LAS JUVENTUDES POLITICAS DE CORDOBA

Las Juventudes Políticas de Córdoba

Las Juventudes Políticas de Córdoba

Luchamos por una causa Eduardo Alberto Planas 1

Las Juventudes PolĂ­ticas de CĂłrdoba

A Adriana y Javier

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Historia de un breve tumulto Esta es la historia de un breve tumulto. El protagonizado por los jóvenes en la etapa final de la dictadura y los primeros años de la democracia. Breve pero fructífero. Con sus aciertos y errores fue una instancia de unidad de los distintos grupos juveniles de los diversos partidos políticos en Córdoba.

Pocos saben que existieron y hoy es impensable que ello ocurra.

Es contradictorio, pero la llegada de la democracia, en vez de enriquecer y ampliar la experiencia, la licuó hasta hacerla desaparecer. Quizás fue debido a que cada agrupación prefirió refugiarse en su partido y pelear espacios. O quizás porque había cumplido su ciclo, que era luchar por la normalización institucional del país. También porque los que la realizaron crecieron –generacionalmente hablando- y los que vinieron después no estaban imbuidos de ese pensamiento unitario.

Pensábamos en su momento que hubiera sido muy útil que la experiencia siguiera. La desaparición de la militancia, el pragmatismo y electoralismo que vivimos en la década del 90 hizo que fuera imposible realizar algo similar.

En esa verdadera década infame, algunos de los jóvenes se integraron a la lucha de los organismos de derechos humanos y a los movimientos sociales.

Nosotros tratamos de crecer pero no de sentar cabeza.

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Ojalá que los jóvenes de ahora, que están haciendo su experiencia con gran alegría y entusiasmo ante el retorno de la esperanza y la revalorización de la política como instrumento de transformación de la realidad, puedan retomarla y rescatar lo mejor de ella. Para ellos está dedicado este libro. Para que conozcan nuestra experiencia.

Luchábamos por una causa. Creíamos que era posible otro país, otro modelo que el que nos imponían las hegemonías privilegiadas de afuera y las de adentro.

Que era posible la unión de los pueblos hermanos y que había que devolver el sentido a palabras tan claves como patria, pueblo, nación, trabajo, dignidad. Tratamos de unir nuestro sueño al de los humildes, los negados, los excluídos, los jóvenes que no tenían futuro.

Poníamos pasión en la política y militábamos con pasión.

Entendíamos a la política como el instrumento de un pueblo para transformar la realidad. Una política de desbordantes multitudes, de tumultos capaces de transformar este estado de cosas.

La política se define por sus finalidades. Reducirla a mera táctica es bastardearla.

La política tiene sentido en tanto y en cuanto incluya una recusación a los auténticos dueños del poder y sea un instrumento al servicio del pueblo.

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Cuando todos los saberes consagrados confluían para decretar que habían muerto las utopías, los sueños de cambio, cuando el más crudo pragmatismo se imponía, cuando decretaron el fin de la historia, dijimos que aquí no nos habíamos anoticiado de ese final. Que si algunas de las propuestas de la famosa década del 70 estaban caducas, no debía ocurrir lo mismo con el espíritu que las animó.

Si bien no podíamos plantearnos terminar con el sistema caníbal y salvaje que nos asfixiaba, sí podía haber hombres nuevos que lo erosionaran poniendo en entredicho sus valores fundamentales, sus postulados primordiales o al menos cuestionar las supuestas verdades de sus comunicadores mediáticos.

Preguntábamos -y nos seguimos preguntando- si era posible preservar esencias, realizar propuestas de debates serios en torno a un proyecto colectivo y al mismo tiempo jugar al juego de esa política real.

Decíamos que no teníamos respuesta, pero que merecía probarse. Que había que hacerlo.

La política no puede ser reducida a la mera colecta junta-votos.

Entendíamos -y entendemos- que el mercado organiza económicamente, pero no articula socialmente. El Estado debe poner igualdad donde el mercado excluye y abandona.

Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad del acceso a la educación, la salud y la vivienda, promoviendo el progreso social basado en el esfuerzo y el trabajo de cada uno.

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Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores de la ciudad y del campo, los jubilados, los marginados, los pensionados, los jóvenes sin futuro. En fin, los ninguneados, como dice Eduardo Galeano.

EDUARDO ALBERTO PLANAS

“Si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia: la verdadera historia, quien quiera oír que oiga.

LITTO NEBIA

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1 Hubo un tiempo que fue hermoso

Hubo un tiempo que fue hermoso.

Cuando conocimos a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, por intermedio de cassettes traídos desde Cuba y grabados “de grabador a grabador” (no los había con doble casetera) con temas como Madre, Fusil contra fusil, El rey de las flores, Días y flores, Vamos a andar, Cuba va, Playa Girón, La oveja negra, Testamento.

Cuando regresó “La Mecha” Sosa del exilio e hizo el recital en la cancha de Belgrano. El gigante de Alberdi explotó.

Cuando vinieron Silvio y Pablo al estadio de Atenas y lo reventaron. No se podía ni entrar. Los vimos de parados y la cancha estalló cuando –después de cantar Silvio- se levantó Pablo y comenzó a entonar las primeras estrofas de “Yo pisaré las calles nuevamente”.

Cuando luego vino Silvio a la cancha de Instituto y presentó su disco Tríptico y un amigo dijo: ”Es hermoso, pero no entiendo nada”. Luego hizo ingresar a un joven y pelilargo cantautor de la “novísima trova”: Santiago Feliú, el hippie del comunismo, como se lo conocía. Época de marchas y movilizaciones. Contra los milicos, contra el FMI, por los derechos humanos, aparición con vida de los detenidos-desaparecidos, juicio y castigo a los culpables, por reclamos salariales.

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De pintadas de las juventudes políticas hasta altas horas de la madrugada.

De discusiones interminables para quitar o agregar un párrafo a un documento.

Hubo una época de reorganización de los gremios, mediante la creación de los Cuerpos de delegados, que suplantaban las conducciones intervenidas.

De la Coordinadora de Gremios Estatales, una de las primeras en luchar en contra de la dictadura.

Hubo una época que fue hermosa, en donde se iba a recitales a cielo abierto en el Teatro Griego, a las peñas en el Club Audax, a las del comedor universitario, a Maipú 350, al salón de Luz y Fuerza, a la Sala de las Américas de la UNC, donde se podían ver películas como La Hora de los Hornos o Los Hijos de Fierro, prohibidas durante la dictadura, o la visión oficialista de la historia: La República Perdida.

Cuando íbamos a ver a los créditos locales, como el grupo Vamos a andar, el Dúo Antar, el Posdata de Horacio Sosa y su Córdoba va, Quetral del Pancho Alvarellos. Íbamos a Tonos y Toneles, donde se le podía pedir a Hélida López que cantara por enésima vez Ojalá mientras esperaba su turno Chany Suarez e Inés O´Connor homenajeaba a Violeta Parra. Después, el Pancho Heredia vendió los derechos de Córdoba va a los radicales para la campaña electoral.

O podíamos ir al local de la Nueva Trova, del Tito Acevedo, en calle Humberto Primo, donde hasta escuchamos al Dúo Salteño con el Cuchi Leguizamón al piano. O íbamos a aplaudir la Ópera Rock, y a palmear en El Carillón.

Hubo una época en que corríamos al kiosco a comprar la revista Humor, referente periodístico y cultural de la Resistencia.

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Era la época en que Juan Carlos Baglietto se consagró en el Festival de rock de La Falda. Barbudo y de pelo largo, parecía Cristo, junto a una hermosa y delgada Silvina Garré. Y cantaban Era en abril, Mirta de regreso y El Témpano.

Un tiempo signado por esperanza, alegría, protagonismo y participación, que pronto se diluyeron en la claudicación ante el poder militar primero (“La casa está en orden”) y el poder económico, después (“economía de guerra”) ¿En tiempos de paz? Preguntábamos. Y entonces vino lo que vino.

Decretaron el fin de la historia, de los sueños y utopías, decretaron el reino del individualismo, el pragmatismo y el omnipresente Don Mercado, que nadie sabe dónde atiende.

Hubo un tiempo-época que fue hermoso.

Ahora pareciera vivirse lo mismo. Un contagioso renacer de alegría, esperanza y ganas de participar. A los cincuenta y pico de años. Alegría de estar inmerso en este nuevo tumulto.(1)

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2 Vamos a andar “Vamos a andar, con todas las banderas, trenzadas de manera que no haya soledad”.

SILVIO RODRÍGUEZ

Las Juventudes Políticas de Córdoba fueron conformadas durante la época de la dictadura militar y perduraron hasta los primeros años de la balbuciente etapa democrática. Su conformación fue el producto de reuniones informales entre distintos jóvenes de agrupaciones políticas, fundamentalmente de la Juventud Peronista, la Federación Juvenil Comunista y del Partido Intransigente.

Como antecedente se contaba -claro que en otro contexto histórico-político-, la creación durante la década del setenta de la Coordinadora de Juventudes Políticas, devenida luego en Juventudes Políticas Argentinas (JPA), que tuvo un rol destacado a través de movilizaciones y campañas de solidaridad. Logró reunir a la JP Regionales, a los grupos juveniles ligados al PRT, a las juventudes partidarias comunistas, socialistas, demócrata cristiana e intransigente.

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El 11 de septiembre de 1973, cuando los militares chilenos derrocaron y asesinaron al Presidente Salvador Allende, las Juventudes Políticas Argentinas realizaron una multitudinaria manifestación conjunta de repudio.

Se decidió formalizar a las Juventudes Políticas en Córdoba, con el objetivo de presionar desde ese frente unitario a la dictadura militar para lograr la normalización institucional. A nivel nacional se había conformado la Multipartidaria, liderada por el radical Ricardo Balbín y por Deolindo Bittel del Partido Justicialista. Se aclara que en Córdoba nunca existió la Multipartidaria. (2) El marco político no era muy halagüeño. Como bien dice el historiador, periodista -y protagonista de esos tiemposSilverio Enrique Escudero: “(…) Para mejor comprender los hechos es imprescindible dar paso al historiador y reconstruir el escenario. La salida democrática, forzada por la derrota militar en Malvinas, se tornó imprescindible. Cada uno de los partidos políticos, en la clandestinidad, aceitaba sus mecanismos como mejor podía. Algunos, para mantener las prebendas de sus dirigentes, optaron por convocar casi en secreto a sus cuerpos orgánicos y hasta organizaron pre congresos; otros eligieron el camino de las elecciones internas, buscando que sus precandidatos debatieran de cara a la sociedad sus ideas, para de esa manera convalidar sus proposiciones. Sin embargo, la salida electoral no fue inmediata. Había mucho trabajo por delante. La tarea de construir la nueva democracia argentina era compleja.

Los partidos políticos, a instancias de Ricardo Balbín, siguiendo los pasos de La Hora de los Pueblos, de la década del 70, el 14 de Julio de 1981 fundaron la Multipartidaria, que fue integrada como miembros plenos por los principales partidos 12

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del país: Unión Cívica Radical, Partido Justicialista, Partido Intransigente, Partido Demócrata Cristiano y Movimiento de Integración y Desarrollo, con el objeto manifiesto de exigir que el gobierno dictatorial entregase en el menor tiempo posible el gobierno al pueblo mediante la convocatoria a elecciones libres y democráticas para, de esa manera, restablecer el orden democrático.

Los beneficiarios de la dictadura militar resistieron. No querían perder sus privilegios. Los había de todos colores y pelajes. Buscaban permanecer a toda costa sentados en sus despachos. Es que muchos esperaban continuar haciendo pingües negocios. Esos que se habían consolidado de la mano de Domingo Felipe Cavallo, quien les había nacionalizado sus deudas, luego de la primavera económica de José Alfredo Martínez de Hoz. Es por ello que algunos de los miembros de la Multipartidaria obstruían el trabajo conjunto. No les importaba ciertamente que se votara en la Argentina. De todos ellos, Ítalo Argentino Luder fue el mejor de sus agentes. No sólo puso palos en la rueda; amenazaba con romper el trabajo colectivo. Como candidato presidencial, en plena campaña aseguraba desde las tribunas que convalidaría la ley de auto amnistía dictada, en postrer gesto, por Reinaldo Antonio Bignone, el último dictador, manifestación que fue celebrada en todas las unidades de las fuerzas armadas.

Ante este hecho de extrema gravedad y el silencio cómplice del resto del justicialismo, Oscar Alende, en su condición de copresidente de la Multipartidaria -que era garante del proceso eleccionario-, la convocó de urgencia para interpelar, fiel a su estilo, al candidato. Le pregunta si en verdad quiere recuperar la democracia para los argentinos, le recuerda las consecuencias de los decretos que firmó cuando estuvo al frente del Poder Ejecutivo por enfermedad de María Estela

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Martínez de Perón: “Entienda de una vez –hombre grande- que con las bestias no se negocia, hoy le muestran los dientes, después –cuando gane las elecciones- será, simplemente, un sirviente.”

Don Oscar tuvo razón a la luz de la historia. No había posibilidad alguna de negociar con los dictadores. Sin embargo, a poco de andar, Luder avanzó en su estrategia de transformarse en el político más confiable de la derecha. Ante la detención del almirante Emilio Eduardo Massera, candidato a Presidente de la Nación por su Partido para la Democracia Social, acusado por el juez federal Oscar Salvi del secuestro y desaparición del empresario Fernando Branca, con el que tenía diferencias personalísimas, abre, pese a la resistencia de sus compañeros, las listas para incorporar en lugares expectables a conspicuos masseristas.

Bignone, mediante insignes miembros de la Iglesia que integraban la Pastoral Social, le arranca a Luder nuevas promesas.

Mucho más graves que las anteriores. No debe investigar la Guerra de las Malvinas, los excesos cometidos en contra de los soldados ni las defecciones en el frente de batalla, a pesar de las conclusiones de la Comisión de Análisis y Evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico- militares en el conflicto del Atlántico Sur, presidida por el teniente general (r) Benjamín Rattenbach. Para muchos estas son las causas, entre otras, por las que la fórmula Luder-Bittel fue derrotada en las elecciones del 30 de octubre de 1983 (…).” (3) Se convocó a las juventudes de todos los partidos políticos que participaban en la Multipartidaria. Pero en Córdoba se llamó también -pero no como miembros permanentes- al Frente de Izquierda Popular, al Partido Socialista Popular, al Partido Comunista y al Partido de la Liberación.

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Debe destacarse que las Juventudes Políticas de Córdoba se organizaron en contra de la línea política e intereses que marcaban los dirigentes mayores, en especial, Eduardo César Angeloz, Tránsito Rigatusso, el Interventor Militar en el Partido Justicialista, Raúl Bercovich Rodríguez y con la complacencia manifiesta de Albino Serafín, Francisco Calvo, Arminda Maldonado y Erasmo Ceballos, integrantes del Comité Provincial del Partido Intransigente -que sostuvieron la idea contra viento y marea del PI- y Leonardo Obeid y la indefinición permanente del Ingeniero Manzur de la Democracia Cristiana. El MID Córdoba hacía la plancha.

Estaban integradas, en su mesa de conducción permanente, por representantes de los cinco partidos que integraban la Multipartidaria, es decir, el Partido Justicialista, la Unión Cívica Radical, el Partido Intransigente, la Democracia Cristiana y el Movimiento de Integración y Desarrollo.

Los otros partidos eran invitados o pedían ser escuchados en el seno de la Mesa. De éstos los más insistentes en lograr status de miembro pleno aparecían, en orden a su instancia, el Partido Socialista Popular, cuyo Secretario General era el Contador Simes (en cuyo escritorio, sito en la esquina de Avda. Colón y Santa Fe, funcionaba el partido). Su Secretariado de la Juventud estaba integrado, entre otros, por el ingeniero Alfredo Blanco, el contador Silvano Lenardón, Fernando Castiglione (recientemente fallecido), Eduardo García y Laura Sesma; el Partido Comunista, cuyo Secretario General de la Federación Juvenil Comunista era Mario Bialet; María Antonia Goñi y Atilio Tazzioli representaban a las Juventudes Agrarias de la Federación Agraria Argentina; el Frente de Izquierda Popular –cuyo Secretario General era Carlos del Campo-,

representado por Enzo Regali, Oscar Ernesto Ottaviani y Alejandra Vigo, actual dirigente del Partido

Justicialista, esposa del Gobernador Schiaretti, y funcionaria del mismo ya que se desempeña como Secretaria de Inclusión Social y de Equidad de Género.

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Nunca se pudo lograr que los escritores afiliados a la SADE participaran orgánicamente -aunque con miembros del Taller Literario Sol Urbano se mantenían sólidas relaciones-, ni las Juventudes Musicales, a pesar de los ingentes esfuerzos realizados.

El “viejo y perfumado” Partido Demócrata, pese a su insistencia, jamás fue recibido. Cuando se trató el tema, el dirigente Silverio Enrique Escudero, de la Juventud Intransigente, pidió que se la rechazara in límine, por ser responsables de los asesinatos del diputado socialista José Guevara en 1933 y del dirigente radical de Sacanta, Erasmo Ceballos Araya, en la campaña electoral de 1935, ambos con indubitable participación policial siguiendo órdenes del gobernador Pedro J. Frías; además, por haber participado en el Gobierno de José Camilo Uriburu y sostener con sus hombres el gobierno provincial, tanto que eran afiliados demócratas la mayoría de los ministros. Sin embargo, Ignacio “Nacho” Vélez Funes, se había preparado para la ocasión un discurso al tono, en el que afirmaba que los jóvenes debíamos acoger las banderas del perfumado, a lo que Mario Arrieta de la Juventud Peronista respondió, palabra más palabra menos: “Aquí todos somos obreros, laburantes y no vamos a bancar a la oligarquía”, con lo que se cerró el tema, más allá de las gestiones de buenos oficios que hubo para revertir algunas posiciones.

El otro ingreso que fue respondido de manera jocosa y denegado fue el del Frente de Izquierda Popular. Éste insistentemente pedía ser considerado como partido autónomo, aunque sus posiciones resultaban “más peronistas” que los peronistas, y se le contestaba que sus integrantes tenían que –previamente- afiliarse al peronismo.

Hubo muchos conflictos de representación. Uno de los más graves -que costó superar- fue el de la Democracia Cristiana, ya que se llegaban a acuerdos con José ”Pepe” Márquez y los rompía al día siguiente Ignacio Vélez Funes, quien

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representaba al más rancio conservadurismo católico, desacreditando en tonos poco afortunados al Pepe. Por lo cual hubo que hacer una expresa declaración en apoyo del amigo. Tan fuerte fue que “el Nacho” desapareció largamente de la escena.

El otro conflicto duro, duro, fue frenar a los radicales que buscaban, a toda costa, la aceptación del PSP como miembro pleno. Querían tener un voto más. En la reunión de la Mesa, que se celebró en un bar grande frente a la salida de Tribunales por Duarte Quirós, Mario Negri y Becerra hablaron casi cuatro horas sin que nadie los refutara. A la hora de votar perdieron 3 a 2. Sólo los acompañó Raúl Ripa, hombre del riñón de Primatesta, que representaba al Movimiento de Integración y Desarrollo.

El otro tema complicado, que nos llevó muchísimas reuniones, con peligro de fractura, fue la pretensión de los radicales de desconocer el trabajo de la Franja Morada y la Federación Universitaria de Córdoba en la Resistencia. Es que tenían arduos problemas entre ellos. Su líder era Carlos “Flaco” Vicente. Éste, junto a los dirigentes José Serra, Pedro Salazar, Medardo Ávila Vásquez, Jorge Páez Molina, Mónica Sabatini y Rodolfo Jaeggi, cuando arribó a Córdoba la comisión Interamericana de Derechos Humanos, todos denunciaron la existencia de detenidos-desaparecidos y del terrorismo de Estado, lo que les motivó un intento de reto por parte de la estructura partidaria. Disputaban, además, la representación juvenil del Movimiento Nacional de Renovación y Cambio de la mano del Dr. Carlos A. Becerra, Miguel Molinero y Conrado Storani, mientras el Carlos “Gordo” Becerra sostenía acuerdos con Eduardo César Angeloz para que éste no organizara la Juventud de la Línea Córdoba a nivel provincial.

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Las Juventudes Políticas estuvieron presentes en un acto relámpago efectuado en plena época dictatorial por la FUC en las escalinatas de la Facultad de Ciencias Exactas, donde hablaron Eduardo “Lalo” Barrionuevo, de la Juventud Peronista y un joven, estudiante delgado y pelilargo: Carlos Vicente.

El peronismo también tuvo lo suyo. Fueron numerosos los intentos para descalificar la representación que encabezaban Eduardo “Lalo” Barrionuevo, Mario Arrieta, Víctor “Bitin” Montesco, Eduardo Planas, Miguel Berrotarán y Raúl Posadas, entre otros. El “primer” ataque vino de la mano de Julio Antún y de la Mesa Peronista Permanente, que intentaba incorporar en la representación de su partido a Luis Nazar, ofreciendo algunas ventajas económicas a quienes lo apoyaran. Recuerda Silverio Enrique Escudero, de la Juventud Intransigente, su caso, en que la reunión se desarrolló en el bar del Hotel Plaza, frente a la plaza San Martín. Hubo otros “aparecidos”, algunos en nombre de Bercovich y otros, ignotos, que buscaban quebrar la representación peronista. (3) Estas cuestiones, que eran recurrentes, con tensiones y amenazas, con roscas y contrarroscas, evitaban que se discutiera política en serio. Peronistas y radicales pretendían dilucidar antiguas diferencias. La Juventud Intransigente propuso discutir una agenda concreta de los grandes problemas provinciales

y la regionalización de la mesa, lo que era

compartido por algunas agrupaciones peronistas.

El Presidente de la Juventud Radical en Córdoba a nivel provincial era Lucio Prado, un dirigente de Rio Tercero. A nivel nacional estaba orientada por Luis Alberto “Changui” Cáceres.

Luego del colapso del régimen militar a causa de la derrota en la guerra de Malvinas, la Juventud Radical y el Movimiento de Renovación y Cambio se fortalecieron considerablemente dentro de la UCR, obteniendo finalmente la conducción del 18

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radicalismo. En ese proceso el papel de los sectores juveniles nucleados en la Coordinadora desempeñaron un rol fundamental, que fue notable en el proceso de apertura democrática: el de 1983, llevaría a la Unión Cívica Radical al gobierno nacional con el presidente Raúl Alfonsín, en la primera derrota del peronismo en una elección presidencial. El papel protagónico desempeñado por la Juventud Radical se vio reflejado entonces en la presencia de sus líderes ocupando altos cargos ejecutivos y legislativos.

En 1984 se constituyó un Comité Nacional como máxima instancia de definición y articulación política de la Juventud Radical, conformado por tres delegados por cada provincia y por la Capital Federal, eligiéndose al diputado nacional porteño Jesús Rodríguez (Argentina), dirigente de la segunda línea generacional de la coordinadora, como presidente del organismo partidario. Se destacaron en esa época de la primavera democrática dirigentes como Mario Negri (Córdoba), Juan E. Ghiano (Entre Ríos) o Roberto Magnin (Santa Fe).

A las reuniones de las Juventudes Políticas de Córdoba siempre concurrían Mario Negri y Carlos Becerra; cuando había algún tema espinoso lo hacía Horacio Rubén Cafure, conocido en los mentideros políticos como radical consorte por ser marido de la mujer que tiene, de forma tal que no se podía resolver nada.

El Partido de la Liberación en esa época era dirigido por Luis Bazán, gremialista de Obras Sanitarias, (luego de la privatización de esta y transformación en Aguas Cordobesas, el gremio se llamó Sipos), en tanto que actualmente su líder nacional es Sergio Ortiz. Irina Santisteban, de ese Partido es la actual Secretaria General del Gremio de Empleados Judiciales. Luis Bazán efectuó una pertinente denuncia por presuntas irregularidades en la privatización mencionada, pero la misma fue desestimada.

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Las reuniones se realizaban cada quince días. Primeramente se hacían en distintos bares de la ciudad, por ejemplo, un bar ubicado al frente de Tribunales I y en las distintas sedes partidarias.

Se comenzó realizando una visita formal a cada sede partidaria, una reunión con los viejos, como se decía, de cada partido.

Era una presentación ante la sociedad partidaria local.

El primer encuentro se realizó en la Casa Radical, recibiendo a los integrantes de las Juventudes Políticas el Dr. Eduardo César Angeloz. Nos instalamos en una sala ubicada al fondo de la vieja casona, sin que mediara ni un café, y fue sumamente fría y formal. No se extrajeron conclusiones de importancia.

La segunda se concretó en el departamento particular del Dr. Leonardo Obeid, del Partido Justicialista, donde se los atendió cordialmente y hubo cierto compromiso a apoyar la experiencia. El Dr. Leonardo Obeid contó anécdotas de su juventud en la militancia universitaria, oportunidad en que –relató- por un error estuvo en dos listas, una radical y otra peronista.

El tercer encuentro se efectuó en el local del Partido Intransigente, siendo recibidos por el Comité Provincial en pleno, a saber: Dr. Albino Serafín, Erasmo Ceballos, Arminda Maldonado, Miguel Rumie Vittar, R. Omar Molina, Gilberto Aguilar y Carlos Torilio, dándole así importancia a la conformación de las Juventudes Políticas.

La siguiente fue en la sede del partido Demócrata Cristiano en calle La Rioja 918, siendo recibidos por unos dubitativos ingeniero Manzur e Ignacio Vélez Funes (aunque no a la hora de apariciones periodísticas, sobre todo de parte del segundo).

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La quinta reunión con los viejos se llevó a cabo con los dirigentes del Movimiento de Integración y Desarrollo. Fue en el bar Los Barrilitos. Estuvo presente el arquitecto Hugo Taboada, ex Intendente de la dictadura de Levingston, siendo gobernador Huerta. Raúl Ripa fue el encargado de presentar a las Juventudes Políticas. Memoriosos recuerdan que todos pidieron un café, mientras que el arquitecto Taboada solicitó whisky en varias oportunidades, y cerezas, pero se habría marchado luego sin abonar.

La posterior reunión se efectuó en la Sede del Sindicato de la Madera, sede a su vez de la Confederación General del Trabajo, liderado por Miguel Ángel Correa, activo dirigente que había intervenido en su momento en el Cordobazo.

Algunas agrupaciones de las Juventudes tendían a transformar la Multipartidaria en Multisectorial, pero ello no era bien visto por miembros de los partidos mayoritarios.

En la sede del Partido Comunista, sita en calle Avellaneda frente a los actuales Tribunales Administrativos, los jóvenes políticos se reunieron con el Secretario General, Ricardo Clementi, Roberto Gerchunoff (padre), Oscar Vaca Martínez, Manuel Reyes Martínez, fundador de las 32 organizaciones sindicales democráticas, y Mario Bialet en representación de la Federación Juvenil Comunista, cuyo Secretario Adjunto era Roberto Gerchunoff (h). Fue una velada caracterizada por un excesivo formalismo y orden jerárquico en el uso de la palabra por parte de los dirigentes partidarios mayores.

Con el Partido Socialista Popular se efectuó una reunión en el estudio del contador Simes.

No existieron reuniones con el líder del Frente de Izquierda Popular ni del Partido de la Liberación, aunque sí hubo una, previa, de carácter informal entre los jóvenes peronistas y Luis Bazán, realizada en un bar de la Av. Colón.

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3 Arde aún sobre los años “Y aquí quedará escrita aquella sangre, aquel amor aquí seguirá ardiendo, no hay olvido señores y señoras y por mi boca herida aquellas bocas seguirán cantando”.

PABLO NERUDA

Del libro Arde aún sobre los años. Novela, Fernando López, Edición Crítica, Editorial Recovecos, Mayo de 2007 Las Juventudes Políticas estaban en plena gestación cuando el 2 de Abril de 1982 el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, unilateralmente, decidió iniciar una guerra a la OTAN, apropiándose de la legítima reivindicación territorial de recuperación de las Islas Malvinas.

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Todos los sectores políticos y sociales apoyaron esa iniciativa. La gente se volcó a Plaza de Mayo, efectuándose una gran concentración popular. Los países latinoamericanos avalaron a Argentina, salvo Chile, que permaneció neutral. Nicaragua y Cuba propusieron el envío de tropas a las Islas. Venezuela planteó la necesidad de crear unas Fuerzas Armadas Latinoamericanas. Pero el único apoyo concreto provino del Perú.

Libia, la URSS y los países del área socialista -como Checoslovaquia y otros- apoyaron la tesis argentina. Esto desconcertaba a los propios militares, quienes esperaban desesperadamente que Estados Unidos actuara como mediador en el conflicto. En su pobre lectura entendían que Estados Unidos debía devolverles el favor que habían efectuado ellos, al hacer el “trabajo sucio” defendiendo los “valores de occidente” en contra de la “subversión marxista financiada por el comunismo internacional”. Así se lo vio tomando el avión rumbo a La Habana, Cuba, al pro-británico Canciller Costa Méndez, a solicitar el apoyo de la Conferencia de los Países No Alineados, presidida por Fidel Castro.

Una inusitada actividad tuvo en Córdoba el Movimiento de Afirmación de la Soberanía (MAS) presidido por el ex represor Luciano Benjamín Menéndez, quien daba cátedra de soberanía prácticamente todos los días en distintos medios gráficos y televisivos.

La Multipartidaria y hasta la CGT decidieron suspender los actos previstos. En especial esta última, que había anunciado días antes varios, en repudio a la represión de la marcha obrera del 30 de marzo de 1982, que dejó 1.800 heridos y varios muertos, y fue calificada por el Ministro del Interior, General Ibérico Saint-Jeans, como “un ejercicio subversivo”.

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La primera aparición pública de las Juventudes Políticas de Córdoba, fue un acto con movilización que se iba a realizar frente a la Casa Radical -que en ese entonces se estaba cayendo a pedazos-. En ella participaron las Juventudes Políticas, la universitaria (FUC), de la CGT y agraria. Una verdadera Multisectorial Juvenil.

El acto se realizó el 16 de Abril de 1982 a las 19.30 horas, convocándose a los medios y al pueblo en general a participar. El gobierno de entonces lo prohibió, aduciendo que no se había solicitado permiso con anterioridad.

Se optó por ofrecer una conferencia de prensa en el interior, en donde se leyó un documento en el que se condenaba la presencia británica en Malvinas, pero se cuestionaba la improvisación de la dictadura militar de ir a la guerra, al tiempo que se señalaba que el concepto de soberanía era integral y por ello se reclamaba la urgente normalización institucional, la libertad de los presos políticos, el cese de persecución, la convocatoria a elecciones libres y sin proscripciones, el esclarecimiento de la situación de los detenidos desaparecidos. En el documento además se decía que: ”(…) es también obligación de la generación joven comprometida con la liberación de la Patria, reclamar imperiosamente que el ejemplo de esta gesta de la que participa la juventud argentina se traduzca en forma inmediata en el ejercicio pleno de la Constitución Nacional y de las leyes fundamentales de la República”.

Se había decidido por mayoría de votos no solicitar a las autoridades pertinentes autorización para realizar el acto. Hugo gestiones de parte de los dirigentes mayores tendiente a que se solicitara el permiso mencionado.

El documento fue leído –conforme lo acordado- por José “Pepe” Márquez de la Democracia Cristiana.

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La histórica casa fue rodeada por la policía. Los jóvenes se encontraban adentro y, al hacerse presente la autoridad, los radicales se pusieron sumamente nerviosos, porque tenían miedo de que se produjera refriegas con la gente de la JP. Fue allí que Miguel Ángel Ortiz Pellegrini, dirigente de la Juventud Radical, les manifestó a los jóvenes dirigentes de la JP: ”(…) lo que pasa es que Uds. tienen hordas que son ingobernables”.

Antes de leer el documento el José “Pepe” Márquez, hizo una rápida y fugaz aparición Ignacio Vélez Funes, justo en el momento en que los periodistas tomaban fotografías del evento. Las fotos fueron publicadas luego en los matutinos locales de esa época.

Posteriormente, los jóvenes participantes criticaron enérgicamente el accionar policial señalando que “resulta incomprensible que solamente los actos convocados por el gobierno y acompañados por los otros sectores, sean los únicos que no violan la legislación sobre seguridad vigente invocada para suspender la conferencia de prensa y el ejercicio del derecho de reunión y expresión que garantiza nuestra Constitución Nacional”.

Dos días antes del acto el Tercer Cuerpo de Ejército convocó a los dirigentes partidarios mayores. Concurrieron todos, menos los del Partido Intransigente. El motivo era pedirles que desactivaran el acto programado por las Juventudes Políticas. Al día siguiente, Eduardo César Angeloz por la UCR, Raúl Bercovich Rodríguez por el Partido Justicialista, y el Ingeniero Andrés Manzur por la Democracia Cristiana, acudieron a entrevistar al Dr. Albino Serafín del Partido Intransigente, a quien le transmitieron el mensaje diciendo, además, que esa tarde a las 17.00 hs. debían concurrir todos los partidos políticos al Ministerio de Gobierno a llevar la respuesta. La voz cantante en esto fue la de Angeloz quien, según se comentaba, mantenía fluidos contactos con el Tercer Cuerpo de Ejército. Después del acto recayó sobre los jóvenes

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dirigentes juveniles una orden de captura, pero no se cumplimentó, ya que el gobierno no quería más escándalo que el que se había armado.

El Partido Intransigente fue el más crítico al emitir un documento sumamente duro repudiando el accionar represivo del gobierno cordobés de entonces.

Más allá del líbelo unitario, la realidad es que la Juventud Peronista junto con la Radical e Intransigente, si bien se solidarizaban con los jóvenes combatientes y repudiaban la presencia invasora británica en nuestras Islas Malvinas, estaban en contra de la guerra porque entendían que esa era una maniobra más de la dictadura militar para perpetuarse en el poder, ante los cuestionamientos que venía recibiendo desde los sectores populares. Recordemos que, dos días antes, la junta militar había reprimido ferozmente una marcha convocada por la CGT, con muertos y heridos. Un eventual triunfo consolidaría el régimen eternamente.

En cambio, la Federación Juvenil Comunista y la juventud del Frente de Izquierda Popular apoyaban fervientemente el conflicto bélico y en las marchas que se realizaban iban adelante con sus carteles.

La guerra terminó como sabemos que terminó.

De ahí en más, todo una caída vertical de la dictadura, que convocó a elecciones aunque pretendió condicionar ciertos aspectos, uno de ellos el tema de los detenidos desaparecidos, mediante el llamado: “Documento Final de la Junta Militar sobre la guerra contra la subversión y el terrorismo.

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Al otro día en que el dictador Bignone leyera el documento por televisión, las

Juventudes Políticas de Córdoba

convocaron a un acto y movilización, el que se realizó sin banderas partidarias y con consignas unitarias, condenando al libelo y demostrando una inusitada capacidad de movilización, ya que fue de una magnitud similar a la que se efectuara en 1973, cuando los militares chilenos lanzaron el golpe de Estado en contra de Salvador Allende.

Este fue el último acto de Juventudes Políticas a nivel provincial antes de la apertura democrática. Se redactaron en total ocho documentos.

En las Juventudes Políticas existía un sistema de alianzas entre la Juventud Peronista, la Demócrata Cristiana, la juventud del MID y la juventud del FIP, en tanto los radicales tenían la suya con la Federación Juvenil Comunista y la del Partido Socialista Popular. La Juventud Intransigente tenía su propio proyecto, que consistía –entre otras cosas- en profundizar el debate hacia cuestiones más trascendentales del problema argentino, así como ampliar la Multipartidaria a Multisectorial, con la participación de sectores sociales, como la juventud de la Federación Agraria, los músicos y el movimiento estudiantil universitario. No obstante como se dijo, algunas agrupaciones peronistas compartían ese criterio. Otro aspecto era la regionalización, la cual era resistida por los dirigentes mayores. Tanto es así que el dirigente Silverio Enrique Escudero fue detenido por las autoridades policiales cuando se encontraba organizando una mesa similar en Río Cuarto.

En el interior provincial la Juventud Agraria intentó organizar eventos similares.

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Las Juventudes Políticas de Córdoba

4 La apertura democrática: Esperanza y frustración

La apertura democrática y la instancia electoral significaron un retroceso en el accionar unitario de la Mesa

de

Juventudes, ya que cada agrupación se abocó de lleno a esa instancia, en la que resultó triunfador el radicalismo, con el Dr. Raúl Alfonsín, quien fuera ungido Presidente de los argentinos. Se inició una etapa de gran efervescencia y movilización popular, entusiasmo y esperanza, con incorporación de grandes sectores juveniles de clase media primordialmente al radicalismo alfonsinista y a la Juventud Intransigente.

Un joven diputado provincial, Juan Arato, siempre que veía a algún peronista lo invitaba cordialmente a sumarse al Tercer Movimiento Histórico. Todo ello se vio frustrado durante la famosa Semana Santa de 1986, cuando se rebelaron los carapintadas liderados por Aldo Rico y se escuchó aquel famoso “La casa está en orden”, símbolo de la defección del gobierno alfonsinista ante la corporación militar, que diera motivo luego a las sanciones de las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final.

Se recuerda una reunión realizada en el despacho de la Legislatura Provincial, donde los jóvenes políticos concurrieron a entrevistarse con el entonces diputado provincial Mario Negri. Allí manifestó que, a partir de entonces, las reuniones de las Juventudes Políticas se realizarían en la recientemente creada Secretaría de la Juventud, con sede en calle Hipólito Yrigoyen, a cargo de Luis Molinari Romero. Se iba a construir un espacio para desarrollar las reuniones de tipo asamblea,

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Las Juventudes Políticas de Córdoba

para lo cual se refaccionaría el viejo gimnasio ubicado al lado del Museo Caraffa, el que se denominaría Foro de la Democracia.

Vale decir, se visualizaba una seria tendencia a la burocratización de las juventudes políticas.

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5 Las Juventudes Políticas de Capital Unidad para la Liberación “Ninguna riqueza es inocente.

El error esta en creer que el subdesarrollo es una especie de infancia del desarrollo, cuando es su consecuencia”.

EDUARDO GALEANO

Al cumplirse ocho años del golpe militar del 24 de Marzo de 1976, diversas fuerzas políticas juveniles emitieron el Documento “Juventudes Políticas de Córdoba - Unidad para la Liberación”. En sus párrafos más importantes, decía: ”El 24 de Marzo de 1976, se inició uno de los períodos más nefastos de nuestra historia. La oligarquía y el imperialismo, utilizando a su brazo armado, un sector de las FF.AA, con intereses comunes, produjeron el derrocamiento de un gobierno constitucional, para establecer el más serio intento de restauración oligárquica que haya existido en nuestro país”.

El texto, suscripto por Juventud Peronista, Juventud Intransigente, Juventud Demócrata Cristiana, Juventud de la Liberación y Juventud del Partido Socialista Popular, continuaba diciendo: 30

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”Para llevar adelante su pan político económico de destrucción, entrega y dependencia, consistente en el sometimiento de nuestro país a los dictados del imperialismo, incorporándolo a una ‘Nueva División Internacional del Trabajo’, planificada por las multinacionales y amparados en la Doctrina de la Seguridad Nacional, desataron una feroz represión en todos los niveles, implantando un ‘terrorismo de estado’ que fue un genocidio de nuestro pueblo”.

Tras reivindicar las “distintas formas de lucha del conjunto del pueblo contra la dictadura oligárquica-militar”, el documento sostenía que: ”(…) se debe avanzar en un camino de Unidad Nacional, con la participación y movilización popular, para terminar con los sectores del privilegio y la dependencia, para construir una Democracia Participativa, plena de Justicia Social y una Nación grande, Justa, Soberana, estrechamente ligada a Latinoamérica y a los pueblos del Tercer Mundo que luchan por su Liberación”.

Posteriormente y luego de desechar las “falsas opciones o antinomias entre los sectores populares”, el documento remarcaba: ”Que la consigna es y sigue siendo Liberación o Dependencia”.

Finalmente se advertía sobre las maniobras provocadoras de los sectores reaccionarios, repudiando “(…) al tristemente célebre Luciano B. Menéndez, conocido agente de la represión contra el pueblo, quien utilizando –extrañamente- amplios espacios en medios de comunicación masiva, se da el lujo de caratularse de ‘Demócrata’ y de ‘Patriota’ y de hacer apología de genocidio, cuando en verdad es la encarnación del autoritarismo, del golpismo, la antipatria y la violación de los Derechos Humanos”.

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Luego de repudiar a este “siniestro personaje”, las distintas fuerzas juveniles hacen un llamado a la “Unidad, organización y movilización de los sectores populares, para garantía de la democracia, la paz, la vigencia de los derechos humanos y la Liberación Nacional y Social de nuestro pueblo”.

Estas fuerzas adhirieron a una marcha que bajo el lema “No a otra Dictadura Militar”, convocada por los organismos de Derechos Humanos de Córdoba, se realizó el sábado 24 de Marzo, en horas de la mañana, por las calles de la ciudad, caracterizándose por las consignas de unidad de los sectores populares y de condena a los personeros de la represión: Bussi, Menéndez, etcétera. Se aclara que la Juventud Radical, por su parte, no suscribió el documento, por encontrarse en los preparativos del viaje a Plaza de Mayo convocado por el entonces Presidente, Dr. Raúl Alfonsín.

Las Juventudes Políticas de Córdoba realizaron una movilización en contra del Fondo Monetario Internacional (FMI) que reunió más de cinco mil jóvenes, los que desfilaron por las calles de Córdoba coreando consignas en contra del imperialismo y del organismo financiero internacional.

Esta movilización se convocó bajo el lema “Marcha por la Unidad Nacional y Latinoamericana. Contra la Dependencia y las presiones el F.M.I. Contra la Oligarquía, el Imperialismo y la Patria Financiera”.

Se realizó el viernes 22 de junio de 1984. En esa oportunidad se conformaron la Juventudes Políticas de Córdoba – Capital, a fin de avanzar hacia una mejor organización de las juventudes políticas con el propósito de darles una mayor dinámica movilizadora, mejor inserción territorial y evitar prácticas burocráticas.

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La integraban el autor de este libro, Eduardo Alberto Planas y Mario Arrieta por la Juventud Peronista para la Liberación Nacional, Fernando Mason por la Juventud Peronista de Intransigencia y Movilización, Carlos Torres por el Grupo de Trabajo de Derecho (4), Raúl Cingolani de la Juventud Radical-Comité Capital, Visani, Gabriel Lerner, Strassorier y Jorge Ceballos, por la Juventud Intransigente-comité Capital; “Pucho” Vaca Martínez por la Federación Juvenil Comunista, Antonio Muñoz por la Juventud del Partido de la Liberación y Horacio Manzur (h) por la juventud de la Democracia Cristiana-Comité Capital. (6) Se redactó un documento en donde se señalaba: ”1)- APOYAMOS la ‘Marcha contra la dependencia, el Fondo Monetario Internacional, la oligarquía, el imperialismo y la patria financiera’, convocada por las Juventudes Políticas tanto a nivel nacional como provincial, para el día viernes 22 de Junio del cte. año a las 17.30 hs, porque entendemos que hoy más que nunca, ante las agresiones y presiones por parte del FMI y la usura internacional, es necesaria la Unidad Nacional, para el fortalecimiento de la Democracia tan duramente conquistada por nuestro Pueblo, y para avanzar en ese camino, hacia la construcción de una Democracia Participativa, plena de Justicia Social y una Nación Justa, Libre, estrechamente ligada a Latinoamérica y a los pueblos del Tercer Mundo que luchan por su liberación”.

2) “Que la voluminosa Deuda Externa, inédita en nuestra historia por su magnitud, no es otra cosa que el producto de una política de dependencia, entrega y destrucción, instrumentada por los personeros de la oligarquía y el imperialismo, durante ocho oscuros años de dictadura militar. Hoy se convierte en una verdadera trampa del imperialismo, con la cual 33

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se quiere mantener sojuzgado a nuestro pueblo, imponiendo recetas recesivas que sólo traerán hambre, miseria y desocupación condicionando nuestro desarrollo económico independiente e inclusive nuestra propia política exterior.”

“3) Que la solución al problema, que no es culpa del pueblo y menos aun de los trabajadores, sino de quienes destruyeron al país, que tienen nombre y apellido: Martínez de Hoz, Aleman, etc., y los militares golpistas, debe darse en el marco de la Unidad Nacional y de la Unidad Latinoamericana, así como la de los pueblos del Tercer Mundo, rechazando los condicionamientos que la Usura Internacional nos pretende imponer, para seguir manteniendo esclavos a nuestros pueblos.

“4) CONVOCAMOS a la Juventud de Córdoba y a todos los sectores nacionales y populares de la ciudad a participar de esa Marcha, repudiando al FMI, a la Oligarquía, al Imperialismo y a la Patria Financiera, que todavía continúan condicionando el accionar político, económico e internacional del gobierno democrático, reivindicando además la Movilización como uno de los principales instrumentos que permiten la participación y el protagonismo popular”.

La Marcha se encolumnó tras un gran cartel con la leyenda “Liberación o Dependencia”, partió del lugar establecido a las 18.30 hs. y contó con la participación de más de cinco mil personas. Todo se desarrolló con absoluta normalidad y luego de dirigirse por Colón se dobló en Avenida General Paz, hasta las puertas del Teatro Libertador San Martín, donde, luego de darse lectura al documento elaborado por las Juventudes Políticas de Córdoba, se procedió a la desconcentración.

Esta marcha, por su masividad, se convirtió en uno de los acontecimientos políticos más importantes de esos tiempos.

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Consignas: -No al F.M.I. -Contra la Dependencia, el Imperialismo, la Oligarquía y la Patria Financiera.

-Por la Unidad Nacional.

-Por la defensa y consolidación de la Democracia.

-Por la participación activa del Pueblo en la construcción de una sociedad justa, libre y soberana.

-Por la vigencia plena de los Derechos Humanos.

-Por la Unidad Latinoamericana y de los pueblos del Tercer Mundo”.

El documento fue suscripto por la Juventud Peronista para la Liberación Nacional, Juventud Radical –Comité Capital-, Juventud Intransigente -Comité Capital-, Juventud Demócrata Cristiana -Comité Capital-, Humanismo y Liberación y Federación Juvenil Comunista –Capital.

A nivel nacional se efectuó otra marcha que contó con la asistencia de más de cien mil personas. Se destacaba el párrafo final del documento de las Juventudes Políticas a nivel nacional que decía:

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”Los jóvenes argentinos sabemos que no hay presente ni futuro de realización al margen de la lucha y el compromiso social. Nuestro compromiso es con el Pueblo, nuestro camino es la Democracia, nuestro destino la Liberación”.

Este accionar unitario y movilizador de las Juventudes Políticas de capital disgustaba a los dirigentes mayores y a otros grupos de Juventudes, principalmente a aquellos oficialistas que ya eran funcionarios del reciente gobierno democrático.

Es que ya se avizoraba -luego de la primavera de la gestión Grinspun-, que se vendría una política de ajuste y de sometimiento a los dictados de la banca internacional.(7) Sobre todo cuando el presidente Alfonsín, luego de una gran movilización en Plaza de Mayo convocada para defender la democracia, habló de “una economía de guerra”. Luego vinieron el Plan Primavera, el Plan Austral, el incendio del país y la hiperinflación.

Las Juventudes Políticas también adhirieron a una “Marcha de la Civilidad”, realizada en Córdoba el 14 de agosto de 1984 junto a la FUC y casi todos los partidos políticos, la CGT y demás organismos de derechos humanos y sociales.

Las Juventudes Políticas a nivel provincial –con excepción de la Juventud Intransigente- emitieron un comunicado de adhesión al Encuentro Nacional de la Juventud realizado por la Iglesia Nacional en Córdoba en Septiembre de 1985. El pronunciamiento fue suscripto por Juan Arato (Juventud Radical), Marcelo Cáceres (Juventud Peronista), Carlos Mainero y Rubén Contreras (PSP), Pablo Campos (FJC), quienes junto a Nieves Tapia y Alfredo Basilio, respectivamente Presidente

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y Vice de Prioridad Juventud, del Episcopado Nacional, concurrieron al matutino local La Voz del Interior para dar a conocer su apoyo.

En el documento afirmaban que: ”(…) para construir unidos una nación basada en la solidaridad, es imprescindible que la juventud argentina participe para superar la difícil situación que atravesamos con plena conciencia de la causa profunda que la genera: la dependencia”.

“En ese sentido –añadieron los jóvenes políticos- es que debemos asumir un rol protagónico participando para lograr recorrer en paz el camino hacia la liberación nacional, marco indispensable para la existencia de la Nación, el fortalecimiento de nuestras instituciones democráticas y para el avance hacia una sociedad más justa y más humana, que asegure el bienestar de los hombres, mujeres, niños y ancianos de nuestro pueblo”.

Adhirieron también al acto la CGT Nacional, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la Juventud del Partido del Centro de Tucumán, el Sindicato del Seguro de la RA y –asombrosamente- la Unidad Regional de la Policía de la Provincia de Córdoba.

Luego, la Juventud Intransigente emitió un comunicado enviando un “saludo fraternal” a dichas organizaciones y a los jóvenes participantes en ese encuentro.

Con fecha 6 de octubre de 1985, anunciaron la organización de dos debates públicos en los cuales los candidatos a diputados nacionales expondrían sus propuestas.

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Al anunciar esos paneles los jóvenes políticos reafirmaron: ”Su ineludible compromiso con el sistema democrático”, y aseguraron que “tales debates pretenden contribuir al esclarecimiento de los grandes temas nacionales”. Señalaron además que “más allá de la contienda electoral que se avecina el Movimiento de Juventudes Políticas ve en esta etapa la necesidad de reafirmar un camino de unidad nacional hacia la consolidación y profundización de la democracia, en un marco de independencia económica y justicia social”.

El primer debate estaba previsto para el Lunes 14 de octubre del citado año y versaría sobre “Las Fuerzas Armadas que el país necesita”, en tanto que una semana después el tema sería el “Plan Económico”. La convocatoria fue lanzada por Juan Arato de la Juventud Radical, Marcelo Cáceres de la Juventud Peronista, Jorge Almada de la Juventud Intransigente, Carlos Mainero y Rubén Contreras de la Juventud Socialista Popular, Horacio Manzur de la Juventud Demócrata Cristiana, Antonio Muñoz del Partido de la Liberación y la Federación Juvenil Comunista.

El sábado 23 de Marzo de 1985 las Juventudes Políticas de Córdoba y los organismos de derechos humanos realizaron una marcha para repudiar un nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1976, y reafirmar su compromiso democrático, la que se denominó “Marcha por la vida”.

El clima en esa época estaba enrarecido, merced a que se estaba realizando a nivel nacional el Juicio a la Junta de Comandantes y continuamente había pronunciamientos de sectores retrógrados que se manifestaban en contra. Se hablaba hasta de rebrotes subversivos, de la presencia en Tucumán de presuntos grupos armados, etcétera.

Concurrieron más de dos mil personas, la mayoría jóvenes de distintos partidos políticos y familiares de desaparecidos, que iban portando carteles con las fotos de las víctimas del Estado terrorista.

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Se descubrió una placa con La inscripción “Marcha por la vida”, se procedió a la lectura de un documento político, la suelta de palomas y la plantación de un árbol –un lapacho rosado, símbolo de la vida- en uno de los canteros del Boulevard San Juan, en las inmediaciones de la ex Plaza Vélez Sarsfield, al lado del monumento al indio Bamba. Sigue estando allí actualmente, al frente del actual Patio Olmos.

Además de las Juventudes Políticas participaron en la convocatoria la Liga de los Derechos del Hombre, Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, Servicio Paz y Justicia y Abuelas de Plaza de Mayo.

En el documento se decía: ”Expresamos nuestro más enérgico repudio a las actividades desestabilizadoras y progolpistas de organismos fantasmas, y de algunas personas que en los últimos

tiempos manifiestan con sentido antidemocrático su claro propósito de

favorecer la interrupción del orden institucional”.

Más adelante se señalaba que “los sectores aludidos denuncian supuestos rebrotes subversivos y se nuclean alrededor de proclamas reaccionarias y golpistas”. Así mismo se dijo que: ”Denunciamos y nos oponemos a esas expresiones reaccionarias y desestabilizadoras traducidas en acciones violentas, secuestros extorsivos, denuncias sobre supuestos rebrotes subversivos, reuniones de civiles y otras supuestamente religiosas, con claros fines desestabilizadores, mientras algunos miembros de las estructuras judiciales y militares, sobrevivientes del proceso, continúan su acción tendiente a minar las bases de nuestra incipiente democracia”.

Finalmente expresaron que: 39

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”Hoy ante las amenazas que denunciamos estamos seguros que el pueblo de Córdoba sabrá movilizarse en defensa de las instituciones democráticas y sus más sentidos intereses económicos y sociales”.

El documento fue firmado por los partidos Demócrata Cristiano, Unión Cívica Radical, Partido Intransigente, Demócrata Progresista, Partido Comunista, Partido de la Liberación, Partido Socialista Popular, Federación Universitaria de Córdoba, Federación Agraria Argentina, Colegio Médico, Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, Acción Forense, Sindicato de Empleados Públicos, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Liga por los Derechos del Hombre, Servicio Paz y Justicia, Familiares de Desaparecidos por Razones Políticas y las Juventudes Políticas. Al final del acto Luis Rébora, presidente de la CONADEP-Córdoba, lamentó la inexistencia de un organismo de derechos humanos a nivel provincial y señaló que si bien el Partido Justicialista no suscribió el documento, participó en su elaboración, “por lo que se supone que está de acuerdo con su contenido”.

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6 Canción urgente para Nicaragua “Se partió en Nicaragua otro hierro caliente con que el águila daba su señal a la gente”.

SILVIO RODRÍGUEZ

Las Juventudes Políticas de Capital adhirieron, junto con otros sectores, al acto realizado en diciembre de 1985 en la sede del sindicato Luz y Fuerza de esta Ciudad, por la Comisión de Solidaridad con Nicaragua-Filial Córdoba. Se reclamó “solidaridad activa con la hermana República que se ve agredida por el mismo imperialismo que nos atacó en Malvinas”.

Por eso se requería del gobierno democrático “que apoye las gestiones de Contadora así como que el pueblo argentino lo haga en forma activa ayudando a este pueblo que está en pie de guerra pero que quiere la paz”. Entre los requerimientos se solicitaba “alimentos no perecederos, ropa, juguetes, útiles escolares”.

Posteriormente convocaron a un Festival de Solidaridad con Nicaragua, en el Teatro Griego, con gran asistencia de público.

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Repasemos un poco la historia .El 19 de julio de 1979 triunfaba la Revolución Popular Sandinista, la cual significó una luz de esperanza para el pueblo nicaragüense y para miles de hombres y mujeres de todo el mundo, que compartían una filosofía moral común: obrar para construir una humanidad nueva.

La Revolución Popular Sandinista era una revolución donde confluían sectores del cristianismo y del marxismo con sectores independientes, intelectuales progresistas y aun de la pequeña burguesía. Era una revolución de escritores y poetas, no dogmática. Propiciaba la reforma agraria y la economía mixta.

Nicaragua encarnaba la posibilidad de un cambio revolucionario y del hombre nuevo, en un país que sufrió una de las dictaduras más largas del continente: la dictadura somocista (1936 -1979).

Una nueva etapa se iniciaba, principalmente para los nicaragüenses, pero también para muchos otros que fueron testigos y protagonistas de una revolución por primera vez en sus vidas. Nicaragua se convirtió en el refugio de cientos de exiliados políticos, así como de miles de personas de todo el mundo que veían a este país como ejemplo de transformación revolucionaria, coraje y sacrificio.

Los casi once años de Revolución Sandinista (1979-1990) estuvieron atravesados por momentos de festejos, alegrías y celebraciones. Sin embargo, fueron opacados por el accionar de la contrarrevolución. La nueva situación de beligerancia, que desangraba material y humanamente al país, fue acompañada por una coyuntura internacional de crisis económica y

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agudización de conflictos regionales, lo que motivó a la administración sandinista a fortalecer su política exterior, transformándola en un frente de defensa del poder revolucionario.

La guerra contrarrevolucionaria pronto hizo eco en todo el mundo, generándose numerosas expresiones solidarias de diferentes organizaciones y países. Al respecto, es importante destacar que la solidaridad con el proceso revolucionario nicaragüense comenzó antes de la toma del poder.

De esta amplia corriente de solidaridad también formó parte el Partido Comunista de la Argentina y su expresión juvenil, la Federación Juvenil Comunista, creando el Movimiento de Brigadistas Libertador General San Martín.

Estas brigadas cobraron popularidad con el nombre de “brigadas del café”, porque su actividad principal era trabajar en la cosecha del café nicaragüense.

El Movimiento de Brigadistas se fue gestando hacia 1984 dentro de una coyuntura política partidaria conflictiva y, simultáneamente, bajo un régimen democrático que recién se iniciaba, luego de la más cruenta dictadura de la historia argentina.

El Movimiento de Brigadistas viajó a Nicaragua en tres ocasiones: 1985,1986 y 1987.

Las brigadas se planificaron entre 1983 y 1984 y comenzaron a viajar a Nicaragua a partir de 1985. La primera brigada contó con ciento veinte integrantes y fue la más numerosa. La segunda estuvo constituida por un contingente de treinta y seis personas y partió hacia Nicaragua en enero de 1986. La primera era una brigada del MBLGSM. La segunda estaba integrada por representantes de varias fuerzas políticas: Federación Juvenil Comunista, Partido de la Liberación, Partido 43

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Demócrata Cristiano, Juventud Radical-Corriente Nacional de Liberación, Movimiento Peronista 26 de Julio, Juventud Intransigente, Peronismo Revolucionario y Juventud Peronista de Capital Federal.

Las manifestaciones

de solidaridad se efectivizaron de forma material (envío de dinero, indumentaria, alimentos,

lapiceras, cuadernos, etcétera) y simbólica (declaraciones en solidaridad con Nicaragua, marchas por la paz). Sin embargo, la principal forma de solidaridad se expresó mediante Movimiento de Brigadistas en 1984. (8) Miguel Pozzo, dirigente de base de la FJC, de Argüello, que solía concurrir a las Juventudes Políticas de Capital, integró esas brigadas. Relataba que no era nada fácil, que Nicaragua estaba en guerra permanente, que cosechaban café custodiados militarmente porque a 200 metros se libraban combates, y que dormían en grandes galpones.

En el Festival que mencionamos, los jóvenes peronistas fueron a temprana hora de la tarde y colocaron un cartel de color rojo y negro que decía “Juventud Peronista”, sobre el escenario. La bandera era enorme, se veía desde todos lados.

Cuando llegaron -en horas de la noche- los radicales, algunos de ellos funcionarios del gobierno provincial y municipal de ese entonces, se querían morir, querían que sacáramos la bandera, pero no hubo caso. El autor de este artículo y Antonio Muñoz, del Partido de la Liberación, fueron los locutores en esa jornada, donde actuaron conjuntos locales.

Ese fue el último acto masivo que realizaron las Juventudes Políticas de Córdoba - Capital.

En los últimos documentos se exigía el juicio y castigo de todos los culpables del genocidio, en un todo de acuerdo a lo solicitado por los organismos de derechos humanos. Se tenían fluidos contactos con los mismos, como era el caso del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), conducido en Córdoba por Luna y una letrada joven: María Elba Martínez.

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En una reunión realizada en la sede del Partido Intransigente, aparecieron dos personas que decían ser de la juventud de la Lista Rosa del Partido Justicialista. Luego se descubrió que eran “servicios”, uno era policía y el otro militar, que terminó luego procesado y condenado por escuchas ilegales en contra de la jueza Garzón de Lazcano. Este individuo era de apellido Tufaro. Los émulos de Astiz, el Ángel de la Muerte, pronto fueron puestos a descubierto.

Debe destacarse que en Córdoba no existieron contactos ni relación alguna con centros de ex combatientes de Malvinas, aunque a nivel nacional sí se dieron, siendo éstos conflictivos. (9) Tampoco en Córdoba participaron de las Juventudes Políticas ni el Movimiento al Socialismo (MAS) ni el Partido Obrero (PO), aunque a nivel nacional si acompañaron al MOJUPO pero con una actitud crítica. (10)

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7 El Mojupo Nacional “Nuestro compromiso es con el Pueblo, nuestro camino la Democracia, nuestro destino la Liberación” MOJUPO

El 22 de Junio de 1984 se realizó una marcha multitudinaria convocada por el MOJUPO nacional que culminó en un acto en la Plaza de los Dos Congresos, donde se leyó un documento sumamente crítico por el cual se condenaba las presiones del Fondo Monetario Internacional y se manifestaba en contra de la dependencia, el imperialismo y la patria financiera. El documento fue suscripto por las juventudes políticas de diez partidos. Su texto manifestaba que había sectores “que atentan contra la democracia,” identificando a estos como “los que producen la estampida de los precios y el desabastecimiento”, y sostuvieron que la deuda externa debe ser pagada por “la patria financiera, la oligarquía y las multinacionales”.

El documento de ochenta y siete carillas estaba titulado: “Unidad Nacional para la Liberación Nacional y Social”, y destacaba el compromiso asumido por las juventudes políticas para defender las instituciones democráticas “contra los intentos de vulnerar la soberanía popular por parte de las minorías del privilegio”. Remarcaba que: “Nuestro compromiso

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es con el pueblo, nuestro camino la democracia, nuestro objetivo la Liberación”. Además, los jóvenes políticos expresaban que: “A seis meses de la reconquista de la vida constitucional y sin olvidar los largos cincuenta años anteriores plagados de golpes de Estado, los jóvenes argentinos hemos aprendido que a la democracia aparte de saber lograrla, hay que saber defenderla.

El libre ejercicio de la Soberanía Popular hoy se expresa en el pleno funcionamiento de las instituciones democráticas reconquistadas, luego de duras luchas, el pasado 30 de octubre. No obstante, subsiste en nuestra patria la base material de las interrupciones al Estado de derecho: la Dependencia, personificada en la oligarquía, el imperialismo y la patria financiera. Ellos son los que atentan contra las instituciones democráticas. Ellos son los que producen las estampidas de precios, el desabastecimiento y quienes aconsejan desechar los reclamos de justicia social. Ellos son los mismos que reprimieron al pueblo, hicieron desaparecer a miles de argentinos, tratando así de establecer un sistema estable de dominación, quienes hoy intentan levantar la cabeza haciendo la apología del Golpe y del terrorismo de Estado”.

“Ellos son los que se enriquecieron con el plan de Martínez de Hoz, con la crisis y la deuda externa contraída por la dictadura militar que no es otra cosa que una manera de reforzar los lazos de sometimiento a través de los cuales el imperialismo busca que los pueblos dependientes paguemos su propia crisis. Ante enemigos tan poderosos debemos avanzar con grandeza, construyendo definitivamente la Unidad Nacional –único camino posible- para hacer realidad el compromiso ineludible de lograr la unidad de nuestra América Latina. En la situación creada por la deuda externa se encuentra la contradicción de nuestra patria y de toda América Latina: Liberación o Dependencia”.

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“Los jóvenes argentinos defendimos, defendemos y defenderemos la democracia. Estamos encolumnados tras los objetivos de Liberación y avanzaremos en ese camino convencidos de que se defiende la Soberanía Popular, bregando por el total esclarecimiento de los asesinatos, desapariciones y torturas cometidas en el pasado y desarticulando el poder de las minorías del privilegio que históricamente han sido las responsables nativas de la interrupción de la vida constitucional. Esta, su sostenimiento y fortalecimiento, está directamente relacionada a negociar la deuda sin menoscabo de los intereses nacionales, lo que implica redistribución de la riqueza a favor de los sectores más desposeídos, aumento del salario real de los trabajadores y reactivación del aparato productivo”.

“Reafirmamos aquí que ningún partido o sector social podrá por sí solo superar la emergencia nacional. Los males estructurales de nuestro país, agravados por la herencia de la dictadura militar, exigen avanzar en un proyecto nacional y popular que erradique definitivamente las causas de la injusticia en Argentina”.

“Nuestra generación, sin miedo al futuro, ha asumido el compromiso de no caer en la trampa de la desunión y el enfrentamiento. Es hora de construir una sociedad donde seamos los argentinos los dueños de nuestra Nación, nuestra riqueza y nuestra economía, donde impere la libertad, la solidaridad, el pluralismo, la paz y la justicia social”.

“Por ello el Movimiento de Juventudes Políticas expresa: 1) Defenderemos la democracia y sus instituciones contra el intento de vulnerar la soberanía popular por parte de las minorías del privilegio.

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2) Rechazamos las presiones del Fondo Monetario Internacional y de los personeros de la usura internacional para hacer recaer la crisis sobre las espaldas de los pueblos de América latina.

3) La deuda externa debe ser pagada sólo en su parte legítima y ello deben hacerlo la patria financiera, la oligarquía y las multinacionales.

4) Defenderemos el incremento del salario real de los trabajadores y la reactivación del aparato productivo.

5) Estamos en marcha en contra de la oligarquía y del imperialismo, para quebrar los lazos de la dependencia y avanzar en el camino de la liberación nacional y social de nuestra Patria.

6) El instrumento para ello es la organización, movilización y la lucha del pueblo al servicio de la unidad nacional.

7) Apoyamos y apoyaremos toda medida que tienda a garantizar una Argentina en libertad, soberana y plena de justicia social. Una Argentina en democracia para la liberación contra la dependencia”.

“Nuestro compromiso es con el pueblo, nuestro camino la democracia, nuestro destino la liberación”.

“Los jóvenes argentinos sabemos que no hay presente ni futuro de realización, al margen de la lucha y el compromiso social”.

El 8 de Noviembre de 1985 el MOJUPO nacional junto con organizaciones sindicales, estudiantes secundarios, universitarios y organismos de derechos humanos organizaron un multitudinario acto en la Plaza del Congreso Nacional para repudiar atentados efectuados con bombas que se habían efectuado días atrás.

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El acto contó con la asistencia de más de doce mil personas y fue convocado para rechazar la escalada terrorista. Hicieron uso de la palabra el Titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Wenceslao Arizcurren, y el titular de la Federación de Estudiantes Secundarios (FES), Juan Damtbith.

El primero manifestó:” (…) que no era casual el momento elegido por estos criminales nostálgicos de la violencia”, y advirtió que los recientes atentados con bombas: “pretenden demostrar a la sociedad que muchas veces es olvidadiza y veleidosa, que la democracia es débil para enfrentar al terrorismo y que es necesario la providencial mano fuerte que nos salve de la desintegración”. Finalmente el orador efusivamente señaló:”Pero se equivocan porque todo el pueblo dice como el Madrid republicano: ¡No pasarán!”.

Por su lado, el segundo sostuvo que la escalada terrorista demuestra “que el aparato represivo que torturó y asesinó a miles de compañeros está intacto”, por lo que exhortó a la participación popular efectiva para frenar a los golpistas y afirmar la democracia, pues “no habrá democracia sin participación y protagonismo popular”. Se destacaban las columnas del Partido Intransigente, del Frente del Pueblo (FREPU), encabezadas por Fernando Nadra, José Villaflor, el electo concejal Walter Vezza y Marcelo Parrilli, CTERA, FES y Federación Universitaria Argentina.

Participaron del acto el diputado nacional demócrata cristiano Augusto Conte, el Presidente del Partido Intransigente Mario Lorences, el Secretario General de la Asociación Argentina de Actores, Onofre Lovero, la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonaffini, el laureado y popular músico Osvaldo Pugliese, Graciela Fernández Meijide, Emilio Mignone y Néstor Vicente, entre otros dirigentes políticos y de organismos de derechos humanos, así como integrantes del MOJUPO.

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La columna de APRA se destacó por llevar fotografías de los periodistas desaparecidos bajo la dictadura militar genocida de 1976.(10) El MOJUPO realizó el día viernes 13 de Diciembre de 1985 un acto multitudinario en la Cancha de Atlanta. Más de diez mil personas se reunieron allí, convocadas bajo el lema ”Democracia social, salarios dignos y moratoria”. Los convocantes fueron la Juventud Intransigente, la Juventud Peronista Unificada, la del Frente del Pueblo (FREPU) y del Peronismo Revolucionario. Hicieron uso de la palabra Pablo Unamuno por la JP, el intransigente Alejandro Barthe, Eduardo Sigal por la Federación Juvenil Comunista y el diputado nacional peronista Roberto Digón.

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Esta es una de las pocas fotografías existentes donde aparecen los integrantes Movimiento de Juventudes Políticas a nivel nacional (MOJUPO).

La foto que ilustra esta nota de Eduardo Aulicino -que en aquellos tiempos cubría la sección "Juventudes" para el diario Clarín, mientras Alfredo Leuco hacía PI e izquierda en el mismo diario, luego de haber trabajado junto a Chiche Gelblung en la revista Gente-, muestra una reunión del Movimiento de Juventudes Políticas.

Se pueden ver sentados de izquierda a derecha: El primero, José Antonio Díaz de “la Fede”; a su lado, Alejandro Barthe de la Juventud Intransigente; Juan Pablo Unamuno de la JP y Jesús Rodríguez de la Juventud Radical. Parados de izquierda a derecha: Eduardo Sigal de “la Fede”, Eduardo Lázara del Socialismo de su padre (el Socialismo Unificado, ¿no?) y, al fondo a la derecha, en representación de la Juventud Peronista Unificada, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón. (12)

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8 El Mojupo en el interior provincial El Movimiento de Juventudes Políticas no estuvo circunscripto solamente a la Ciudad de Córdoba. En algunos lugares del interior provincial también se conformó.

Así, en la ciudad de Villa Carlos Paz se integró en la década del 80 el Movimiento de Juventudes Políticas (MOJUPO), que reunía a representantes de las más diversas ideologías. Así, convivían en ese espacio dirigentes de derecha, de centro y de izquierda que, más allá de las diferencias políticas, tenían puesta la mirada en el bien común de la ciudad.

Discusiones y ásperos debates le dieron forma e identidad al MOJUPO. Pero lo que destacan sus ex integrantes es que había un sumo respeto por las ideas y la militancia de cada quien.

Uno de sus mayores logros fue ganar la conducción de la Cooperativa Integral, en 1986. Se trató del hecho político saliente del MOJUPO, que mostró cómo la juventud, aun en contra de sus respectivos partidos, logró imponer una idea colectiva.

En el Anexo Documental transcribiremos íntegramente una nota del diario La Jornada realizada a los integrantes del MOJUPO de Villa Carlos Paz, a 25 años de su conformación.

Posteriormente, existieron reuniones tendientes a lanzar un movimiento político nuevo sobre la base de las coincidencias logradas, al que llamaron Movimiento 5 de Junio. Así, en 2009 se anunciaba que un grupo de dirigentes, pertenecientes a la Cooperativa Integral de Villa Carlos Paz, continuaba trabajando intensamente para profundizar la organización y el relanzamiento del Movimiento 5 de Junio, que podría participar activamente en las próximas elecciones legislativas de 53

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octubre. Tras mantener una serie de reuniones, la intención sería discutir el rumbo que tomará este núcleo conformado en la década del ochenta, y que se mantuvo intermitente durante los últimos años. (13) En Rio Tercero también existió el MOJUPO. Lo recuerda accionar un protagonista de esas épocas, Andrés Scoppa, de la Unión Cívica Radical: “(…) Poco tiempo antes habíamos fundado en Río Tercero el MOJUPO (Movimiento de Juventudes Políticas) junto con los amigos de la JP, del Socialismo, del PI y del PC. Habíamos hecho un documento que firmábamos todos, por lo que no había alusiones a los gobiernos de la Nación, de la Provincia, ni del Municipio… que eran todos radicales.

El plan era ir por los techos desde nuestro local hasta Status, un mítico bar ubicado exactamente frente al palco desde donde iba a hablar el Gobernador, para tirar desde arriba, y sobre el escenario, los volantes del MOJUPO. Sólo para molestar, nomás, a nuestros queridos adversarios en la interna local.

Los valientes ejecutores de la tarea: Diego Cazón y quien esto escribe.

Allá partimos, pues, a cumplir con nuestra misión. El primer trecho fue sin dificultades. Los edificios de esa cuadra, aún hoy, no tienen más de dos plantas. El problema fue, promediando el trayecto, pasar una tapia haciendo equilibrio a 5 o 6 metros de altura. Yo, debo confesarlo, ya tenía un susto bárbaro. Finalmente, llegamos a nuestro destino: el techo de Status.

A todo esto, el Pocho había empezado su habitualmente largo discurso, cargado de metáforas y gestos.

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Pero el problema fue que, al llegar, apareció en el techo quien era el inquilino del piso de arriba del boliche: un notorio peronista de Río Tercero, ya fallecido. ¡Imagínense la sorpresa del tipo! ¡Y ni hablar del cagazo que nos llevamos nosotros!

- ¿Qué hacen acá? ¿Quiénes son Uds.? Gritó el ‘compañero’.

Yo quedé catatónico. El Diego rápido le contestó: - Venimos a tirar estos volantes, firmamos todos, ¡los peronistas también!

- ¿A ver? Contestó nuestro ‘anfitrión’.

Entonces, pasó lo insólito. El tipo nos pregunta, todavía exaltado: - ¿Ustedes son de Renovación y Cambio? Porque yo a éstos (por los angelocistas) ¡no los quiero! A ver, ¡dame volantes que yo los ayudo a tirarlos!

Y así hizo. Después de concluida la ‘acción directa’, el ‘compañero’ nos hizo bajar por la casa, de modo tal que, primero, evitamos el regreso por los techos y, segundo, terminamos en un lugar privilegiado del acto viendo cómo caían algunos volantes todavía.

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Cuenta la leyenda que ese día Angeloz se enojó tanto que cortó su discurso como en 20 minutos.

A mí, desde ese día, me quedó un miedo terrible a las alturas. Lo bueno fue que, a los pocos meses, ganábamos la interna en Río Tercero por la conducción del Comité”. (14) En la Localidad de Brinkmann,

también el accionar unitario de las juventudes políticas dio como resultado la

construcción de la escuela “Doña Anita Giaveno de Sacavino”, ubicada en Barrio Jardín de dicha localidad. Carlos Giaveno rescata “a los jóvenes del MOJUPO (Movimiento de Juventudes Políticas), que integré junto a otros jóvenes peronistas, radicales, socialistas, comunistas, que dejamos de lado diferencias y nos pusimos de acuerdo y trabajamos en las coincidencias más allá de las ideologías y pasiones y trabajar por esta escuela”. (15)

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Conclusiones El MOJUPO fue una rica experiencia llena de matices y anécdotas, pero, principalmente, debemos rescatar el accionar unitario de las distintas agrupaciones juveniles partidarias en pos de un objetivo común que trascendía largamente las meras expectativas electoralistas y apuntaba a las cuestiones centrales del debate de los problemas argentinos, tales como el tema de la deuda externa, el sometimiento a los organismos financieros internacionales y la lucha en pos de la unidad latinoamericana, que implicaba la solidaridad con los pueblos hermanos y el tema de los derechos humanos.

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Notas (1) En nuestro país los cambios históricos los protagonizaron las multitudes, los tumultos como los llama el Profesor Dr. Jorge Torres Roggero: “1916. Cuando Yrigoyen descendió la escalinata del Congreso para ocupar la carroza de gala, la muchedumbre arrolló a los agentes de policía que la contenían y rodeó el coche. Fue un momento impresionante. La policía inició el operativo para despejar la calle pero el presidente hizo un gesto y dio orden para que se dejase en libertad a la multitud que, como obedeciendo a una señal convenida, comenzó a manejarse a su antojo. En un instante desenganchó los caballos y comenzó a arrastrar la carroza. Así comenzó el desfile hacia la casa de gobierno.” (La Nación, 13/10/16) 1945. “A caballo unos, en bicicleta o en camiones otros, a pie los más, aquella muchedumbre abigarrada reconociéndose en la decisión multitudinaria marchaba (…), fija la mirada colectiva como una gran pupila dilatada, en la imagen del hombre que había hablado el lenguaje del pueblo, y a quien, ese pueblo le devolvía dignidad recuperada con la voluntad de morir por su rescate. Las mujeres descamisadas y fieras, con sus vestidos raídos de colores chillones pegados al cuerpo, rotos los controles de la sumisión femenina, sumergidas en el odio justo, primordial y desenfrenado de la naturaleza exaltada, infundían fe en el corazón de aquella multitud masculina, apretada y furiosa en su silencio, argentina en su clamor nacional, nativa en su potencia histórica, corporizada ahora en las masas sin apellido, porque ellas mismas eran la patria desgarrada, humillada en ese pueblo argentino incógnito y proscripto por la injusticia secular. (…) Ahora aquella multitud cantaba” (J.J. Hernández Arregui).

(Jorge Torres Roggero - http://confusapatria.wordpress.com/autor/).

(2) La Multipartidaria Nacional, mejor conocida como la Multipartidaria, fue una instancia de acción política conjunta creada en 1981 en Argentina, integrada por los partidos Unión Cívica Radical, Partido Justicialista (peronista), Intransigente, 58

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Demócrata Cristiano y Movimiento de Integración y Desarrollo, que tuvo como objetivo presionar a la dictadura militar conocida como Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) para que abandonara el poder y se estableciera un régimen democrático. Se disolvió el 10 de diciembre de 1983, una vez asumido el gobierno democrático.

El 14 de julio de 1981, por iniciativa del dirigente radical Ricardo Balbín y desconociendo el estado de sitio, se reunieron los máximos dirigentes de los principales partidos políticos argentinos: Unión Cívica Radical (UCR), Partido Justicialista (PJ), Partido Intransigente (PI), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), para formar una instancia multipartidaria que presionara al gobierno militar para establecer un gobierno democrático. La Multipartidaria se inspiró en el antecedente de una experiencia similar creada en 1971, denominada La Hora del Pueblo.

En aquella primera reunión la Multipartidaria constituyó una Junta Política Convocante y emitió un comunicado de prensa en el que realizaba una "convocatoria nacional" a todos los sectores políticos, sociales, religiosos, económicos y culturales, y finalizaba con esta declaración: “De esta manera damos por iniciada la etapa de transición hacia la democracia, objetivo que constituye nuestra decisión intransferible e irrevocable. Lo hacemos bajo el lema del Episcopado Argentino: la reconciliación nacional.”

Inmediatamente después de constituida, la Multipartidaria estableció sus autoridades: Reunión de Presidentes de los Partidos Convocantes. En 1981 los presidentes de estos partidos eran Francisco Cerro (PDC), Oscar Alende (PI), Deolindo Bittel (PJ), Arturo Frondizi (MID) y Ricardo Balbín, reemplazado a su muerte por Carlos Contín (UCR).

Luego de constituida la Multipartidaria comenzó a realizar una serie de reuniones con la Iglesia Católica y los demás partidos políticos con el fin de ampliar la convocatoria inicial.

Durante el mes de agosto se reunió con el Episcopado Nacional y los partidos Socialista Unificado (PSU), Confederación Socialista Argentina (CSA), Frente de Izquierda Popular (FIP), Línea Popular, Socialista Popular (PSP-García Costa), Comunista (PC), Socialista Popular (PSP-Estévez Boero), Frente de Izquierda Nacional (FIP-Corriente Nacional). Todos estos partidos adhirieron a los objetivos de la Multipartidaria.

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La Multipartidaria elaboró un documento titulado "Convocatoria al país", que fue hecho público el 28 de agosto de 1981.

Allí se destaca la importancia de la "reconciliación" que, por entonces, era el centro del mensaje de la Iglesia Católica Argentina, aclarando que "la reconciliación no se podrá alcanzar si no es sobre la base de la verdad", y se establecen los objetivos básicos de la Multipartidaria. Dichos objetivos básicos eran siete, sintéticamente descriptos así: 1.

2.

3.

4.

5.

6.

7.

Retorno al estado de derecho y remoción de las restricciones a los derechos humanos.

Normalización inmediata de la actividad política, sindical y estudiantil.

Cronograma preciso para realizar las elecciones.

Programa de emergencia económica.

Recuperación del salario real y libre funcionamiento de las convenciones colectivas.

Mejoramiento de la educación.

Libre acceso a los medios de comunicación del Estado.

El 29 de septiembre de 1981 la Multipartidaria hizo pública una Declaración que denunciaba la resistencia del gobierno militar a emprender una salida hacia la democracia, analizaba críticamente la situación política, económica y social, y decidía constituir grupos de trabajo que elaboraran una Propuesta a la Nación.

Se formaron cinco Comisiones (Política, Económica, Social, Educación y Cultura, Internacional) que procedieron a consultar ampliamente a las organizaciones políticas, sociales, sindicales, empresariales, profesionales, etc., y presentaron sus informes en el mes de septiembre.

Sobre la base de los informes realizados por las cinco comisiones -y que generaron una amplia movilización de la sociedad civil-, la Multipartidaria elaboró un nuevo documento con la Propuesta al País, que resultó histórico, y que se titulaba Antes de que sea tarde, hecho público el 16 de diciembre de 1981.

En el documento Antes de que sea tarde, que tiene el subtítulo "Llamamiento y propuesta a la Nación", la Multipartidaria adoptó el estilo de redacción de la Constitución Argentina en el que denunciaba el curso de "desintegración nacional" que estaba sufriendo el país, se criticaba la represión y "desconocimiento de los derechos humanos en las acciones regresivas y por la justicia nunca satisfecha de miles de desaparecidos cuyos destinos se ignoran". Realizaba también una extensa 60

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crítica de la política económica, social y cultural. Pero por sobre todas las cosas el documento establecía un detallado programa de gobierno común, en las áreas político-institucional, económica, social, educativa-cultural e internacional.

Muchas de estas pautas fueron asumidas por los partidos políticos como acuerdos básicos, una vez recuperada la democracia el 10 de diciembre de 1983.

En 1982 la Multipartidaria, por acuerdo con la Confederación General del Trabajo (CGT) que venía realizando actos callejeros contra la dictadura militar desde el año anterior, así como con los partidos políticos adherentes y las organizaciones de derechos humanos y estudiantiles, tomaron la decisión de comenzar una amplia movilización pacífica para el inmediato establecimiento de un régimen democrático.

De ese modo se concretó la movilización del 30 de marzo de 1982, una de las más importantes de la historia argentina, en la que más de 100.000 personas en la Ciudad de Buenos Aires y numerosos grupos en las principales ciudades del país, marcharon contra el gobierno militar, reclamando democracia ya. En la Ciudad de Buenos Aires, la marcha se propuso llegar a la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, pero el gobierno militar dio la orden de impedir la llegada de la multitud a la plaza y reprimió ferozmente la manifestación, desencadenando una batalla campal que se extendió durante toda la tarde y que terminó con miles de detenidos, entre ellos los dirigentes sindicales convocantes.

La marcha tomó por sorpresa al gobierno militar y a la prensa en general, significó un éxito rotundo del movimiento de resistencia contra la dictadura militar y un duro golpe para la Junta de Comandantes.

Tres días después, el 2 de abril de 1982, el gobierno militar tomó las Islas Malvinas (Falklands), en un acto unilateral que constituyó la primera y única vez en que el Reino Unido fue invadido,1 dando origen a la Guerra de las Malvinas.

Muchos analistas han considerado que la invasión de las Islas Malvinas fue un acto desesperado del gobierno militar, ante la presión de la población civil, y sobre todo frente al abierto activismo de las organizaciones de derechos humanos, los sindicatos, la Multipartidaria y los estudiantes. Lo cierto es que el plan de invasión se venía confeccionando desde diciembre de 1981 y que la flota naval que invadiría las islas partió de su base en Puerto Belgrano, ese mismo día 28 de marzo. También existen indicios de contactos entre los militares argentinos y el gobierno norteamericano orientados a dar

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curso a la invasión. La toma de las Islas Malvinas modificó de raíz la dinámica del conflicto político en Argentina. La población apoyó masivamente la acción militar.

En la Multipartidaria se abrieron al menos tres posiciones: 





El ala más conservadora, encabezada por Carlos Contín, presidente la Unión Cívica Radical, sostuvo que la Multipartidaria debía postergar sus reclamos democráticos y sociales y apoyar la acción diplomática del gobierno militar.

La postura anterior produjo un fuerte enfrentamiento dentro de la Multipartidaria. Un sector mayoritario decidió apoyar la recuperación de las Islas Malvinas y las tratativas diplomáticas para consolidarla, pero exigir asimismo la conformación inmediata de un gobierno civil y la democratización definitiva del país. La mayor parte de estos dirigentes (Oscar Alende, Carlos Auyero, Arturo Frondizi, Torcuato Fino, Inda y otros) incluso concurrieron a las Islas Malvinas en un avión militar a manifestar públicamente su apoyo a la recuperación de las islas.

Otro sector minoritario, encabezado por el radical Raúl Alfonsín, no solo se opuso a postergar los reclamos democráticos, sino que además se opuso a apoyar la toma de las islas y las negociaciones diplomáticas que se abrieron luego.

La Multipartidaria como tal apoyó la recuperación de la soberanía sobre las islas, pero sin dejar de reclamar el retorno de la democracia. Propuso formar un gobierno civil durante el conflicto, pero la propuesta fue categóricamente rechazada por el gobierno militar. Por otra parte, la Multipartidaria no organizó actos de apoyo a la toma.

Producida la rendición en Malvinas el 14 de junio de 1982, el gobierno militar dirigido por el general Galtieri colapsó.

Asumió entonces, luego de un breve interregno, Bignone, que comprendía que su única posibilidad era entregar el poder a los civiles y que en esa transición debía negociar con la Multipartidaria una amnistía.

Para entonces, se había fortalecido el sector que se opuso a la toma de las islas, en el que se destacaba Raúl Alfonsín, y la Multipartidaria había endurecido su posición rechazando toda posible amnistía para emprender una acción decidida por elecciones libres y sin condicionamientos.

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El 16 de diciembre de 1982, la Multipartidaria, junto a la CGT, a las organizaciones de derechos humanos y estudiantiles y a los demás partidos políticos, organizó una nueva marcha masiva, en la que fue asesinado desde un automóvil Ford Falcon verde (que caracterizaba el accionar de los grupos represores clandestinos) el obrero salteño Dalmiro Flores, perteneciente al sindicato de SMATA (Mecánicos).

(3) “El Balcón”, por Silverio Enrique Escudero, Diario Comercio y Justicia, 15 de Diciembre de 2010.

( 4) El grupo de la Juventud Peronista de Córdoba –uno de los propulsores de la Mesa de Juventudes Políticas-, que tenía su sede en calle Santa Fe 36, barrio Alberdi, no renegaba de ese nombre; recordaba la historia de lucha de la juventud dentro del movimiento peronista, desde la época de la resistencia, no solamente durante la década del setenta. La JP se destacó por su lealtad al líder, el General Perón, por sobre las estructuras partidarias y sindicales, y por su combatividad en contra de los gobiernos dictatoriales. Se consideraba la izquierda dentro del dispositivo de lucha del movimiento peronista.

Querían además que se los reconozca como Cuarta Rama del Movimiento, tal como lo hiciera el General Perón en la década del setenta, lo cual hubiera significado obtener autonomía respecto de las políticas partidarias. Reivindicaba al Movimiento Revolucionario de la Juventud Peronista, fundado por Gustavo Rearte.

EDUARDO CÉSAR “LALO” BARRIONUEVO provenía del nacionalismo. Fue secretario del Consejo Provincial de la Juventud Peronista y formó parte del Secretariado Nacional. Militante de la Seccional 11ª. Fue Presidente del Banco de la Gente, Presidente de la Inspección de Sociedades Jurídicas en el gobierno de De la Sota y, actualmente, es Presidente del Tribunal de Cuentas de la Provincia, fue pre-candidato a Intendente por la ciudad de Córdoba y actualmente integra la lista de candidatos titulares para el Tribunal de Cuentas de la Provincia, por Unión por Córdoba, Lista A529, que postula por tercera vez como Gobernador a José Manuel De la Sota.

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VÍCTOR “BITÍN” MONTESCO provenía de las Brigadas de la Juventud Peronista, de la Mesa del Trasvasamiento Generacional. Es maestro y actualmente está jubilado. Nunca tuvo un cargo político. Hoy se lo vincula al grupo GRR, que lidera un viejo dirigente peronista, Jorge Rulli, ex integrante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), relacionado a la lucha por el medio ambiente.

MARIO ARRIETA provenía de las Juventudes Peronistas Regionales de Villa Dolores. Es abogado laboralista.

RAÚL POSADAS era de la Juventud Universitaria Peronista “Lealtad” y luego militó en forma independiente. Falleció siendo joven.

RICARDO HERNÁNDEZ era militante de la Seccional 3ra. Es bioquímico, fue gremialista de ATE -en la Línea de Víctor de Genaro- en Mar del Plata y formó parte del Secretariado Nacional de dicho gremio. Integrante del Movimiento Peronista Auténtico (MPA), fue Sub Director de Salud Pública durante la intendencia de Luis Juez y actualmente dirige el Proyecto Operación Milagro, de la Clínica Cooperativa de Salud Junín, en virtud del cual han operado de cataratas en forma gratuita a más de 1500 personas carentes de recursos.

ALEJANDRO MAROCHI y JUAN LUNATTI fueron referentes en Córdoba de la Revista Jotapé, que dirigían a nivel nacional Claudia Peiro y Daniel Llanos. Militaba también ROBERTO REALE, abogado, quien fue Secretario Legal y Técnico del

Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba y actualmente se desempeña en el Tribunal de Cuentas Municipales.

El que escribe este libro, EDUARDO ALBERTO PLANAS, abogado, 56 años, fue integrante por dos meses del Frente Estudiantil Nacional (FEN) en la Facultad de Derecho; militó luego en forma independiente y fue fundador de la Juventud Peronista-Santa Fe 36 y, después, de la Juventud Peronista para la Liberación Nacional. Empleado judicial, fundó la Agrupación Judicial Peronista, tuvo militancia gremial en la Asociación Gremial que los nuclea (AGEP), participando en la conformación del Cuerpo de Delegados en la época de la dictadura militar en 1982; en 1983 fue candidato a Secretario Gremial por la Lista Blanca, que nucleaba a todo el peronismo judicial más integrantes del Partido Socialista Popular, el Partido Intransigente, la Democracia Cristiana, la Agrupación Franja Morada y sectores de izquierda independiente.

Posteriormente, en 1987 fue candidato a Secretario General por la Lista Verde, que se integró con todos los sectores progresistas de empleados judiciales. Participó de la histórica toma de Tribunales en 1989.

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Militaba en este grupo desde los inicios MIGUEL BERROTARÁN, quien luego fue Secretario General de la Asociación Bancaria y uno de los denunciantes en contra del ex gobernador Dr. Eduardo César Angeloz, por enriquecimiento Ilícito, delito por el que fue procesado en su momento y luego, absuelto. Berrotarán fue Concejal por el juecismo. También fue militante GUSTAVO NÚÑEZ, Secretario Gremial de la AGEP durante muchos años y actualmente es Vocal del APROSS, ex Ipam.

Este grupo de JP tuvo un entredicho público con Tránsito Rigatusso, a quién llamó “Interventor Militar” en el justicialismo. Rigatusso tenía su “pollito” para la JP: el joven RAÚL LAFRANCONI, socio de su estudio jurídico. Ambos estuvieron acusados después de “pasar una lista” de alumnos a las autoridades militares mientras Rigatusso era interventor en el Colegio Nacional “Manuel Belgrano”. Ambos fueron sobreseídos y Rigatusso inició querella por calumnias a la denunciante Sonia Torres, quien también resultó absuelta. En la sentencia se habría probado la existencia de dicha lista. Lafranconi fue nombrado en 1995, por el Gobernador Ramón Mestre Vocal del Tribunal Superior de Justicia.

(5) La Juventud Peronista para la Liberación Nacional fue un desprendimiento del grupo de Santa Fe 36. Dirigida por EDUARDO ALBERTO PLANAS, MARIO ARRIETA, RAÚL POSADAS, con la incorporación de otros dirigentes, como ALEJANDRO DANTE MAROCHI, JUAN LUNATTI, ROBERTO REALE Y RICARDO HERNÁNDEZ, editaban una revista titulada Año 2000, Unidos o dominados. Reivindicaban la campaña del “Luche y vuelve” del 73, donde tuvo protagonismo “la gloriosa JP”, mayoritariamente enmarcada dentro de las Regionales que –en su momento- a nivel nacional lideró JUAN CARLOS DANTE GULLO -actual diputado nacional por el kirchnerismo- y a nivel provincial por MIGUEL ÁNGEL “CHICATO” MOZE, asesinado en la Unidad Penitenciaria nº 1. Entendían al peronismo como un Movimiento de masas, un movimiento de liberación nacional.

Aparte de estos grupos, en la década del 80 existían otros en la Juventud Peronista de Córdoba, como los de Encuadramiento, liderados por D´ALESSANDRO y entre sus militantes se contaban el NEGRO GOMEZ y FÉLIX LÓPEZ AMAYA, quién luego fuera apoderado del Partido Justicialista y funcionario del gobierno de De la Sota. Estaban también los jóvenes seguidores de la Revista Línea, dirigida por el historiador José María Rosa; los de la Lista Rosa del PJ, un conglomerado de ex jotaperras y juventud sindical, liderados por Lobos, y los nucleados en la Lista Blanca, entre ellos 65

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CARMEN BERCOVICH RODRÍGUEZ y los hermanos Fernández, entre otros. La mayoría de los grupos se integraron a la

Renovación Peronista, liderada por José Manuel de la Sota, en la famosa Lista Verde.

Como grupo de JP, De la Sota contaba -en ese momento- al dirigido por DANIEL Y MARCELO CÁCERES. Este último fue luego también integrante de las juventudes políticas a nivel provincial, concejal y diputado provincial, luego pasó a las filas del juecismo, siendo Secretario de Gobierno del ex intendente.

El Grupo de Trabajo de Derecho estaba integrado por CARLOS TORRES, JORGE GARCÍA, CLAUDIA BARELLI, HÉCTOR “CHIROLA” DAVID Y GUSTAVO NIEVAS, entre otros, vinculados con la Revista Libro Unidos, de Buenos Aires, que lideraba en ese entonces un joven CARLOS “CHACHO” ALVAREZ. Luego formaron Federalismo y Liberación, la corriente interna que a nivel nacional presidía Carlos Menem -quien en esa época estaba dentro de la Renovación- y a nivel provincial lo hacía Leonor Alarcia, una ex dirigente de la UCRI devenida en justicialista, quien era una verdadera madre para Menem.

CARLOS TORRES era empleado judicial. Tras el triunfo de Menem ocupó el cargo de Sub Secretario de Transportes en su gobierno y luego de Fiscal Federal en los Tribunales de Córdoba. Falleció en un accidente automovilístico.

HÉCTOR “CHIROLA” DAVID era dirigente estudiantil. Fue secuestrado en el año 1985 por grupos parapoliciales y liberado en el Dique Los Molinos. Tuvo gravitación en el Gremio de los trabajadores judiciales. Posteriormente fue nombrado Ministro de Justicia del gobierno de De la Sota y Defensor del Niño, la Niña y el Adolescente del actual gobierno de Schiaretti.

GUSTAVO NIEVAS, empleado judicial, fue integrante de la agrupación judicial peronista, teniendo gravitación en la lista verde. Después renunció y tuvo actuación en el ámbito nacional durante el gobierno de Carlos Saúl Menem. Regresó a Córdoba y se desempeñó en su profesión de abogado. Posteriormente fue nombrado Fiscal de Instrucción. Se lo involucró en un proceso por estafa y otros ilícitos, vinculados con su función, siendo condenado a cuatro años de prisión; hace poco tiempo salió en libertad condicional.

La Renovación Peronista fue un intento de seducir al electorado luego de la derrota de 1983, con un cambio metodológico y de imagen, pero se quedó en ello, no profundizando el debate en relación al proyecto político, que rescatara al

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peronismo para el campo nacional y popular. Al contrario. Muchos renovadores pasaron después a integrar el gobierno de Menem, como fue el caso de José Luis Manzano, por ejemplo.

La Juventud Peronista de Intransigencia y Movilización estaba liderada por FERNANDO MASON, MANZANO y otros dirigentes como ARGUELLO (a) “Pepino” -de la Agrupación Fernando Alderete de la Seccional 13- y el Peronismo Universitario, liderado por “LEÓN” GONZÁLEZ OLGUÍN donde estaba el “NEGRO” BUSTOS (fallecido), que era miembro de la FUC. Militaba también en ese entonces CLAUDIO OROSZ, actual apoderado de H.I.J.O.S, querellante en el juicio contra Menéndez y contra Videla por los fusilados de la Unidad Penitenciaria Nº 1 por el que fueron condenados. Es candidato a Diputado Nacional por Nuevo Encuentro.

Posteriormente la JP se reorganizó dentro del Partido Justicialista. En 1987 LUIS JUEZ fue nombrado Presidente por José Manuel de la Sota, "sin elecciones de por medio" (según él mismo lo señala en su página oficial). No obstante ello, la Juventud Peronista presidida por Juez se pronunció en contra de los indultos dictados por Menem a los militares genocidas, lo cual le valió un “reto” de las autoridades partidarias.

Hoy la Juventud Peronista es parte integrante del aparato burocrático del Partido Justicialista y participa de la estructura partidaria con su propia integración.

Para consultar mayores datos sobre la historia de la Juventud Peronista: -GILLESPIE, Richard. Montoneros, Soldados de Perón, Grijalbo, 1974.

-SALAS, Ernesto. Uturuncos, El origen del a guerrilla peronista, Ed. Biblos.

- TARUELLA, Alejandro. Guardia de Hierro, De Perón a Kirchner. Bs. As., Sudamericana, 2005.

- GRUPO DE CINE LIBERACIÓN. Perón y la Revolución Justicialista. Guión de esta película.

- BARONE, Luis A. Los malditos caminos. Documental. Universidad de Lanús, 2003.

(6) RAÚL CINGOLANI era un militante de base de capital de la Juventud Radical, muy comprometido e ideológicamente esclarecido.

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Fue Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad, cuando el intendente era Ramón Mestre, y quien inició la excavación en el Cementerio San Vicente en busca de restos de los detenidos desaparecidos; también investigó todo lo relativo a los NN que figuraban enterrados. Se mantuvo siempre coherente con sus ideas.

Compañero del colegio secundario del autor de este libro, a pesar de militar en partidos políticos diferentes nos unían más cosas de las que nos separaban. Conformamos el Centro de Estudiantes del Colegio Peña, hicimos allí dos tomas en solidaridad con la lucha de los docentes del Sindicato de Educadores Privados de Córdoba (SEPAC) y por los Mártires de Trelew, en aquel nefasto 22 de agosto de 1972. Cingolani falleció hace dos años.

JORGE CEBALLOS, así como otros dirigentes, posteriormente se fue del PI para conformar Patria Libre y luego Barrios de Pie; todos ellos estuvieron relacionados con la Coordinadora Kirchnerista y después fundaron Corriente Libres del Sur. Integran el Frente Proyecto Sur de Pino Solanas, junto con Humberto Tumini, Jorge Pereyra (Partido Comunista Congreso Extraordinario), Jorge "Quito" Aragón (Agrupación Martín Fierro), Cecilia Merchán (Red de Mujeres Solidarias), Nahuel Beibe (Frente Barrial 19 de Diciembre) y Marcelo "Nono" Fondizi (Agrupación Envar el Kadri), entre otros dirigentes.

HORACIO MANSUR (h) sigue siendo demócrata cristiano y fue funcionario del Gobierno de De la Sota y lo es de Schiaretti.

EL “PUCHO” VACA MARTÍNEZ sigue militando en el Partido Comunista. Este partido realizó una autocrítica muy profunda a fines de los 80, sobre lo sucedido en la década del setenta. Formaron Izquierda Unida y otros frentes electorales de izquierda, integraron el Frente Nuevo con Luis Juez y en el último acto de Cristina Fernández de Kirchner en Córdoba se vio la bandera roja enorme del Partido Comunista.

ANTONIO MUÑOZ es periodista y tiene un proyecto dedicado a documentales sobre pueblos originarios y sectores populares llamado El Cuarto Patio. (www.elcuartopatio.com) PEDRO SALAZAR es actualmente Juez Civil en la Ciudad de Rio Tercero.

STRASSORIER es Juez de Control de la ciudad de Villa Carlos Paz. MÓNICA SABATTINI y JORGE PÁEZ MOLINA tuvieron militancia en la Agrupación Franja Morada y en el Movimiento creado por Carlos “Flaco” Vicente cuando este rompió con el radicalismo. En el ámbito gremial de los trabajadores judiciales, compartieron la Lista Verde en 1987 encabezada por el autor de este libro.

VISANI es médico y estuvo con Raúl Giménez, del programa La Hora de los Galenos, en el Frente Cívico de Luis Juez.

CARLOS VICENTE se alejó del radicalismo. Actualmente está dentro del espacio kirchnerista siendo candidato a Intendente por la ciudad de Córdoba por Nuevo Encuentro LUCIO PRADO es abogado y está radicado en Río Tercero.

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MIGUEL ANGEL ORTIZ PELLEGRINI se fue del radicalismo, luego de haber sido Fiscal General durante la gestión del gobernador Mestre, y fue legislador por el juecismo. Posteriormente renunció a la bancada.

JOSÉ “PEPE” MÁRQUEZ es abogado. Lidera actualmente Cristianismo y Liberación, ocupando un espacio dentro del kirchnerismo “puro” cordobés, junto con Iniciativa Popular, integrada por AURELIO ARGAÑARAZ y otros ex integrantes del Partido de la Izquierda Nacional, además de sectores peronistas que conformaron para las elecciones de 2011 el Frente Unidad Popular y Humanista, al no aceptar la integración con Unión Por Córdoba.

AURELIO ARGAÑARAZ es candidato a Legislador Departamental por el Frente mencionado, Lista A544, para las elecciones del 7 de agosto de 2011, siendo postulado como gobernador EDUARDO LUIS GONZÁLEZ OLGUÍN. Unión por Córdoba está conformada entre otros, por el Partido Justicialista, la UCEDE de los Alsogaray, Recrear de López Murphy, el mini-partido de Domingo Cavallo, y el Partido Demócrata Liberal; también participan la Democracia Cristiana y otras agrupaciones menores.

LAURA SESMA era militante del Movimiento Nacional Reformista, rama universitaria juvenil del Partido Socialista Popular, que fuera fundado -en la década del 70- por Guillermo Estévez Boero, de Santa Fe. Fue concejal. Luego dicho partido se fusionó con el Partido Socialista Democrático, refundando el histórico Partido Socialista. Actualmente se alejó del socialismo y es candidata a Intendente para el 7 de Agosto de 2011 por la Coalición Cívica -Afirmación para una República Igualitaria - (ARI) que, a nivel provincial, postula a Griselda Baldata como gobernadora y a nivel nacional está liderado por “Lilita” Carrió.

Del Ingeniero BLANCO nada se sabe. Habría sido contratado por la empresa que construyó la represa de Yacyretá-Apipé.

MIGUEL E. RUMIE VITTAR en la actualidad es candidato a Gobernador por el Partido Intransigente, Lista 6, para las próximas elecciones del 7 de Agosto de 2011.

De MARIO NEGRI Y CARLOS “GORDO” BECERRA nada se puede decir, habida cuenta de que su trayectoria pública es ampliamente conocida. Sólo agregar que el primero fue militante de Franja Morada, presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, empleado judicial, compartiendo una feria de enero con el autor de este libro.

(7) El comienzo de la nueva era democrática argentina, al menos en lo que respecta a su hacienda, tuvo a Bernardo Grinspun como Ministro de Economía. Fiel a las ideas que lo habían formado como economista y militante radical, pregonó un crecimiento a toda costa de la economía nacional. Grinspun siempre fue de la vieja guardia. Rígido en sus esquemas, 69

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nunca cambió. Para bien o para mal, decía que la ética y la moral eran valores supremos para defender la soberanía nacional. Tenía la visión de los viejos fundadores de la CEPAL. Concretamente, basadas estas premisas en el desarrollo nacional, fomentando el modelo de sustitución de importaciones propio al desarrollado por la CEPAL- contra la valorización financiera y la destrucción productiva llevada a cabo por el predecesor gobierno de facto.

Ante la conflictiva realidad social, Grinspun intentó conciliar los distintos clamores sectoriales -claramente disímiles unos de otros- y armonizarlos, llegando por este medio a saldar y lograr, simultáneamente, la estabilidad de precios. (…) Ante los incrementos nominales de salarios otorgados por el gobierno para paliar los aumentos inflacionarios e incentivar la demanda interna, podría decirse que la respuesta empresaria tuvo matices de cautela. En cuanto al control del nivel de precios, los agentes externos al Estado hicieron caso omiso a las directivas establecidas desde la cartera económica. Consecuentemente a esto, una nueva alza de salarios debió establecerse para así poder equiparar los ingresos argentinos a la suba de precios (intentando mantener el salario real).

Es preciso recordar que gran caudal del capital productivo residente en aquellos momentos estaba conformado por capitales extranjeros, los cuales intentaban sortear los designios gubernamentales (influyendo en el nivel de precios, amenazando con retirarse del país ante una eventual coyuntura económica desfavorable per se). Es apropiado tener en mente el proceso de desindustrialización que tuvo lugar precedentemente, en donde se benefició únicamente a los capitales extranjeros situados dentro de las fronteras nacionales, así como a un pequeño grupo sectorial conformado por grandes grupos empresarios operantes económicamente a través de la especulación financiera. (…)

Se estableció el plan alimentario nacional [P.A.N.] para asistir a las familias de menores ingresos y presupuesto incorporando una reducción de los gastos militares y el aumento de los fondos destinados a la educación y la salud.

Respecto de la deuda externa, mientras se negociaba con el FMI. y con los bancos acreedores, se dispuso la suspensión de los pagos hasta el 30 de junio de 1984. Entre las medidas de largo plazo se promovió un régimen más amplio de fomento a las exportaciones. (…) El Estado nacional adoptó -o quiso adoptar en un sentido quizá más adecuado a lo que acaeció en el plano de la realidad social- una serie de medidas tendientes a lograr el desarrollo de la macroeconomía nacional, intentando recuperar niveles adecuados de salario real, una leve suba impositiva como fuerte combativo del déficit fiscal,

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acompañado esto por un control general de precios; al mismo tiempo en que se intentaba llevar a cabo cierta modificación en la cuantiosa deuda externa asumida como pública durante los años de facto. (…)

El agotamiento en 1981, todavía durante la dictadura militar, de la política sustentada en el enfoque monetario de balanza de pagos -que instaló la valorización financiera como núcleo central de la economía argentina- dio lugar a una crisis estructural en el sector externo, debido a la magnitud que alcanzó la deuda externa argentina.

Ante esta situación, como bien refiere Ferrer, las alternativas a adoptar por el Ministerio eran dos: confrontar con los acreedores externos intentando una suspensión en el pago del monto adeudado a raíz de la declaración de la misma como inconstitucional. Ahora bien, los mismos acreedores deberían, por su parte, reconocer tal disposición y dejar sin efecto el monto prestado -situación poco probable a ciencia cierta-. El otro camino consistía en establecer un cronograma de pagos acorde a las posibilidades del país -teniendo en cuenta su capacidad productiva, su nivel de ingresos y los saldos de la balanza de pagos-. Por ello, el gobierno radical debió iniciar gestiones con los acreedores externos en forma inmediata, ya que el acuerdo previo se había interrumpido pocos meses antes debido a la impugnación política, social y finamente judicial a los acuerdos establecidos por la dictadura militar.

Parte de estas medidas de confrontación utilizadas en un principio consistieron en sostener, en palabras de Basualdo: “(…) que los acreedores externos eran corresponsales del endeudamiento nacional; por ende debían establecerse quitas en el capital y una disminución de las tasas de interés nominal, de forma que, en términos reales, se equiparen a las vigentes antes de la crisis del petróleo.”

Para el gobierno nacional, el conflicto en cuestión se encontraba apuntalado en una problemática política, la cual debía ser analizada directamente con las entidades bancarias acreedoras, excluyendo al Fondo Monetario Internacional de la cuestión. Pero como explica Eduardo Basualdo: “(…) la banca acreedora, los organismos internacionales y las autoridades norteamericanas reclamaban el acuerdo previo de FMI y que se afrontara el pago de los intereses adecuados. A su vez, dentro de los planes de Grinspun se encontraba el de conformar un Club de deudores quienes pudiesen negociar en bloque con los acreedores internacionales. El fin de este ente se centraba en obtener una mayor fortaleza al momento de las conversaciones entabladas en torno a los empréstitos asumidos; plan que, lamentablemente, nunca pudo concretarse.”

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La idea, obviamente, fracasó. Grinspun, años más tarde y ante sus íntimos, culpó a Enrique Iglesias, del BID, quien se habría encargado de llamar a sus futuros socios para abortar la iniciativa.

La situación argentina no mejoraba, a la vez que los plazos se acotaban cada vez más -acercándose al día de entrada en moratoria, 31 de marzo de 1984-. Ante esta natural presión temporal, pudo cerrarse - en palabras del autor ya citado- un "salvataje" económico a favor de nuestro país. Explica sus características Eduardo Basualdo: “Se trató de un acuerdo en el que cuatros países latinoamericanos aportaban fondos (por un lado, México y Venezuela, con 100 millones de dólares cada uno y por otro, Brasil y Colombia, con 50 millones de dólares en cada caso), la banca extranjera 100 millones de dólares y la Argentina idéntica suma, proveniente de sus reservas de divisas.

Al mismo tiempo, la Argentina se comprometía a iniciar, dentro de los 30 días, negociaciones con el FMI para concretar un eventual acuerdo.

Como anteriormente fue mencionado, la posibilidad de concretar un ente que reuniese a todos los países deudores de Latinoamérica se vio frustrada, por lo cual nuestro país debió iniciar las pertinentes negociaciones por su cuenta. Dentro de este marco, la Argentina "envió una carta de intención unilateral” al FMI. Aquella epístola fue rechazada por el eventual organismo, debido a que -en clara contraposición a los designios internacionales- no concordaba con los deseos de los acreedores externos, así tampoco con los del Fondo Monetario. Esto, junto a un nuevo salvataje realizado entre la banca extranjera y el Estado argentino -en pos de salvaguardar una posible entrada en mora de la República Argentina en cuanto al pago del monto adeudado-, tuvo un alto costo político para el encargado de la hacienda nacional puesto que sus premisas no habían obtenido las consecuencias esperadas tanto por la ciudadanía argentina como así tampoco por el Jefe de Estado.

Las críticas no se hicieron esperar, ante el eventual fracaso en las negociaciones internacionales. El resultado de la falta de consenso interno -así como la imposibilidad de conformar un bloque negociador que incluyese a todos los países latinoamericanos- redujo las posibilidades reales de llegar a buen puerto empleando una estrategia fuerte como la llevada a cabo por Bernardo Grinspun.

En febrero de 1985 fue reemplazado en su cargo de Ministro de Economía por Juan Sourrouille, quien tiempo después sería el ideario del llamado Plan Austral. Autor: Agustín Garrido. Para mayores datos ver: (www. monografías.com S.A.) 72

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(8) Para un mejor conocimiento del tema ver: -1 PPP 6822 // Treinta años después: Reflexiones críticas sobre el pasado y el presente de la Revolución Popular Sandinista.

Organizer: Héctor M. Cruz Feliciano -Chair(s): Héctor M. Cruz Feliciano. La solidaridad argentina con la Revolución Popular Sandinista.

-FERNÁNDEZ HELLMUND, Paula Daniela. El caso de Partido Comunista de la Argentina. Un análisis en clave antropológica.

Programa de Historia Oral, Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Buenos Aires) Departamento de Humanidades (Universidad Nacional del Sur) Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales (CEISO) Becaria CONICET. fernandezpaula81@gmail.com Título oficial: Profesora y Licenciada en Ciencias Antropológicas.”Preepared for delivery at the 2010 Congress of the Latin American Studies Association, Toronto, Canada October 6-9, 2010". ("Preparado para presentar en el Congreso 2010 de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Toronto, Canadá, del 6 al 9 de octubre de 2010").

(9) Historia de las organizaciones de ex soldados combatientes. En www.monografias.com. Historia.

(10) “Alrededor del 20 de junio, el gobierno tenía que entregar al FMI su carta de intención. El MOJUPO decidió que una movilización ayudaría al gobierno a tomar una actitud más firme frente al Fondo. Entonces llamó a una marcha para el 22 de junio, con estas consignas: “Contra las presiones del FMI y la usura internacional”, y “Por la unidad de los pueblos latinoamericanos, contra la agresión imperialista”. Nuestro partido planteaba que una de las consignas tenía que ser también “Abajo la carta de intención”.

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Aunque nuestra propuesta no fue aceptada, igual concurrimos y marchamos bajo las consignas: “Abajo el FMI”, “Que el gobierno retire su inconsulta ‘Carta de intención’, “Hagamos como en Bolivia: suspendamos el pago de la deuda y aumentemos los salarios”.

La marcha fue multitudinaria e incluso concurrió un sector de la Juventud Radical que verdaderamente pensaba que, con su presencia, ayudaba a Alfonsín. Esa actitud les provocó más tarde una reprimenda por parte del propio presidente” (Nahuel Moreno, en Conceptos políticos elementales).

(11) Decimos de la dictadura militar iniciada el 24 de Marzo de 1976 porque el primer desaparecido en nuestra historia sería Felipe Vallese, obrero metalúrgico y delegado de la fábrica TEA. Tenía 22 años. Militaba en el frente juvenil de la resistencia peronista. El 23 de agosto de 1962, junto a un grupo de compañeros, fue secuestrado por una patota de la Unidad Regional de San Martín. La implacable redada incluía a su hermano Italo, Francisco Sánchez, Osvaldo Abdala, Elba de la Peña, Rosa Salas, Mercedes Cerviño de Adaro, Felipe Vallese (h) de 3 años de edad y dos niñas de 8 y 10 años, hijas de una de las detenidas. A Vallese lo indagaban por el militante de la Juventud Peronista Alberto Rearte. “¿Dónde está Rearte?” insistían y era el eco trágico del “¿dónde está Tanco?” de la Operación Masacre de 1956. Felipe Vallese nunca apareció, ni vivo ni muerto. Su cuerpo fue ocultado como el de Eva, “gloriosa y doliente muchacha” (Marechal).

Su mejor elogio surge del comunicado policial: “Los detenidos tenían abundante propaganda peronista-comunista, panfletos cuyos títulos decían ‘Contra los préstamos del F.M.I. que atentan contra la soberanía del país’ y ‘No queremos préstamos que engorden a los enemigos del pueblo’. Firmado: Juventud Peronista”.

Felipe Vallese se erige así en paradigma viviente de la resistencia peronista: las consignas políticas que como militante vindicaba, su condición de víctima de desaparición forzada e involuntaria, la impunidad ejercida desde el Estado, la aterradora precisión de los testigos de su martirio y la incesante lucha por mantener la memoria del desaparecido. No hay juventud peronista de los 70 sin resistencia peronista y la resistencia fue obra de compañeros anónimos de todas las edades y profesiones. No eran, ciertamente, aprendices de brujos hegelianos operando para sustituir los signos, para dessignificar a Perón. La resistencia, por lo tanto, nos sigue interpelando y peticiona urgente vindicación.

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Paco Urondo intuyó la complejidad de los tumultos peronistas y de la historia de nuestro movimiento. Quizás por eso incluyó el caso Vallese en su novela Los pasos previos. Sin saberlo, describió en él a otros miles y a la matriz del tiempo venidero. Rodolfo Walsh la consideró: “Una crónica tierna, capaz que dramática, de las perplejidades de nuestra intelligentzia ante el surgimiento de las primeras luchas populares”. Publicada en 1974, prefiguraba el debate intelectual de los sesenta en toda América. (Jorge Torres Roggero - http://confusapatria.wordpress.com/autor/) Otros dicen que el primer desaparecido sería Juan Ingallinela, (* Rosario, provincia de Santa Fe, (Argentina); 1911 –† íbidem; junio de 1955). Ingallinela fue un médico y político militante en el Partido Comunista que fue detenido por la policía el 17 de junio de 1955 y murió al ser torturado sin que nunca apareciera su cuerpo, en un hecho que tuvo vasta repercusión conocido como El caso Ingallinela. A raíz de la investigación realizada se condenó a quienes fueron autores materiales del hecho, pero el cuerpo nunca fue hallado, por lo que algunos lo consideran el primer desaparecido de la historia argentina.

Por su parte, el primer desaparecido registrado por la Conadep es Tacuarita. Se trata Angel Enrique Brandazza, un estudiante y militante social que, en sus primeros años de juventud en Venado Tuerto, al sur de Santa Fe, había integrado grupos católicos y que luego de cursar la secundaria en el tradicional Colegio Sagrado Corazón se trasladó a Rosario para estudiar Ciencias Económicas, donde comenzó a militar en la Unión de Estudiantes del Litoral, una agrupación universitaria peronista, que integraba la Unión Nacional de Estudiantes. Tacuarita era reconocido entre sus pares de militancia, por su fuerte trabajo solidario en los barrios marginales de Rosario.

El 28 de noviembre de 1972 en la esquina de Oroño y Córdoba, de la ciudad de Rosario, Brandazza, de 23 años, fue visto por última vez, ya que lo secuestraron integrantes de un comando dependiente del Segundo Cuerpo del Ejército. El secuestro y desaparición de Brandazza sucedió durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse y fue un aviso del terrorismo de Estado que reinaría durante la dictadura que se instauró en 1976. “¡Soy Brandazza, me secuestra la policía!” Ese fue el último grito en búsqueda de salvación y como denuncia de lo que estaba padeciendo, mientras lo introducían en un Ford Falcon.

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Según el médico Miguel Ángel Hadad, Brandazza falleció allí a raíz de las torturas el 29 de noviembre de 1972, al día siguiente de su secuestro. Dos policías rosarinos señalaron como el responsable de las torturas hasta la muerte de Brandazza, al coronel de Inteligencia del Ejército Luis Alberto Sarmiento, padre de la jueza María José Sarmiento.

(12) Foto MOJUPO: http/ tirando almedio.blogspot.com PATRICIA BULLRICH LURO PUEYRREDÓN. Descendiente de una tradicional familia que conformaba el “patriciado” argentino, militó en la Juventud Peronista - Regionales. Su hermana, Julieta Bullrich, era la mujer del líder de la Juventud Peronista y montonero Rodolfo Galimberti, con quien se exilió en París durante la dictadura militar. Estuvo vinculada con el Partido Montonero Auténtico fundado por aquel y por Juan Gelman, en el exilio, el 9 de Junio de 1979. Pero ella lo niega en un reportaje en el diario La Nación. El periodista Juan Gasparini la cuestiona seriamente en su libro La Fuga del Brujo, Grupo Editorial Norma, 2005, como una de las encargadas de reclutar combatientes para la desastrosa Contraofensiva de 1979, en el famoso “animémonos y vayan”. Tras el exilio y con la vuelta de la democracia, fue Secretaria de Organización del Partido Justicialista de la ciudad de Buenos Aires. Estuvo vinculada con la Renovación Peronista, cercana a Cafiero, pero luego viró hacia el menemismo. En el año 1999, durante el gobierno de la Alianza de Fernando de la Rúa, ocupó el cargo de Secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.

Fue Ministra de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos y de Seguridad Social de la Nación. Preside el partido Unión por Todos, por el que fue candidata a la Jefatura de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires en una alianza con Recrear, partido neoliberal del ex asesor de Eduardo Angeloz, López Murphy. En el año 2007, el partido Unión por Todos se integró al frente Coalición Cívica de Elisa Carrió. Ese mismo año, Bullrich encabezó la lista en las elecciones de Diputados de la Nación Argentina por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por dicha coalición, donde resultó electa para el periodo 2007-2011.

Ver el links http://www.cedema.org/ver.php?id=240. Ver también el sitio:

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http://www.taringa.net/posts/info/6757791/Patricia-Bulrich_-Una-Equot_SaltinbanquiEquot_-de-la-Politic.html En la década del 80 militaba en la Juventud Peronista-Liberación en Capital Federal una joven dirigente: CLAUDIA BELLO, quien luego fue funcionaria del gobierno menemista.

(13) “Según indicó en declaraciones a este medio uno de los integrantes del grupo, Alejandro Eguiguren, ‘esta serie de reuniones sirven para intensificar el debate del Movimiento 5 de Junio, que nació hace más de cuatro años y que es la continuación de la Lista 1, con la que el MOJUPO (Movimiento de Juventudes Políticas) logró ganar la conducción de la COOPI’. (…) Si bien ahora la intención es hacer las reuniones con mayor frecuencia, periódicamente el movimiento siguió funcionando, y tiene como objetivo analizar la situación política y social del mundo para fijar posición, siempre teniendo como base los principios del cooperativismo’, precisó Eguiguren. Concretamente, el Movimiento 5 de Junio siempre buscó una cierta amplitud y generar ‘conciencia crítica’, por lo que –según trascendió- estaría entre los objetivos cercanos de este espacio la participación en las elecciones legislativas de octubre, posiblemente relacionándose con demás fuerzas políticas.

Consultado al respecto, Eguiguren puntualizó que la intención por el momento ‘no persigue fines electorales, ni municipales, ni provinciales, aunque sí tiene consideración y apoya las medidas sociales que toman los gobiernos. Por el momento la tarea será generar conciencia, aunque sí es real que buscamos darle más seriedad a la organización, y por eso estamos discutiendo una nueva forma organizativa’.

Asimismo, las fuentes consultadas señalaron que se pretende darle "continuidad" al movimiento y ‘ampliar la acción y la presencia del grupo’, que no sólo está integrado por trabajadores de la entidad carlospacense, sino también por profesionales y vecinos de la ciudad. En este marco, las actividades fuertes que haría la agrupación se iniciarían durante el próximo mes de marzo, con charlas, mesas de debate y paneles de opinión”.

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Publicado en: www.horatrecenoticias.blogspot.com (14) http://adrianscoppa.blogspot.com/2009_07_01_archive.html (15) http://www.laradio1029.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=1971&Itemid=27

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Opinión El Fin de la Militancia Gabriel D. Lerman “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”.

Karl Marx, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte

1. Las historias son muchas. En cada protagonista de aquel proceso anida un relato personal al respecto. Podría hacerse una narración coral donde zutano, mengano y fulano cuenten su experiencia. Del MOJUPO (Movimiento de Juventudes Políticas) al FREJUPO (Frente Justicialista Popular), de la primavera alfonsinista al Plan Primavera, del con la democracia se come, se cura y se educa al salariazo y la revolución productiva. Pero hete aquí que el proceso, la historia colectiva, es densa, profusa, y se inscribe en una época mayor, universal. Cómo decirlo, cómo escapar al relato impresionista o cómo apostar a las impresiones de una subjetividad que no puede escapar a las sensaciones, al drama personal, a la sujeción como individuo en una historia mayor.

2. La hipótesis es que amplios contingentes, predominantemente de sectores medios y urbanos –corte casi exclusivamente argentino y constante en lo que al tema de este artículo se refiere, ya se verá– reingresan en la militancia política de partidos desde aproximadamente un tiempo antes de Malvinas hasta fines de los ’80, jalonando la última experiencia 79

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política multitudinaria del siglo XX. Las historias son muchas, claro. Los grupos de estudio ligados a referentes intelectuales que se habían quedado en Argentina durante la dictadura son casos que, en cierto sentido, hicieron de las catacumbas o los encuentros culturales en instituciones comunitarias un arte de la resistencia a la censura y la represión.

Pero también las militancias clandestinas urbanas de sectores trotskistas florecieron en ese intermedio a veces ignorado por las periodizaciones salvajes que unen 1979 con 1981, esto es, el incipiente deshielo y la apertura del diálogo militarsindical, las primeras reuniones públicas de los partidos políticos tradicionales, las escaramuzas aisladas, los nuevos intentos estudiantiles en el colegio y en la facultad. Los peronistas estaban concentrados, como siempre, en el sostén y recuperación de las organizaciones sindicales y en la liberación de dirigentes como Lorenzo Miguel que, si bien blanqueados, habían estado presos desde 1976, y no escatimaban en materia de negociaciones con los militares. Los radicales creían, también como siempre, en el partido, y pedían cambios políticos como si con eso bastara para remontar la masacre que acababa de perpetrarse. La ciudad comenzaba a despertar de una pesadilla, como quien sale del quirófano tras una operación de cirugía mayor, literalmente. ¿Quedaba algo? Inscribir el momento en signos mayores, esto es, en lo que iba sucediendo en los países centrales, parece un exceso de retrospectiva. ¿Alguien suponía, en ese momento, que las políticas ultraliberales de Margaret Thatcher, el inminente triunfo de Ronald Reagan en Washington, el retiro norteamericano de los ámbitos multilaterales ligados al tercer mundo, la entronización como Papa del polaco Karol Wojtyla, la irrupción de Lech Walesa y Solidaridad en Polonia, el desgaste soviético en Afganistán, todo eso combinado, concatenado y/o sucesivo, a lo largo de la década que allí empezaba, desembocaría en el derrumbe de los “socialismos reales” y la implantación a full del neoliberalismo a escala planetaria? No. Ni Lorenzo Miguel ni Triaca ni Balbín ni Alende ni los jóvenes trotskistas de 1981 podían anticiparlo. Sin embargo, la dictadura produjo un giro que hundió a la Argentina y que definitivamente la entreveró con los vaivenes políticos mundiales, sumando muerte a la muerte, fracaso al dolor y 80

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estiércol a la sangre: invadieron las Islas Malvinas un 2 de abril de 1982 a la madrugada, poniéndose en pocas horas al cuello –porque las potencias demoraron poco en reaccionar– a los líderes de aquellos países que comenzaban a implantar la restauración conservadora. Una bazooka contra un mosquito, esa fue la correlación de fuerzas. Claro, no todo era derecha. También estaba Nicaragua y la revolución sandinista desde 1979, y un horizonte de cambio renovaba el repertorio de las izquierdas latinoamericanas, sumándose a la ya polémica Cuba. El eje Cuba-Nicaragua sería para los ’80 algo así como Cuba-Venezuela en la actualidad, sólo que el sandinismo no tuvo el petróleo del caribe venezolano, ni Chávez tiene la inyección asfixiante de la contra que tuvieron Ortega, Ramírez, Borge y Cardenal a manos de Estados Unidos. El Salvador del Frente Farabundo Martí, Colombia, la guerrilla y los narcos, el Perú de Sendero Luminoso y el gobierno aprista de Alan García serían otros signos políticos de los ‘80.

3. La derrota de Malvinas, humillación nacional mediante, desplomó a los militares argentinos y reabrió el proceso político de una manera poco calculada por la mayoría de los sectores, lo cual produjo una coyuntura excepcional que encandiló a más de uno. Algunos datos al pasar: culturalmente, se sabe que Malvinas catalizó un impulso al rock nacional algo involuntario que atrajo un vitalismo tardío, un reverdecer expresivo en la juventud. En una de las últimas escenas de la película Los chicos de la guerra, los cuatro protagonistas asisten a un recital de Juan Carlos Baglietto donde éste canta Tratando de crecer, momento patético que sin embargo tuvo su productividad de época. En verdad, ese momento patético, meloso y lánguido, era el fin y no el principio. Contra la continuidad de muchos que no la quisieron ver, la cultura de los ’80 asomaba en forma de ruptura con la protesta y/o el baladismo de los ’70: lo nuevo sería Charly y sus clics modernos (Transas, Bancate ese defecto), algo de la trova rosarina, Sumo, Spinetta Jade, Los abuelos de la nada y Virus. Después, Soda Stereo, los Cadillacs y, por último, Los Redondos. Queda pendiente un amplio conjunto de expresiones de aquellos años.

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Porque si bien surgió por algún sitio la reivindicación de Alberto Olmedo como cómico popular y las prácticas mediáticas que su perfomance aparejaba, también fueron los años del underground porteño, de los elencos de los teatros oficiales, de la fusión folklórica y del extensionismo cultural en barrios desde gobiernos municipales, universidades y otros ámbitos de la educación.

La visión de una sociedad quirúrgicamente aterrorizada tuvo sus expositores, pero el signo dominante fue un optimismo ingenuo hacia la primavera democrática, una adhesión crítica o con reservas, o bien la denuncia aislada del estado de cosas desde una tirria justificada por el silencio que se imponía al pasado inmediato. De hecho, el pasado surgía bajo la demanda de justicia y no de revisión crítica, como si en el mismo paso se excluyeran las prácticas militantes revolucionarias de otrora (tan de moda en la memoria de estos tiempos) del justo reclamo frente a la barbarie. La sociedad había sido quirúrgicamente atormentada, pero también el mundo movilizaba el viento en una dirección opuesta a la década anterior. Para una sociedad latinoamericana con ciertas tradiciones ligadas a la modernización, y que salía de la censura (para poner el mismo ejemplo, también en Los chicos de la guerra se hace referencia a esas marcas de la generación Malvinas como el corte de pelo y el uniforme en el colegio, el debut sexual, la solemnidad provinciana o el atorrantismo de barrio tan “costumbres argentinas”), la apertura democrática tuvo más que ver con la revisión de las sexualidades, la explosión de las industrias culturales ligadas al consumo y el relajamiento de ciertos límites en los vínculos interpersonales e institucionales. Ahora bien, las Juventudes Políticas no reivindicaban tal agenda. No recuerdo más que referencias vagas a la supuesta densidad de los valores democráticos, ni en quienes ideológicamente podían hacerlo ni en quienes podían reivindicarlo como parte del supuesto programa oficialista. En tal sentido, los radicales se justificaban de lo que no sabían, no querían o no podían hacer, y se olvidaban de defender lo que sí habían sabido, querido o podido 82

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hacer. Toda una declaración de incompetencia. Las juventudes políticas no eran una sino muchas, y diversas. Nunca hubo, quizás, una diversidad tan grande en la militancia universitaria, sin tomar esto como un rasgo en sí mismo positivo. Pero así como la Franja Morada supo reinar durante años en el nivel universitario con su estilo atrápalo todo mientras se refugió en la buena estrella de Alfonsín, y con su vocación por el fraude y la corrupción cuando el envión primaveral ya no la ayudó, lo cierto es que las fracciones militantes más originales y cultivadas de la época fueron los jóvenes intransigentes y los de UPAU, dos partidos que protagonizaron fenómenos de ascenso bien curiosos en dos momentos de quiebre de los ’80, que ya veremos.

4. La militancia progre fue moderna y nac&pop, en versiones que el culturalismo en boga hizo posible. Descartada la vía insurreccional, vuelto un fetiche cada acto electoral, los partidos y las estrategias de acumulación política con vistas a la captación de electores fueron la piedra de toque. Sindicatos, centros de estudiantes, legisladores, gobernadores, la sucesión presidencial, toda la pirámide elegible se sacralizó y hasta se impuso como dogma que la democracia era un fin y no un medio. El triunfante Alfonsín de 1983 había tenido dos frases emblemáticas. La primera fue el recitado del preámbulo, una suerte de poetización constitucional que le valió un aura de civismo y una fama de demócrata. Pero la frase fundacional del período democrático fue con la democracia se come, se cura y se educa, la gran síntesis que subsumía medios y fines al sistema, una alquimia nada desdeñable aunque discutible en el país del peronismo proscripto, los golpes militares y la democracia condicionada. Pero, caray, Alfonsín le había ganado al peronismo unido por primera vez en la historia, y este es otro dato de la cultura política de los ’80. Revisionismo del PC tras el XVI Congreso, frente de unidad con el Movimiento al Socialismo. Patricio Etchegaray, Luis Zamora. La Democracia Cristiana de Augusto Conte, Néstor Vicente y Carlos Auyero. La renovación peronista y la vuelta de Cafiero, ex ministro de Economía de Isabel Perón, al 83

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ruedo. Los políticos nuevos: Carlos Grosso, Juan Manuel de la Sota y José Luis Manzano. El Partido Intransigente fue un punto de encuentro en los ’80 para ex militantes de los ’70, viejos políticos heredados de los tiempos de la UCRI y una juventud ligada al movimiento estudiantil que se moldeaba en el anhelo de una izquierda democrática y popular, a veces cerca del perfil socialdemócrata de cierto radicalismo, a veces cerca de las recomposiciones de la juventud peronista. En el número de noviembre de 1985, en vísperas de las primeras elecciones legislativas, el mensuario El Porteño (otro emblema de los ’80) traía un editorial de Osvaldo Soriano, cuyo título es “El derecho a la diferencia”. Allí, Soriano hace referencia al acontecimiento que divide aguas por izquierda respecto del gobierno, y que fue el acto en Plaza de Mayo que culminó con la frase “vamos a una economía de guerra”. Dice: “No obstante, en el primer año de democracia, el Presidente –que toleraba el desorden monetario a la espera de una agudización de las contradicciones entre las grandes potencias-, parecía dispuesto (o así se lo percibía), si lo apuraban, a patear el tablero y apoyarse en los sectores populares. Hasta que algo se quebró la triste noche del 26 de abril, cuando Alfonsín tendió una celada a la izquierda (que él llamaba ‘paqueta’) y, a su manera, la echó de la plaza después de convocarla a la movilización en defensa de la democracia (…) Un mes y medio más tarde llegaba el Plan Austral, más sutil que el antiguo y desacreditado discurso de Alsogaray y tan ortodoxo como lo que quería la derecha que iba a sostenerlo con escasas reservas. El patético llamado de Alfonsín fue como un directo al corazón de las mayorías silenciosas”. Y continúa: “Estratégicamente, fue un duro golpe para la UCD, que apretaba por la derecha, y para el PI, que desbordaba por la izquierda y soñaba con contar alrededor del veinte por ciento de los votos”. Más adelante, Soriano afila el lápiz y describe el campo político: “El peronismo se alveariza con Cafiero y Grosso, o se asume maligno con Herminio Iglesias y Saadi aliados con Frondizi y apoyados por los residuos montoneros. Otros, minoritarios, que rescatan las tradiciones de lucha, inician el giro a la izquierda integrando el Frente del Pueblo con los comunistas y el MAS. El PI, después de encandilarse con las encuestas anteriores al Plan Austral, se recentra aceleradamente tal como lo 84

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anuncia su slogan publicitario, ‘Entre la obsecuencia (los radicales) y el enfrentamiento (del Frente del Pueblo)”. Y remata: “A fines de 1985, el único sueño de la clase política (salvo el de la izquierda bien definida), es el alfonsinismo con retoques.

Cada uno propone el suyo”.

5. La política de los ’80 tuvo un camino de ida y uno de venida, un movimiento pendular que en algún momento se hizo camino de dos direcciones contrarias. Mientras que en las elecciones de 1985 la tercera fuerza fue el Partido Intransigente de Oscar Alende, Raúl Rabanaque Caballero y Miguel Monserrat, en las de 1987 fue la Unión de Centro Democrático de Álvaro Alsogaray, su hija, Adelina D’Alesio de Viola y Federico Clérici. En el medio se encontraba la híper debatida transición a la democracia con un terreno sembrado de avances y retrocesos por el alfonsinismo. De los procesos por las violaciones de derechos humanos y el Juicio a las Juntas a las leyes de impunidad. De la economía de Grinspun al Plan Austral y luego al Primavera. La crisis de la deuda externa hacía estragos en América Latina desde 1981, y le ponía un grillete a mediano y largo plazo a los planes de estabilización, preanunciando las reformas neoliberales que anidaban en los recurrentes achiques del Estado. Hubo un momento de epifanía cívica y primaveral, y hubo un momento en que la democracia fue devorada, y primavera fue la palabra que designó un plan económico. En el medio sucedió la Semana Santa de 1987, en que el presidente se hizo cargo de la representatividad (otro artículo de la Constitución que venía tras el preámbulo, y que decía, dice, que el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes). Fue cuando pidió que lo esperaran en la plaza (la plaza del 25 de Mayo, la plaza de Perón, la plaza de las Madres), que él se encargaría de arreglar personalmente el entuerto con Rico y unos impresentables con las caras pintadas. Y fue cuando volvió que el hombre dijo, para la posteridad, “Felices Pascuas, la casa está en orden”. Acaso fue un acto de moderación política, acaso se sustrajo al derramamiento de sangre, o, si se quiere, fue una negociación espuria, una agachada más de Alfonsín. Pero 85

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sobre todo fue el final de la militancia. “Cuando bajó el telón de esa movilización histórica, había terminado el último gran acto de esta forma de escenificación de la política hasta el presente”, escribió Oscar Landi en 1992, reseñando el pasaje a la videopolítica, la política en la tele o los televotantes. Ya no era necesaria la militancia política, no. No era crucial, no era decisiva. No importaba cuántos simpatizantes (tal vez para llenar un estadio, cada vez menos) aunque sí cuántos afiliados y, llegado el caso, cuántos votos (en los ’90, el financiamiento estatal de los partidos tomó como unidad mínima tantos pesos por tantos votos). Locales, agrupaciones, partidos, sí. Militantes, no. Ni debates ni asambleas. Afiches, spots, encuestas. Alfonsín fue Perón, pero no el de 1945 sino el de 1955, sólo que éste último escapó y fue proscripto, y Alfonsín se quedó y dio la cara, y se apagó, se mutiló, se rompió como político en nombre de la democracia. Desde entonces, su ambición también fue política y constitucional: entregarle la banda a otro presidente civil. Y fue un objetivo claramente democrático, sólo que le quedaban dos años y medio de mandato. Y Menem le ganó a Cafiero y luego a Angeloz. Y se alió con Alsogaray, que había salido tercero. Pero antes vino el viernes negro de la CGT, otros levantamientos carapintadas, los cortes de luz y el asalto a La Tablada. Hiperinflación, saqueos, hiperinflación.

6. Pocos años después presencié una reunión de jóvenes políticos (ya no militantes) que nunca dejó de asombrarme. Era el verano de 1991, y participaba de una ambiciosa publicación de la FUBA que ambicionaba cierto profesionalismo y una inusual pluralidad. Era en el departamento de un prominente militante de Franja Morada. El encuentro de redacción había terminado y lo que seguía a continuación era, vista desde hoy, una reunión de negocios con ex militantes de la FJC ahora dedicados a la comunicación en medios alternativos. La charla era muy relajada, amistosa, incluso hubo pizzas y cervezas de por medio. Había un ánimo de encarar proyectos, seguramente ligados a la cultura. No sé si el registro era el cinismo aunque sí un pragmatismo ácido. Era claro que la militancia, tal como los presentes la habíamos conocido desde 86

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Malvinas (o un poco antes) hasta mediados de los ’80 (cada cual pone aquí la fecha de término) ya no existía. No había “bases” a las que responder ni “retaguardias” que cubrir, salvo el “arriba” y el “abajo” de cada uno. Pero lo más revelador llegó cuando uno de los ex “Fede” contó su viaje al congreso internacional de la unión de juventudes por el socialismo, que se había hecho en Pekín, poco después de la masacre de la Plaza Tiananmén. No estoy seguro de este dato, porque el episodio que relató había ocurrido a mediados de 1989 y había pasado más de un año y medio. Pero lo cierto es que había estado allí o poco después, y lo único que entendió había sido por boca de las delegaciones de Cuba y Nicaragua, que hablaban español. Ellos tampoco podían comprender lo sucedido: las tropas del gobierno comunista asesinando centenares de jóvenes universitarios en las calles de Pekín. En palabras de Hosbawn: “Entre agosto de 1989 y el final de ese mismo año el poder comunista abdicó o dejó de existir en Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria y la República Democrática Alemana sería muy pronto anexionada por la Alemania Occidental; en Yugoslavia estallaría pronto una guerra civil”. Y agrega: “Cuando el movimiento por la liberalización y la democracia se extendió desde la Unión Soviética hasta China, el gobierno de Pekín decidió (…) tras algunas dudas y lacerantes desacuerdos internos, restablecer su autoridad con la mayor claridad, mediante lo que Napoleón –que también empleó el ejército para reprimir la agitación social durante la revolución francesa– llamaba ‘un poco de metralla’.” Poco después caía el Muro de Berlín, terminaba el breve siglo XX y la madre del protagonista de Good bye, Lenin entraba en un sueño refractario que sólo el hijo quiso sostener, cuando al despertar le seguía hablando de la Alemania democrática y de cómo los occidentales se desesperaban por entrar en la parte Este de la ciudad. La única relación explícita con Argentina que hay en la película es, claro, cuando nuestro país juega en junio con Alemania (selección unificada) la final del mundial Italia ’90, y que nosotros recordamos por el réferi Codesal que nos cobró un penal en los últimos minutos. Y que perdimos. Por lo demás, el verano de 1991 en Buenos Aires era el tiempo del Swiftgate y el Plan Bonex. El 1° de abril, Domingo Cavallo lanzó la 87

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Convertibilidad. De los presentes en aquella reunión de la FUBA, en la década que allí empezaba muchos fueron expectantes dirigentes (gerentes, no militantes) políticos, creativos publicitarios, guionistas de cine y productores de eventos artísticos y de la TV. Por mi parte, tenía 19 años y mucha confusión. Aunque quería ser escritor. Hace poco, un amigo que tuvo militancia en los ’80 me dijo que las cosas tuvieron sentido entre 1981 y 1985. Después, cada uno eligió por sí y para sí. Había que disfrutar de la vida, coger mucho. Pero en los ’80, coger también tuvo un precio alto. Y se moría por eso.

(Publicada en www.rayandolosconfines.blogspot.com. y ahora con expresa autorización de su autor.)

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El Osito tleinta y tles Manuel Lorenzo Fernández se llama. Pero todo el mundo lo conoce como El Osito o sencillamente Tleinta y Tles. Cincuenta y siete años, pero tiene la edad de un niño; de profesión, canillita.

En los albores de la democracia, marcha que había, marcha en que estaba; en aquellas famosas de las Juventudes Políticas en contra del FMI, en el Festival de Solidaridad con Nicaragua en el Teatro Griego, en la realizada conjuntamente con los organismos de derechos humanos. El Osito estaba en todo momento y en todo lugar. El Osito era omnipresente. Ibas a la Municipalidad y estaba, a Rentas y estaba, al Registro Civil y estaba.

Apareció, realmente "apareció", en el llamado Palacio de Justicia, hoy numerado Tribunales 1, allá por la década del 80, y se fue quedando, quedando. Vendía helados. Y mucha gente lo adoptó.

Cuando iba a la escuela, a primer grado, en sus distintos niveles, mostraba orgulloso a todas las personas que se le acercaban sus notas. Varias le corregían y lo ayudaban con sus deberes, desayunaban y hasta almorzaban con él.

Por todo el centro se lo veía en su bicicleta de color negro, típica de los heladeros. Siempre con un gorro de “La Gloria”, o si no con uno de Perón, o de Mestre, o luego de De la Sota, o de Juez. Pragmático, ahora anda con uno negro con la emblemática foto del Che, ¡qué tanto!

Amigo de otros canillitas, del Ramón y del Cubanito, lloró inconsolablemente cuando aquellos dejaron de estar en sus habituales lugares. Cada uno en su esquina y El Osito en todos lados.

El famoso Cuarteto Berna le dedicó especialmente un tema: El Tleinta y Tles. Andaba con un radiograbador enorme, que llevaba en el hombro, escuchando a todo volumen su canción. Luego, demostrando su plena adaptación a las tecnologías nuevas, usaba un walkman.

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La popular Revista Peinate que Viene Gente le sacó una foto montado en un skate volador.

“Pla, Pla, Planas, dame un peso, tengo que comprarrrrr unos rreeemedios”, empezó un día. Mostraba los análisis, las recetas. El severo diagnóstico: “artrosis crónica de cadera” El Osito tenía que operarse. Reemplazo total de cadera. En el Hospital San Roque. “Cuando se terminen los paros”, dice El Osito... que dice el médico. Ahora dicen que recién podrían operarlo en diciembre. Lo ayudan varios compañeros y ordenanzas. Varios donaron su sangre. Sus amigos de fútbol, de la 25, le hacen asados para su cumpleaños, "...en el greeeeemio...".

Ahora casi ni camina, usa un andador. Tiene una lista de cosas que necesita. “Pero ya tengo toooodo”, decía. Pero también: "Ya no doy más; no aguanto más... El otro día mmmme tttttiré al ssssuelo en el Hoooospital”.

Muchos lo ven pasar por los pasillos del "shopping" de Tribunales 2, y en las calles de nuestra ciudad y no les hace mucha gracia que digamos. (¡Si hasta los jóvenes preguntan el porqué de su apodo!).

Otros casi no podemos verlo por del dolor que nos da. Los taxistas lo llevan y traen con el andador en el baúl. Lo ayudan.

"Voy presentá un amparo", dice El Osito. "Pero tiene que haber lesión jurídica", le contestaban.

El Osito no decía nada. Demudado quedaba. Abría grandes los ojos. Sabíamos que tenía miedo. Va a salir todo bien. Todos rogaremos para que así sea. Osito, te deseamos la mejor de las suertes. Y brindaremos luego a tu salud.

(Este artículo fue publicado en el link www.sosperiodista.com. A raíz de su publicación se inició una campaña en pro de lograr la operación del Osito, con resultado exitoso, en el Hospital San Roque de esta Ciudad.

Actualmente continúa vendiendo sus periódicos en Tribunales. Se lo ve también en el Gremio, pero ya no en las marchas).

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Anexo Documental

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Primer Documento de la Multipartidaria Nacional Comunicado de Prensa de la Multipartidaria Nacional (Argentina) Buenos Aires, 14 de julio de 1981 Nota: primer documento de la Multipartidaria.

La Convocatoria Nacional, si bien tiene origen en los partidos políticos, es una gestión que se despliega en toda la comunidad argentina por encima de las diferencias partidarias, religiosas, económicas, sociales y culturales.

Mira al país como un todo, a través de su pueblo y procura suspender la discusión acerca de las diferencias ocasionales o permanentes, con el propósito de obtener una solución argentina que termine con nuestra decadencia y resguardar la dignidad del hombre.

Es hora de que predomine lo universal sobre lo parcial, lo nacional sobre lo regional, lo común sobre lo sectorial. Se trata, por lo tanto, de un esfuerzo para componer una solidaridad ciudadana que dé apoyo expresivo, lúcido e integral a una ansiada solución nacional.

Así, vamos en procura de una demostración que nos es indispensable: que realmente existe esa solidaridad en el pueblo argentino, capaz de movilizarlo al servicio de las soluciones que faltan y se aguardan.

No apunta al pasado. Emerge del presente y tiene la intención de plasmar un porvenir argentino.

Por eso, no obstante su universalidad, la Convocatoria no es incondicional, no es neutral, no es indefinida. Es un pronunciamiento de la democracia, para la democracia. La solidaridad que se reclama, se quiere para asegurar un futuro consecuente con los ideales de la Nación Argentina. Los ideales que exaltan la personalidad nacional, que afirman la

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libertad, la justicia y todos los derechos humanos; que aseguren una estabilidad política donde rijan tales principios sin solución de continuidad.

En un ámbito de desesperación, de angustias, necesidades, miedos e inseguridades, agravado por la crisis económicosocial más profunda de la historia del país, la Convocatoria ofrece como primer elemento de solución la solidaridad de los argentinos.

Se trata de un aporte magistral, desprovisto de toda mezquindad. Nadie deberá ser el primero ni nadie quedar último.

Sólo habrá dos protagonistas, así como sólo hay dos destinatarios: el ciudadano argentino y la Nación, como ser de todos.

Por eso, la Convocatoria no se limita a los partidos políticos, que aquí sólo juegan el rol inaudible de transmisores, orientadores y ejecutores de la opinión pública, porque con ellos no se completa la movilización de la voluntad general, ya que al margen de los propósitos partidarios o más allá de ellos, existen voluntades, criterios, ideas e intereses que completan el conjunto de la voluntad y la conciencia nacional.

Con esta idea, se convocará a todos los que coadyuvan de una manera u otra a la realización nacional.

Habrá que procurar un cabildo abierto multiplicado por cada población de la República, que reitere, pacífica, solidaria y esperanzadamente, que el pueblo quiere saber de qué se trata y asumir el protagonismo histórico indelegable.

De esta manera damos por iniciada la etapa de transición hacia la democracia, objetivo que constituye nuestra decisión intransferible e irrevocable.

Lo hacemos bajo el lema del Episcopado Argentino: la reconciliación nacional.

JUNTA POLITICA CONVOCANTE Federación Demócrata Cristiana Movimiento de Integración y Desarrollo Partido Intransigente 93

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Partido Justicialista Unión Cívica Radical

"Documento Final" de la Junta Militar (Parte resolutiva) 28 de Abril de 1983 ...Por todo lo expuesto la Junta Militar declara: 1) Que la información y explicaciones proporcionadas en este documento es todo cuanto las Fuerzas Armadas disponen para dar a conocer a la Nación, sobre los resultados y consecuencias de la guerra contra la subversión y el terrorismo.

2) Que en este marco de referencia, no deseado por las Fuerzas Armadas y al que fueron impelidas para defender el sistema de vida nacional, únicamente el juicio histórico podrá determinar con exactitud, a quién corresponde la responsabilidad directa de métodos injustos o muertes inocentes.

3) Que el "accionar" de los integrantes de las Fuerzas Armadas en las operaciones relacionadas con la guerra librada constituyeron actos de servicio.

4) Que las Fuerzas Armadas actuaron y lo harán toda vez que sea necesario en cumplimiento de un mandato emergente del Gobierno Nacional, aprovechando toda la experiencia recogida en esta circunstancia dolorosa de la vida nacional.

5) Que las Fuerzas Armadas someten ante el pueblo y el juicio de la historia estas decisiones que traducen una actitud que 94

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tuvo por meta defender el bien común. Identificado en esa instancia con la supervivencia de la comunidad y cuyo contenido asumen con el dolor auténtico de cristianos que reconocen los errores que pudieron haberse cometido en cumplimiento de la misión asignada.

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El Mojupo en Villa Carlos Paz Diario La Jornada / Villa Carlos Paz En el año 2008, a 25 años de su conformación, se realizó una reunión de sus ex integrantes. El Diario La Jornada los entrevistó. He aquí la nota: “A 25 años del regreso de la democracia, hay que mirar el pasado para analizar el presente”.

“El próximo 10 de diciembre se cumplirán 25 años de la asunción de Raúl Alfonsín como presidente, en el retorno de la democracia después de trágicos y devastadores años bajo el régimen de la dictadura militar.

La fecha puede servir de excusa, si hace falta, para revisar lo hecho por la dirigencia política en este tiempo y, al mismo tiempo, mirar con ojos críticos la actualidad. El tema, obviamente, es largo y complejo de tratar. Y existen tantas versiones y conclusiones como actores políticos.

Sin embargo, en Villa Carlos Paz podría intentarse un anclaje para el análisis en la experiencia política que se vivió a inicios de los ´80 con el denominado Movimiento de Juventudes Políticas (MOJUPO), que unía a representantes de las más diversas ideologías. Así, convivían en ese espacio dirigentes de derecha, de centro y de izquierda que, más allá de las diferencias políticas, tenían puesta la mirada en el bien común de la ciudad.

Discusiones y ásperos debates le dieron forma e identidad al MOJUPO. 25 años después, la posibilidad de que esa experiencia pueda reeditarse roza lo utópico. Sucede que, entre otras razones, a la cada vez menor participación de la

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juventud se suma una creciente intolerancia hacia los que piensan distinto y el avance del pragmatismo imperante que hace de la política un fin en sí mismo.

Entonces, todo parece reducirse a una carrera desenfrenada por conseguir un puesto, relegando los intereses comunitarios en pos del objetivo personal.

El jueves pasado, algunos de los que estuvieron vinculados a la MOJUPO se reunieron con el fin de ver la posibilidad de organizar un acto o una charla para el 10 de diciembre, y transmitir esa experiencia.

El encuentro tuvo lugar en la vivienda del dirigente radical Alberto del Cura, y contó con la presencia de Jorge Lassaga (UCR), Carlos Marionsini (PJ), Jorge Aguirre (PJ) y Alejandro Eguiguren (“izquierda no orgánica”). También participó Jorge Boido.

Para quien conozca aunque sea someramente el enrolamiento ideológico de cada uno de ellos, no resulta difícil advertir que las diferencias son enormes. Sin embargo, y quizá más que nada por esa razón, cobran mayor valor las coincidencias en el diagnóstico.

En diálogo con La Jornada, se repiten frases como “hoy rige el individualismo”, “se perdió el respeto hacia el adversario”, “no se discuten ideas sino intereses personales”, “es todo marketing y posicionamiento a través de denuncias en los medios”, “son profesionales de la política”, “no hay pasión”, “no hay sueños colectivos”, “se acabó la militancia”, etc.

También hay coincidencia en señalar que “ganar” la conducción de la Cooperativa Integral, en 1986, fue el hecho político saliente del MOJUPO, y que mostró cómo la juventud, aun en contra de sus respectivos partidos, logró imponer una idea colectiva, fruto del consenso.

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En relación a la realidad local, hubo críticas unánimes hacia el Concejo de Representantes, órgano que debería reflejar la persecución del bien común por sobre los intereses personales. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Y el escenario que prima es el de los ataques personales y las denuncias permanentes.

Respeto.

Para Alberto del Cura, el rasgo característico del MOJUPO era el respeto. “Aunque pensábamos distinto en muchas cosas, había respeto y una mirada superadora. Discutíamos y hacíamos cosas por Carlos Paz. Hoy rige el individualismo, y se discuten sólo intereses personales”, opina.

Además, afirma: “Nosotros discutíamos de política. Había pasión por lo que hacíamos, y teníamos valores supremos como no atacar la política ni las instituciones, y no atacar personalmente a nadie”. En esta línea, se mostró partidario de darle a los jóvenes dirigentes “becas para que se capaciten y no cargos políticos”, ya que, de esa manera, entra en el circuito del “clientelismo” del que es muy difícil salir.

Sueños.

Jorge Aguirre, activo militante en su momento de la agrupación Montoneros, enfatiza sobre la respetuosa convivencia de los integrantes del MOJUPO: “El árbol nunca nos tapó el bosque. Las diferencias las superamos con acciones o proyectos en conjunto por el bien de la ciudad”. A la hora de señalar las deficiencias de la dirigencia actual, fue autocrítico: “El sistema nos ganó, y quizá no hemos sido capaces de formar”. “Hoy no hay sueños colectivos. Los jóvenes ingresan a la política primero por el bolsón, después por un puesto, y ya se metió en el clientelismo. Piensan en salvarse hoy y nada más”, asegura. También hace alusión a una “devaluación constante y permanente de los partidos políticos”. Pero sostiene que “hay una necesidad de recuperar un espacio de discusión. Hay que hablar de proyectos y programas para la ciudad”.

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Prejuicios.

“Teníamos menos prejuicios. Éramos más idealistas”. De esta manera Jorge Lassaga, hoy alejado de la política partidaria, busca una explicación para lo que significó el MOJUPO. “Esa fue una generación con ideas claras. Se debatía muchísimo.

Nadie ocultaba sus diferencias y se discutía muy fuerte, pero con respeto. Hoy creo que eso no existe más. Desapareció la militancia, y los nuevos dirigentes son mucho más pragmáticos. Uno de los ejemplos más claros de esto se ve en las campañas electorales. Ahora está todo tercerizado. Se contrata a quien pega los carteles, cuelga las pancartas, todo. Antes eso era de la juventud, y lo hacíamos con pasión”, dice. Y recuerda que en aquellos años la juventud “cavó los cimientos del dispensario de calle México”. “Tuvimos el apoyo de las autoridades pero la decisión la tomamos nosotros, y no había cargos de por medio”.

Sobre la actualidad, cree que “hace falta volver a debatir ideas. El diálogo en política siempre es bueno”.

Nunca es tarde.

La primera sensación cuando surgen los nombres que integraban el MOJUPO es casi de incredulidad. ¿Cómo harían para convivir personas que respondían a perfiles ideológicos tan diferentes? La respuesta aparece naturalmente durante la charla. Había respeto y una mirada superadora donde lo más importante era la ciudad.

Desde la perspectiva actual imaginar un escenario similar es poco menos que imposible, porque prácticamente desaparecieron los espacios de “aprendizaje” político, y el pragmatismo electoral hace que la militancia se reduzca a una participación especulativa que más tiene que ver con la posibilidad de conseguir un puesto que con defender el bien común.

De todos modos, es valorable la idea de intentar poner en marcha un espacio para la discusión de ideas y proyectos, que sea incluyente y no excluyente, y que permita debatir para sacar conclusiones más allá de las diferencias. Sino, todo se 99

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reduce a posicionamientos personales que, hasta ahora, poco han aportado a la ciudad y hay que saber que en algunos temas se puede coincidir y en otros, no. Hay que aprender a ser tolerante”.

Marketing.

Desde el peronismo, Carlos Marionsini integró el MOJUPO y, a la distancia, compara: “La política cambió mucho. No hay ideologías, hoy todo se trata de marketing”.

“El que tiene más plata compra espacios en los medios y se instala con denuncias. Pero no tienen historia. Salieron de un repollo”, dispara en referencia a los nuevos referentes de la política local. Pero admite: “Todos debemos haber sido culpables de esta situación”.

Marionsini dice que en los ´70, los “jóvenes querían llegar a ser presidentes”, que hoy “no hay participación”, y que “la política quedó en manos de los pooles empresarios, que son quienes toman las decisiones de acuerdo a sus conveniencias”.

Para hablar del rol que pueden cumplir actualmente los veteranos dirigentes, apeló a una singular esquematización: “De los 18 hasta los 35 años, los dirigentes pueden ser comparados con los guerreros, tienen toda la fuerza y el vigor para salir a pelear. Hasta los 50, se transforman en componedores, y a partir de esa edad, deben ser de consulta”. “Quizá hoy nosotros estamos en una etapa distinta, pero podríamos ser de consulta en algunos temas”, expresa.

Resistencia ALEJANDRO EGUIGUREN, militante de la “izquierda no orgánica” como le gusta llamarla, situó la actividad del MOJUPO en “una época que estuvo socialmente preñada de la valorización de la participación política social”. “Era un espacio de resistencia al modelo hegemónico que bajaba de los propios partidos. Existía un fuerte compromiso. Hoy en día no hay pasión por la política, sino más bien la pasión está puesta en el consumo”, puntualiza.

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Al recordar la lucha por la conducción de la Cooperativa Integral, en 1986, subraya que en ese momento “la juventud se enfrentó contra la representación del poder económico institucional y de los propios partidos políticos de la ciudad”.

Por otra parte, señala que a lo largo de casi toda la década del ´80 “la juventud participaba activamente en la cuestión política”, aunque luego fue “traicionada por el establishment”. “El modelo neoliberal y mercantilista que avanzaba en el mundo necesitaba suprimir la participación. Y siguiendo con la lógica de mercado, se fueron cerrando los caminos, y triunfó el pragmatismo absoluto que dice que hay que hacer lo posible, cuando en realidad lo que hay que hacer es lo necesario”.

En este contexto, hay que movilizarse para contrarrestar esta estrategia. “Aun en la situación actual hay que plantear que hubo una juventud rebelde y participativa, que discutir ideas y proyectos”, concluye.

Cómo sigue Tras la reunión del jueves, se acordó un nuevo encuentro para esta semana, y la idea es ampliar la cantidad de asistentes.

Superado el momento del diagnóstico que de a ratos sonaba lapidario surgió la necesidad de trabajar para recuperar un espacio de discusión y diálogo multisectorial.”

Entrevista: Alejandro Gómez

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Grupo Posdata En 1978, Horacio Sosa junto a la cantante sanjuanina Hélida López funda el grupo Posdata. Al poco tiempo se integra en vientos y violín Pancho Alvarellos.

Las actuaciones más recordadas del grupo fueron en La Falda ’83, que los lanza a la consideración nacional, la grabación en 1984 de su primer disco Córdoba Va y el espectáculo poético-musical homónimo junto a actores cordobeses como Toto López, Omar Rezk, Isabel Brunello e Iris Visentini que los llevó por todo el país; la consagratoria actuación en el Chateaux Rock ’85, la grabación -hacia finales de ese mismo año- de Quiero amar mi país –texto y música de Horacio- por parte de Mercedes Sosa, y la aparición del segundo disco, Ícaro, también para la compañía RCA, en 1987.

En el ’88 el grupo se disolvió.

Con formato: Normal, Izquierda, Ninguno, Diseño: Claro (Blanco)

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Córdoba va Con sus motes y apellidos, con sus calles y baldíos.

Con su río y su cañada, con fantasmas y peladas.

Córdoba va, y va.

Con mujeres trasnochadas, con sus largas madrugadas.

Con amores bajo el puente, con cirujas y docentes.

Córdoba va, córdoba va.

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Contra vientos y mareas, contra lluvias y peleas.

A pesar de tanto cuento, a pesar de que anda lento.

Córdoba va, y va.

Con la luna en un altillo, con su olor a conventillo.

Con el fútbol y su gente, y su toque diferente.

Córdoba va, córdoba va.

Con sus ídolos de barrio, con su bronca y su trabajo.

Con los dientes apretados, con los sueños postergados.

Córdoba va, córdoba va.

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FRANCISCO “PANCHO” HEREDIA

La canción de Guillermina Pusieron preso a tu marido, Guillermina, y se lo llevaron para una fuerte prisión, y como Guillermina quería tanto a su marido, fue a la cárcel a cantarle una canción.

Niña del campo que junta flores, de nomeolvides y de azahar, corta una rosa de dos colores para mi amada que esta al llegar.

Murió mi padre, yo estaba ausente,

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yo ausente estaba, yo no lo vi, porque dice mi madre que en su agonía de muerte, alzó sus brazos y me bendijo a mí.

Niña que bordas la blanca tela, niña que tejes en tu telar, bórdame un mapa de nuestra tierra y un pañuelito para llorar.

La Canción de Guillermina CANCIÓN ANÓNIMA VENEZOLANA

Cantada por Soledad Bravo, es interpretada por los protagonistas de la película Cordero de Dios, de Lucía Cedrón, basada en hechos reales. Música compuesta, arreglada y producida por Sebastián Escofet.

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Las Juventudes Políticas de Córdoba

Todavía cantamos Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos, a pesar de los golpes que asestó en nuestras vidas el ingenio del odio, desterrando al olvido a nuestros seres queridos.

Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos; que nos digan adónde han escondido las flores que aromaron las calles, persiguiendo un destino. ¿Dónde, dónde se han ido?

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Las Juventudes Políticas de Córdoba

Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos; que nos den la esperanza de saber que es posible que el jardín se ilumine con las risas y el canto de los que amamos tanto.

Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos; por un día distinto, sin apremios ni ayuno, sin temor y sin llanto, porque vuelvan al nido nuestros seres queridos.

Todavía cantamos, todavía pedimos, Todavía soñamos, todavía esperamos.

VÍCTOR HEREDIA

Aquellos soldaditos de plomo, 1983 108

Las Juventudes Políticas de Córdoba

Índice Historia de un breve tumulto Las Juventudes Políticas de Córdoba 1. Hubo un tiempo que fue hermoso 2. Vamos a andar 3. Arde aún sobre los años 4. La apertura democrática: Esperanza y frustración 5. Las Juventudes Políticas de Capital: Unidad para la Liberación 6. Canción urgente para Nicaragua 7. El Mojupo Nacional 8. El Mojupo en el interior provincial Conclusiones Notas Opinión: El fin de la militancia El osito tleinta y tles Grupo Postdata: Córdoba va – La canción de Guillermina – Todavía cantamos 109

Las Juventudes Políticas de Córdoba

Anexo Documental

EDUARDO ALBERTO PLANAS, argentino, abogado, 56 años. Militante de la vida.

Nació en Córdoba capital. Como dice la poeta Cristina Ramb “…descree de los curriculum, dogmas y cláusulas…se despierta todavía creyendo en cambiar el mundo”.

Como trabajador judicial participó en la conformación del Cuerpo de Delegados de la AGEPJ en la resistencia a la dictadura militar. Fundador de la Agrupación Judicial Peronista. Fue candidato a Secretario Gremial en 1983 y a Secretario General por la Lista Verde en 1987, junto a todos los sectores progresistas.

Fundador de la Juventud Peronista para la Liberación Nacional y de la Revista Unidos o Dominados.

Actualmente dirige el Boletín Literario ¡Basta ya!, que editó siete Anuarios y fue presentado en la Feria del Libro de Córdoba en los años 2008, 2010 y 2011.

Edita la Revista Las patas en la fuente / Unidos o dominados, segunda época.

Periodista ciudadano (www.sosperiodista.com).

Colaborador del Diario La Idea, de Cruz del Eje (provincia de Córdoba).

Es integrante del Café Literario “Noche de Bandada”.

Publica habitualmente en el sitio: mispoetascontempopraneos.blogspot.com y en Artesanías Literarias.

Participó del Festival Internacional Palabra en el Mundo en los años 2010 y 2011.

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