«Las personas que tienen una baja autoconfianza piensan que sus logros son debidos a factores externos, más que en sus propias competencias o habilidades» -Albert Bandura-
Comprende el aprendizaje a través de
la Imitación ¿Cómo aprendemos las personas? Comprender qué mecanismos, engranajes y complejas sutilezas ponen en marcha un comportamiento o habilidad ha sido siempre uno de los objetivos de la psicología. Albert Bandura fue quien introdujo la teoría del aprendizaje social en este campo, dando así un salto cualitativo para hablarnos por primera vez de esa interacción entre la mente del aprendiz y su entorno.
Teoria del aprendizaje social Por Albert Bandura Las personas observamos, imitamos, nos desenvolvemos en un medio social concreto y a su vez disponemos de determinados estados mentales que propician o dificultan el aprendizaje. Albert Bandura, psicólogo canadiense y profesor de la Universidad Stanford , abordó todas estas cuestiones para formular la que hoy conocemos como Teoría del Aprendizaje Social. Se trata de un enfoque donde lo conductual y lo cognitivo encuentran también su punto de perfecta confluencia para poder comprender en profundidad el propio comportamiento y procesos psicológicos de nosotros. Bandura estudia el Bandura, siempre dio una La imitación aprendizaje a través de la importancia clave a observación y del comprende 3 factores: los factores mentales en el autocontrol y da una aprendizaje, definiendo a El ambiente, importancia relevante al los «aprendices» como la motivación y papel que juegan los sujetos activos al procesar medios y observa ejemplo la información y de la atención. como aquellos tienen un valorar la relacion carácter agresivo aumentan la propensión a la agresividad e incluso conducen a que la personalidades violentas den la ficción audiovisual puedan aparecer como modelos de referencia, efectos que se acentúan en etapas de observación cognitiva social tan intensa como es en la infancia y la juventud (adolescencia).
entre su comportamiento y las posibles consecuencias, por tanto, no debemos caer en el error de pensar que las personas imitamos todo aquello que vemos, y que absolutamente todos los niños van a llevar a cabo conductas agresivas por el simple hecho de ver escenas violentas en casa o en la televisión.