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El humor: del Psicoanálisis a César Reglero No cabe ninguna duda de que el humor es uno de los mejores antídotos que tenemos a nuestra disposición para rebajar tensión, ver las cosas desde otra perspectiva, de generar las mejores hormonas naturales antidepresivas y ayudarnos a descubrir el toisón de oro que se oculta en todos y en cada uno de nosotros. Freud explica claramente que no es lo mismo hablar del chiste que hablar de humor. Considera que chiste está basado en lo anecdótico y en lo chocante. Aquello que sucede de manera fortuita, algo que aflora del inconsciente a lo consciente de manera sorprendente e imprevista, liberando muchas veces elementos reprimidos que en otras circunstancias nunca abandonaría el limbo de los sueños. Pero el humor no es necesariamente evasión, tiene otros componentes muchos más sutiles y entroncados con la realidad (la otra realidad). De hecho con el humor tratamos de superar una realidad que, muchas veces, se hace insoportable; o tratar temas que de otra manera son imposibles de tratar.
Es posible que sea este humor el que pretendo reflejar con mis viñetas: el humor absurdo, aquel que por insólito hace dudar al receptor sobre la veracidad del supuesto que trata. A partir de aquí, las teoría de Freud y del psicoanálisis tendrían mucho que decir del humor de César Reglero. No me cabe ninguna duda de que, de alguna manera, estoy negando una realidad evidente con el fin de que pueda ser asumida por mi yo social sin demasiado desgaste. Sin embargo, no es mi intención profundizar en mi inconsciente, ni mucho menos voy a cuestionar a estas alturas de mi existencia mi pre-consciente, pero baste decir que para este que suscribe el humor es mi mecanismo defensivo predilecto, aquel que me protege de manera efectiva del Super-Yo y del Super-Ello (… y a veces del YO) Así que espero que ustedes lo disfruten, a pesar de que algunas de las viñetas están pensadas para que ustedes se las piensen y se las repiensen. Mas no quisiera yo calentarles las cabeza demasiado, y es por eso que algunas son para no pensar, mientras que otras, lo reconozco, no hay quien las piense. César Reglero / Enero 2009
Dentro de su teoría Freud explica al humor como un desplazamiento del acento psíquico del yo al super-yo. Cuando un niño nos viene llorando por un problema, para nosotros nimio, nuestra actitud es consolarlo despreciando la realidad de ese problema. Si un pequeño llora ante la pérdida de un globo le consolaríamos diciéndole que es tonto llorar por un trozo de plástico, que le compraremos otro, que no sea un niño y no llore por bobadas etc. Nuestra actitud es la de negarle ese carácter dramático a la realidad que acosa a la mente infantil, en ocasiones nos reímos del llanto, a nuestro juicio infundado, del menor. Teniendo en cuenta que el super-yo se genera en nuestro aparato psíquico imitando las actitudes parentales, esta forma de enfrentarse a la realidad dolorosa negándole su entidad doliente se generaría en el niño en sus primeros años de vida quedando integrada dentro de la estructura del super-yo. El humor no genera un placer tan intenso como el chiste pero su carácter intrépido y rebelde nos atrae con fuerza. La carcajada y la risa pertenecen al chiste; la sonrisa al humor. Si muchas personas carecen de capacidad de comprender el chiste, muchas más carecen de ese extraño don del humor.
NOTA: MUCHOS DE LOS CHISTES QUE SE PUEDEN VER EN ESTA EDICION FIGURAN EN LAS PAGINAS DE HUMOR DE AMNISTIA INTERNACIONAL COMO MATERIAL DIDACTICO QUE PUEDE SER UTILIZADO POR ENTIDADES Y CENTROS DE ENSEÑANZA.
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