Sobre estas lineas: La típica instantánea sujetandose a la famosa bavaresa de la vía Valentin Casanovas de la paret de l’Aeri, una de las mejores rutas de la vertiente norte montserratina. Foto Toño Carasol. Parte superior derecha: Jaume Prat realizando el penúltimo largo de la vía Rat Penat, uno de los pocos itinerarios que alcanzan directamente la cima de Sant Jeroni. Debajo: Escalando en la vía Anglada-Cerdà del Frare Gros, donde destaca el gran techo que domina la plomada pared.
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de la Agulla del Senglar y la Agulla Fina dels Naps de Baix dónde destaca su famosa vía Lourdes (93). Un tremendo 8b desplomado de 60 m, que atrajo incluso a ilustres de la talla de Alex Huber a este insólito rincón de la montaña, donde paradójicamente en su día se juntaron los mejores para conquistar la cima de la Agulla Fina considerada el último problema montserratino. Donde no hubo problema alguno fue en el sector de las cuevas del Salnitre en Collbató, pese a su reputación de roca mediocre según las malas lenguas. Con las aperturas de la vía Picnic (91) y la vía de l’Aranya (97) se comprobó que el terreno era ideal para levantar la palestra clásica más cercana al asfalto, y con el clima más suave para escalar durante todo el invierno. La zona de las Agulles tampoco quedó al margen de las novedades, con itinerarios de 7º grado abiertos por abajo como la Sarajevo (93) de Edu Torrens y Edu Requena en la Miranda de les Boigues, o l’Antibeibi (99) de Ajipi, Xavi y Nando Bustamante en la Bessona
Inferior. Destaca también el acierto de infinidad de líneas auténticas abiertas por Juan Vergara Juanillo y compañía, en algunos de los muros más arrogantes de la zona, como el Hobbit (85) o la vía dedicada a J.Mª Alsina (99), las dos en el Setrill. El perímetro sur fue consolidando un sector tras otro, desde el popular Vermell del Xincarró hasta el Serrat dels Monjos, amortizando todo aquello escalable casi siempre bien equipado con parabolts, razón principal de su rápida frecuencia y difusión. Una incursión que alarmará a los gestores del parque, deliberando durante largos años un plan de regulación en defensa de la flora y la fauna, que no entrará en vigor oficialmente hasta el 2008. Ello trae consigo las primeras prohibiciones temporales, resultando la cara sur la más afectada por su ámbito más salvaje y remoto que la norte, donde prácticamente no existen objeciones salvo por debajo de la Santa Cova donde anida una de las pocas águilas perdigueras qué quedan en toda la vertiente.