Cuando uno contacta con la estrategia de comunicación y publicidad que están llevando adelante la mayoría de empresas del ámbito agroalimentario, releva una carencia en el nivel de estrategia integral y el desconocimiento de los canales actuales en donde el cliente objetivo se mueve.
En el sector agroalimentario contamos con el efecto arraigado a la publicidad tradicional, las amistades logradas con algunos medios que actúan como nudos, el compromiso con los medios locales entorno a la empresa, la ausencia de un departamento de agromarketing, la no adaptación a la era digital en la cual convivimos y la verticalidad de las decisiones, combinación que termina generando un desorden comunicacional rutinario, que enreda mensajes que no llegan en tiempo y forma a nuestros clientes.