PRIMER PREMIO
A MI MADRE NO LE GUSTABA LA NAVIDAD Todos los años lo mismo. Cuando se acercaba la Navidad, mi madre nunca quería poner el árbol, ni el nacimiento ni los típicos adornos navideños. Nunca he podido entender por qué a muchas personas mayores no les gusta nada de nada la Navidad. Siempre que lo he preguntado la respuesta ha sido la misma: que si son días tristes porque faltan seres queridos en la mesa, que si tanta alegría por todas partes lo que hace es que echemos más en falta a los que se fueron, que si tanto villancico y tanto fun, fun, fun, acaba mareando, y que eso de “la Nochebuena se viene, la Nochebuena se va, y nosotros nos iremos y no volveremos más…” tampoco ayuda precisamente a levantar el ánimo. Así que, este año, para qué negarlo, mis esperanzas eran más nulas todavía, si cabe. Las circunstancias, lejos de ser mejores, son directamente como una losa. Por eso ayer, cuando me desperté, no podía salir de mi asombro cuando entré en el salón y lo vi todo tan impresionantemente navideño, como nunca de bonito, con muchas luces, espumillones, los adornos del árbol, las figuritas del Belén. Miré a mi madre con los ojos como platos sin entender nada. Ella se limitó a decirme sonriendo: “este año es el año. Si alguna Navidad ha hecho más falta la alegría y el optimismo, y olvidarnos todos de las cosas tristes, esa, sin duda, es esta Navidad”.
IRENE GÓMEZ DÍEZ 4º ESO