Fotógrafo Gabriel Carvajal Pérez El último de los tradicionales y el primero de los modernistas Medellín, 1916-2008 Investigación y textos: Zoraida Arcila Aistizabal. Historiadora Universidad Nacional Magister en Historia de la Universidad de Antioquia.
Al igual que los textos o los testimonios orales, las imágenes son una forma importante de documento histórico. Peter Burke, Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico (trad. 2005) 1.
Gabriel Carvajal Pérez, distinguido fotógrafo de la ciudad de Medellín, nació el 21 de agosto de 1916, en el seno de una numerosa familia antioqueña. Sus padres, Evelio Carvajal y Ana Pérez, conformaron un hogar de ocho hijos, de los cuales Gabriel era el mayor: Mario, Ana, Marta, Lía, Eduardo, María Elena y José Miguel. Su línea artística la debió principalmente a sus abuelo paterno, Álvaro Carvajal Martínez, quien iniciando el siglo XX fundó el Taller Carvajal en Medellín. Ciudad en la que él y posteriormente sus 11 hijos, se destacaron por sus habilidades manuales para la talla en madera, cemento y bronce, tanto de esculturas religiosas en diversas iglesias católicas de Antioquia, como de bustos de personajes importantes en la escena militar. Entre las más características, se cuentan las imágenes del cristo resucitado, la Virgen del Carmen, el busto del general Jorge Robledo y el monumento del Libertador Simón Bolívar, ubicado en municipios como Yarumal, Santa Rosa de Osos y Don Matías. Fue en el taller de la familia, donde Gabriel Carvajal inició su interés por el arte, pues ayudaba principalmente en los últimos toques de decoración de los santos, utilizando la técnica del óleo. Uno de los recuerdos de las habilidades de algunos de sus tíos, fue rememorado en la entrevista publicada en 1995, “Angélica era la encargada de realizar los vestidos de los santos (…) Miguel Ángel era experto en maderas, en cortar, pegar y pulir la madera en bruto (…) Roberto se dedicó más que todo a trabajar el mármol. Los bajo relieves, las lápidas y placas de monumentos en los municipios era en lo que más se ocupaba. Rómulo trabajaba con su gente en Sonsón, venía aquí a Medellín, conversaban y se enteraban, conseguían libros de escultura y de imaginería importados (…) Constantino era el más pintor de todos (…) Evelio, mi papá, también trabajaba en el taller. Hacía dos cosas: escultura y decoración. También fabricaba altares”2.