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¡VAMOS, JUANCHO!
YA SEA EN NUESTRO CAMPO O EN CUALQUIER OTRO COLISEO, LA BARRA DE PADRES DE FAMILIA DE JUAN XXIII SIEMPRE ESTÁ PRESENTE PARA QUE NUESTROS CHICOS SE SIENTAN COMO EN CASA.
ESCRIBE: YURIKO AQUINO
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Bombos, chicharras, banderolas, carteles y un ¡vamos, Juancho! resuena en cada rincón. Nuestros voleibolistas saben que el partido está por empezar y que la barra de nuestro colegio los acompaña a donde vayan. Y es que para nuestros campeones, el apoyo incondicional de los padres de familia ha sido vital para su éxito deportivo.
Anneliese Chávez, por ejemplo, es una de las mamás de la barra que viene siguiendo al equipo de vóley masculino desde el 2016, año en el que su hijo Jareph Gavidia empezó a jugar en nuestra selección. Ella no solo deja la garganta en cada partido, también los transmite desde su cuenta personal de Facebook. Aunque al inicio lo hacía para que su hermana —que vive en el extranjero— pueda ver a sus sobrinos jugar, con el tiempo estas transmisiones se volvieron una responsabilidad, brindando la oportunidad de ver los partidos a aquellos padres que, por trabajo, no les fue posible ir y alentar a sus hijos. «El año pasado empecé a decir los nombres y a narrar un poco. Yo lo disfruto y estoy en la euforia del juego; es algo que me encanta hacer», señala Anneliese. Para nuestra madre de familia, definitivamente la tarea más importante es cuando el equipo compite en otros colegios. «Es importante que ellos sientan nuestro apoyo y los hagamos sentir locales. Nosotros sabemos que no podemos fallarles porque son deportistas muy comprometidos», comenta. Así, durante la mañana del sábado 6 de mayo, en la final del ADECORE ante La Salle, desde el silbato inicial hasta la última jugada, nuestros deportistas nunca se sintieron como visitantes, pues sabían que al lado tenían a su incondicional barra, entre bombos, chicharras, banderolas, carteles y un ¡vamos, Juancho!