Gabriel Figueroa y Juan Rulfo douglas J. Weatherford
En una conocida fotografía, Gabriel Figueroa abraza a juan rulfo y mira hacia la cámara con confianza: se nota que Figueroa se siente tan cómodo frente a la cámara como detrás de ella; por el contrario, rulfo —cuya timidez era notoria— evita la mirada de la lente y se separa sutilmente del abrazo de Figueroa. Esta imagen es testigo de una colaboración breve pero significativa que existió entre dos de los artistas mexicanos más renombrados del siglo xx que fueron, en muchos sentidos, muy distintos. Gabriel Figueroa era un individuo extrovertido y prolífico que participó en la creación de más de doscientas películas. juan rulfo era más bien introvertido y publicaba poco. A pesar de sus diferencias, estos dos hombres dejaron legados creativos que cambiaron el destino del cine y de la narrativa en México; y aunque sus trayectorias profesionales coincidieron apenas tres veces, su colaboración representa un atractivo e importante capítulo para las carreras de ambos.
dos visiones de México: La escondida si no se conocían antes, Gabriel Figueroa y juan rulfo se habrían encontrado por primera vez en noviembre de 1955, cuando los dos llegaron a la hacienda de soltepec, en el estado de Tlaxcala, a la filmación de la película La Escondida, que se realizaba bajo la dirección de roberto Gavaldón. Gavaldón y Figueroa ya habían trabajado juntos en otras películas y eran dos de las figuras más influyentes en la industria cinematográfica nacional. Por su parte, juan rulfo era, a finales de 1955, un escritor al borde de la fama. Publicó El Llano en llamas dos años antes, pero Pedro Páramo apenas había llegado en marzo a las librerías. La acción de La Escondida se ubica durante la revolución mexicana y Gavaldón invitó a rulfo, como aclara Alberto Vital, “a supervisar que la historia estuviera lo más apegada posible al sentido histórico y no lo desvirtuara”.1 El autor no era una persona anónima en el set de La Escondida. Un artículo periodístico de la época indica, por ejemplo, que Pedro Armendáriz y María Félix le habían comentado a rulfo que tenían interés en protagonizar la adaptación de su novela recién publicada.2 Es posible, sin embargo, que al cumplir su responsabilidad en la supervisión histórica, el autor no haya sido una figura muy visible ni importante en el set. Por cierto, el propósito
Gabriel Figueroa y Juan rulfo. archivo Gabriel Figueroa. izquierda: Juan Rulfo. El actor Pedro armendáriz durante el rodaje de la película La Escondida. Hacienda de Soltepec, tlaxcala, México, 1955. Fundación Juan rulfo, a.C.
páginas anteriores: Vista de la hacienda tetlapayac en un still de la película Pedro Páramo, adaptación fílmica de la novela homónima de Juan rulfo, dirigida por Carlos Velo. El casco de esta hacienda sirvió, en 1931, como locación del episodio Maguey de ¡Que viva México!, película inconclusa dirigida por Sergei M. Eisenstein y fotografiada por Eduard tissé. Hidalgo, México, 1966. Colección Fundación televisa.
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