicábamos, no es sino su entorno. Es decir, todo sistema no es sino una adjetivación o procedimiento, por lo que no puede sino llevar a cuestas suyas un sustantivo del que depende su razón de ser. De este modo, se cumple la razón que ya argumentábamos en el sentido de que el entorno de que sale un sistema, no es sino inmanente a éste, pues no sólo le es primero en tiempo, sino al serle sucedáneo le perfila en sus modos y misma razón de ser, siendo tal la necesidad en el modo de existir de un sistema, su ser otro, no se comprende, sino como propuesta de un entorno que al no estar quieto, y perdiéndose incluso en el sistema, termina rehaciéndose en él. De otro modo no se explicaría lo que pretende explicar un sistema; es decir, un esencial componen31  Juan Luis Álvarez Gayou Jurgenson, Cómo hacer Investigación cualitativa: fundamentos y metodología, Paidós, Buenos Aires, 2007; Bogdan Suchodolsky, La Teoría Marxista de la Educación y Edgar Morin, El Método, conocimiento del conocimiento, Ed. Cátedra, Madrid ,2009.


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te del entorno como el fenómeno educativo, que aun mediado por el sistema, no es menos entorno, aunque en un grado mayor de complejidad, del que se espera descifrar con miras a un mejor funcionamiento del mismo sistema educativo. En ese sentido, una propuesta viable no puede soslayar los contenidos de un entorno, por lo que requiere profundizar en ellos, examinarlos, y apropiarse del fondo de ellos. Entonces una propuesta educativa abstracta, sin recuperar los contenidos disímbolos o variopintos existentes en su entorno, no puede, según aquí sostenemos, tener futuro como norma o regla de acción educativa. Lo que se recomienda aquí es poner especial énfasis en tales componentes, más aun, en sus específicos significados y, conforme con ellos, resignificarse en cuanto propuesta formal para normar un proceso social-educativo viable. La vida tanto en la naturaleza como en la sociedad proviene de un afuera como de un adentro. Para poner en claro esto pongamos algunos ejemplos: una planta para crecer requiere que alguien siembre su semilla sobre tierra fértil y si bien la semilla, al provenir de fuera, es exterior a la tierra, para emerger requiere de una acción de dentro; es decir, que tanto sus componentes químicos, como los de la tierra, sean aptos, idóneos, para hacerle

brotar. Con esto queda claro que los procesos de la existencia humana requieren de una acción interna como de una externa porque los fenómenos sociales, así como los sistemas educativos, requieren de ambas fuerzas. Son esos significados los que realmente dan vida desde el entorno a una propuesta educativa. De otro modo, una propuesta sin los contenidos pertinentes, semánticos, del entorno, no sólo nace muerta, sino para mantenerla se requiere de muchos recursos, de muchas falacias y, por supuesto, de un gran desgaste social. Muchos proyectos, planes, o incluso los modernos sistemas sociales de hoy en día, por adolecer de esa competencia no sólo ya nacen caducos, sino siempre van a contrapelo de la realidad social. El entorno, entonces, más que una propuesta educativa casi siempre contiene la respuesta para la viabilidad de ésta. Por tal razón, aquí extraemos una primera conclusión, en el sentido de que, el gran rasero de una propuesta educativa es su entorno, más aun, la plenitud de significados y de sus contenidos. Un sistema que no tiene en cuenta esto, corre el riesgo de no darse cuenta que no sólo unilateraliza el entorno y, con ello, sólo pone en marcha una versión demasiado arrogante de sus contenidos posibles y sociales.

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Los oficios tristes de Miguel Maldonado nos llenan de alegría

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l pasado 23 de mayo del 2016 el poeta poblano Miguel Maldonado recibió, en ceremonia celebrada en El Colegio de México, el importante premio de poesía Joaquín Xirau Icaza por su poemario Los oficios tristes. Juan Villoro y Adolfo Castañón, jurados del galardón, descubrieron la musicalidad y el ritmo que acompaña el cerca y el lejos, la cotidianidad y la trascendencia de la voluntad poética de Maldonado. Miguel Maldonado es egresado de la maestría en ciencias políticas de la BUAP y es, desde la fundación de Caja negra. Revista de ciencias políticas y humanidades, miembro distinguido de su consejo de redacción y ensayista de la misma. Por tal razón es para nosotros, los que integramos el núcleo básico del posgrado y para el consejo editorial de la publicación, un enorme motivo de orgullo y fiesta. El justo reconocimiento a sus méritos como hombre de letras, atento a los sufrimientos de las caudalosas vidas desperdiciadas, que, por todas partes, produce el actual sistema económico mundial con su ruido inmenso y artificial, nos honra a todos los integrantes de la comunidad universitaria: ¡Felicidades Poeta! Vamos pues, junto a Pablo Neruda, a cantar este premio como nuestro:

Pongámonos los zapatos, la camisa listada, el traje azul aunque ya brillen los codos, pongámonos los fuegos de bengala y de artificio, pongámonos vino y cerveza entre el cuello y los pies, porque debidamente debemos celebrar…

Miguel Ángel Rodríguez

Director de Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


Vuelta a la insurgencia: Mariano Peset en la casa constitucional de Apatzingán1 Israel Arroyo

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stamos cumpliendo doscientos años de que se publicó el Decreto constitucional para la libertad de América mexicana de 1814. Pero hace un buen tiempo que los historiadores ya no conmemoramos para hacer exégesis de un personaje, un movimiento o una fecha relevante. Ahora conmemoramos como un pretexto para reflexionar las viejas y las nuevas interpretaciones de nuestra profesión, pues todos sabemos que la memoria es ambigüedad, multiplicidad, exageración, olvido, selección e invención. La memoria es, también, diversidad y un derroche de emociones que cambia en el tiempo. Es inmersión en mí y en los otros. La historia es una excavación para resucitar el pasado como un instante vivo. Los actores de época, ya fueran individuales o colectivos, no fueron presencias inertes; unas veces se erigieron como una cosa, y otras veces como otra. A sus intérpretes, los historiadores contemporáneos, les ocurre algo semejante. Por eso hay muchas maneras de interpretar la historia de las independencias de la época que nos aqueja. A contracorriente de las visiones heroicas —que privilegia la explicación de los acontecimientos históricos desde exaltación de los liderazgos personalistas— y del nacionalismo trasnochado — que peca de comulgar con el provincialismo histórico—, hoy en día contamos con una gama de miradas para comprender la historia de las independencias de Hispanoamérica. Resalta la que antepone la perspectiva de que las independencias americanas deben tratarse como un problema hispanoamericano y no mediante las “historias nacionales” de cada país. La crisis del Imperio español en 1808 y la idea de tradición y modernidad son elementos cruciales para comprender cómo se gestaron los procesos separatistas del continente americano. Francois Xavier Guerra, Jaime Rodríguez y, recientemente, Roberto Breña son algunos de sus impulsores más visibles; aunque todos

1  Mariano Peset, La constitución de Apatzingán de 1814. Sentido y análisis de su texto, buap/Ediciones y Cultura/agn/Universidad de Valencia, México, 2014.

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ellos son, con sus diferencias obvias de interpretar los fenómenos históricos, deudores de un clásico del siglo xix mexicano: el hispanoamericanismo de Lucas Alamán. Otra visión es la que irrumpe sobre la periodización tradicional de 1810, para buscar las fracturas del Imperio en las reformas borbónicas. El referente obligado es Horst Pietschmann, pero existen otros autores de primera línea —como Marcello Carmagnani, Carlos Marichal y Luis Jáurequi— que han desarrollado el tópico hasta llevarlo a nuevos derroteros con gran originalidad. Un enfoque más es el que alude a la literatura del juntismo de 18081811, que hoy sabemos no fue sólo peninsular, sino también tuvo réplicas americanas. El presupuesto es que, a veces, la coyuntura explica más que las razones de largo aliento. Nuevamente Guerra es un autor germinal de este enfoque; pero ha tenido buenos seguidores que han desarrollado el tópico o le han dado un contenido específico al tema. Me refiero a historiadores como Manuel Chust, Jaime Rodríguez, Virginia Guedea y Alfredo Ávila. En esta misma línea de comprensión historiográfica, persiste el debate de los autonomistas (Guedea, Rodríguez, Marco Landavazo, Rafael Rojas, Jaime del Arenal, Brian Hamnnet y la misma Mercedes de Vega) frente a los defensores de que la insurgencia novohispana mantuvo una postura independentista sin cortapisas (Hernesto Lemoine, Carlos Herrejón y Ernesto de la Torre Villar). La querella de fondo es que los primeros dudan que Miguel Hidalgo y su movimiento insurgente haya tenido pretensiones separatistas y, en cambio, sostienen que

su lucha fue reformista, pero siempre bajo la égida de Fernando VII (lo que equivalía al ser pro monarquista); mientras que la moción independentista vio en las proclamas fernandistas de Hidalgo e Ignacio Rayón un artificio, una mascarada para no espantar a la masa novohispana y sus élites críticas a las políticas peninsulares. La perspectiva “desde abajo” es una de las rupturas historiográficas más relevantes de los últimos tiempos. Eric Van Young, Guy Thomson, Florencia Mallon, Peter Guardino y Antonio Annino encabezan esta cruzada. La cuestión central ya no es saber quiénes son y qué leían los liderazgos insurgentes, sino que resulta más relevante preguntarse quiénes eran los seguidores de estas figuras paradigmáticas, qué preocupaciones tenían estos sectores sociales y cuáles fueron las razones por las que participaron en un movimiento como la insurgencia o del lado realista. Thomson y Mallon, incluso, hasta inventaron un nuevo concepto que le denominan “liberalismo popular”, para mostrar que el liberalismo no sólo aludía a las élites de la época, sino que fue bandera de los sectores sociales marginados, con el objeto de defender sus propios valores y demandas comunitarias. Annino puso énfasis en los efectos gaditanos de 1812, que llevó a una revolución de terciopelo con el crecimiento exponencial de los ayuntamientos constitucionales. Una perspectiva más, quizá una de las más innovadoras y menos conocida, es la que desarrolló Marcello Carmagnani. Rompe con los convencionalismos de mirar las independencias como un problema de coyuntura para trabajar con el largo aliento de todo el periodo colonial. Observa que

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tanto la dinastía de los Habsburgo como la de los borbones tuvieron una continuidad sustancial: la presencia y oposición de los poderes territoriales. En su opinión, las reformas borbónicas del siglo xviii no pudieron eludir esta fragmentación del Estado español. Dicha fragmentación fue herencia tanto para la época de las independencias como de la construcción de los estados nacionales de América Latina. Asimismo, añade —frente a la visión dicotómica de antiguo régimen y modernidad de Guerra— que deben distinguirse dos vertientes: la que pone énfasis en las rupturas y las continuidades históricas de la Colonia y los elementos novedosos de los liberalismos y formas de gobierno de nuevo cuño; y la que combate la idea de los conceptos unívocos u homogéneos como un juego de todo o nada (antiguo régimen o liberalismo, centralismo o federalismo, republicanismo o monarquismo). En su lugar, propone que se estudie el liberalismo o las formas de gobierno de los nuevos Estados nacionales en sus tres ámbitos constitutivos: en su vertiente doctrinal, en la dimensión institucional y en la esfera cultural, que incluye el fenómeno de las prácticas políticas. Las nuevas vertientes de interpretación de las independencias podrían extenderse aún más (historia militar, el financiamiento de la guerra, historia religiosa, vida cotidiana, historia económica), pero detengamos estos trazos historiográficos para esbozar tres cuestiones que le dan contexto al libro de Mariano Peset sobre La Constitución de Apatzingán de 1814. En primer lugar, que es pertinente, como bien sostuvo Guerra, ampliar la mirada, para comprender las indepen-


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dencias desde una perspectiva hispanoamericana. Sin embargo, el enfoque hispanoamericano no alcanza a explicar las razones y las peculiaridades separatistas de las regiones americanas. No fue lo mismo la manera en que se independizó Caracas, Nueva Granada y Virreinato del Río de la Plata, donde el juntismo y la ausencia del constitucionalismo gaditano fue primordial en sus procesos de independencia; situación que contrasta con el caso novohispano. Su separatismo se dio con los movimientos derrotados del juntismo de 1808 —encabezado por el Ayuntamiento de México— y de 1809 (la conspiración de Valladolid) y 1811 (la Junta de Zitácuaro de Rayón); a los que debe adicionarse los cuerpos institucionales realistas como la Junta Central de Sevilla de 1810, la Regencias y Cortes constituyentes de Cádiz 1811-1812; pero sobre todo el hecho de que hubo una guerra armada entre insurgentes y realistas que duró alrededor de una década ¿Desde dónde y cómo explicar esta singularidad de México frente a lo demás casos de América Latina? En segundo lugar, en el caso mexicano resulta primordial distinguir quiénes iniciaron el proceso de independencia (los de 1808, Hidalgo y sus ramificaciones) y quiénes la consumaron, lo que recayó en la ruptura realista: el movimiento de encabezó Agustín de Iturbide y los reductos insurgentes como el de Vicente Guerrero. Es conocido que los grupos triunfadores de una guerra de independencia o de una revolución suelen tener mayor influencia a la hora de configurar las instituciones políticas, lo que fue el caso del Estado mexicano.

En tercer lugar, los distintos estudios sobre la insurgencia novohispana —no se nos olvide que también hubo insurgencia en la metrópoli española y en otros territorios americanos— fue antes que nada un movimiento heterogéneo. Hidalgo logró aglutinar un movimiento masivo de entre 80 o 100 mil almas, pero con demandas específicas y sin un proyecto político de nación. En contraste, Ignacio Rayón, que fue secretario particular de Hidalgo, nunca alcanzó los éxitos militares de su “jefe”, pero fue el primer opositor a la metrópoli española que concibió un programa constitucional y de gobierno por donde debería transitar la insurgencia novohispana, con su Junta de Zitácuaro y con los Elementos Constitucionales. José María Morelos y Pavón extendió la revolución insurgente con un ejército pequeño y bien armado, pero sobre todo le dio a la insurgencia una identidad institucional con el “decreto constitucional para la libertad de la América mexicana”. Javier Mina tuvo algunos éxitos militares con el financiamiento inglés, mas su ideal era reinstalar el constitucionalismo gaditano, con el objeto de golpear la restauración absolutista de Fernando VII. Albino García fue el Robin Hood novohispano o el prototipo del bandolerismo social de Eric Hobsbawm. Albino fue un guerrillero que operaba con una cuadrilla de caballos en los llanos de Apan (Hidalgo) y la sierra de Zacatlán (Puebla); luego solía repartir lo “confiscado” a los sectores altos entre los pobres. Esta variedad de motivos y la heterogeneidad social y étnica que integraron los ejércitos de los liderazgos insurgentes está mejor expresada en La otra rebelión de Van Young. Pero

lo que me interesa resaltar aquí es que el movimiento insurgente fue todo menos homogéneo y sus líderes exaltaron ideas y proyectos diferentes que deben ser sopesados con mayor cuidado. Además, hoy en día contamos con nuevos estudios, en donde se muestra que aún entre los liderazgos insurgentes hubo tensiones y conflictos —por ejemplo, entre Allende e Hidalgo, Rayón y Morelos— que la historiografía tradicional suele soslayar o eludir. La vuelta a Morelos y el Decreto de Apatzingán de Mariano Peset se concentra en esta parte de la insurgencia novohispana que le dio una identidad constitucional a esta parte del movimiento de la guerra de independencia. Su visión parte de la historia del derecho y el constitucionalismo comparado. Su perspectiva resulta toral, porque implícitamente nos obliga a tomar en serio el constitucionalismo en general y, en lo particular, el constitucionalismo insurgente, en un contexto en donde la disputa militar parecía ser la prioridad de los actores en contienda. La carta constitucional de 1814 no fue solamente un formalismo legal, sino la persecución de un ideal que buscaba darle un “sentido” —como bien sostiene Peset— e identidad institucional al movimiento insurgente. Sin este ingrediente, Morelos y sus activistas “intelectuales” no hubieran podido apostar por un proyecto separatista respecto de la metrópoli española. El uso del método comparado, asimismo, le permite a Peset otra originalidad: observar que el diseño institucional de Apatzingán fue una hechura de diversas influencias del constitucionalismo moderno del mundo y no sólo de corte hispanoamericano. Con una minuciosidad de cirujano, lo mis-

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mo rastrea las conexiones con la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789 y las diversas constitucionales de Francia cercanas a la época de Apatzingán: la de 1791, 1793 y 1795; la de Estados Unidos de 1787, pero también con sus constituciones estatales que le antecedieron como la de Virginia de 1776; las hispánicas de Bayona de 1808 y, sobre todo, la de Cádiz de 1812. Y lo que me parece más relevante, la comparación de Apatzingán con los primeros ensayos americanos, tal es el caso de Caracas (Venezuela) de 1810, Nueva Granada de 1811 (la actual Colombia) y el Quito de 1812. Otro acierto es que Mariano Peset compara “productos” constitucionales, sin dejar de hacer referencia a los principales tratadistas de filosofía política o del derecho (Filangieri, Montesquieu, Bentham, Paine, Rousseau, Beccaria) que pudieron haber influido en su ejercicio de comparación. Se dice fácil, pero esto implica que Peset se aleja de aquella visión del historiador de las ideas que solía relacionar el pensamiento doctrinal con los políticos de acción, sin aludir a los aterrizajes constitucionales. Con ello, el historiador valenciano nos ofrece una dimensión de la política, el constitucionalismo, que ayuda a la valoración de la historia institucional. El ejercicio comparativo de Peset abarca los más diversos temas: el catálogo de derechos individuales, la división de poderes, las elecciones y las formas de gobierno. Todos estos temas pueden seguirse en las reflexiones contenidas en su estudio y el apéndice —artículo por artículo— que proporciona la misma obra. Sin embargo, me interesa subrayar la cuestión de las for-

mas de gobierno y el diseño de poder ejecutivo colegiado que está presente en el decreto de Apatzingán. Mariano Peset, con gran perspicacia, hace referencia a la correspondencia cruzada entre Thomas Jefferson y Alexander von Humboldt en 1811. Refiere que el gran dilema que observó Jefferson fue preguntarse ¿qué clase de gobierno establecerían los americanos independizados? Proyectó que seguramente optarían por un poder ejecutivo colegiado. Humboldt no quiso arriesgar sobre forma de gobierno que adoptarían los americanos, pero sí atinó al señalar que seguramente las regiones de América se independizarán de España. Señaló, asimismo, que José María Calleja —el militar realista más estructurado y exitoso de la época— sintió la necesidad de quemar el decreto de Apatzingán por mano del verdugo. Había en él ideas peligrosas, aunque llenas de ambigüedad. Según Calleja, había dado forma a un “sistema republicano confuso, hecho con retazos de la Constitución de los Estados Unidos de 1787 y la de Cádiz de 1812”. En contraste, Peset concluye que Apatzingán estuvo, en cuanto a su forma de gobierno, más cerca de Cádiz y de Francia que de los Estados Unidos (los alejó el federalismo y bicamarismo estadounidense). No obstante, resalta del constituyente de Chilpancingo la idea de haber proyectado un diseño de poder ejecutivo colegiado. Sus nexos pudieron haber provenido del Directorio de la Constitución de 1795 (cinco directores electos por el poder legislativo bicamaral de Francia) y la mismas Regencias del monaquismo español, de tres y cinco miembros durante la época en la que fungieron

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las Cortes generales y Fernando VII estaba cautivo. Este ejemplo de constitucionalismo comparativo muestra las bondades con las que puede leerse el estudio de Peset. La proyección de un ejecutivo colegiado —diseño de poderes que intrínsecamente debilita al poder ejecutivo frente al legislativo— responde con un gesto de desconfianza a todo tipo de monarquías absolutas como la de Fernando VII, pero también al ideal de un nuevo tipo de republicanismo que no tiene como referente el paradigma estadounidense. Como todos sabemos, el decreto de Apatzingán tuvo un valor provisional. Esto fue plasmado explícitamente por sus propios progenitores, en lo que se convocaba a un nuevo constituyente. Este hecho, junto con el fusilamiento de Morelos y la disolución del congreso de Chilpancingo en 1815 anularon su posibilidad de ejercicio fáctico. De ahí que sea relevante terminar esta reseña con el valor político y simbólico que puede atribuirse a esta carta constitucional. Peset enfatiza que el valor de Apatzingán radicó en que fue la primera “constitución insurgente” bajó la impronta liberal. En el centro de su diseño constitucional aparece la defensa de los derechos individuales y la división de poderes. Además, y sin ambigüedad alguna, proclamó la idea independentista frente a España (no se puede decir lo mismo de Hidalgo, Rayón y Mina). Por mi parte, añado que Morelos, junto con su movimiento y el decreto de Apatzingán, fue un símbolo de resistencia armada; pero sobre todo fue un levantamiento que le dio estructura “institucional” a la insurgencia.


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Aunque fue una fracción derrotada, esto llevó a que se intensificará la postura independentista bajo la impronta de un constituyente alterno a las Cortes generales de Cádiz. Y lo más importante, la forma de gobierno que postuló la carta de 1814 fue acogida, desde luego con algunos cambios, tanto en la época de transición del monarquismo constitucional iturbidista (1821-1823) como en la república “parlamentarizada” de 18231824. Esto es, frente a la abdicación de Iturbide en marzo de 1823, el congreso restaurado de México dio vida a un ejecutivo colegiado provisional.

Este ejecutivo temporal, hasta que se sancionó la constitución permanente, eligió un triunvirato electo por el congreso en funciones (la variante es que existía un sistema de suplentes). Su disolución y paso al segundo constituyente mexicano respetó el mismo diseño del poder ejecutivo. Su gobierno efectivo duró alrededor de 14 meses, hasta que se terminó la Constitución de 1824 y se convocó a las primeras elecciones constitucionales. Por lo tanto, el impacto de la Constitución de Apatzingán no sólo fue simbólico, sino que fue referente de gobierno efectivo. La idea republi-

cana de México pocas veces siguió el derrotero de Estados Unidos. Ésa es una exploración que habrá que hacer en lo futuro tanto en México como en América Latina. La obra de Peset que se reseña aquí es el punto de partida de esta discusión y de muchos otros temas constitucionales que pueden seguirse en su estudio. Otros enfoques y visiones rondan en la explicación contemporánea de la insurgencia mexicana. Sin embargo, el rescate de su dimensión constitucional no empobrece a la insurgencia, sino que expande los contornos de su presencia histórica.

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Ciencias políticas: ¿Qué sabemos en México? Miguel Ángel Rodríguez

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a ciencia política en México hoy: ¿qué sabemos? es una obra colectiva coordinada por Francisco Reveles y quiere mostrar el estado del arte de la ciencia política en México. Se trata de un texto extenso y oportuno cuyo punto de partida, abordado por los primeros cuatro artículos, es el estudio del origen y desarrollo del estudio de la ciencia política, entendida como disciplina científica, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Un denominador común permea esa primera parte del libro que hoy presentamos: es un optimismo en torno al creciente impulso que la ciencia política ha adquirido en varias universidades de México. El número de investigaciones, las publicaciones, la presencia permanente de los politólogos en la opinión pública, la actualización de los nuevos programas de estudios y, sobre todo, el acontecimiento de que “la formación de hoy abreva de teorías y metodologías propias de la ciencia política, dejando de lado la importación de recursos heurísticos provenientes de otras ciencias” —escribe Reveles— han posibilitado “… un grado de especialización importante.” Francisco Reveles reconoce la necesidad de dar a conocer, de manera más eficiente, las aportaciones locales que no alcanzan la difusión adecuada de la producción académica, pues “los recursos para publicar suelen ser limitados en las instituciones de educación superior o de investigación. Asimismo su reparto no siempre sigue reglas transparentes, imparciales y que premien el trabajo académico. Incluso, alcanzado el presupuesto para la edición de productos publicables, un grave problema es el de su distribución, a menudo las obras editoriales se quedan circulando en la institución de origen, no por decisión de los autores sino por la incapacidad de la misma institución para hacerlas circular fuera, en los espacios apropiados para ello (librerías, bibliotecas, ferias del libro y periódicos digitales).” El segundo artículo es el de Fernando Barrientos del Monte y está referido al estudio de “La Institucionalización de la Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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c­iencia política en América Latina”. El autor sostiene que la ciencia política en América Latina transitó, antes de llegar a la década de los noventa, por un sendero zigzagueante que lo mismo recurre a la sociología, que al funcionalismo y, a partir de la década de los setenta, encuentra en el marxismo y en la teoría de la dependencia su principal fuente discursiva. Se trata, dice Barrientos, de una corriente de pensamiento mesiánica, mecánica y determinista: “los paradigmas dominantes no eran propiamente politológicos, había cierta incomodidad con los modelos de pensamiento existentes y se buscaba crear una ciencia política más ad hoc a la idiosincrasia latinoamericana. Más aún, el rol del politólogo todavía era desconocido o incierto. según el sociólogo argentino Marcos Kaplan, los cientistas políticos en esos años no eran todavía un grupo profesional reconocido y valorado en las sociedades latinoamericanas.” En opinión de Barrientos actualmente la ciencia política alcanzó un alto grado de institucionalización, pues la ciencia política en América Latina desplazó su concepción amplia hacia una mirada más estricta y ajustada a los métodos y criterios empíricos propios de las ciencias políticas en los países de Europa y Estados Unidos. Más aún, es justamente la generación de estudiosos formados en aquellos países la que sienta las bases para dar el giro hacia una verdadera institucionalización de la ciencias políticas en América Latina. Aquí recuerda a Para apoyar su conclusión Barrientos recurre a Mauricio Merino, quien escribe:

debe decirse que la ciencia política mexicana sigue estando en la periferia. La traducción de textos del inglés, del francés y del alemán, en ese orden, supera con creces a la producción mexicana que se lee en el extranjero […] Es verdad que ha dejado de ser una Ciencia Política provinciana: los profesores e investigadores de tercera generación suelen mantener relaciones internacionales más o menos intensas, y varias de nuestras casas de estudio han conseguido muy sólidas reputaciones en el exterior gracias a la calidad académica de los egresados que salen a tomar un posgrado. Pero no puede ocultarse que la producción intelectual de la ciencia política de México todavía no consigue un sitio propio entre los principales debates de occidente. En pocas palabras, aún tenemos una ciencia política de importación.

Es evidente que Merino tiene criterios y parámetros mensurables, no hay manera de equivocarse en el diagnóstico una vez que todo se puede pesar y calcular. Por la ínfima cantidad de politólogos mexicanos que son leídos por sus pares de lengua inglesa, francesa o alemana, no más, “México no consigue un sitio propio entre los principales debates de Occidente”. Volveré a esta interesante reflexión de Mauricio Merino que, no sé si fue el plan de la obra, es compartida por los primeros cuatro autores del libro. En sentido contrario a los enterradores de la ciencia política, se refiere a César Cansino, Barrientos diagnostica y extiende un certificado en el que da fe de la excelente salud de la disciplina en América Latina. Bien podría

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abrirse una mesa de debate entre los derrotistas que ya untaron la extrema unción a los pies de la ciencia política y los optimistas que la miran gozando, hoy más que nunca, de cabal salud. Marcela Figueroa Franco es otra de las autoras de la primera parte y en su bien documentado artículo sobre los giros a los planes de estudio desde 1951, pasando por los siete contenidos que han tenido vigencia en la historia de “… la licenciatura en ciencias políticas” de la unam, nos proyecta al tiempo presente, a la última reforma, a la ocurrida en el 2015. Uno agradece la revisión histórica alrededor de los presupuestos epistemológicos y metodológicos que constituían los fundamentos y criterios de verdad de los diferentes planes y programa de estudios. Al final nos muestra los saldos de la última reforma (2015) que responde “a las exigencias científicas y disciplinarias de los campos profesionales.” Ahí mismo nos revela cuál es la formación académica deseable para los politólogos de la unam. Reza la letra que el politólogo deben convertirse en un “… especialista que posee una formación de excelencia, teórica, analítica y metodológica, así como las habilidades y destrezas que les permitan aplicar sus conocimientos con imaginación y creatividad para resolver los problemas que enfrenta la sociedad.” Si uno cambiara la palabra politólogo, por la de economista, sociólogo, abogado, historiador, internacionalista y, en el colmo, hasta la de filósofo, nada se altera, pues es el mismo orden discursivo de la educación superior de nuestro tiempo. Se trata de formar especialistas útiles a la sociedad.


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Encuentro una primera parte del libro muy armónicamente integrada. En ese sentido el libro coordinado por Francisco Reveles constituye un gran esfuerzo intelectual en la dirección de construir una memoria de la ciencia política en México, las temáticas dominantes y las perspectivas teóricas y metodológicas adoptadas para dar cuenta de las relaciones de poder entre el Estado y su cuadro administrativo y entre éste y sus gobernados. Mi función en esta mesa era comentar los temas referidos al sindicalismo, corporativismo, cultura política, ciudadanía y presidencialismo. Los autores son reputados investigadores en las ciencias políticas y me gustaría en otra ocasión comentar los valiosos aportes al conocimiento de los resortes y funcionamiento del sistema político mexicano. Son temas que me seducen desde siempre y evocan mi formación marxista y weberiana. Sin embargo, como autor del plan de estudios de la licenciatura y coautor del plan de la maestría en ciencias políticas de esta facultad de derecho y ciencias sociales, no pude mantenerme al margen de un debate tan fundamental no sólo para la ciencias políticas sino para las ciencias sociales y las humanidades en general. Se trata de meditar sobre la formación de los seres humanos que esperamos egresen de nuestras universidades. En esa dirección considero que el horizonte de posibilidades que dibujan los cuatro primeros artículos están contagiados del mismo optimismo que el coordinador del libro. En el foro de debate imaginario estarían así los optimistas y los derrotistas que ya velaron el ataúd de la ciencia política. Yo quie-

ro abrir una tercera vía y me adscribo a la corriente de los pesimistas. Pienso que las actuales reformas a los planes y programas de estudio de las universidades de nuestro tiempo están globalizados, uniformados, elaborados para formar seres humanos unidimensionales, funcionales, útiles a la reproducción social de la miseria humana. Martín Heidegger, un filósofo contrario a la gente bien pensante, afirmó en los llamados Cuadernos negros (1931-1938) que “Si las ciencias fueran verdaderamente ciencias, entonces serían “políticas” en un sentido auténtico y no sería posible imponerles este objetivo. En la actualidad se hace así en lo externo, de una forma convulsivamente popular y racial”, lo que propicia “el cultivo selectivo de los mediocres.” Es decir, mientras la ciencias políticas no regresen a pensar lo originario, a la esencia del ser, a la casa del ser, que es la palabra en diálogo, la voluntad de poder seguirá dictando los criterios de verdad. Y el único criterio del poder es, como se sabe, tener más poder. La respuesta al ¿para qué?, es la nada, se trata de tener poder para alcanzar más poder. El ser queda en olvido. Quiero decir, descreo de las cuantificaciones y mediciones que hacen depender la buena salud de una ciencia en la medida en que se ajusten a los criterios epistemológicos y métodos empíricos propios de la tradición positivista. Mejor dicho, si bien no suscribo el divertido gesto de extender un certificado de defunción, si sostengo que es necesario transformar el corazón de la ciencias sociales y de la ciencias políticas en particular. Tene-

mos que aprender a saber y pensar lo esencial. Sostengo que la reflexión sobre el pensamiento político, la filosofía y la teoría políticas han extraviado de su quehacer la pregunta por la esencia del ser, embebidos como están los politólogos y los analistas políticos en la cuantificación, en el cálculo beneficio de los raitings nocturnos de la televisión comercial, en la mensurabilidad de los indicadores económicos, que, según muy dudosos criterios, incrementan el bienestar de los seres humanos; en fin, presos de la afirmación y la identidad, han terminado por despreciar la interpretación del ser y de la existencia. En ese ajederez impersonal movido por un autómata, a su vez movido por el poder económico, los actores políticos resultan piezas intercambiables, desechables, prescindibles. Como los ápendices de Moloch, la clase política y muchos pensadores de la política, colectiva e individualmente, destinan sus vidas y sus talentos a escalar la cumbre del éxito, aprenden que todo consiste en ser un ganador en el mercado negro de las voluntades, de los partidos políticos y, así, atrapados en la vulgaridad de la existencia cotidiana, están ciegos para concebir al pensamiento político, que es habla y es lenguaje, como camino formador para el encuentro con el ser en el mundo. Considero que la ciencia moderna, incluida la visión empírica de la ciencia política, “no busca la verdad en sí”. La ciencias políticas contemporánea no sólo no valoran suficientemente a los seres humanos sino que los degradan hasta convertirlos en máquinas domesticables. Atrapadas como están las facultades de ciencias polítcas en

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las abstracciones matemáticas y en los modelos de gobiernos eficientes, representan en su funcionamiento un modo de objetivación calculante de lo ente, son la procura y el aseguramiento de lo ente, “y a partir de ahí se hace con las posibilidades para su desarrollo, la objetivación se queda detenida en lo ente y lo toma por el ser.”1 En otras palabras, para recurrir a un texto del Heidegger tardío: El Dasein se ha vuelto extraño a su esencia histórica, a su misión y su encargo. Para sí mismo, queda extrañado, sin determinación, indeterminado y, por eso, “sin interpretación”. Falta la determinación, porque el temple fundamental del instalarse en las disputas esenciales está sin la fuerza templante, sin dolor, es decir, sin la forma fundamental del saber del espíritu, por eso “sin dolor somos”. Donde no hay una inauguración templante 1  Martin Heidegger, ¿Qué es metafísica?, Alianza Editorial, Madrid, 2009. p. 48.

de las fisuras del Ser, ahí tampoco hay necesidad de tener que nombrar y decir; de ahí que “casi hemos perdido el lenguaje en el país extraño.” 2

La reflexión política de nuestro tiempo debe volver los ojos a la formación del ser humano, como Martha Nussbaum ha propuesto con talento y tino para el cultivo de las humanidades en las universidades norteamericanas. Y con Sloterdijk, un heredero escéptico del romanticismo, me pregunto: “¿De dónde podrá venir en el futuro un viraje más amplio, un viraje fundamental, una diferencia radical? ¿Quién se constituiría en el sujeto o el impulsor de un giro que fuera más que una conversión privada, un virar local o un desviarse colectivo? ¿Qué podría dar de nuevo un giro al sentido dominante del ser, que es el de la deformación y el desgaste de todas las cosas?” No hay respuestas, pero comparto con 2  Martin Heidegger, Los Himnos de Hölderlin… op. cit., pp. 122-123.

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Sloterdijk la idea de que el sentido dominante del ser histórico del presente rechaza y niega a los otros. Una de las peores formas en las que el olvido el ser se nos expresa. Mientras ese viraje del ser no ocurra, seguiré pensando, con Sloterdijk y Onfray, que el proyecto de humanidad del mundo occidental tiene muy poco o nada que ofrecer al Medio Oriente, África, Asia o a las culturas indígenas o afrodescendientes del continente americano. El paisaje por todas partes retrata poblaciones empobrecidas y desangradas hasta el extremo de arrancarles lo que de divino tiene el ser humano, la lengua y la cultura y, con ellas, la belleza de elegir la vida propia en libertad, con paz, justicia y dignidad. Sólo así es posible pensar en el retorno de Helena al destino de la humanidad. La patria en ocaso, podrida por el interés económico, el odio, la degradación moral, el canibalismo, la soberbia, la impunidad, el mal gusto, la burla y un miedo miserable que la empuja a no ser.


Ayotzinapa en presente Francisco García Marañón

A

casi dos años de distancia, sobre lo ocurrido en Ayotzinapa no sólo se mantiene en el centro del debate sobre la violación de los derechos humanos por parte de las autoridades mexicanas, sino como una metáfora contra la impunidad, la violencia y la corrupción que permean en el sistema político mexicano. La palabra, el sencillo sustantivo, hoy más que nunca simboliza un faro de luz a nivel internacional frente a la injusticia. El presidente mexicano ha manifestado recientemente su extrañeza sobre la asignación de responsabilidades del gobierno federal respecto de un caso local como la desaparición de los estudiantes de la escuela rural Raúl Isidro Burgos en Iguala. En una entrevista para el periódico “La Jornada”, se preguntaba en qué momento el gobierno federal se había convertido en el ojo del huracán mientras los ámbitos local y estatal dejaban de ser señalados. La inquietud de Enrique Peña Nieto refleja una dramática ingenuidad por parte del Ejecutivo federal, además de un desconocimiento sobre las responsabilidades de los aparatos institucionales del Estado. El mismo desconocimiento mostrado por el entonces presidente Vicente Fox cuando la prensa cuestionó su papel en el caso del litigio entre Canal 40 y TV Azteca por los derechos de transmisión de una señal que, por derecho constitucional, pertenece al Estado. Así, el famoso ¿y yo por qué? trasciende los sexenios y los colores, y denota la docta ignorancia que desde hace algunos sexenios los mandatarios mexicanos se siguen empeñando en exhibir. ¿Peña Nieto desconocería que es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas? ¿Las que se dividen en jurisdicciones a lo largo del país, y la que corresponde al estado de Guerrero es la 27ª zona militar? ¿Desconocerá también que elementos de esa zona militar están involucrados, por acción u omisión, en los hechos trágicos del 26 de septiembre de 2014 cuando desaparecieron los estudiantes? Cuatro días después, en una entrevista radiofónica el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguraba Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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que los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa en absoluto estaban relacionados entre sí. En su descargo, el titular de la Segob aceptaba la escasez de elementos de análisis pero en su intento de desvincular un caso del otro caía en un desliz que, para su fortuna política, no implicó mayores problemas al ser desplazado de los reflectores como parte de la estrategia de comunicación del gobierno federal, para dejar que Jesús Murillo Karam, encargado de la procuración de justicia, hiciera el ridículo a nivel mundial con la contundencia de su fallido discurso sobre la verdad histórica de los acontecimientos trágicos e indignantes, en una clara intención de clausurar la investigación. Apenas unos días después de los hechos de Ayotzinapa, la sociedad civil denunció las actividades ilegales no sólo de los aparatos de seguridad locales, sino federales, esto es, apuntando responsabilidades sobre los instrumentos de los tres niveles de gobierno. Ese pequeño hecho, le costó el puesto al gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre. Que Peña Nieto pretendiera seguir desmarcándose no sólo simboliza intentar deslindarse de una responsabilidad de Estado, sino una alarmante falta de visión política por parte de un presidente. En el recuento de los hechos, lo primero que resultó extraño en la falta de mando del poder Ejecutivo, fue hacer mutis ante la magnitud de la tragedia: Peña Nieto declaró su preocupación sobre Ayotzinapa cuatro días después de los sucesos y retó al gobernador perredista guerrerense, a que se responsabilizara de sus aparatos coercitivos. No tenía idea de que esa misma exigencia se le revertiría como bumerang.

La sociedad se preguntaba en qué momento iba a acudir personalmente a Iguala, a dirigir las primeras tareas de investigación como hace cualquier Jefe de Estado ante hechos como éste. En realidad no representaba otra cosa que una medida simbólica que, incluso, hubiese dado a su figura algo de legitimidad. Pero la falta de visión política por parte de Peña Nieto, y de su equipo de colaboradores, refleja un distanciamiento natural de la misma sociedad. Lo que en el caso de los hechos ocurridos en Ayotzinapa, el padre Alejandro Solalinde calificó adecuadamente con la categoría de acciones de Estado, diversos observadores de derechos humanos prefieren seguir las líneas discursivas de organismos como las Naciones Unidas, y llamar crímenes atroces para eludir ciertas responsabilidades, ya que términos como acciones de Estado apuntan directamente a un responsable. Ante la continua investigación tanto institucional como extra oficial por parte de organizaciones y grupos que enarbolan la demanda social y mundial –que se esclarezcan los hechos y se finquen responsabilidades-, muchas de las versiones originales sobre los acontecimientos han perdido fuerza, y se han abierto otras líneas de investigación; fundamentalmente en dos direcciones: un posible quinto autobús que tomaron los estudiantes y que desapareció de escena durante un tiempo hasta que resurgió de la anda estacionado en un predio, resguardado por cordones militares, y la sospecha de investigadores nacionales e internacionales de que los estudiantes no fueron incinerados en el tristemente célebre basurero de Cocula.

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Las primeras tesis de las investigaciones que detonaron la indignación resultó en el relato que filtró Alejandro Solalinde, en el sentido de que los estudiantes habían sido incinerados; muchos de ellos vivos. Las más recientes pesquisas del Grupo Interamericano de Expertos Investigadores de la CIDH cuestionaban los datos expuestos por el padre. Con toda la reserva que exige revisar la información generada por organizaciones no gubernamentales acerca del tema sobre derechos humanos, el grupo Open Society Foundations (OSF) publicó en junio de 2016 un dossier sobre la violación constante y flagrante de los derechos humanos en México. Sobre este organismo, cabe destacar que su principal promotor es George Soros, rankeado en el número 23 de la lista de más prominentes millonarios del mundo por Forbes, y relacionado estrechamente con una de las familias más influyentes del mundo: los Rothschild. El informe Atrocidades innegables, confrontando crímenes de lesa humanidad en México omite tres de los estados del país más convulsionados por la violencia nacional: Chihuahua Tamaulipas y Veracruz, pero contempla al estado de Guerrero y, para efectos de este análisis, con eso basta. Sobre la información que se recaba en torno a este tipo de hechos, resulta fundamental, como punto de partida metodológico para sistematizar los datos, la posibilidad de sesgos en lo que surge de las versiones oficiales. En ocasiones estos filtros pueden derrumbar literalmente cualquier hipótesis. Organizaciones no gubernamentales como OSF encauzan su labor hacia la resolución de conflictos que no


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necesariamente tienen por qué converger. Por ejemplo, para ellos resulta más eficiente la acción de la Corte Penal Internacional (CPI) que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), tan vilipendiada en los últimos meses. No obstante, ciertas preferencias podrían levantar sospechas a más de un conspicuo investigador: en relación con el enfangado caso de Ayotzinapa, el informe del GIEI exhibió claramente las omisiones y sesgos cometidos por el Estado mexicano, sobre las investigaciones realizadas por la PGR. Curiosamente, la Comisión sufre en el primer semestre de 2016 una de las peores crisis financieras de su historia, lo que obliga a la institución a reducir su planta de investigadores. Para no quedarse atrás en el tema, la PGR publicó su segundo informe sobre el Caso Iguala, en el que la propia institución se atribuye el rol de garantes de la procuración de justicia, evidentemente. Lo relevante del informe resulta en la intención de ampliar el marco contextual de la investigación oficial, con lo que resulta un sobreentendido que el propio Estado mexicano desecha la versión de la verdad histórica del régimen anterior a la titular Arely Gómez. Adicionalmente, la Mtra. Gómez se cura en salud al advertir que la investigación sigue abierta y que la confianza de la sociedad en las instituciones se encuentra “lastimada”. Mientras el Estado mantenga sorpresa por el “mal humor” de los mexicanos respecto a la gestión del equipo de Peña Nieto, la grieta no dejará de hacerse cada vez más profunda. No obstante, el actual informe de la PGR no parte de cero, sino que re-

toma líneas de investigación probadas como erróneas de las pesquisas dirigidas por Murillo Karam y su grupo. En dicho tenor, vale la pena detenerse en el punto 5 del informe preliminar o Resolución 28/2014, Medida Cautelar No. 409-14, a partir del cual se menciona el papel de la CIDH y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; para la PGR tanto las medidas cautelares como las provisionales, corresponden a las primeras recomendaciones enviadas por los organismos a la PGR en la primera investigación (la relativa a las verdades históricas) pero pasa por alto las últimas observaciones emitidas por el GIEI. Es en el punto 46 del apartado Cronología de las Acciones en torno a la investigación, cuando aparece el GIEI, conformado oficialmente el 19 de enero de 2015, y cuyo mandato o ámbito de acción abarcaba un plazo de 6 meses a partir del 2 de marzo y hasta el 9 de septiembre, plazo que se extendió un semestre más. Una vez ampliado el plazo de acción del GIEI, en octubre de 2015, el Estado mexicano y el GIEI establecieron un acuerdo de colaboración y acción en el que el punto 2 demandaba el replanteamiento de la investigación realizada en el basurero de Cocula, dadas las irregularidades con que se habían llevado a cabo los peritajes. En pocas palabras, los puntos de acuerdo se aceptaron y suscribieron, pero no se realizaron conjuntamente. El informe de la PGR se desvincula de toda responsabilidad al mencionar, en el punto 87 de dicha secuencia, que fue el propio GIEI el que consideró innecesario un nuevo análisis en el basurero. El resultado es conocido por la opinión pública:

en su informe final de actividades, el GIEI duda que se haya llevado a cabo la incineración en el lugar estimado por la PGR, con lo que las líneas de investigación se disparan hacia otros probables responsables. Y la pregunta sigue rondando por los aires aunque nadie la hace directamente ¿habrá existido responsabilidad del ejército mexicano en relación con la incineración y desaparición de los cuerpos de los estudiantes? No habría mucho de qué asombrarse si se recurre al pasado y al accionar del ejército, por ejemplo, en los tiempos de la guerra sucia. En paralelo, informes económicos de la institución indican que los presupuestos para la promoción y protección de los derechos humanos, mientras al organismo análogo europeo ascienden a 100 millones de euros, en el caso de la CIDH apenas son de 5 millones de dólares. Se estima que en América latina hay más de 500 mil desaparecidos. Sobre el caso Ayotzinapa, queda claro que para Estados como el mexicano, la CIDH simboliza más una institución incómoda que un organismo de apoyo, aun cuando el gobierno mexicano es uno de los pocos en América latina que realiza aportaciones voluntarias a este organismo en crisis de las Naciones Unidas. Lo que queda por analizar se traduce en identificar si los elementos descritos brevemente en estas líneas se pueden interrelacionar y, en su caso, qué tanto afectan o no a la resolución del doloroso caso Ayotzinapa, del cual la sociedad mexicana sigue reclamando su aclaración.

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La Maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Contracorriente A.C., Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, Tosepan Titataniske A.C., Red para la Transformación Educativa en Michoacán A.C., Centro de Asesoría y Desarrollo Entre Mujeres A.C., Red de Investigadores Educativos en México, Universidad Pedagógica Nacional de Puebla, Universidad Campesina Indígena en Red y el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural-Promoción y Desarrollo A.C.

CONVOCAN:

XII FORO LATINOAMERICANO DE EDUCACIÓN ­INTERCULTURAL, ­MIGRACIÓN Y VIDA ESCOLAR Puebla, Puebla, 11 y 12 de noviembre de 2016 Sede: Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Benemérita Universidad Autónoma de Puebla www.educacioncontracorriente.org

Objetivo General: Los convocantes queremos construir un espacio de diálogo, reflexión y encuentro entre los organismos de la sociedad civil, universidades, instituciones formadoras de docentes, dependencias gubernamentales, profesores, investigadores y autoridades educativas con el objetivo de pensar, consensualmente, políticas relevantes y pertinentes en la dirección de hacer efectivos los derechos sociales fundamentales para la infancia latinoamericana. Ponemos el énfasis en los derechos educativos de los niños y jóvenes migrantes que, muchas veces, además de cargar con el exilio económico que violenta sus derechos civiles y políticos, todavía llevan sobre sus espaldas el escamoteo de sus más elementales derechos sociales fundamentales. En este encuentro queremos fortalecer la comunicación de experiencias relacionadas con el ejercicio pleno, en pie de igualdad, de los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas y/o afrodescendientes, lo mismo que el establecimiento de garantías jurídicas que protejan los derechos sociales fundamentales de los niños migrantes y

desplazados. El foro aspira, entre otras cosas, a convertirse en un terreno dialógico que contribuya, desde diversos miradores, a crear las condiciones de posibilidad de existencia de una efectiva ética del pluralismo cultural en México, Estados Unidos y América Latina: hijos de la tierra y ciudadanos del mundo.

Las ponencias tienen una extensión no mayor de 20 cuartillas a doble espacio. Letra Times New Roman de 12 puntos y sólo serán consideradas para su publicación aquellas que se entreguen vía electrónica.

Las ponencias serán dirigidas a: Francisco Sánchez Espinoza: Mesa 1: Reforma educativa, actores y frasaes_7@hotmail.com, políticas. Miguel Ángel Rodríguez: Mesa 2: Derecho a una educación públi- cajanegra56@hotmail.com ca de calidad: escuelas, vida escolar y Sandra Aguilera Arriaga: migración. sanagui2004@yahoo.com.mx Mesa 3: Discriminación, racismo y exclusión en la escuela. Datos para las ponencias: Mesa 4: Pedagogías emergentes en la Nombre del ponente/participante educación intercultural y bilingüe. Domicilio: Calle, Número, Colonia, DeMesa 5: Educación vinculada a las nece- legación/ Municipio, CP, Ciudad, Estado. sidades del entorno comunitario. Teléfono: Mesa 6: Derechos humanos: género, di- E-mail: versidad cultural y sexual. Institución/Organización Civil Mesa 7: Imaginación y creación estética Titulo de la ponencia: como experiencias educativas Para mayores informes e inscripciones consultar la página: Entrada libre www.educacioncontracorriente.org La fecha límite para la recepción de ponencias será el 20 de octubre de 2016


Colaboradores Lidia Aguilar Balderas. Doctora en Sociología y maestra en ciencias políticas. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I. Es catedrática investigadora de la Maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la buap. Entre sus más recientes publicaciones está: Sistema Constitucional Mexicano (2010) y la Pugna por el poder político, editado por Educación y Cultura, México, 2011.

de maestro en literatura por la Universidad de las Américas Puebla, con una tesis sobre Rubén Bonifaz Nuño y ha publicado imágenes y textos sobre fotografía en diversos diarios y revistas. Es autor de los poemarios ¿estrés o es traza? (Puebla, 2004) y La letra inmersa (Écrits de Forges, Quebec, 2011). Finalista en el Festival Internacional de la Imagen, 2011, con la serie “Paisaje herido”. En 2011 fue becario del programa de Foto-ensayo del Fonca y del Foundry Photojournalism Workshop, Buenos Aires, ArgentiSandra Aguilera Arriaga. Es Doctora en Ciencias na. Actualmente es jefe de redacción de la revista de con especilidad en Investigaciones Educativas por pensamiento y cultura Unidiversidad. el Departamento de Investigaciones EducativasCentro de Investigación y Estudios Avanzados del Paulino Ernesto Arellanes Jiménez. Es doctor en Instituto Politécnico Nacional. Es Presidenta de Relaciones Internacionales por la Facultad de CienContracorriente A.C. Ha sido Consultora de la cias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Organización de Estados Iberoamericanos. Coor- Autónoma de México. Es miembro del Sistema Nadinadora del Capítulo Puebla del Estudio Mundial cional de Investigadores desde 1994. Docente invesNiños fuera de la Escuela de Unicef. Es responsable tigador de tiempo completo de la Maestría en Ciende la Mesa de Redacción de la Revista Caja Negra cias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias de la buap. Es Dictaminadora Nacional del Comie. Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma Ha sido Directora de Fomento a la Investigación de Puebla. Ha dictado conferencias en numerosos Educativa y Coordinadora Estatal de Actualización países como Estados Unidos, Canadá, Guatemala, y Capacitación de Docentes de la sep de Puebla. Cuba, Venezuela, Brasil, Chile, Argentina, Rusia, Cofundadora del Programa de Intervención Edu- Alemania, Italia, Bélgica y España. Es autor de 18 cativa Aprendizajes Solidarios, para estudiantes de libros individuales entre los que destacan: Ensayos contextos de muy alta marginación de la Sierra de coyuntura jurídico-políticas y económicas de México Negra de Puebla. Es investigadora educativa en las 1994-2006 (2007); Las inversiones extranjeras direclíneas de lectura, escritura, formacion docente y mi- tas en Puebla 1990-2006 (2008); El municipio mexigración. Es miembro de la Asociación Mexicana de cano y las relaciones internacionales (2009); y Walter Estudios Internacionales A.C. y de Latin American Benjamin. Pensamiento político y filosófico (2010). Studies Association, así como de la Red Iberoame- Ha coordinado 20 libros y es autor de más de 150 ricana de Maestros, Maestras y Colectivos Escolares artículos publicados en revistas especializadas. Es que hacen Investigación e Innovan desde la Escuela. miembro de la Academia Mexicana de Ciencias de Coordinadora Académica del Foro Latinoamericano México A.C., de la Asociación de Estudios Internade Educación Intercultural, Migración y Vida Escolar cionales y del Latin American Studies Association, organizado por Contracorriente A.C./buap. del International Congress Americarum. Miguel Ángel Andrade. Poeta y fotógrafo, Miguel Israel Arroyo. Es doctor en historia por El ColeÁngel estudió derecho en la buap y obtuvo el grado gio de México y miembro del Sistema Nacional de Revista de ciencias políticas y humanidades Caja negra


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Investigadores. Es miembro del Cuerpo Académico Consolidado de la Maestría en Ciencias Políticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es autor del libro La arquitectura del Estado mexicano: formas de gobierno, representación política y ciudadanía, 1821-1857 (2011) y numerosos artículos en los que sobresalen: “Miradas contemporáneas: El Congreso mexicano en el siglo xix” (2015),”El constitucionalismo como fuente electoral” (2015), ¿Para qué sirven las actas electorales en el siglo xix” diseño de poderes en el constituyente mexicano, 1916-1917: coaliciones parlamentarias y poder judicial” (2014). Asimismo, es miembro del Consejo Editorial de la revista cesop (Cámara de Diputados del Congreso de la Unión) y Subdirector de nuestra revista Caja Negra. Desde hace más de 20 años es profesor investigador de la Maestría en Ciencias Políticas de la buap. Manlio Barbosa Cano. Es doctor en Antropología, por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Investigador Titular “C” del Centro inah de Puebla, Del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Desde 1973. Profesor en la Universidad de Guadalajara, en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, en Jalisco, y profesor fundador de la carrera de Antropología Social, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La biblioteca del Colegio de Antropología Social de esa universidad lleva su nombre. Es docente investigador de la Maestría en Ciencias Políticas, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la buap. Es autor de 8 publicaciones y un gran Número de artículos publicados en México, Estados Unidos y Argentina. Su línea de Investigación es antropología política y etnografía comparada. Pertenece al Cuerpo Académico de la Maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, y a un Cuerpo Académico del Colegio de Antropología, de la Facultad de Filosofía y Letras.

del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Provincial (Unipe) y de la Maestría en Educación (unlp). Investigadora Adjunta del Conicet. Investigadora del Programa de Antropología y Educación del Instituto de Ciencias Antropológicas (ffyl-uba) y del Laboratorio de Investigación en Prácticas Pedagógicas (lpp-Unipe), en temáticas vinculadas a procesos migratorios, desigualdad, trayectorias de vida y escolaridad, con énfasis en perspectivas interculturales y de inclusión socioterritorial. Dirigió el proyecto PRI (ffyl-uba): Trayectorias y Fronteras. Niños y niñas migrantes en contextos formativos interculturales. Coordinó el proyecto: La educación secundaria en los grandes centros urbanos: La escolarización de adolescentes y jóvenes en el Conurbano Bonaerense, Instituto de Desarrollo Humano (ungs y Unicef ). Realiza trabajos de consultorías en organismos nacionales e internacionales y trabajos de transferencia universitaria. Dictó seminarios de la especialidad en universidades y espacios de formación docente; se desempeñó como tutora en universidades con sistemas de educación a distancia. Ha publicado diversos artículos en libros y revistas especializados nacionles y extranjeros. Juan Francisco García Marañón. Es maestro en Ciencias Políticas egresado de la Maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es profesor de asignatura en licenciaturas y preparatoria.

Roger Hausheer. Profesor visitante en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Montenegro en Podgorica. Trabajó bajo la dirección de Isaiah Berlin y John Plamenatz en Oxford. Fue invitado por Berlin -la mayor influencia intelectual de su formación- a escribir la introducción a Contra la corriente. Ensayos sobre historia de las ideas (1955). De Hausheer escribe Berlin: “Ningún autor podría desear a un crítico más comprensivo, escrupuloso y civilizado”, pues se trata de una introducción “luminosa” al conMaría Laura Diez. Doctora en Antropología por la tenido de los ensayos compilados por Henry Hardy. Universidad de Buenos Aires, docente del Depar- El pensamiento del movimiento romántico alemán tamento de Ciencias Antropológicas (ffyl-uba), ha representado una de sus pasiones más profundas

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y permanentes y bien podría ser considerado eomo historiador de las ideas, como el propio Berlin se autodefínía. Destacan los ensayos sobre Fichte, Schelling y Schleiermacher. Durante muchos años ocupó cargos académicos en el Departamento de Humanidades de la Universidad de Bradford. Graciela Messina. Es doctora en ciencias con especialidad en investigaciones educativas por el dieCinvestav del Instituto Politécnico Nacional. Es miembro del sistema Nacional de Investigadores Nivel I. Tiene como líneas principales de trabajo la investigación, la sistematización, la evaluación y el diseño políticas. Ha sido panelista en la Conferencia Internacional Ciudades de aprendizaje, Unesco/ uil y en la Conferencia internacional de Educación y violencia, die/Cinvestav. Ha sido investigadora de Unicef, Inide, Flacso, orealc, inea/ Conevyt/ ocde. Has sido investigadora en el Centro de Estudios para la Mujer en la Alta Dirección, en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, en la Unesco/uil. Consultora Gesip, docente investigadora en el Crefal de Michoacán. Coordinadora del seminario de titulación, Ucired (Universidad Campesina e indígena en red), Maestría en Pedagogía del sujeto. Ha escrito infinidad de artículos en revistas arbitradas nacionales e internacionales y publicado libros sobre los temas de educación de adultos y docentes. Miguel Ángel Rodríguez. Doctor en Ciencia Política por la unam. Profesor investigador en la Maestría en Ciencias Políticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Miembro del Cuerpo Académico Consolidado de la misma maestría. Ha sido Consejero Ciudadano de la Junta Local del Instituto Federal Electoral en Puebla. Es Coautor del programa y fundador de la Maestría en Ciencias Políticas de la buap. Es autor del programa de la Licenciatura en Ciencias Políticas de la buap. Es cofundador de la Revista Metapolítica. Fundador y director de Caja Negra, Revista de Ciencias Políticas y Humanidades de la buap. Fundador y coordinador del Foro Latinoamericano de Educación Intercultural, Migración y Vida Escolar. Es autor del

libro El patrimonialismo en México. Su último libro (2009) es: La educación básica como derecho social fundamental. Escuelas recursos y estudiantes indígenas 2000-2005. Es autor de numerosos artículos de filosofía, ciencia política y educación. Es miembro de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales A.C. y de la Latin American Studies Association Rodolfo Ruíz R. Periodista y politólogo con más de tres décadas de experiencia profesional en prensa, radio e internet. Especialista en asuntos políticos y electorales. Es maestro en Ciencias Políticas por la Maestría en Ciencias Políticas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Desde hace más de 13 años dirige el periódico e-consulta, que ha ganado dos premios nacionales de periodismo y que cuenta con ediciones regionales en Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz. Es autor del blog La corte de los milagros. Fue corresponsal, fundador y director regional del periódico El Universal en los estados de Puebla y Tlaxcala. Se ha desempeñado como docente de periodismo, sistema político mexicano y algunas materias afines en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y en la Universidad de las Américas Puebla. Ha sido reportero y conductor de programas y noticiarios radiofónicos, así como director de la empresa de la Consultoría en Asuntos Públicos Contracorriente. Samuel Tovar Ruiz. Profesor-investigador de la maestría ciencias políticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Tiempo completo, titular C. Autor de los libros: Hume: fundamentos del Estado y del derecho modernos, Configuraciones jurídico políticas del Estado y derecho modernos y Epistemología de las ciencias sociales y políticas. Miembro del cuerpo académico consolidado: “Critica de la modernidad”. Ex coordinador de la maestría en ciencias políticas durante el periodo 2005-2010. Coordinador académico del posgrado en derecho y ciencias sociales de la Fac. de Derecho y ciencias sociales de la buap periodo 2005-2010. Perfil desable de Promep.

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1. La extensión del ensayo debe tener entre 25 y 30 cuartillas escritas en formato Word, a espacio y medio, el tamaño de la fuente es de 12 puntos y el tipo de letra es la Times New Roman. Se incluye en la extensión los cuadros, gráficas, mapas, esquemas, fotografías y la bibliografía.

5. Las citas deben ir numeradas y presentadas a pie de página. Ejemplo, Octavio Paz, El arco y la lira, Fondo de Cultura Económica, México, 1956, pp.37-50.

6. Los colaboradores deben enviar con la contribución una breve biografía que incluya los cinco datos 2. La bibliografía se presenta de la manera siguien- más relevantes de la trayectoria académica. te. Octavio Paz, El arco y la lira, México, Fondo de 7. El autor (a) del ensayo o artículo autoriza a Caja Cultura Económica, 1956. negra a difundir en la versión impresa y electrónica 3. Las reseñas de libros pueden tener una extensión de la revista el contenido de la colaboración. no mayor a las diez cuartillas. 8. La dirección electrónica a la cual deben enviar 4. La aprobación de cada colaboración dependerá las colaboraciones es: cajanegra56@hotmail.com a de dos dictaminadores especialistas en la materia nombre de Miguel Ángel Rodríguez y/o arroyodeaque, de manera anónima, emitirán su juicio crítico. gua@gmail.com a nombre de Israel Arroyo.

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