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Escotes
from Cravat
Así, el conjunto habitual de la mujer de las clases populares habría de consistir en un sayuelo, cuerpo muy escotado y sin mangas, acompañado de basquiña y camisa, usualmente de pechos, algún manto corto y un delantal que protegería la ropa. Además, sería muy usual un pequeño tocado que se echaba sobre los hombros y podía meterse en el escote del sayuelo para proteger del frío. Estas mujeres irían descalzas o calzarían chinelas y botines, jamás el chapín que hubiera ido absolutamente en contra de las necesidades de sus dias de trabajo.
L os cuellos tienen forma de palmito abierto y suele ser de encaje. ”El llamado cuello medici”, van almidonados por la parte de detrás. Fueron desapareciendo las gorgueras para dar paso al cuello caído de encaje y las mangas virago. El encaje no solo aparece en los cuellos, también forma parte de todo tipo de vestimentas, gorras, vestimentas de niño, delantales, mangas y pañuelos.
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La parte delantera del cuerpo del vestido tipo corsé, que baja hasta la falda oprimiendo la cintura con una punta muy pronunciada sobre la falda y del mismo tejido que el vestido, es la pechera o peto. El ropón es la parte más oscura que cubre el vestido principal, que solía ser negro, el tejido era de brocado o de seda. El abanico es de plumas naturales de ave.
Con este atuendo la camisa cobraría una tremenda importancia en el efecto de conjunto. Esta presentaría dos variantes: la camisa de pecho, escotada, y la camisa alta, que cubría el cuello. El escote que mostraba la camisa de pecho no se entendía como atentado contra el pudor. También la camisa de amplias bocas o arremangada permitiría a la mujer de clase media algo inusual en el mundo cortesano: enseñar los brazos. Las medias mangas y manguitas, que cubrían la camisa en los antebrazos, fueron también ajenas a la nobleza.
Con lo hasta aquí descrito podemos imaginar cómo vestiría la sobrina de don Quijote, pero el caso del ama sería muy diferente. Las mujeres mayores de cuarenta años se verían estigmatizadas por una sociedad que solo valoraba la femineidad en tanto que generadora de belleza. Por eso el cuerpo femenino maduro se ocupa tras capas de tela: grandes mantos, vestidos sin adorno y hábitos de corte monjil, fueron los vestidos de las amas y las dueñas, pues su cuerpo ya no era objeto de lujo.
Teresa Panza no solo es la representante de este grupo sino de su escalafón inferior, pues su saya es tan corta que atenta contra el pudor de la época que sancionaba la exhibición de los pies y otras partes del cuerpo.
Las mujeres llevan una camisola por debajo y varias enaguas. La prenda principal es un vestido conformado de una falda tambor y una pechera o corpiño. La falda tiene el rasgo distintivo de estar confeccionada con tres capas las cuales adquirieron un nombre muy simpático: la picara, la modesta y la secreta. El detalle final del armado de la falda esta en levantar la ultima capa formando un telón bien teatral. El escote se lleva pronunciado y el peinado se denomina a la garceta enrulado con un pequeño flequillo que asoma discretamente.

La mujeres llevan una falda campana y en casos extremos como el español el famoso guardainfantes bien retratado por Velazquez en Las Meninas. La elegancia se ve representada por accesorios de pedrería y el escote se insinúa con una forma bote alargada. La falda esta levantada en la cola con la misma impronta teatral de los periodos anteriores, y el manguito de piel cierra el conjunto con un toque de distinción.
Periodo 1660-1670: Considerando que es el periodo en donde se empieza a construir el palacio de Versalles no hace falta resaltar la opulencia con que se vivía el uso del traje tanto en el hombre como en la mujer. Los barones siguen usando los rhingraves pero esta vez con un sombrero de ala estrecha y dos plumas. El cabello se lleva largo y rizado en peluca. El exceso de tela, cintas y gallants sigue en pie. En cuanto a las mujeres podemos ver una falda levantada con cola, el escote bote, las mangas mas ajustadas que en tros periodos y con una nueva característica: el uso de tres volantes de encaje. El Nuevo peinado es a la sevigne bastante alto y con una impronta de desprolijidad. Aparecen los parasoles o sombrillas en la escena así como los adornos con perlas en el pelo.

Las mujeres preferirán la gorguera denominada Médici, muy alta y ricamente decorada con encajes a juego con los puños o bocamangas. La falda será de tipo tambor con forma cilíndrica, en la parte superior llevarán un corsé bien apretado con un escote rectangular y sobre la falda una sobre falda llamada rapón. Gustarán de adornarse con piedras preciosas y perlas, y cuanto más decorado el peinado, mayor estatus social.

En cuanto al atuendo femenino, se ponen de moda las faldas levantadas con colas** que llevan hasta tres volantes de encaje, los escotes se abren un poco más y el peinado combina las partes alisadas delanteras para terminar en graciosos bucles rizados, denominado **peinado a la sevigné**. Al igual que ocurre con los hombres, lazos y brocados adornarán toda la vestimenta, así como abanicos, guantes, antifaces y parasoles, pues aún queda mucho tiempo para que el moreno sea símbolo de belleza genuina.
Gorguera
La goguera era un accesorio propio del estilo renacentista, que aun se podia observar en algunos trajes, aunque con un tamaño mas pequeño que se ira reemplazando por la golilla, cuello mas practivo y pequeño o el cuello caido que presentaba bordes de encaje, los cuales respondian mejor a los ideales de la epoca y de las familias.
Estaba formada por dos o tres capas de pliegues tubulares almidonado, cuya forma y estructura se conseguian en el proceso por medio de palos que servian de armazon hasta que la tela almidonada se secaba y adquiria consistencia, entonce slos palos se quitaban. Las grogueras eran generalmente blancas, pero tambien las habia amarillas. El invento del almidonado, denunciado por los moralidas puritanos como un nuevo signo de vanidad, permitio al menos que la gorguera prescindir del armazon del alambre o apuntalador que habia necesitado hasta entonces pero ya no mas.
Estos cuellos blancos de lino que caian sobre los hombros constrastaban con las ropas oscuras que eran tendencia en holanda y españa, y auq ereflejan su dignidad y orgullo de pertenencia social. Sgund laver, tanto los hombres como las pujeres se pueden beneficiar por pañuelos o chales treansparentes.
En el siglo XV apareció el término «gorguera» que era un cuello que cubría el escote y a veces también el cuello usado especialmente por las mujeres. A mediados del siglo XVI apareció el cuello llamado «gorguera de lechuguilla» o simplemente lechuguilla por sus frunces y rizos semejantes a un tipo de lechuga u otra verdura.
Primero fueron cuellos más o menos discretos que se unían a las gorgueras femeninas pero a partir del primer tercio de este mismo siglo las lechuguillas se fueron agrandando muchísimo y además fueron utilizadas también por los hombres. Se convirtieron en cuellos desmesurados hechos con tejido de lino fino o con encajes caros, lo que daba al propietario un aspecto de personaje importante y de gran poder adquisitivo; siendo tan grande y tan tieso el cuello proporcionaba aire de empaque y arrogancia. Generalmente estos cuellos formaban conjunto con los puños combinandose.
Pronto se extendió la moda de la gorguera-lechuguilla por toda Europa: Italia bajo la influencia de la familia Médici y sus alianzas con la corte francesa; Francia con el ejemplo de su rey Enrique III; Inglaterra con su reina Isabel I y todos sus seguidores; Países Bajos siendo los Austrias sus promotores; en España, al principio fue una moda incipiente que trajo el séquito de Carlos I y más tarde fue un verdadero éxito entre la gente principal y menos principal durante el reinado de Felipe II, y Felipe III sobre todo, pues con Felipe IV el tamaño de esta prenda comenzó a disminuir hasta llegar a su desaparición. Felipe IV lo suprimió por la Pragmática de enero de 1623. Se sustituyó la lechuguilla por la valona que acompañaba en todo momento.
El cuello llamado lechuguilla estaba confeccionado en lino fino o en encaje. La forma rizada se conseguía con unas tenacillas especiales que encañonaban la prenda y cada ondulación recibía el nombre de abanino. La firmeza se conseguía con el almidón y la sujeción con ayuda de alfileres. Era necesario conocer bien el oficio y contar con los instrumentos necesarios para hacer estos cuellos. El profesional era conocido como abridor de cuellos y estaba sujeto a unas leyes muy estrictas que deberia cumplir de ser ilegal.
Cuando la lechuguilla tenía muchos pliegues tomaban el nombre de «cuello escarolado». Este cuello se almidonaba y planchaba en las casas sin la ayuda de los complicados abridores. Al ser una labor casera resultaba más barata y podían acceder a ellos los caballeros más pobres. Cervantes pone en boca de un personaje lo siguiente: «¿Por qué sus cuellos, por la mayor parte, han de ser siempre escarolados, y no abiertos con molde?»
En tiempos de Felipe II ya se empezaron a adornar abundantemente con vainillas (una especie de deshilados), puntas y filetes, deshilados, hilos y sedas de diferentes colores. Estas normas se cumplieron escasamente y el rey Felipe II repitió el mandato en la Pragmática de 1593 que tampoco tuvo mucha repercusión en su circulo social.

Las lechuguillas llegaron a ser enormes, hasta tal punto que se llegó a decir de ellas que las cabezas de sus portadores parecían la cabeza de San Juan Bautista sobre la bandeja. En la última década del siglo XVI, además de aumentar su radio, llegó a sobrepasar por detrás la cabeza. Por entonces comenzaron los adornos de pinjantes que podían ser perlas o pedrería por diferentes partes.
Su uso se extendió rápidamente y no solo en el ambiente cortesano sino entre el pueblo llano que las llevaba sin adornos. La gente que se decía importante adornaba las lechuguillas con ‘randas’, nombre que se daba a los encajes, y con puntillas.
Los intentos en el reinado de Felipe II fueron inútiles. Pasados los años la moda de los grandes cuellos levantó críticas y grandes antipatías por doquier a pesar de que en la mayoría de los casos esas mismas personas hacían uso de esta práctica. Se oían y se leían sátiras y burlas en especial de los hombres de letras como Quevedo, Juan Ruiz de Alarcón, Antonio Hurtado de Mendoza que fue importante.
La gorguera comenzó a usarse en el siglo XIV, confundiéndose casi las primeras con las tocas pues cubren todo el cuello hasta el nacimiento del pelo unidas al tocado y perfilando la barbilla. En el siglo XV se usaron unas que dejaban al descubierto todo el cuello e incluso parte del pecho, de gasa muy fina que transparentaba las formas y el color de la piel con pliegues menudos en el borde superior que solía ceñirse por medio de una cadenilla de oro, y meteriales.
Para confeccionar estas gorgueras se empleaba muselina muy fina de Oriente a veces recamada con algún dibujo pequeño de florecillas o puntos de oro. Estas gorgueras estuvieron de moda mientras se usó el corsé o corpiño abierto estando en vigor hasta mediados del siglo XV. Por esta época, disminuyó el escote y entonces la gorguera sólo sobresalía unos cuatro dedos, iba bordada con hilo negro o hilillo de oro y llevaba por guarnición un cuello que poco a poco se fue haciendo más alto y lujoso.
A finales del siglo XV, estuvieron de moda las gorgueras sembradas de perlas y en casi todas el motivo de adorno más usual era una cuadrícula de hilos de oro y de seda con bullones losanjeados en los huecos. Como se puede apreciar, el uso que se le daba a la gorguera era el de cuello de camisa y de otras ropas.
Desde comienzos del siglo XVI, la gorguera adquirió suma importancia pues tomó una forma especial y típica de cuello rizado o escarolado, pasando a denominarse cuello o lechuguilla y su uso se extendió a los caballeros. En España, hasta Felipe III, la lechuguilla habitual era pequeña, sobresaliendo del cuello alto y cerrado del cuerpo del vestido en las mujeres y del jubón en los hombres y la formaban una, dos y hasta tres tiras encañonadas. Generalmente, este cuello se combinaba con los puños siendo ambos de color blanco combinandose.

En Francia y, sobre todo, en Italia no tardaron a llevarse gorgueras mayores que las españolas, con armadura. Para confeccionarlas, comenzaron a emplearse blondas pasando de este modo a considerarse caras prendas de lujo. En tiempos de Felipe II, la influencia de las modas flamencas trajo a España los grandes cuellos como lo demuestran algunos retratos de personajes de época. En este tiempo, el uso de la gorguera fue constante pues las llevaron los caballeros, incluso con las armaduras de corte, formado parte de la pieza de la armadura que cubría el cuello y parte superior del pecho.
Fue en el último tercio del siglo XVI y primero del XVII cuando la gorguera adquirió su mayor desarrollo, llegando a adquirir incluso una forma exagerada de gran abanico en las mujeres siendo cuando el lujo de los encajes le confirió mayor valor. Se buscaban con preferencia los encajes italianos de Milán y Génova para confeccionar gorgueras y el escarolado era más vistoso que los repicoteados de las blondas. Además, vino a tomar una forma como de marco del rostro por su parte inferior y se levantó por detrás desmesuradamente hasta quedar oblicua con respecto a la cabeza.
En este tiempo, se diferencia notablemente la gorguera de los hombres de la de las mujeres que habían sido iguales a principios del siglo XVI. La de los hombres fue completamente circular de borde ancho encañonado y cerrada. Las de las mujeres, por su parte, eran semicirculares a modo de abanico abiertas y su borde era un gran festón formado por los picos de las blondas. De esta época, podemos encontrar retratos de Isabel I de Inglaterra y Catalina de Médici con gorgueras que sirven de marco al busto al arrancar del escote a los brazos.
La gorguera cayó en desuso en tiempos de Luis XIII de Francia y fue sustituida por el gran cuello de encaje (llamado más tarde en España *valona*), caído, más lujoso pero afeminado y menos airoso que su antecesora. En España, el cuello de encaje tardó mucho tiempo en tomar carta de naturaleza entre los hombres cuyos trajes conservaron gran grave- dad durante el siglo XVII, cosa que no tuvieron en Francia, y se adoptó una gorguera pequeña y armada a modo de tabla lisa con dos picos que más tarde caracterizaría a los alguaciles, por lo que se denominaron *golillas*. Hasta que en este siglo se adoptó la gorguera, lisa y con dos pronunciados picos, las gorgueras de abanillos, que se usaban también con las armaduras de los soldados.
Lechuguilla
Una lechuguilla es un cuello o gorguera, independiente del vestido o traje, de unas características especiales. Se usó en España en el siglo XVI y llegó su moda hasta el reinado de Felipe IV (siglo XVII). Es de grandes proporciones y oculta todo el cuello de la persona dejando asomar la cabeza por encima. Se confeccionaba con tejido de lino muy fino o encaje plisado en ondas y almidonado , siempre de color blanco aunque hubo una época en que se puso de moda darle un leve tinte de añil. Se sujetaba con unas varillas de metal de forma que por detrás quedase levantado. Esta prenda era común a hombres y mujeres. Los grandes maestros de la pintura como el español Juan Pantoja de la Cruz dejaron en sus retratos de personajes un buen testimonio de la existencia de estos cuellos y pecheros.

Valona
Valona es el nombre que recibió un tipo de cuello amplio de algodón u otros tejidos finos. Es un cuello vuelto que caía sobre la vestimenta ya fuera jubón, camisa, sotana, etc. A veces era pequeño como una simple tirilla sencilla y sin encajes. Este era el tipo de valona que Cervantes describía como «valona a lo estudiantil, sin almidón y sin randas», diferenciándola así de los «cuellos a la valona», parecidos a los cuellos marineros que se extendían sobre la espalda, hombros y pecho y tambien brazos.
La usaban tanto hombres como mujeres y tuvo una vida muy larga que conoció en España el reinado de tres monarcas: Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Este último rey acabó prohibiendo el uso de este cuello cuyo tamaño se había hecho desorbitado. Fue entonces cuando apareció el cuello a la valona, más simple y más económico que fue incluso adoptado en el uniforme militar.
En la mujer
Cuello banda erguida Fue de transicion entre la gorguera de finales del siglo XVI y el cuello de banda caida. Eran cuellos cerrados de hilo, a menudo decorados por encaje, el almindonado y un soporte metalico, lo mantenian paralelo a los hombros.

Cuello banda caida Era usado tanto por hombres como mujeres. Generalmente hacia juego con los puños y estaban ornamentados con un suntuoso borde de encaje.

Cravat
El cravat es una banda para el cuello, el precursor de la corbata y la pajarita modernas, que se originó en un estilo usado por los miembros de la unidad militar del siglo XVII conocida como los croatas. La “corbata” británica moderna se llama “ascot” en inglés. Desde finales del siglo XVI, el término banda se aplicó a cualquier cuello de tira larga que no fuera una gorguera. La gorguera, una tira de lino blanco almidonada y plisada, se originó a principios del siglo XVI como un pañuelo para el cuello (fácilmente cambiable, para minimizar la suciedad de un jubón), como un babero o como una servilleta. Una banda podría ser un cuello de camisa adjunto simple o una “banda que cae” desmontable que cubría el cuello del jubón. Es posible que inicialmente se usaran corbatas para ocultar la suciedad en las camisas.
El cuello de banda caída desapareció, ya que no era adecuado para la casaca, y en su lugar se usa la corbata o *cravat*. Según Laver, el nombre *cravat* podría indicar que esta corbata deriva del cuello que llevaban los croatas al servicio del ejército francés para proteger la garganta. Fue copiada primero -en la primera mitad del siglo- por los oficiales franceses y luego por los miembros de la corte de Luis XIV (Laver, 1992). Según Boucher, para el uso civil los extremos de las cravats eran de vistosos encajes y podían llevar un lazo de cinta atado.

Se contrataron para la corte encajeros venecianos e italianos, y, para animar el consumo y el desarrollo de la industria de dicho material, el Rey decretó que en la corte sólo podían utilizarse corbatas de encaje. A finales del siglo, la corbata se estrechó y alargó, y pasó a confeccionarse también con batista o muselina y otras telas similares.
La corbata anudada *à la Steinkirk* tiene su origen, según Boucher y Laver, en la batalla de Steinkirk, en 1692, cuando los oficiales franceses, sorprendidos por un ataque del enemigo, no tuvieron tiempo de anudarse la corbata, la enrollaron alrededor del cuello y la pasaron por el ojal del uniforme para que no moleste y no sea incomodo.
Se puso de moda en el siglo xvii y vino a sustituir a las gorgueras o cuellos llamados lechuguillas. La moda vino de los Países Bajos y en España coincidió con el reinado de Felipe IV. Fue una prenda usada tanto por hombres como por mujeres.Los cuellos empezaron siendo un accesorio añadido a la camisa que sustituyó al llamado cabezón que era una pieza muy simple usada por el pueblo.
Los cuellos llegarían a ser unas prendas muy ostentosas, tomando forma y nombre en cada época, y utilizados por los monarcas y la Corte, por los nobles y por el clero, todos ellos personajes principales. Los primeros cuellos fueron de influencia extranjera y llegaron a España alrededor del año 1562. Se trataba de cubrir la garganta del individuo con una tela fina, almidonada y rizada que se hizo cada vez más espectacular y que recibió el nombre de lechuguilla. Felipe II y la gente principal de su época usaron lechuguilla.
Las mujeres también usaban el cuello llamado a la valona pero existieron dos modelos que fueron exclusivamente femeninos Uno se llamó «valona cariñana» refiriéndose a la persona que lo puso de moda: María de Borbón-Soissons, princesa de Carignan. Consistía en un gran cuello de encaje que dejaba al descubierto la garganta hasta el nacimiento del pecho. Al quedar el cuello al aire y desnudo se adornaba con gargantillas y collares. El escritor costumbrista español del siglo xvii Juan de Zabaleta hizo una descripción de esta prenda en su obra *Día de fiesta por la mañana* al narrar el acicalamiento en un día de fiesta de una dama elegante similar.
Gorguera
La goguera era un accesorio propio del estilo renacentista, que aun se podia observar en algunos trajes, aunque con un tamaño mas pequeño que se ira reemplazando por la golilla, cuello mas practivo y pequeño o el cuello caido que presentaba bordes de encaje, los cuales respondian mejor a los ideales de la epoca.

Estaba formada por dos o tres capas de pliegues tubulares almidonado, cuya forma y estructura se conseguian en el proceso por medio de palos que servian de armazon hasta que la tela almidonada se secaba y adquiria consistencia, entonce slos palos se quitaban. Las grogueras eran generalmente blancas, pero tambien las habia amarillas. El invento del almidonado, denunciado por los moralidas puritanos como un nuevo signo de vanidad, permitio al menos que la gorguera prescindir del armazon del alambre o apuntalador que habia necesitado hasta entonces nadie.
Estos cuellos blancos de lino que caian sobre los hombros constrastaban con las ropas oscuras que eran tendencia en holanda y españa y auq ereflejan su dignidad y orgullo de pertenencia social. Sgund laver, tanto los hombres como las pujeres se pueden beneficiar por pañuelos o chales treansparentes.
En el siglo XV apareció el término «gorguera» que era un cuello que cubría el escote y a veces también el cuello usado especialmente por las mujeres. A mediados del siglo XVI apareció el cuello llamado «gorguera de lechuguilla» o simplemente lechuguilla por sus frunces y rizos semejantes a un tipo de lechuga. Primero fueron cuellos más o menos discretos que se unían a las gorgueras femeninas pero a partir del primer tercio de este mismo siglo las lechuguillas se fueron agrandando muchísimo y además fueron utilizadas también por los hombres. Se convirtieron en cuellos desmesurados hechos con tejido de lino fino o con encajes caros, lo que daba al propietario un aspecto de personaje importante y de gran poder adquisitivo; siendo tan grande y tan tieso el cuello proporcionaba aire de empaque y arrogancia. Generalmente estos cuellos formaban conjunto con los puños.
Pronto se extendió la moda de la gorguera-lechuguilla por toda Europa: Italia bajo la influencia de la familia Médici y sus alianzas con la corte francesa; Francia con el ejemplo de su rey Enrique III; Inglaterra con su reina Isabel I y todos sus seguidores; Países Bajos siendo los Austrias sus promotores; en España, al principio fue una moda incipiente que trajo el séquito de Carlos I y más tarde fue un verdadero éxito entre la gente principal y menos principal durante el reinado de Felipe II, y Felipe III sobre todo, pues con Felipe IV el tamaño de esta prenda comenzó a disminuir hasta llegar a su desaparición. Felipe IV lo suprimió por la Pragmática de enero de 1623. Se sustituyó la lechuguilla por la valona.
El cuello llamado lechuguilla estaba confeccionado en lino fino o en encaje. La forma rizada se conseguía con unas tenacillas especiales que encañonaban la prenda y cada ondulación recibía el nombre de abanino. La firmeza se conseguía con el almidón y la sujeción con ayuda de alfileres. Era necesario conocer bien el oficio y contar con los instrumentos necesarios para hacer estos cuellos. El profesional era conocido como abridor de cuellos y estaba sujeto a unas leyes muy estrictas a cumplir.
Cuando la lechuguilla tenía muchos pliegues tomaban el nombre de «cuello escarolado». Este cuello se almidonaba y planchaba en las casas sin la ayuda de los complicados abri- dores. Al ser una labor casera resultaba más barata y podían acceder a ellos los caballeros más pobres. Cervantes pone en boca de un personaje lo siguiente: «¿Por qué sus cuellos, por la mayor parte, han de ser siempre escarolados, y no abiertos con molde?»
En tiempos de Felipe II ya se empezaron a adornar abundantemente con vainillas (una especie de deshilados), puntas y filetes, deshilados, hilos y sedas de diferentes colores. Estas normas se cumplieron escasamente y el rey Felipe II repitió el mandato en la Pragmática de 1593 que tampoco tuvo mucha repercusión entre la sociedad.
Las lechuguillas llegaron a ser enormes, hasta tal punto que se llegó a decir de ellas que las cabezas de sus portadores parecían la cabeza de San Juan Bautista sobre la bandeja. En la última década del siglo XVI, además de aumentar su radio, llegó a sobrepasar por detrás la cabeza. Por entonces comenzaron los adornos de pinjantes que podían ser perlas o pedrería y encajes.
Su uso se extendió rápidamente y no solo en el ambiente cortesano sino entre el pueblo llano que las llevaba sin adornos. La gente que se decía importante adornaba las lechuguillas con ‘randas’, nombre que se daba a los encajes y otros piezas.
Lechuguilla
Una lechuguilla es un cuello o gorguera, independiente del vestido o traje, de unas características especiales. Se usó en España en el siglo XVI y llegó su moda hasta el reinado de Felipe IV (siglo XVII). Es de grandes proporciones y oculta todo el cuello de la persona, dejando asomar la cabeza por encima. Se confeccionaba con tejido de lino muy fino o encaje plisado en ondas y almidonado siempre de color blanco aunque hubo una época en que se puso de moda darle un leve tinte de añil.

Se sujetaba con unas varillas de metal de forma que por detrás quedase levantado. Esta prenda era común a hombres y mujeres. Los grandes maestros de la pintura como el español Juan Pantoja de la Cruz dejaron en sus retratos de personajes un buen testimonio de la existencia de estos cuellos cerrados y abiertos.
Gorguera
La goguera era un accesorio propio del estilo renacentista, que aun se podia observar en algunos trajes, aunque con un tamaño mas pequeño que se ira reemplazando por la golilla, cuello mas practivo y pequeño o el cuello caido que presentaba bordes de encaje, los cuales respondian mejor a los ideales de la epoca.
Estaba formada por dos o tres capas de pliegues tubulares almidonado, cuya forma y estructura se conseguian en el proceso por medio de palos que servian de armazon hasta que la tela almidonada se secaba y adquiria consistencia, entonce slos palos se quitaban. Las grogueras eran generalmente blancas, pero tambien las habia amarillas. El invento del almidonado, denunciado por los moralidas puritanos como un nuevo signo de vanidad, permitio al menos que la gorguera prescindir del armazon del alambre o apuntalador que habia necesitado hasta entonces pero no.
Estos cuellos blancos de lino que caian sobre los hombros constrastaban con las ropas oscuras que eran tendencia en holanda y españa y auq ereflejan su dignidad y orgullo de pertenencia social. Sgund laver, tanto los hombres como las pujeres se pueden beneficiar por pañuelos o chales treansparentes.
En el siglo XV apareció el término «gorguera» que era un cuello que cubría el escote y a veces también el cuello usado especialmente por las mujeres. A mediados del siglo XVI apareció el cuello llamado «gorguera de lechuguilla» o simplemente lechuguilla por sus frunces y rizos semejantes a un tipo de lechuga. Primero fueron cuellos más o menos discretos que se unían a las gorgueras femeninas pero a partir del primer tercio de este mismo siglo las lechuguillas se fueron agrandando muchísimo y además fueron utilizadas también por los hombres. Se convirtieron en cuellos desmesurados hechos con tejido de lino fino o con encajes caros, lo que daba al propietario un aspecto de personaje importante y de gran poder adquisitivo; siendo tan grande y tan tieso el cuello proporcionaba aire de empaque y arrogancia. Generalmente estos cuellos formaban conjunto con los puños.
Gorguera
La goguera era un accesorio propio del estilo renacentista, que aun se podia observar en algunos trajes, aunque con un tamaño mas pequeño que se ira reemplazando por la golilla, cuello mas practivo y pequeño o el cuello caido que presentaba bordes de encaje, los cuales respondian mejor a los ideales de la epoca y de las familias.
Estaba formada por dos o tres capas de pliegues tubulares almidonado, cuya forma y estructura se conseguian en el proceso por medio de palos que servian de armazon hasta que la tela almidonada se secaba y adquiria consistencia, entonce slos palos se quitaban. Las grogueras eran generalmente blancas, pero tambien las habia amarillas. El invento del almidonado, denunciado por los moralidas puritanos como un nuevo signo de vanidad, permitio al menos que la gorguera prescindir del armazon del alambre o apuntalador que habia necesitado hasta entonces pero ya no mas.
Estos cuellos blancos de lino que caian sobre los hombros constrastaban con las ropas oscuras que eran tendencia en holanda y españa, y auq ereflejan su dignidad y orgullo de pertenencia social. Sgund laver, tanto los hombres como las pujeres se pueden beneficiar por pañuelos o chales treansparentes.
En el siglo XV apareció el término «gorguera» que era un cuello que cubría el escote y a veces también el cuello usado especialmente por las mujeres. A mediados del siglo XVI apareció el cuello llamado «gorguera de lechuguilla» o simplemente lechuguilla por sus frunces y rizos semejantes a un tipo de lechuga u otra verdura. Primero fueron cuellos más o menos discretos que se unían a las gorgueras femeninas pero a partir del primer tercio de este mismo siglo las lechuguillas se fueron agrandando muchísimo y además fueron utilizadas también por los hombres. Se convirtieron en cuellos desmesurados hechos con tejido de lino fino o con encajes caros, lo que daba al propietario un aspecto de personaje importante y de gran poder adquisitivo; siendo tan grande y tan tieso el cuello proporcionaba aire de empaque y arrogancia. Generalmente estos cuellos formaban conjunto con los puños combinandose.

Pronto se extendió la moda de la gorguera-lechuguilla por toda Europa: Italia bajo la influencia de la familia Médici y sus alianzas con la corte francesa; Francia con el ejemplo de su rey Enrique III; Inglaterra con su reina Isabel I y todos sus seguidores; Países Bajos siendo los Austrias sus promotores; en España, al principio fue una moda incipiente que trajo el séquito de Carlos I y más tarde fue un verdadero éxito entre la gente principal y menos principal durante el reinado de Felipe II, y Felipe

III sobre todo, pues con Felipe IV el tamaño de esta prenda comenzó a disminuir hasta llegar a su desa parición. Felipe IV lo suprimió por la Pragmática de enero de 1623. Se sustituyó la lechuguilla por la va lona que acompañaba en todo momento.
El cuello llamado lechuguilla estaba confeccionado en lino fino o en encaje. La forma rizada se conseguía con unas tenacillas especiales que encañonaban la prenda y cada ondulación recibía el nombre de abanino. La firmeza se conseguía con el almidón y la sujeción con ayuda de alfileres. Era necesario conocer bien el oficio y contar con los instrumentos necesarios para hacer estos cuellos. El profesional era conocido como abridor de cuellos y estaba sujeto a unas leyes muy estrictas que deberia cumplir de ser ilegal.
Cuando la lechuguilla tenía muchos pliegues tomaban el nombre de «cuello escarolado». Este cuello se almidonaba y planchaba en las casas sin la ayuda de los complicados abridores Al ser una labor casera resultaba más barata y podían acceder a ellos los caballeros más pobres. Cervantes pone en boca de un personaje lo siguiente: «¿Por qué sus cuellos, por la mayor parte, han de ser siempre escarolados, y no abiertos con molde?»

