La disciplina, término que se ha manejado dentro del proceso educativo y aplicado con poca acertividad, ahora conocido como normas de convivencia social, faculta a los y las protagonistas del proceso de enseñanza - aprendizaje a su construcción o compromiso individual para ejecutarlas y desempeñarse por ver cumplidas dichas normas.
El aula es un ambiente en donde es fácil descubrir dificultades en las relaciones sociales, adaptabilidad, sentido común, empatía, conductas individuales y otros. Esto quiere decir, que el docente debe conocer las formas en que se dan estos fenómenos de convivencia entre los actores del proceso educativo reconociendo que él no solo es transmisor de conocimientos científicos, sino que es transmisor de valores, facilita y orienta el clima del aula para lograr una mejor
aceptabilidad entre todos y todas.