LA SEGURIDAD EN CHAPINERO Por: Efraín Marino Rincón / Director Revista & Emisora Bogotá Nocturna Hasta el año de 1885, Chapinero era un pequeño caserío que contaba apenas con unas 10 casas de teja, pertenecientes a familias acomodadas de Santa Fe. Ese mismo año se adoptó su nombre mediante acuerdo del 17 de diciembre, por la notoriedad que había alcanzado en el lugar, Antón Hero Cepeda, personaje proveniente de Cádiz (España), quien se había casado con la hija de un adinerado cacique y se dedicaba a la elaboración de suecos o chapines (especie de calzado de madera y correas que se ataban al pie) que servían no solo para corregir algún defecto de los pies, sino también para protegerlos de la humedad y del barro. Este calzado empezó a tener gran acogida entre las mujeres de la sociedad y por la numerosa clientela que visitaba al gaditano, al igual que al fabricante de zapatos se le ha llamado "zapatero" a Antón por confeccionar chapines se le apodó "chapinero". La popularidad de la prenda y su realizador bautizaron el sector. La iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, de estilo gótico morisco, fue mandada a construir por el Arzobispo Arbeláez en 1875, en vista del progreso que se vivía en el sector. En 1927, después de una serie de temblores, la iglesia fue destruida parcialmente, infortunadamente este no sería el único daño que sufriría la iglesia; en1947 otro terremoto sacudió el templo en plena misa, el cielo raso se vino abajo y las torres se derrumbaron. Desde el año de 1885, han sido numerosos los cambios que ha sufrido este poblado dividido entonces en unas pocas fincas, en las cuales sus ricos propietarios habían construido amplias casonas donde pasar sus temporadas veraniegas. La actual Carrera Séptima reemplazó el antiguo camino a Tunja, y comenzaron a circular grandes coches tirados por caballos que prestaban el servicio a los pasajeros de la época. Gradualmente una hermosa alameda dio paso a la carrera 13 de hoy y al inicio de la circulación en tranvía (elemento que ayudó a consolidar el carácter de la localidad como zona de paso obligado o corredor vial), en ese entonces conformado por pequeños vagones que rodaban sobre rieles y ruedas de madera, jalonados por dos mulas y, un poco más hacia el occidente, se abrió la actual Avenida Caracas por donde se tendió la línea del ferrocarril que llegaba por el sur hasta Bogotá y por el norte hasta Boyacá; la estación estaba ubicada en la calle 63, en otras palabras, surgieron las calles que permitieron la conexión con el centro de la ciudad. En 1920 se inauguró la Avenida Chile, convertida hoy en sede de las principales instituciones financieras del país.