suelo). En paralelo, la tradición de la bóveda catalana y en particular el manejo del ladrillo en la obra de Gaudí generaban una atracción que solo la nostalgia parecía mantener viva. En la propuesta de Dieste, el ladrillo —ese prefabricado milenario— y las búsquedas de los ingenieros de vanguardia se encauzaron en una solución armónica, de alta eficiencia y de tal sencillez, “que parece mentira que nunca se haya pensado en esto, o sea, disponer la armadura en las juntas”, como diría en la entrevista citada. Con el tiempo, al cambiar la escala y consolidar un saber constructivo y una base teórica que pretendía alinearse con “el orden del mundo”, produciría las obras muy notables que luego nos legara. De esta experiencia da cuenta un riguroso trabajo del Dr. Arq. Jorge Nudelman (tesis doctoral) al que me remito: Tres visitantes en París, los colaboradores uruguayos de Le Corbusier, 2015. 3
4 Una primera aplicación del sistema daría una obra perdida por demolición: el depósito de bobinas del diario El País, luego replicada en salones de la funeraria Moro, en Sayago, sin autoría confirmada.
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ARQUITECTURA I 272
Sociedad de Arquitectos del Uruguay
Justino Serralta y Carlos Clémot El encuentro de Dieste con Bonet fue el feliz resultado de una intermediación amistosa, pero solo la suerte puede explicar que en 1954, en las etapas iniciales de su tiempo como empresario de construcción junto a su amigo y colega Eugenio
Montañez, al instalarse en un piso intermedio del edificio sito en 18 de Julio 2257 esquina Acevedo Díaz, tuviera como vecinos a dos arquitectos jóvenes y talentosos, regresados al Uruguay en 1951 después de compartir una rica experiencia de trabajo en el famoso estudio de Le Corbusier: Justino Serralta y Carlos Clémot. 3 Estos tenían por “estudio” una de las dos piezas existentes en el nivel de azotea, y en la contigua, Dieste había acondicionado su “pensadero”. Esa fortuita relación de convivencia dio origen a una interacción que pasaba de la informalidad del vínculo cotidiano al trabajo conjunto en proyectos y obras. Y esa conjunción de búsquedas y saberes que se extendió durante años tuvo un ejemplo muy expresivo en un proyecto que empezó a gestarse en 1955 y que si bien tuvo un desarrollo extenso en el tiempo, no llegó a concretarse: la sede de GEMCO S.A., donde Dieste hacía su primera aproximación al diseño de bóvedas continuas de doble curvatura.4 En toda la serie de planos de ese proyecto, sus responsables se pre-