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INTERCAMBIOS EUROPEOS 2019-20
EXPERIENCIAS EN LA TOSCANA
En diciembre de 2019, un grupo de alumnos, que ahora estamos en segundo de Bachillerato, tuvimos la gran suerte de disfrutar del intercambio en Italia. Vivir esta experiencia fue algo que nunca olvidaremos. Allí convivimos con personas que, aunque en un principio no nos conocíamos, acabaron siendo nuestra familia durante unos días y muchos de nosotros tenemos la suerte de seguir manteniendo contacto con ellos.
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Nuestra aventura comenzó en Pisa, y como es de imaginar todos queríamos nuestra foto sujetando la torre. A partir de ese día y durante toda la semana visitamos diferentes lugares, desde la esperada Florencia hasta Siena, recorriendo parte de la Toscana. Todo esto nos permitió conocer, entre otras cosas, el Ponte Vecchio, El David de Miguel Ángel, los grandes genios del Renacimiento, coincidiendo además con el ambiente navideño que se respiraba en las calles.
El último día nos despedimos con la ilusión de volver a encontrarnos en Palencia meses después, pero al igual que en otras muchas cosas, el coronavirus no permitió que se completara este intercambio.
Alicia González
Pasado año y medio desde que algunos alumnos de 1º de Bachillerato tuvimos la suerte de ir de intercambio a la maravillosa ciudad de Florencia, recordamos una semana llena de emociones y nuevas experiencias y descubrimos una forma de vivir muy parecida a la nuestra junto con personas increíbles.
Mi “italiana” y su familia me acogieron como un miembro más durante mi estancia allí. Un virus cambió la vida de todos y no fue posible que ellos y nosotros pudiéramos disfrutar la otra parte del intercambio en Palencia.
Fue el mejor viaje de mi vida, un punto de inflexión que marcó un antes y un después. Sé que nunca olvidaré esta experiencia tanto a nivel personal como a nivel cultural o lingüístico. Nunca perderé la ilusión de volver a ver a los que fueron “mi familia” por una semana.
Mabel Melgar
Es toda una suerte haber vivido esta bonita experiencia y la recomendamos al 100%.
La parte que más nos gustó fue conocer a nuestras “compañeras” italianas, su cultura, cómo abrieron las puertas de sus casas, su generosidad y cómo nos trataron.
Elena y Mencía

Y llegó el momento de decir “Adiós Florencia”:
El día comenzó Y era ya el último Tras una buena experiencia Tocaba volver a Palencia Llegamos al colegio En un triste ambiente Se olía la despedida Lo sabía la gente Antes de partir con tiempo Visitamos un cenáculo Allí había muchas obras era todo un espectáculo Había muchas salas Donde el arte abundaba Estaban todas llenas Especialmente la última cena El autobús había llegado Sabíamos que había acabado Entre llantos y sollozos Tras una vivencia de gozo Una vez subidos al avión Esperamos con emoción Poder lograr la hazaña De llegar con tiempo a España Cuando pisamos tierra Tuvimos la brillante idea De ir a cantar el villancico Con nuestros amigos Bonn_itos. Ha sido un gran viaje ¡Qué suerte de compartirlo! Esperamos con los brazos abiertos A nuestros nuevos amigos. Alvaro Polanco, Eduardo Aguado y Javier Carracedo Resumir en unas líneas lo que ha supuesto para nosotras, como coordinadoras del intercambio con el instituto ISS Peano en Florencia, es difícil; quizás porque fue una experiencia sin concluir y sin que los 24 alumnos italianos y sus profesoras hayan tenido la oportunidad de conocer nuestro colegio, la hospitalidad de nuestras familias y nuestra cultura.
Nuestros alumnos fueron enormemente afortunados al poder vivir desde un hogar italiano una experiencia de aprendizaje cultural y lingüístico durante una semana. Pero todo empieza mucho antes, con muchas horas de trabajo de ambos centros para fijar fechas, organizar visitas, hacer parejas de alumnos, planificar actividades, aprovechar cada día al máximo ... y mucha responsabilidad.
Para nosotras era nuestra tercera experiencia de intercambio con Italia y queríamos que nuestros alumnos disfrutaran al máximo.
Aterrizar en Pisa nos dio la oportunidad de recorrer el Campo dei Miracoli y sacar las primeras fotos de mil poses distintas y ver la bonita ciudad en torno al río Arno.
La bienvenida en Florencia estuvo llena de abrazos de los compañeros italianos y mucha cercanía de las familias.
El instituto siempre fue nuestro punto de encuentro diario para asistir a diferentes actividades y desde allí empezar cada día nuestro recorrido por la maravillosa ciudad de la Toscana. En Florencia el arte está por todos los rincones, en las calles y en los interiores; visitamos eL Palazzo Vecchio con sus innumerables galerías, la plaza de la Signoría, Ponte Vecchio y sus puestos de joyas a ambos lados, el Palacio Medici, los jardines de Boboli, la Santa Croce con sus puestos navideños, la catedral de Santa María de Fiore de la que parten innumerables calles a todos los rincones, la Galeria degli Uffizi con el David que nos “enamoró” a todas.
Aprendimos de su arte y disfrutamos de su cocina, de las pizzas, la pasta y sus maravillosos helados. La ciudad anunciaba la Navidad que se vivía en las luces de sus tiendas y en el bullicio de sus calles.
Visitamos la ciudad de Siena y nos sorprendimos de su plaza semicircular, donde todos los años los diferentes distritos se enfrentan en una carrera de caballos conocida como “El Palio”. Recorrimos San Guimignano, un pequeño pueblo medieval del s. XIII cuyos habitantes rivalizaban por tener la torre más alta.
Siempre orgullosas del saber estar de “nuestros alumnos filipenses” disfrutamos de risas compartidas, nuevas amistades, planes para realizar en España y lloros en la despedida. Nunca nos imaginamos que la segunda parte del intercambio en Palencia no se pudiera realizar.



Conchi y Ana Fátima

Nuestro intercambio en Alemania


El día 11 de diciembre de 2019 comenzaba nuestra experiencia en el intercambio de Alemania. Fue un día cargado de emociones y aunque cogíamos el autobús rumbo a Madrid a las 5 de la mañana, no fue difícil para nosotros madrugar ya que los nervios y la emoción eran mucho mayores que el sueño que pudiéramos tener ese día.
Tras despedirnos de nuestras familias partimos hacia el aeropuerto de Madrid.
Una vez en el aeropuerto, después de facturar nuestro equipaje, nos llevamos una pequeña decepción al ver que nuestro vuelo se retrasaba varias veces pero, tras esta espera, llegó el momento de volar. El vuelo fue muy tranquilo y agradable y a medida que nos acercábamos a nuestro destino los nervios iban creciendo más y más. Llegamos un poco más tarde de lo previsto al aeropuerto de Colonia y después de coger dos autobuses llegamos a Bonn, al colegio Carl-Von-OssietzkyGymnasium, donde nos esperaban nuestros compañeros alemanes. Tras saludos tímidos y nerviosos entre españoles y alemanes, el colegio nos recibió con una comida de bienvenida y, después de esta, cada uno nos marchamos junto a nuestros compañeros a casa de nuestras familias, donde nos recibieron muy bien y nos hicieron sentir como en casa. Fue un día cargado de emociones y nos fuimos pronto a descansar.
El día siguiente comenzó como cualquier día de nuestra vida normal, asistiendo al colegio. Allí nos separaron en grupos pequeños y tuvimos la suerte de asistir a algunas clases donde comprobamos que existían grandes diferencias entre su ritmo escolar y el nuestro. Posteriormente, los alumnos internacionales del centro nos mostraron todos los rincones de su colegio. Una vez terminada nuestra labor, pusimos rumbo al centro de la ciudad, donde relizamos un tour y, gracias a nuestro guía, pudimos conocer muchos lugares de Bonn como la casa de Beethoven, la universidad o el ayuntamiento. Cuando finalizó nuestra visita guiada, fuimos al mercado navideño de Bonn, un lugar situado en el centro de la ciudad cargado de espíritu navideño. Allí nos recogieron nuestros compañeros alemanes, pasamos la tarde todos juntos y después nos fuimos a casa. El día siguiente comenzó en el colegio, nos reunimos todos y con caras de cansancio nos dirigimos al pueblo de Ahrweiler. El camino se nos hizo un poco largo y tras varias repeticiones de la típica pregunta “¿Cuánto queda?”, llegamos a nuestro destino, no sin sufrir antes un pequeño susto por un móvil perdido que resultó estar en el fondo de una mochila. Gracias a un guía muy amable pudimos conocer un poco más a fondo un bunker alemán y aprendimos un poco más de la historia alemana y de la vida durante la Guerra Fría. Después de esta visita nos dirigi-
mos al mercado navideño de este pequeño pueblo donde pudimos comer juntos y coger fuerzas para continuar con el día. Finalmente regresamos al colegio, allí nos esperaban los alemanes para pasar la tarde juntos.
El fin de semana llegó, y con él, los días con las familias. Cada persona tuvo experiencias distintas, desde visitas a pueblos cercanos y castillos como el Castillo de Drachenburg hasta el parque de atracciones de Phantasialand, al cual fuimos casi todos los españoles junto a los alemanes.

Pasamos un domingo estupendo y todos coincidimos que fue uno de los mejores días en Bonn y, aunque el tiempo no fue el mejor, eso no nos impidió subirnos en cada atracción, incluidas las de agua, de las que salimos empapados. El día acabó de la mejor forma posible, viendo los fuegos artificiales junto a nuestros amigos alemanes. ¡Fue un día increíble!
Tras el fin de semana llegó el lunes, un día cansado para todos y pasado por agua en el que de nuevo cogimos el más que conocido bus 604 con dirección al centro de Bonn, donde nos esperaba un tren que nos llevó directamente al centro de Colonia. Tras un paseo por el río Rin llegamos al museo del chocolate en el que conocimos el proceso de producción del chocolate y su historia gracias a un tour guiado (en inglés como siempre). Más tarde nos dirigimos al famoso puente de Hohenzollern, un puente repleto de candados que colocan las personas para sellar su amor, continuamos el
día conociendo la majestuosa catedral de la ciudad con una torre con más de 600 escalones y que los más valientes se atrevieron a subir para disfrutar de unas vistas inigualables. Tras esto tuvimos varias horas de tiempo libre para conocer un poco más la ciudad, comer y visitar los mercados navideños tan especiales. Finalmente volvimos a Bonn, donde nos esperaban los alemanes para pasar todos juntos la tarde.
El intercambio iba poco a poco llegando a su fin y el martes tuvimos dos de las visitas que más nos gustaron de la semana. La primera fue la visita al Museo del Haus der Geschichte, un museo muy interesante en el que aprendimos muchas cosas de la Alemania democrática, la Guerra Fría y la separación de Alemania. El segundo fue el Kunstmuseum, un museo de arte que tras una breve explicación de algunos cuadros tuvimos la suerte de ver más a fondo disfrutando libremente de sus obras aunque no comprendiéramos algunas de ellas. Después de estas visitas regresamos al centro de Bonn y pudimos disfrutar todos juntos de más de 2 horas de patinaje sobre hielo que aprovechamos al máximo. Para acabar el día fuimos todos a cenar al mejor restaurante italiano de la ciudad y volvimos a casa. La madrugada del miércoles 18 nos despedimos de los que habían sido nuestra familia durante una semana entera y aunque algunos alemanes no pudieron acompañarnos al aeropuerto otros sí que estuvieron con nosotros despidiéndose de todos allí. Fue un día triste para nosotros ya que pensábamos que tendríamos que esperar casi 5 meses para volver a ver a estos grandes amigos que nos habían acompañado y ayudado a que nuestra experiencia allí fuera genial. ¡Poco podíamos imaginar que una pandemia mundial nos impediría ese deseo de verlos de nuevo en nuestra ciudad! ¡Pero teníamos que volver ya que al día siguiente nos esperaba un festival de villancicos con sorpresa incluida por parte de nuestros compañeros del intercambio de Italia!. En el aeropuerto, antes de coger el avión de camino a España, entregamos a Elena y a Javi unos pequeños detalles como agradecimiento por la paciencia que tuvieron con nosotros y por cuidarnos tan bien.
Sin ninguna duda, ha sido una experiencia insuperable y estamos muy agradecidos a todas las personas que lo han hecho posible. María Escudero Castañeda


