TODOS SOMOS
TALIBANES ~':
Apuntes sobre el circo y un poema de Yannis Ritsos
Maurizio Buscarino
Los Togni son una familia de tradición: Livio es hijo de Darix Togni , famoso en los años 50, 60 y 70, domador de leones, desgarrado varias veces por ellos, hoy muerto. De toda la familia, Livio es el personaje más respetado. Tiene un circo grande, es domador de tigres y, en estos años, senador por el partido comunista. En I989 me llamó para que fotografiara su espectáculo Florilegio (un retorno a los orígenes del circo: con animales, domadores, payasos, acróbatas, pero con carromatos de madera, ambiente de principios de siglo , tragafuegos y lanzadores de cuchillos, atmósfera felliniana, etc ), y todo lo necesario para una larga gira por varios países de Europa . Pasé con ellos cuatro o cinco días . Me ofrecieron un carromato para pasar la noche, pero al alba fui a decirl e a Livio que me iba a un hotel. No podía dormir por .el olor impres ionante a salvaj e, inimaginable para quien no lo ha experimentado, pero, sobre todo, porque sentía el aliento y el rugido de los tigres a veinte centímetros de la almohada, justo del otro lado del tabique. Ese aliento se me metía como un trueno sordo e ince ante en el vientre, me hacía sentir la s tinieblas de mi carne. No aguanté, comprendí que soy un ser pequeño y frágil. A la mañana siguiente asistí al parto de la Camella. El parto fue laborioso, dramático, y terminaría mal porque la cría no sobreviviría. La gente miraba con curiosidad, pero me parecía que no entendía, como si, en una especie de automatismo, tradujese inmediatamente en "poesía" todo lo que veía. Yo miraba a la Camella expulsando ese Ser Ajeno. Un papá le decía a su hijo: ¿Ves cómo nace un camellito? En esa época había muchas controversias, s"bre todo por el uso de los animales, y Livio trataba de mostrar el circo desde la ventana de lo antiguo. Ahora se habla de un Nuevo Circo, manejado por multinacionales del espectáculo, que relegan a las viejas familias circenses a un ám bito prim itivo y provinciano. En es te Nuevo Circo desaparecen los esclavos, animales y humanos, y la "crueldad" de la exhibición se ve transfigurada y sublimada bajo las formas más aceptables del teatro , de la danza y de la abstracción; formas televisivas y ya no talibanas. Los talibanes son ésos que en su circo juegan a la pelota, a Caballo, pero en vez de la pelota usan una Cabra. La pelota es la sublimación, la transubstanciación de la Cabra. Los circos de todos los tiempos son el lugar donde el hombre pone en juego su crueldad, hasta el último día, su poesía. También la Misa es un circo. En la mirada de esa Camella tal vez haya alguien que se le acerca para tocarla con un signo terrible e inexplicable:
" Le preguntamos a Maurizio Buscarino cómo habían surgido sus fotografías sobre el circo. Ésta es su re spuesta.
102