Las mejores sagas de literatura fantástica del último siglo El Señor de los Anillos de John R.R. Tolkien Si bien es cierto que El Señor de los Anillos fue concebida como una continuación de El hobbit, argumentalmente lo es de El Silmarillion, obra que relata los acontecimientos de los Días Antiguos y en la que se construye toda la trama del legendarium que creó J. R. R. Tolkien. La Primera Edad del Sol es la edad de los elfos, mientras que la Segunda es la del ascenso de los hombres de Númenor (dúnedain) y su posterior caída, pero también es la de la construcción de una cultura netamente humana (con sus limitaciones) en una tierra permanentemente jaqueada por el mal. Por eso, en la Tercera Edad del Sol, esa cultura se va adueñando de la Tierra Media y la transforma en un lugar donde, una vez vencido el mal, los hombres encuentran su verdadera dimensión: J. R. R. Tolkien la llama «Edad de los Hombres» y «el fin de los Días Antiguos». El Señor de los Anillos es, en este sentido, una metáfora que implica la culminación de un largo proceso que da origen a la humanidad actual, con toda su carga mítica pero también histórica. La creación de mundo, la implantación del mal como modelo de dominación absoluto y su continuidad a través de las edades, la lucha de los elfos y su alianza con los edain por conservar la tierra de Beleriand, la derrota del primer Señor oscuro Morgoth y el ascenso de su mano derecha Sauron, el ascenso y caída de Númenor, la construcción de los Anillos de Poder, la instalación de los reinos númenóreanos en la Tierra Media y, finalmente, la derrota de Sauron, están plasmados en El Silmarillion como un contexto que sustenta la épica del hobbit Frodo Bolsón y la Compañía del Anillo.
Harry Potter de J.K. Rowling La historia comienza con la celebración del mundo mágico. Durante muchos años, había sido aterrorizado por el malvado mago Lord Voldemort. La noche anterior, el 31 de octubre, Voldemort descubrió el refugio escondido de la familia Potter y mató a Lily y James Potter. Sin embargo, cuando intenta matar a su hijo de 1 año, Harry, la maldición asesina Avada Kedavra se vuelve sobre sí mismo. El cuerpo de Voldemort resulta destruido, pero su espíritu sobrevive: no está muerto ni vivo. Por su parte, a Harry sólo le queda una cicatriz con forma de rayo en la frente que es el único remanente físico de la maldición de Voldemort. Harry es el único superviviente de la maldición asesina, y a raíz de la misteriosa derrota de Voldemort, el mundo mágico comienza a llamarlo «el niño que sobrevivió». El 1 de noviembre, Rubeus Hagrid, un semi-gigante, deja a Harry con los únicos parientes que le quedan, los crueles Dursley. Éstos son su tío Vernon, su tía Petunia y Dudley, su primo obeso y malcriado. Ellos intentarán en vano esconder su herencia mágica (por ejemplo, al decirle que sus padres murieron en un accidente de tráfico, o castigándolo severamente después de cualquier comportamiento extraño). Sin embargo, la víspera de su undécimo cumpleaños, Harry tiene su primer contacto con el mundo mágico cuando recibe cartas del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, las cuales eran entregadas por lechuzas, aunque su tío impide que pueda leerlas. Ya en su cumpleaños, Hagrid aparece y le dice a Harry que existe un mundo mágico y otro «muggle» y, puesto que él es un mago, ha sido invitado a asistir al colegio. A partir de ese momento, Harry pasa la mayor parte de su tiempo en Hogwarts, donde vive muchas aventuras relacionadas con el segundo ascenso al poder de Voldemort, que continúa con sus planes de dominar el mundo mágico y eliminar el mundo muggle. Cada libro cuenta un año (generalmente de julio a junio, salvo algunos flashbacks) de los siete que Harry debe pasar en Hogwarts para terminar su formación mágica.