Café del Mal | Número 3

MiMente En el tiempo de un semáforo ( I ) Tú sólo pasas. Te veo y ya no tienes nombre, ni adjetivos. ...Pero me quedo yaciendo, como lo hoce en la orilla una ajada medusa que el sol ha consumido, observando moribunda cómo su asesino desaparece por el horizonte, ajeno al daño que provoca con su impasible indiferencia.

En el tiempo de un semáforo (II) Tú sólo pasas. Te veo y en cada paso te desinflas con mis miradas. Poco a poco te vas reduciendo, hasta que eres únicamente tu nombre, ése que nunca pronuncié y el mismo que ya jamás me arañará el recuerdo.

David Perea Mora