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MARCANDO LA DIFERENCIA

EL COMERCIO N# 80997 uan XXIII siempre ha destacado por su infraestructura de primer nivel, y en el ámbito deportivo, esto no ha sido la excepción. En una imagen que pertenece al Diario El Comercio, podemos observar un hecho histórico que marcó a nuestra comunidad: la primera pista atlética sintética construida en un centro educativo.

Ángel García, profesor de atletismo en ese entonces, aún recuerda claramente la conversación que tuvo con Monseñor Pachi cuando le planteó hacer la pista en el tercer piso «Estábamos viendo posibles espacios. De pronto, él se quedó mirando el techo un buen rato y me preguntó: “¿y si la construimos allá arriba?” Desde ese momento, se le metió esa idea», cuenta. Fue así que nuestro profesor se contactó con el arquitecto Luis Huarcaya, a quien conoció cuando trabajó en la Escuela Naval. El Arq. Huarcaya era especialista en construcciones deportivas y un deportista reconocido en nuestro país, precisamente en el atletismo. «Cuando le planteé el proyecto, aceptó emocionado y dijo que tenía mucha visión y expectativa sobre lo que quería hacer», recuerda el profesor Ángel.

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Monseñor Pachi aprobó la idea y en 1992 se empezó la construcción con material importado de Estados Unidos. Se sabía que debajo de la pista estaban los salones de clase, y que al correr o saltar habría bulla. Por ello, el Arq. Huarcaya propuso instalar un piso diseñado especialmente para amortiguar y aislar aquellos sonidos. Finalmente, después de un año de trabajo, la pista fue inaugurada en 1993. Este hecho llamó la atención de muchos medios de comunicación.

El Comercio, por ejemplo, le dedicó una página entera en su periódico; además, fue presentada en diversos canales de televisión y cadenas de radio. Incluso, vinieron atletas famosos como los hermanos Mina y Moisés del Castillo, para realizar pruebas de velocidad y salto. Hoy nuestra pista atlética tiene una extensión de 104 metros, de los cuales 80 son para carrera libre, ya sea de 30, 40, 60 u 80 metros; mientras que el óvalo que se encuentra alrededor del Coliseo tiene 150 metros. También se construyó una corredera y una poza de caída para salto largo, una zona de salto alto y una zona de lanzamiento de bala y disco, utilizada para técnica de la enseñanza. Asimismo, para la preparación escolar se trabaja con un parante de salto, vallas marca Gill —las mejores del mercado— y varillas de salto de fibra de vidrio.

«Toda la comunidad Juan XXIII tomó con mucha alegría este espacio. Los papás apoyaron la decisión, vinieron también a la inauguración y vieron la excelente calidad de la pista», señala el profesor Ángel. Treinta años después, la calidad de esta pista en las alturas sigue intacta.

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