Boletín Salesiano Uruguay - Agosto 2016

Page 1

URUGUAY / Segunda época / Año XXXVIII / Nº 6 / Agosto 2016 / www.issuu.com/bsuru

Informe:

MI OPCIÓN DE VIDA ME GUSTA Y ME LLENA

Busco sentidos al trabajo ¡desempleo ya tengo! Certezas y dilemas de una vocación

ENTREVISTA AL P. MATEO MÉNDEZ SDB


SUMARIO 3

3 CARTA DEL DIRECTOR

4

¡Me quedo con Don Bosco!

4 ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! 1800 hectáreas para servir

8 FAMILIA EN OBRA Isabel Alende ¡Qué trabajo da ser joven!

8

10

9 SINTONIZANDO CON DON BOSCO

9

Sor Yvonne Reoungoat fma El trabajo de hacernos cargo

10 HACIENDO HISTORIA Al rescate de la educación ‐ Calidad para todos

12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ 16

César Moreira: “Mi opción de vida me gusta y me llena”

12 22

16 CON NOMBRE Y APELLIDO P. Mateo Méndez: “Lo que Tú quieras, dónde y cómo quieras”

22 GALERÍA DE FACEBOOK Y TWITTER 23 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb Porque sí 23

24

24 AQUÍ Y AHORA Los jóvenes y su derecho “vulnerado” a transformar el mundo 29

29 SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb Un currículum particular

30 DEL ÁRBOL SALESIANO Colegio San José de Colón Donde los abuelos van a jugar con los nietos

35 30

32

32 PUZZLE, LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO TE LO CONTAMOS P. Jorge Pérez sdb, P. Eugenio Alonso sdb, Florencia Pozzi

35 GALERÍA DE INSTAGRAM


CARTA DEL DIRECTOR

P. Sergio Álvarez sdb

¡ME QUEDO CON DON BOSCO! Se nos confunde el orden. Deberíamos poder ser plenos y dichosos transformando con nuestro trabajo el mundo para volverlo más humano. Pero nos volvemos personas que no podemos ser nosotros mismos cuando trabajamos. Y así comienzan a no funcionar bien las cosas. Frecuentemente sentimos que se nos está yendo la vida trabajando, y por poca plata o poco reconocimiento. Cuando nos invade esa sensación... sonamos, hemos perdido el sentido del trabajo, aunque tengamos empleo. Desempleo y empleo, sentido y sinsentido del trabajo, son algunos de los dilemas que planteamos en esta edición. Cuando jóvenes suele darse la experiencia de trabajar “voluntariamente”, “en lo que uno quiere”, “por vocación”, pero apenas comienzan las demandas de opciones por formar una familia, o de cumplir con aquellos “gustos” que me quiero dar, o de alcanzar un nivel económico confortable, o llegar a roles de alta jerarquía en donde me muevo, algo comienza a cambiar. Jóvenes Animadores de Oratorios, Voluntarios Misioneros Salesianos (VMS), Salesianos Cooperadores, o tantos otros comprometidos desde una gran variedad de vocaciones y servicios a los demás, nos muestran que enraizados en el carisma de Don Bosco, apasionados desde los propios sueños y anhelos, encuentran en el trabajo un camino de amor, de entrega plena de la vida. Cuando el desafío, además de tener empleo, es que el trabajo tenga sentido, en la misión salesiana muchos lo encontramos, o sea, siendo signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes, prioritariamente los más empobrecidos, vulnerables, periféricos, estigmatizados, excluidos... Nuestro equipo ha trabajado asumiendo el constante desafío de llegar a ti con algo que te aporte, te provoque, te acompañe en tus búsquedas. Por eso una vez más te decimos... a este Boletín Salesiano, ¡léelo, te vas a encontrar!

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro Coordinador: Eduardo Martínez Columnistas: Isabel Alende, P. Francisco Lezama sdb y P. José Adrián García sdb Equipo de redacción y responsables de secciones: Lic. Emiliano Del Puerto, P. Sebastián Ferreyra sdb, Gianfranco Brandi sdb, Hna. María Baffundo hma, P. Eugenio Alonso sdb, Lic. Selene Cardarello, Lic. Marcelo Hernández, P. Jorge Pérez sdb, Florencia Pozzi y Nicolás Soto sdb. Fotografía: Sebastián Andión y Leonardo Pagliari

Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mastergraf

Comunicación Salesiana ‐ Uruguay @salesianos_Uru

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: comunicacion@salesianosuruguay.com.uy Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro Depósito Legal: 366.191

3


¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

Pablo y Leonardo Panizza

1800 HECTÁREAS PARA SERVIR 4


Son hermanos, vivieron una misma experiencia, en el mismo tiempo, pero cada uno con descubrimientos propios. Casi a ciegas, pero con la intuición de que “era cosa de Dios”, dijeron sí a una invitación y la vivieron como un regalo. Lo más desafiante fue animar a crecer a otros mientras experimentaban su propio crecimiento. Su entrega voluntaria no tenía horario, implicaba “estar, estar y estar” pero les ofreció infinitas “oportunidades educativas”. En el Paiva , aprendieron un nuevo lenguaje en el que “comunidad” significa “empezar a entender” con “misericordia”.

P

ablo y Leo, de 19 y 20 años respectivamente, conocieron a los Salesianos de Don Bosco a los cuatro años, cuando ingresaron al Colegio “Maturana" (San Francisco de Sales) que tanto quieren. Ambos culminaron el bachillerato en el Instituto Juan XXIII, Pablo orientado en Medicina y Leo en Artístico.

La relación de ambos con el estudio pareciera la de esos casos en los que queda claro que los tiempos los pone Dios. Tanto Leo como Pablo se vieron desilusionados en el comienzo de sus carreras universitarias. Pablo, cuando terminó 6to. se inscribió en el ISEF para hacer Educación Física, pero el ingreso era por sorteo y no quedó. Leo, luego de un discernimiento vocacional, encontró que su proyecto profesional iba por el lado de la educación; vislumbró la carrera que quería comenzar en el ISS, pero en el 2014, año en el que entraría, el curso no abrió. “Esperar contra toda esperanza”. Ese fue el pensamiento y el sentimiento que ayudó a Pablo a transitar ese momento que hoy recuerda con mucho cariño, pero que confiesa no haberlo pasado bien. La tranquilidad de ir viviendo el día a día con la confianza de que todo llega, fue lo que mantuvo esa espera paciente. Y en mayo del 2015, después de un encuentro de “Hay Algo Más”, fue que de la mano del P. Néstor Castell llegó eso que Dios tenía preparado para ambos. El Inspector de los Salesianos le preguntó al menor de los hermanos en qué andaba, y tal como él lo narra, luego de contarle entusiasmado que estaba “ensuciándose los dedos” en el taller mecánico de la familia, el sacerdote le dejó “picando” la interrogante: “¿No te querés ir al Paiva a vivir una experiencia de voluntariado?”. Ese mismo día, cuando los Panizza volvían juntos en el ómnibus 5D a su casa, Pablo le comentó la propuesta a Leo quien le dijo: “¡Andate ya!, ¡no lo pienses dos veces!”, y Pablo no lo dudó, “fue la mejor propuesta que me podrían haber hecho, era imposible decir que no”, cuenta al BS. Leo, que en ese momento se encontraba viviendo en Rocha, se interesó por la propuesta y dijo: “¡Yo también quiero!, ¿no habrá un lugar ahí también para mí?”, y llegó a la comunidad de 5


Sarandí unos días después que su hermano. Ambos sabían que era “meterse de lleno con los Salesianos.” El Instituto Benigno Paiva Irisarri (“Paiva") es un establecimiento rural en Durazno pensado para que el hijo del peón rural pueda estudiar. Ambos sabían muy poco de la institución. “No conocía el Paiva, la primera vez fui con Néstor. Sabía que era lo más oratoriano que tienen los Salesianos, porque los gurises viven, trabajan y estudian ahí.”, comentó Pablo. Unas semanas después de la propuesta, ya estaban instalados para quedarse un buen tiempo. “Yo fui con respeto, porque te sumás a algo que ya está armado, tenés que encontrar tu rol y agregarle un plus, porque para algo vas”, compartió Pablo. El rol de los voluntarios es de asistencia continua a los 60 adolescentes que viven allí. “En la mañana colaboramos en la levantada hasta que los gurises se fueran a la UTU. Por

6

“El Paiva es una burbuja de fraternidad, es una familia”

otro lado, nos integrábamos a la vida de la comunidad, teníamos Eucaristía de mañana y después un ratito libre que, con Pablo, destinábamos a darle fuerte a la quinta porque nos gustaba y, además, como había unos gurises más grandes que se quedaban porque estudiaban de tarde, estaba buenísimo el vínculo con ellos ahí y meter las manos en la tierra. Después cortábamos para el almuerzo y trabajábamos con los chiquilines en las áreas formativas. A las 17 h venía la merienda y el patio, y después del baño nos enganchábamos en la asistencia del estudio, preparábamos la cena y terminábamos con las Buenas Noches. Ese era un día en el Paiva", narró Leo. FULL TIME PARA LA COMUNIDAD Para el mayor de los hermanos, el trabajo en el Paiva fue desafiante porque era de horario completo. “Esa condición de ser hogar le exige a la comunidad asistencia constante que no te deja flaquear, sos ejemplo todo el tiempo, estás ahí todo el día. Los gurises reclaman


mucha atención y cariño. Hay cosas que les marcan la vida y después se ve en el trabajo con ellos”, aseguró. Para Leonardo, una de las cosas valiosas que tiene el Paiva como lugar de trabajo, es que ofrece muchas oportunidades educativas. “Tenés todos los espacios: cómo te tomás el descanso, cómo comés, cómo estás con ellos, a qué le das prioridad a la hora de trabajar, el momento del estudio… tantos ratos y ámbitos diferentes te dan mil posibilidades de acercarte, de conversar, de conocer y dejarte conocer, de mostrarte como sos”, compartió.

“Fue la mejor propuesta que me podrían haber hecho, era imposible decir que no" Para Pablo, en una comunidad no hay tiempo de sobra. Hay que empezar a conocer nombres, lugares, movimientos… “cómo vivir el Paiva”. Afirmó que “comunidad es empezar a entender, y la misericordia es algo que tiene que estar ahí enseguida, porque hay cosas que no te gustan pero hay que empezar a transformarlas”. Dentro de las cinco áreas en las que se divide el Paiva (carpintería, quinta, mecánica, mantenimiento y campo), a los hermanos Panizza, o “Paliza”, como los llaman allí, les fue asignada el área de mantenimiento. Limpiaban cuartos, baños, graseras, pintaban paredes, barrían, cortaban el pasto, talaban. En esos trabajos y en tantos otros que les tocó hacer, tanto Pablo como Leo trataron de experimentar que el trabajo fuera aprendizaje vivo para los chiquilines.

En las entrevistas, los hermanos remarcaron la exigencia que trataron de transmitir para hacer las cosas bien, hasta el final, lo más prolijo posible y aprovechar al máximo el tiempo. “Vos ahí empezás a trabajar mucho tu persona. La experiencia era muy arriesgada porque yo estaba creciendo mientras tenía que invitar a crecer a los demás. Nadie me dijo cómo tenía que vivir el Paiva, pero yo me exigí ser ejemplo, no fallar nunca y si fallaba pedir perdón, bajar la cabeza”, manifestó Pablo. El menor de los hermanos confesó que le tocó crecer en un ambiente divino, porque el Paiva es una burbuja de fraternidad, es una familia”, pero en los casi siete meses de trabajo también hubo tensiones, cansancio físico como consecuencia de entregar lo máximo en cada tarea, y cansancio “mental” derivado de la exigencia de “estar, estar y estar”. Cuando Don Bosco se iba a trabajar al campo, Mamá Margarita le decía: “no te olvides de que Dios siempre te ve”. Pablo, con 18 años, empezó a cultivar esa mirada. Muchas veces se encontraba trabajando solo porque se quedaba limpiando canteros, una labor que llevaba tiempo y requería estar de rodillas moviendo la tierra, ensuciándose las manos, con las ortigas que arden. El joven contó que si en esos momentos de desierto no estuviera la idea tranquilizadora de que “Dios está ahí”, se podría pasar mal, pero a él no le sucedió. “Estuve 'trabajando' Espíritu Santo, 'moviendo' Espíritu Santo y eso te lleva a vivir en la verdad”, aseveró. Leo, por su parte, manifestó que a Dios lo vivió “intenso”. Confesó que estaba en un momento de querer renovar algo en su vida y, como “cosa de Dios”, le llegó este regalo, terminando completamente metido en una propuesta que nunca pensó que lo iba a llenar y cautivar tanto como le sucedió.

7


FAMILIA EN OBRA

¡Qué trabajo

da ser joven!

Según plantea El Observador en su edición del 12/5/2016, el desempleo entre los menores de 25 años es cuatro veces mayor que para los que superan esa edad. Si bien este es un fenómeno generalizado en la región y en buena parte del mundo, hay algunos aspectos que son propios de la dinámica de nuestro país, los cuales incluyen dimensiones demográficas, de género, eco‐ nómicas, intergeneracionales, etcétera.

Esta matriz no resulta del todo adecuada si apreciamos que el mundo del trabajo se muestra con una mayor movilidad y, por lo tanto, la formación para un puesto de trabajo se considera como algo transitorio. Los jóvenes mismos lo ven como temporal y dan por hecho la movilidad; podría decirse que forma parte de una nueva sensibilidad.

Además, esta misma matriz se representa como un espacio de formación en el cual los ciclos educativos preceden a la inserción en el mercado de trabajo, cuando las nuevas dinámicas sociales nos están mostrando que crecientemente los estudiantes no son solo estudiantes, sino estudiantes y trabajadores. Y no solamente por eventuales motivos económicos, sino por una imprescindible necesidad de aprender haciendo, que es parte de la dinámica del mercado de trabajo. Por lo tanto, además de transitar hacia un sistema educativo que contemple sujetos que trabajan simultáneamente, los empleos de calidad serán aquellos que no solo remuneren adecuadamente sino que también asuman a sujetos que simultáneamente estudian y avanzan en su formación, ya que el propio mercado de trabajo así lo exige, entre otras cosas, por la movilidad que demanda, aunque para algunos también se trata de precariedad.

El país en que las personas permanecían 20 años en un mismo puesto no existe y los jóvenes lo saben. Es clave entonces, para

En segundo lugar, esta cuestión que venimos abordando se encuentra permanentemente atravesada por las condiciones desiguales que

En primer lugar, las tradiciones de nuestro sistema educativo nacional han conformado una matriz que, si bien está procesando cambios, la educación media general resulta esencialmente propedéutica para quienes aspiran a continuar estudios terciarios, mien‐ tras que la educación media técnica resultaría una propuesta para quienes desean una rápida inserción en el mundo del trabajo con la formación específica para un empleo.

8

avanzar, que se le pueda dar significado a la relación entre “educación y trabajo”, signifi‐ cando a la “y” como una conjunción que une y da relación.

afectan a unos y otros jóvenes. En general, el sistema educativo está diseñado para estu‐ diantes que pueden tomar decisiones acerca de sus trayectorias, que tienen respaldo de la familia o que pueden proyectarse más allá de dos o tres años en su vida. Hoy la realidad social está marcando la existencia de un conjunto de jóvenes que no pueden proyec‐ tarse en estos plazos y no se visualizan dentro de un sistema educativo al que les cuesta encontrarle sentido y utilidad. Es necesario poder pensar en nuevos disposi‐ tivos que acrediten lo que el sujeto va adqui‐ riendo en forma discontinuada para que le permita seguir acumulando experiencias y aprendizajes, y que el sistema se los reconozca. Por eso, finalmente y en particular, nos cabe una alta responsabilidad social sobre la situación en la que viven jóvenes que no estudian ni trabajan, ya que al no contemplar‐ se estas posibilidades de trayectorias discon‐ tinuadas, en el seno de un sistema educativo para todos, las oportunidades de empleo (que van unidas a una lógica de solicitar ciclos finalizados) para estos jóvenes se estrechan.

Isabel Alende Coordinadora del Programa Nacional de Educación y Trabajo, PNET, del Ministerio de Educación y Cultura. Fue docente de Didáctica Socioeducativa de la Tecnicatura en Educación Social, programa formativo ofrecido en 2012 y 2013 en conjunto por la Universidad Católica del Uruguay y el Instituto Salesiano de Formación.


SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Sor Yvonne Reoungoat Superiora General de las FMA

EL TRABAJO DE HACERNOS CARGO Queridos amigos del Boletín Salesiano de Uruguay: En esta edición de la revista enfocada en el vínculo juventud‐trabajo, mi aporte se refiere al compromiso asumido por muchos jóvenes para colaborar en la construcción del mundo: el voluntariado. En la Carta1 escrita por el Papa Francisco a Don Ángel Fernández Artime, el Santo Padre indicó a los Salesianos y a toda la Familia Salesiana dos compromisos derivados del discernimiento sobre la realidad juvenil. El primero, “educar según la antropología cristiana al lenguaje de los nuevos medios de comunicación y de las redes sociales, que plasma en profundidad los códigos culturales de los jóvenes y por tanto la visión de la realidad humana y religiosa”; el segundo, “promover formas de voluntariado social, no resignándonos a las ideologías que anteponen el mercado y la producción a la dignidad de la persona y al valor del trabajo”. Con esa perspectiva, el voluntariado es un campo privilegiado para abrir nuevas fronteras educativas y misioneras y un modo para alinear‐ se, con decisión, en el camino de los jóvenes, particularmente, de aquellos que habitan las periferias. 1

Ya en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el Papa Francisco había señalado al voluntariado como un elemento de esperanza porque estimula el protagonismo juvenil. “Se debe reconocer –observa el Santo Padre– que en la actual crisis del compromiso y de los lazos comunitarios, muchos jóvenes se solidarizan ante los males del mundo y se embarcan en diversas formas de militancia y voluntariado. Algunos participan en la vida de la Iglesia, integran grupos de servicio y diversas iniciativas misioneras en sus propias diócesis o en otros lugares. ¡Qué bueno es que los jóvenes sean 'callejeros de la fe', felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra!” (EG 106). En clave salesiana, querría subrayar cinco características del voluntariado: la decisión de “hacerse cargo”, la solidaridad, la ética frente a lo social, la identificación de las periferias y el sentido de esperanza. Hoy quiero hablar de la decisión de hacerse cargo, una característica que convierte al voluntariado en un rayo de esperanza en el contexto actual de crisis de compromiso. Don Bosco y Madre Mazzarello, en su misión educativa hicieron de su existencia un don, y de lo cotidiano una ocasión para expresar cercanía.

Ellos se vaciaron de sí mismos y se dejaron poseer totalmente por los jóvenes. Se pusieron a disposición con un proyecto educativo claro, teniendo presente el tipo de persona que querían educar y promover: una persona abier‐ ta, solidaria, rica de interioridad, abierta a vastos horizontes, pronta a reconocer el paso de Dios en la propia vida. La amorevolezza salesiana, corazón del Sistema Preventivo, se expresaba en el ambiente de Valdocco y en los corazones, y resonaba en toda la comunidad eclesial y en la sociedad turinesa. Don Bosco quería regenerar la sociedad desde los jóvenes. Por su parte, en Mornés, Madre Mazzarello invitaba a las hermanas y a las chicas a sentirse con libertad de hacer cualquier obra de caridad y a hacerse cargo de la vida de las demás, comenzando por las menos favorecidas. Como herederos de su carisma, trabajemos para que muchos jóvenes se incorporen a alguna experiencia de voluntariado que les permita descubrir el verdadero sentido de la vida. María, la madre de Jesús, mujer atenta y premurosa, nos ayude a hacernos cargo de los más débiles. Madre de la ternura y mujer del primer paso, nos ayude a prevenir las necesidades para dar vida a un mundo basado en la justicia y en la fraternidad.

Carta con motivo del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, Vaticano, 24 de junio de 2015

DE OTROS LARES MÉXICO / Puertas abiertas para los migrantes Los Salesianos de la Obra de Tijuana, a 100 m de la frontera NO, han debido responder a un nuevo tipo de “invasión”: los migrantes llegados desde África, Haití, Centroamérica y del mismo país, que aguardan respuesta a su pedido de asilo en Estados Unidos. “Antes recibíamos cerca de 30 personas por semana, pero en los últimos meses llegan entre 150 y 175. A veces son familias enteras”, afirma el P. Felipe Plascencia. “Algunos voluntarios vienen a darnos una mano en la cocina. De nuestra parte no podemos hacer menos porque los que llegan son hermanos que necesitan de nosotros”, precisa.

ITALIA / Misericordiosos como el Padre Al comienzo del verano en el hemisferio Norte, los integrantes de los Consejos Generales de los SDB y las FMA celebraron juntos los Ejercicios Espirituales anuales. En esta ocasión, el retiro fue animado por el P. Mauro Molfino, experto en Sagrada Escritura, en torno a las palabras de Jesús: “Sean misericordiosos como vuestro Padre”. En la jornada dedicada a la Reconciliación, peregrinaron hasta un santuario cercano y cruzaron la Puerta Santa para alcanzar la indulgencia. En las Buenas Noches ofrecidas por el Rector Mayor y la Madre General, ambos insistieron en el valor del testimonio de fraternidad y servicio a los jóvenes. 9


HACIENDO HISTORIA

Al rescate de la educación

Calidad para todos “Enseña Uruguay” tiene una visión: que en 2035 todos los adolescentes del país reciban una educación de calidad. ¿Cómo se propone lograrlo? Forman‐ do docentes que sean agentes de cambio desde su experiencia en aulas de contextos vulnerables. Responsabilidad, empatía, capacidad de comunicación y de generar vínculos sumados a la sensibilidad social, son las condiciones para los aspirantes a formar parte de la organización. En la Escuela de Oficios “Don Bosco” del Movimiento Tacurú esta experiencia ya es una realidad.

“Enseña Uruguay" nació en 2014 a instancias de Juan Martín Fernández, quien luego de una experiencia de voluntariado en clubes de niños y centros juveniles, observó que en algunas asignaturas los adolescentes no

tenían un profesor asignado en todo el año. El Director Ejecutivo de la organización señaló que el objetivo de la misma reside en “empezar a cubrir ciertas carencias”. “Enseña Uruguay” es una organización sin fines de lucro que trabaja para e x p a n d i r l a s oportunidades de educación en Uruguay, a través de la selección y formación de jóvenes profesionales que desean dedicar dos años de su vida a ser profesores en centros educativos públicos de contextos desfavorables, donde

10

falten docentes, con la expectativa de que se conviertan no solo en profesores eficaces, sino también en impulsores de una transformación en el sistema educativo. Según datos que maneja la organización, solo el 37% de los jóvenes uruguayos completa la educación secundaria (uno de los índices más bajos de la región); pero este porcentaje se reduce al 6% en los estudiantes provenientes de hogares pobres. La falta de capital docente es, para la institución, una de las causas de la deserción y la baja calidad educativa de la enseñanza pública. Los jóvenes que se integran a la organización dictan clases de asignaturas vinculadas a su carrera universitaria o profesión. No obstante, reciben una capacitación previa durante el verano y el acompañamiento por parte de psicopedagogos o psicólogos en el año lectivo, para mejorar la experiencia, tanto para el docente como para los alumnos. El programa forma parte de “Teach for all”, una red educativa que está presente en 40 países. Una de las ventajas que tiene es la


reflexión que se hace, a partir de la realidad concreta. “Si vamos a tratar dificultades de aprendizaje, es porque las estamos viendo en nuestras clases, los profesores nos lo piden y armamos un taller respecto al tema. Tenemos algunos ejes pero mucho proviene del territorio y eso permite adaptar nuestras prácticas a lo que sucede en el aula”, señaló Fernández. LA EXPERIENCIA EN LA ESCUELA DE OFICIOS “DON BOSCO” J u a n M a r t í n e s e co n o m i sta , exalumno del Liceo Nuestra Señora del Rosario y hace tres años trabaja como profesor de matemáticas en la Escuela de Oficios “Don Bosco” del M o v i m i e n t o Ta c u r ú , d o n d e actualmente hay seis docentes que son parte de "Enseña Uruguay". “'La Escuela' ha sido un acercamiento a una propuesta educativa diferente a lo que había conocido hasta el momento. Tiene una mística que se nota, a mí me atrajo enormemente. La población a la que logra llegar, el mensaje que tiene y el sentido de identificación que sienten los estudiantes hacia este espacio, es difícil de encontrarlo en otro lugar”, comentó. Este joven se acercó a la institución durante su etapa como voluntario y ese encuentro lo impulsó a fundar “Enseña Uruguay”. “Todo lo que había escrito y reflexionado sobre la educación, lo había hecho entre cuatro paredes, necesitaba un poco de realidad de lo que es el aula”, asevera. “Hoy todo se traduce a lo que me pasa en clase, que arranco con 30 alumnos y termino con 15. La gente dice 'paren la deserción estudiantil', pero es complicado. ¿Cómo evito que una chica que queda embarazada deje el curso? Desde tu rol como docente podés influir pero tenés un límite importante, hay que trabajar entendiendo que la complejidad es bien cierta”, agregó. UN PASO MÁS AL COMPROMISO Durante el segundo semestre del año, "Enseña Uruguay" hace una

convocatoria a profesionales y estudiantes avanzados que deseen sumarse a la propuesta. La selección se hace difícil ya que se postulan unas 600 personas para cubrir las 20 vacantes que ofrece la organiza‐ ción, si bien estas se duplicarán el año próximo, gracias al apoyo de los “socios”. Fernández explicó que hay dos grandes habilidades que se tienen en cuenta a la hora de elegir a quienes formarán parte del programa. “En primer lugar, el compromiso de asumir la responsabilidad de ser docente durante dos años. Por eso medimos cómo están dimensionan‐ do este desafío y la capacidad de proyectarse al futuro. En segundo lugar, se busca que posean ciertas habilidades de empatía y comunica‐ ción, que permitan un relacionamiento fluido con los chicos. Si bien la educación ha cambiado, sigue siendo el arte milenario de generar un vínculo con una persona”, señaló. Fernández confesó que el Instituto Juan XXIII es un semillero para la organización “porque allí hay una sensibilidad ya creada” y "Enseña Uruguay" busca gente que haya hecho una reflexión previa, a partir de una experiencia en contextos vulnerables. “Trabajamos con volunta‐ rios que quieren dar un paso más, gente que ya tiene conocimiento de trabajo con adolescentes y que quiere dar este paso más formal”, puntualizó. 11


VALE LA PENA VIVIR ASÍ

César Moreira / De oratoriano a animador

“Mi opción de vida me gusta y me llena” César Moreira tiene 19 años y desde hace una década, cada sábado, acude al Oratorio salesiano “Sociedad de la Alegría”, que considera su casa. Allí llegó con apenas nueve años como un oratoriano que buscaba contención ante los dolores de la vida. Y ese fue el escenario donde cumplió el sueño de estar del otro lado del mostrador, ocho años después, siendo un animador que, con la autoridad de haber sido un igual, busca transmitirles a los gurises que pueden elegir su camino más allá de sus peripecias vitales.

¿Cómo llegaste al Oratorio Sociedad de la Alegría? Mi abuela materna vivió toda su vida en el barrio “La Carbonera” de Colón, muy cerquita del Oratorio. Como con mis 5 hermanos y mis padres residíamos en la Gruta de Lourdes, íbamos todos los fines de semana a su casa y empecé a ir al Oratorio cuando tenía 9 años. Al principio no me gustaba, pero después me enganché. Hubo una época en la que vivimos en la casa de mi abuela paterna, por el Centro, y ahí se me complicó para asistir. Pero tres meses después nos mudamos a lo de mi abuela materna y comencé a ir todos los sábados. Esperaba con impaciencia toda la semana a que llegara el día de ir al Oratorio. ¿Hubo alguna otra circunstancia concreta que te llevó a ir al Oratorio? Mi padre había comenzado a consumir drogas y a vender todas las cosas de la casa. Mi madre se separó y nos fuimos a vivir al Centro. Ahí compartimos la vivienda con una de mis tías y sus dos hijos. No la pasamos bien. Antes de irse a trabajar, mi madre nos hacía levantar y, luego de desayunar, mi tía nos hacía limpiar toda la casa, mientras ella no hacía nada. Se lo dijimos a nuestra madre, quien no aguantó esa situación y luego de un par de meses nos mudamos a La Carbonera. Mi padre quiso volver, pero mi madre lo echó. Dos meses después mi padre falleció y eso nos bajoneó a mí y a todos mis hermanos, porque él era bueno, pero la droga lo hacía ponerse mal con él y con nosotros. ¿Y qué rol jugó el Oratorio en esa etapa? Cuando llegábamos siempre estaba una animadora, Mariana, que si te veía triste se quedaba contigo, aunque no quisieras jugar, y eso nos hacía querer ir siempre. No faltábamos nunca. A veces aún no habían llegado los animadores y nosotros ya estábamos esperándolos. 12

¿Encontraste en el Oratorio un sentido para la vida en medio de tantas cosas malas? Algo que siempre nos enseñaron es que es nuestra casa, y eso lo sigo creyendo. Todos somos familia y ese sentimiento nos acerca. Siempre vi a los animadores de buen ánimo, pum para arriba, más allá de los problemas que tuvieran en sus vidas. Los miraba y los admiraba, y muchas veces dije que un día iba a estar de ese lado del mostrador. Traían juegos y dinámicas que ahora armo yo. El Oratorio se llama Sociedad de la Alegría ¿realmente vivían esa alegría? Sí, siempre. De hecho nos gustaba tanto que íbamos con todos mis hermanos menos los dos más grandes. Mi hermana de 20 iba a ser animadora también, pero quedó embarazada y su vida pasó a tener otras prioridades. Además de Mariana ¿qué otras personas marcaron tu vida en el Oratorio? Andrés Moreira era exigente (dice entre risas) y si hacíamos algo malo nos íbamos con Mariana, que era más buena. “Pitu" fue una de los mejores animadoras que hemos teni‐


do. En el último año del MAS, me marcó para siempre. También el hermano de Andrés, Pablo, fue de los que más me acompañó. ¿Cuándo te dijeron que podías dar el paso para ser animador? Tenía 17 años. Cuando me lo plantearon estaba re‐encantado. Siempre había queri‐ do estar de ese lado. El primer día fue un caos, todos me pedían cosas. Después me fui acostumbrando y todo anduvo mejor. Detecto muy fácilmente de dónde viene el problema. Antes solo escuchaba y después me fui soltando y tirando ideas. ¿Cómo ves a los gurises ahora que sos animador y 10 años después de que entras‐ te al Oratorio? Ahora son totalmente diferentes. Están con el celular todo el tiempo. Cuando estás explicando la dinámica se lo tenés que sacar porque no atienden. A veces dicen cosas que repiten, que ni saben lo que significan. Muchas veces puede ser culpa nuestra, porque los sobreprotegemos y ellos se aprovechan de eso para contestarnos. Les

“Algo que siempre nos enseñaron es que el Oratorio es nuestra casa, y eso lo sigo creyendo. Todos somos familia”

“Vos tenés que elegir tu propio camino, más allá de las posibilidades que se te presenten”

tenemos que reiterar que se comuniquen con respeto. La cabeza de los gurises ha cambia‐ do. Nosotros intentamos mostrarles diferen‐ tes posibilidades y que hay más cosas fuera del barrio que los pueden ayudar. Queremos darles posibilidades, que las vean. ¿Y la situación del barrio también ha cambia‐ do? Sí. Muchos de los que antes iban al Oratorio ahora son padres, pero siguen viviendo en su casa paterna y eso genera roces. La gente tiene muchos problemas de convivencia y los gurises asimilan todo eso. Hay varias 'bocas' de venta de drogas. Nosotros tratamos de acompañarlos, de seguirlos en lo que hacen. Tengo los celulares de la mitad de los jóvenes que van al MAS y siempre estoy mandándoles mensajes para ver como están. Hay un gurí de 15 años que iba al oratorio y que el otro día lo balearon. Las carencias siguen siendo las mismas. Hay más gente, más apretada, pero eso no quiere decir que tengan que ir por el mal camino. Hay que tener cuidado con el tema de las drogas, con el frío, y con que los niños estén en la calle. Nosotros, luego del Oratorio, que funciona los 13


sábados, dejamos a cada uno en su casa. Hay madres que se ocupan y otras no. Además hay muchas mamás menores de 18 años. Hace tres semanas nos robaron todo del Oratorio. Ninguno de los vecinos llamó a la policía. Nos enteramos por Facebook. Estaba todo tirado. Averiguamos que algunos de los que robaron eran padres de los chicos que van al Oratorio. Falta sentido de pertenencia. Tienen que darse cuenta de que el Oratorio es parte del barrio y que es de ellos. Nos movimos y logramos que nos donaran lo que nos robaron, pero no tiene que ser así. Mientras nos faltaban las cosas, íbamos casa por casa explicando lo que se hace allí, sin preguntar nada sobre el robo. En ese contexto estamos viendo la posibilidad de hacer talleres con padres para que entiendan nuestro trabajo. Lo bueno es que hay varios que sí ya tienen ese sentido de pertenencia y nos dicen que no robaron al Oratorio, sino a ellos mismos. ¿Y cómo fuiste haciendo tu camino? Al principio iba solamente a jugar, pero después, cuando fui más grande e iba al MAS, empecé a estar más pendiente de la Biblia, de rezar, lo que me fue interesando mucho. Estoy haciendo el camino de preparación para la Confirmación. Es todo un proceso, empecé sin saber quién era Jesús y siento que he avanzado mucho como persona. ¿Qué significó para vos haber dado tu testimonio en la Fiesta de la Arquidiócesis? Fue algo increíble. Me mandaron un mail haciéndome la propuesta y acepté, pero estaba re‐ nervioso, no sabía qué iba a decir. Estando arriba del escenario empecé a contar mi historia y las palabras fluyeron solas. Fue un tremendo orgullo poder contarles a otras personas mi experien‐ cia de vida y como animador. Vos tenés que elegir tu propio camino, más allá de las posibilidades que se te presenten. Me gustó decirles a los demás gurises que pueden elegir, que depende de ellos. Les conté que mi opción de vida me gusta y me llena. El primer paso siempre lo damos

14

nosotros. La idea como animadores es darles una mano a los gurises para encaminarlos en su toma de decisión, que no se sabe si será la correcta, ni la mejor, pero que sea la suya. Sí debemos darles los elementos para que puedan discernir.


EL 24 DE AGOSTO

TE INVITAMOS A REZAR EL ROSARIO SOLO, CON AMIGOS o en la CASA SALESIANA en la que participas... Todos nos uniremos pidiendo por nuestras familias y por la Paz en el mundo Como el 24 de agosto es miércoles rezaremos los

MISTERIOS GLORIOSOS En el primer misterio glorioso contemplamos: La Resurrección del Señor. En el segundo misterio glorioso contemplamos: La Ascensión de Jesús al cielo. En el tercer misterio glorioso contemplamos: La Venida del Espíritu Santo. En el cuarto misterio glorioso contemplamos: La Asunción de la Virgen al Cielo. En el quinto misterio glorioso contemplamos: La Coronación de la Virgen como Madre y Señora de la creación.

¿Cómo se reza el Rosario? Comenzamos: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Se enuncia el “misterio”, por ejemplo: “en el primer misterio contemplamos la Resurrección del Señor”. Después se rezan: un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

15


CON NOMBRE Y APELLIDO

P. MATEO MÉNDEZ SDB

“Lo que Tú quieras, dónde y cómo quieras” 16


Nació en una familia pobre, igual que los gurises que hoy contiene y acompaña. Aprendió a ser feliz “con lo que se tiene” y que la vida hay que lucharla todos los días. Es un convertido que se bautizó a los 18 años y, desde entonces, decidió que fuera la Virgen quien decidiera su destino. Tuvo dolores, muchos, de los físicos y también de los llamados “espirituales”, como consecuencia del escrache público al que fue sometido sin una investigación rigurosa. Asegura que no guarda rencores, aunque admite que quedó la marca y la sensación de que es injusto comerse “ese garrón” a los 70 años. Fundador de proyectos es muy consciente de su rol: “Ni la obra soy yo, ni yo soy la obra”. Cuando parta, para él sería un elogio que lo recuerden simplemente como “buena gente”.

¿Cómo era tu familia? Nací el 7 de junio de 1945, en San Gregorio de Polanco. Mi padre se llamaba Mateo y mi madre Saturna. Soy el número 11 de 12 hijos, 5 mujeres y 7 varones. Había para pelearse con uno diferente cada día (risas). Es que los pobres lo que pueden hacer con cierta paz y alegría son los hijos. Lo más grande para ellos es eso, no importan otras cosas. Éramos pobres, cuidábamos los campos de otros, pero era una pobreza digna. No envidiábamos lo de los demás y siempre fuimos queridos. Se nos enseñó a estar contentos con lo poco que tenía‐ mos y a ser solidarios. Siempre que un vecino precisaba algo nos llamaban, nos tenían mucha confianza. Los gurises de “la casilla” nos llama‐ ban, porque así era nuestra casa prestada. Nosotros siempre andábamos con los bichos en la vuelta, ordeñábamos las vacas, cultivabámos la tierra para el consumo, hacíamos el pan, mi madre lavaba para afuera… Aprendimos que la vida era una lucha, pero que en esa lucha había momentos lindos como compartir lo que ponía‐ mos en la mesa. Cuando tenía cinco años mataron a mi padre en un altercado, y mamá tuvo que asumir lo que venía. A algunos hijos debió mandarlos con familiares y los menores nos vinimos con ella a Montevideo, a una casilla de madera, en Instruc‐ ciones y Belloni. Ahí los más chicos hicimos parte de la escuela. Luego se fueron sumando algunos de los hermanos. Diez años más tarde nos muda‐ mos a Piedras Blancas. El mayor de los hermanos, con 40 años, pasó a ser el padre. Luego perdimos a una de mis hermanas en un accidente.

Nos fuimos arreglando como podíamos. A veces teníamos lo justo y a veces faltaba. Mi madre decía que la felicidad no pasa por tener muchas cosas, sino por querer las pocas que se tienen. Eso es lo que más me quedó de ella. Murió a los 75 años, gastada de tanto trabajar. De mis hermanos heredé la sensibilidad por lo social. Eran comunistas, trabajadores en metalúrgica, carpintería, albañiles… Todos eran trabajadores, el único vago soy yo, el cura (risas). Trabajé de almacene‐ ro cuando tenía ocho años, después de la escuela. ¿Cómo conociste a los Salesianos? Los conocí cuando nos mudamos a Villa Muñoz, a una casa que estaba al fondo de una barraca o un galpón de depósito, que nos ofrecieron unos parientes. Nos integramos a la Parroquia de San Miguel, donde los Salesianos tenían un Oratorio y un Centro Juvenil diario y un Colegio, que empezamos a frecuentar. Participábamos en distintas actividades como campeonatos, teatro, retiros… En casa se vivía una religiosidad popular del “hasta mañana si Dios quiere”, de esas cosas que salían naturalmente y que reflejaban que en el fondo Dios era un punto de referencia. Nunca la actitud era de enojo con Dios por las cosas que nos pasaban. Había una sabiduría sencilla de gente que descubre que Dios es más que el dolor que se puede tener por la pérdida de un hijo o una hija. Aprendimos que no había que culpar a otro por las cosas que nos pasaban y que para entender por qué suceden ciertas cosas hay que esperar un poco. El tiempo es maestro de sabiduría. A los 18 años estaba sin bautizarme y fui a hacerlo a mi pueblo, a la Parroquia del Carmen, un 2 de enero de 1963. Luego, el 26 de mayo de ese año tomé la Primera Comunión. Después vino la Confirmación y ahí empezó todo… Algunas veces uno trata de encontrar explicaciones y no las tiene. Hoy, con la formación y la experiencia, digo que siempre fuimos un misterio y lo seguiremos siendo. Hay un misterio en nosotros que se va develando y que cuando hace eclosión pascual es cuando descubrís que Dios estaba ahí, trabajando en secreto. Y te das cuenta de que la cosa venía de mucho antes.

17


“Hay que estar volviendo siempre a los inicios” ¿Y cómo fue que ingresaste al seminario? Cuando estaba en una Fiesta Patronal de San Jacinto, transmitiendo un partido de fútbol arriba de una escalera, pasa Nuti (Obispo de Canelones) y me dice: "Che, ¿vos no querés ser cura?" Así nomás... Y uno no sabía si estaba parado en el primer escalón o en el último, son de esas cosas que te sacuden. Después tuvimos varios encuentros. Siempre me trató muy bien, con mucho cariño y afecto, muy sencillo en el trato, y me empecé a hacer la pregunta. Luego, cuando tenía 20 años, me invitaron a un retiro espiritual en el seminario que estaba en Toledo. Fui y en pleno retiro me surge la pregunta “¿qué hago yo aquí?” y me dije “esto no es para mí”. Creo que fue una crisis bien interesante. Agarré mis cosas y me fui. Me vine para la casa salesiana y me dije “esto es acá”. Sentí como un alivio y una paz, como diciendo “es esto y no aquello”… Don Bosco me había robado el corazón para que fuera para los hijos del pueblo. Después de un tiempo me quedé viviendo en la comunidad del Colegio de los Salesianos y asumí como encargado del Centro Juvenil porque cambiaron al Hno. Mateo Graña, que fue un puntal para mi vida, él me fue mol‐ deando. Increíblemente, yo me ordené sacerdote un 26 de agosto y él se murió también un 26 de agosto como para decirme

"no te vas a olvidar de mí tan fácilmente". ¿Y qué tenía de diferente esa comunidad a lo que tú experimentaste en aquel retiro? Esa es la pregunta, ¿no? ¿Qué había de diferente? En ese momento no sé, yo estudia‐ ba secundaria de noche y cuando pasaba por el templo, delante del altar de la Auxiliadora le decía "lo que vos quieras, dónde y cómo quieras” y hacía mi oración ahí. Tiempo después llegó el P. Andrés Rubio para dirigir el Colegio y el Oratorio‐Centro Juvenil, y me planteó si no quería ingresar al seminario. Me acuerdo que en esos días estaba visitando la comunidad el Inspector de los Salesianos Padre Miguel De Paolis, charlamos y me dijo: “andá madurando, no te apures, tomá las cosas con calma y andá viendo si es de Dios…”. Pero Rubio puso la pata en el acelerador con mayor firmeza y me dijo: “ya está, andáte al noviciado”. En el año 70 entré al seminario del Manga, con 23 años. La ordenación fue en el año 1979, en el Gimnasio de Colegio San Isidro de Las Piedras. Y ahí empezó esta historia que tiene un montón de rostros y nombres en la vida de uno. ¿Qué comunidades salesianas integraste desde tu ordenación? En el año 80 fui designado a Maturana a

trabajar como encargado de la catequesis y de la disciplina de los gurises del liceo. Tenía una línea bastante dura y ellos entendían que la amistad no era ser blando sino justo. Estába‐ mos en plena dictadura y fueron años difíciles. Yo celebraba Misa en la Capilla de Maturana y siempre dije las cosas como eran, en alguna oportunidad, hubo la “invitación” a cambiar el discurso. Hubo intimaciones e intimidaciones de todo tipo, pero yo siempre les dije que no iba a cambiar mi prédica porque era fiel al Evangelio. La gente quería escuchar una cosa diferente que no oía en la semana. Del 85 al 87 me cambiaron a La Teja como director del Colegio La Divina Providencia, de la comunidad y de un Centro Juvenil‐Oratorio. En el Capítulo Provincial del año 87 se resuel‐ ve una nueva presencia de mayor respuesta o de ´”inserción” con los más pobres. Desde el 76 los fines de semana se atendía en el Oratorio a los “Tacuruses”, primero en el Buceo, y luego en Sayago. En el año 88 nos fuimos a vivir a una casita que había al lado del Centro Juvenil con el P. José María Tejero y Walter Cocozza. Al año se sumó Walter Fuidio. Y como el Oratorio era solo los fines de semana, nos planteamos qué hacer durante la semana. Pensamos que había que armar algo para la gurisada. Algunos estudiaban en la UTU o el liceo, pero otros ya habían abando‐ nado todo y estaban requechando con el carro, hacían algunas changas, vendían caramelos en los ómnibus o en los trenes. Entonces enganchamos con una fábrica de tapitas de plástico, con un trabajo a façon, que cuanto más hacían más ganaban y fuimos consolidando la cultura del trabajo. Todo lo que fuera trabajito manual era opor‐ tunidad para que ellos ganaran un peso en vez de andar en la calle. El 8 de diciembre de 1988 nos trasladamos al lugar donde ahora está Tacurú. Entramos al edificio y no había nada. Un tablón, unos bloques y una madera para sentarnos a comer algo. Y ahí empezamos. La gurisada comenzó a entender que estaba bueno eso de ir todos los días. Iban a trabajar de mañana pero había que llenar la panza al mediodía, así que ellos mismos cocinaban, mal que bien, más crudo, más cocido. No había problema, la cuestión era que hubiera algo. Algunos que se entera‐ ban de la propuesta se fueron arrimando. En

18


el 90 asume Tabaré Vázquez en la IMM y veíamos que necesitábamos más fuentes de trabajo para la gente. Los gurises dijeron: “Nosotros podemos barrer todo Aparicio Saravia”. Nos acompañó siempre Dinorah Bandeira, que es hermana del secretario de Vázquez, una mujer excepcional, incondicional, un valorazo. Se llevaba muy bien con los gurises, era la madre para muchos de ellos, como Mamá Margarita. Hoy la seguimos recordando con mucho cariño. Entonces se dio el primer convenio y empezamos aprendiendo, tanto la Intendencia como nosotros, qué era. No había antecedentes y eso generó idas y venidas. Luego salió la posibilidad de barrer otras zonas. Y para los gurises fue un cambio de vida, porque ya no salían con el carro a juntar cosas sino que, con ese trabajo, se dignificaban como perso‐ nas. El barrio los miraba con buenos ojos y ellos estaban felices, se los veía salir con sus hijitos bien vestidos. Su estilo de vida había cambiado y no volverían a lo de antes nunca más. Cuando comienza este movimiento laboral tratamos de cuidar que no fuera una empresa y que el director no fuera el patrón, si bien jugábamos el rol de patrón. Los salesianos manteníamos la cercanía con los gurises y un equipo de laicos eran los que gestionaban la administración y todo el trabajo. El director de la institución era un referente querido. Es fundamental que no te pierdas en la administra‐ ción y dejes de ser un padre y un amigo para los muchachos, aunque esto no significa ser manga ancha. Es sentarte a conversar y que razonen la situación. Las instituciones tienen un primer tiempo carismático, el de la apertura a una realidad que entusiasma y la de encontrar gurises que se apasionan con la propuesta. La otra etapa es la de la institucionalización. Si a la institución no la manejás con crite‐ rios, se mata la creatividad y la frescura inicial. Por eso hay que estar volviendo siempre a los inicios. Yo siempre fui de la idea de que algunos de los gurises fundadores tenían que ser referentes de por vida, porque son los que ayudan a volver a los orígenes. Porque los muchachos que llegan ahora piensan

que el proyecto fue siempre así y no lo fue. Lo mismo sucede en Minga. Ahora estamos construyendo el local nuevo que están terminando de techar, pero no hay que olvidarse que estamos en un galpón que se llueve y no dan las mesas ni las sillas, y que cocinan ellos y que la comida sale como sale y listo. Así ellos se dan cuenta de cómo es la cosa y que no es fácil. Les dimos el informe económico para que sepan que la plata no llueve, que hay que juntarla, con el trabajo y con la ayuda del cielo. ¿Y cómo acompañás a esos jóvenes que tienen tantos dolores, que se equivocan de rumbo….? Y yo me muestro como vivo y eso es lo que sirve. No me hago pobre con el pobre estratégicamente. No es una estrategia, es un estilo de vida. En el fondo... lo decía Don Bosco, el amor es el motor que mueve todo. Es importante que se sientan queridos, que puedan decir “aquí no me juzgan, no me condenan, apuestan a mí aunque yo me equivoque...” (se emociona). Antes de Minga estuvo Caqueiro… Cuando llegué a Rivera, los vecinos de la Parroquia en la Capilla María Auxiliadora del Barrio Caqueiro nos expresaron la necesidad de que hubiera un espacio donde los chiquilines pudieran estar, porque estaban haciendo mucha calle. Nos pusimos de acuerdo con las Salesianas (que tenían un terreno que habían conseguido y hasta el dinero para construir, pero al final desistieron), así que lo aprovecha‐ mos nosotros. Empezó a llegar la gurisada y después algunos más grandes, así que había que buscar trabajo para esa gente. Una trabaja‐ dora social de la comunidad, Laura Chapitel, nos ayudó a ver que se necesitaban trabajadores para los proyectos de forestación y capacita‐ mos a los muchachos. Contactamos a varias empresas y les dijimos que nosotros capacitábamos a los jóvenes, pero ellos debían pagarles durante el tiempo de capacitación. Las empresas, entonces, mandaban a los docentes y ponían la locomoción para llevarlos a hacer la práctica 19


en los montes donde aprendían el manejo de las herramientas. Eran 40 jóvenes mayores de 18 años. Hay tres obras en tu vida, Tacurú, Caqueiro y ahora Minga… ¿qué sentiste cuando dejaste las dos primeras? Queda el humus de la propuesta, la preocupa‐ ción por el más pobre. A veces sentís la ausencia, pero vas haciendo el proceso del camino interior del desprendimiento, son los laicos los que en definitiva llevan adelante la propuesta. Vos sos un referente carismático sacerdotal, institucional, lo que hacés es el aporte para cuando se hacen propuestas y acompañás desde dentro el caminar. Pero ni la obra soy yo, ni yo soy la obra. Lo que buscás con la propuesta es que los gurises puedan tener un espacio donde crecer y desarrollarse como personas, que tengan un proyecto de vida, una razón para vivir, eso te hace feliz, qué más podés pedir. Federico Pereira dijo en una entrevista para el BS, que ser cura era una opción muy valiente. ¿A qué peligros está expuesto el cura? Uno de los peligros es creer que tenemos la vida solucionada, y eso es el aburguesamien‐ to. Yo la vida la tengo que pelear, todos los días, como cualquier hijo de vecino. Tengo que ser consciente de que soy un favorecido por tener un baño con agua caliente para bañarme, o porque no tengo que velar una noche para cuidar a un hijo enfermo… Y debo tenerlo presente para ser menos exigente con la comunidad y con la Congregación. Si yo me olvido de eso, corro el riesgo de creerme que lo que tengo es un derecho y que la Congrega‐ ción me tiene que dar todo lo que yo quiero. Hay muchos que tuvieron la cosa más fácil, y familiarmente nunca les faltó nada o tuvieron todo. Mi caso no es ese. No me creo ni reden‐ tor ni salvador de nada, es la experiencia de vida que trato de rescatar como algo positivo desde el vientre materno, no me tengo que olvidar que antes que yo nacieron 10 hermanos.

20

¿Y percibís otros peligros? A veces puede ser que la vida del cura sea cuestionada, desvalorizada, puesta en ridícu‐ lo, y se buscan las limitaciones, las miserias. Somos carne fácil para las fieras de los alrede‐ dores. Hay mucha gente interesada en estas cosas. Creo que la transparencia de vida es lo que te hace estar en paz y poder mirar a los muchachos a la cara sin tener que agachar la

cabeza como diciendo “me parece que les estoy jugando sucio”. ¿Y cuáles fueron los momentos que podés identificar como más dolorosos en tu vida? Podemos hablar de dolores físicos y otros que no sé si llamar espirituales, que te marcan. Los físicos son los dos atentados para robar en Tacurú. Los otros, son aquellos que atentan contra tu dignidad, que buscan enredarte para ganar rating en cosas que vos sabés que no, y eso es la difamación, la injuria, el que te atropellen el derecho de la presunción de inocencia, fruto de la total ausencia de una investigación seria. Y te queda la marca, el dolor… y decís “pucha, a los 70 un garrón así no está bien”. Es una cosa muy sucia que te da sensación de inestabilidad y de fragilidad,

y no quiero. Deseo perdonar porque necesito perdonar. En mi ser sacerdotal no puedo guardar ni odios ni rencores. La comunidad siempre creyó y lo demostró a través de las redes sociales, de los encuentros personales, de las llamadas telefónicas, de los mensajes de texto. No encontré gente que dudara y dijera “ah, ya me parecía que vos tenías algo”. Creo que en el fondo es una evaluación del vínculo que tenés con la gente. Una especie de encuesta, porque cuando las cosas están mal la gente se va y desaparece y no quiere encontrarse contigo. Acá pasó todo lo contrario, la gente estrechó filas. Los gurises de Minga también. Se enteraron, preguntaron, estuvimos reunidos diciéndoles con transparencia cómo sucedieron las cosas. Cuando se informó del resultado de la

“Don Bosco me había robado el corazón para que fuera para los hijos del pueblo” porque cualquiera te puede tumbar, cualquiera que tenga una cámara y un micrófono también lo puede hacer y muchas veces sin importar la repercusión, sin investigar, gratuitamente. Ese tipo de cosas me parece que le hacen mal a quien ponen en tela de juicio, a la comunidad, la Congregación y a la Iglesia. ¿Cómo pudiste transitar este tiempo en lo personal y cómo reaccionó la gente? Hay una cuestión personal y es que en la presencia de Dios yo estuve y estoy tranquilo. Esa paz no me la quitaron. Es importante porque habla, en definitiva, de que vos todo lo hiciste de corazón y por amor al prójimo. Eso difícilmente te lo saquen. Yo creo que a la larga o a la corta, la justicia humana y la de Dios se hacen cargo. Todo lo he hecho oración. Si yo no tengo la capacidad de perdonar las injurias me estoy haciendo daño

investigación llevada adelante por una connotada e imparcial comisión, le dije a la comunidad "el Párroco que tienen es un hombre todavía confiable”. Este tipo de hechos le hace daño a la comunidad. Entre los Salesianos hubo también esa confianza y serenidad de saber que este era un garrón consecuencia de un mal periodismo, una cosa que apareció de costado. Creo que la difamación que se da cuando se señala a uno que es denunciado como culpable antes de investigar con profundidad y rigor si esa denuncia es para él, es la cosa que más complica y te deja a la descampada. Están los tiros con un arma de fuego y están los tiros mediáticos. ¿Cómo te gustaría que te recuerden? Creo que sería un elogio que pudieran decir "fue buena gente". Eso encierra muchas cosas muy ciertas y profundas, como haber sido hombre de Dios y hombre entre los hijos del pueblo.



Me gusta

Comento

PRIMER DÍA DE LOS JÓVENES DEL MJS DE LAS PIEDRAS Los jóvenes del MJS EN LA JMJ de las Piedras particip aron junto a 500.000 de todo el mundo en jóvenes la Misa de apertura de la Jornada Mundial Juventud, presidida de la por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Stanislaw Dziwisz. La lluvia incesante no impidió que los jóve nes vivieran un lind Gracias a Dios paró ísimo día. justo para el momento de la Misa. … Ver más

de la salesianos que participarán El segundo grupo de jóvenes mañana, ntud en Cracovia partió esta Juve la de ial Mund da Jorna ia. muy tempranito, rumbo a Polon Ver más

Comparto darla en en la JMJ de Cracovia. Me tocó Hoy, primer día de catequesis . Un distintos países de América Latina tres una Parroquia con jóvenes de ron elebra Conc Misa. Luego presidí la fe. de onio testim su dio joven sacerdotes chinos.

caminar en grupo es ganar, “Así es nuestra realidad. La decisión de decir que si canto solo no es sentir que el afecto nos mueve para va a escuchar”. alguien quiero cantar… y si cantamos juntos ¡Gracias!

Este domingo 24… conmemoración Celebramos hoy la previa con María. dora. mensual de nuestra Madre Auxilia

Esta banda está más fuerte que nunca. Esto es Sales ¡SI NO LO SENTÍS, NO ianos. LO ENTENDÉS!

al mío, a mi hijo. Y me vienen Feliz día a todos los Santiago, especialmente los lugares sagrados, a los los peregrinos que caminan… que van hacia o es alguien despojado que buscan… Siempre pienso que el peregrin a dar. “cargando” experiencias, abierto a recibir y

No sé qué es peor, si las discusiones de la gente en los comentarios de foto s de Instagram o yo que pierdo tiempo leyéndolas.

Inspector de los Salesianos, Desde ayer y hasta el 25, nos visita el P. Néstor Castell. ivos y el lunes nos Esta tarde compartirá con los grupos asociat acompañará en los Buenos Días. ¡Bienvenido Néstor!

22

sin un Oratorio? ¿Qué sería de una casa salesiana de los grupos del MJS, vale la En el marco de las presentaciones os disfrutar en Maturana, el podem que o oratori pena presentar al Patio Bosco. Ver más


Me gusta

Esta página se refiere a la lectura del Evan‐ gelio según San Lucas (14,1.7‐14) que se escucha en la Misa del domingo 28 de agosto. Los que tienen buena memoria y gustan del cine argentino recordarán una película de los 90 llamada “Caba‐ llos Salvajes”. Cuenta la relación entre un veterano (interpre‐ tado por el gran P. Francisco Lezama sdb Héctor Alterio), un joven bancario (Leonardo Sbaraglia) y una adolescente (Cecilia Dopazo), que emprenden una peculiar fuga que termina siendo un camino hacia el descubrimiento del sentido profundo de sus vidas. Yo recuerdo perfectamente la circunstancia en la que vi la película: fue durante las clases de Formación Cristiana en el Pastorino, cuando la Hna. Nibia Lista y los otros catequistas nos propusieron reflexio‐ nar a partir de esta interesante historia. Entre las escenas memorables se encuentra una en la que este trío de “indomables” hace explotar una bolsa llena de billetes que ellos se habían llevado por error de un banco, haciéndolos volar y repartiéndolos así entre una multitud de desempleados: un acto loco

Comento

Comparto

y sin mucho sentido... Mientras ellos se alejan contentos en un jeep van cantando “Sin Documentos”, la canción de Los Rodrí‐ guez, y la voz de los actores se funde con la de Calamaro repitiendo el estribillo: “Porque sí, porque sí, porque sí…”. La escena me vino a la mente al reflexionar sobre el Evangelio de este domingo 28. Mientras come en la casa de un fariseo, Jesús explica que el Evangelio tiene una lógica distinta a la de este mundo. Para eso utiliza la imagen de la fiesta: no hay realidad humana que exprese mejor al Reino de Dios, como se ve por la cantidad de veces que Jesús la utiliza en sus parábolas. La fiesta es la gratuidad y la gratitud en su máxima expresión, y nos hace entrar en una dinámica distinta a la del resto de la vida, más allá de derechos y deberes, de necesidades y satisfacciones. Sobre todo la locura del Reino aparece patente cuando Jesús se refiere al tema de los invitados a las fiestas. El Señor es muy claro en su propuesta: no invites a los que te pueden retribuir. No invites a tus amigos, ni a los ricos, ni a los vecinos, ni a nadie que pudiera darte algo a cambio. Invitá a los pobres, los ciegos, los lisiados… ¡Asegurate de que no puedan hacer nada por vos! Cuántas preguntas genera Jesús… ¿Es posible vivir desde esta perspectiva? ¿Cómo se compagina esto con las exigencias de la vida, del trabajo, de las responsabilidades, de

todo lo que “tenemos que hacer”? Porque es aquí mismo y ahora, en mi vida concreta, y no en otro tiempo ni en otro lugar, donde el Reino de Dios debe ir creciendo… ¿Es posible vivir esta locura del Reino, “locura de la cruz”, en la vida de un cristiano “normal”? ¿Jesús lo pediría si no fuese posible? Al fin y al cabo, ¿por qué Jesús nos propone esto a nosotros? ¿Cuál es el criterio de invitación al Reino? ¿Por qué pensás que fuiste invitado vos? Porque sí, porque sí, porque sí…

23


AQUÍ Y AHORA

Los jóvenes y su

derecho “vulnerado” a transformar el mundo 24


El trabajo dignifica, le da sentido a la vida, transforma el mundo y a las personas, coinciden los expertos. Sin embargo, más del 20 por ciento de los jóvenes uruguayos, menores de 25 años, son privados de tales derechos. Peor aún es la situación de muchísimos jóvenes que habiendo trabajado desde muy pequeños son catalogados como “ni‐ni”. ¿Los jóvenes quieren trabajar?, ¿cómo son como trabajadores?, ¿qué lugar les dan los adultos en el ámbito laboral?, ¿cómo acompañarlos en sus búsquedas y descubrimientos?, ¿se les inculca ser lo que hacen o hacer lo que son? “Quien encuentra un sentido en su trabajo, halla una pista que lo orienta en el descubri‐ miento del sentido de su vida”. Esta afirma‐ ción pertenece al pensador argentino Sergio Sinay quien dedicó varios artículos, un libro y un sinnúmero de conferencias a evidenciar el valor que las personas le atribuyen al trabajo, cuándo lo dignifican y cuándo lo degradan. No importa de qué trabajo se trate; para el periodista y escritor, lo impor‐ tante es que encierre un sentido asociado a la oportunidad de dejar una huella que mejore la convivencia entre las personas y que contribuya a transformar el mundo. “Cuando este sentido es ajeno a la preocu‐ pación, a la búsqueda y al derrotero existen‐ cial de una persona, el trabajo mejor paga‐ do, el más prestigiador, el que otorgue más poder y más fama, el más envidiado, es apenas una trampa mortal, que a veces mata en un instante y otras veces lo hace lenta‐ mente. En el caso contrario, la más sencilla y humilde tarea ilumina el alma de las perso‐ nas, las hace sentirse parte de un todo y les permite mirar las huellas de su trabajo con la satisfacción del vivir vivido”, asevera Sinay. El gran desafío que esboza el autor es que el sentido que se le atribuye al trabajo “no es algo a construir sino a descubrir”.

¿SOMOS LO QUE HACEMOS O HACEMOS LO QUE SOMOS? El experto argentino plantea que “es necesa‐ rio revisar lo que hemos hecho del trabajo. Y lo que hace él de nosotros”. En este sentido, cuestiona si “somos lo que hacemos o si hacemos lo que somos” y señala que “conver‐ tirnos en lo que hacemos degrada a la tarea, nos llevará a justificar cualquier medio que nos asegure el puesto o el cargo, porque sin él no somos. Pero si hacemos lo que somos, podremos ennoblecer cualquier oficio y, a través de él, el mundo”. ¿ES IMPORTANTE EL TRABAJO PARA LOS JÓVENES URUGUAYOS? Según los datos aportados en el estudio realizado por Equipos Mori “Los uruguayos y el trabajo”, presentado en junio de 2016, casi todos los ciudadanos (99%) mencionan a “la familia” como un elemento importante o muy importante en sus vidas, y en un segundo escalón, muy cerca entre sí, se ubica “el trabajo” (90%), el “tiempo libre” (87%), y “los amigos” (82%). Focalizando en la relevancia que le asignan los jóvenes al trabajo, según la “Tercera Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud” realiza‐ da por el Instituto Nacional de la Juventud (INJU), para la mayoría la inserción en el

25


mercado laboral “suele ser uno de los proce‐ sos más relevantes”. “Este ingreso implica el enfrentamiento a lógicas, códigos y normas propios de este espacio social, distintas a las conocidas durante la infancia y adolescencia en los ámbitos familiar y educativo”, agrega. Según este estudio, el 65% de los jóvenes tiene su primera experiencia laboral entre los 15 y los 19 años, lo que supone la coexistencia del trabajo con el estudio o que lo abandonen para dedicarse por completo al empleo. Ruben Casavalle, consultor empresarial en gestión humana y relaciones laborales, con‐ sultado sobre el aporte de los jóvenes al mundo laboral, destacó que “por lo general se muestran proactivos, investigan, ya que son generaciones más calificadas y dúctiles a la hora de incorporar nuevas tecnologías. Los mueve la superación personal y les encantan los retos. El dinero no lo es todo para ellos, y consideran muy importante el reconocimien‐ to de compañeros y superiores”. Casavalle señaló que el perfil de jóvenes que buscan las empresas depende del tipo de tareas que necesitan, pero que “se privilegia a los que pueden demostrar buenos valores, respeto por la autoridad, honestidad y res‐ ponsabilidad. En lo que refiere a su formación o capacidad, se elige al que muestra más interés en aprender, al que esté dispuesto a crecer técnica y profesionalmente y a mante‐ nerse actualizado en los temas que necesita para su desarrollo”. No obstante, en Uruguay el desempleo juvenil alcanza al 20,4% de los menores de 25 años, siendo la tercera tasa más alta de la región, según el informe “Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe”, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En América Latina hay 8 millones de jóvenes desempleados. La tasa de desempleo trepa al 28,9% si se trata de mujeres menores de 25 años. Los jóvenes fueron los más afectados al perderse, en el último año, 28 mil puestos de trabajo.

26

El Consultor Casavalle explicó que “el proble‐ ma de la inserción laboral deriva básicamente en la actual dificultad socio‐económica para generar suficiente cantidad de puestos de

“Es necesario revisar lo que hemos hecho del trabajo. Y lo que hace él de nosotros”

empleos”. También se debe, en su opinión, a “la baja disponibilidad de jóvenes porque hay muchos 'ni‐ni'” y “porque falta 'cultura de trabajo', es decir, buena disposición para realizar las tareas, aceptar ser dirigidos, saber acompasar la vida personal con el desarrollo profesional”. Subrayó que “por eso es muy loable la preocupación del actual Ministerio de Trabajo, de difundir y promover un cambio cultural”. En cuanto al estereotipo de los jóvenes como “vagos” o con un laxo interés por sus tareas laborales, Casavalle admitió que “persiste cierto 'paradigma' que relaciona a los jóvenes con falta de compromiso y, por ende, que se les hace difícil asumir responsabilidades, horarios y obligaciones”. “Sin embargo, generalmente esto no es más que un prejuicio generado por incapacidad de los empleado‐ res o superiores directos, que les cuesta aceptar la posibilidad de recibir de los trabaja‐ dores más jóvenes nuevas ideas y especial‐

INÚTIL SIN EXPERIENCIA Luis Gómez tiene 22 años, es oriundo de Melo y llegó a la capital para estudiar agronomía. Hace 8 meses que está buscando, sin suerte, un empleo que le permita sustentar sus gastos. “Montevi‐ deo es un lugar muy grande para un joven que quiere ir a buscar trabajo, que no sabe a dónde ir, ni por dónde buscar”, comentó. Señaló, además, la dificultad de trabajar mientras se estudia. Durante dos años fue “el dueño de una barra en un boli‐ che” y terminó postergando la carrera por el conflicto de horarios que le gene‐ raban sus tareas nocturnas.

Gómez, que es exalumno del Liceo Monseñor Lasagna, aún no se siente capacitado para trabajar en tareas atinentes a su carrera universitaria y se enfoca en encontrar un empleo que lo ponga en contacto con otras personas para “servir y estar con un grupo de gente, ya que eso también favorece”. El joven tiene certeza de que el empleo llegará: “Dios me cuida y sabe lo que tiene para mí, así que todavía no ha llegado el momento, pero Él sabe cuán‐ do me lo va a poner en el camino”.


mente sus deseos de participación en el diseño y en la propia gestión”, aseveró. SER MENOR DE 25 Y POBRE Casavalle reconoció que el contexto social del que proviene el joven, repercute en sus posibilidades de conseguir un trabajo. “El contexto social, que puede derivarse de la familia, de la escuela o el barrio, influye de gran manera en el comportamiento y es notorio que ciertos entornos generan malos hábitos de gestión, de respeto por la autoridad, de capacidad, de esfuerzo personal”, puntualizó. “En ciertos ambientes se 'castiga' al responsable, al que trabaja, y se le 'margina' de los grupos de referencia, que tienden a valorizar la barra brava de clubes deportivos, la droga, el alcohol y la 'vida fácil', esperan‐ do que en el mejor de los casos, la 'beneficencia' o el Estado les apoye. Por eso, hay empleadores que cuando saben que un joven proviene de ciertos barrios, puede que le posterguen la oportunidad o se les deje para ciertas tareas temporales o marginales”, indicó. Consultado sobre los denominados “ni‐ni” (unos 36.000 jóvenes que no estudian ni trabajan), el P. Mateo Méndez sdb, quien acompaña a jóvenes de zonas vulnerables en su inserción laboral, afirmó que “en general, el gurí que viene de zonas empobrecidas es trabajador, y desde edades muy tempranas. No es que ha sido un vago toda la vida y que no hace nada, ha dejado la escuela para trabajar porque los padres lo obligan”.

El P. Méndez acotó que “ese gurí, apenas tiene posibilidades de hacer algo cuida a sus hermanos, los lleva a la escuela (porque la madre está trabajando y el padre también), limpia la casa, cuida a los enfermos de la familia”. “Eso de tildarlos como vagos y que no quieren hacer nada creo es una afirmación que me quiere deslindar de mi responsabilidad. Eso te ensucia porque está juzgando a alguien sin conocer la realidad”, enfatizó. “Estos gurises, la experiencia del trabajo la tienen. Es el trabajo zafral, en negro, explotador, a veces pagado con miseria y tienen que decir que sí porque es lo que pueden llevar a la casa”, describió el sacerdote y agregó que “muchas veces deben aguantar ser destratados, mal pagos y tienen que callarse la boca porque son pobres y no tienen quien los defienda. Siempre la carga la lleva quien no tiene quién saque la cara por él”, expresó el P. Méndez. Comentó que en el Proyecto Minga se apuesta al joven, a favorecer un cambio en su vida y que cuando se le ofrece un trabajo, se le dice: "acá hay una propuesta laboral porque hiciste un proceso y has demostrado con tus actitudes que te interesa un cambio de vida y eso es valedero y tenés la oportunidad". ¿Qué hacen los jóvenes con esa oportunidad?, el sacerdote afirma que “son cero falta, tienen muchas ganas de trabajar y se sienten otros. Son otras personas. Realmente el trabajo los dignifica”. 27


JÓVENES EMPRENDEDORES:

“YO `SOY´ Y ADEMÁS TRABAJO” Hace más de 15 años que el programa “Empresas Juveniles” de DESEM funciona como actividad extracurricular en el Instituto Juan XXIII. En el marco de ese proyecto, los alumnos de 4° de liceo interesados en el mismo, son responsables del ciclo de vida de un emprendimiento: deben encargarse de crearlo, asignarse roles, conseguir fondos, desarrollar el producto o servicio, venderlo y liquidar la empresa con el reparto de ganan‐ cias correspondiente (por lo general se destina la mitad a las misiones que realizan en diciembre). Todo esto en un período de 17 semanas. Mónica Pereyra, docente y consejera senior del programa, comentó que cada año se monta una empresa que involucra entre 10 y 18 jóvenes emprendedores, que general‐ mente desarrollan un producto que busca cubrir una necesidad de su entorno cercano. Al final de cada uno de los módulos (creación de la empresa, producción y ventas, balance y cierre), DESEM realiza un encuentro con chicos de todo el país y se premian ciertos logros como “la mejor empresa”, “el mejor producto” o “la mejor hinchada”. Entre los obstáculos que se les presentan a los alumnos, Pereyra señaló la falta de responsabilidades previas y la tecnología que es un arma de doble filo. “Nuestros chiquilines están acostumbrados a que muchas cosas se les den resueltas, entonces el entrenamiento que hay en 'hacerse cargo' es poco. El acceso a tanta información y posibilidades es positivo pero, a veces, va en contra. En ocasiones te dicen '¿no hay una app que me haga el informe, así no tengo que pasarme cuatro horas escribiendo lo que hice?'”. Clara Planelles, coordinadora institucional de “Empresas Juveni‐ les” en el Juan XXIII, comentó algunos de los logros o reflexiones que despierta el proyecto en los chicos que participan. “Ellos tienen 16 años y están en el momento de empezar a tener más responsabilidades, la idea es que se puedan valer por sí mismos. El programa activa muchas capacidades o dotes que no creían que tenían”. “Cuando participé como alumna, estuve en el área de marketing y me tocó salir a vender. Junto a dos compañeros nos subimos a un

28

ómnibus y empezamos a ofrecer. Yo sola jamás hubiera hecho eso, pero el día de la venta rompés esa barrera que tenés contigo mismo”, expresó. “En el interior queda gente afuera al completarse rápidamente el cupo disponible, tal vez se deba a que es la única actividad extracurricular que tienen y hay un gran sentimiento comunitario cuando la ciudad o el departamento los motiva. Hay lugares donde las intendencias apoyan el transporte a las jornadas en Montevideo, es una posibilidad a nivel de juventud”, comentó la coordinadora institucional, Camila Gil, sobre el funcionamiento del programa fuera de la capital. Pereyra resaltó que este programa les deja enseñanzas respecto a su actitud ante el trabajo. “Está bueno mostrarlo como algo que no es el único fin de la vida. 'Yo no soy lo que trabajo. Yo soy y además trabajo'; en ese mensaje tratamos de hacer hincapié. Hay un montón de cosas que tienen que valorizar, no solamente lo económico. Depende de la visión que tiene cada uno, qué es lo que ve en su casa y qué le comparte su entorno”, concluyó.


SABOR A BUENAS NOCHES

Un currículum particular Señor empleador: Me llamo Carlos Rodríguez, tengo 24 años y soy de Ombúes de Lavalle. Soy único hijo, mi madre falleció cuando nací, fue así que me crié con mi padre hasta los 8 años. En ese momento a papá le diagnosticaron cáncer a los huesos y desde entonces no me pudo tener más con él. Por eso comencé a ir de un lado para otro, viviendo y trabajando con varios de mis tíos, en las estancias donde laburaban así como en obras de construcción, servicios de maquina‐ P. Adrián García sdb ria agrícola, talleres mecánicos, y tratando de visitar a mi padre internado en un hogar de salud. Cuando tenía 16 años fallece papá, por lo tanto desde ahí ando más bien solo por la vida, viviendo allí donde surgen las posibilidades de trabajo y gente buena que me ha dado una mano. A causa de esta resumida historia no me ha sido posible estudiar y prepararme para un oficio. A gatas terminé la escuela y, al tener que trabajar, no pude seguir el segundo año en la UTU, que había comenzado en Trinidad. Si el trabajo me lo permite, me gustaría continuar estudiando en algo que me ayude a estar más satisfecho con lo que hago. No tengo ningún título para entregarle, lo único que le ofrezco es mi experiencia de trabajo, la forma de ser y lo que me han transmitido las personas que me han ayudado a salir adelante. También le ofrezco mis aprendizajes. He cometido errores, tuve mis caídas pero fueron aprendizajes y desafíos para seguir adelante. No pretendo de ninguna forma dar lástima, ni mucho menos entrar en su empresa “a muñeca”, como le decimos nosotros. Simplemente me gustaría presen‐

a la puerta de la obra, sentarme a tomar mate y charlar con los compañeros que van llegan‐ do. Me gusta sacarles una sonrisa a los malhu‐ morados y a los que andan con problemas hacerlos sentir que uno está ahí, no solo pa' cumplir juntos el horario sino pa' ser compa‐ ñeros de la vida. De mi tío Pancho aprendí a ser honesto y leal, por la forma fiel de proce‐ der, en lo chico y también en lo grande.

tarme en esta carta, por si le llega a interesar contratarme como uno más de sus empleados. Quiero decirle, que me gusta mucho trabajar. Si bien a mis 9 años ya tuve que salirle a la cuerpiada medio solo, lo hice con gusto, no como una desgracia, sino que siempre disfru‐ to trabajando. La labor manual fue el medio pa' poder conocerme, valorarme, exigirme, educarme y soñar con ser feliz trabajando de aquello que me gusta. Me encanta “estar entre los fierros” y con gente que me siga enseñando, como también un día regalar lo que sepa a otros que lo necesiten como yo ahora. Soy responsable y comprometido. Esto lo aprendí de mi padre. Siempre me decía “Carlitos, el compromiso comienza con vos mismo”. De tanto que me lo dijo me convencí, como una elección de todos los días, y cada vez que cumplo mi trabajo de la mejor manera posible me infunde mucha confianza. Me hace valorarme más y valorar lo que hago. Trato siempre de llegar en hora, es más, últimamente he sabido apreciar el lograr despertarme temprano, llegar un ratito antes

Usted se preguntará, “¿por qué no habrá permanecido en un solo trabajo?”. Es que me considero un buscador, no me conformo con lo primero que encuentro y además tampoco me han sabido comprender, por manejarme distinto al resto. Esto no me desalienta, también frente a cualquier dificultad más bien confío, no me achico, me tengo confianza y sobre todo creo en Dios y eso me da mucho optimismo y esperanza. En cada puerta que se me cierra hay otra que se abre, procedo sin mirar con nostalgia la penumbra de la que se está cerrando, sino miro con inquietud el destello de luz de la que se está abriendo. Siento que no he perdido el tiempo, la vida que me ha tocado ha sido complicada, no ha sido fácil para mí. Pero en los distintos lugares donde estuve, las personas con las que compartí me han ayudado a descubrir quién soy y ahora, con algo más de certeza, quiero hacer lo que debo hacer, y si me lo permite, podría intentar colaborar junto con usted, a construir con mis manos, un mundo más habitable. Sin más, me despido dándole las gracias por recibir esta carta de presentación.

29


DEL ÁRBOL SALESIANO

Colegio

SAN JOSÉ DE COLÓN Donde los abuelos van a jugar con los nietos Año 1904: la escuela del barrio Estación Colón está cerrada por una epidemia entre los alumnos. Dos salesianas, la Visitadora Emilia Mathis y una acompañante pasan delante de la Capilla San José, ubicada sobre el Macadam a Canelones (hoy Garzón), lamentando cuán‐ tas niñas han quedado sin clases. “Si les pudiéramos ofrecer, por lo menos, unas horas de taller”, piensan ambas, movidas por el carisma heredado. Ya en la casa de Villa Colón lo comentan a la Maestra de Novicias, que también se duele con ellas. Pero es una empresa casi irrealizable: no hay fondos para comenzar un nuevo colegio ni 10 pesos para alquilar una casa en el barrio.

La Madre Maestra les da una consigna a sus novicias: “Esta semana rezaremos con la intención particular de conseguir esos bendi‐ tos 10 pesos para el alquiler. El resto será cosa de Dios”. Y la plata llegó… Al comienzo las hermanas venían desde Villa Colón y Las Piedras para atender los talleres. Con trabajo y sacrificios, dos años después, inauguraron los cursos de la primaria en un edificio construido en apenas cinco meses. Anecdóti‐ co: la energía eléctrica tardó 15 años. Hoy el Colegio San José de las FMA, en Colón, pasó los 110, y continúa tan pujante y tan “salesiano” como al comienzo, profundamen‐ te arraigado en el barrio. Cerca de 400 alum‐ nos, repartidos entre las aulas de 2 años y los grupos de 6º, llenan de vida y color su patio, 30

desde las 8 hasta pasadas las 17 h. Diríase que su principal característica, hoy, es la integración de las familias; algo siempre querido pero no siempre logrado. Vean. ¿Qué están haciendo, hoy sábado, estos abuelos en el lugar donde siempre juegan los niños? ¡Juegan con los nietos durante el “Patio con vos”! Y todos esos papás y mamás que, una vez al mes, al comienzo del turno de sus hijos, invaden el corredor, llenos de entusiasmo, ¿a qué vienen? A participar de los “Buenos días de clase” que, en una suerte de clase abierta ‐ espectáculo de 30 minutos, demuestra los aprendizajes adquiridos. Son los mismos abuelos, papás y mamás que aplauden a rabiar y sacan fotos durante el festival de música realizado, con mucho orden y no menos entusiasmo, cada año en la Capilla. Y para animar todo eso no hay tanta gente: solamente una comunidad de seis hermanas que se multiplican para la atención del Colegio y del Instituto Pastorino (un mundo aparte) y 65 educado‐ res, cada uno cumpliendo con alegría su rol. A esto no se llegó mágicamente, sino en un aprendizaje continuo e ininterrum‐ pido para trabajar en equipo. La gente del barrio valora mucho la presencia de las hermanas. Algunas han dejado su marca en Colón: la Hna. Iris Piccini como directora dispuesta a escuchar a todos, la Hna. Elia Temperán por su entrega, y la Hna. Angélica González siempre sonriente en la portería (por nombrar a algunas de los últimos años). El recuerdo de ellas, y de tantas otras en más de un siglo, es un tesoro que la gente conserva. Por otro lado, para la comunidad católica, la Capilla –durante muchos años sede de todas las celebraciones litúrgicas de la Parroquia– sigue siendo el templo de referencia para la misa matutina

durante la semana. Y el buen vínculo con el párroco refuerza el sentimiento de que se trabaja como Iglesia, como Familia Salesiana y en la misma dirección. Hoy la comunidad educativa reconoce haber aprovechado los momentos de crisis para crecer. Todavía se recuerda el tembladeral económico que el país sufrió en 2002. Conti‐ nuamente llegaban padres a plantear que no podían mantener el pago de la cuota; otros venían a rogar que la institución ofreciera el Turno Completo para poder dedicar más tiempo al trabajo, la única forma de sacar la familia adelante. Se hizo lo posible por los unos, se buscó la solución para todos. Y el Colegio, sin perder los dos turnos paralelos (mañana y tarde) con todos los cursos dupli‐ cados, comenzó a ofrecer el horario completo a quienes lo requirieran. El Colegio San José de Colón. Caracterizado desde afuera por el campanario de su templo, pero que desde adentro hace sentir que Don Bosco y Madre Mazzarello siguen vivos.


31


PUZZLE

CUÍDAME El clip “Cuídame” es sobre la canción de Pedro Guerra, con música de Jorge Drexler, en una producción del Hno. Gabriel Osorio sdb. “Cuídame” es una canción llena de resonancias para quienes cumplen servicios de educación y animación así como para padres. El uso repetido del verbo cuidar evoca una atmósfera protectora con la que fácilmente podemos sentirnos identificados y nos lleva a imaginar escenas de familia. En sus imágenes, el autor recurre a aspectos bien sensibles, sea partes del cuerpo como gestos corporales, lo que resalta la importancia del contacto humano concreto para el crecimien‐ to de las personas. Ese contacto humano requiere de tiempo y paciencia, de ritmos adecuados al paso del pequeño, lo cual está bien logrado con la cadencia musical del tema. La expresión “no maltrates mi fragilidad”, repetida sobre el final de cada verso, es oportuna para ayudar a reflexionar al

descentrarnos y mirar lo que va creciendo o se vislumbra para mañana en nuestros niños o adolescentes. Si bien la canción carece de referencias religiosas, las imágenes elegidas por el Hno. Gabriel crean una fácil consonancia con los variados aspectos de la misión salesiana y, al menos quien frecuenta ambientes salesianos, en seguida conecta con ella.

32

educador, animador o padre, sobre el descentramiento que requiere este servicio. Muchas veces tocamos fondo o chocamos con nuestros límites al querer cuidar a los demás, y la tentación más frecuente es volcar sobre los otros las causas y los efectos de los mismos. Puedo estar cansado, no saber qué hacer, tener mi orgullo herido, enojarme por no tener la respuesta esperada y muchos sentimientos más. Esto puede llevarme al “maltrato” de la fragilidad del otro, para desahogar mi estado ánimo. Una vez más, la canción nos invita a

La canción puede ser un recurso para valorar la misión de quienes cuidamos de otros y para la oración. También puede ser un recurso para valorar a quienes nos cuidan en el presente o hacer una lectura amorosa de nuestra historia de cuidados, en la que se ha manifestado el cuidado amoroso de Dios. Link: https://www.youtube.com/watch?v=pX0IMR70wUA

P. Jorge Pérez sdb


33


El Bagaje Digital CUMPLE 10 AÑOS

¡¡CON 87 EDICIONES!! Esta publicación digital nació en ¡enero de 2005! Yo estaba en la ciudad de Rivera, en la Parroquia de San Pedro. Y desde ahí comenzamos a publicar para comunicar el “Bagaje”: la riqueza espiritual que estábamos viviendo, no solo en Rivera sino en todas las presencias salesianas, con motivo de los acontecimientos que se programaban; jubileos, misiones en la campaña y, también, la vida escondida y silenciosa de algunos hermanos que valía la pena destacar. Prometíamos que saldría con la periodicidad que el tiempo y el trabajo permitiesen. Desde el principio me ha ayudado el P. Tomás W. Tadeo, quien también estaba allá. Como diseñador gráfico armó la presentación de la revista. Y aun estando distante, en Roma, desde allá se encargó del diseño y la parte electrónica. Mirando para atrás los 86 números publicados en estos 10 años, revivimos glorias de nuestra historia salesiana: acontecimientos nacionales, personalidades destacadas, y se ha tratado de señalar a personas que, en el silencio y

monotonía de la vida, trabajan a escondidas de la publicidad. En el n°3 (Febrero 2005), el P. Pedro Carazano en sus 56 años sacerdotal; la visita del Rector Mayor, P. Pascual, n°4 (Marzo 2005); visita a los Talleres Don Bosco, n°17 (Agosto 2007); visita del Consejero Regional P. Vitali, n°59 (Abril 2010). Correspondencia con misioneros en Angola, visita de Don Bosco, (Setiembre 2009); en fin, toda una historia, con luces y sombras, pero viviente. Con el tiempo mejoramos las fotos, aumenta‐ mos las páginas y siempre procuramos mejorar la presentación. Seguimos tratando de llevar adelante este servicio, en la medida que el tiempo nos lo permite, con entusiasmo y buscando, como nos diría Don Bosco, el bien de las almas y la gloria de Dios.

P. Eugenio Alonso Blanco sdb

LA PALABRA DEL DÍA ¿Alguna vez pensaste en que tu día cobre sentido a través de UNA palabra? A veces es una persona, otras, un lugar o una situación, lo que hace que te motives, pero… ¿una palabra? Algunos se preguntan si para leer la Biblia tienen que hacerlo al azar, abrir una página cualquiera y leer la primera parte en la que se pose la mirada. La Iglesia elige día a día determinadas lecturas del Antiguo y Nuevo Testamento para iluminarnos en nuestro camino de fe. Claro que es válido abrir la Biblia, leer y punto, pero ¿y si justo esas lecturas ya escogidas “calzan” para mi vida? ¿No será que Dios me quiere decir algo en particular a mí, a mi persona, a mi singularidad hoy? Te invito a descargarte la App “Evangelizo”, y si no tenés más espacio en tu celular, a abrir el navegador en www.evangeliodeldia.org Vas a encontrar aquí el Evangelio que selecciona la Iglesia para el día, pero eso no es todo, sino que también te puede iluminar la primera lectura y el salmo. También hay siempre un comentario de algún santo que quizás te ayude a comprender…

34

La rutina a veces pesa, los horarios, las pautas y reglas… Para rezar también necesitamos disciplina. ¿O no es un poco frustrante que llegue la noche y darte cuenta que no pensaste en Dios ni una sola vez

en toda la jornada? Hacete un rato en la mañana, tarde o noche, en el recreo, en el ómnibus, levantate antes, acostate después, un tiempito para Dios, para leer lo que Él te propone, para escucharlo… Después no vale decir que no te habla o que no se comunica con vos…, abrite a Él, porque su Palabra es también su voz. En este tiempo de escuchar a Dios, Él puede decirnos muchas cosas, historias muy parecidas a nuestra propia vida, paisajes hermosos relatados en los salmos, imágenes que nos hacen enfrentarnos a nosotros mismos, parábolas… De todo esto, de todo lo que leíste, quedate con lo necesario, con una palabra: AMOR, ESCUCHA, PACIENCIA, POBREZA, cualquiera sea, pero sabés que es voz de Dios para vos, la cual te va a acompañar en la jornada o al otro día! Ese será tu canon, eso lo vas a repetir en el pensamiento mientras hacés lo tuyo… Eso vas a emanar…, al mismo Jesús, al mismo Dios. www.evangeliodeldia.org

Florencia Pozzi


INSTAGRAM

Para comenzar un gran proyecto hace falta tener valentĂ­a. Para poder terminarlo hace falta perserverancia. I GOT IT!

Dar sin esperar nada a cambio. De eso se trata

35


Hola!! ¡Muchas gracias por todo lo compartido! Esta experiencia fue muy buena porque me acercó más a Dios y a mi respuesta para lograr ser feliz. Viví muchas cosas que no voy a olvidar nunca y estuve con gente que, de verdad, vale la pena. Ya estoy extrañando estar ahí, compartiendo todos juntos la oración. También voy a echar de menos la Misa con ustedes. Lo que sí afirmo, después de esta experiencia, es que VALE LA PENA!!

...¡QUÉ BUENO CAMINAR CONTIGO!

"Sabes silbar" 29 al 31 de julio de 2016 Aguas Blancas


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.