Tríptico de sombras. Carlos A. Córdova

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vuelta gobierno». Los sombreros, la moda de París, la desintegración de la Pax porfiriana, la disolución de la añosa aristocracia –un ascenso y una metamorfosis recientes– agrupada alrededor de algunos apellidos clave, el asesinato político y el establecimiento del Maximato. El retrato de aparato es un ejercicio imperial, cuya tradición se remonta, cuando menos, a los tiempos virreinales. El retrato pintado del Rey que se descubría entre el tañido de las campanas, el tronar de la fusilería y el coro de cañones bajo un gran dosel de terciopelo, tanto estruendo sólo para que los súbditos le juraran fidelidad a una representación. 20 La imaginación del retrato es una construcción retórica. Habría que poner en crisis a la propia historia de la fotografía –entendida como un espacio cognitivo selectivo y secuencial– para mostrar a las imágenes en el terreno resbaloso de los estudios sobre cultura visual. Apostar por lo invisible para el arte: los anuncios, los retratos, la gestualidad política. De ahí se podrían sacar nuevas relaciones con esos pequeños objetos de papel llamados fotografías y el afiebramiento del artista en el contexto de la historia de las imágenes. El significado de lo público y lo privado, y la conversión de artefactos culturales en objetos de contemplación estética. No hace mucho que la fotografía funcionaba en el ámbito de la memoria-fetiche, preservando los rasgos amados. Hoy los rostros de toda clase de políticos cuelgan por las calles como argumento electoral. Si bien lo que se observa son los desastrosos efectos del bótox y la cirugía plástica, entre otras sesudas hechuras de los «asesores de imagen». Ya lo intuía Jean Cassou: «El signo reemplaza al objeto». Silva será el artista. Visitarán su estudio escritores, pintores y toda clase de intelectuales. Pero también fue tentación para los políticos. Si José Escudero y Espronceda pintó una treintena de retratos del longevo general Díaz, es porque no había nadie más a quien retratar. En cambio a Silva le alcanzó el tiempo para hacer tres retratos de presidentes de la República. Pasajeros. El de Álvaro Obregón de pie junto a la peleada silla, otro con Emilio Portes Gil y un estudio de las bruscas facciones de Plutarco Elías Calles. 21 «El retrato me observa», razonaba André Pessel, y es que existe afinidad entre los términos persona y personaje. Ambos comparten etimología: la máscara sobre el escenario (hipersonare), si bien el nuevo escenario son las páginas impresas. Al diputado Jorge Prieto Laurens (quien era candidato a gobernador en San Luis Potosí y cabeza del Partido Nacional Cooperativista) no intenta monumentalizarlo, ni elevarlo a escultura política. Lo de Silva no es precisamente agitar la matraca y alzar la pancarta. No vende verdades. Toma partido por una vanguardia anti- 191


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