gramática de algunos directores y a la fotografía de Gabriel Figueroa. De todo ese movimiento que surge en los años veinte hay dos libros que merecen atención, porque vienen a ser una especie de recuento testimonial de lo sucedido en esa década. Aunque más inserto dentro de lo social y lo político, Mexico and Its Heritage, de Ernest Gruening, publicado en 1928, se convirtió en una fuente imprescindible para comprender al México de la posrevolución. Lo relevante es la inserción de las imágenes ahí publicadas que poseen ecos con las resoluciones de la mancuerna Fernández-Figueroa. Por sólo mencionar dos, he ahí los vínculos de Las soldaderas de orozco, en la Escuela Nacional Preparatoria, con el final de Enamorada (Emilio Fernández, 1946), cuando las soldaderas parten con sus hombres; o el fusilamiento en Flor silvestre (Dolores del río implorando la salvación de su marido, mientras que, en otro plano, se verá en perspectiva a la soldadesca) nada menos que a la par misma de El fusilamiento (1928) de Leopoldo Méndez, una pintura reveladora de cómo un cuadro pudo conjuntar una escena que después se desplegaría en una secuencia cinematográfica.53 Pero hay aquí una genealogía más directa, con distintas ramificaciones, en un libro que se volvió fundamental para la construcción de una nueva visualidad sobre lo mexicano (en especial sobre la muerte). Ése fue Idols Behind Altars, publicado por Anita Brenner en 1929.54 y el cual, no por nada, formó parte de la biblioteca personal de Gabriel Figueroa. Este libro ya ha sido ampliamente analizado en sus contenidos,55 pero escasamente en la repercusión que sus imágenes tuvieron para el cine. Imágenes que provienen de pintores y grabadores mexicanos y, sustancialmente, de fotógrafos (Weston y Modotti, contratados para hacer todas las fotografías del libro). Fue Eisenstein precisamente quien reparó en él para apoyarse en la creación de su película incompleta. “sergei Mijailovich —escribe su biógrafa Marie seton— sabía lo que estaba buscando. Encontró su idea clave en el libro Idols Behind Altars [Ídolos tras los altares] de Anita Brenner. Fue este libro el que cristalizó su sueño de un filme mexicano”.56 y esto se hace evidente cuando de sus páginas retoma Entierro de un obrero de siqueiros, un fresco incompleto y lapidado en la Escuela Nacional Preparatoria que Brenner rescató para su libro.
tina modotti / edward Weston. reprografía del mural de José Clemente orozco revolucionarios (1923), ca. 1926. archivo anita Brenner. Cortesía Susannah Glusker.
Videograma digital de la escena final de Enamorada (Emilio el Indio Fernández, 1946).
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