Buk13

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SUMARIO

Selector de frecuencias {SF} ......pag 4 01 {Literatura} ...pag 5 02 {Cine}...pag 13 03 {TV } La TV es nutritiva ...pag 14 04 {Teatro} ...pag 18 07 {Música} ...pag 20 Espacio artistas visual - Pablo El Ligre ..pag 22 Exposiciones: Cristina Lucas ...pag 30 Páginas centrales : Cine + entrevistas....pag 32 Me dijiste cántame: Jason Isbell ....pag 40 Eventos literiarios: La muchacha indecible ...pag 42 Crónicas de una madre imperfecta ...pag 44 El último pasajero del Nostromo: Henretta Swan ...pag 46 Detrás del Telón : Juanjo Millás ...pag 48 No es que sea mala......pag 46 En cualquier otra parte...pg 56 Metkres..pag 58 Mapa Buk ...pag 52 Publicidad en Buk...pag 53

BUK13 Equipo: Redacción y Colaboración: Pedro Álvarez Molina, María Asuero, Daniel Bermúdez Castro, Olga Besolí, Elena Fernández-Orellana, Saúl Ibáñez, Daniel Martín Reina, Mektres, Diana P. Morales, Pablo Navarro, Trinidad Sepúlveda, Belén Vázquez López-Escobar, Juan Vera Sugrañes, Alonso Zaragoza Diseño y Maquetación: Mariola Fernández Raposo y Eva María Espejo Barea. Comercial: Marta Neria. Social Media Manager: Carmen Grimaldi. Editora: Diana P. Morales cif: 28743662X. Editado en Sevilla. ISSN 2340-9606


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de frecuencias

(Buk) LITERATURA 01 CINE 02 TV/ SERIES 03 TEATRO 04 DESARROLLO PERSONAL 05 NOVELA GRÁFICA 06 MÚSICA 07 Hemos degustado estos libros,

películas y series de actualidad y así te lo contamos. Déjate arrastrar por las ondas, seguro que encuentras algo en tu misma frecuencia.


(lit 01) La Noche del Morava

Peter Handke EDITORIAL Alianza Buk 5

De Numancia a Samarcanda, tejiendo, destejiendo y entretejiendo narradores durante una noche mítica, emprendemos junto a Peter Handke (Austria, 1942) un «viaje circular» «en zigzag» al interior del autor — onírico deambular simbólico por su propia biografía y su evolución literaria, por los nacionalismos y la idea de Europa—, cuyo Infierno abarcador discurre, tan contemporáneamente, a través de sí mismo. Un navegar a hombros de «los predecesores», de Homero a Dante, o Goethe —pero también Simenon y Teresa de Ávila—, de quienes Handke se confiesa «sucesor, repetidor, enlace». Y, ¿por qué no?, desde Saturno al Danubio, este «viajero» anhela «segundos de temblor» que conjuren «un peligro» que amenaza la soledad del «caminante» (¿una mujer, «la extraña», se podría decir?) entre ruinas, ruido y silencio. La noche del Morava, «posponiendo esa narración», dispone un relato demorado que también reflexiona sobre la capacidad del lenguaje para expresar lo indecible, consecuentemente repleto de interpelaciones varias, interrupciones, aclaraciones (¿o tal vez sean precisiones?), e hipertrofiado de paréntesis, rayas e interrogaciones cuya oralidad épica —«dilo y escríbelo»— susurra con el aliento clásico de la gran literatura, en cuyo vaivén poético resuenan «objetos intemporales»: «un badajo», «un banco», «una silla solitaria indefinible»… y las estrellas. Juan Vera


(lit 01) Cuadernos del Nómada

Francisco Basallote Anantes Gestoría Cultural

Buk 6 Para alguien como yo, que no acostumbra a leer poesía, la lectura de este libro resulta una sorpresa muy gratificante, de las que acercan al género y dejan con ganas de más. No en vano, su autor, un vejeriego (esa tierra que tanto me gusta), ha recibido todo tipo de premios y reconocimientos a su labor creativa. El hilo conductor es un viaje literario por escenarios nacionales e internacionales con un marcado aire mediterráneo, en el que la naturaleza es protagonista y donde aparecen, salpicadas, referencias mitológicas y culturales que, a modo de postales, nos trasladan temporalmente a los lugares evocados. Es también el relato nostálgico de una mirada pausada y madura, rico en imágenes plásticas y sensoriales. Hay algo cercano en su estilo pulcro, sutil y emocionado. Encontramos ecos de Machado, pero también de los poetas del 27: Tanta blancura entre verdes pinsapos es gloria pura. Además de poeta, Basallote es aparejador, pintor y acuarelistay ha ilustrado algunos de sus libros de haikus; un amplio bagaje que se refleja en la fuerza expresiva de estos poemas tan perfectamente construidos, donde la rima se ausenta y la estrofa se evapora para dar paso a un mensaje fugaz, a una emoción genuina y única.

Belén Vázquez López-Escobar


(lit 01) Los extraños

Vicente Valero Editorial Periférica

Cuatro relatos, cuatro familiares, cuatro extraños. Vicente Valero, poeta y ensayista, en su brillante debut narrativo nos presenta desde una habitación con vistas al puerto de Ibiza a estos cuatroexcéntricos y enigmáticos individuos, cuya extrañeza emana no sólo de la lejanía material o temporal sino de su itinerario vital elegido que se aparta del espacio de la familia común. El autor se convierte de este modo en protagonista yse sumerge en una maraña de recuerdos narrados, recorriendo los paisajes de la memoria con el siglo XX y alguno de sus acontecimientos más importantes como escenario; a lo largo de las cuatro historiaspresenciamos la transformación de la isla pitiusa, la Segunda República o la Francia de los exiliados. Consigue desentrañarla identidad de esos cuatro parientes desconocidos por diferentes circunstancias, personas que se alejaron de su familia y de los convencionalismos persiguiendo sus sueños y ambiciones. En su memoria e imaginaciónya desde la infancia se formaron los perfiles de estos personajes que sobrevivieron al olvido por su singularidad y su idiosincrasia, y desencadenaron la creación de este libro. Entrañables narraciones ornamentadas con una espléndida gama de matices que nos animan a zambullirnos en la memoria ajena, y en la nuestra misma, para descubrir todo un universo de extraños porque “todas las familias tienen sus extraños” Trinidad Sepúlveda


(lit 01) ES UN DECIR

Jenn Díaz Editorial Lúmen

Es un decir es la cuarta novela de una de las escritoras más señaladas de la novísima narrativa española, Jenn Díaz, quien pese a contar con apenas veinticinco años ostenta una prolífica carrera que parece haber dado un salto de calidad tras firmar con la prestigiada editorial Lumen. La historia de Mariela, una escuálida niña de once años impelida a forjar su identidad mediante la narración de los acontecimientos familiares sucedidos a raíz del asesinato de su padre (víctima, uno más, de la contienda fratricida que asoló España en los década de los treinta) se torna en un desesperado intento de no dejarse raptar por la demencia, pese a los reiterados golpes de infortunio a los que se ve sometida (algo nada infrecuente para toda la generación a la que pertenece la protagonista). Su incesante búsqueda de la verdad hace que, frente a las habladurías, secretos y medias mentiras (de ahí el redundante “es un decir” del título) que rodean su corta existencia, oponga la certidumbre de una texto construido por soliloquios y pequeñas conversaciones hurtadas a las que la protagonista se aferra como único medio de conseguir consistencia y constancia vital. Sin lugar a dudas esta obra se muestra como un ejercicio de autoafirmación literaria en el proceso de búsqueda de una voz propia, puesto que la autora barcelonesa bebe de unas fuentes nada estimadas en la literatura española de la postmodernidad: ni más ni menos que la generación literaria de postguerra (Matute, Delibes, Laforet), salpimentado este legado, ahora bien, con la influencia de escritoras tan atinadas como Alice Munro o Clarice Lispector. Resultará más que interesante seguir la trayectoria de esta escritora firmemente decidida en forjarse una carrera literaria y que, con novelas como la presente, va adelantando los pasos acertados en pos de tan envidiable fin. Pedro Álvarez


(lit 01) Ánima

Wajdi Mouawad Ediciones Destino

Si tuviera que definir la novela «Ánima» del exitoso dramaturgo canadiense de origen libanés Wajdi Mouawad en una única palabra, ésta sería Bestial, en su concepción más metafórica y a la vez más literal. Porque esta novela, galardonada con el Prix Méditerranée, el Grand Prix Thyde Monnier y el Prix du Deuxième Roman, no es sólo una original narración a muchas voces, pertenecientes todas ellas a las bestias y animales que se cruzan en el camino de Wahhch Debch mientras éste persigue al asesino y violador de su esposa —no por sed de venganza, sino por pura necesidad—. También se trata de un relato —tan crudo, oscuro e impenitente como la naturaleza misma— que nos abre las puertas al reconocimiento de la bestia que yace agazapada en el interior de todo ser humano y que pugna por liberarse. Leyendo «Ánima», uno es testigo de terribles verdades, en las que hombres y animales se asemejan en comportamientos, instintos y alma; donde lo humano y lo bestial se mezcla y se confunde. Impactante desde la primera hasta la última página. Olga Besolí


(lit 01) El sueño de un hippie

Neil Young Editorial Malpaso

La vida de Neil Young está llena de idas y venidas, de quiebros y escapadas hacia delante. Esto queda patente en su discografía, repartida en sus diferentes encarnaciones musicales: Buffalo Springfield, CSNY, Crazy Horse, etc. Son proyectos en los que el canadiense ha entrado y salido, que se han solapado en el tiempo y que revelan a un artista inquieto y poliédrico, el hippie psicodélico y el roquero de camisa de leñador, el country y la distorsión perpetua. Por ello, no sorprende que, en sus memorias, Young nos narre su vida de la misma forma que ha abordado su labor musical. No estamos ante una autobiografía, no es una historia ordenada, sino ante el deambular de la mente de un músico que no piensa en conclusiones y ni en el retiro. Los capítulos del libro se adentran el pasado, sí, pero también en el presente, en los proyectos en los que Neil sigue trabajando cada día para hacer del mundo un lugar mejor (el coche eléctrico Lincvolt y Pono, el nuevo reproductor digital que ha de traernos de vuelta la calidad de la música grabada). Pero quizás lo más interesante de este libro es su carácter testimonial, la voz viva lúcida de un testigo de momentos irrepetibles que hicieron de la música lo que es ahora.

Saúl Ibáñez


(lit 01) Alan Turing. El pionero de la era de la información

B. Jack Copland Editorial Turner

Coincidiendo con el centenario de su nacimiento en 2012, la Editorial Turner publicó esta estupenda biografía de Alan Turing, que finalmente se tradujo al español el año pasado, y que está escrita por uno de los mayores expertos mundiales de su figura, Brian Jack Copeland, profesor de filosofía en la universidad neozelandesa de Canterbury. Nacido en Londres en 1912, Turing es considerado en la actualidad el padre del ordenador moderno y pionero de la inteligencia artificial. Durante la Segunda Guerra Mundial, ayudó de forma decisiva a descifrar las comunicaciones del ejército nazi. Pero una vez terminada, sus logros fueron silenciados y acabó cayendo en desgracia al conocerse su homosexualidad. Finalmente, murió en extrañas circunstancias en 1954, cuando apenas contaba con 41 años. Además de repasar los logros de la breve pero brillante vida de Turing (uno no deja de asombrarse ante la cantidad de sus aportaciones fundamentales), el libro nos permite conocer también al Turing más íntimo: introvertido, solitario y poco dado a seguir las convenciones sociales. Un verdadero friki de la época. Si quieres saber por qué se considera a Turing como una de las mentes más brillantes del siglo XX, y de paso conocer el origen de buena parte de la tecnología que nos rodea en la actualidad, no dejes pasar la oportunidad de leer este libro. Daniel Martín Reina


(lit

01

Infantil) Este cuento nos acerca a la vida de Jamela y de los habitantes de su pueblo. Con mucho humor y ternura, narra una travesura infantil, las consecuencias que tiene, y el final feliz, pero inesperado, que mantendrá al lector alerta hasta la última página. La literatura multicultural, donde se enmarca esta obra, es aquella que intenta promover valores tales como el respeto, la tolerancia, la diversidad y la igualdad. Lejos de estos objetivos, la mayoría de los libros considerados multiculturales son, hasta la fecha, herederos directos de esa imagen precolonial y colonial que se proyectó en occidente hace décadas. Sin embargo, El vestido de Jamela logra romper con este legado. Es, una obra culturalmente auténtica, que además de realzar las diferencias (como el color de la piel, los estampados de las telas o la lengua), desarrolla una temática universal, promoviendo aquellos elementos comunes a todos los seres humanos (como la relación entre Jamela y su madre, desde el amor y la felicidad hasta el conflicto y la culpabilidad). Nos encontramos, pues, ante una obra a favor del multiculturalismo, donde el autor, desde un tradicional desarrollo de introducción, nudo y desenlace, se salta los estereotipos repetidos de muchas obras sobre África. Lo importante aquí no es enumerar un largo listado de elementos culturales, desvirtuados, que sitúan a los personajes africanos en una posición de inferioridad. Aquí, el lector, occidental o no, situará a Jamela y a su entorno en un plano de igualdad: una niña con amigos, con una mamá, que vive en un pueblo, que tiene un problema, y que éste se soluciona. África, afortunadamente, se libra de ser mostrada como un lugar al que observar desde el exotismo que la convierte en un auténtico zoológico humano, para mostrarse, simplemente, como un lugar en el mundo.

El vestido de Jamela

Niky Daly

María Asuero

EDITORIAL Intermón


(Cine02)

OCHO APELLIDOS VASCOS La película ha traspasado las fronteras de las salas de cine para convertirse en un auténtico fenómeno so-ciológico. Se habla de ella en cualquier corrillo, entre cafés y cervezas, y ha tenido la virtud de haber conectado con los espectadores, con las personas. La experiencia de compartir las risas y los aplausos durante la proyección de la película en una sala de Sevilla vale de por sí el precio de la entrada. Una cinta complaciente y sin más pretensiones que hacer pasar un muy buen rato, pero que se atreve a parodiar sin ofender algunos asuntos espinosos, como el del terrorismo vasco. Borja Cobeaja y Diego San José, guionistas de la película, han sabido ridiculizar los tópicos que nos separan con unos diálogos llenos de ingenio y una trama que entretiene en todo momento. Y eso la gente, que no es tonta, lo ha entendido. Ha acudido a los cines en masa. Ha acudido en masa en el Sur y en el Norte, en el Este y en el Oeste. Me queda como reflexión que el cine no ha dejado de interesar a las personas de este país y que más allá de estatutos y de diferencias superficiales nos hemos puesto de acuerdo en una cosa: tenemos ganas de ir al cine a reírnos y sí es de nosotros mismos mejor. Daniel Bermúdez


( TV 03) LA TV ES NUTRITIVA …porque las series son el nuevo cine. Diana P. Morales

PROBAMOS BOCADO: Buk 14

PREY (NUEVA) Analizamos el piloto de una nueva serie y os contamos qué tal. ¿Cómo se distingue una serie británica? 1. Los actores no son guapos, son tipos corrientes. 2. La mayoría de las actrices tienen más de 35 años. Y se les nota. 3. Los personajes son seres humanos realistas, de los que no saben cómo instalar un circuito cerrado ni decodificar un móvil. De los que meten la pata hasta el fondo en situaciones complicadas. Como nos pasaría a cualquiera. 4. Normalmente no hay grandes efectos especiales. Ni falta que les hace. 5. Por último, se distingue por su apabullante e innegable calidad desde los primeros planos, desde los primeros diálogos. Pocas veces recuerdo haber visto una primera escena tan impactante como la de esta miniserie. “Prey” (“presa”, en inglés), es toda una lección en vivo de técnicas narrativas que no deja de sorprenderte con sus giros. Y eso que la trama no es nada nuevo: un policía (John Simms, antiguo protagonista de Life on Mars) se ve acusado de un crimen que no ha cometido y deberá probar su inocencia mientras huye de sus antiguos compañeros. No tiene las diatribas ácidas de un True Detective, para qué negarlo, pero se libra también de su pretenciosidad. Es una serie bien hecha, ni más ni –sobre todo- menos. Como es habitual en las cadenas británicas, se trata de una miniserie de tres episodios, como otra que también recomendamos hace tiempo en la revista, The Scape Artist.


( TV 03)

APERITIVO :

FRIENDS WITH BETTER LIVES (nueva) (NUEVA)

Terminaba, tras ocho temporadas, How I met your mother (“Cómo conocí a vuestra madre”) con un episodio doble y la cadena aprovechó para emitir justo a continuación el capítulo piloto de esta nueva comedia que copia muchos de los elementos de la anterior y, por supuesto, de “Friends”. Seis amigos, seis vidas, sus problemas –en especial con las relaciones- y cómo se envidian unos a otros: los solteros envidian a la pareja casada; estos envidian a los recién prometidos; el que se acaba de divorciar (James Van der Beek, de “Dawson crece”), los envidia a todos. Alguna cara conocida (Majandra Delfino, desaparecida desde Roswell) ayuda a levantar la serie que, a priori, parece que todavía tiene que encontrar su espacio dentro de las sitcoms de amigos. Sin embargo, hay dos personajes que cada vez que aparecen en escena la hacen brillar: el hipster vegano Lowel, que viene a reírse de toda nuestra posmodernidad de yoga, comida biológica y gurús espirituales, y, sobre todo, la cínica y ácida Kate, un personaje impensable en el afable ambiente de “Friends”.


( TV 03)

PLATO FUERTE : MAD MEN (Temp 7)

Impecable como siempre continúa su andadura Mad Men, sin duda una de las series más premiadas en la historia de la tv. Para aquellos que no la conozcáis, resumo sus principales virtudes: perfecta ambientación en los años 60, mentalidad incluida. Eso quiere decir que todos los personajes (salvo quizá Peggy) son de un machismo recalcitrante. Y fuman, claro. Personajes, por cierto, con más capas que una tarta de bodas: impredecibles, complejos, completísimos y magnéticos. No solo Don Draper, también Joan, a quien vemos ya ascendida a su nuevo puesto de socia de la empresa en esta sexta temporada. Y toda la corte de secundarios.

El mundo de la publicidad se refleja espléndidamente (y en esta sexta temporada, además, veremos competencia entre agencias, ya que –recordemos- Peggy se fue a trabajar para la competencia), así como la vida de la clase media alta de la época. Y las tramas siguen su curso imprevisible, como la misma vida, pero coherente, como la buena ficción. ¡Qué delgada línea va pisando siempre esta serie y sin desviarse! Perfección, lo llaman algunos.


( TV 03) POSTRE:

EL ALA OESTE DE LA CASA BLANCA : (7 temporadas, terminada)

Tenía pendiente esta serie que todo el mundo me recomendaba. En la columna de pros estaba la dirección de Aaron Sorkin, de quien adoré 60’s Sunset Boulevard y que ahora recibe críticas polémicas con The News Room, su última serie. El estilo Sorkin es clásico, no nos vamos a engañar. No vamos a ver aquí reflexiones lisérgicas tipo True Detective, tramas inconclusas como en Mad Men, ni flash forwards como en Damages (“Daños y prejuicios”). Sí, El ala Oeste de la Casa Blanca tiene ya 15 años, claro, pero es que ese clasicismo sigue inundando sus posteriores series, ya desde los títulos de crédito. Pero tiene grandes líneas argumentales, ritmo en las escenas y diálogos magistrales que hacen que cualquiera de sus capítulos tenga el pulso del buen cine. En la columna de los contras, para mí, se encontraba el argumento: seguir los avatares del presidente de EEUU –por muy demócrata que sea- y del personal de su gabinete a priori me daba yuyu. Sobre todo tras haber visto The Newsroom con su tufillo panfletario y de moraleja. Sin embargo, El ala Oeste es Sorkin “as its best”, como dicen los críticos USA: en su momento dulce. Por supuesto, Sorkin ama sus personajes y les perdona muchas cosas, pero todos ellos son caracteres poliédricos, creíbles, con muchos, muchísimos defectos. Toda la temporada segunda se basa precisamente en una metedura de pata (llamémoslo así) del presidente Bartlet en la 1ª. Y aunque queremos a los personajes, les tendremos que ver jugando al pasilleo político del congreso y moviéndose en el borde de la ley por intereses partidistas. Aún siendo consciente de que la visión de Sorkin de la Casa Blanca está suavizada. Si me dan a elegir entre esta serie y la oscura y cínica “House of Cards”, no elegiría el mundo lleno de sanguijuelas implacables de Kevin Spacey. Me quedo, sin dudarlo, con la visión amable y optimista de Sorkin, donde la mayoría de los personajes, simplemente, lo hacen lo mejor que pueden.


(04) Teatro VER TEATRO

“¡AVENTURA!” de la compañía T de Teatre Buk 18

de Jordi Galcerán Por Olga Besolí La compañía T de Teatre fue creada en 1991 por cinco actrices recién graduadas del Institut de Teatre de Barcelona. Tras su debut con “Pequeños cuentos misóginos”, todas sus obras han cosechado grandes éxitos y tres de ellas han sido publicadas por Edicions 62: “Homes!”, “Criatures!” y “Delicades”, aunque esta compañía es mucho más conocida por la telecomedia de 81 capítulos “Jet Lag”, protagonizada por T de Teatre y basada en una idea original de Cesc Gay y T de Teatre. Después de “Delicades”, el último espectáculo representado por T de Teatre, esta vez escrito y dirigido por Alfredo Sanzol, vuelven a repetir con otro texto de este autor, “¡Aventura!”, una comedia en la que seis socios tienen la oportunidad de vender su empresa a una compañía china. La interpretación de estos personajes corre a cargo de Mamen Duch, Marta Pérez, Carme Pla, Albert Ribalta, Jordi Rico y Àgata Roca. De momento, la obra podrá verse casi todo el mes de mayo (desde el día 8 al 25) en los Teatros del Canal de Madrid. No hay que perdérsela.



Música (07) The War On Drugs Disco: “Lost in the dream” Género: Folk-rock Sello: Secretly Canadian Buk 20

Cuando a finales del pasado año apareció, a modo de adelanto, “Red eyes” quedé de inmediato atrapado por una canción esplendorosa que fluye animada por una cadencia serenamente trepidante que termina estallando, eufórica y desenfrenada. Esta revelación estética me llevó a escuchar los discos del grupo, y me encontré con un sonido bastante compacto en el que el mainstream de décadas anteriores (Dylan, Springsteen, Dire Straits, Prefab Sprout…) se presenta, traspasando el prisma de la música indie, perfectamente ensamblado sobre una sólida base, a veces rítmica y otras ambiental, y adornado con detalles de guitarra dignos del Mark Knopfler más inspirado. Canciones sin fisuras surgidas de la atención y la reverencia a viejos discos, en las que el espíritu de Bob Dylan parece manifestarse a través de su legado. “Lost in the dream”, su último trabajo, es la continuación de una trayectoria que, desde 2008 y sin grandes saltos, confirma a The War On Drugs como banda melómana, marcada por influencias plasmadas en temas que, pese a estar demasiado a la sombra de “Red eyes” y de no aportar demasiada originalidad, suenan de forma nueva y revitalizadora en un estilo con tanta tradición y exponentes históricos como el Fol.-rock.

José de la Interzona.


La Mujer del Cura : Calle Amor de Dios, 41 - 41002 Sevilla



EL LIGRE

Buk 23

espacio de artes visuales






PABLO EL LIGRE

Pablo Alles Romero alias El Ligre, tiene una amplia experiencia artistica que va desde la música, la pintura, el video, la escritura o la voz como instrumento de arteterapia sanador. Entre sus trabajos podemos encontrar: Exposiciones de pintura en varias salas de Sevilla.2001-2009 Colaboraciones en varias revistas de tendencia,moda y cultura de Sevilla y Cadiz (CLONE Y METRO).2002-2005. Miembro de dos colectivos de artistas desarrollando manifiestos culturales mediante plantillas,Periódico Efímero (“FUNDACIÓN ANGEL AMABLE”) y camisetas como medio de expresión.2004-2005. Publicación de cuentos surrealistas para adultos en la revista “CLONE MAGAZINE”, llamados “SALA DE ESPERA”.2002. Creación de plantillas para arte urbano.2004-2005. Espectáculo de humor para teatros con el show “ESTADO DE GRACIA” dirigido por el humorista Josele. Haciendo galas por teatros,auditorios y parques de atracciones de España.1995-1996. Serie-documental rodada por Andalucia llamada “A TODA COSTA” emitida en Canal Sur 2 y AXN como actor protagonista.2002. Trabajos de producción en varias películas,(“ATÚN Y CHOCOLATE”,”JUAN BELMONTE”, “ALATRISTE”..),como ayudante de producción en vestuario y encargado de la figuración.2003-2005. Realización de cortometrajes,”El Botón”-Sevilla.1995,”La Familia”-Barcelona”. 1997,”Inzzzomnio”-Barcelona.1998, haciendo funciones de actor y producciòn Videos experimentales,”Marginal de Conil”.2003,”Ladrones de Bicicleta”-Sevilla.2005, para festivales y proyecciones en eventos culturales. Dirijo y escribo “DUDAS CAMALEÓNICAS”, obra audiovisual que representa los sueños infantiles y la capacidad del ser humano por interpretarlos y buscarlos. Expuesto en la galeria de arte VALLE ORTI (VALENCIA). 2006 y en La Casa de la Sirena (SEVILLA). DJ: Realizo sesiones musicales en clubs de Andalucía (CAFÉLISBOA, CAFÉ-BAR SUITE, EMBAJADOR, LA CANELA BALUARTE, MEDUSA, TABOO, ELEFUNK, JACKSON, SALA MALANDAR, CAFÉ SIDHARTA, L-CREW, OBBIO...)



Exposiciones Cristina Lucas

Preguntar como inicio de responder Por Pablo Navarro

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Hasta el próximo 11 de mayo se puede visitar en Matadero Madrid “Es capital”, de Cristina Lucas. L a exposición aglutina diversas investigaciones llevadas a cabo por la artista jienense que, posteriormente, viajarán al Museo Patio Herreriano de Valladolid, en verano, y al Centro Galego de Arte Contemporánea, durante el próximo otoño.


La puesta en escena resulta brutal. Sobre el espacio en penumbra de la antigua cámara frigorífica del complejo de Legazpi, solo se puede ver la luz que irradian las cuatro vertientes que vertebran la propuesta expositiva. Fotografías de formato medio y grande y una serie de video-entrevistas iluminan a quien observa, sugiriéndole participar de una divagación sobre paradojas, incógnitas y elementos recurrentes del sistema que domina el mundo actual. Plusvalía, haciendo honor a su título, se centra en averiguar el valor de mercado del manuscrito de la obra El Capital, de Karl Marx. Paradójico el hecho de que una obra encaminada a sostener, teórica e intelectualmente, a “aquel fantasma que recorría Europa” sea objeto del fetichismo coleccionista que aumenta exponencialmente su valor. Montaña de Oro son dos fotografías sobre las reservas de oro del Banco de España que permiten preguntarse cuanta cantidad de ese metal existe en el estómago del Estado. Ambos trabajos resultan tremendamente impersonales y fríos pero ahí radica su fuerza; es conociendo lo que se recoge en esas obras,y al pensar en su hipotético valor, cuando todo empieza a dar vueltas.

El superbien común, son una serie de fotografías de familias asiáticas de clase alta que muestran claramente su status, pudiendo llegar a recordar a aquellos anuncios del American Way of Life por su superficialidad y la evidente ironía de su título¿cuántas personas vivirán mal para que estas puedan vivir de esa forma? La relación con el trabajo reciente de Laura León, su serie La doble velocidad del dragón,resulta casi inevitable y un complemento potente para la reflexión que propone Cristina Lucas. Nueve proyecciones componen Capitalismo filosófico dónde, a través de entrevistas a representantes de empresas y partes interesadas, se reflexiona sobre conceptos tales como el dolor, la belleza, el arte o la muerte y su relación con su vertiente más comercial. ¿Qué concepción acerca de la belleza puede tener un cirujano plástico? O ¿Qué es el arte contemporáneo para una casa de subastas? Es aquí donde afloran más las preguntas en base a las respuestas que los distintos entrevistados esgrimen a la artista. La evolución que ha traído a Cristina Lucas hasta este punto invita a pensar en letras mayúsculas.Desde su propia condición de artista, no rehúye la polémica de cuestionar la base sobre la que pivota nuestra realidad. Buscar respuestas en sus obras sería demasiado pedir pero, el mero hecho de valorar y pararse a reflexionar acerca de los interrogantes propuestos, ya merece la pena.


ENTREVISTA a

Alberto Rodríguez EL CINEASTA BIFRONTE A Dios lo que es del César…

por

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Pedro Álvarez Molina

Alberto Rodríguez (Sevilla 1971), se encuentra ultimando el proceso de montaje de su postrera película, “La isla mínima”, un thriller ambientado en las marismas del Guadalquivir cuya fecha de estreno está fijada para después del verano. Tras cinco largometrajes, numerosos premios (entre ellos un par de Goyas que reconocen su trabajo con los actores) y el aprecio de la crítica y del público, el director sevillano es la viva muestra de un cineasta bifronte, cual discípulo de Jano, para el que calidad cinematográfica y visión comercial no se presentan como conceptos excluyentes, sino necesariamente complementarios.


Bueno, Alberto, tu última película, “GRUPO 7”, presentaba una estructura de thriller y parece ser que redundas en este nuevo proyecto, “LA ISLA MÍNIMA”. Tuve la suerte de poder leer el guión antes del rodaje. ¿Aprovechas las estructuras narrativas convencionales para mostrar algo más que no está a simple vista? Fundamentalmente es coincidencia el hecho de que mis dos últimas películas presenten la estructura del thriller, lo cual, por otra parte me viene de maravilla para contar cosas que van más allá de la historia principal. En el caso de “LA ISLA MÍNIMA”, la investigación de la desaparición de unas chicas en la zona de los humedales del Guadalquivir sirve de marco para describir la situación política y social de la España de los primeros años de la democracia. Por otra parte, esto no es nada novedoso, y el cine de género, desde el Western, al cine negro o el thriller, no son más que estructuras narrativas convencionales que apuntan más allá de su argumento. Estoy pensando, por ejemplo, en obras como “EL SALARIO DEL MIEDO”, “EL CUERVO”, de Henri George Clouzot, o “Conspiración de silencio” de John Sturges (que son algunas de las referencias que tuve en mente al rodar esta película) en las que la historia principal sirve como excusa para la denuncia de alguna tara social: el problema del infundio en el caso de “El cuervo” o la existencia de racismo contra ciudadanos asiáticos en EE.UU durante la segunda guerra mundial. El MAL. En vuestro guión, que firmas con Rafael Cobos, escritor habitual de tus películas, pareciera que el mal absoluto se ve favorecido por ciertas construcciones sociales que fomentan la desigualdad y la injusticia como forma de status quo. Bien, no es casualidad…en el caso de España, digamos que ciertas instituciones soc iales favorecieron los cuarenta años de franquismo que tuvimos que soportar. Y más concretamente en Andalucía, donde la estructura medieval, con la aristocracia terrateniente ostentando una serie de privilegios frente a la situación de pobreza generalizada de la población rural es algo tan patente que aparecería en la película aunque fuera oblicuamente. En cualquier caso el Mal, lo malvado, tiene la habilidad de utilizar cualquier tipo de institución o finalidad, incluso aquellas cuyo origen pudiera ser positivo. Es algo que ya dejamos ver en Grupo 7. La película cuenta el cruce de trayectorias de dos individuos (policías en este caso), caídos en desgracia que deben purgar una serie de culpas, públicas y privadas. ¿Acaso ubicas en limbo bíblico en las marismas del Guadalquivir? Lo cierto y verdad es que Rafael Cobos y yo llevábamos años pensando en ubicar alguno de nuestros guiones en la zona, que nos fascina. La región de los humedales del río a su paso por pueblos como Coria o Isla Mayor muestra una vegetación increíble en la que exuberancia ha impedido el acceso mayoritario del hombre y que ha servido de refugio a muchos prófugos y repudiados.


Una de las características principales de Isla Mínima es la continua presencia del paisaje como un personaje más de la película. Supongo que es intencionado el clima de húmeda claustrofobia que enmarca al argumento. Mientras escribíamos el guión teníamos en mente tanto el libro de fotografías de Atín Aya como la estupenda y bizarra novela de viajes “Por el río abajo”, que escribieron al alimón Armando López Salinas y Alfonso Grosso. Y es que desde el principio nos quedó claro que el paisaje marismeño que se extiende por Doñana, con su cargada significación mística y esotérica añadía muchos elementos fascinantes a la línea argumental. Además, es cierto que el aspecto claustrofóbico, con esos terrenos rodeados de agua, donde lo fluvial y terrestre se funden, servía certeramente a la idea de encierro, de misterios no contados que queríamos que se sintieran durante la historia. Se te acusa de que tus personajes femeninos aparecen desdibujados en tus películas ¿es así? ¿Isla mínima es una prueba de lo contrario? Bueno, no creo que sea exactamente así. Tanto Rafael Cobos como yo utilizamos el punto de vista masculino en nuestros guiones por parecernos más próximo. No obstante, el personaje femenino aparece siempre señaladamente en nuestra s películas. En el caso de “LA ISLA MÍNIMA, lo femenino se muestra de dos maneras primordiales: por su ausencia (que domina toda la película) y por el mismo paisaje, cuya fecundidad y relación con los personajes protagonistas podría ser interpretadas como una representación del mismo. La película de alguna manera quiere exponer la lucha de las madres y las hijas de los 70 por ocupar un puesto en la sociedad que hasta entonces se les negaba.


Tanto los personajes primordiales como los secundarios, los nativos de la zona parecen enclaustrados en una ambiente opresivo de modo que cualquier salida posible es aceptada al precio que sea ¿alguna alegoría de la situación política de la España de la época? Mi intención con esta película no es solo la de proyectar una historia policial simple y llanamente. Es contar, a través del desarrollo de la historia de las desapariciones, las frustraciones y decepciones que conlleva intentar escapar de un círculo cerrado. Sería aplicable, de este modo, al pequeño pueblo sin posibilidades de futuro del que intentan escapar las niñas (pagando un precio por ello), como a la sociedad española que vive el fin de cuarenta años de dictadura y el nacimiento de una dubitativa democracia que supuso asumir una serie de incoherencias y una amnesia selectiva con la finalidad de poder instaurar de una vez por todas la libertad. O como le leí recientemente al Gran Wyoming en un artículo: “Hay otra historia y no se está contando”.


Libertad creativa y situación del cine español actual (el cine comercial frente al nuevo cine autorial español): Pablo Llorca, Albert Serra, Javier Rebollo, Juan Cavestany... (Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, es decir los intereses crematísticos de los productores frente a la reivindicación autorial). Parece ser que tu cine pretenda aunar sentido comercial con cierta idea de calidad ¿Cómo lo ves tú? Yo creo que ambos tipos de películas y de cineastas son necesarios y complementarios en cualquier industria cinematográfica que se precie. Es más, no considero que ambos compartimentos sean completamente estancos sino que unos y otros pueden verse influenciados y potenciados mutuamente. En mi caso particular, intento conciliar ambos aspectos: la necesidad de responder a unos legítimos intereses económicos sin abandonar un nivel mínimo de calidad y autoexigencia. Creo que ambas condiciones son plenamente compatibles, y desde luego, no olvido ninguna de las dos cuando materializo un nuevo proyecto. Y no pienso que sea el único representante de tal tipo de intenciones artística dentro del panorama español. Por supuesto que, como consumidor de cine, prefiero que las apuestas más arriesgadas e interesantes artísticamente tengan respuesta en el público, aunque sea uno más culto y minoritario. Te has mantenido fuerte en el hecho de residir en Sevilla, trabajando con un equipo propio que también vive en la ciudad e incluso rodando en la misma. Supongo que proporciona la ventaja de cierta independencia pero que conlleva una serie de inconvenientes. El hecho de poder contar con un estupendo equipo que vive en la misma ciudad que yo es algo de lo que me congratulo. Es difícil que en nuestra profesión se pueda uno desarrollar profesionalmente sin estar en Madrid o Barcelona. Ello supone un sinfín de ventajas y algún que otro inconveniente. Desde luego aporta independencia, libertad creativa (algo que se enfatiza porque suelo rodar en la ciudad) y permanecer completamente desconocido para los miembros de mi gremio. Disfruto de una vida tranquila y sosegada pero, por el contrario, no disfruto de la oferta cultural de grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Hasta ahora, me lo he podido permitir….



QUÉ ES

EL CINE Por DANIEL BERMÚDEZ

Para entender qué es el cine habría que hacer primero un repaso a sus antepasados. Desde su abuelo, la pintura, a su descendiente más directo, la fotografía. En este artículo no tenemos espacio suficiente para profundizar, pero intentaremos lanzar algunas claves al aire. En un delicioso texto del teórico francés André Bazin, dentro de su libro recopilatorio ¿Qué es el cine?, éste, escribe “La muerte no es más que la victoria del tiempo”. Lo que André quiso decir, aunque no explícitamente, es que el cine es la victoria del tiempo sobre la muerte. Habría que psicoanalizar las artes plásticas para ver en el cine el final lógico de toda una larga evolución en el que la inmortalización del tiempo constituyó el último peldaño. La pintura, limitada por las técnicas disponibles en cada etapa histórica, fue un intento durante siglos de representación de la realidad.

Dicha descripción jamás podría ser objetiva en tanto que el pintor era subjetivo como lo era su pincelada y por tanto las interpretaciones que de la obra podían sacarse serían ilimitadas. Sólo con la aparición de la fotografía pudo la pintura despojarse del complejo descriptivo que la tenía sumida y mostrarse ausente de prejuicios y libre, por fin. Con la llegada de la cámara fotográfica las artes plásticas habían suplido el problema de la imitación de la realidad, de la creación de un doble que trascendiera más allá del instante, para llevarlo en volandas hacia la eternidad. Una parte del trabajo del prestigioso fotógrafo Henri-Cartier Bresson consistió en esa captura eterna del instante efímero. La diferencia ontológica de la pintura con respecto a la fotografía es esa supuesta objetividad, hasta el punto que las lentes de las cámaras fotográficas.


Para entender qué es el cine habría que hacer primero un repaso a sus antepasados. Desde su abuelo, la pintura, a su descendiente más directo, la fotografía. En este artículo no tenemos espacio suficiente para profundizar, pero intentaremos lanzar algunas claves al aire. En un delicioso texto del teórico francés André Bazin, dentro de su libro recopilatorio ¿Qué es el cine?, éste, escribe “La muerte no es más que la victoria del tiempo”. Lo que André quiso decir, aunque no explícitamente, es que el cine es la victoria del tiempo sobre la muerte. Habría que psicoanalizar las artes plásticas para ver en el cine el final lógico de toda una larga evolución en el que la inmortalización del tiempo constituyó el último peldaño. La pintura, limitada por las técnicas disponibles en cada etapa histórica, fue un intento durante siglos de representación de la realidad. Dicha descripción jamás podría ser objetiva en tanto que el pintor era subjetivo como lo era su pincelada y por tanto las interpretaciones que de la obra podían sacarse serían ilimitadas. Sólo con la aparición de la fotografía pudo la pintura despojarse del complejo descriptivo que la tenía sumida y mostrarse ausente de prejuicios y libre, por fin. Con la llegada de la cámara fotográfica las artes plásticas habían suplido el problema de la imitación de la realidad, de la creación de un doble que trascendiera más allá del instante, para llevarlo en volandas hacia la eternidad. Una parte del trabajo del prestigioso fotógrafo HenriCartier Bresson consistió en esa captura eterna del instante efímero.


LITERATURA Y CINE: ¿LO NUESTRO ES IMPOSIBLE? Por Diana P. Morales

<<La peli no está mal, pero el libro es mejor>>

De tan repetida, la frase se ha convertido casi es una verdad universalmente aceptada. Pero, ¿es real? Y si lo es ¿será la literatura siempre la que quede sobre el cine en esa controvertida relación? Cuando tenía 15 años, recuerdo haberme quedado despierta una madrugada, mientras mi familia dormía, viendo “Guerra y paz”, un peliculón de más de tres horas. Audrey Hepburn era maravillosa, la producción perfecta y la historia me dejó hechizada. Tanto, que al día siguiente corrí a comprarme el libro: un novelón de 900 páginas (en la versión “de bolsillo”) que devoré, arrastrada por la magia de sus palabras, y que hizo que me enamorara para siempre de Tolstoi y de la literatura rusa. Cuando un libro es adaptado al cine (o viceversa, que también se ha dado) resulta extraño que la gente suele dividirse en dos bandos, enfrentados en una guerra sin ganador posible: la película es mejor vs el libro es mejor. Sinceramente, en muchas ocasiones uno se pregunta el por qué de esa batalla interminable. Cuando el cine alumbra películas tan notables como “Expiación”, “Alguien voló sobre el nido del cuco” o “No es país para viejos”, ¿importa realmente si han salido de un libro o cómo es este? Sobre todo, el debate que me resulta más inútil es cuando alguien defiende que una adaptación es peor o mejor dependiendo de lo fiel que sea al libro: “La soledad de los números primos” cambia sustancialmente el desenlace del texto original; en el libro “El informe pelícano” el personaje de Denzel Washington era blanco; en “El señor de los anillos” Peter Jackson se inventó escenas enteras. Pero, ¿son mejores o peores por ser diferentes a la original? En mi opinión, no. Porque una película siempre va a ser diferente de un libro, no le queda más remedio. Para empezar, en un libro no hay problemas de presupuesto. Si quiero que aparezcan 10.000 orcos solo


tengo que escribir: “Un vasto ejército de 10.000 orcos cruza las llanuras de los Rohirrim” y ya está. Puedo escribir 500 folios si quiero o 600. Una película tiene una duración limitada y un presupuesto limitado, a lo que además puede sumarse presiones de producción: incluir a un determinado actor, ser rodada en el escenario que se pueda pagar (y que se tenga permiso), etc. Y en cualquier caso, una película no puede –ni debe- ser 100% fiel al libro original. El cine es otro formato, es otro lenguaje. El libro se basa exclusivamente en palabras, mientras que la mayor fuerza del cine suele residir en la imagen. De hecho, entre los principales crímenes de una adaptación, en mi opinión, se encuentra intentar mostrarnos todos los pensamientos del personaje con voz en off. Es cine, estamos en otro elemento, tienes la posibilidad de usar imágenes para suplir o enriquecer el texto original. Intentar imitar o seguir al pie de la letra no es el camino. Para mí, una buena adaptación es aquella que captura el espíritu de la historia, que se nutre de las mejores escenas del libro y que lo enriquece con aportaciones propias. El cine ha dado hermosas adaptaciones de libros e incluso ha llegado a crear obras que superan al original. Os dejo con algunas.


. . . R O J E M A R E I L E P LA

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.


BLADE RUNNER Philip K. Dick es un gran escritor de ciencia-ficción (su obra maestra siempre será Ubik) pero adolece de un defecto bastante común, desgraciadamente, entre los autores del género: le falta fuerza narrativa. La historia de “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?” es atractiva, y está ahí, en el libro, pero a Dick le falta la pericia de diseñar escenas, de mostrar imágenes, de darle empaque a los personajes y mostrar esa personalidad por medio de los diálogos. Ridley Scott tomó el argumento principal y olvidó el resto del libro para crear esta obra maestra. Chapeau.

EL PLANETA DE LOS SIMIOS Pierre Boulle, el autor de la novela, adolece de la misma debilidad que comentábamos sobre Philip K. Dick. Una buena historia, una gran historia, con un punto de vista original y tremendas posibilidades metafóricas, que no sobresale debido a la pobreza de la narración. En cambio, la adaptación de Franklin Schaffner, con Charlton Heston al frente, le da la profesionalidad que la historia necesitaba.

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS La comunidad del anillo: sin quitarle mérito a Tolkien (tiene bemoles inventarse esa trilogía, ese mundo completo, en una época en la que la fantasía era denodada) la 1ª película de la trilogía es mejor que el libro. Tres razones: nos libramos del estilo ampuloso de la narración, uno de los personajes femeninos (Arwen) decorativo en el libro tiene aquí un papel relevante y luchador y además se elimina toda la parte de Tom Bombadil que no añade absolutamente nada a la trama.

TESTIGO DE CARGO Billy Wilder cogió un relato corto de Agatha Christie (de quién decía que “escribía tramas como Dios”) y le dio lo que a Christie le falta: análisis de personajes, diálogos chispeantes, ritmo, elipsis. Una preciosidad con Marlene Dietrich.

EL DIARIO DE BRIDGET JONES

CADENA PERPETUA

Estaréis pensando que el libro de Helen Fielding no era difícil de superar y efectivamente, es así. Pero es que además la peli evita uno de los elementos más vergonzosos del libro: cómo, a partir de la mitad, es una imitación barata de Orgullo y Prejuicio (homenaje, lo llamará la autora). La peli se libra y sale con un aprobado raspado. El libro no.

Stephen King escribió un relato de suspense llamada Rita Hayworth And Shawshank Redemption. De ella, Frank Darabont ha creado un clásico contemporáneo, una oda a la constancia y la esperanza.

MATAR A UN RUISEÑOR No es que el libro de Harper Lee no sea precioso, que lo es, pero es que la adaptación de Robert Mulligan es una verdadera joya a la que no le sobra un plano. Rodada en riguroso blanco y negro, con un cariño y una profesionalidad impecables, destaca el magnífico papel de Gregory Peck.

CUENTA CONMIGO A Stephen King le sucede un poco lo que a Agatha Christie: es un maestro de la trama, pero no profundiza. Rob Reiner cogió uno de sus cuentos y lo transformó en una deliciosa película iniciática con el desaparecido River Phoenix entre el elenco.


ENTREVISTA a

MARTA MOMBLANT por OLGA BESOLÍ

Marta Momblant es dramaturga y directora de teatro. Como directora escénica ha trabajado en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en la Maestranza de Sevilla y en The Royal Opera House, Coven Garden de Londres. Ha dirigido una veintena de producciones teatrales en Catalán, Castellano e Inglés, sobre todo en Barcelona y en Londres, donde vivió y trabajó para su escena durante cinco años. Más tarde, ha sido galardonada con el Premio Guillem Nicolau 2009 por su novela breve “La Venta de l’Hereva”. Y ahora presenta su pieza teatral “Resposta a cartes impertinents”, publicada por Editorial Arola e inspirada en el epistolario “Cartes impertinents de dona a dona” de Maria Aurelia Capmany (1918-1991).

¿Según tu opinión, el teatro es para ser visto o para ser leído? El teatro como texto escrito puede ser primero leído, y como tal, ya cumple una función de género literario, porque a partir del momento que entra en contacto con la imaginación del lector-espectador cobra vida en su propia mente. Pero, por supuesto, a diferencia de otras manifestaciones literarias, su fin último es ser representado y vivificado en la escena para hacerlo partícipe a un colectivo en directo. ¿Se le da en este país suficiente importancia a las artes escénicas? En este país llevamos demasiado tiempo sufriendo un receso en la propagación de las artes escénicas como tales. Se ha perdido el hábito cultural de asistir al teatro para nutrirnos de ideas con las que debatir, para asumir experiencias regeneradoras. Del puro entretenimiento no pasamos en la gran mayoría de programaciones de las salas nacionales y esto es un grave problema a la hora de cultivar el criterio de una generación y de su época. ¿Puedes hablarnos un poco sobre tu obra “Resposta a cartes impertinents” que lleva el subtítulo de “divertimento autocrítico de realidades femeninas”? ¿Cómo fue el camino de creación desde la narrativa de Maria Aurelia Capmany hasta la pieza dramática acabada? Después de dirigir en el Gran Teatro del Liceo el espectáculo de Cabaret Catalán “Remena Nena” en el cual incluí fragmentos de los textos del Cabaret literario de Maria Aurèlia Capmany, decidí dramatizar las Cartes Impertinents. Me parecían muy atractivas para la escena, pues establecían un puente conector entre


estos textos de las primeras feministas con los testimonios de mujeres que yo llevaba años recopilando, casos de procesos y situaciones femeninas y sus condiciones en la vida social desde la última década del SXX y principios del nuevo milenio. Finalmente, el resultado es un calidoscopio variopinto tan ácido como divertido de mujeres,- aunque también hay casos de algunos hombres- con los correspondientes procesos socio-culturales a los que ha sido sometido el papel de la mujer. Se trata de enriquecernos a través de un viaje histórico a partir del cual debemos generar debate. ¿Hay planes de representar la obra o nos tendremos que conformar, por el momento, con el libro? ¿Puedes explicar cómo sería el montaje teatral? Esta dramaturgia la escribí en el año 2008 cuando recibí una subvención de la Generalitat de Cataluña con ese fin, y la concebí para la escena de gran formato precisando un gran elenco de actrices -un mínimo de 12- y de actores -un mínimo de 4, además de 7 títeres o autómatas. Consta de 12 escenas entrelazadas en la primera parte y así mismo de 6 escenas más para la segunda parte, todas ellas tan visuales como textuales y de poderoso movimiento escénico. Muy posiblemente, en estos tiempos de crisis que vivimos, sea difícil poner este trabajo en escena debido al coste de su producción. Pero estoy trabajando en una reducción esencial de su contenido, así como en la traducción al castellano. ¿En qué zapatos te sientes más cómoda, en los de dramaturga o en los de directora escénica? Me retroalimento tanto de un proceso creativo como del otro: me gusta el trabajo en equipo que supone la creación con una compañía de profesionales escénicos y el enriquecimiento personal y artístico que eso supone; el escenario es materializar un universo y hacerlo vibrar por sí mismo. Pero también tengo un placer ineludible en encerrarme en mi mundo de ficción singular y personal, para dar vida a los múltiples personajes, que con sus voces, con sus historias, macero constantemente en mi interior. La escritura es destilar sobre el papel las cosmovisiones. ¿Te has encontrado con alguna dificultad añadida en alguno de los dos oficios sólo por el simple hecho de ser mujer? Sí, tuve que luchar mucho y reivindicarme al principio de mi trayectoria como directora de escena, -también por haber empezado muy jovencita, a los 19 años ya descubrí que mi lugar en el escenario era entorno al proceso de creación y entre las bambalinas-, ya que el hecho de ser mujer suponía tener que enfrentarme a importantes obstáculos y retos para ser capaz de conquistar los dos filos que esta profesión conlleva en su misma arma: la propia opción artística por un lado, con la de gestión y organización, así como la de aprender a establecer la correspondiente parcela de poder, por otro. ¿Cuáles son tus referentes como dramaturga? ¿Y cuáles como directora? ¿Qué autores te han marcado o influenciado? Tengo referentes y mentores. También ídolos, claro, y el abanico se remonta a los principios de los tiempos, con los autores clásicos y alcanza a los autores más rabiosamente actuales. Os daré algunos de mis ejemplos más básicos; Para la dramaturgia: Shakespeare, Molière, Valle Inclán, Camú, Beckett... Para la escena: Peter Brook, Ariel García Valdés... Para la narrativa: Miguel de Cervantes, Gabriel García Márquez... ¿Cuál es esa obra indispensable que todos deberíamos haber leído o visto, y que tú nos recomiendas? Es difícil decidirse por “una” indispensable puesto que las formaciones deben estar compuestas por la diversidad que es lo que realmente fortalece un pensamiento; pero, por ejemplo, para obtener una perspectiva crucial en nuestro país de quiénes somos y de quiénes no somos, yo recomendaría leer la obra de Valle Inclán.


ME DIJISTE CÁNTAME

EL VIAJE DE VUELTA DE JASON ISBELL Por Saúl Ibáñez

Buk 46

Es casi un tópico del rock y de la música popular, la mala vida del músico, los excesos, la autodestrucción, la bajada a los infiernos. Se trata de una imagen que muchos de nuestros maestros han encarnado de una forma u otra; no voy a afirmar que las adicciones sean parte del rock, pero sí que han estado unidas a este muchas veces. Y muchas veces los propios músicos nos han contado su propia visión de todo esto. Aunque hay libros y películas, la manera más apropiada para ellos siempre ha sido la música y las letras de sus canciones. Es una historia contada mil veces, pero no por eso va a dejar de tener interés o vigencia, no importa que se vuelva a ella siempre que sea desde la sinceridad y la honestidad (esto no quiere decir que lo que se cuenta deba ser autobiográfico).


La última vez que la escuché fue no hace mucho, en Southeastern (2013), del cantante country Jason Isbell. El cantautor de Alabama había tocado fondo, de eso no nos cabe duda alguna: «So high the street girls wouldn’t take my pay/They said “come see me on a better day”», canta en “Traveling Alone”. Por eso nos abre su corazón a lo largo de las doce canciones que componen el disco, en las que asistiremos a los peores momentos de un músico que busca la redención y se enfrenta a sus demonios personales: El alcoholismo («Put your faith to the test/When I tore off your dress/In Richmond all high/I sobered up/I swore off that stuff/Forever this time», recuerda en “Cover Me Up”); la vida en la carretera («Jesus loves a sinner but the highway love a sin» dice en “Different Days”); o los amigos perdidos (la tristísima historia de “Elephant”, en la que escuchamos: «Surrounded by her family, I saw that she was dying alone./I’d sing her classic country songs/and she’d get high and sing along»). También encontramos un par de canciones claramente ficcionales, como la triste historia de “Yvette” o la murder ballad “Live Oak”, donde podemos encontramos el verdadero hilo conductor del disco: el amor y su fuerza liberadora. El asesino de esta canción no se quita a su amor perdido de la cabeza, la chica de la que tiene miedo de que vea su verdadero ser, el monstruo en que se ha convertido: «There’s a man who walks beside me/It is who I used to be/And I wonder if she sees him/and confuses him with me.» Esa mujer capaz de salvar un alma atormentada se pasea por todas las canciones de Southeastern. Porque no hay que olvidar que este es un álbum de liberación y redención, con un final amargo pero optimista, en “Relatively Easy” escuchamos: «Here with you there’s always/Something to look forward to/My lonely heart beats relatively easy». Probablemente este no será el último relato de esta clase que escucharemos, pero sí uno de los más emotivos y francos, un canto al poder del amor y la música.


CRÓNICAS MÍNIMAS Eventos literarios a los que hemos asistido.

LA MUCHACHA INDECIBLE Presentación en Barcelona. 12 de abril. La Central. Giorgio Agamben, Monica Ferrando, Ernesto Kavi (traductor del libro) y Victoria Cirlot.

Buk 48

Un foro abarrotado recibe a Giorgio Agamben, filósofo, y a Monica Ferrando, pintora. Los únicos lugares vacíos aguardan en la primera fila —donde solo se puede ser observado—, así que me acomodo en un asiento lateral frente a la mesa, que me permite observar tanto la presentación como nuestros gestos. Asistimos a un libro exquisitamente editado cuyo contenido convive en una tensión irresoluta, pues texto e imagen no se comentan, sino que se amparan y merodean ambos a Kore, la muchacha indecible, y preceden, en el libro, a una selección de textos clásicos que la contienen. Comienzan las intervenciones. La chica de rojo, a unos 40 grados a mi izquierda, anota con expresión de artista. Jugamos al mismo juego de observación; plano general, primer plano, detalle. Los «misterios» se comprenden al contemplarlos, pero no son traducibles a lenguaje. No son discursivos. Por ello perviven entre los intersticios del lenguaje. Como Kore, pueden contemplarse pero son indecibles. Así la vida. El turno de preguntas llega, pero no se inicia. El público, abrumado por los misterios, calla. Pero al fin pregunta. Aunque sean Leonardo Valencia y Edgardo Dobry, escritores, que pertenecen por tanto también al otro lado. Finalizado el acto, abandonamos la librería con los ojos desacostumbrados al exterior, y descende-mos la Rambla de Catalunya, la luna frente a nosotros, sin poder decir apenas nada. Juan Vera Sugrañes



Buk 50

Elena Fernández Orellana

LA VIDA ES PURO TEATRO Siento si traiciono esta amistad que se ha ido fraguando número a número querido lector, querida lectora, pero hoy seré light. Hoy no hay mala leche ni ironía porque ya es primavera en el Corte Inglés y a mí la subidona de vitamina D me pone suavona y de buen humor. Hoy quiero, necesito, hacerle un homenaje a las bambalinas y las tablas. Y recordar cuando actuaba en mi vida A.P (antes de parir) y cuando leía tanto y tanto teatro. Cuando mi tiempo era mío, vaya.


Me imagino que alguien que haya estudiado arquitectura verá de algún modo la vida en función a esta perspectiva y pensará en construcciones, materiales, urbanismo, etc. Alguien que haya estudiado mecánica no verá un coche del mismo modo que lo veo yo (¿una maquina del diablo?) o un físico cuántico pensará en… aquello que piense un físico cuántico (nota mental: preguntarle a mi amigo Gregory, que es físico cuántico. Bueno: él solo piensa en chicas y largas noches de marchuki, así que no, no cuenta... Preguntar a uno de verdad). Yo para bien o para mal estudié arte dramático. Y para lo poco que me ha servido, aparte de para no poder evitar poner estúpidas e impostadas caras cuando sé que me están filmando, es para según la situación ponerle géneros a lo que está ocurriendo. Géneros teatrales. Un, dos, tres responda otra vez… Verano. Es todo un poco Chejov sumergidos en una deliciosa autocomplacencia, luego hay un momento (no falla) “A puerta cerrada” y, tras muchos días conviviendo toda la familia bajo el mismo techo, comprendes por qué Sartre

decía eso de “el infierno son los otros” y solo quieres huir en soledad. En otoño mi vida suele ser muy Eugene O´Neill conviviendo cara a cara con mis miserias. Bienvenido septiembre. Pero lo peor sin duda suele ser el invierno profundo, ahí aparecen los fantasmas de los griegos y mi vida, y la vida de los otros, se torna tragedia de la dura. Edipo, Medea, Antígona se dan la mano y bailan un siniestro aquelarre sobre mi cabeza –nananananana- cantan y hurgan en las llagas con recochineo.

Primavera. Mi señal inequívoca de que estoy rayana al equilibrio es cuando empiezo a verlo todo en plan Shakespeare: algo de drama, algo de comedia, un conflicto, algún muerto y una moraleja. ¡Eso es vida! Aunque últimamente estoy en fase Mihura y es todo entre costumbrista y surrealista. Y es que como dijo la Lupe, “la vida es puro teatro”. Para dar y tomar señoras, en dosis largas.

Puedes leer más en www.cronicasdeunamadreimperfecta.wordpress.com

Desde madrilandia restrasmitiendo vuestra amiga: Madre Imperfecta.


EL ÚLTIMO PASAJERO DEL NOSTROMO

Buk 52

Henrietta Swan Leavitt, mucho más que una computadora de estrellas Por Daniel Martín Reina A finales del siglo XIX, el Observatorio Astronómico de Harvard emprendió el ambicioso proyecto de intentar catalogar todas las estrellas del cielo. A partir de fotografías del firmamento obtenidas por sus telescopios, se podía establecer la posición, el brillo y el color de cada una de las estrellas. Debido a la poca calidad de las placas fotográficas, la tarea era tediosa y requería de mucha agudeza visual, gran concentración y una enorme dosis de paciencia.


El director del Observatorio, Edward Charles Pickering, decidió contratar exclusivamente a mujeres para realizar esta tarea, pues estaba convencido que estas tenían “la destreza para realizar trabajos repetitivos, no creativos”. Lo que no decía Pickering es que una mujer cobraba bastante menos que un hombre por desempeñar el mismo trabajo. El “harén de Pickering”, como pronto se le conocería con sorna, estaba formado por trece mujeres. Una de ellas era Henrietta Swan Leavitt. Poco es lo que sabemos de la vida de Henrietta. Nació en 1868 en Lancaster, Massachussetts (Estados Unidos) en el seno de una familia puritana. Se graduó en el Radcliffe College con 24 años y, en 1893, entró como voluntaria en el Observatorio de Harvard. Allí se encargó de estudiar las llamadas estrellas variables, aquellas cuya luminosidad cambia con el tiempo de forma periódica. A lo largo de toda su vida, llegaría a descubrir más de 2.400. Pero Henrietta no se iba a conformar con ser una simple computadora, nombre con el que se conocía entonces a las mujeres que desempeñaban este tipo de trabajo reiterativo. En su estudio de las estrellas variables, intentó buscar una relación entre su luminosidad y su periodo. El desafío para la época era enorme. Si uno observa unos pájaros en el cielo y uno de ellos parece más pequeño, ¿cómo saber si es realmente más pequeño o simplemente vuela más alto? Lo mismo le ocurría a Henrietta. Al desconocer la distancia de las estrellas variables a la Tierra, no podía saber si su mayor o menor luminosidad simplemente era consecuencia de estar más o menos cerca de nosotros. Fue entonces cuando se fijó en un tipo particular de estrellas variables llamadas Cefeidas, 25 de las cuales se acumulaban en la región conocida como la Pequeña Nube de Magallanes. Al estar tan agrupadas, Henrietta consideró que la distancia de todas ellas a la Tierra debía ser aproximadamente la misma. Era como decir que, en una bandada de pájaros, todos vuelan a la misma altura. Así pudo comparar los datos de esas 25 Cefeidas y llegar a la siguiente conclusión: la luminosidad de una estrella variable era mayor cuanto más largo fuese su periodo. Detrás de esta inocente frase se escondía una herramienta capaz de medir distancias en el Universo. En efecto, al combinar el trabajo de Henrietta con otros métodos astronómicos se pudieron calcular la distancia a diversas Cefeidas. Así, en 1925, el astrónomo Edwin Hubble determinó que la nebulosa de Andrómeda era en realidad una galaxia que se encontraba a unos 800.000 años luz de nosotros. Fue la primera de muchas otras galaxias que se descubrirían en los siguientes años. Luego, en 1929, el propio Hubble demostró que el Universo estaba en expansión. Gracias a Henrietta, entre otros, la visión de un Universo estático en el que existía una única galaxia –la Vía Láctea- se había hecho añicos. Por desgracia, Henrietta nunca llegaría a saborear las mieles de su merecido éxito. En 1921, un cáncer fulminante acabó con su vida en pocos meses. La noticia apenas trascendió, hasta el punto que, en 1924, el matemático sueco Gösta Mittag-Leffler quiso proponerla como candidata al Premio Nobel, sin saber que llevaba muerta tres años. En la actualidad, el asteroide 5383 Leavitt y el cráter Leavitt en la Luna llevan su nombre a modo de homenaje.


(de)TRÁS (d)EL TELÓN Buk 54

Los autores ya no son inocentes. De hecho, nunca lo han sido. Nos convencen de que la literatura es un escenario, pero se trata del edificio entero. Además de las tablas, incluye los bastidores, las luces y el patio de butacas.

(de)TRÁS (d)EL TELÓN

intentará pasearse por los recovecos misteriosos del

Teatro Literario.



(de)TRÁS (d)EL TELÓN

MILLÁS NO SE ACABA NUNCA (Sobre La mujer loca)

Por Juan Vera


El argumento de la obra Millás se acomodó en el sofá de nuestras casas como si este fuera una extensión de su propio cuerpo. Al principio, trató de convencernos de que La mujer loca narraba la historia de Julia, una pescadera —cuya imaginación mantiene un difícil equilibrio entre lo real y lo inventado— a quien Millás periodista conoce gracias a Emérita, una mujer cuya enfermedad la postra en la cama y la impele a morirse ella misma de eutanasia. Pasados los primeros instantes de confusión decimonónica —desprendidos de la idea de que La mujer loca fuera la historia de Julia— trató de convencer a quien lo escuchase de que su libro dibujaba una sinopsis sin vida. Dijo Millás no sé qué de las diferentes instancias narrativas y de su disolución o, al menos, de su confusión, como si se intentara caminar con un brazo o saludar con una pierna, añadió. Y declaró el consiguiente advenimiento de diversos planos narrativos, como prótesis articuladas de un mismo insecto desquiciado. Habló de un Millás personaje que contaba a un Millás narrador lo que Millás sabía de Julia, del resto de personajes y de sí mismo. Y que si cajas chinas y muñecas rusas. Se notaba que mentía, pues el sofá comenzó a desprendérsele del cuerpo. Si se hubiera desentrañado el verdadero argumento de su artrópodo narrativo, se habría desvelado que el escritor Millás había sufrido una crisis creativa y existencial a causa de la cual «había abortado» dos novelas. De la subsiguiente reflexión sobre su vida y sobre la literatura brotaría La mujer loca, que habría conservado, como un diario de un mal año, una protuberancia enquistada: la referencia a un «Diario de la vejez» del que se desprendía una cierta sensación de senectud.

El rechazo de lo diferente produce monstruos Julia estudia la gramática del mundo para tratar de comprenderlo. Pero captar la estructura del mundo —casi todo es «sustantivo»— le produce pánico, pues a su vez Millás la obliga a desenmascarar el lenguaje, quien no es servidor sino amo. Millás narra que Millás dice que Julia le ha explicado el caso de Pobrema, una palabra que no existe (aunque, ¿cómo puede no existir una palabra que nombramos?). Sea como sea, Julia se propone remediarlo. Según Millás, Pobrema «no parecía muy convencida de las ventajas de existir al precio» «de ser mutilada». Ante todo —afirma Millás que dicen por ahí— está la gramática, así que Julia la cercena y Pobrema deviene Pobre, quien se marcha «contenta de significar algo, de ser alguien, de pertenecer». Debe extirparse lo diferente para encajar. Todo estaba «en orden», «de acuerdo a lo programado», pero «no le había cicatrizado del todo la herida».


F for Fake Pero Millás, ¿Qué ocurre aquí? Julia es un personaje McGuffin que se disipa sin respuestas conforme avanza la lectura, un pretexto para desprender de cualquier aire de pretenciosidad retórica tus disquisiciones sobre el lenguaje. Pobre Julia loca. Y seguro que ni siquiera se te ha pasado por la cabeza escribir otro reportaje sobre la eutanasia. ¿Y el otro Millás? Pero Millás se hace el despistado, como si no atendiera y continúa su lectura. ¿Qué lee? Un poema de San Juan de la Cruz y un cuento de Kafka, contesta ensayando una pose enigmática de la que se desgaja enseguida una sonrisa irónica.

Deconstructing Millás Millás acude a terapia. A pesar de la presencia de un diván retórico, la consulta semeja más bien un taller de creación mediante diálogos platónicos que revelan lo invisible de lo visible. Y Micaela, la octogenaria psicoanalista, no es sino un adorno para las notas sobre literatura que Millás desliza en unas sesiones durante las cuales ambos discurren también sobre la conveniencia de someterse, «estás en la edad», a una colonoscopia exploratoria. En ambos casos —terapia y colonoscopia— «se trata de llegar a lugares inaccesibles a través de grietas abiertas en la personalidad o en la carne». Verosimilitudes, representaciones, territorios, «comparar el proceso de construcción de una novela con el proceso de construcción de un individuo»: «delirios narrativos» de los que se desprenden un cierto sentimiento de senectud.

Ausencia de biografía En esta ocasión no, Millás. Porque falta espacio para deslizar, como quien no quiere la cosa, la biografía del autor —convenientemente disfrazada— en alguno de los epígrafes del artículo; así que quien quiera reconocer entre líneas los nombres de algunas de tus obras y los entresijos de tu literatura debe acudir a Internet o a una enciclopedia o a la solapa de tu libro.


El hombre en busca de sentido Millás confiesa complacido ser «un Sherezade al revés». O al derecho, pues vuelve a narrar para seguir viviendo. Concluye Millás que tal vez sea esa la razón por la cual continuamos leyendo y escribiendo literatura. Para buscar un sentido. Tal vez no para encontrarlo, pues no hay sentido en la casualidad ni en la vida, pero en todo caso, sí para buscarlo, pues nuestro cerebro es un como un aparato eléctrico proyectado para estructurar el mundo con un sentido.

Sin ningún género de dudas Millás propone la falsificación perfecta de una novela cuya colonial similitud con el original, como el casco histórico de Quito, cause paradójicamente una sensación de extrañeza. Simulada novela policíaca. Ensayo encubierto. ¿Soy reportaje o novela? Millás logra desactivar las defensas del lector, pues ha inoculado en La mujer loca un horizonte de expectativas novelesco cuyos cimientos socava a lo largo del libro. ¿O tal vez leamos «una novela falsa como un reportaje verdadero»? Millás ha seguido en La mujer loca una terapia ensayística propia mediante unas notas sobre literatura inyectadas de reflexiones vitales —¿y si fuera vejez?— disfrazada de falsa novela derivada de un fingido reportaje abortado. Una falsa novela convencional repleta, como todas las verdaderas, de literatura. Consecuentemente, nos levantaremos del sofá desconociendo «lo que representaba» la terapeuta octogenaria y con menos respuestas que cuando abrimos sus páginas. Pero no entenderlo todo es una puerta que se abre, apuntará Millás, quien ya se habrá quedado profundamente dormido.


NO ES QUE SEA MALA... ...por Olga Besolí

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... PERO, ¿POR QUÉ LA GENTE NO LEE TEATRO? Toda familia tiene una oveja negra y a los dramaturgos nos ha tocado desempeñar ese papel dentro de la gran familia literaria cuyo indiscutible elemento dominante son los novelistas y cuyos otros miembros, ensayistas, escritores de narrativa breve, de cómics, de cuentos infantiles e incluso guionistas, entre otros, gozan de muy buena salud literaria. Pero los dramaturgos no. Primero, porque las artes escénicas, pese a ser de las primigenias, —el teatro nació en Atenas, entre los siglos V y VI a.C— han sido superadas con creces en cuanto a público, presupuesto, publicidad e importancia mediática por el séptimo arte, el cine, cuyo inicio como espectáculo se remonta a hace tan solo 119 años.

Segundo porque, en lo que a literatura se refiere, somos pocos los que escribimos teatro, son escasas las editoriales que nos publican y nuestros lectores son prácticamente inexistentes. ¿Por qué? Esa es una pregunta que llevo años haciéndome. Quizás porque Talia, la musa de la comedia, Melpómene, la de la tragedia, y Polimnia la de la pantomima, no hicieron bien su cometido o lo han ido descuidando durante estos dos mil quinientos años de creaciones teatrales. O quizás seamos nosotros, los pobres mortales, quienes no hayamos puesto suficiente ahínco en transmitir el amor por la dramaturgia de la misma forma en que cultivamos el amor por otros tipos de literatura. O tal vez sea culpa del sistema educativo, cuyas enseñanzas en cuanto a la literatura dramática son insuficientes tirando a inexistentes.


Los alumnos no van a entender el significado e importancia del teatro sólo con memorizar los nombres de los tres autores griegos más famosos —de entre la treintena de dramaturgos de la Grecia clásica que se conocen— de carrerilla y mediante el juego de palabras de Eurípides, no me Sofocles, que te Esquilo; ni viendo como sus profesores relegan al olvido, literal y deliberadamente, un milenio entero de tradición teatral europea —desde la época medieval hasta hoy en día—; haciendo sólo una merecidísima aunque breve parada en el siglo XVI para hablar del indiscutible maestro de los maestros, William Shakespeare, y para dar como única lectura obligada la de “La tragicomedia de Calisto y Melibea” conocida como “La Celestina”, obra cuyo máximo valor radica en estar escrita por un autor patrio, Fernando de Rojas. O puede que la gente no suela leer teatro por todas las razones expuestas anteriormente en conjunto. Si es así, yo os digo: Olvidaos de todo lo que creéis saber sobre la literatura dramática. Escoged una obra de un autor coetáneo vuestro, del siglo XX o del XXI, Tenessee Williams, Sergi Belbel, Samuel Becket, Federico García Lorca, Lluïsa Cunillé, Harold Pinter, Jordi Galcerán, Tracy Letts, Toni Cabré... y leedla. Sólo así podréis derrumbar el prejuicio de que leer teatro es complicado, largo y tedioso. No lo es. Es ameno, relativamente fácil y muy interesante. Tanto como ir a ver una obra. Tanto como sentarse en una butaca de cine. Tanto como leer una buena novela. Dos mil quinientos años de tradición teatral lo corroboran.


En cualquier otra parte Su mitad más bárbara

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“La crueldad también se vuelve insípida cuando no es imaginativa.” Paul-Jean Toulet

Por Berta Díaz Directora de Le Bateau traductores y editores


A sabiendas de que mi memoria es más bien selectiva y que mi imaginación es más bien delictiva, existe la posibilidad de que todo lo que van a leer sea más bien falso, o recreado. Empezaré, pues, con un: “Si no recuerdo mal...” ...cuando una cruza la frontera pirenaica, el primer pueblo donde recala se llama Po, o Pau, o Pô... Un nombre insulso para un territorio de nadie, prometedor pero vacío al que, como cualquier amor platónico, solo lo salva saber que estamos ahí de paso y que todo lo que vendrá después siempre será mejor. Atravesar la transpirenaica en una furgoneta de tercera mano con dos chuchos gritando no es moco de pavo. Una tiene tantas ganas de poner los pies en polvorosa que ni siquiera te abrigas al abrir la puerta y una ráfaga helada te corta la respiración. No has tenido tiempo de reaccionar cuando los chuchos huyen disparados, siempre hacia la carretera, y tú detrás, y el camionero que sale de la curva pega un volantazo y te grita dos improperios a los que tú respondes con tres y hala, ya has empezado a practicar francés. No resulta raro entonces que Paul-Jean Toulet, nacido allí, se pasara la vida tratando de escapar de la frontera, escribiendo sobre las fronteras, atravesando fronteras, incluso fronterizando fronteras frente a frente, un poco en el limbo. Y es que, a juzgar por su trayectoria, nunca logró salir de aquel no lugar. Para él, desgraciadamente, todo lo que vino después no mejoró nada en absoluto. La madre de Paul-Jean Toulet murió al darle a luz. Su padre regresó a su Mauricio natal dejándolo al cuidado de un tío. El escritor pasó su infancia rodando de Francia a Mauricio, de Argelia a París, donde se estableció tutelado por Willy, de quien fue uno de sus numerosos “negros”. Allí frecuentó los bajos fondos y algunos altos salones, siempre entre opios y alcoholes. En 1912 dejó París para instalarse en casa de su hermana, pero enseguida volvió a cambiar de residencia para casarse. Murió con apenas cincuenta años, enfermo y desconocido. En sus últimos años, un grupo de jóvenes poetas fundó la “Escuela Fantasista” y quiso hacer de él su maestro, pero la mala fortuna que le había acompañado en vida no le abandonó tras la muerte: el estallido de la Primera Guerra Mundial, que hizo que la sociedad y los gustos artísticos del momento se tambalearan, enterró con él también sus aportaciones literarias. Moderno, ingenioso, formalmente clásico y crítico en el contenido, solo se le recuerda vagamente por sus Contrarrimas, una suerte de experimento neoclásico para el que rescató una forma muy antigua y desconocida de poesía. Ángel o demonio, Paul-Jean Toulet se la jugó a las dos caras de la moneda y le salió muy bien. Fue un diamante en bruto que se pulió a sí mismo (además de alguna que otra fortuna), sobre todo en “Mon amie Nane”, una novela encarnizada en la que demuestra que cuando un ángel desciende entre nosotros deviene grotesco, pues para hacerse humano, debe sacrificar su divinidad. Así, los ángeles nos ofrecen a la gente su mitad más bárbara, resultando de ellos los peores demonios. Demonios que todo hombre o mujer tenemos el deber de combatir.

À lire: “Mon amie Nane”. Paul-Jean Toulet, 1922.


MEKTRES -----

Y si fueran reales?

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José Luis Borges decía: “Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Al leer esta frase mi mente vuela años atrás, cuando estaba en el colegio y recibía aquellas invitaciones a la lectura de mis padres o aquel sufrido profesor de literatura que se esforzaba por recomendarnos lecturas asequibles para nuestra edad, intentando no caer en el error de introducir los clásicos por vía intravenosa, hecho que suele traer aparejado el uso de libros como pisapapeles o armas arrojadizas.Quienes hemos crecido saboreando el olor y el tacto de las páginas de un libro, a pesar de la seducción de distintos aparatos electrónicos,podemos llegar a imaginarnos por un instante cómo sería la vida de esos personajes si vivieran en nuestra ciudad.


No sería extraño bajar a la Alameda de Hércules y ver a Mafalda vestida de verde al frente de una manifestación, sosteniendo un cartel que verse: Educación pública de tod@s para tod@s. Esa misma tarde, la señora Clarissa Dalloway y Anna Karénina habrían quedado, como cada jueves, en la calle Regina para tomar un té (o mejor unas caipiriñas) y así mantener una de esas conversaciones trascendentales que tanto adoran, sobre el amor y el miedo. Mientras, Ayla y Jondalar pasean a Lobo de camino a la semillería de la misma calle. Hemos querido ver a Henry Hank Chinaski solo, rebañando unos chicharrones en el mercado de la calle Feria, quejándose en voz altade un mal mes o un mal año.No muy lejos de allí, Gregorio Samsa busca, sin éxito, hacerse con una de lasalitas de pollo en la puerta del ¨apuntalao¨, cerca del Pumarejo. El río nos deja la imagen de unas tortugas casiopeas tomando el sol. Comparten lugar con estudiantes de Erasmus enrojecidas que, a su vez, miran a Santiago sosteniendo pacientemente su anzuelo a la espera de movimiento en ese estanque verdoso mientras recita para sí las hazañas de los héroes deportivos de su niñez. En otro punto de la ciudad, tres niños corretean por el parque Miraflorescon zapatillas gastadas de tanto uso; el Mochuelo, el Moñigo y el Tiñoso juegan con naranjas y palos que han encontrado, sin caer en la cuenta de que son observados por un anciano apoyado en su bastón de punta de goma. José Arcadio Buendía contempla la escena con ojos vidriosos. La ciudad en la que vive se ha transformado en un sinfín de barrios clónicos, sin identidad, es únicamente deteniendo su mirada ante esas instantáneas como consigue transportarse a otro tiempo.


El cielo se tiñe de naranja y Naoko sale de las Urgencias del Hospital Macarena acompañada de su mp3 y tarareando Norwegian Wood de los Beatles. Un residente del hospital le abre la puerta, es Rob J. Cole, agotado tras una larga noche de guardia y su propia situación personal, da varias caladas a un cigarro con los ojos llenos de vida. Ya a altas horas de la noche, cuando no queda nadie en la calle, resiste un pub cerca del centro. Un pequeño grupo, entre quienes destaca la Maga, habla de patafísica hasta cansarse. Es la hora de dormir. Apuro el último capítulo, miro de refilón el siguiente y dejo el libro en la mesita de noche. Apagamos la luz del flexo y hasta mañana. Buenas noches.

M e k t r e s está constituido por Paloma Garrido y Pablo Navarro. Es un blog con base en Sevilla de contenidos relacionados con el arte, la fotografía, lugares interesantes y cultura en general. www.mektres.com



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lab , laboratorio de imagen. doctor bar

la caja habitada , hostel.

“LA SEVILLA EFERVESCENTE”


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