me apoyaba cubriéndome con algunas horas de guardia. En la DIP tenía el apoyo. Siempre me llevé bien con toda esa gente, pero el ambiente no me agradó, no me agradó andar retratando calaquitas, atropellados, choques, incendios y todo eso. Afortunadamente logré retirarme del ambiente a los tres años”. En 1971 comenzó un período de vértigo, en que Fidel Rodríguez sostuvo una intensa colaboración con El Halcón y otras publicaciones de OEPISA. “Fue viajar como loco, a veces en avión, a veces por carretera en el vehículo de la empresa... En 73, 74, le metíamos cada año cien, ciento diez mil kilómetros a la guayin en la que andábamos. Los viernes, al final de la función de la Arena México salíamos corriendo a los talleres Zaragoza, donde se imprimía la revista. Mientras Héctor Valero hacía la crónica, yo me ponía a revelar –usaba químicos para kodalite, diluidos para mi material de 400 ASA, que yo elevaba a 800. Me daba una calidad fabulosa–. A las doce y media, una de la mañana, terminábamos el cierre de la revista. De ahí, córrele a Guadalajara. Llegábamos a las siete, ocho de la mañana. Dormíamos tres horas y a las once ya teníamos cita con el papá de Los Huicholes –que tenía un gimnasio– o con el Diablo Velazco de la Coliseo de Guadalajara. Nos traíamos quince reportajes, fácil. Era uno tras otro. Los hacíamos en Tlaquepaque, Chapala... La idea era hacer el reportaje humano del luchador; siempre contando cómo vivía, qué le gustaba, qué no le gustaba, en qué se divertía. si era supersticioso o no... Un poco de chismorreo. También cubríamos la función de box. El equipo éramos Héctor Valero, Nicanor Aguirre y yo. De Guadalajara nos seguíamos a Monterrey para cubrir el futbol y la función de lucha libre de la Monumental. Luego, córrele a México para estar el lunes con quince, veinte rollos. Un vaporazo, y a la primer entrevista. Martes en la Coliseo, miércoles en el box, jueves la Arena Isabel de Cuernavaca, y viernes otra vez en la México. No teníamos tiempo para la familia ni para portarnos mal. La verdad se ganaba bien como free lance de las revistas, mejor que en los periódicos. Así estuve hasta el 77, en que ingresé a Novedades, donde duré 17 años [...]. Y también era muy absorbente. Entré a deportes, pero hice de todo. Cubrí otra vez policía... Religiosas, diplomáticas, presidencia, las cámaras. Cubrí cuatro campañas presidenciales: desde la colita de Echeverría hasta Colosio. Tres semanas antes del asesinato de Lomas Taurinas renuncié a Novedades,
Fidel Rodríguez. Los Demonios Azules, padre e hijo. Arena Coliseo de Monterrey, Nuevo León, ca. 1988. Col. Christian Cymet. Derecha: Tarjeta de Año Nuevo diseñada a solicitud de Blue Demon, ca. 1986. Col. Christian Cymet. 228
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