verdad por ella representada? La apariencia de las cosas no se forma sólo con los reflejos del objeto frente al objetivo, sino también con nuestra percepción de ese objeto. Hay un mundo que no es reflejado por el espejo: fantasmas, vampiros y seres (¿imaginarios?) que no pertenecen al mundo donde el objeto tiene una forma reproducible. Pero en cierta medida, hoy, algunas técnicas nos permiten obtener imágenes virtuales, espectros visibles, espacialmente presentes , pero que no ocupan un lugar en el espacio. Las imágenes virtuales tienen un aspecto fantasmático , irreal : su apariencia tridimensional es soportada en un plano bidimensional, ya sea de la placa holográfica o de la superficie del monitor. La analogía natural es el espejo, una superficie plana, a través de la cual entrevemos un espacio más allá de ella. La producción actual de las imágenes virtuales se desarrolla principalmente en dos campos: en la holografía y en la realidad virtual, la una a través de la modulación de la luz sobre una superficie expuesta frente al objeto, y la otra a través de la simulación, posible gracias a los potentes equipos de cómputo hoy existentes. Esta apariencia fantasmal aparece en toda su evidencia a través de la técnica de la holografía, desarrollada por Dennis Gabor, un físico húngaro, en 1947. El holograma es producto de una tecnología sorprendente, no sólo desde el punto de vista de su obtención, de su tecnología, sino también de su apariencia y de las propiedades intrínsecas de la imagen generada. El espectro, el fantasma (no es fotografía, no es objeto, no es imagen) quiere ocupar un espacio, salirse del plano sobre el que se encuentra codificado. Y a la vez, una placa holográfica contiene la información para la formación del fantasma, en todas sus partes:
Holograma tridimensional, impreso en poliéster. Méx ico, 1987. Producido por Hologramas de México.
un cambio completo en la obtención, ya no de imágenes, sino de espectros. El objeto no es reconocible a simple vista sobre la placa impresionada, y si ésta es dividida, cada parte contiene una imagen completa. El objeto es "rodeado" por las ondas de luz que producen una interferencia, la que, captada en la placa fotográfica, y observada bajo la misma inclinación de la luz con la que fue impresionada, produce una imagen virtual del objeto. Creo que con la holografía se dio un paso hacia el distanciamiento de la interpretación de "la realidad" a través de imágenes bidimensionales, y que la virtualidad, ahora tan cercana gracias al desarrollo del cómputo gráfico, nos aproxima a lo que será una nueva interpretación de la realidad o de la fantasía, ya no a través de imágenes, sino de fantasmas.
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