parc d’atraccions literàries núm. 3(oct. 2017) Biblioteca Josep Ma. López-Picó-Vallirana Es diu Mary, té els cabells de color de llet i una cama esguerrada. A casa seva, a l’Anglaterra rural del 1830, treballa de sol a sol al costat de la mare i les seves germanes. Amb només catorze anys, ha de deixar la granja per anar a servir a casa del vicari. No s’imagina com està a punt de canviar-li la vida.
En la República de Gilead, el cuerpo de Defred sólo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas por la dictadura puritana que domina el país. Pero nadie, ni siquiera un gobierno despótico parapetado tras el supuesto mandato de un dios todopoderoso, puede gobernar el pensamiento de una persona. Y mucho menos sus deseos.
A menudo los personajes de Edith Pearlman no tienen nombre o tienen uno que el lector olvida; lo que les otorga personalidad (y por consiguiente, sentido) es su relación con los espacios: el bar de un hotel, la biblioteca de un crucero, el salón monocromático de una pareja...
«Vivim. Vivim. El que importa és que vivim i poc més importa que viure». Elfriede Jelinek denuncia, la hipocresia del discurs públic cap als refugiats en un món globalitzat on el capital financer és mòbil metre les persones han de fer front a nombrosos obstacles socials.
Jack Carter, principal sicario de los mafiosos londinenses Les y Gerald Fletcher, regresa a su ciudad natal, para el funeral de su hermano Frank. Según la policía, su muerte fue accidental. Pero Jack comienza a indagar por su cuenta.
Después de que su padre sea asesinado por la policía, nuestro protagonista, un agricultor urbano y fumador habitual de marihuana, se embarca en un controvertido experimento social: reintroducir la esclavitud en una comunidad afroamericana de la California contemporánea.
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