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Práctica 7. Casa y entorno limpios y libres de riesgos

Información básica

La limpieza de la casa o el albergue es fundamental para la salud de toda familia, especialmente la de las niñas y los niños. Los espacios de habitación deben estar tan limpios, iluminados, ventilados, secos y ordenados como sea posible. Y sus alrededores libres de basuras, orines, materias fecales y aguas sucias. Dado el desbarajuste o desacomodo de las cosas que produce toda emergencia, lograr este propósito requiere voluntad y esfuerzo.

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Lo contrario —el desorden, las basuras mal dispuestas y las excretas a campo abierto— genera un ambiente propicio para la aparición de plagas y enfermedades, que pueden empeorar la situación de emergencia y anular los esfuerzos para garantizar la adecuada nutrición de niñas, niños y mujeres gestantes y en periodo de lactancia.

Todos los días las familias producen excretas y residuos de diverso tipo, que deben recibir una disposición adecuada.

Observar, preguntar y escuchar

Antes de aconsejar sobre este tema a una familia observe el estado de limpieza de la casa y sus alrededores y la manera como disponen las excretas y los residuos. Luego converse sobre el tema con los diversos integrantes de la familia. Pregunte:

 ¿Cómo contribuyen las personas de la familia al aseo de la casa?

 ¿Donde hacen sus necesidades fisiológicas?  ¿Cómo manejan las basuras?

Aconsejar

A partir de lo observado y de las respuestas obtenidas durante la charla, decida qué aspectos es importante fortalecer o cambiar para mejorar la práctica de la casa y el entorno limpios. Tenga presente que aquí la clave es la limpieza. A continuación se presentan algunos consejos para que escoja los que más convengan en cada situación:

 Mantenga el entorno de la casa libre de malezas, basuras, escombros, charcos, excretas, aguas servidas, deshechos de animales domésticos.

 No orine o defeque a campo abierto. Utilice lugares especialmente dispuestos para ello: en una zanja, cubriendo luego las heces con tierra, ceniza o cal; o mejor aún en una letrina. Estos sitios deben estar ubicados en terrenos secos, apartados de los lugares de habitación y lejos de las fuentes de agua.

 Aprenda a separar los residuos: separe los residuos de alimentos de los plásticos, latas y papeles. Con los residuos de alimentos puede alimentar animales domésticos o hacer abono. Los plásticos, latas y papeles pueden algunas veces reutilizarse; si esto no es posible, entiérrelos o quémelos.

No los arroje a los ríos o quebradas.

 Tenga recipientes con tapa para guardar temporalmente las basuras, mientras los entierra o quema.

Acordar

Este es el momento de llegar a un acuerdo para mejorar la práctica de la casa y el entorno limpios. El acuerdo debe apuntar a garantizar la limpieza de la casa y sus alrededores. Las siguientes preguntas pueden ayudarle en ese proceso:

 ¿Qué pueden hacer los distintos integrantes de la familia para mejorar el manejo de los residuos y las excretas?

 ¿Qué tareas puede realizar la familia con la comunidad para lograr este mismo propósito?

Ejemplo de acuerdo: Mantener una caneca tapada para guardar la basura y desecharla todos los días en un hueco cubriéndola con cal o ceniza, o quemándola, para que no quede al alcance de animales domésticos, insectos y roedores.

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