El pictorialismo resultó, pese a las maniqueas críticas de sus adver- Juan Ocón. «Admirable sarios rupturistas, una búsqueda de nuevas vías estéticas para la foto- estudio grafía. Fue entonces que el desnudo fotográfico se alzó en perspectiva fotográfico de desnudo honrosa y deleitable, de orgullo y creación. En el amanecer de las van‑ femenino», guardias, instalado como un campo viable de expresión, los cuerpos Ovaciones. El Semanario vivieron una tensión excepcional, más pregunta que deseo. Pero al ofre- de la Afición, abril cerlo a la luz aurática del arte, también con ello socavaban los restos 9dede1927. del realismo fotográfico. Demostrando su urgencia por romper con el encorsetamiento del verismo del medio y sus tradiciones documentales. El cuerpo sobre la emulsión no era de sangre y hueso, sino una representación. Fotógrafos con alta conciencia de autores. Ya no más un espejo con memoria. Apenas un espejo. La visión del cuerpo femenino fue un espinoso asunto para el pictorialismo. Los ingleses rechazaron el desnudo en nombre de una decencia victoriana. Pero los franceses idealizaron el cuerpo desnudo asociando la «sensualidad» a la «belleza». Ni qué decir que el desnudo mascu‑ lino fue rechazado por todos los clubes y la red editorial tejida por los pictorialistas, por considerarlo obsceno e indigno de un artista, si bien en la trastienda los efebos homoeróticos de von Gloeden se vendían bastante bien. 33 Seguramente que hubo algunas copias de los desnudos de 247 Luis Márquez, que aún permanecen ocultas. Ya las veremos.