partes cubierto de estrellas y lila Luna en la cuadratura y en el corazón del León que demoraba al Ocaso, y más adelante Venus defalcada". Un aire frío y destemplado, como de invierno, se hizo presente minutos antes y hasta minutos después de que transcurriera el eclipse, apuntó Sigüenza en la carta-relación remitida a Madrid. Enfriamiento, según él, en alguna medida relacionado con el otro fenómeno que vino a ensombrecer, luego de las excesivas lluvias, el ánimo de los labradores: la plaga del chiahuiztli -el vocablo mexicano con el que eran designadas esas l/manchas prietas y pequeñísimas como las que dejan las moscas", parecidas a lo que en España llamaban pulgón- que había atacado a los maizales y se había cebado, sobre todo, de las espigas del trigo, a las que había vaciado de sus granos. ¿ Quién duda haberse originado nuestro chiahuiztli -se preguntaba el sabio novohispano- así de las muchas aguas del mes de julio, como de las nubes y neblinas casi continuas y de la calma que siempre se hallaban al eclipsarse el Sol, se siguió el que así, por razones de resfriarse la tierra por esta causa, mucho más sin comparación de lo que ya estaba, como por suceder aquél en el signo de Virgo, donde está la espiga (razón según Messahalac para que se pierdan los trigos), llegase la fatalidad del año a su complemento?" Con un distinto tipo de anteojo al que utilizó para contemplar al sol oscurecido, con la atención puesta no en lo distante sino en lo pequeño, Carlos de Sigüenza y Góngora quiso saber de qué estaban hechas esas manchas que abrasaban a los trigales cual si fueran fuego. El microscopio le permitió descubrir que el chiahuiztli era l/un enjambre de animalillos de color musgo, sin más corpulencia que la de una punta de aguja y que sea sutil; tiraba su 1/
Formas de bacilos, ca . 1931. Diapositiva montada en vidrio uitilizada por el biólogo Enrique Beltrán en sus cursos y conferencias. Aumento 1: 1000. Archivo Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables.