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Hepatitis vírica

Fuente paho.org

En su reunión del año 2010, la Asamblea Mundial de la Salud resolvió que el día 28 de julio deberá ser designado como el Día Mundial de la Hepatitis. El Día Mundial de la Hepatitis se destina a proporcionar una oportunidad para la educación y una mayor comprensión de las hepatitis virales como un problema mundial de salud pública, y para estimular el fortalecimiento de las medidas de prevención y control de dicha enfermedad en todos los países el mundo.

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¿Qué es la hepatitis?

La hepatitis es una inflamación del hígado, causada comúnmente por una infección viral.

Hay cinco virus principales de la hepatitis, denominados como tipos A, B, C, D y E. Estos cinco tipos son de gran preocupación debido a las enfermedades y muertes que causan, y a la posibilidad de brotes y potencial de propagación epidémica. En particular, los tipos B y C conducen a la enfermedad crónica en cientos de millones de personas y, en conjunto, son la causa más común de cirrosis hepática y cáncer. Las hepatitis A y E suelen estar causadas por la ingestión de alimentos o agua contaminada.

Las hepatitis B, C y D por lo general se producen como resultado del contacto parenteral con fluidos corporales infectados. Los modos de transmisión de estos virus incluyen la recepción de productos contaminados con sangre o hemoderivados, procedimientos médicos invasivos con equipos contaminados; además, la transmisión de la hepatitis B ocurre de la madre al recién nacido durante el parto, de un miembro de la familia al infante, y también por contacto sexual.

La infección aguda puede presentarse con síntomas limitados o sin síntomas, o puede incluir síntomas como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga extrema, náuseas, vómitos y dolor abdominal.

¿Cuales son los diferentes virus de la hepatitis?

Los científicos han identificado cinco virus únicos de la hepatitis, identificados con las letras A, B, C, D y E. En tanto que todos los virus resultan en enfermedades hepáticas, ellos varían clínicamente de manera importante.

• Virus de Hepatitis A (VHA) está presente en las heces de personas infectadas y casi siempre se transmite a través del consumo de agua o alimentos contaminados. Ciertas prácticas sexuales también pueden propagar el VHA. Las infecciones, en muchos casos son leves, y la mayoría de la gente tiene una recuperación completa y permanece inmune a otras futuras infecciones causadas por el VHA. Sin embargo, las infecciones por el VHA también pueden ser graves y potencialmente mortales. La mayoría de las personas en distintas zonas del mundo, donde las condiciones sanitarias son deficientes, han sido infectadas con este virus. Vacunas seguras y eficaces están disponibles para prevenir el VHA.

• Virus de Hepatitis B (VHB) se transmite a través de la exposición a sangre infectada, semen y otros fluidos corporales. El VHB puede ser transmitido de madres infectadas a los recién nacidos en el momento del nacimiento o de un miembro de la familia a los menores durante su infancia. La transmisión también puede ocurrir a través de transfusiones sanguíneas y productos contaminados con hepatitis B, las inyecciones contaminadas durante los procedimientos médicos, y mediante el uso de drogas inyectables. El VHB también representa un riesgo para los trabajadores de la salud que sufren lesiones por pinchazos accidentales, mientras cuidan de los pacientes infectados por el VHB. Una vacuna segura y efectiva para prevenir el VHB está disponible.

• Virus de Hepatitis C (VHC) es mayormente también transmitida a través de la exposición a la sangre infectada. Esto puede ocurrir a través de transfusiones sanguíneas y productos contaminados con el VHC, las inyecciones contaminadas durante los procedimientos médicos, y mediante el uso de drogas inyectables. La transmisión sexual es posible,

pero es mucho menos común. No hay vacuna contra el VHC.

• Virus de Hepatitis D (HDV), las infecciones ocurren sólo en aquellos que están infectados con el virus de la hepatitis B (VHB). La doble infección de VHD y el VHB puede resultar en una enfermedad más grave y con un peor resultado. Vacunas seguras y eficaces contra la hepatitis B proporcionan protección contra la infección por HDV. • La reducción del daño para los usuarios de drogas inyectables previene la transmisión del VHB y el VHC.

• Virus de Hepatitis E (VHE), al igual que el virus de la hepatitis A (VHA), se transmite a través del consumo de agua o alimentos contaminados. VHE es una causa frecuente de brotes de hepatitis en las regiones y países en desarrollo y es reconocida como una causa importante de enfermedades en los países desarrollados. Vacunas seguras y eficaces para prevenir la infección por VHE se han desarrollado, pero no están ampliamente disponibles.

¿Cómo se puede prevenir la hepatitis viral?

• Las vacunas seguras y eficaces están ampliamente disponibles para la prevención del VHA y VHB.

• El tamizaje de la sangre utilizada para transfusiones puede prevenir la transmisión del VHB y el VHC. contra la transmisión del VHB y el VHC.

• Prácticas sexuales más seguras, reduciendo al mínimo el número de parejas y el uso de barrera (condón) con medidas de protección ha demostrado que protege contra la transmisión del VHB y el VHC.

• Alimentos y agua segura proporcionan la mejor protección contra el VHA y el VHE.

¿Cómo se trata la hepatitis viral?

Los agentes antivirales activos contra el VHB existen. Tratamiento de la infección por el VHB ha demostrado reducir el riesgo de cáncer de hígado y la muerte. Se estima que el 20-30% de las personas con infección por el VHB podrían beneficiarse del tratamiento. Sin embargo, los fármacos activos contra el VHB no están disponibles o no son muy utilizados en las personas infectadas con el VHB. En la actualidad, las recomendaciones de agentes antivirales que se usan para el tratamiento del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) no suprimen adecuadamente el VHB, que es de gran preocupación para el 10% de las personas infectadas por el VIH en África que están coinfectados con VHB.

VIVIENDO CON LA DIABETES: CUIDANDO TU CORAZÓN

Fuente www.niddk.nih.gov

Foto por Bigstockphoto

¿Cómo puedo reducir mi probabilidad de tener un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular si tengo diabetes?

El cuidado de su diabetes le ayuda a cuidar el corazón. Puede reducir su probabilidad de tener un ataque al corazón o un ataque cerebral siguiendo los siguientes pasos para controlar su diabetes y mantener el corazón y los vasos sanguíneos sanos.

Controle los factores clave de la diabetes

Conocer los factores clave de la diabetes le ayudará a controlar su nivel de glucosa en la sangre, presión arterial y colesterol. Si tiene diabetes, también es importante que deje de fumar para disminuir su posibilidad de tener enfermedades del corazón.

Glucosa en la sangre: La prueba A1C muestra el nivel promedio de glucosa en la sangre durante los últimos 3 meses. Esta prueba es diferente de los controles de glucosa en la sangre que usted se hace todos los días. Cuanto más alto sea su número de A1C, mayores habrán sido sus niveles de glucosa en la sangre durante los últimos 3 meses. Los niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los riñones, los pies y los ojos.

La presión arterial: La presión arterial es la fuerza que la sangre ejerce contra las paredes de los vasos sanguíneos. La presión arterial alta hace que el corazón se esfuerce demasiado. Puede causar un ataque al corazón, ataque cerebral y daño en los riñones y los ojos. Para la mayoría de las personas con diabetes, el nivel ideal de presión arterial es menos de 140/90 mm Hg. Pregúntele a su equipo de atención médica cuál es su nivel ideal.

El colesterol: Hay dos tipos de colesterol en la sangre: el LDL y el HDL. El LDL o colesterol

“malo” puede acumularse y tapar los vasos sanguíneos. Los niveles altos de colesterol malo pueden causar un ataque al corazón o un ataque cerebral. El HDL o colesterol “bueno” ayuda a sacar al colesterol malo de los vasos sanguíneos.

Pregúntele a su médico u otro miembro de su equipo de atención médica cuál es el nivel ideal de colesterol para usted. Si es mayor de 40 años, es posible que deba tomar medicinas, como las estatinas, para bajar el colesterol y proteger el corazón. Algunas personas con un nivel muy alto de colesterol LDL (“malo”) pueden necesitar tomar medicinas desde una edad más joven.

Deje de fumar. Dejar de fumar es especialmente importante para las personas con diabetes porque tanto fumar como la diabetes reducen el diámetro de los vasos sanguíneos. El estrechamiento de los vasos sanguíneos hace que el corazón tenga que esforzarse más.

Si usted deja de fumar puede: • Mejorar su glucosa, colesterol y presión arterial • Mejorar su circulación sanguínea • Resultarle más fácil mantenerse físicamente activo

Establezca o mantenga hábitos saludables en el estilo de vida

Establecer o mantener hábitos saludables en el estilo de vida puede ayudarle a controlar su diabetes y prevenir las enfermedades del corazón.

• Siga su plan de alimentación saludable. • Haga que la actividad física sea parte de su rutina. • Mantenga o llegue a un peso saludable. • Duerma lo suficiente.

Establezca o mantenga hábitos saludables en el estilo de vida. La actividad física puede ayudarle a controlar su diabetes y a manejar el estrés. Aprenda a controlar el estrés

El control de la diabetes no siempre es fácil. Sentirse estresado, triste o enojado es común cuando se tiene diabetes. Es posible que usted sepa qué debe hacer para mantenerse

• Disminuir su riesgo de un ataque al corazón, ataque cerebral, enfermedades de los nervios, enfermedades de los riñones, enfermedad diabética del ojo y amputación

saludable, pero que tenga problemas para seguir su plan todo el tiempo. El estrés a largo plazo puede subir el nivel de glucosa en la sangre y la presión arterial, pero es posible aprender cómo reducir el estrés. Intente respirar profundo, hacer jardinería, salir a caminar, practicar yoga, meditar, tener un pasatiempo, o escuchar su música preferida. Aprenda más sobre maneras saludables de manejar el estrés.

Tome medicinas para proteger su corazón

Las medicinas pueden formar parte importante de su plan de tratamiento. Su médico u otro profesional de la salud le recetará medicinas según sus necesidades específicas. Las medicinas pueden ayudarle a:

• Alcanzar sus niveles ideales de glucosa en la sangre (A1C), presión arterial y colesterol. • Reducir su riesgo de coágulos de sangre, un ataque al corazón o un ataque cerebral. • Pregúntele a su médico si debe tomar aspirina.

La aspirina no es segura para todos. Su médico puede decirle si usted debería o no tomar aspirina y exactamente cuánto tomar. Las estatinas pueden reducir el riesgo de tener un ataque al corazón o ataque cerebral en algunas personas con diabetes. Las estatinas son un tipo de medicina que a menudo se usa para ayudar a las personas a alcanzar sus niveles ideales de colesterol. Hable con su médico para saber si usted debería tomar una estatina.

Hable con su médico si tiene preguntas sobre sus medicinas. Antes de comenzar una nueva medicina, pregúntele a su médico acerca de los posibles efectos secundarios y cómo puede evitarlos. Si los efectos secundarios de la medicina le molestan, dígale a su médico. No deje de tomar sus medicinas sin antes hablar con su médico.

EDUCACIÓN PARA EL AUTOCONTROL PARA USUARIOS CON DIABETES

Al momento del diagnóstico, al usuario con diabetes le surgen diferentes de preguntas que difícilmente podrán ser respondidas en un primer contacto con el profesional de la salud: ¿Qué es la diabetes?, ¿tiene cura?, ¿cuál es su tratamiento?, ¿cómo le va a cambiar la vida?, ¿Tendrá que renunciar a comer lo que le gusta?, ¿va a morir pronto?, etc. Cuando la persona se enfrenta a una situación que considera peligrosa y percibe a la diabetes como “una enfermedad terrible” puede presentar reacciones de negación (resistiéndose a aceptar el diagnóstico), de ansiedad y/o depresión, que obstaculizan el aprendizaje.

Por esto, es indispensable que el educador indague primero las experiencias, creencias y actitudes de la persona en relación con la diabetes para ayudarle a “normalizar” su condición antes de intentar avanzar en el proceso educativo.

Es posible que en un primer momento la persona no esté en condiciones de asimilar mucha información, entonces será necesario priorizar lo que debe saber para su supervivencia.

La primera función que suele cumplir el educador es la de brindar contención emocional, permitiendo la expresión de sentimientos y ayudando a identificar los recursos personales y familiares para afrontar esta nueva condición.

Si bien no existe una jerarquía en orden de importancia, la evidencia ha demostrado que el paciente es o debe ser el actor principal en el cuidado de su salud. Esto unido al apoyo de su familia y de un equipo de salud interdisciplinario. de cada 10 consultan información en Internet antes o después de la consulta y que, incluso, un 40% toma decisiones sobre su salud con base en la información encontrada en Internet.

No obstante, no toda la información es adecuada ni está actualizada y una función del educador es evaluar los conocimientos previos de la persona con diabetes y funcionar como “filtro” para construir sobre las ideas acertadas un conocimiento válido y contextualizado.

Rol de la Persona con Diabetes

El rol del paciente en la educación en diabetes con respecto a la modificación de hábitos de estilo de vida, la persona deberá hacer cambios en la alimentación, evitar el sedentarismo, si fuma deberá dejar el cigarrillo, tomar glucometrías, crear nuevas costumbres para respetar los horarios de los medicamentos, adaptar las exigencias del tratamiento a su entorno social y laboral y algunos pacientes deberán aprender todo lo relacionado con el uso de insulina.

El estrés que generan dichos cambios puede llegar a afectar las relaciones familiares y sociales y hacer vulnerable a la persona a desarrollar depresión, lo que a su vez se asocia con baja adherencia a pautas de autocuidado y pobre control metabólico.

La persona con diabetes puede alcanzar todas las metas terapéuticas siempre y cuando asuma que el cuidado de la diabetes es una responsabilidad personal, puede lograrlo por medio de un conocimiento profundo de la enfermedad y su tratamiento, apoyado de un adecuado grupo de soporte familiar y profesional.

La Educación en Diabetes ser el encargado de permitirle participar en experiencias que le permitan aprender sobre el cuidado de su enfermedad.

Los educadores entrenan a los pacientes para que midan su glucosa, se administren insulina, se dosifiquen con los medicamentos necesarios y documenten el progreso. Ayudan en la creación de estrategias y líneas de tiempo para aquellos con diabetes Tipo 2 y así puedan alcanzar cualquier meta que tengan en mente.

Es muy importante que el educador reconozca sus creencias y prejuicios, para que, al momento de interactuar con los pacientes pueda diferenciarlos de los conocimientos.

Algunos estudios han demostrado que las intervenciones educativas ayudan al paciente a:

• Reducir el peso y la presión arterial. • Mejorar adherencia al tratamiento. • Reducir la hemoglobina glicosilada, hasta en un 1,4%. • Prevenir el desarrollo de complicaciones de la diabetes. • Desarrollar el sentido de autocontrol. • Mejorar calidad de vida.

¿Cuál es el rol del educador?

El rol del educador, es el de ser el guía del paciente en su proceso de aprendizaje. De Finalmente, es importante que el educador cuente con un amplio conocimiento de la enfermedad y su cuidado, para que pueda planear las estrategias de aprendizaje de manera adecuada.

Nota de cierre:

Para la construcción de este artículo, se tuvo en cuenta el Currículo Internacional de la Educación en Diabetes establecido por la Federación Internacional de diabetes, disponible en www. idf.org y el contenido del Curso de Educación en Diabetes para Educadores que la Asociación Colombiana de Diabetes dicta de manera presencial desde el año 1999.

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