Lírica de urgencia para la puerta de un frigorífico

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ANTONIO AGUILAR RODRÍGUEZ

LÍRICA DE URGENCIA PARA LA PUERTA DE UN FRIGORÍFICO



SESIÓN MATINAL

Me gusta cuando aún en sueños para llegar a los enseres del desayuno -mitad diosa, mitad jirafate estiras con los brazos hacia arriba y tu cuerpo se arquea y se marca tu pecho contra la camiseta del pijama. Es por eso que me levanto pronto y cojo sitio en la primera fila con el café que humea entre mis manos.



COSAS QUE TE DIRÍA

Si llegas del trabajo y dejas un montón de libros sobre la mesa, lápices de colores sobre tu carpesano. Si devoras un tentempié y disponemos los cubiertos sobre el mantel que usamos en los días de fiesta, si entonces me devoras también a mí y empiezas por mi boca para que ya no diga nada. Entonces te diría -no haría falta entoncesque no se encuentra en las palabras una felicidad como ésta.



TOMATES CHERRY

No es lo mismo, no son las cosas son sus colores, rojos, como tus labios y frescos y peque単os como tus besos.



LISTA DE COMIDAS PARA LA SEMANA

El lunes te meriendo, te ceno el martes, el miércoles rebaño tu cuerpo con mis dedos, el jueves te relamo, el viernes muerdo tu mentón como una fresa, y el sábado devoro constelaciones de lunares en tu cintura. Tan sólo ya nos queda decidir en qué lado de la cama desayunamos el domingo.



SABORES

Me gusta que mi aliento huela a ti después de un día juntos. Reconozco sabores. Es fácil porque he visto cómo eliges la fruta en el mercado, cómo la frotas antes de morderla contra la manga de tu abrigo -es azul y la fruta es roja y no siempre hay palabras para todo-. De pronto dices algo, la forma en que te paras, si es lunes o hace frío, esto también tiene su olor y perdura en la boca.



MARATÓN A LAS CERO OCHO DE LA MAÑANA DEL SÁBADO

He salido a correr, amor, no hay reinos en peligro, ni enemigos de los que dar señal. Cuando de nuevo llegue a casa, no hará falta que leas a Píndaro, ni cantes a los dioses si estás aún entre las sábanas. Si estás aún entre las sábanas.



QUERIDA N.

Querida N., sé que no haría falta decir lo que te digo, pero me gusta hacerlo. Me gusta cuando dices, a tu vez, Mi Querido A., y yo respondo con mis ojos de asombro, no los que tengo para los días de nostalgia, o para los del miedo -el miedo es algo que quedó atrás hace ya tiempo-. Querida N., tú haces que el hecho de vivir el presente merezca al menos esta pena, que es la pena de no haberte conocido antes.


Este cuadernillo se imprimi贸 para el enlace de Antonio y Nuria El 29 de marzo de 2014

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