LOS CANTOS ZAPOTECOS DE VILLA ALTA: DOS GÉNEROS RITUALES INDÍGENAS Y SUS CORRESPONDENCIAS CON LOS CANTARES MEXICANOS David Tavárez Introducción Entre los años de 1702 y 1704, fray Ángel Maldonado, entonces recientemente arribado a la silla episcopal de Oaxaca, realizó una serie de visitas pastorales a la montañosa provincia de Villa Alta, al norte de su sede, con el fin de convencer a los habitantes indígenas de la región de que abandonaran una serie de prácticas sociales y religiosas consideradas como “idolátricas” desde la perspectiva doctrinal cristiana de la época. Las visitas de Maldonado tenían un precedente punitivo que había causado un gran impacto en la región: la ejecución y descuartizamiento por el alcalde mayor de quince indígenas de ticha zaa, o habla zapoteca, luego de una rebelión en San Francisco Cajonos en 1700, que había precedido el linchamiento de dos indígenas delatores de una ceremonia ritual colectiva en el pueblo (Gillow 1978, Tavárez 2006b). Maldonado, que había logrado la conmutación de la pena de muerte contra algunos de los rebeldes de Cajonos, proclamó una amnistía general por causas de idolatría, a la que podría acogerse todo pueblo de indios en la región que hiciera una confesión colectiva de sus prácticas religiosas locales. Gracias a esta novedosa estrategia, Maldonado pudo llevar a cabo la más ambiciosa y moderna campaña contra “idolatrías” realizada en la Nueva España: entre septiembre de 1704 y enero de 1705, los oficiales de república de unas 105 comunidades Todas las traducciones del zapoteco o náhuatl que aparecen en este ensayo son mías. Siguiendo el uso idiomático de este término en el español de México, este trabajo utiliza el adjetivo zapoteco/a como un préstamo hispanizado del término náhuatl zapotecatl. Ticha zaa y titza zaa son dos de las más comunes variantes ortográficas coloniales, en zapoteco de Cajonos y zapoteco nexitzo y bijanos, respectivamente, de una expresión traducible como “palabra/ idioma zapoteco”. No obstante, los escribanos zapotecos coloniales tienden a enfatizar la identidad local y comunitaria muy por encima de términos identitarios más generales. De esta manera, un “indígena zapoteco” es usualmente designado como bene (yeche/yetze) “persona (del pueblo de)”.