TALLERES DE BIBLIOTECA

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TALLERES DE BIBLIOTECA

CURSO 2024-2025

LA PEQUEÑA GENIA

Aquella mañana la pequeña genia acudió al mercado para comprar todo lo que iba a necesitar. Sin embargo, por el camino vio una huerta de limones que llamó mucho su atención.

En el centro había una fuente metálica que le vendría muy bien para refrescarse la cara. Y sucedió algo terrible.

A partir de ese día ya no volvió a tener su cara normal, ahora su cara era de plata.

EL ARTE DE VOLAR

El patito Juan viajaba con su familia hacia la playa el día que se encontraron a una extraña familia de gaviotas.

El patito les preguntó si vivían en aquella playa y las gaviotas respondieron que procedían de la ratonera más lejana de aquella ciudad.

Patito Juan y su familia continuaron el camino y, de nuevo, algo extraño llamó su atención.

Era la voz de una sabia palmera que les preguntó si sabían volar.

Patito Juan dijo que sí y la palmera confesó que ella nunca podría hacerlo, aunque le habían dicho que volar no siempre era agradable. · “Pobrecita”, pensó el patito, “si piensa así, nunca conocerá el arte de volar”.

LA ZAPATERA PRODIGIOSA

La zapatera prodigiosa había comenzado a caminar a la deriva. Nada podía pararla.

De pronto, una rama de cerezo estaba a punto de caer sobre su cabeza, y la zapatera no podía frenar su paso.

Entonces apareció un poeta de guardia y, con un poema mágico, consiguió parar la rama para evitar el accidente.

Desde ese día, la zapatera prodigiosa y el poeta de guardia son muy amigos.

EL SÍ DE LAS NIÑAS

Había una vez una niña que todos los días se miraba y se remiraba en el espejo de su casa.

Sin embargo, un día mordió la manzana inapropiada y pasó, inexplicablemente, a tener el don de la ignorancia.

Desde entonces, sus amigas están muy enfadadas con su forma de actuar y el “sí” de las niñas se ha cambiado al “no”

LOS ENAMORADOS

Ërase que se era una pequeña genia, llamada Martina, que se perdió en un camino cercano al huerto del limonar.

Allí encontró un limón aparentemente de plata y se lo comió. En ese momento sintió algo extraño en su cuerpo y Martina pudo comprobar que su cara era ahora de plata.

Desde entonces, todo el mundo conoce su mote. Martina,”cara de plata”, y la adoran como si fuese una diosa.

A LA DERIVA

Había una vez una zapatera prodigiosa que viajaba a la deriva mientras contaba las ramas secas de los cerezos que salían a su paso.

Un día conoció a un hermoso chico que era poeta de guardia. El amor surgió entre ambos y acabaron siendo unos felices novios.

Desde entonces recorren el mundo a la deriva, sin fronteras que se les resistan.

LA BRUJA

Érase una vez una bruja guapa que escribió un poema con su poeta de guardia.

Entonces sintió cómo una rama seca de cerezo se clavaba en su corazón.

Desde entonces, la bella bruja tiene la cara de plata.

LA MANZANA

Érase que se era una muchacha muy guapa que tenía el don de la ignorancia. Su sueño era morder una manzana, pero, como era todavía ignorante, no sabía cómo conseguirlo.

Decidió acudir a una academia y las niñas que la conocían le dijeron que sí. Sin duda era una buenísima idea: en la academia le enseñarían a morder manzanas.

Todavía tenía que aprender muchas cosas, seguro, pero al menos ya tenía cumplido su primer sueño: saber cómo morder una manzana.

EL SECRETO DE LA PALMERA

Hubo una vez una bruja muy guapa que se enamoró perdidamente de Leandro, un joven que escribía teatro.

Todo cambió el día en el que Leandro mordió la manzana que le dieron las niñas de su libro. No podía imaginar que la manzana estuviera envenenada y aceptó el regalo y, con él, su muerte.

Ni la hermosa bruja ni la gente de aquel lugar supieron el motivo de su muerte. Solamente la palmera conocía el secreto: había visto cómo las niñas enterraban la manzana bajo sus raíces. Lástima que un pudiese hablar.

LA PEQUEÑA GENIA

Érase una pequeña genia que vivía en una ratonera.

Un día encontró un camino que conducía al huerto del limonar. Le encantó, y , desde entonces, la pequeña genia cuidó el huerto y preparaba una deliciosa limonada para tomar, mientras leía, a la sombra del limonero.

EL POETA DE GUARDIA

Érase una vez un poeta de guardia que tenía la cara de plata.

Un día se encontró a la deriva la rama seca de un cerezo.

Era tan bonita que decidió llevarla siempre consigo.

A partir de entonces, sus poesías tienen la magia del cerezo y brillan dentro de sus ojos de plata.

LAS NIÑAS

Érase un grupo de niñas que decidió preparar un regalo sorpresa a la palmera solitaria del parque. Si la palmera supiera cuál es el regalo, esta historia no tendría gracia.

Fue entonces, cuando una de las niñas encontró una manzana en el suelo y pensó que podría ser un buen regalo. Las niñas dijeron que sí, que era una buena sorpresa y se la llevaron a la palmera.

La palmera, inexplicablemente, mordió la manzana y, ante la sorpresa de las niñas, se convirtió también en una niña. Desde entonces, es feliz y todos los días juega al fútbol con sus nuevas amigas.

EL CAMINO

Érase que se era un camino muy especial y que solamente la zapatera prodigiosa conocía. Todos los días caminaba por él para llegar al huerto de la pequeña genia.

La pequeña genia era la encargada de hacer limonada con los limones de este maravilloso huerto.

Muy pocos sabían que, si tomabas ese zumo, podrías volar como los pájaros.

La zapatera lo descubrió el día en el que a sus zapatos les salieron alas. Ahora vuela por el mundo como una zapatera prodigiosa y mágica.

LA ZAPATERA PRODIGIOSA

Hubo una vez una zapatera prodigiosa que creo el mundo y a todos sus habitantes.

A los humanos nos dio el arte de volar y el don de la ignorancia.

Sin embargo, una mañana la zapatera prodigiosa sintió que había perdido el don de la ignorancia, y en consecuencia, también nosotros perderíamos el arte de volar.

A partir de entonces, nosotros ya no somos de este mundo.

Temblad…

LA PEQUEÑA GENIA

Érase una vez una pequeña genia que vivía en un camino.

Un día se le presentó una persona con la cara de plata que la invitó a ir al huerto del limonar.

La pequeña genia descubrió un magnífico lugar donde vivir.

EL REGALO SORPRESA

Érase que se era una niña que en el día de su cumpleaños recibió un regalo sorpresa. Por supuesto, cuando lo vio, se puso muy contenta y aceptó. La niña dijo “sí”.

Dentro de la caja, encontró una manzana envenenada. La mordió sin pensar y notó que todo el mundo la ignoraba.

Había conseguido el don de la ignorancia, un superpoder que pensaba usar en los exámenes de inglés. Lo que esta niña no sabía es que el profesor de inglés tenía una aplicación para detectar las trampas.

Érase una vez una zapatera prodigiosa que aprendió el arte de volar gracias a sus amigas.

Fue entonces cuando descubrió que sus amigas volaban porque no eran de este mundo.

Era toda una aventura volar todas las tardes por encima de aquella palmera.

REGALO SORPRESA

Érase que se era un poeta de guardia que era muy detallista.

Un día preparó un regalo sorpresa para Gloria Fuertes y se lo llevó a la ratonera donde vivía. Gloria, muy contenta, lo colgó de una rama seca de cerezo.

Y ocurrió lo inexplicable.

Desde ese día, el cerezo siempre tiene un regalo sorpresa para quienes pasan por allí.

LA BRUJA GUAPA

Érase una vez una bruja muy guapa que, accidentalmente, se quedó atascada en una ratonera, llena de ratones y de insectos de todo tipo.

Allí nadie la iba a encontrar y eso la puso triste. Fue entonces cuando encontró un cuaderno que le podría servir para escribir su propia historia. El cuaderno pertenecía a un poeta de guardia y tenía algunos relatos en sus páginas.

La bruja leyó la triste historia de la rama seca del cerezo y sintió que debía salir de de aquella ratonera para encontrar al dueño o la dueña de ese cuaderno.

Pero esa es otra historia...

LA PEQUEÑA GENIA

Había una vez una zapatera prodigiosa que tenía como ayudante a una pequeña genia llamada Lorca. A las dos les encantaba pasear juntas por el camino que separaba la zapatería de su hogar, y así lo hacían todos los días del año.

Sin embargo, hubo un día en el que el camino las llevó hasta un huerto de limones que jamás habían visto.

La pequeña genia tuvo una gran idea: venderían limones en la zapatería y regalarían una limonada a todos los clientes.

LA BRUJA VERDE

Érase que se era una bruja verde muy guapa. Un día mordió una manzana y olvidó todo lo que sabía. El hechizo le había otorgado el don de la ignorancia.

Si quería recuperar la sabiduría, tendría que conseguir el sí de todas las niñas del mundo. Lo iba a intentar.

Érase que se era una niña que nació con la cara de plata. Sus compañeros de clase siempre le decían la misma tontería: “nosotros no somos de este mundo y por eso conocemos el arte de volar”. Cara de plata sabía que esas palabras no eran ciertas, pues solamente ella podía volar y cambiar el destino de los habitantes del mundo. Quizás ahora era el turno de estos compañeros tan graciosos.

CARA DE PLATA

LA INVASIÓN

La zapatera prodigiosa eligió con su dedo índice a la persona de otro mundo que debía aprender el arte de volar. Sin embargo, la persona del otro mundo, acompañada de sus amigos, inició la invasión del planeta tierra. En dos semanas ya nadie era de este mundo, solo la zapatera prodigiosa.

Desde aquel día, la zapatera desea que su dedo índice haga un prodigio y todo vuelva a ser como antes.

UNA CASUALIDAD

Érase que se era una muchacha verde que vivía en una ratonera. Todos la admiraban por su belleza, pero el secreto para ser tan guapa estaba en la rama seca del cerezo que guardaba en un baúl.

El día en el que perdió la rama, todo cambió: la guapa muchacha verde se transformó en un poeta de guardia.

Desde entonces, la gente del pueblo acude a la ratonera para conseguir los mejores poemas del mundo.

LA MUÑECA

María, una niña muy pobre, recibió un regalo sorpresa de una misteriosa anciana. Al abrirlo descubrió que se trataba de una muñeca idéntica a su madre. Aquel día lloró y lloró hasta quedarse dormida.

Al dia siguiente, la misma anciana le ofreció una manzana y, al morderla, la niña recordó el camino de vuelta a su casa. Había estado varias semanas hechizada con el don de la ignorancia. Ahora por fin, volvería a estar con su madre.

LA NIÑA DE LOS LIMONES

Érase una niña que todas las mañanas iba con su cesta a recoger limones. Un día se encontró en el camino a un extraño espantapájaros: tenía la cara de plata y daba mucho miedo. La niña se hizo invisible y los limones de su cesta se volvieron de plata. Desde entonces, dicen que el espantapájaros del huerto del limonar tiene los mismos ojos que la niña de los limones.

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