Gardenia
y los exóticos
¿Dónde es que tuvo tal inspiración? Ese sistema de rizar la melena, perfumar toda la piel, desinfectar a su adversario, declarar públicamente la guerra a los microbios y el amor a las orquídeas, tiene un antecedente en México: Dizzy Davis, ¡Gardenia! Sus campañas en 1941 y 1942 equilibran en la noticia el triunfo y la derrota, pero hay algo humano, algo insolente, que escapa a los records. El gesto de Gardenia constituye un ensayo del odio. El menosprecio del texano. La discriminación llevada con teatral montaje a un ring. Se acompañaba del ayuda de cámara. Repartía gardenias a las damitas. Escupía a los hombres. Bañaba en flit al adversario... Las luchas apasionantes de Gardenia, las que más perduran en la memoria, las que consagran al luchador exótico, son aquellas extremosas en cursilería y desdén. Al Charro Aguayo, entre irónico y gracioso, le rociaba la epidermis de flit. Y el Charro le respondía, un poco desgarbado, a golpes. Era la fuerza polémica la que se encendía en las tribunas. A Gardenia le vejaban (¡maricón, maricón!), y por Aguayo hablaron las agallas, los puños de macho. Extracto de “Exótico petulante y aristócrata: Gardenia Davis”, edición especial anual de Arena de Box y Lucha: Historia de la lucha libre en México, tomo I, 1967, pág. 60.
Autor no identificado. Dizzy Gardenia Davis, pionero de los Exóticos en la lucha libre mexicana. Fotomontaje difundido a mediados de los años cincuenta. El retrato original fue realizado a principios de la década anterior. Col. Christian Cymet. Arturo Ortega Navarrete. El luchador texano Gardenia Davis y su valet. Redacción de la revista Zas! Ciudad de México, ca. 1952. Centro de Colecciones Arturo Ortega Navarrete, A.C. 148
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