Buk17

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SUMARIO

Selector de frecuencias {SF}...pag 4 01 {Literatura} ...pag 5 03 {TV } La TV es nutritiva ...pag 14 04 {Teatro} ...pag 19 05 {Cómic}...pag 20 06 {Música} ...pag 24 07 {Desarrollo personal}...pag 22 Certamen “Mamá tengo miedo” relatos cortos de terror...pag 26 Exposiciones por Pablo Navarro: Antje Schiffers...pag 16 Espacio artistas visuales - Barahona...pag 28 Páginas centrales: El oficio de escribir... pag 34 Cinco sencillos hábitos para llegar a ser un (buen) escritor...pag 42 Cita con la escritura...pag 44 Crónicas de una madre imperfecta...pag 46 Me dijiste cántame: Escritor prisionero...pag 48 Cuadernos de poesía... Jose A. Iván Suárez...pag 50 En cualquier otra parte...pag 52 El último pasajero del Nostromo: Anticitera...pag 54 Off the record...pag 58 Detrás del Telón: Walter Besant...pag 60 No es que sea mala...pag 64 Mektres...pag 66

BUK17 Equipo: Redacción y Colaboración: María Asuero, Olga Besolí, Berta Díaz, Elena Fernández-Orellana, Alfonso Grueso, Saúl Ibáñez, Jose de la Interzona, Daniel Martín Reina, Mektres, Eva Mirror, Diana P. Morales, Pablo Navarro, Trinidad Sepúlveda, Jose Iván Suárez, Mª del Mar Tercero, Belén Vázquez López-Escobar, Juan Vera. Maquetación y diseño: Eva Maria Espejo y Mariola Fernández. Social Media Manager: Carmen Grimaldi. Editora: Diana P. Morales cif: 28743662X. Editado en Sevilla. ISSN 2340-9606


selector

de frecuencias

(Buk) LITERATURA 01 CINE 02 TV/ SERIES 03 TEATRO 04 CÓMIC 05 MÚSICA 06 DESARROLLO PERSONAL 07 Hemos degustado estos libros,

películas y series de actualidad y así te lo contamos. Déjate arrastrar por las ondas, seguro que encuentras algo en tu misma frecuencia.


(lit 01) Yo iba a ser Homero Paulo Leminski {Editorial Kriller71}

Comencemos

de nuevo sin olvidar la tradición — hilo, peso, yugo—: intentemos una Ilíada. O un haiku. Interroguémonos sobre lo establecido —obras, ideas, palabras— y moldeemos de nuevo. Seamos vanguardistas: volteemos, juguemos e inventemos. Pero, eso sí, escribamos inteligiblemente —también la ironía—, para que nos entiendan. Y no nos olvidemos de nosotros, los de ahora, que no somos los mismos y habrá que contarlo. Y el dolor, “sufrir será mi última obra”.

Todo eso propone Paulo Leminski (Brasil, 1944-1989) en esta antología, lucha interna entre la “despoesía” y su deseo de in-mortalidad literaria: “un día, esta página, papiro / tendrá que ser traducida / al símbolo, al sánscrito”. Esta dicotomía sublima su anhelo de desnudez cuando sus poemas devienen pensamiento concentrado — crítica literaria, poética, pequeño ensayo—, mientras que palidece cuando despoetizar (“yo no hago / exploto”) no pasa del juguetito sin pretensiones o de la fácil exaltación (“en la lucha de clases / todas las armas son buenas / piedras / noches / poemas”) del lector de eslóganes de muro descuidado. Aun así, descubramos al hombre y la palabra. Intentemos “una Ilíada” cualquiera, o bien otra Odisea. ¿No escribió alguien que lo fundamental debiera ser el camino? Juan Vera


(lit 01) En las montañas de la locura H.P. Lovecraft {Editorial Libros del Zorro Rojo} Buk 6

En esta novela

del autor estadounidense H.P. Lovecraft, un geólogo de la Universidad de Miskatonic narra en primera persona una expedición al continente antártico, de descubrimientos asombrosos y consecuencias trágicas. A Lovecraft se le atribuye el mérito de haber creado un nuevo género literario –el horror cósmico– y todo un mundo mitológico cuyos elementos principales (el Necromicón, los Antiguos, los shoggoths, Cthulhu) se encuentran presentes también en esta obra. Sin embargo, aun consciente de los méritos del autor, y de las magníficas ilustraciones que acompañan a esta edición que nos ofrece Libros del Zorro Rojo, debo decir que la lectura se me ha hecho pesada. En su estilo hay una sobreabundancia de adjetivos relacionados con la sensación de terror y asombro, y las descripciones son tan sumamente detalladas que acaban aburriendo al lector y haciéndole desear que ocurra de una vez eso que se anuncia con tanta insistencia desde las primeras palabras del libro. Ese algo llega muy al final y sorprende poco. Durante su lectura estuve preguntándome todo el tiempo si no habría una película, pues sinceramente creo que la historia ganaría muchísimo en formato visual ya que lo que para mí son defectos sobre el papel pueden transformarse en virtudes llevados a la gran pantalla. ¿La hay? Pregúntenle a Guillermo del Toro. Belén Vázquez López-Escobar


(lit 01) El vigilante Peter Terrin {R ayo verde editorial}

Podríamos

bautizar esta novela como un inquietante thriller psicológico en el que el autor nos sumerge en una atmósfera claustrofóbica, silenciosa y oscura que envuelve el día a día de los dos vigilantes que custodian, en condiciones precarias, un enorme aparcamiento de un edificio de lujo. Cualquier tipo de comunicación está prohibida y su único contacto con el exterior proviene del exiguo reparto de provisiones que reciben. Ambos aspiran a convertirse en vigilantes de élite y desempeñan un trabajo impecable y modélico, con una fe ciega en su organización. El abandono repentino del edificio de todos los residentes excepto uno se convierte en el elemento desencadenante de todo tipo de elucubraciones sobre lo que ocurre en el exterior, arrastrando a los vigilantes a un estado de enajenación mental exacerbada en el que la paranoia sobrevuela cada esquina del sótano. La historia va creciendo en intensidad paralela a la creciente incertidumbre de los vigilantes y a la sensación de aislamiento absoluto. El miedo acecha su vulnerabilidad y les empuja a cometer actos descabellados. La amenaza que proviene del potencial peligro exterior enmascara una amenaza que surge del interior de cada uno. La corta extensión de los capítulos imprime un trepidante dinamismo a este magnífico relato que engancha al lector, invitándolo a una profunda reflexión sobre los límites y los miedos del ser humano. Trinidad Sepúlveda


(lit 01)

A finales

del siglo XXI, la Tierra se encuentra al borde del colapso debido a las consecuencias del cambio climático y a la escasez de fuentes de energía. Entonces se descubre Némesis, un agujero negro próximo al Sistema Solar, del cual se podrían sacar ingentes cantidades de energía. Una nave con 500 tripulantes se embarca en un viaje de 45 años sin ninguna garantía de retorno. Esta es, a grandes rasgos, la trama de El legado de Prometeo, la primera y prometedora novela larga escrita por Miguel Santander, publicada por Iniciativa Mercurio en mayo de 2012.

Buk 8

El legado de Prometeo

Miguel Santander {Editorial Letras Apócrifas}

Además de escritor, Santander es astrofísico y divulgador científico. No es de extrañar, por tanto, que el argumento de su novela tenga una sólida base científica. Y conceptos como el ascensor espacial, la energía negra y la inteligen-cia artificial aparecen explicados de forma amena y sin perder un ápice de rigor. Pero El legado de Prometeo es mucho más que eso. Es una novela coral, muy entretenida, con momentos emocionantes, donde el verdadero protagonista son las relaciones humanas que se tejen entre los personajes que desfilan por sus páginas. En definitiva, un excelente ejemplo de la llamada ciencia ficción “dura” –por su rigor científico- que no sólo hará las delicias de los seguidores de este género . El gran acierto del autor es haber dotado a la novela de una rigurosa base científica, pero sin olvidarse de lo más importante, esto es, una trama muy entretenida que engancha al lector y unos personajes bien trabajados, aunque algo desiguales (los malos son demasiado malos). A finales del siglo XXI, la Tierra se encuentra al borde del colapso. La humanidad sufre las severas consecuencias del cambio climático, mientras gobiernos y corporaciones lu-chan por controlar las escasas fuentes de energía. Enton-ces se descubre Némesis, un agujero negro cercano al Sol, del cual se podría sacar ingentes cantidades de energía. Aunque para ello habría que embarcarse en un viaje de casi medio siglo sin ninguna garantía de retorno. Daniel Martín Reina


El pasado 13 de septiembre celebrábamos el día de Roal Dahl, que conmemora el nacimiento de tan grandísimo escritor. De pequeña leí sus obras más conocidas, pero no fue hasta hace aproximadamente unos cinco años que me topé con Boy. Relatos de la infancia, haciéndome volver a él y a todo su universo. Es por esto que a Boy le debo mucho. Tan divertido como toda su ficción, en este conjunto de relatos autobiográficos se narran las aventuras de la infancia de uno de los más grandiosos escritores para niños (y adultos) de todos los tiempos. Comenzando breve-mente con sus primeros años de vida y la muerte de su padre cuando tenía solo cuatro años, se narran, además, las vacaciones en Noruega cargadas de travesuras, su vida “idílica” en Inglaterra, o sus experiencias en la escuela, que consideraba miserable. A partir de aquí nos describe fielmente sus experiencias en Saint Peter’s y en otros internados, donde recibió una educación muy estricta. Fueron estas experiencias fuente de inspiración para la genial Matilda. Se encuentran, además de este, otros paralelismos entre sus experiencias y las aventuras narradas en sus novelas, como sus asuntos con el chocolate Cadbury, que quedan retratados en Charlie y la fábrica de chocolate. Releyéndolo ahora, mi capítulo preferido sigue siendo el de siempre: aquel donde se venga de la dueña de una tienda de golosinas poniéndole un ratón muerto, hazaña que le hace recibir 100 azotes de su profesor en presencia de la señora que no paraba de reír. Esto, que parece tan macabro está lleno de un gran sentido del humor. Son historias ordinarias de un niño cualquiera, pero que Roal Dahl tiene la capacidad de hacer mágicas. La tensión que se crea entre lo común y las peculiaridades del autor, dan a esta, y a todas sus obras una fuerza magnética. María Asuero

(lit

01 Infantil)

BOY

RELATOS DE LA INFANCIA

Roal dahl EDITORIAL Alfaguara


LA TV ES NUTRITIVA

…porque las series son el nuevo cine. Diana P. Morales

Primer plato: THE KNICK Buk 10

Abrimos el menú del mes con mucha fuerza y con una serie con mucha personalidad. No por nada es la nueva criatura de Steven Soderbergh (Sexo, Mentiras y cintas de vídeo, Erin Brokovich), que aterriza en la televisión pisando fuerte. Pero primero hay que aclarar que The Knick es una serie de médicos. Sí, sí, de médicos. Ese tema tan manido, tocado por culebrones como Hospital General, dramas como Anatomía de Grey, pasando por el humor de Scrubs, el romance de Emily M.D., y la genial e inclasificable M.A.S.H. Pero esta serie nos transporta a principios del siglo XX, cuando realizar una cesárea suponía casi con certeza la muerte de la paciente. Así, la serie no ahorra momentos duros (la paciente sin nariz víctima de la gonorrea es un ejemplo), pero da una perspectiva bastante realista de lo que debía de significar vivir, y enfermar, en aquella época. Además, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, incluyen una subtrama de racismo. La ambientación está bastante lograda y la música electrónica le da un toque muy peculiar y tenso. Los “peros”: Clive Owen está magnifiquísimo, como siempre, pero es ya el enésimo médico adicto de la tv. Estaría bien buscar otros conflictos para estos personajes, digo yo. Por otro lado, creo que han inten-tado incluir demasiados temas desde el principio: la medicina, la adicción, el racismo, el aborto, cómo se mantenían económicamente los hospitales y las ambulancias… un entramado que resulta un tanto confuso servido todo de golpe ya en el episodio piloto. Ah y, eso sí: es la serie más seria de la historia de la TV. No creo que haya una sola sonrisa en todos los episodios que he visto.

Nota: 7


( TV 03)

TAPEO:

OUTLANDER

Los que leéis mis críticas de series en Buk ya sabéis que tengo debilidad por ciertos géneros, como la fantasía y, sobre todo, la ciencia-ficción. Outlander es un “guilty pleasure” con trasfondo sobre la independencia de Escocia que no ha podido llegar en un momento más mediático. Es la historia de Claire Beauchamp, una enfermera inglesa que, tras terminar la II Guerra Mundial, mientras viaja con su marido por tierras escocesas, en la noche de Todos los Santos viaja en el tiempo hasta el siglo XVIII. Allí es acogida por el Clan Mackenzie, señores escoceses que la retienen porque es una buena “curandera” y porque sospechan que es una espía escocesa. Mientras ella sueña con regresar a su tiempo, deberá sobrevivir en esas duras tierras, en una época en la que las mujeres no son tenidas en cuenta y en un lugar en el que se la mira con mucho recelo. La llaman Sassanagh, que significa Outlander (o sea, extranjera). No esperéis una octava maravilla porque se trata de una serie simplemente correcta, que se deja ver, tiene ritmo, un argumento que engancha (está basada en una serie de novelas muy conocidas en su país), buena ambientación y algunas escenas tórridas que darían envidia a otras series más consagradas. Y es que la buena de Claire no solo encuentra enemigos en su viaje. Nota: 5


( TV 03)

PLATO FUERTE :

THE LEFTOVERS

Comentábamos hace un par de meses en estas mismas páginas que el piloto de esta nueva serie producida por Damon Lindelof (Lost) era prometedor, aunque algo pretencioso. También temíamos su desenlace: a algunos, el final de Lost nos ha creado un trauma para toda la vida. Bien, una vez dicho esto y vista la primera temporada completa, rectifico mi opinión: The Leftovers es una serie que HAY que ver. Eso sí, teniendo varias cosas en cuenta. Algunas ya nos las han avisado: jamás se va a desvelar qué ocurrió en esa “Sudden Departure” en la que el 2% de la población mundial desapareció. También es importante saber que la serie está basada en una creencia de la Iglesia Protestante (que un día Dios se llevará a los “bendecidos” y dejará en la Tierra a los pecadores). Es una serie que juega con elementos religiosos y, aunque nunca se aclara el misterio, hay que estar preparado para encontrar personajes que podrían ser –o no– santos, ángeles guardianes, demonios tentadores, hacedores de milagros o poseídos (esos perros malditos). Es la iconografía con la que juega la serie, y hay que aceptarla. Uno decide qué creer, con la tranquilidad de que –aquí sí– los personajes y lo que les sucede es lo más importante. Es una serie sobre cómo aceptamos la pérdida y la mortalidad; sobre cómo conviviría toda la humanidad con la certeza de que, si Dios existe, no le importamos una mierda. Ese es el drama que subyace en todos los personajes de The Leftovers y que se va abriendo paso según vamos conociéndolos cada vez más. Y, como se ve ya desde el piloto, hay todo tipo de reacciones. La de los Guilty Remnants tal vez sea la más radical, y la más original. Dadle una oportunidad a los primeros cinco capítulos –el 5º se abre con una de las escenas más fuertes que jamás he visto en televisión– y no os arrepentiréis. Nota: 8


( TV 03) La BBC nos regala una de las series sorpresa de este verano: una mini-serie policíaca de seis episodios que transmite veracidad a los cuatro costados. Es mucho más honesta que Broadchurch , ese policíaco de la temporada pasada que tendrá su versión USA y en el que las sospechas volaban de un personaje a otro en cada capítulo, jugando al despiste. En Happy Valley sabemos quiénes son los delincuentes desde el primer episodio: un pobre empleaducho de una empresa que, a la manera de Fargo, tiene la idea de secuestrar a la hija de su jefe. Como en la película de los Coen, se asociará con criminales “profesionales” para llevar a cabo su plan. Y, como en aquella película, por supuesto, todo se acaba torciendo. Hasta ahí los parecidos: el universo de Happy Place nada tiene que ver con los hermanos Coen: apenas hay sentido del humor ni del absurdo. Todo es realidad pura y dura, en un valle al que la palabra “happy” solo se le puede aplicar como un sarcasmo, ya que es una ciudaducha infestada por el tráfico de drogas.

POSTRE: HAPPY VALLEY

Como siempre ocurre con las series de BBC, los personajes son maravillosos y en especial la protagonista: una mujer policía de mediana edad de verdad. No me refiero a unos 40 bien llevados y lucidos con modelitos de marca, sino a 51 y pura normalidad. ¡Cuánta falta hace que la pequeña pantalla se llene de mujeres de carne y hueso, que destacan en la serie por su profesionalidad y su carácter, y no por su rostro o sus piernas! Aplauso. Una trama sin trabas que se va desgranando con coherencia hasta el final. ¿A qué estáis esperando? Nota: 8


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(04) Teatro

VER TEATRO

EL MINISTRO,

una comedia galardonada.

“El Ministro”

es una comedia de despropósitos que, en mayo del 2013, ganó la quinta Edición del Premio Internacional de Teatro para Autores Noveles “Agustín González”. Su autor, Antonio Prieto, es además guionista de televisión (ha trabajado en series como “Amar es para siempre”, “Amar en tiempos revueltos” y en la adaptación de “Betty la fea”), aunque “El ministro” sea su ópera prima en el terreno teatral. Ahora Arequipa Producciones, bajo la dirección de Silvestre G —que curiosamente era el pseudónimo con que Antonio Prieto presentó su obra al certamen literario— presenta esta obra protagonizada por el monstruo televisivo Carlos Sobera en el papel de ministro y acompañado de los actores Marta Torné, Guillermo Ortega y Javier Antón. Quien quiera ver a ese ministro que quiere llegar a presidente, que se debate entre lo cruel, lo cómico y lo ridículo y que se mueve entre devaneos sexuales, escándalos y controversias, sólo tiene que acercarse hasta el Teatro Cofidis Alcázar de Madrid, donde la obra se estrenó el pasado septiembre y será representada hasta el 11 de Enero de 2015. Olga Besolí


EXPOSICIONES

Interacciones y trueques como fuerzas creadoras:

Antje Schiffers Por Pablo Navarro.

Buk 16

“Las bienvenidas están en todas partes. Algunos relatos transculturales”

es el título de la exposición de Antje Schiffers que podrá verse hasta el próximo 11 de enero en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. El día antes de la inauguración tuve la oportunidad de asistir a una visita guiada con la artista y el comisario, Manuel Olveira.


Detrás

del rimbombante título se esconde la esencia del trabajo de Schiffers, una suerte de artista nómada que busca en la interacción con sus anfitriones la forma de plasmar su experiencia en cada uno de los lugares que visita. La búsqueda, por tanto, se erige como el mecanismo que propulsa estas enriquecedoras simbiosis. Las creaciones son ofrecidas a cambio de documentar el trabajo o el entorno de las personas o entidades con las que quiere colaborar. Desde una multinacional de neumáticos a propietarios agrarios de distintas partes de Europa, pasando por Chicahuaxtla o Cape Town. La muestra juega en el espacio con el concepto de búsqueda. Se vertebra a lo largo de un corredor, a modo de camino, del que van saliendo las estancias donde se exhiben los distintos proyectos, de forma que estos se pueden contemplar como capítulos dentro de una travesía. La documentación varía desde lienzos, dibujos o fotografías a videos o narraciones en audio que suelen ser presididos por murales que tienen un carácter introductorio sobre la experiencia.

“Soy agricultor y me gustaría seguir siéndolo” es un trabajo con Thomas Sprenger que se basa en la experiencia en distintas explotaciones agrícolas donde los cuadros, pintados al aire libre y con encuadres fotográficos, fueron intercambiados por videos que ilustraban el trabajo diario en el lugar. Las anotaciones en primera persona de las estampas ayudan a poner de relieve el valor dado a los intercambios por parte de las personas que regentaban las granjas. Diametralmente opuesta parece “Lo principal es que tienes trabajo”, donde la artista rememora su paso por una multinacional dedicada a la fabricación de neumáticos a la que aplicó para optar al puesto de “artista de empresa”. Su función fue la de decorar distintos espacios de la fábrica con motivos que eran sugeridos por los empleados que pasaban mayor tiempo en cada zona, un juego que evoca elementos lejanos, exóticos, como queriendo amenizar y evadirse de la rutina de las horas de trabajo. Las obras muestran la personalidad y el punto de vista de la artista en contextos diversos, donde la práctica artística usualmente no suele venir asociada. Sobrepone el proyecto a realizar a la forma de documentarlo, dándole el valor primordial a la experiencia adquirida durante el desarrollo del mismo. En “Wunderbar, sagt Vlamidir” la contraposición llega en forma de enfrentar su propia carrera artística con una asesoría para que esta evalúe su trayectoria y su valor, quedando de manifiesto que en disciplinas tan opuestas no siempre las mismas cosas resultan positivas.


Con todas

estas trazas resultaría paradójico que el paso de Schiffers por la ciudad no originase alguna obra. Se trata de una revisión de su proyecto “Vorratskammer”, rebautizado como “Despensa”. Para el mismo, ha diseñado una vajilla en colaboración con la fábrica de Pickman y ha recolectado las naranjas de la huerta del antiguo monasterio para que las monjas del convento de Santa Paula elaboren mermelada. Estos elementos se amontonan en una sala con un cuadro de Francisco Barrera procedente del Museo de Bellas Artes, “Otoño”. La confluencia culmina con un mobiliario de feria en el que se invita a examinar otros proyectos de la artista y reflexionar en la relación de las obras y los lugares en los que se producen. Schiffers concibe esta propuesta como una interacción con quien acude a la exposición. Una comunión que se lleva a cabo el día de la inauguración, cuando se degustan los productos que se exponen y los que lleva el público asistente, quedando documentada, otra vez, la experiencia. No resulta extraño ver los apuntes florales, al modo de viajero decimonónico, o las reconstrucciones imaginarias realizadas en “Territorios”, a través de la percepción que alguien que no ha visitado un lugar puede tener del mismo. Asistimos a un gran archivo vital en constante gestación de la producción artística de Schiffers, donde la multidisciplinariedad en el formato sirve para documentar los detalles a destacar, las vivencias y la identidad de lugares concretos. Los resultados que podemos observar casi nos trasladan a la figura del cuentacuentos o del narrador. Entramos en la estancia observando todos los detalles para poder imaginarnos un lugar en el que no hemos estado e intentar adivinar cómo ha evolucionado lo que Antje propone.



(05) Cómic Fútbol es una novela gráfica única en su especie. Con el deporte rey como escenario principal, una hoja en blanco en cuanto a referentes dentro del noveno arte y una narración que utiliza con maestría el binomio realidad/ficción, Santiago García y Pablo Ríos nos regalan una estupenda obra cimentada en fábulas e historias que se expanden más allá del redil futbolístico y se adentran en temas tan variopintos como la corrupción, el arte, las conspiraciones globales, el amor, las teorías de los juegos, la fama, etc. Santiago García, prolífico guionista y acérrimo divulgador del cómic en nuestro país, se convierte en un elemento estructurador fundamental en Fútbol: encarna literalmente a la figura del narrador, que, a través de pasajes personales, entrevistas, anécdotas deportivas y diversos relatos de toda índole, se erige como el hilo conductor que da unidad y cohe-rencia a este sorprendente cómic.

Buk 20

Fútbol de Santiago García y Pablo Ríos. Editorial Astiberri.

Supongo

que es complicado acercarse a una novela gráfica llamada Fútbol sin sacudirse multitud de ideas preconcebidas. El balompié es un fenómeno global - analizarlo como deporte nos condenaría a quedarnos cortos - con un nivel de intrusión tan enorme en el ámbito cotidiano que justifica sobradamente multitud de adhesiones y rechazos a su paso.

El dibujo de Pablo Ríos, autor de Azul y pálido, incide aún más en la singularidad de esta obra. Al autor algecireño se le pueden achacar ciertos límites, pero sus múltiples recursos narrativos volatilizan cualquier sensación de carencia. Fútbol triunfa cuando el relato trasciende a su propia veracidad. En plena inmersión lectora, poco importará si lo narrado es inventado o real: las crónicas de Santiago García y Pablo Ríos son demasiado buenas como para preocuparnos por menudencia Alfonso Grueso



ENTREVISTA A SONIA ESQUINAS Sonia

Buk 22

es psicóloga, especializada en psicología de familia y psicología infantil, tema sobre el que trata su último libro.

Por Mª Mar Tercero Valero, Psicóloga Cuéntanos de qué trata tu nuevo libro: El texto va dirigido a los padres y madres que deben concienciarse de que dormir de manera efectiva y sin interrupciones es un aprendizaje que debemos inculcarle a nuestros hijos, de la misma forma que enseñamos a comer con cubiertos, a comportarse en determinadas circunstancias, a leer, a escribir…pero de una manera en la que no tengan que sufrir, ni los niños ni los padres. Con el beneficio de que bien trabajada, es 100% efectiva.


DESARROLLO PERSONAL (07) ¿Está basado en alguna teoría, en tus experiencias profesionales como psicóloga…? La Técnica que he desarrollado a lo largo de 20 años de labor profesional es una serie de procedimientos que deben seguirse para enseñar a los niños a dormir. En mis consultas, y por tanto en el libro, se analiza y se justifica el esfuerzo que debemos hacer en enseñar al niño a dormir, haciendo un símil con la comida. Una vez justificada la importancia del sueño y a su vez trabajada la motivación de los padres, se dan una serie de pautas para que saber manejar la situación. También se ejemplifica con distintos casos trabajados como un niño adoptado, otro al que hace poco se le ha muerto el abuelo, otro con falta de horarios, etc. El manual está escrito en un lenguaje distendido, claro, conciso, sencillo y concreto para que se pueda adaptar a cualquier perfil, a la vez, que se haga ameno, dándole principal importancia a la forma de afrontar este aprendizaje y para ser entendido de principio a fin, sin la interferencia del lenguaje técnico.

¿Dónde podemos encontrar más textos tuyos? Os remito al blog de Sonia Esquinas. En él cuelgo artículos interesantes y escribo sobre nuestra profesión en el ámbito infantil, adulto, neuropsicología… Por otro lado, mi otro blog, EL BLOG DE LA ESCUELA DE PADRES CON TALENTO, responde a una iniciativa del profesor Oscar González, que pretende aunar los esfuerzos de las familias y de las escuelas para la educación de los niños, tal como explica en su libro “familia y escuela, escuela y familia” y a partir ahí, formar a padres y profesores para llegar a este objetivo. En este blog escribo también casi cada día, dando consejos para ayudar a los padres en su difícil labor y acla-rando términos.

María del Mar Tercero Psychology & Personal Development www.psicologiasevilla.net


INTERPOL Disco: “El Pintor” Género:Dark Wave Sello:Matador

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La oscuridad puede ser sugerente, o por el contrario provocar somnolencia. Cuando en 2002 aparece “Turn on the bright lights”, Interpol se convierte en la punta de lanza del nuevo crepúsculo siniestro gracias a un excelente ejercicio de sonoridad claroscura, y desde entonces, sobre todo en sus dos discos precedentes, parece que esa presión les haya hecho zigzaguear peligrosamente siguiendo la delgada línea que separa la sobriedad densa del aburrimiento pastoso. Sin embargo, ante lo que se nos antojaba como otro episodio en la decadencia de la banda, encontramos la obra de un pintor que evoca el trazo ágil y bien definido de sus inicios para perfilar sobre fondo negro aquellas figuras lánguidas que le hicieron célebre. Aproximándose, aunque sin alcanzar el estado de gracia del que surgieron las arrebatadoras canciones de su ópera prima, el quinto trabajo de los neoyorquinos se abre con la enérgica “All rage back home” y continúa hasta el final a fuerza de ir llenando espacios semidesérticos con detalles de guitarra y tenues capas superpuestas de sonidos minimales (“My desire”, “Some town, new story”, “Everything is wrong”, “Breaker 1”, “Ancient ways”…) Un retorno a fórmula magistral, algo desgastada, pero de nuevo efectiva. Los que deambulábamos temerosos al son de su música vemos como la luz se abre paso a través de las tinieblas.

José de la Interzona


(06) Música

THE JOHN STEEL SINGERS Disco: EVERYTHING’S A THREAD Género: Psicodelia, Krauk, electro pop. Sello: Dew Process, Levity.

Cuando llega a los oidos una banda fresca y creativa da igual que la ciudad donde vivas sea gris, no pare de llover, que todo se transforma en colores mágicos...llenos de amor y libertad. ¡Y te alegran el día, claro! Banda australiana“The John steel singers”. A finales del año pasado sacaron su segundo disco “Everything’s a thread” y ahora estan de gira por Europa durante esta temporada. Son unos alegres marineros de Brisbane, que hacen un bellísimo Kraut-pop, si este concepto sigue existiendo. ¡Y que no se nos olvide! Y nos pueden llevar a todos en el mismo barco musical sin problemas. Destaco “Common Thread” (Hilo común) a parte del concepto hilo que adoro, como también el título del disco, “Todo es un hilo” esta idea te hace sentir que todo lo que vivimos por extraño, duro, bello, o feo, tiene un sentido lógico... “Common Thread” es una recarga positiva de energía. Dinámicos, animados, coloridos… The John Steel Singers nos pueden alegrar el comienzo del otoño europeo. Eva Mirror


II Certamen de

microrrelatos de terror de Buk Magazín “Mami, tengo miedo”

Por segunda vez nos adentramos en octubre, ese mes de brujas y maldiciones, y lo celebramos con un concurso de micro-rrelatos de terror. En esta ocasión, el relato ganador, además, coincide con el que ha obtenido más me gusta.

¡Enhorabuena a la ganadora y los finalistas!

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ICRORRELATO GANADOR Y CON MÁS ME GUSTAS

Yolanda Giner Manso "Te quiero cariño, te quiero tanto..., no puedo más, estoy agotada, mira, toca mi corazón". Y eso fue, exactamente, lo que hice. No sé por qué gritaba tanto.

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FINALISTAS Eu Hoaloha

De noche, suena el teléfono. Él deja el libro que está leyendo encima del sofá y se levanta a contestar. Es Laura. Llegará tarde por temas de trabajo, pero su tono es animado mientras cuenta cómo le ha ido el día. Él la escucha atentamente. Justo en ese momento alguien abre la puerta de la entrada, visible a través del pasillo. Él se gira sorprendido para ver a Laura, de espaldas, cerrando de nuevo la puerta con llave. Al otro lado del teléfono, Laura le pregunta insistentemente qué ocurre.

Daniel Fernandez Langeber A menudo dejo caer mi mano al lado de la cama y susurro “toca mi mano”, al tiempo que la balanceo, lentamente, hacia delante y hacia atrás. A menudo temo sentir una caricia inexplicable y aguanto unos segundos incómodos en esa posición antes de alzar el brazo para devolverlo a su lugar. Normalmente repito el proceso varias veces para cerciorarme de que no hay nada bajo mi cama, y que soy yo el que provoca esa pesada voz que me intimida cada noche diciendo “te voy a coger”.

Reme Díaz 2015. La derecha gana de nuevo las elecciones. EEUU sigue bombardeando países. Sigue muriendo gente de hambre, de frío por haber sido desahuciada. Y lo más terrorífico de todo: no es ficción.


ARTISTA VISUAL INVITADO : BARAHONA Antonio Barahona (Sevilla, 1984) Título: la reina de Granada

En 2008 se licencia en Bellas Artes en la especialidad de pintura por la universidad de Sevilla. Dos años más tarde, es seleccionado por la Fundación Antonio Gala para formar parte de la Buk 28 novena promoción y así desarrollar su proyecto Costumbrismo andaluz, una reivindicación de la otra cara de la cultura andaluza a través de la pintura costumbrista. Su pintura ha sido reconocida con numerosos premios y galardones, entre los que destacan el 1º Premio en el XXV Certamen Internacional de Pintura Ciudad de Álora (2014), la selección en el BP Portrait Award, de la National Portrait Gallery de Londres (2012), el 2º Premio Premio de Pintura Axa Catedral de Burgos (2011) o el 1º Premio Nacional de Pintura Ateneo de Sevilla (2010) entre muchos otros. Ha realizado diferentes exposiciones colectivas e individuales, siendo las últimas “1929 , Paisismo Contemporáneo” Exposición individual en Lugadero (Sevilla 2014) y “Verdes Ramas” Exposición Individual en Galería d´art El Quatre (Barcelona, 2014). Además, ha expuesto en diferentes galerías de Londres, León, Granada, Mallorca y Córdoba. Puedes seguirle y ver toda su obra aquí: http://antonioabarahona.blogspot.com www.antoniobarahona.com


TĂ­tulo: Antes de la tormenta


TĂ­tulo: Torre Schindler


TĂ­tulo: La luz en la Alameda


TĂ­tulo: El Cachorro


TĂ­tulo: bajo el sol


Buk 34

EL OFICIO DE ESCRIBIR

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Entrevistamos a 7 escritores de todos los géneros (novela, relato, microrrelato, no-ficción) que nos hablan de sus hábitos a la hora de escribir y nos enseñan su escritorio, ese lugar donde nace la magia de sus historias.

¿Nunca te has preguntado si los escritores saben de antemano lo que van a escribir o se lo inventan sobre la marcha? ¿Si tienen un horario fijo o esperan la llamada de la musa?

Desvelamos los misterios. Si te gusta escribir, ¡toma

nota!


ELVIRA NAVARRO

¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Cuando tengo un proyecto entre manos procuro escribir todos los días. No siempre puedo. ¿Alguna manía o costumbre a la hora de escribir? > Me gustaba escribir bajo los efectos de algún excitante, pero me los ha prohibido mi terapeuta. ¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? > Tengo intuiciones vagas que se dejan traicionar.

Comparte con nosotros el mejor consejo para escribir que te hayan dado. (O que hayas leído). > El mejor consejo es que no se sabe cómo se escribe. Eso lo decía Marguerite Duras. Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > Voy a recomendar un cuento que he leído muchas veces y que es para mí un gran ejemplo de que no se sabe cómo se escribe, sobre todo cuando el resultado es genial: Dos cuentos católicos, de Roberto Bolaño. www.elviranavarro.com twitter: @ElviraNavarro


ISMAEL MARTÍNEZ-BIURRUN ¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Aunque es difícil que no surjan distracciones cuando se trabaja en casa, trato de levantarme temprano y escribir un par de horas del nuevo trabajo todas las mañanas. Por la tarde reviso lo escrito, o me dedico a otros trabajos ocasionales: artículos, prólogos, clases... ¿Alguna manía o costumbre a la hora de escribir? > Cuando tienes dos niños en casa no hay sitio para las manías. Me basta con tener un rato para mí, sin interrupciones, con la puerta cerrada. Si hay ruidos en el exterior, me conecto el Spotify para crear una pequeña burbuja atmosférica a mi alrededor. ¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? > Sé hacia dónde va la historia, sé cómo terminarán algunos de los personajes, y tengo claros cuatro o cinco momentos fundamentales de cada historia, pero el resto tiene que ir saliendo sobre la marcha. Me gusta sorprenderme con ideas que me asaltan de forma imprevista, me hace sentir que estoy tratando con materia viva, no desenterrando un fósil. Comparte con nosotros el mejor consejo para escribir que te hayan dado. (O que hayas leído). > Creo que era Palahniuk quien decía que uno tiene que escribir sobre aquello que lo cabrea. Lo que te indigna, te perturba, te obsesiona. Nada de escribir con buenas intenciones, no señor. Hay que escarbar en la suciedad. Claro que no es un buen consejo para ser un autor de éxito comercial. Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > No releo demasiado, pero junto al ordenador tengo siempre algún libro de Bradbury o Don DeLillo. Los utilizo como productos desatascadores, por decirlo así, cuando la prosa no fluye o huele a podrido.


PATRICIA ESTEBAN ERLÉS ¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Soy muy anárquica, casi nunca me ciño a un horario o rutina y suelo aprovechar las mañanas libres del fin de semana y huecos en las tardes, aunque a veces también emborrono páginas de libretas en trayectos de bus o ratos muertos en una cafetería. Creo que no entiendo la escritura como un hábito estricto, sino como una buena costumbre que practico cuando puedo, con mucho placer y también porque lo necesito. ¿Alguna manía o costumbre a la hora de escribir? > Guardar todo lo que escribo en varios sitios distintos por si acaso se desintegra el ordenador. Me envío correos, subo archivos a la nube, guardo en lápices... También me gusta empezar cuadernos cuando cambio de proyecto. ¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? > A veces lo he sabido, otras no he tenido ni idea y ambas experiencias son buenas a su manera, la una por la sensación de poder sobre lo que haces, la otra porque comprendes que al final eres un instrumento de la historia. La bipolaridad que nos hace sentir la escritura no tiene precio. Comparte con nosotros el mejor consejo para escribir que te hayan dado. (O que hayas leído) > Lee antes de escribir, mientras escribes, cuando hayas terminado. Para aprender, para inspirarte, para saber que está todo dicho y puede volver a decirse. Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > No releo. Tengo un miedo supersticioso a perder lo que sentí cuando un libro me ha gustado mucho. No releo el libro pero paladeo párrafos en mi mente, recuerdo momentos que me gustaron. De alguna forma, los vuelvo a escribir.


¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Suelo escribir cuando salgo del trabajo, sobre las cuatro de la tarde. Si tengo tiempo escribo cuatro horas, hasta las ocho, pero si dispongo de un tiempo limitado tan sólo anoto la idea y desarrollo una especie de esquema que más tarde desarrollaré.

MANU ESPADA

¿Alguna manía o costumbre? (confesable, por supuesto) > Suelo escribir en bares de barrio y lo hago siempre con un boli Bic cristal de color azul. Cuando ya lo tengo caso terminado lo paso en casa a ordenador, lo reviso y lo reescribo. ¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? >Suelo saber de antemano lo que voy a escribir, porque siempre parto de una idea que esquematizo a modo de escaleta, como hacen los guionistas de televisión. Comparte con nosotros el mejor consejo para escribir que te hayan dado. (O que hayas leído) > Un consejo muy de taller, pero muy básico: “Muestra, no expliques”. Si un personaje está cansado por no dormir enseña al lector sus ojeras, cómo se le caen los párpados y cómo arrastra los pies, pero no te limites a decir que “estaba muerto de sueño”. Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > “El porqué de las cosas” de Quim Monzó. Web: www.manuespada.blogspot.com Twitter: @manuespada


JUAN GONZÁLEZ MESA

¿Cuál es tu rutina de escritura, si la delante del ordenador, mis exploradores tienes? > Escribo cuando puedo, donde han venido con informes y suelo tener puedo, cada vez que puedo. Mi única rutina un plan de acción. es levantarme lo más temprano posible. Comparte con nosotros el mejor con¿Alguna manía o costumbre a la hora de sejo para escribir que te hayan dado. (O escribir? > Dos cafés por la mañana y uno que hayas leído) > Dale tiempo a las codespués del almuerzo. sas; nada de lo que has escrito es tan bueno ni tan malo como piensas. ¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te Recomiéndanos ese libro que relees una y lleven? > Las palabras no me llevan a ninguna otra vez y del que siempre aprendes. parte, las llevo yo. Otra cosa es que sepa siem- > El DRAE. pre dónde vamos a acabar. Por ahora se están fiando. De todos modos, yo trabajo todo el rato en mis novelas, mientras conduzco o salgo http://juangmesa.blogspot.com.es/ a correr unos kilómetros. Cuando me pongo Twitter: @JuanGMesa


SONIA ESQUINAS

¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Preferiría escribir a primera hora del día, soy Alondra (que somos los que producimos más por las mañanas) y no Búho (los productivos por las noches). Pero escribo a medidodía que es cuando mis otras responsabilidades me dan un respiro. ¿Alguna manía o costumbre a la hora de escribir? > Realmente, no tengo manías ni rituales para ponerme escribir. Vivo tan “sobre la marcha” que en el momento que tengo dos minutos a mediodía, me pongo a ello. Sí que es verdad, que, a veces, mientras escribo, me tomo un cafelito, pero es más una necesidad biológica que un trámite para escribir.

¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? > A lo largo del día mi cabeza está continuamente dando vueltas a qué escribir y cómo. Cuando me siento a hacerlo, normalmente ya tengo el 60% del trabajo hecho. Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > En el ámbito de la educación “Familia y Escuela, escuela y familia”, de Óscar González y en el ámbito de la psicología “Emociónate” de Bruno Moioli. Recomiendo ambos libros. Blog: http:// http://soniapsico.obolog.es/ Twitter: @soniaesquinas


MATÍAS CANDEIRA ¿Cuál es tu rutina de escritura, si la tienes? > Escribo siempre en mi cuarto. He intentado variar de sitio para producir una escritura “distinta” –en un parque, en una biblioteca– pero el mejor material siempre es el de mi casa. Por lo general, necesito mirar a las musarañas antes de ponerme a escribir lo que haya planeado para ese día, al menos durante una hora. Un día bueno empiezo a las 10:3011 y acabo a la 13:45, justo antes de hacerme la comida, a la que dedico un buen rato. Por la tarde, continúo de 18:30 hasta la hora de la cena. Unas cinco horas. Hay que saber cuándo parar. ¿Alguna manía o costumbre a la hora de escribir? > Soy muy maniático con las horas de empezar a escribir. Es más probable que empiece a las 18 en punto que a las 18:22. No puedo escribir más de dos páginas por sesión (1000 palabras). Temo empezar a decir idioteces si piso el acelerador. Prefiero releer y corregir hasta producir la música que quiero. Mis primeras versiones suelen no parecerlo. Cuando trato de relacionar ideas o desarrollar la estructura de una trama, doy paseos recorriendo la casa en la que en ese momento viva (escritor alquilado obliga). De la cocina al pasillo, del pasillo al salón, del salón a mi cuarto, y así. Escribo con ropa cómoda, casi siempre en calzoncillos (limpios) o en una bata muy acolchada cuando llega el invierno. Al terminar la sesión del día, suelo ducharme para descostrar la escritura, que por si alguien no lo sabe, sí, se queda en el cuerpo como cualquier otra sustancia. Soy un tío muy limpio.

¿Sabes lo que vas a escribir con antelación o te dejas llevar a donde las palabras te lleven? > Para mí, la planificación del texto debe tener coherencia y solidez, y la escritura tiene que insultarla un poco. Soy un escritor que cree en la estructura, pero una que no se note y hasta parezca un poco (maravillosamente) despistada. Soy un fiel defensor de las escenas poco funcionales, que no sirven -al menos, desde el punto de vista teórico- para nada. Comparte con nosotros el mejor consejo para escribir que te hayan dado. (O que hayas leído) > Aprende a estar solo y a escucharte.

Recomiéndanos ese libro que relees una y otra vez y del que siempre aprendes. > Releo El guardián entre el centeno cada par de años. Como gran entusiasta de las voces narrativas, la de Holden toca una música que no creo que jamás me canse de oír. Ese libro me rompe el corazón.


CINCO SENCILLOS HÁBITOS PARA LLEGAR A SER (BUEN) ESCRITOR

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Como reflejan las entrevistas a los autores y el artículo de las páginas precedentes, escribir tiene mucho más de oficio que de magia. O quizá sería mejor decir que la magia también se aprende y se practica para que funcione (como bien saben los alumnos de Hogwarts). Tanto si quieres empezar a escribir, como si deseas mejorar y desarrollarte como escritor, te aconsejamos adoptar estos cinco sencillos hábitos en tu vida.


1. ESCRIBE REGULARMENTE

No hay otra forma de aprender a nadar más que lanzándote a la piscina y nadando. Con la escritura ocurre lo mismo: leer libros o artículos sobre técnica es un gran apoyo, sin duda; pero a la hora de la verdad hay más opción, si queremos llegar a escribir, que empezar a sumar frase tras frase. Escritor es el que escribe, no el que habla de escribir. “Regularmente” puede ser una tarde a la semana -no está mal, si se mantiene el hábito- o dos horas al día (nivel crack de la escritura). Lo importante es mantenerse. Sí, como el gimnasio.

2. SEPARA A TU Y0-CREATIVO DE TU YO-CRÍTICO

No me cansaré de repetir este consejo: todo escritor lleva dentro un niño que juega y un adulto que pone orden. No los pongas jamás juntos en la misma habitación. El momento de soñar, de crear, de lanzar palabras al aire sin censura es pura magia. No hay mayor asesino de la creatividad que detener ese momento corrigiendo puntos y comas o revisando la redacción de la frase. Es como si el adulto entra en la habitación donde el niño juega y le dice: “Niño, esto no es un brontosauro, es un palo”. Se nos rompió el hechizo. Ojo: el adulto corrector es necesario. Ambos son parte del proceso de escritura. Sólo que es mejor que el corrector aparezca cuando el niño ha terminado de jugar. Preferiblemente al día siguiente.

3. LEE A DIARIO

La lectura es el alimento de la escritura. En mi experiencia como profesora de talleres literarios he encontrado muchas veces personas que quieren escribir y que

leen poco, incluso alguien que quería escribir poesía y jamás había leído un poema (sí, verídico). Sin el oxígeno de las páginas leídas, las páginas escritas probablemente no tendrán fuerza ni andarán por sí solas. Y sí, en este caso, la recomendación de la doctora es “tómese mínimo un capítulo al día”.

4. NO TE QUEDES CON LA PRIMERA IDEA

Al escribir, la primera palabra o la primera idea que se nos va a venir a la cabeza probablemente sea algo que ya hemos leído muchas veces. Desarrollar tu propio estilo, encontrar tu propia voz y huir de los tópicos son pasos esenciales a la hora de desarrollar el talento de escribir. Acostúmbrate a plantearte si esa escena no podría estar situada en otro lugar, si esa palabra es la más precisa, etc. Ten opciones y elige: eso significa la libertad creativa y de ella nacen las obras maestras.

5. LEE EN VOZ ALTA LO QUE ESCRIBES

Esta costumbre te puede revelar muchas claves sobre tu redacción. Por ejemplo, si te quedas sin respiración, eso te hará ver que tus frases son muy largas. Algo similar ocurrirá con los párrafos. Las palabras repetidas resaltarán como un letrero de luces fosforescentes. Percibirás cacofonías, desajustes de ritmo –también la prosa lo tiene- o falta de naturalidad en los diálogos. No olvides que el diccionario de sinónimos es tu mejor amigo. Úsalo sin mesura y pule tu redacción cuanto sea necesario en la fase de revisión. Las palabras son el medio por el que la historia que estás escribiendo, y sus emociones, llegan al lector: mímalas.

Diana P. Morales es novelista y poeta,

profesora de escritura creativa desde hace quince años y directora de Buk Magazín.

> www.dianapmorales.com


CITAS CON

LA ESCRITURA

Estados de Whatsapp, tuits… hoy en día adoramos esa especie de sabiduría exprés. Y no,

que no disimulen —como si se abstrajeran mientras contemplan su taza de té— los amantes de la literatura. Estamos convencidos de que vosotros también aguzáis el ingenio cuando “cambiáis vuestro estado”. Seguro que incluso continuáis anotando en vuestros cuadernos las frases que habéis subrayado en los libros. De eso se trata: siempre hemos adorado los aforismos. Y el oficio de la escritura ha propiciado, cómo no, esas frases sobre su ejercicio que, aun sin los matices necesarios, reconfortan y espolean, iluminan y ensombrecen. Estos estandartes de la escritura pueden revelarnos un camino o ensancharlo. Sobre todo si luego nos abalanzamos sobre los libros donde aparecían esas frases subrayadas para saborear los párrafos que las acompañan. Aquí os dejamos una ínfima muestra espigada entre todas las reflexiones sobre la escritura posibles.

Juan Vera Sugrañes


LA TRADICIÓN

“Homero, Dante, Shakespeare […] toda gran escritura es, en cierto modo, la imitación de la gran escritura. El escritor que no esté familiarizado con los mayores efectos posibles está virtualmente condenado a buscar solamente efectos menores.” John Gardner, El arte de la ficción.

EL AUTOR

“Lo mejor que escribamos será lo mejor que seamos. […] El carácter del autor se lee desde la portada hasta el final.” H.D. Thoreau, Escribir.

UN TALLER LITERARIO EN MINIATURA

“El tiempo me ha enseñado algunas astucias: eludir los sinónimos, que tienen la desventaja de sugerir diferencias imaginarias; eludir hispanismos, argentinismos, arcaísmos y neologismos; preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas; intercalar en un relato rasgos circunstanciales, exigidos ahora por el lector; simular pequeñas incertidumbres, ya que si la realidad es precisa la memoria no lo es; narrar los hechos […] como si no los entendiera del todo; recordar que las normas anteriores no son obligaciones y que el tiempo se encargará de abolirlas.” Jorge Luis Borges, prólogo a Elogio de la sombra.

LAS CORRECCIONES

“En cuanto a las correcciones, antes de hacer ninguna, medita de nuevo sobre el conjunto e intenta mejorarlo no por medio de supresiones sino a través de una nueva creación.” Gustave Flaubert, en Sobre la creación literaria. “Los manuscritos de todos los auténticos maestros han sido emborronados de arriba abajo, desgastados y cubiertos de añadidos que a su vez están llenos de tachaduras y correcciones.” Anton Chéjov, Sin trama y sin final.

LA PRECISIÓN

“Lo que no es imprescindible estorba, pero sin un cupo de gratuidad tampoco hay literatura.” Carlos Pujol, Cuaderno de escritura.

EL TRABAJO

“Nulla dies sine linea.” (Ni un sólo día sin una línea) Plinio El Viejo.

EL OFICIO DE LA ESCRITURA

“Un día comencé a escribir sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. […] Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal.” Truman Capote, prólogo a Música para camaleones.


CRÓNICAS DE UNA MADRE IMPERFECTA Buk 46

Voy a tener que hacerme una sim de esas para ver si entre las dos logramos mantener a flote mi cibervida, porque yo ya con la vida real me las veo y me las deseo. Con deciros que me estoy planteando cerrar mi cuenta de Twitter. Así de dramática está la cosa.

Tengo mi blog abandonado, sucio y polvoriento; solo comparto enlaces de otros en mi FB o le doy al “Me gusta” sin ton ni son. ¡mis aplicaciones del Iphone se quedan obsoletas!... Cuan atrás quedaron los tiempos en que la mismísima Maruja Torres me retuiteaba.


Y todo por dedicarme a vivir. Qué asunto más baladí este, intentar mantener las cosas a flote, criar, educar, divertirse, querer y ser querida, darle lustre a las amistades, limpiar el cuarto de baño. Ir a danza en días alternos, leer (cada vez menos ¡con lo que yo he sido!), encender el ordenador, apagar el ordenador, ver alguna serie. Comprar bombillas. Hacer listados en miles de cuadernitos. Detenerme frente a los escaparates de las papelerías. Darle un abrazo a mi niña cuando está triste. Alentar a mi hijo cuando hace un bonito dibujo. Cantar. Pensar en cosas que no llevan a ninguna parte. Subir escaleras. Los días y las noches se suceden y detrás del catorce va y aparece el quince sin inmutarse. Y yo con estos pelos. Pero… ¡juro por dios que no volveré a pasar hambre! y que seré una popular viejecita bloguera y que allá por el 2024 lograré instalarme la aplicación para descubrir los bares que sirven garrafón o la que te dice cuando estás follando en que posición tienes que ponerte para poner al susodicho o susodicha “mirando a Cuenca” (asín es amigos, asín es..esto es REAL). En septiembre de 2031 comenzaré, por fin, alguna colección y ya en 2058, emulando a mi bienamado Neil Young, revolucionaré la calidad del sonido digital inventando un nuevo sistema único que combine la alta definición y lo analógico. Y es que, queridos desconocidos, amigas, y demás seres de otra galaxia, como bien decía Joaquín Reyes en el Celebrity de Madonna: “El tiempo pasa… despacico”. Feliz comienzo de curso, compañeros del metal.


ME DIJISTE CÁNTAME

NICK CAVE: ESCRITOR PRISIONERO

El número de octubre trata sobre el oficio de escribir, es decir, los hábitos, técnicas y métodos de trabajo Buk 48

de los escritores. Pensamos en un escritor y nos viene a la mente la imagen de una persona recluida, apartada del mundo. Su figura tiene algo de monacal, de incomunicación con el resto de personas, una especie de imposibilidad a la hora de relacionarse con el resto de la sociedad si no es mediante su obra. Todo esto choca totalmente con el estereotipo del músico, y más del músico de rock, al que siempre imaginamos viajando de un lado para otro, tratando con decenas de personas diferentes cada día y, no siempre pero muy a menudo, dándose baños de multitudes en cada actuación. Qué difícil relacionar la palabra actuación con escritor, ¿verdad? Cuando pensaba en cómo encajar el tema del mes con el de esta columna se me vinieron a la mente unas palabras que canta Leonard Cohen en la mítica canción “Chelsea Hotel #2”, del disco New Skin for the Old Ceremony (1974): “The workers in song”. Él mismo se incluye en esta categoría y creo que es una de las mejores en las que puede englobarse un músico. Sí que podemos imaginar Cohen encerrado como un monje, un artesano puliendo las palabras de canciones como “Famous Blue Raincoat” o “Teachers”.

Por Saúl Ibáñez


Otro de los grandes recluidos de la música es, a pesar de su gran presencia en los medios de comunicación, Nick Cave. Es bien conocida su rutina (casi una penitencia autoimpuesta) como escritor: Se levanta temprano por la mañana, se viste de traje y se encierra en su oficina; un horario de oficinista en toda regla. Intuyo que muchos músicos siguen un método parecido, pero Cave fue un paso más allá al retratarlo en una de sus canciones: “Hallelujah” (no la confundáis con la de Leonard Cohen), de No More Shall We Part (2001), trata de un escritor y músico que después de pasar un tiempo recluido en su casa decide salir a pasear sin hacer caso a los malos presagios (“On the first day of May I took to the road […] a vicious wind blew hard and fast, I should have taken it as a warning”). Lleva un tiempo sufriendo de sequía narrativa (“My typewriter had turned mute as a tomb, and my piano crouched in the corner of my room”), y sale a pasear para despejarse y, lo más interesante, porque sabe que su enfermera (no sabemos qué enfermedad tiene), que tiene unos días libres, no se lo hubiera permitido. Al poco encontrará una casa de la que sale una voz de mujer que lo invita a pasar. Finalmente no acepta la invitación y decide volver cantando su nueva canción: “Hallelujah, hallelujah…” Puede parecer una historia simplona, pero no deja de intrigarme que Cave relacione el trabajo del escritor tanto con la enfermedad (claramente una forma de locura) y con una soledad que convierte al creador tanto en un outsider como en un vidente. ¿Son los escritores presos voluntarios? Veremos si el inminente documental sobre el músico australiano arroja algo de luz sobre el asunto.


LOS CUADERNOS SON AJUARES

José

Iván

Suárez

Ni si quiera te he tocado, cuaderno, y ya me pides un verso. Un beso que no sé darte, yo un poeta raso con espíritu belicista. Buk 50

La revancha que apunta en el filo del lápiz, la ira por las venas de la tinta, la rabia del memo cuando se percata del timo. Pero no hoy, hogaño soy feliz y me sobra la literatura. Si la alegría brilla para qué quiero libretas con cuartillas como pájaros de papel esclavos. Los cuadernos son ajuares para el día de la boda, una herencia barata los poemas, pero no ahora. No dejaré más piel en tu pellejo, cuaderno, ni sudaré sal por complacerte, ni te llenaré de garabatos absurdos, ni palabras burdas ni recuerdos para los que ya no existe el retorno.


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En cualquier otra parte Marguerite Duras y el oficio de escribir “Escribir es aullar sin ruido.” Marguerite Duras. Buk 52

El tamaño no importa: la mesa de un escritor siempre se queda pequeña. No falta una máquina de escribir, más o menos moderna; papeles impresos, dos o tres montones; un cenicero, una copa, una lámpara (se necesita un poco más de luz para leer lo que todavía no está escrito) y una silla. La lámpara suele ser fea, la silla incómoda. Cuando un escritor se sienta a trabajar ha de faltarle espacio. El escritor se incomoda, se exprime para después volcarse sobre un espacio en blanco, único lugar despejado que encuentra a su alcance. Un escritor lee, escribe e imprime; vuelve a leer y desecha; tacha, reordena y copia de su propia escritura. Modifica, aboceta, desentraña, borra, pule, adorna y vuelve a borrar. Obtiene un esqueleto que alimenta, viste y perfuma, imprime y luego mata. Porque el escritor sabe que lo que entrega a su lector es una obra muerta, una serie de imágenes, un reportaje de lo que pudo haber sido, lo posible y perentorio. No hay esperanza en una historia bien escrita, es un espécimen en una vitrina. Los pasos están contados, las posturas estudiadas, los gestos cincelados y, sin embargo, todo parece a punto de saltarse el guión: literatura es ilimitar discretamente lo real.


A Marguerite no le cabe nada más en su escritorio. Marguerite Duras describe los escenarios donde desea que sus monstruos habiten. Todos los personajes son espejos esquivos. Cuando teclea “FIN” su monstruo se evapora para seguir vagando de obra en obra. Cada vez que termina un libro, Marguerite se queda exhausta. Le lleva unos meses recuperarse, pero en cuanto lo consigue vuelve a la carga: inventa otro cebo, urde otra trama, prepara otra emboscada. Esta vez elige otras metáforas, lo enfoca desde otro punto, usa frases más cortas y directas para enganchar al lector, latido a latido, tras el deambular de ese monstruo que ella le entrega en bandeja de plata. Trabajará las esquinas, redondeadas; las distancias, los sueños, los deseos. Después, escribirá “FIN”, casi segura de que esta vez lo ha logrado… Pero el monstruo se evade, la desvela en la noche, no da tregua, no la deja salir de su escritorio, que resulta tan pequeño; de su silla, tan incómoda, ni del cenicero, que llena y vacía al ritmo de un acordeón. À lire : C’est tout. Marguerite Duras, 1995.


El último pasajero de nostromo Ciencia para tod@s : Por Daniel Martín Reina Buk 54

Anticitera,

un ordenador de la antigua grecia Corría el año 1900 cuando unos pescadores de esponjas griegos encontraron en Anticitera, una pequeña isla al noroeste de Creta, los restos de un barco mercante romano naufragado. Además de ánforas, cerámicas y otras reliquias, apareció también una pieza del tamaño de una caja de zapatos, hecha de metal y madera, completamente cubierta de herrumbre y crustáceos. Nadie podía sospechar que aquello había sido uno de los instrumentos más complejos y extraordinarios de la Antigüedad.


Al cabo de unos meses, la madera se secó y el objeto se rompió en varios fragmentos. Entonces salió a la luz parte de un complicado mecanismo, formado por varias ruedas dentadas de bronce. También aparecieron unas placas con escalas numéricas y una inscripción escrita en griego antiguo. Empezó una lenta labor de restauración e investigación que ha durado décadas. Hoy sabemos que el mecanismo de Anticitera fue una avanzada calculadora astronómica construida hace más de dos mil años, capaz de determinar las posiciones en el firmamento del Sol y la Luna en una fecha determinada, así como los eclipses y las fases de la Luna. El mecanismo tenía un dial en la cara frontal y otros dos diales en su parte trasera. El dial frontal tenía dos escalas concéntricas: una de ellas indicaba los 365 días del año, de acuerdo con el calendario egipcio. La otra representaba los doce signos del zodíaco, es decir, las constelaciones de estrellas que se encuentran en la trayectoria aparente del Sol por la bóveda celeste. Por su parte, el dial superior trasero calculaba el mes en el ciclo metónico, de 235 meses lunares. Por último, el dial inferior trasero se utilizaba para la predicción de eclipses. Los antiguos griegos sabían que si se observaba un eclipse, solar o lunar, tendría lugar otro eclipse del mismo tipo al cabo de 223 meses lunares. Esto se debe a que, cada 223 meses lunares, el Sol, la Tierra y la Luna se vuelven a alinear. El mecanismo de Anticitera tenía también una esfera, mitad blanca, mitad negra, que mostraba las fases lunares. Y un pequeño dial que indicaba los años de celebración de los Juegos Olímpicos y otros acontecimientos deportivos de la antigua Grecia. El funcionamiento era el siguiente: una manivela lateral permitía seleccionar una fecha en el calendario egipcio o metónico. Se accionaba entonces el complejo juego de engranajes para que el mecanismo proporcionase toda la información astronómica correspondiente a esa fecha en los otros diales. En la actualidad se han identificado 30 engranajes, aunque se piensa que el original tenía 37. ¿Quién construyó este extraordinario aparato hacia el año 150 a.C.? Siempre se había pensado que pudo ser algún astrónomo de Rodas, que entonces contaba con la escuela griega más importante de astronomía. Pero unas inscripciones en corintio, reveladas gracias a los rayos X, han dado un vuelco a esta hipótesis. En Siracusa, una colonia de Corinto, vivió el genial Arquímedes, maestro en la construcción de máquinas complejas. Arquímedes murió en el 202 a.C., así que no pudo haberlo construido. Pero quizás sí pudo haber diseñado el original, y lo que tenemos nosotros no es más que una copia realizada por sus discípulos. Es posible que la solución al enigma de su origen se encuentre todavía en el fondo del mar, esperando a ser rescatado por algún moderno pescador de esponjas.


La menda En una insolita hacienda donde la ofrenda era leyenda, hubo una tienda con trastienda, calenda y molienda sin prenda. Buk 56

La menda lerenda, tenia en el dedo una fenda, por bailar sin rienda, cuando andaba por la usual senda, buscando su buena merienda, vió una rara enmienda: - Venía de frente la reverenda dando una horrenda y tremenda reprimenda (ella pareciera que portara en sus ojos una venda), seguidamente después se marchó a rienda suelta tras la molienda, por su anterior senda... ¡Qué rara facenda! Historia tremenda.... que nunca trascienda... de la reverenda y la menda...


Texto e ilustraci贸n : Eva Mirror


CUESTIONARIO

OFF THE RECORD David Yeste Buk 58

David Yeste (Terrassa, 1969) es músico y escritor, con estudios de humanidades, formado en la Escola d’Escriptura de l’Ateneu Barcelonès, con Andreu Martín y Sebastià Alzamora. A parte de diversos premios de cuento y relato, ha sido galardonado con el X Premi Ferran Canyameres de Novel·la, con la obra Bots i Barrals (Baula, 2001), y el Ciutat d’Olot 2010, con In nomine patria (La Galera, 2010). Ha colaborado en las antologías Nómadas (Playa de Ákaba, 2013), y Nueva Carta sobre el comercio de los libros (Playa de Ákaba, 2014). Publicó, en febrero de 2014, su primer poemario, La maniobra de Heimlich (Playa de Ákaba). Coordina y gestiona diversos talleres de lectura y escritura creativa en el entorno de las Bibliotecas Públicas. Recientemente ha sido galardonado con el XV Premio de Poesía Ciudad de Sant Andreu de la Barca.

De pequeño/a querías ser… De niño me imaginaba como un híbrido, a partes iguales, entre Félix Rodríguez de la Fuente, Miguel Ángel, Jules Verne, y el Profesor Franz de Copenhague. Luego me enteré que eso era ser Leonardo, pero entonces ya era mayor y quería ser otra cosa, como Ritchie Blackmore, por ejemplo. Una canción que siempre te levanta el ánimo Sangro si solo puedo elegir una. Sangrando, elijo “Wish you were here”, de Pink Floyd, aunque no sea nada alegre, aunque no sea la indicada para levantar el ánimo a nadie. Pero esos acordes de David Gilmour me funcionan como la magdalena de Proust.


¿Dónde podemos encontrarte una tarde de domingo cualquiera? Depende. Unos domingos, malgastando el tiempo con mis hijos, que es lo mejor que puede hacer uno (con el tiempo y con los hijos), otros, escribiendo, leyendo, o realizando cualquier actividad que acabe conduciéndome a escribir o a leer. Algún dispositivo obsoleto que aún conservas (y usas). Uso, abuso y disfruto de varios amplificadores de válvulas, que se vienen fabricando con la misma tecnología desde hace ochenta años. Nada —insisto, nada— suena mejor para una guitarra, aún más si la guitarra tiene, aproximadamente, la misma edad que el amplificador. El primer juego de ordenador al que jugaste. En el año 1983, creo, me partí algún hueso del pie, lo que me llevó a permanecer en casa durante los cuarenta días reglamentarios. Conseguí un ZX-Spectrum 48k (la única memoria de ese antediluviano pc era esa: 48k), al que se le cargaba el software con un reproductor de cassettes. Venía con un par de ellas y la primera carga con éxito fue “Horace goes skiing”, una imitación de un slalom de esquí, con los píxeles del tamaño de mi cabeza. ¿De qué hablas sin parar cuando estás en los bares? La mayoría de las veces voy a los bares solo y, salvo excepciones gloriosas, las conversaciones con los camareros son cortas. Cuando voy con amigos, de música, relaciones, los hijos, política, literatura… Si la estancia en el sitio se alarga, y las copas también, la mayoría de las veces nos volvemos nostálgicos. Un clásico que no nos recomendarías. No estoy seguro de que alcance la categoría de clásico, pero recomendaría a mi peor enemigo la lectura detallada de «Los Versos Satánicos» de Salman Rushdie. Debe ser la obra que más veces he intentado leer, sin conseguir ir más allá de la cincuentena de páginas. El regalo más absurdo que te han hecho nunca En una ocasión nos regalaron una especie de imitación de una taxidermia de águila bastante deforme, posada en una rama, de tamaño natural, y ataviada con esa caperuza de cetrería. El pecho del animal era de piel de leopardo sintética. Un objeto de la infancia. Una escopeta de ganchillos hecha con la pata de una silla, unas pinzas para la ropa y gomas elásticas. Tu verbo preferido del castellano. Crear. Se parece mucho a creer. Y compartir. La última vez que cogiste un tren ¿adónde te llevó? Soy usuario habitual de la línea de cercanías entre el Vallés y Barcelona. Es el pasillo desde mi comedor hasta la polis.


(de)TRÁS (d)EL TELÓN

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LOS “ARTE DE LA FICCIÓN” [Walter Besant] Por Juan Vera


Yo fui el primero, pero de mí no se acuerda nadie Este lamento podría atribuirse apócrifamente a Walter Besant, un escritor popular del siglo XIX. Porque si aún se le recuerda no es, desde luego, por haber escrito Dorothy Forster ni por ser el ínclito autor de All in a Garden Fair (citada como inspiración por Rudyard Kipling), sino por detentar el honor de haber inaugurado, en 1884, la tradición de titular las reflexiones sobre su oficio como “El arte de la ficción”. Aun así, su “deseo” de proclamar que la ficción es un arte” no hubiera bastado para preservarlo del olvido. Pero hete aquí que, defendiendo su propuesta, Besant cometió el memorable “desliz” tanto de aludir veladamente al hermano escritor del psicólogo William James, Henry, cuanto de nombrar entre los novelistas prometedores a un tal Louis Stevenson. Ambos respondieron al reclamo. Y así fue como, tras la réplica ilustre de Henry James y la posterior “humilde amonestación” de R. L. Stevenson, se consolidó como precursor a posteriori de los “Arte de la ficción”.

Lo que Besant dijo Pues, a grandes rasgos, el bueno de Walter defendió la condición de oficio artístico de la ficción —aunque careciera, en su época, de “escuela”, “reglas conocidas” o “profesores”—, a la par que reparaba una carencia: “hasta donde yo sé” ningún novelista había “pretendido jamás revelar sus misterios”. Para ello, Besant se dirige al “joven novelista”, a quien instruye sobre ciertas reglas que toda ficción debiera cumplir: versar sobre experiencias conocidas; privilegiar el argumento y los detalles trascendentales para el relato —”observación y selección”— (los escenarios son “simples accesorios”); componer obras artísticas que aúnen la amenidad con el “interés humano”. Sus emblemas podrían ser: “fidelidad”, “verdad”, “armonía” y “belleza del estilo”. Besant propone a su novelista en ciernes una literatura que puede aprenderse; que debe practicarse, como cualquier oficio, y que posee unas reglas estables y necesarias que ha catalogado y que comparte para ahuyentar el misterio demiúrgico. Así debe ser la novela, hubiera aseverado.

Las “ninfas bostonianas” son un estado mental Henry James da una vuelta de tuerca al realismo ingenuo de Besant —y replica de paso al olvidado crítico Andrew Young, quien había despreciado los relatos sobre “ninfas bostonianas” sin nombrarlo— al explicitar la mudanza inevitable de la ficción finisecular desde su positivismo moral ingenuo hacia los vericuetos de la “impresión personal”.


Por ello, aunque como su predecesor considerara que la ficción debe “representar la vida”, abominó de su propósito de aprisionar “tan definitivamente y de antemano” la novela en una cárcel de reglas —la transpiración de bondad, la profusión “de incidentes y de movimiento” o la “distribución, al final, de premios […] y observaciones alegres”— pues, ante todo, el arte debe “exigir una perfecta libertad”. Por ello, James propugna que, sea cual sea su género —ninguno es apriorísticamente superior—, la novela “sea interesante” y se construya entretejiendo la forma y sus hechos —que la anteceden— para lograr esa obra de arte perfecta que ambos anhelan.

Novels, novels, novELAS

Stevenson, a quien Besant y James habían citado, desembarca en esta conversación para amonestarlos a ambos: señores, no proseguiré la tradición que han iniciado, pues ustedes identifican la “ficción” —presente “en todas las artes salvo en la arquitectura”— con novela, y hablan del “arte de la ficción” cuando debieran hablar del “arte de la narrativa ficticia en prosa”. Y sentencia que la literatura “no imita la vida sino el habla”: es lenguaje. Su objetivo es sublimarse a sí misma como arte. Pero claro, el señor Stevenson no ha propuesto más que “una humilde amonestación”.

Un interludio para Virginia El arte de la ficción, en estos cuarenta últimos años, hubiera debido “reblandecerse” y su “trama hacerse migas”, expone Virginia Woolf en 1927 a propósito de Forster, para devenir una verdadera obra de arte. Fuera reglas, o bien tracémoslas para disolverlas mediante la belleza de un relatar tamizado por la propia conciencia, como un Henry James sin arquitectura.

¿Qué fue del siglo xx? Los modos, los procesos, la técnica reproductiva elevados (de nuevo: eterno retorno) a la categoría de arte. La desconfianza: ¿realidad?: ¿lenguaje? Aunque también el “Efecto Baldwin” rehabilitado: los conocimientos acumulados durantes siglos devienen instinto de la ficción, se adhieren a su código genético. ¿Consecuencia?: “El arte de la ficción” se expande hacia El arte de la ficción, que despieza los engranajes del artefacto literario.


Manual del usuario La “versión 1983” del arte de la ficción ofrece un completo manual acerca de la escritura donde John Gardner advierte que, aunque “el conocimiento no suple al genio”, cualquier escritor literario —una distinción necesaria en la era del mercado— debe “aprender el arte de la ficción en toda su complejidad, la tradición al completo, y todas las opciones técnicas”. No obstante, “el arte carece de reglas universales porque cada verdadero artista funde y vuelve a forjar todas las leyes estéticas del pasado”: Gardner, a pesar de todo, continúa dejando un resquicio para la magia.

La ficción instrucciones de uso El comienzo, el punto de vista, los nombres, la sorpresa, el tiempo, las repeticiones, la novela experimental, la metaficción, el teléfono, la ironía, el final… son algunos de los muy diversos aspectos de la novela que aborda el último convidado a la conversación, David Lodge. Su Arte de la ficción (1992) presenta un exhaustivo manual dividido en breves capítulos que alternan las explicaciones con fragmentos novelísticos ilustrativos impecablemente analizados y desmenuzados por el autor. Una joya extensa, de propósito abarcador pero que puede leerse en cómodos plazos de unas seis páginas cada uno.

Literatura todavía Así pues, conforme el “arte de la ficción” se ha ido adentrando en la selva oscura del siglo xx, sus consideraciones acerca de la construcción de la escritura se han desprendido cada vez más del atávico misterio en que lo habían confinado los Predecesores. No obstante, aunque tanto Gardner como Lodge hayan practicado una autopsia de la ficción —pura técnica—, ambos recuerdan que, finalmente, solo los magos de la escritura —el talento individual— la subliman como arte.


NO ES QUE SEA MALA... ... ES QUE YO NO ESCRIBO SÓLO POR AMOR AL ARTE Por Olga Besolí Buk 64

L os que nos dedicamos profesionalmente al oficio de escribir somos conscientes de que, aunque es uno de los trabajos más bellos y satisfactorios —no hay nada más placentero que saber

que nutres el alma humana mientras te haces tu rinconcito dentro de la historia— tiene tres pegas muy importantes.

PRIMERA PEGA – QUE NO TE TOMEN EN SERIO Todo escritor que se precie habrá tenido, como mínimo una vez en su vida, la siguiente conversación: “¿A qué te dedicas?” “Yo escribo” “No, en serio ¿cuál es tu trabajo?” No sé porqué la sociedad tiende a pensar que oficios como abogado o político son más serios que el de escribir. A mí, el trabajo de político no me parece nada serio ni me merece ningún respeto. Pero la tendencia generalizada de denigrar todos los oficios artísticos a meros hobbies no ha cambiado en la mentalidad de las gentes con el giro del milenio. ¿Sólo porque son trabajos agradables, que reciben felicitaciones, libres de horarios y que, normalmente, se desarrollan en privado? No todo es bueno: el arte suele estar mal remunerado. Y los artistas tributamos nuestros impuestos como cualquier otro trabajador. ¡Que se entere todo el mundo! Existen tres grupos de actividades económicas: empresariales, profesionales y artísticas. ¡El arte es un oficio!


SEGUNDA PEGA – QUE TE PIDAN QUE ESCRIBAS POR AMOR AL ARTE Cuando digo que el oficio de escritor está bastante mal remunerado, no incluyo todas las proposiciones o pseudo-proposiciones no remuneradas que cualquier escritor recibe mensualmente. Siempre hay un conocido que necesita que le escribas un texto; una asociación sin ánimo de lucro que te pide un relato tuyo para recaudar dinero con fines benéficos; un grupo de artistas que quiere tu colaboración para su proyecto… Que nadie se equivoque. Yo no estoy en contra en absoluto de ese tipo de colaboraciones desinteresadas. De hecho participo en las que puedo. Pero son tantas que me veo obligada a rechazar muchas. Y tras cada NO que doy siento sobre mí esas miradas de rechazo y de incomprensión que me tachan como un ser cruel y poco solidaria. ¿Y qué hay de nosotros? ¿Por qué nadie tiene nunca en cuenta que todas esas colaboraciones por amor al arte nos quitan tiempo, que el tiempo es dinero, y que del amor al arte no se puede vivir? ¡Los escritores también necesitamos comer, pagar nuestras facturas y nuestros tributos al estado puntualmente!

TERCERA PEGA – QUE LOS AMIGOS PRETENDAN UTILIZARTE COMO “NEGRO” Para todos aquellos ajenos al mundo literario, un “negro” es aquel escritor que escribe un libro y deja que tú lo firmes como autor, normalmente a cambio de una fuerte suma de dinero. La prueba de su existencia es que famosos televisivos de todas las calañas, algunos sin dos dedos de frente y que ni siquiera saben hablar correctamente en público, suelen publicar extensas autobiografías. ¡Quien se crea que Belén Esteban escribió la suya que levante la mano! Pues bien, todos hemos tenido unos cuantos amigos que creen sus vidas son suficientemente interesantes como para que escribas sobre ellas. “Sería un buen libro, y como tú sabes escribir bonito… Yo te lo dicto y luego lo arreglas”, te dicen como si fuera así de sencillo. Entonces les contestas “Es que yo tengo el defecto de firmar todo aquello que escribo” para evitar que vuelvan a hacerte la misma proposición en otra ocasión. Total, como no te propusieron ninguna remuneración, se piensan que trabajas por amor al arte y no toman en serio tu oficio… Claro que, bien pensado, la abogacía o la política tienen todavía más pegas que el oficio de escribir ¿no?


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MEKTRES

AQUELLOS CINES Hablar de los cines se vuelve algo nostálgico cuando ya nada es como recordabas:

ese lugar donde pasar las tardes frías de domingo por un módico precio, esas carteleras a todo color en la puerta que te invitaban a entrar, ese olor característico de la moqueta, o simplemente la posibilidad de ir andando porque siempre había alguno cerca de casa. Mejor o peor según para quien. Lo cierto es que los tiempos corren, la tecnología avanza y las costumbres se ven modificadas. Una ciudad como Sevilla llegó a rondar la treintena de salas de cines repartidas por diferentes barrios. Hoy la realidad es muy distinta. Subsisten una sala y dos multicines en el centro mientras que el resto de salas se agrupan en centros comerciales en Nervión, Sevilla Este, Plaza de Armas y en la Ronda del Tamarguillo.


Podemos encontrar principalmente dos razones para el cambio que ha sufrido la escena cinéfila en la ciudad. Una viene aparejada a los costes de exhibición y a la consecuente subida del precio de las entradas, hecho que ha venido repercutiendo notablemente en el número de personas que acuden al cine. Por otra parte, desde la década de

los noventa se comienzan a construir grandes centros comerciales que agrupan un

número considerable de salas y que ofrecen un cambio de

paradigma en el consumo de entretenimiento. Ya no

se concibe ir a ver una película como una acción espontánea dado su cercanía, sino como un elemento adicional dentro de una oferta que contiene desde ropa a cadenas de restaurantes de comida rápida. Sin embargo, el continuo descenso de público y la competencia entre estos grandes complejos ha propiciado el cierre de multicines como El Mirador o Alcampo.

De mirar la cartelera a ver las ofertas de la semana Abarcar toda la evolución se presume una amplia tarea. No podemos dejar de fijarnos en el devenir de las salas durante las últimas décadas como una cuesta abajo (y sin frenos) que finalmente las ha llevado a su cierre y posterior abandono. Llama la atención, del mismo modo,

la transformación de muchos de estos cines en supermercados. El resultado de esta ecuación se ori-

gina por una mera cuestión de tamaño del local y aprovechamiento de la legislación urbanística vigente. Así, cines como el Rialto, Regina, Bécquer, Rochelambert, Alkázar, Azul, Delicias o Juncal han cambiado las butacas por baldas repletas de latas de conserva o botellas de refrescos. Al igual que otros comercios o servicios, los cines formaban parte de la estructura de muchos barrios de la ciudad; quizás no eran grandes salas pero cumplían la función de esparcimiento como un equipamiento cultural de proximidad.


Fantasio, Corona Center, los Cines Chaplin, el Cristina, Olimpia o Florida son nombres que difícilmente volveremos a asociar a ver películas. El antiguo Palacio Central se haya dividido entre varias conocidas tiendas de moda, mientras que el imponente Teatro Coliseo es hoy un edificio perteneciente a la administración autonómica. En el caso del Llorens, hoy salón de juegos en plena calle Sierpes, las

palomitas y los refrescos han sido sustituidos por el parpadeo y sonido de las máquinas tragaperras. Encuadrado entre las calles Trajano y

Amor de Dios se encuentra el antiguo Salón de Variedades Lido que, a lo largo de su intensa historia, también fue Sala de Arte y Ensayo y Sala X. Hoy en día se encuentra cerrado a cal y canto con un cartel que anuncia su venta.

Por otra parte, algunas salas han seguido manteniendo actividades ligadas a la cultura, como el cine Apolo, que fue sede de la Orquesta Filarmónica de Sevilla, o el Teatro Imperial que albergó una conocida librería hasta el traslado de la misma, aunque actualmente se ha abogado por una recatalogación del espacio, quitándole la etiqueta de cultural para poder salvarlo, una iniciativa no exenta de polémica.


Quiénes quedan en pie Muchas han sido las transformaciones en el conjunto de las salas de la ciudad pero no todas han tenido como resultado el cierre de las mismas. En pleno centro de Sevilla resiste el cine Cervantes. Acceder a su interior se torna casi en un viaje al pasado desde sus orígenes, a finales del siglo XIX, y las distintas adecuaciones que ha sufrido a lo largo de los años. El antiguo cine Pathé alberga hoy el teatro Quintero y recientemente ha salido la noticia de su recuperación para usos cinematográficos por parte de Sa-cromonte. El antiguo teatro Álvarez Quintero tiene, a día de hoy, una interesante oferta cultural dentro de su nueva denominación como Centro Cultural Cajasol; de entre todas las actividades destaca el Cine-Club Vida, que lleva más de cincuenta años surtiendo de buenas películas y debates a quienes se acercan. Otros ilustres resistentes son el Multicines Alameda y el Avenida 5 Cines, que siguen apostando por

un trato más cercano, incluso en versión original en el caso del Avenida. También destaca

el reciente intento de adaptación del Teatro Ala-meda para exhibir películas de forma más regular, así como el traslado de la Sala Imperdible a la sala del edificio de Comisiones Obreras, la cual también puede ser aprovechada para el séptimo arte.

Por último queremos mencionar, fuera de Sevilla, la interesante reconversión de una sala en una cooperativa vecinal para lograr sacarlo adelante, es el caso de CineCiutat donde se ha apostado deci-didamente por el cine de calidad, la versión original e incluso el cine clásico, todo a un precio bastante asequible, ¿será esta la única forma de salvar los pocos cines que sobreviven? La ciudad y sus modos de vida han cambiado, quizás de ahí esa nostalgia que aún siguen emanando los cines de verano o, en otro contexto, iniciativas como el Festival de Cine Europeo de Sevilla que nos dan la oportunidad de visionar películas

menos co-merciales, asistir a sesiones dobles (o incluso triples), en un ambiente cercano de esos cines que aún quedan en la memoria.

Mektres son Pablo Navarro y Paloma Garrido www.mektres.com



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