Bruno Aguirre Sofía Montalvo
La reinterpretación del héroe épico griego en el cuento El silencio de las sirenas, de Franz Kafka. Es natural que, antes de lanzarnos de lleno a la reinterpretación de los héroes de la épica griega, tengamos que remitirnos necesariamente a los mitos del pueblo heleno. Como afirma Mircea Eliade (2001) el mito transmite la moral inscrita en una cultura a través de las figuras divinas; el ser humano pretende reproducir las proezas de los dioses. Las figuras de los dioses griegos ocupan un papel educador, brindan un modelo de moral a la población a través de las narraciones míticas esparcidas a través de la oralidad. La oralidad es un elemento indispensable dentro del desarrollo de la mítica griega: las generaciones pasadas transmiten las historias a sus hijos para que no desaparezca su legado. Es evidente que, cuando no se efectúa el acto de escribir, no se perpetúa una e unívoca historia. La oralidad característica del mito es lo que permite que múltiples autores vayan refinando el relato. Es cuando se escribe el mito, que se establece un referente a tener en consideración, a partir de este momento podemos hablar de la épica griega. La épica griega recopila elementos míticos, elementos que resaltan los valores y la cultura. Ahora, con ayuda del texto escrito, tenemos un elemento palpable, un referente directo al que podemos remitirnos. Los valores son encarnados en los héroes épicos, personajes que generalmente tienen un vínculo especial con lo divino. El mito nace con afán de representar al mundo externo, brindar explicación a elementos imposibles de explicar en el momento. Los mitos recopilados en la épica griega,