Biblioteca Juan de Valdés 50 Aniversario

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estas tradiciones es medular al quehacer teológico. La necesidad misionera de las comunidades de fe corren a través de la escritura de las tradiciones orales sobre Jesús: “… estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn 20.31). La única excepción a la tarea de escritura que hoy nos imponemos es la de Jesús de Nazaret. Lo único que es registrado como escritura de parte de Jesús es en el relato de los dos prendidos en pleno acto de adulterio (Jn 7.598.10). Este relato no se encuentra en los mejores manuscritos de los primeros siglos ni fue citado por los padres del periodo canónico, porque no lo conocían. Posiblemente fue parte del Pastor de Hermas, que Tertuliano difamó como el pastor de los adúlteros por este relato de Jesús con la mujer adúltera. Como justicia poética, la iglesia lo añadió a Juan como un modelo de una persona que recibió a Jesús como la luz del mundo (Jn 8.12). 14 La fe de la iglesia ha sido nutrida y marcada con márgenes claros de lo que es el evangelio de Jesucristo con esta colección diversa de los cuatro evangelios. Ha sido en la lectura orante de estos evangelios que la iglesia ha podido encontrar su fe, rumbo y una espiritualidad para la vida. La iglesia en el Caribe tiene como uno de sus testimonios de fe la historia del fundador de la Iglesia Metodista cubana. Fue leyendo el evangelio de Mateo que sintió la presencia de Dios y se comprometió con el evangelio. Así, miles de otras personas, han encontrado sentido a sus vida, han sido orientadas en momentos difíciles de la vida, han 14

Para la discusión sobre el problema textual vea a Bruce M. Metzger, Un Comentario Textual al Nuevo Testamento, Nueva York: Sociedades Bíblicas Unidas, 2006.

podido discernir situaciones de crisis a la luz de aquellas palabras de Jesús que son la “verdad de las cosas en las cuales han sido instruidos” (Lc 1.3). No es la verdad como adecuación de la mente a la realidad, sino la verdad como la autenticidad humana frente a la vida y la sociedad. Al vidente de Patmos, el Cristo Vivo le ordena que escriba las visiones que ha de recibir: “…[e]scribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias” (Apoc 1.11). En este caso, se presenta la escritura como una orden divina o un imperativo. Hoy para nosotros, es un imperativo poner por escrito nuestros sermones, estudios bíblicos, conferencias, testimonios, en ánimo de creer que también nuestro estudio orante de las tradiciones de fe son palabra de Dios para nuestro tiempo, y nuestro testimonio de fe. Fundamento ético para la escritura Uno de los criterios para verificar la teología son sus frutos, “por sus frutos los conoceréis” (Mt7.15). Cuando hablamos de la ética de la escritura, nos referimos a qué persona, iglesia, sociedad, mundo, ecología se producirá por nuestra escritura y por la ausencia de la misma. Generalmente, el concepto ética se ha entendido como moral, del concepto griego “etos" con "e corta". 15 Esa es una posibilidad, pero es tremendamente conservadora, porque lo que trata es de justificar los valores del presente que pueden ser parte del problema de la opresión. Contra el concepto “etos" con e minúscula (épsilon), el mundo helenístico nos legó otro concepto de la ética “etos” con "e larga" (eta). En este caso significa “casa, morada, establo”. La idea es que sea un lugar donde haya vida y quepan todas las personas, 15

Estoy siguiendo a L. Boff, Ética y Moral, Santander: Sal Terrae, 2004.


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