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Manifestación convocada por CCOO y UGT en Burgos por la Democracia. RICARDO ORDÓÑEZ-ICAL

BURGOS ESPERA A UN 2023 MARCADO POR LA INCERTIDUMBRE

Los burgaleses afrontarán en mayo unas elecciones municipales que decidirán en muchas alcaldías el signo político que marcará el devenir ciudadano hasta 2027

ANTES DESPUÉS

SONRÍE CADA DÍA

Manifestación de VOX pidiendo la dimisión de Sánchez. R. ORDÓÑEZ-ICAL

Si hay algo evidente que se deja entrever al asomarse a 2023 es la incertidumbre en dos vertientes estrechamente relacionadas, la política y la económica. Lo único que parece claro es que en mayo los burgaleses acudirán a las urnas y que tal vez muchas alcaldías cambien de signo a partir de las elecciones. En el caso de Burgos capital, que el socialista Daniel de la Rosa se mantenga o salga de la Alcaldía dependerán dos factores clave: la capacidad de Vox de obtener un resultado que le permita ser bisagra para un gobierno de coalición y la supervivencia de Ciudadanos y Podemos. Pero de momento la corriente nacional le da más papeletas al PP, pese a que no hay aún un candidato en firme para Burgos.

En otros municipios como Miranda de Ebro donde se presenta de nuevo la socialista Aitana Hernando no parece tan probable que se produzcan grandes cambios en el Ayuntamiento. En Aranda de Duero el cóctel tiene más ingredientes. Con la ‘popular’ Raquel González, que cumplirá 12 años consecutivos de mandato, un equipo de Gobierno sin proyecto ni ideas que se ha mantenido los últimos cuatro gracias a Ciudadanos y a Vox, no está tan claro que sean capaces de revalidar el resultado en mayo.

En un contexto como el actual, los vecinos de la provincia de Burgos parecen bastante poco ilusionados con la convocatoria electoral. Máxime después de las idas y venidas con el Gobierno PP-Vox de la Junta de Castilla y León, una oposición adormilada y con el clima crispado que se respira en el conjunto del país y que tiene su epicentro en el propio Congreso de los Diputados y en el seno del Ejecutivo de Sánchez, con el jaleo en el que está sumida la izquierda a su izquierda.

Sea como fuere, el 28 de mayo se votará, como poco, para las elecciones municipales. Eso si no hay sorpresas de última hora de quien cree que del agotamiento de meter una y otra vez la papeleta en la urna, puede otorgar una mayoría suficiente.

Al margen del juego de tronos hay otra clase de incertidumbre que afecta de forma más directa a los bolsillos y al ánimo de los burgaleses. La inflación. Con los precios disparados muchos ya están haciendo malabares para pasar la Navidad. La Comisión Europea estimó que los precios crecerían hasta superar el 8 % en 2022 y prevé que la inflación disminuirá hasta el 4,8 % a lo largo de 2023. En Burgos este contexto amenaza la viabilidad de algunas empresas y son varias las que se encuentran en pleno proceso de ERE o con un expediente de regulación en el horizonte. Todo ello mientras Bruselas advierte de que Europa entrará en recesión en el año que entra. Veremos.

Una cosa está clara, al menos podremos seguir disfrutando del fútbol en Burgos. Si el equipo de Calero no decae en la segunda vuelta, el 2023 promete ser un año de alegrías en El Plantío y por lo menos soñar, ¿por qué no?, con un ascenso a Primera División. Porque soñar a lo grande no tiene nada que ver con la inflación.

provincia de Burgos

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